viernes, 7 de febrero de 2014

Apariciones de los Espíritus - Manifestaciones Visuales - Espíritus Glóbulos

Este tema es de mucha importancia en el Espiritismo, tiene mucho arraigo a la curiosidad y a cualquier adepto del Espiritismo. 

Es muy importante conocer de los mismos Espíritus como ellos mismos se nos hacen visibles y tangibles. Espero que además de presentar este tema, motive a leer El Libro de Los Mediums como un recurso importante en el tema de las comunicaciones con los Espíritus.   


Tambien se habla del tema de los Espíritus Glóbulos y la alucinaciones.



CAPÍTULO VI

MANIFESTACIONES VISUALES
Preguntas sobre las apariciones. –Ensayo teórico sobre las
apariciones. – Espíritus glóbulos. – Teoría de la alucinación.

100. De todas las manifestaciones espiritistas, las más interesantes son, sin contradicción, aquellas por las cuales los Espíritus pueden hacerse visibles. Se verá por la explicación de este fenómeno que, como los otros, nada tiene de sobrenatural. A continuación ponemos las respuestas que con este objeto han dado los Espíritus.


1. ¿Los Espíritus pueden hacerse visibles?

Sí, sobre todo durante el sueño; sin embargo, ciertas personas los ven también durante la vigilia, pero es más raro. 
Observación. – Mientras que el cuerpo descansa, el Espíritu se desprende de los lazos materiales; es más libre y puede más fácilmente ver a los otros Espíritus con los cuales entra en comunicación. El sueño no es más que el recuerdo de este estado; cuando uno no se acuerda de nada, se dice que no ha soñado, pero el alma no ha dejado de ver y gozar de su libertad. Nosotros nos ocupamos más especialmente aquí de las apariciones en estado de vigilia. (1)
(1)Véase para más detalles sobre el estado del Espíritu durante el sueño. El libro de los Espíritus, cap. “Emancipación del alma”, núm. 409.

2. Los Espíritus que se manifiestan a la vista, ¿pertenecen más bien a una clase que otra?

No, pueden pertenecer a todas las clases, a las más elevadas como a las más inferiores.
3. ¿Es dado a todos los Espíritus el manifestarse visiblemente?
Todos lo pueden; pero para esto no tienen siempre el permiso ni la voluntad.
4. ¿Cuál es el fin de los Espíritus que se manifiestan visiblemente?
Esto depende de su naturaleza; el fin puede ser bueno o malo.
5. ¿Cómo puede darse este permiso cuando el fin es malo?
Entonces es para probar a aquellos a quienes se aparecen. La intención del Espíritu puede ser mala, pero el resultado puede ser bueno.
6. ¿Cuál puede ser el fin de los Espíritus que tienen mala intención haciéndose ver?
Asustar y muchas veces vengarse.– ¿Cuál es el de los Espíritus que vienen con buena intención? Consolar a las personas que lamentan su ausencia, probar que existen y están cerca de vosotros, dar consejos y algunas veces reclamar asistencia para ellos mismos.
7. ¿Qué inconveniente habría en que la posibilidad de ver los Espíritus fuese permanente y general? ¿No sería esto un medio de quitar las dudas de los más incrédulos?
Estando el hombre constantemente rodeado de Espíritus, su visión incesante le alteraría, le mortificaría en sus acciones y le quitaría la iniciativa en la mayor parte de los casos, mientras que creyéndose solo obra más libremente. En cuando a los incrédulos, bastantes medios tienen de convencerse si quieren aprovecharse y si no les ciega el orgullo. Sabéis muy bien que hay personas que han visto y que por esto no creen más, puesto que dicen que son ilusiones. No os inquietéis por estas gentes; Dios se encarga de ellas.
Observación. – Habría tanto inconveniente en verse constantemente en presencia de los Espíritus, como en ver el aire que nos rodea, o los millares de animales microscópicos que pululan alrededor de nosotros y sobre nosotros. De donde debemos deducir que lo que Dios hace está bien hecho y que sabe mejor que nosotros lo que nos conviene.
8. Si la visión de los Espíritus tiene inconvenientes, ¿por qué se permite en ciertos casos?
Con el fin de dar una prueba de que todo no muere con el cuerpo, y que el alma conserva su individualidad después de la muerte. Esta visión pasajera basta para dar esta prueba y atestiguar la presencia de Espíritus amigos a vuestro lado; pero no tiene los inconvenientes de la permanencia.
9. ¿En los mundos más avanzados que el nuestro la visión de los Espíritus es más frecuente?
Cuanto, más se acerca el hombre a la naturaleza espiritual, más fácil entra en relación con los Espíritus; lo grosero de vuestra envoltura es lo que hace más difícil y rara la percepción de los seres etéreos.
10. ¿Es racional asustarse por la aparición de un Espíritu?
El que reflexiona debe comprender que un Espíritu, cualquiera que sea, es menos peligroso que un viviente. Por lo demás, los Espíritus van por todas partes y no hay necesidad de verlos para saber que podéis tenerlos a vuestro lado. El Espíritu que quisiera dañar puede hacerlo sin dejarse ver y quizás más aún; no es peligroso porque sea Espíritu, sino más bien por la influencia que puede ejercer sobre el pensamiento desviando del bien e induciendo al mal.

Observación. – Las personas que tienen miedo en la soledad o en la obscuridad, raras veces se dan cuenta de la causa de su espanto; no podrían decir de qué tienen miedo, pero seguramente deberían temer más el encuentro de los hombres que el de los Espíritus, porque un malhechor es más peligroso vivo que después de su muerte. Una señora conocida nuestra tuvo una noche en su cuarto una aparición tan bien caracterizada, que creyó en la presencia de alguien, y su primer movimiento fue de espanto. Habiéndose asegurado que no había nadie, dijo para sí: “Parece que esto no es más que un Espíritu; puedo, pues, dormir tranquila”.
11. Aquel a quien aparece un Espíritu, ¿podría tener una conversación con él?
Perfectamente, y es lo que debe hacerse siempre en semejante caso preguntando al Espíritu quién es, lo que desea y lo que puede hacerse por él y serle útil. Si el Espíritu es desgraciado y padece, la conmiseración que se le demuestra le alivia; si es un Espíritu benévolo puede venir con la intención de dar buenos consejos.– ¿En este caso el Espíritu cómo puede responder?Lo hace algunas veces por sonidos articulados, como lo haría una persona viva; lo más a menudo hay transmisión de pensamientos.     
12. ¿Los Espíritus que aparecen con alas, las tienen realmente o solo son una apariencia simbólica?
Los Espíritus no tienen alas, no tienen necesidad de ellas, pues pueden transportarse por todas partes como Espíritus. Aparecen según el modo con el que quieren afectar a la persona a la cual se muestran: los unos aparecerán con el traje vulgar, otros envueltos en ropajes, algunos con alas, como atributo de la categoría de los Espíritus que representan. 
13. Las personas que se ven en sueños, ¿son siempre aquellas cuyo aspecto tienen?
Casi siempre son aquellas personas que vuestro Espíritu ya a encontrar, o que vienen a encontraros. 
14. Los Espíritus burlones ¿no podrían tomar la apariencia de las personas que nos son queridas para inducirnos al error?
No toman apariencias fantásticas sino para divertirse a vuestra costa; pero hay cosas con las que no les es permitido divertirse.
15. Siendo el pensamiento una especie de evocación se comprende que provoque la presencia del Espíritu; pero, ¿cómo es que muchas veces las personas en las cuales se piensa más, que se desea ardientemente volver a ver, nunca se presentan en sueño, mientras que se ven gentes indiferentes y en las cuales no se piensa de ningún modo?
Los Espíritus, no tienen siempre la posibilidad de manifestarse a la vista, aun en sueño, y a pesar del deseo que se tiene de verles; causas independientes de su voluntad pueden impedirlo. Muchas veces esto es también una prueba, de la que el deseo más ardiente no puede librar. En cuanto a las personas indiferentes, si vosotros no pensáis en ellas, es posible que ellas piensen en vosotros. Por lo demás vosotros no podéis formaros una idea de las relaciones del mundo de los Espíritus; encontraréis allí una porción de conocimientos íntimos, antiguos o nuevos, de los cuales no tenéis ninguna idea en estado de vigilia.
Observación. – Cuando no hay ningún medio de comprobar las visiones o apariciones, se puede, sin duda, ponerlas en la cuenta de las alucinaciones; pero cuando son confirmadas por los acontecimientos, no podrán atribuirse a la imaginación; tales son, por ejemplo, las apariciones en el momento de su muerte, en sueño o en estado de vigilia, de personas con las cuales no se piense de ningún modo, y que por diversas señales viene a revelar circunstancias del todo inesperadas a su objeto. Se ha visto muchas veces a los caballos encabritarse y rehusar avanzar ante apariciones que espantaban a aquellos que los conducían. Si la imaginación produce algún efecto en los hombres, seguramente no existe entre los animales. Por otra parte, si las imágenes que se ven en sueños fueran siempre un efecto de las preocupaciones de la vigilia, nada explicaría por qué acontece a menudo que no se sueña jamás en las cosas que más se piensa.
16. ¿Por qué ciertas visiones son más frecuentes en estado de enfermedad?
También tienen lugar en estado de perfecta salud: pero en la enfermedad los lazos materiales están relajados; la debilidad del cuerpo deja más libertad al Espíritu, quien entra con más facilidad en comunicación con los otros Espíritus. 
17. Las apariciones espontáneas parecen ser más frecuentes en ciertos lugares. ¿Será que algunos pueblos están mejor dotados que otros para tener esta clase de manifestaciones.?
¿Es que hacéis un proceso verbal por cada aparición? 
Las apariciones, los ruidos, todas las manifestaciones, en fin, están igualmente extendidas por toda la Tierra, pero presentan caracteres distintos según los pueblos en los cuales tienen lugar. Por ejemplo, en aquellos donde la escritura está poco extendida, no hay médiums escribientes; en los otros abundan. En otra parte hay ruidos más a menudo y movimientos que comunicaciones inteligentes, porque éstas son menos estimadas y buscadas.
18. ¿Por qué las apariciones tienen más bien lugar por la noche? ¿No sería esto un efecto del silencio y de la obscuridad sobre la imaginación?
Por la misma razón que la oscuridad os hace ver durante la noche las estrellas que no veis en pleno día. La gran claridad puede borrar una aparición ligera; pero es un error creer que la noche sirva en cuanto a eso para alguna cosa. Preguntad a todos aquellos que las han tenido y veréis que la mayor parte las han visto de día.
Observación. – Los hechos de apariciones son mucho más frecuentes y generales de lo que se cree; pero muchas personas no los confiesan por temor al ridículo, otros los atribuyen a la ilusión. Si parecen más multiplicados en ciertos pueblos, esto proviene de que se conservan en ellos más cuidadosamente las tradiciones verdaderas o falsas, casi siempre abultadas por el atractivo de lo maravilloso, a que se presta más o menos el aspecto de las localidades; la credulidad hace entonces ver efectos sobrenaturales en los fenómenos más vulgares; el silencio de la soledad, la escabrosidad de los torrentes, el mugido del bosque, las ráfagas de la tempestad, el eco de las montañas, la forma fantástica de las nubes, las sombras, las ilusiones ópticas, todo, en fin, se presta para ilusionar a imaginaciones sencillas y cándidas, que cuentan de buena fe lo que han visto, o lo que han creído ver. Pero al lado de la ficción hay la realidad; el estudio formal del Espiritismo conduce a separar de la realidad todos los accesorios ridículos de la superstición.
19. ¿La visión de los Espíritus se produce en estado normal o solamente en un estado extático?
Puede tener lugar en las condiciones perfectamente normales; sin embargo, las personas que los ven están muchas veces en un estado particular muy cerca del éxtasis que les da una especie de doble vista (El libro de los Espíritus, núm. 447). 
20. Aquellos que ven a los Espíritus ¿los ven por los ojos?
Ellos lo creen; pero en realidad el alma es la que ve, y lo que lo prueba es que pueden verse con los ojos cerrados.
21. ¿Cómo puede el Espíritu hacerse visible?
El principio es el mismo que el de todas las manifestaciones, tiende a las propiedades del periespíritu, que puede sufrir diversas modificaciones a gusto del Espíritu.
22. El Espíritu propiamente dicho ¿puede hacerse visible o bien no lo puede sino con la ayuda del periespíritu?
En vuestro estado material, los Espíritus solo pueden manifestarse con la ayuda de su envoltura semi-material; es el intermediario por el cual obran sobre vuestros sentidos. Bajo esta envoltura aparecen algunas veces con una forma humana o cualquier otra, ya sea en sueños, ya sea en estado de vigilia, lo mismo a la luz que en la obscuridad.
23. ¿Se podría decir que es por condensación del fluido del periespíritu que el Espíritu se hace visible?
Condensación no es la palabra; más bien es una comparación que puede ayudar a haceros comprender el fenómeno, porque realmente no hay condensación. Por la combinación de los fluidos, se produce en el periespíritu una disposición particular que no tiene analogía para vosotros y que lo hace perceptible.
24. Los Espíritus que aparecen ¿no pueden tocarse nunca y son siempre inaccesibles al tacto?
En su estado normal son impalpables, como cuando se sueña. Sin embargo pueden hacer impresión en el tacto y dejar trazas de su presencia, y aun en ciertos casos venir a ser momentáneamente tangibles, lo que prueba que entre ellos y vosotros hay una materia.
25. ¿Todos son aptos para ver los Espíritus?
Durante el sueño, sí, pero no en estado de vigilia. En el sueño el alma ve sin intermediario; en la vigilia está siempre más o menos sujeta a la influencia de los órganos; por esto las condiciones no son siempre las mismas. 
Definición de Un Médium

26. ¿De qué proviene la facultad de ver los Espíritus durante la vigilia? 

Esta facultad depende del organismo; proviene de la facilitad más o menos grande que tiene el fluido del vidente para combinarse con el del Espíritu. Así no basta al Espíritu querer mostrarse; es preciso, además, que encuentre en la persona a la cual quiere hacerse ver, la aptitud necesaria.
– ¿Esta facultad puede desenvolverse con el ejercicio? Lo puede como todas las otras facultades; pero es una de aquellas de las cuales vale más esperar el desenvolvimiento natural que provocarle, por el temor de sobreexcitar la imaginación. La visión general y permanente de los Espíritus es excepcional, y no está en las condiciones normales del hombre.
27. ¿Se puede provocar la aparición de los Espíritus?
Se puede algunas veces, pero muy raramente; es casi siempre espontánea. Para esto es menester estar dotado de una facultad especial.
28. ¿Los Espíritus pueden hacerse visibles bajo otra apariencia que la forma humana?
La forma humana es la forma normal; el espíritu puede variar su apariencia, pero siempre es el tipo humano.–¿No pueden manifestarse bajo la forma de una luz? Pueden producir llamas, luces, como cualesquiera otros efectos, para atestiguar su presencia; pero estas cosas no son los mismos Espíritus. La llama muchas veces sólo es una ilusión ópitica o una emanación del periespíritu; en todos los casos no es más que una parte de éste; el periespíritu no aparece entero sino en las visiones.
29. ¿Qué pensaremos de la creencia que atribuye los fuegos fatuos a la presencia de almas o Espíritus?
Superstición producida por la ignorancia. La causa física de los fuegos fatuos es bien conocida.– La llama azul que apareció, según se dice, sobre la cabeza del niño Servius Tullius, ¿es una fábula o una realidad? Era real; fue producida por el Espíritu familiar que quería advertir a la madre. Esta madre, médium vidente, había apercibido un rayo del Espíritu protector de su hijo. Todos los médiums videntes no ven al mismo grado, así como vuestros médiums escribientes no escriben todos la misma cosa. Mientras que esta madre sólo veía una llama, otro médium hubiese podido ver el mismo cuerpo del Espíritu.
30. ¿Los Espíritus podrían presentarse bajo la forma de animales?
Puede suceder; pero los que tomen estas apariencias son siempre Espíritus muy inferiores. En todos los casos esto sólo sería una apariencia momentánea; porque sería absurdo el creer que un animal cualquiera pudiese ser la encarnación real de un Espíritu. Los animales son siempre animales y no otra cosa. 
Observación. – Sólo la superstición puede hacer creer que ciertos animales están animados por Espíritus; es preciso una imaginación muy complaciente, o bien afectada, para ver alguna cosa sobrenatural en circunstancias un tanto extravagantes, con las cuales se presentan algunas veces; pero el miedo hace ver con frecuencia lo que no existe. El miedo no siempre es el origen de esta idea; hemos conocido una señora muy inteligente por cierto, que se aficionó más de lo regular a un gatazo negro, porque le creía de una naturaleza “sobreanimal”; pero no había oído jamás hablar del Espiritismo; si lo hubiera conocido, le habría hecho comprender lo ridículo de la causa de su predilección, probándole la imposibilidad de semejante metamorfosis.
Ensayo teórico sobre las apariciones
101. Las manifestaciones aparentes más ordinarias tienen lugar cuando se duerme, por los sueños; estas son las visiones. No puede entrar en nuestro cuadro el examen de todas las particularidades que pueden presentar los sueños; nosotros las resumimos diciendo que pueden ser una visión actual de cosas presentes o ausentes; una visión retrospectiva del pasado, y en algunos casos excepcionales un presentimiento del porvenir. Muchas veces son también cuadros alegóricos que los Espíritus hacen pasar por nuestra vista para darnos advertencias útiles y consejos saludables, si son buenos Espíritus; o para inducirnos en error y lisonjear nuestras pasiones si son Espíritus imperfectos.
La siguiente teoría se aplica a los sueños, como a los otros casos de apariciones. (Véase El libro de los Espíritus, núms. 400 y siguientes). Creeríamos hacer injuria al buen sentido de nuestros lectores procurando refutar lo que hay de absurdo y ridículo en lo que vulgarmente se llama la interpretación de los sueños.

102. Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, y cuando uno goza de plena y entera libertad de sus facultades. Generalmente se presentan bajo una forma vaporosa y diáfana, algunas veces vaga e indecisa; a menudo es en el primer momento una luz blanquecina cuyos contornos se dibujan poco a poco. Otras veces las formas son acentuadas con claridad y se distinguen las menores trazos del rostro, al punto de poder hacer de ellas una descripción muy precisa. Los ademanes y el aspecto son parecidos a los del Espíritu cuando vivía. Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo. De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo, por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca, aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente. Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras. En cuanto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia. Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarse como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc. Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena; los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos estos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.


103. Hemos dicho que la aparición tiene algo de vaporoso; en ciertos casos se podría compararla a la imagen reflejada en un espejo sin alinde, y que a pesar de su limpieza no impide ver al través los objetos que están por detrás. Así, es generalmente, como los distinguen los médiums videntes; los ven ir y venir, entrar y salir de una habitación, circular entre los grupos de los vivos, teniendo el aire, al menos por lo que respecta a los Espíritus vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla, consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse

tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de las miríadas del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).

104. El Espíritu que quiere o puede aparecer, reviste algunas veces una forma más clara todavía, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y hacer creer que se tiene delante de sí un ser corporal. En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de un cuerpo vivo, lo que no impide el desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuando se puede cogerla, palparla, y más aún cuando ella misma os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han verificado en estos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos (1) y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. Por los demás, como lo hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos, todo lo maravilloso desaparece cuando se conoce la manera como se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de (1) Entre otros el Sr. Home. las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.


105. Por su naturaleza y en su estado normal el periespíritu es invisible, así como hay una porción de fluidos que sabemos que existen y que, sin embargo, no hemos visto jamás; pero pueden también, lo mismo que ciertos fluidos, sufrir modificaciones que le hagan perceptible a la vista, ya sea por una especie de condensación, ya por un cambio en la disposición molecular; entonces nos aparece bajo una forma vaporosa. La condensación (no es necesario tomar esta palabra a letra; sólo la empleamos a falta de otra y a título de comparación), la condensación, decimos, puede ser tal que el periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; pero puede instantáneamente volver a tomar su estado etéreo e invisible. Podemos darnos cuenta de este efecto por el del vapor, que puede pasar de la invisibilidad al estado nebuloso, luego líquido, luego sólido y viceversa. Estos diferentes estados del periespíritu son el resultado de la voluntad del Espíritu y no de una causa física exterior como en nuestros gases. Cuando nos aparece, es porque pone su periespíritu en el estado necesario para hacerle visible; para esto su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero esta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; por fin es menester que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o sólo se le permite en ciertas circunstancias, por motivos que no podemos apreciar.


106. Otra propiedad del periespíritu y que tiende a su naturaleza etérea, es la penetrabilidad. Ninguna materia le hace obstáculo; las atraviesa todas, como la luz atraviesa los cuerpos transparentes. Y por esto nada hay, por cerrado que esté, que pueda oponerse a la entrada de los Espíritus; estos van a visitar al prisionero en su calabozo tan fácilmente como al hombre que está en medio de los campos.


107. Las apariciones en estado de vigilia no son ni raras ni nuevas; las ha habido en todos tiempos; la historia refiere gran número de ellas; pero sin ir tan lejos, en nuestros días son muy frecuentes, y muchas personas las han tenido y en un principio las han tomado, por lo que se ha convenido en llamar alucinaciones. Son frecuentes sobre todo en los casos de muerte de personas ausentes, que vienen a visitar a sus parientes o amigos. Muchas veces no tienen objeto bien determinado, pero se puede decir que en general los Espíritus que aparecen de este modo son atraídos por la simpatía. Detengámonos a interrogar nuestros recuerdos, y veremos que hay pocas personas que no tengan conocimiento de algunos hechos de este género cuya autenticidad no podría ponerse en duda.


Veamos lo que nos tiene que decir el Libro de Los Mediums sobre estos sistemas de esferas o Glóbulos que no son Espíritus.


108. Añadiremos a las condiciones precedentes el examen de algunos efectos de óptica que han dado lugar al singular sistema de los Espíritus glóbulos. El aire no tiene siempre una limpieza absoluta y hay circunstancias en que las corrientes de las moléculas aeriformes y su agitación producida por el calor se hacen perfectamente visibles. Algunas personas han tomado esto por masas de Espíritus agitándose en el espacio; basta indicar esta opinión para refutarla. Pero he aquí otro género de ilusión no menos extravagante contra la cual conviene estar prevenido. El humor acuoso del ojo ofrece puntos apenas perceptibles que han perdido su transparencia. Estos puntos son como cuerpos opacos suspendidos en el líquido cuyos movimientos siguen. Estos producen en el aire ambiente y a distancia, por efecto del aumento y de la refracción, la apariencia de pequeños discos, variando de uno a diez milímetros de diámetro, y parecen mecerse en la atmósfera. Hemos visto personas que tomaban estos discos por Espíritus que les seguían y les acompañaban por todas partes, y en su entusiasmo tomar por figuras los matices de la irisación, lo que es casi tan racional como ver una figura en la luna. Una simple observación suministrada por estas mismas personas les conducirá sobre el terreno de la realidad. Estos discos o medallones, dicen ellos, no sólo le acompañan, sino que siguen todos sus movimientos; van a derecha e izquierda, suben, bajan o se detienen según el movimiento de cabeza. Eso no debe causar admiración, puesto que si el sitio de la apariencia está en el globo del ojo, debe seguir sus movimientos. Si fueran Espíritus sería preciso convenir que estarían demasiado sujetos a un papel muy mecánico para seres inteligentes y libres, tarea harto fastidiosa, aun para Espíritus inferiores, con más fuerte razón incompatible con la idea que nos formamos de los Espíritus superiores. Es verdad que algunos toman por Espíritus malos puntos negros o moscas amauróticas. Estos discos, lo mismo que las manchas negras, tienen un movimiento ondulatorio que no se aparta jamás de la amplitud de un cierto ángulo, y lo que contribuye a la ilusión es que no siguen bruscamente los movimientos de la línea visual. La razón de esto es muy sencilla. Los puntos opacos del humor acuoso, causa primera del fenómeno, hemos dicho que están como suspendidos y tienen siempre una tendencia a descender; cuando suben están incitados por el movimiento del ojo de abajo arriba; pero llegados a cierta altura, si se fija el ojo, los discos, después de detenerse descienden por sí mismos. Su movilidad es extrema, porque basta un movimiento imperceptible del ojo para hacerles cambiar de dirección y hacerles recorrer rápidamente toda la amplitud del arco en el espacio en que se produce la imagen. Hasta tanto que no se pruebe que una imagen posee un movimiento propio, espontáneo e inteligente, no puede considerarse sino como un simple fenómeno óptico o fisiológico. Lo mismo puede decirse con respecto de las lucecitas que se producen algunas veces en gavillas o manojos más o menos compactos por la contracción de los músculos del ojo y que son probablemente debidas a la electricidad fosforescente del iris, puesto que están generalmente circunscriptas a la circunferencias del disco de este órgano. Semejantes ilusiones no pueden ser otra cosa que el resultado de una observación incompleta. Cualquiera que haya estudiado seriamente la naturaleza de los Espíritus por todos los medios que da la ciencia práctica, comprenderá todo lo pueril de estas ilusiones. Tanto como combatimos las teorías atrevidas, por las cuales se atacan las manifestaciones, cuando estas teorías están basadas sobre la ignorancia de los hechos, otro tanto debemos procurar destruir las ideas falsas que prueban más entusiasmo que reflexión, y que por esto mismo hacen más mal que bien entre los incrédulos, ya tan dispuestos a buscar la parte ridícula. 

Orbs = Orbes=Glóbulos
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El término orbs (del inglés orb) es el nombre popular dado a anomalías visuales inesperadas que aparecen en fotografías y vídeos; el término técnico es artefacto. Estas anomalías suelen ser redondas y luminosas, y sus causas más habituales son la suciedad en la lente o sensor de la cámara, el efecto retrorreflector de un flash o de luces en alguna partícula en suspensión (polen, gotas de agua, polvo, insectos...) que provoca que la luz reverbere provocando aberraciones ópticas.

Explicación

La aparición de orbes se debe al efecto de backscatter o retrodispersión de los flashes utilizados en cámaras fotográficas, en especial cámaras compactas, que lo tienen demasiado cerca del objetivo. No son más que partículas en suspensión desenfocadas, y su forma es circular debido a la difracción y la forma del objetivo; el fenómeno se produce más fácilmente con las cámaras compactas digitales, que tienen el flash más cerca del ojo de la cámara (más en el eje), mientras que en cámaras SLR los orbes aparecen con mayor dificultad. Ningún tipo de cámara (digital o no) es totalmente inmune a este fenómeno.
Un gran número de fotos de "orbes" comparten algunas características comunes:
  • Son tomadas con cámaras digitales compactas
  • Se disparan en ambiente oscuro
  • Se emplea flash
  • Se obtienen en entornos con polvo, polen, insectos, nieve, o gotas finas o partículas líquidas en suspensión invisibles para el ojo humano.
Reconstrucción de dos condiciones posibles para la aparición 
de un orbe bajo el agua: (A) muy posible o (B) menos posible, 
dependiendo del aspecto de las partículas y el ángulo 
de posición del flash frente a la lente (elementos no a escala).

Reconstrucción de dos condiciones posibles para la aparición de un orbe bajo el agua: (A) muy posible o (B) menos posible, dependiendo del aspecto de las partículas y el ángulo de posición del flash frente a la lente (elementos no a escala).

La intensa luz emitida por el flash reverbera o se refleja en las partículas en el aire (polvo, polen, lluvia), que tienen forma similar a una esfera. Los rayos de luz emitidos por la lámpara afectan a la superficie exterior de las partículas en el lado frente a la cámara, y reflejan una gran parte la ampliación del área de acuerdo con un cono en el que cada haz tiene un ángulo de reflexión igual al doble del ángulo entre el rayo incidente y la normal a la superficie de la partícula.
Los orbs aparecen también en vídeo como imágenes esféricas luminosas que a veces dejan un trazo o rastro luminoso tras de si. Desde posturas pseudocientíficas se interpretan como plasmaciones de auras, ángeles, espíritus o energías.[1]

Ejemplos

Ejemplos de orbs reflejando partículas sólidas y líquidas:
109. Como se ve, el periespíritu es el principio de todas las manifestaciones; su conocimiento ha dado la llave de una porción de fenómenos, ha hecho dar un paso inmenso a la ciencia espiritista, y que ésta entrase en una vía nueva, quitándole todo carácter maravilloso. Por conducto de los mismos Espíritus hemos encontrado la explicación de la acción del Espíritu sobre la materia, del movimiento de los cuerpos inertes, de los ruidos y de las apariciones, pues es preciso tener muy presente que ellos mismos son los que nos han puesto en el camino para todas estas investigaciones. Encontramos en el periespíritu la explicación de muchos otros fenómenos que nos quedan por examinar antes de pasar al estudio de las comunicaciones propiamente dichas. Se les comprenderá mejor cuanto más cuenta nos demos de las causas primeras. Si se comprende bien este principio, lo aplicaremos con facilidad a los diversos hechos que podrán presentarse al observador.

110. Estamos lejos de dar la teoría que presentamos como absoluta y como si fuese la última palabra; será, sin duda, completada o rectificada más tarde por nuevos estudios, pero por incompleta o imperfecta que sea aún hoy día puede siempre ayudar a darse cuenta de la posibilidad de los hechos por causas que nada tienen de sobrenatural; sí esto es una hipótesis, sin embargo, no se le puede negar el mérito de la racionalidad y de la probabilidad, y vale más que todas las explicaciones que dan los que niegan, para probar que todo es ilusión, fantasmagoría y subterfugio en los fenómenos espiritistas.


Teoría de la alucinación

111. Los que no admiten el mundo incorporal e invisible, creen explicarlo todo con la palabra alucinación. La definición de esta palabra es conocida; esto es: un error, una ilusión de una persona que cree tener percepciones que no tiene realmente (del latín “hallucinari”; errar, formado de “ad lucem”); pero los sabios no han dado todavía la razón fisiológica, que nosotros sepamos. La óptica y la fisiología parece que no tienen ya secretos para ellos. ¿Cómo es que no han explicado aún la naturaleza y el origen de las imágenes que se presentan al Espíritu en ciertas circunstancias?

Quieren explicarlo todo por las leyes de la materia, conforme; que den, pues, por estas leyes una teoría de la alucinación; buena o mala, siempre sería una explicación.


112. La causa de los sueños no se ha explicado jamás por la ciencia; los atribuye a un efecto de la imaginación, pero no nos dice lo que es la imaginación ni cómo produce estas imágenes tan claras y tan limpias que nos aparecen algunas veces; esto es explicar una cosa que no conoce por otra que tampoco es conocida; la cuestión queda, pues, pendiente. Se dice que es un recuerdo de las preocupaciones de la víspera; pero aun cuando se admita esta solución, que no lo es, quedaría todavía por saber cual es este espejo mágico que conserva de este modo la impresión de las cosas. ¿Cómo se explican, sobre todo, estas visiones de cosas reales, que no se han visto jamás en estado de vigilia, y en las que nunca se ha pensado? 


Sólo el Espiritismo podía darnos la llave de ese raro fenómeno, que pasa desapercibido a causa de su misma vulgaridad, como todas las maravillas de la naturaleza que pisoteamos. Los sabios han desdeñado ocuparse de la alucinación; que sea real o no, no deja de ser un fenómeno que la fisiología debe poder explicar, bajo pena de confesar su insuficiencia. Si algún día un sabio se empeña en dar, no una definición, entendámonos bien, sino una explicación fisiológica de ella, veremos si su teoría resuelve todos los casos; que no omita sobre todo los hechos tan comunes de apariciones de personas en el momento de su muerte; que diga de dónde viene la coincidencia de la aparición con la muerte de la persona. Si esto fuese un hecho aislado, se podría atribuir a la casualidad; pero como es muy frecuente, la casualidad no tiene estas reincidencias. Además, si aquel que ve la aparición

tenía la imaginación afectada por la idea que la persona debía morir, podría pasar; pero la que aparece es lo más a menudo aquello en que menos se piensa: luego la imaginación no toma parte en esto para nada. Por la imaginación pueden explicarse menos aún las circunstancias de la muerte de la cual no se tiene ninguna idea. Los alucinacionistas dirán, acaso, que el alma (si es que la admiten), tiene momentos de sobreexcitación en que sus facultades
están exaltadas. Estamos acordes; pero cuando lo que ve es real, no es una ilusión. Si en su exaltación el alma ve una cosa que no está presente, es, pues, que se transporta; pero si nuestra alma puede transportarse hacia una persona ausente ¿por qué el alma de esa persona no puede transportarse hacia nosotros? Que en su teoría de la alucinación tomen en cuenta estos hechos y no olviden que una teoría a la cual se pueden oponer hechos contrarios, es
necesariamente falsa e incompleta. Esperando su explicación, vamos a ensayar emitir algunas ideas con este objeto. 

113. Los hechos prueban que hay verdaderas apariciones de las cuales la teoría espiritista da buena cuenta, y que sólo pueden negar los que no admiten nada fuera del organismo; ¿pero al lado de las visiones reales hay alucinaciones en el sentido aplicado a esta palabra? Esto no es dudoso. ¿Cuál es su origen? Los Espíritus nos podrán en el camino, porque la explicación nos parece del todo completa en las respuestas hechas a las preguntas siguientes: 

-¿Las visiones son siempre reales y no son alguna veces el efecto de la alucinación? ¿Cuándo se ve, en sueños o de otro modo, al diablo, por ejemplo, u otras cosas fantásticas que no existen, no es esto un producto de la imaginación?
Sí, algunas veces, cuando se está afectado por ciertas lecturas, o por historias de diabluras que impresionan, se recuerda, y se cree ver lo que no existe. Pero hemos dicho también que el Espíritu, bajo su envoltura semimaterial, puede tomar toda clase de formas para manifestarse. Un Espíritu burlón puede, pues, aparecer con cuernos y garras si le place, a fin de divertirse con la credulidad, como un buen Espíritu puede mostrarse con alas y una figura radiante.
– ¿Se pueden considerar como apariciones las figuras y otras imágenes que se presentan muchas veces cuando uno está medio dormido, o simplemente cuando se nos cierran los ojos? Desde que los sentidos se embotan, el Espíritu se desprende y puede ver de lejos o de cerca lo que no podría ver con los ojos.

Estas imágenes son muchas veces visiones, pero pueden ser también un efecto de las impresiones que la vista de ciertos objetos ha dejado en el cerebro, cuyas señales conserva como conserva la de los sonidos. El espíritu desprendido ve entonces en su propio cerebro estas señales qué se han fijado en él como sobre una plancha de daguerrotipo. Su variedad y su mezcla forman conjuntos extravagantes y fugitivos que se borran casi repentinamente a pesar de los esfuerzos que se hacen para retenerlos. Es preciso atribuir a una causa semejante ciertas apariciones fantásticas que no tienen nada de real, y que se producen muchas veces en estado de enfermedad. Es un hecho constante que la memoria es el resultado de las impresiones conservadas por el cerebro; ¿por qué singular fenómeno estas impresiones tan variadas y tan múltiples no se confunden? Este es un misterio impenetrable, pero que no es más extraño que el de las ondulaciones sonoras que se cruzan en el aire y no quedan menos claras. En un cerebro sano y bien organizado estas impresiones son claras y precisas; en un estado menos favorable se borran y confunden; de ahí la pérdida de memoria o la confusión de ideas. Esto parece, además, menos extraordinario, si se admite como en frenología un destino especial a cada parte, y aun a cada fibra del cerebro. Llegadas las imágenes al cerebro por los ojos, dejan en él una impresión que hace que se recuerde un cuadro como si se tuviese delante, pero esto es sólo cuestión de memoria, porque no se le ve; pues en cierto estado de emancipación, el alma ve en el cerebro y encuentra en él estas imágenes, aquellas sobre todo que le han afectado más, según la naturaleza de las preocupaciones o las disposiciones del Espíritu; así es como encuentra en él la impresión de las escenas religiosas, diabólicas, dramáticas, mundanas, figuras de animales raros, que ha visto en pintura en otra época o aun en cuentos, porque los cuentos dejan también impresiones. De este modo el alma ve realmente pero sólo ve una imagen daguerrotipada en el cerebro. En el estado normal estas imágenes son fugitivas y efímeras, porque todas las partes cerebrales funcionan libremente, pero en el estado de enfermedad, el cerebro está siempre más o menos debilitado, el equilibrio no existe entre todos los órganos; algunos solamente conservan su actividad, mientras que otros están de algún modo paralizados; de ahí la permanencia de ciertas imágenes que no están ya borradas como en el estado normal por las preocupaciones de la vida exterior. Esa es la verdadera alucinación y la causa primera de las ideas fijas.


Como se ve, hemos dado cuenta de esta anomalía por una ley enteramente fisiológica bien conocida, la de las impresiones cerebrales, pero nos ha sido siempre preciso hacer intervenir el alma; pues si los materialistas no han podido dar todavía una solución satisfactoria de este fenómeno, consiste en que no quieren admitir el alma. También dirán que nuestra explicación es mala, porque ponemos por principio lo que se ha cuestionado. ¿Por quién? Por ellos, pero admitido por la inmensa mayoría desde que hay hombres sobre la tierra, y la negación de algunos no puede hacer ley. ¿Nuestra explicación es buena? La damos por lo que pueda valer a falta de otra, y si se quiere a título de simple hipótesis, esperándola mejor. Tal como es, ¿da razón de todos los casos de visión? Ciertamente que no, y desafiamos a todos los fisiologistas a que den una sola a su punto de vista exclusivo que los resuelva todos; porque cuando han pronunciado sus palabras sacramentales de sobre excitación y de exaltación no han dicho nada; luego si todas las teorías de la alucinación son insuficientes para explicar todos los hechos, es que hay otra cosa más que la alucinación propiamente dicha. Nuestra teoría sería falsa si la aplicábamos a todos los casos de visión, porque habría algunos de estos que vendrían a contradecirla; puede ser justa si se concreta a ciertos hechos.




Pero se debe tener claro que las Manifestaciones Espontáneas no son aceptadas en el Espiritismo:

Libro de Obras Póstumas y las Manifestaciones de los Espíritus.
Carácter y Consecuencias Religiosas de las Mismas

Preliminares
   1. Las almas o Espíritus de los que han vivido constituyen el mundo invisible que puebla el espacio y en medio del cual vivimos. De aquí resulta que desde que existen hombres, existen Espíritus, y que si éstos tienen el poder de manifestarse, han debido hacerlo en todas las épocas. Así lo patentizan la historia y las religiones de todos los pueblos. En estos últimos tiempos, empero, las manifestaciones de los Espíritus han adquirido un gran desenvolvimiento y un carácter de mayor autenticidad, porque estaba en las miras de la Providencia poner término a la plaga de la incredulidad y del materialismo con pruebas evidentes, permitiendo a los que han dejado la tierra, venir a atestiguar su existencia y revelar su situación feliz o desgraciada.
   2. Viviendo el mundo visible en medio del invisible, con el que está en perpetuo contacto, resulta que incesantemente reacciona el uno con el otro. Esta reacción es origen de una multitud de fenómenos que se han considerado como sobrenaturales por ignorarse su causa.
   La acción del mundo invisible sobre el visible y viceversa, es una de las leyes, una de las fuerzas de la naturaleza, necesaria a la armonía universal como la ley de atracción; si cesara de funcionar se perturbaría la armonía, como si se separase una rueda de las de un mecanismo.       
   Estando semejante acción fundada en una ley de la naturaleza, se deduce que todos los fenómenos por ella producidos, nada tienen de sobrenaturales. Sólo han parecido tales, porque no se conocía su causa, como así ha sucedido con ciertos efectos de la electricidad, de la luz, etc.
   3. Todas las religiones tienen por base la existencia de Dios y por objeto el porvenir del hombre después de la muerte. Este porvenir, que es para el hombre de capital interés, está necesariamente enlazado con la existencia del mundo invisible. Por esta razón, el conocimiento de semejante mundo ha sido en todo tiempo objeto de las investigaciones y preocupaciones de aquel. Su atención ha sido naturalmente atraída hacia los fenómenos que tienden a probar la existencia del mundo invisible, y no los había más concluyentes que los de la manifestación
de los Espíritus, por cuyo medio sus mismos habitantes revelaban su existencia.
   He aquí porque, los tales fenómenos han constituido la base de la mayor parte de los dogmas de todas las religiones.
   4. Teniendo naturalmente el hombre intuición de un poder superior, ha sido inducido, en todos los tiempos, a atribuir a su acción directa, los fenómenos cuya causa le era desconocida, y que eran para él prodigios y efectos sobrenaturales.
   Esta tendencia es considerada por los incrédulos como consecuencia del apego del hombre a lo maravilloso, pero no inquieren la causa de tal apego, que reside sencillamente en la intuición mal definida de un orden de cosas extra corporal. Con el progreso de la ciencia y el conocimiento de las leyes de la naturaleza, esos fenómenos han pasado poco a poco del dominio de lo maravilloso, al de los efectos naturales, de tal modo, que lo que en otro tiempo parecía sobrenatural, no lo es en la actualidad, y lo que hoy lo es, no lo será mañana.
   Los fenómenos que dependen de la manifestación de los Espíritus, han
debido proporcionar, por su misma naturaleza, un abundante contingente a los hechos tenidos por maravillosos; pero había de llegar un tiempo en que, siendo conocida la ley que los rige, entrarían, como los otros, en el orden de los hechos naturales. Ha llegado el tiempo y, dando a conocer semejante ley, el Espiritismo ofrece la clave de la mayor parte de los pasajes incomprensibles de las sagradas Escrituras que a él hacen alusión y de los hechos considerados como milagrosos.
   5. El carácter del hecho milagroso, es el de ser insólito y excepcional, es una derogación de las leyes de la naturaleza. Desde el momento en que un fenómeno se produce en condiciones idénticas, es porque está sometido a una ley y no es milagroso. Esta ley puede ser desconocida, pero no deja por ello de existir; el tiempo se encarga de darla a conocer.
   El movimiento del sol, o mejor de la tierra, detenido por Josué, sería un verdadero milagro, porque fuera una derogación manifiesta a la ley que rige el movimiento de los astros; pero si el hecho pudiera reproducirse en condiciones dadas, sería porque estaba sometido a una ley y dejaría, por consiguiente, de ser milagroso.
   6. Sin razón, se sobrecoge la Iglesia al ver que se estrecha el circulo de los hechos milagrosos, puesto que Dios prueba mejor su grandeza y poderío por el admirable conjunto de sus leyes, que por algunas infracciones de las mismas, tanto más cuanto que ella atribuye al demonio el poder de hacer prodigios, lo que implicaría que, pudiendo el demonio interrumpir el curso de las leyes divinas, sería tan poderoso como Dios.
   Atreverse a decir que el Espíritu del mal, puede suspender la acción de las leyes de Dios, es una blasfemia y un sacrilegio.
   La religión, lejos de perder su autoridad, porque hechos tenidos por
milagrosos pasen al orden de los hechos naturales, no puede menos que ganar.
   Ante todo, porque si un hecho es tenido sin razón por milagroso, es un error y la religión no puede dejar de perder, apoyándose en un error, sobre todo si se obstina en mirar como un milagro lo que no lo es. En segundo lugar, no admitiendo muchas personas la posibilidad de los milagros, niegan los hechos reputados milagrosos, y por consiguiente, la religión que en ellos se apoya. Si, por el contrario, la posibilidad de tales hechos es demostrada como consecuencia de las leyes naturales, no hay lugar a rechazarlos, como tampoco a la religión que los proclama.
   7. Los hechos evidenciados por la ciencia de un modo perentorio, no pueden ser impugnados por ninguna creencia religiosa contraria. La religión no puede menos de ganar en autoridad, siguiendo el progreso de los conocimientos científicos, y de perder, quedándose rezagada o protestando contra esos mismos conocimientos en nombre de los dogmas; porque ninguno de estos podrá prevalecer contra las leyes de la naturaleza ni anularlas. Un dogma, fundado en la negación de una ley de la naturaleza, no puede ser expresión de la verdad.
   El Espiritismo, fundado en el conocimiento de las leyes no comprendidas hasta ahora, no viene a destruir los hechos religiosos, sino a sancionarlos, dando de ellos una explicación racional. Solo viene a destruir las falsas consecuencias que han sido deducidas a causa de la ignorancia de aquellas leyes o de su errónea interpretación.
   8. Induciendo al hombre la ignorancia de las leyes de la naturaleza a buscar causas fantásticas a los fenómenos que no comprende, es el origen de las ideas supersticiosas, de las que son algunas debidas a los fenómenos espiritistas mal comprendidos. El conocimiento de las leyes que los rigen, destruye las ideas supersticiosas, reduciendo las cosas a su realidad y demostrando el límite de lo posible.

1. El Periespíritu - Principio de las Manifestaciones
   9. Los Espíritus, según hemos dicho, tienen un cuerpo fluídico al que se da el nombre de periespíritu. Su sustancia es tomada en el fluido universal o cósmico, que lo forma y alimenta, como el aire forma y alimenta el cuerpo material del hombre. El periespíritu es más o menos etéreo según los mundos y el grado de depuración del Espíritu. En los mundos y en los Espíritus inferiores, su naturaleza es más grosera y se acerca mucho a la materia bruta.
   10. En la encarnación, el Espíritu conserva su periespíritu, que es el órgano de transmisión de todas las sensaciones. Para las que vienen del exterior, puede decirse que el cuerpo recibe la impresión, el periespíritu la transmite, y el Espíritu, el ser sensible e inteligente, la siente. Cuando el acto parte de la iniciativa del Espíritu, puede decirse que este quiere, el periespíritu transmite y el cuerpo ejecuta.
   11. El periespíritu no está encerrado en los límites del cuerpo como en una caja. Por su naturaleza fluídica es expansible; irradia al exterior y forma alrededor del cuerpo una especie de atmósfera, que el pensamiento y la fuerza de voluntad pueden extender más o menos. De aquí se sigue, que personas que no están en contacto corporal, pueden estarlo por medio del periespíritu y transmitirse, aún a pesar suyo, las impresiones y a veces hasta la intuición de sus pensamientos.
   12. Siendo el periespíritu uno de los elementos constitutivos del hombre, desempeña un papel importante en todos los fenómenos psicológicos, y hasta cierto punto en los fisiológicos y patológicos. Cuando las ciencias médicas tomen en consideración la influencia del elemento espiritual en la economía, habrán dado un gran paso y nuevos horizontes se abrirán ante ellas; muchas causas de las enfermedades serán explicadas entonces y se encontrarán poderosos medios de
combatirlas.
   13. Por medio del periespíritu obran los Espíritus sobre la materia inerte y producen los diferentes fenómenos de las manifestaciones. Su naturaleza etérea, no podría ser obstáculo para ello, puesto que se sabe que los más poderosos motores se hallan en los fluidos más rarificados y en los imponderables. No hay, pues, que maravillarse de ver que con ayuda de semejante palanca, los Espíritus producen ciertos efectos físicos, tales como golpes y ruidos de toda clase; elevación, transporte, lanzamiento de objetos en el espacio, etc. Para explicarse esto, ninguna necesidad hay de acudir a lo maravilloso a los efectos sobrenaturales.
   14. Obrando los Espíritus sobre la materia, pueden manifestarse de
muchas maneras diferentes: por medio de efectos físicos, tales como los ruidos y movimientos de objetos; por la transmisión del pensamiento, por la vista, el oído, la palabra, el tacto, la escritura, el dibujo, la música, etc., en una palabra, por todos los medios que pueden servir para ponerles en relación con los hombres.
   15. Las manifestaciones de los Espíritus pueden ser espontáneas o provocadas. Las primeras tienen lugar inopinadamente y de improviso; con frecuencia se producen en las personas más extrañas a las ideas espiritistas. En ciertos casos y bajo la acción de ciertas circunstancias, las manifestaciones pueden ser provocadas por la voluntad, bajo la influencia de las personas dotadas al efecto de facultades especiales.
   Las manifestaciones espontáneas han tenido lugar en todas las épocas y países. Sin duda alguna el medio de provocarlas era también conocido en la antigüedad, pero constituía el privilegio de ciertas castas que no lo revelaban más que a escasos iniciados bajo rigurosas condiciones, ocultándolo al vulgo a fin de dominarlo con el prestigio de una fuerza oculta. Se ha perpetuado, empero, a través de las edades, hasta nosotros, en algunos individuos; pero desfigurado casi siempre por la superstición o confundido con las prácticas ridículas de la magia, lo que había contribuido a desacreditarlo. Hasta entonces, no habían pasado de ser gérmenes plantados aquí o allá. La Providencia había reservado a nuestra época el conocimiento completo y la vulgarización de esos fenómenos, para purificarlos de la mala liga y hacerlos servir en pro del mejoramiento de la humanidad, en disposición hoy de comprenderlos y deducir sus consecuencias.

2. Manifestaciones visuales
   16. Por su naturaleza y estado normal el periespíritu es invisible, lo que tiene de común con una porción de fluidos que sabemos que existen y que nunca, sin embargo, hemos visto. Pero, lo mismo que ciertos fluidos, puede también sufrir modificaciones que le hacen perceptible a la vista, sea por una especie de condensación, sea por un cambio en su disposición molecular. Hasta puede adquirir las propiedades de un cuerpo sólido y tangible, pero puede súbitamente volver a su estado etéreo o invisible. Se puede formar idea de este efecto, por el del vapor, que es susceptible de pasar de la invisibilidad al estado brumoso, después liquido, luego sólido y viceversa.
   Estos diferentes estados del periespíritu son resultado de la voluntad del Espíritu, no de una causa física exterior, como en el gas. Cuando un Espíritu aparece, es porque pone su periespíritu en el estado referido para hacerlo visible.
   Más no basta siempre su voluntad; se necesita, para que pueda operarse esta modificación del periespíritu, un concurso de circunstancias independientes de él.
   Se necesita, además, que el Espíritu tenga permiso para hacerse ver por una determinada persona, lo que no siempre le es concedido, o no lo es más que en ciertas circunstancias por motivos que no podemos apreciar. (Véase El Libro de los Médiums, cap. VI).
   Otra propiedad del periespíritu que depende de su naturaleza etérea, es la penetrabilidad. Ninguna materia le es obstáculo, las atraviesa todas, como atraviesa la luz los cuerpos transparentes. De aquí que no haya clausura que pueda oponerse a la entrada de los Espíritus, quienes van a visitar al prisionero en su calabozo con la misma facilidad que al hombre que está en medio del campo.
   17. Las manifestaciones visuales más comunes tienen lugar durante el sueño; estas son las visiones. Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, cuando se disfruta de la plenitud y completa libertad de las facultades. Se presentan generalmente bajo una forma vaporosa, diáfana, a veces vaga e indecisa; al principio, se ofrecen con frecuencia como un reflejo blanquecino cuyos contornos se dibujan poco a poco; otras veces, las formas están claramente acentuadas y se distinguen los más tenues rasgos de la cara, hasta el extremo de poder dar una muy precisa descripción. Los movimientos y el aspecto son
semejantes a los del Espíritu durante su vida.
   18. Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor pueda darle a conocer, si tal es su deseo. Así es que, aunque como Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se presenta defectuoso, cojo, herido, con cicatrices, si esto es menester para patentizar su identidad. Otro tanto sucede con el vestido. El de los Espíritus, que nada han conservado de los apetitos terrenales, se compone ordinariamente de un ropaje de largos pliegues flotantes y su cabellera es ondulante y graciosa.
   Los Espíritus se presentan a menudo con los atributos característicos de su elevación, como una aureola, alas los que pueden considerarse como ángeles, un aspecto luminoso y resplandeciente, mientras otros tienen los que recuerdan sus ocupaciones terrestres. Así, un guerrero podrá aparecer con su armadura, un sabio con un libro, un asesino con un puñal, etc. Los Espíritus superiores tienen una fisonomía hermosa, noble y tranquila; los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y en ciertas ocasiones conservan las huellas de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. Esta apariencia es real para ellos, es decir, que se creen ser lo que parecen, lo cual es un castigo.
   19. El Espíritu que quiere o puede aparecerse, toma a veces una forma mas precisa aún, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y de hacer creer que se tiene delante un ser corporal.
   En ciertos casos y bajo el influjo de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede hacerse real, es decir, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor de un cuerpo vivo, lo que no es óbice a que desaparezca con la rapidez del rayo. Se podría pues, estar en presencia de un Espíritu con el que se cambiase palabras y actos de la vida, creyendo tratar con un mortal, sin sospechar que es un Espíritu.
   20. Cualquiera que sea el aspecto bajo el que se presente un espíritu, aún bajo la forma tangible, puede en el mismo instante, no ser visible más que para unos cuantos. En una reunión, podría, pues, presentarse solo a uno o varios miembros; y de dos personas que estuviesen juntas, puede una verle y tocarle y la otra no ‘ver ni sentir nada’.
   El fenómeno de la aparición a una sola persona entre muchas que se hallan reunidas, se explica por la necesidad de una combinación entre el fluido periespiritual del Espíritu y el de la persona, para que se produzca. Para esto es preciso que haya entre esos fluidos una especie de afinidad que favorezca la combinación. Si el Espíritu no encuentra la aptitud orgánica necesaria, dicho fenómeno no puede producirse; pero si existe, el Espíritu es libre de aprovecharla o no, de donde resulta que, si dos personas igualmente favorecidas bajo este aspecto se encentran juntas, el Espíritu puede realizar la combinación fluídica con aquella a quien quiere presentarse; no haciéndolo con la otra, esta no lo verá. Lo mismo pasaría con dos individuos que tuviesen un velo ante los ojos. Si un tercer individuo quiere hacerse ver solo a uno de los dos, solo a él levantaría el velo; pero si el tal individuo fuera ciego, ya podría levantársele el velo, que no le sería por ello dada la facultad de ver.
   21. Las apariciones tangibles son muy raras, pero las vaporosas son frecuentes, sobre todo en el momento de la muerte. Parece que el Espíritu libre se apresura a volver a ver a sus parientes y amigos como para advertirles que acaba de dejar la tierra, y decirles que vive a pesar de ello. Evoque cada cual sus recuerdos, y se verá cuantos hechos auténticos de este género, de los cuales no se daba cuenta, han tenido lugar no solo de noche, durante el sueño, sino en pleno día y en estado de la mis completa vigilia.
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   Las comunicaciones o manifestaciones espontáneas no son aceptadas como para ser permitidas como parte de las enseñanzas del Espiritismo en las actividades Mediúmnicas. Por lo tanto permitir que espíritus inferiores e impuros, se manifiesten sin permiso, puede ser una garantía de que el Espiritismo que dice ser, no lo es. Es apropiado advertirles que esas comunicaciones no aportan nada, y no son apropiadas en cuanto a las Evocaciones de Espíritus.

   Los Espíritus que se manifiestan espontáneamente, no les importa introducirse sin permiso, y violan el libre albedrio de los demás.  Que lo que hacen es imponer sus criterios sin que se les haya autorizado.  Los Espiritistas religiosos de Brasil, aceptaron una comunicación del Espíritu Ismael en el ano de 1888, donde este falso Espíritu se contradijo con las enseñanzas del Espiritismo, y le indico a los que lo escucharon y lo convirtieron en una regla u "Opinión Personal", aislada, que el Espiritismo no se responsabilizaría.

Veamos cómo este tema es tratado en el Libro de Los Médiums y en el libro de obras Póstumas.

Comunicaciones Espontaneas
Consideraciones generales
Libro de Los Médiums
Segunda Parte – Capítulo XXV

   269. Los Espíritus pueden comunicarse en forma espontánea, o bien en respuesta a nuestro llamado, es decir, presentándose mediante la evocación. Algunas personas piensan que no debemos evocar a ningún Espíritu, sino que es preferible esperar la llegada de cualquiera que desee comunicarse. Se basan en la opinión de que, cuando llamamos a un Espíritu determinado, no podemos tener la certeza de que sea él mismo quien se presenta, mientras que aquel que acude espontáneamente, por su propia iniciativa, prueba mejor su identidad, puesto que de ese modo manifiesta el deseo que tiene de conversar con nosotros. Por nuestra parte, opinamos que eso es un error. Primero, porque siempre estamos rodeados de Espíritus, la mayoría de las veces de condición inferior, que no desean otra cosa que comunicarse. En segundo lugar, y precisamente por esa razón, el hecho de que no llamemos a ningún Espíritu en particular equivale a abrir la puerta a todos los que quieran entrar. En una asamblea, no ceder la palabra a nadie implica dejarla libre a cualquiera, y se sabe lo que de ahí puede resultar. El llamado directo que se hace a un Espíritu determinado establece un vínculo entre él y nosotros. Lo convocamos porque es nuestro deseo, y de ese modo oponemos una especie de barrera a los intrusos. Si no existiera un llamado directo, la mayoría de las veces un Espíritu no tendría motivo alguno para acercarse a nosotros, a menos que fuera nuestro Espíritu familiar.
   Ambas maneras de actuar tienen sus ventajas, y el único inconveniente radicaría en que alguna de ellas fuera excluida de manera absoluta. Las comunicaciones espontáneas no acarrean ningún inconveniente si mantenemos el control de los Espíritus y estamos seguros de que los malos no lograrán dominarnos.
   En ese caso, por lo general es útil aguardar la buena voluntad de los que están dispuestos a manifestarse, porque su pensamiento no sufre ninguna presión, y de esa manera se pueden obtener cosas admirables. En cambio, puede suceder que el Espíritu a quien se llama no esté dispuesto a hablar, o no sea capaz de hacerlo en el sentido deseado. El análisis escrupuloso que hemos aconsejado es, además, una garantía contra las malas comunicaciones.
   En las reuniones regulares, sobre todo en aquellas en las que se realiza un trabajo continuado, siempre hay Espíritus habituados a concurrir sin que se los llame, justamente porque están prevenidos a causa de la regularidad de las sesiones. A menudo toman la palabra de manera espontánea, para tratar un tema cualquiera, desarrollar una proposición o prescribir lo que se debe hacer, en cuyo caso son fácilmente reconocibles, sea por la forma del lenguaje, que es siempre idéntico, sea por la escritura, o bien por ciertos hábitos que les son peculiares.

   270. Cuando deseamos entrar en comunicación con un Espíritu determinado, es absolutamente necesario que lo evoquemos (Véase el § 203). Si ese Espíritu puede venir, la respuesta
generalmente es Sí, o Estoy aquí, o también: ¿Qué queréis de mí?
Otras veces, entra directamente en tema respondiendo por anticipado a las preguntas que nos proponíamos hacerle.
   Cuando se evoca a un Espíritu por primera vez, conviene designarlo con cierta precisión. En las preguntas que le hacemos, corresponde evitar las fórmulas bruscas e imperativas, que constituirían para él un motivo de alejamiento.
   Las fórmulas empleadas deben ser afectuosas o respetuosas, según el Espíritu, y en todos los casos el evocador debe dar muestra de benevolencia.

   271. Muchas veces es sorprendente la celeridad con que un Espíritu evocado se presenta, incluso desde la primera vez. Se diría que estaba prevenido de que lo evocaríamos y, de hecho, eso es lo que sucede cuando tenemos previamente la intención de hacerlo. Esa intención es una especie de evocación anticipada, y como siempre tenemos a nuestros Espíritus familiares, que se identifican con nuestro pensamiento, ellos preparan el camino para que, si no surge ningún obstáculo, el Espíritu al que deseamos llamar ya se encuentre presente en el momento de la evocación. En caso contrario, quien va a buscarlo es el Espíritu familiar del médium, o el del interrogador, o incluso el de uno de los que frecuentan las reuniones, y para eso no necesita mucho tiempo. Si el Espíritu
evocado no puede acudir de inmediato, el mensajero –los paganos dirían Mercurio– establece un plazo, a veces de cinco minutos, un cuarto de hora, una hora y hasta de varios días. Cuando el Espíritu llega, el mensajero dice: Aquí está. Entonces podemos comenzar a hacerle las preguntas que queramos.
   El mensajero no siempre es un intermediario indispensable, pues el Espíritu puede oír directamente el llamado del evocador, conforme está explicado en el § 282, pregunta 5, que trata acerca del modo en que se transmite el pensamiento.
   Cuando recomendamos que la evocación se haga en el nombre de Dios, confiamos en que nuestra recomendación sea tomada con seriedad, no a la ligera. Quienes apenas vean en eso el empleo de una fórmula sin consecuencia, será mejor que se abstengan.
  
   272. A menudo, las evocaciones ofrecen a los médiums más dificultades que los dictados espontáneos, especialmente cuando se trata de obtener respuestas precisas a preguntas detalladas.
   Para eso se requieren médiums especiales, flexibles y positivos a la vez. Ya hemos visto (en el § 193) que esos médiums son bastante raros, porque, según dijimos, las relaciones fluídicas no siempre se establecen, de manera instantánea, con el primer Espíritu que se presenta. Conviene, pues, que los médiums sólo se entreguen a las evocaciones minuciosas después de que estén
seguros del desarrollo de sus facultades, así como de la naturaleza de los Espíritus que los asisten, pues en aquellos médiums que están mal acompañados las evocaciones no pueden reunir
ningún carácter de autenticidad.

   273. Por lo general, a los médiums se los busca mucho más para las evocaciones de interés privado que para las comunicaciones de interés general. Esto se explica por el muy natural deseo que todos tenemos de conversar con los seres que nos son queridos. Al respecto, consideramos que es preciso hacer varias recomendaciones importantes a los médiums. En primer término, que sólo respondan a ese deseo con mucha reserva cuando se trate de personas de cuya sinceridad no
estén completamente seguros, y que estén precavidos contra las trampas que personas malintencionadas podrían tenderles.
   En segundo término, que no se presten a esas evocaciones bajo ningún pretexto si perciben que el objetivo es la curiosidad o el interés, y no una intención seria de parte del evocador. Además, que se nieguen a hacer preguntas improductivas o que excedan el ámbito de las que racionalmente se pueden dirigir a los Espíritus. Las preguntas deben ser formuladas con claridad y precisión, sin segundas intenciones, a fin de que se obtengan respuestas categóricas. Por consiguiente, es necesario descartar todas las preguntas que tengan carácter insidioso, porque sabemos que a los Espíritus no les satisfacen aquellas cuyo objetivo es ponerlos a prueba. Insistir en preguntas de esa naturaleza significa que uno mismo busca ser engañado. El evocador debe dirigirse con franqueza y abiertamente a su objetivo, sin subterfugios ni rodeos. Si teme ser explícito, será mejor que se abstenga.
   También es conveniente actuar con mucha prudencia cuando se hacen evocaciones sin que estén presentes las personas que las han solicitado, e incluso muchas veces es preferible no hacerlas en esos casos, dado que solamente esas personas están en condiciones de analizar las respuestas, juzgar acerca de la identidad del Espíritu que se comunica, pedir aclaraciones si fuera necesario, y formular las preguntas adicionales que las circunstancias requieran.
   Además, su presencia constituye un lazo que atrae al Espíritu, que por lo general se halla poco dispuesto a comunicarse con extraños, que no le inspiran ninguna simpatía.
   El médium, en una palabra, debe evitar todo aquello que pueda convertirlo en un agente de consultas, puesto que, desde el punto de vista de muchas personas, eso equivale a actuar como un decidor de la buenaventura.
__________________________________________________________

REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTA REFLEXIÓN
  • El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
  • El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
  • Obras Póstumas, Allan Kardec
  • Génesis – Allan Kardec
  • El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec
  • El Libro de Los Médiums – Allan Kardec


Revisado en: 2/7/14

2 comentarios:

  1. Despues q fallecio mi esposa la sentia conmigo durante 3 años quiza porque le preocupaba nuestra hija , a pesar q le dije q veria por ella luegoun dia se me presento en forma de esfera dorada q irradiaba dotas doradas , puse mis manos en contacto con ellas i senti q era ella le indique q fuera hacia la luz donde encontraria con sus padres q la quisieron mucho y q yo veria por nustra hija, dicho esto desaparecio y no la he vuelto a sentir .me podrian dar uba explicacion gracias

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  2. Probablemente era ella. No siempre aparecen con su forma humana, tal vez por ser mejor o más conveniente al que los ve. Probablemente al decirle que tu cuidarías de la niña, ella aceptó el encuentro con los suyos, sabiendo que definitivamente quedaba la hija en buenas manos. Si no has vuelto a tener noticias de ella, creo que es buena señal; aquí si se puede decir eso de que la mejor noticia es no tener noticia. Un abrazo

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INFAMIA denuncia de Henri Sause 1 dic 1884

Vídeos publicados sobre el tema:Falsificación de Génesis

Vídeos publicados sobre el tema:Falsificación de Génesis Espiritista, 5ta Edición, 2nda Revisión del Libro de Génesis Espiritista... https://youtu.be/LahxKBMvd84
Ésta es mí contestación oficial sobre la Carta de la Federación Espírita de Brasil FEB, que publiqué é el 6 de abril del 2018. Y consta en el  artículo que contiene el siguiente Video.

Contestación oficial de mi parte a la Federación Espírita de Brasil FEB



5ta Edición, 2nda Revisión del Libro de Génesis Espiritista... https://youtu.be/fQyH70ypda4


5ta Edición, 2nda Revisión del Libro de Génesis Espiritista... Versión de Carleen Bransteter https://youtu.be/9AABq-nWY-M, Carleen Branstetter, 👌okp21 verificado... (11/29/2021).





Carta de la Federacion Espirita de Brasil FEB del 29 de enero del 2018

Carta de la Federación Espirita de Brasil FEB, 29 de de enero del 2018.

Esta carta de la FEB expresa excusas, como justificación para no hacer nada por 134 años desde que Henri Sausse hizo la denuncia de la Infamia el 1 de diciembre de 1884, en el Periodico "Le Espiritisme".

Todas las excusas son sólo válidas para los que nunca tuvieron compromiso con el Espiritismo, y que creyeron que el Espiritualismo moderno suplantaría las enseñanzas del Espiritismo unido a las enseñanzas apócrifas de Jean Baptiste Roustaing. Pero el Espiritismo, que no es Espiritualismo, no se puede sostener en la mentira. Es por eso que esta defensa por la integridad de la filosofía es muy válida.


Hoy, la Federación Espirita de Brasil FEB, sólo tiene dos (2) opciones.

  • Opción #1 - Corregir las alteraciones a los libros codificados y restaurar la integridad doctrinaria del Espiritismo, en próximas ediciones de traducciones. 
  • Opción #2 - NO HACER NADA, que automáticamente se convierte en la primera y única Opción.
Par saber que va a pasar, se debe evaluar el espíritu o las intenciones, que al menos las tenemos por escrito.

Y es por eso importante evaluar el contenido de la Carta de la FEB del 29 de enero del 2018, a fin de determinar si esas son las intenciones. El hacer las correcciones correspondientes, y cumplir con traducciones correctas, implicaría que sí estaban falsificadas las traducciones realizadas en todos los idiomas, incluyendo el idioma portugués, desde hace 146 años. Esto es poco probable y si esta fuera la opción a seguir, deberíamos estar muy pendientes a que eso se logre. Digamos que quieren hacer creer que esa es la opción, pues es solo cuestión de esperar a que todo se olvide, como ocurrió en el pasado. Hoy la Federación Espirita de Brasil FEB, no ha demostrado ningún interés en preservar la integridad doctrinaria del espiritismo moralizador y consolador, porque el interés real es que el Espiritismo, siga siendo considerado una religión Espiritualista que este de acuerdo a los libros publicados de Chico Xavier y Divaldo Pereira Franco, que son considerados como base fundamental de sus creencias espiritualistas.


Las que nadie se las cree, ni ellos mismos, tergiversa la verdad, y lo peor para ellos los incriminan en esta maldad infame de falsificar el libro de Génesis publicado por Allan Kardec el día 6 de enero del 1868. 


Los cogimos con las manos en la masa.



Creen que ya no tendrán que preocuparse. Están lejos de la verdad. Es ahora que los tenemos con las manos en la masa. Quedarán en ridículo, y la credibilidad mundial los juzgará. No os daremos cuenta pronto que están derrumbado y sin un plan B, por haber sido, malos, mentirosos, hipócritas e Infames. Quedarán en el ridículo mundial. 
Carta de la FEB 1-5 en Portugués y en español


####### Traducción al Español #######
Pagina 1

LA GÉNESIS

MILAGROS Y LAS PREDICCIONES
SEGÚN EL ESPIRITISMO
EDICIÓN FINAL

El propósito de las preguntas formuladas últimamente acerca de lo que sería la edición definitiva de la Génesis, milagros y las predicciones según el Espiritismo, Federación Espírita de Allan Kardec Brasileña, a través de su Consejo de administración, llega oficialmente al movimiento espírita expresa su entendimiento nacional sobre el tema.

Como todos saben, la primera edición de la obra salió a la luz, en París, el 6 de enero en 1868, seguido ese mismo año, la publicación de las segunda y terceros ediciones, absolutamente idénticas, simplemente reimpresiones de la primera edición. La 4 ª edición, que contiene en la cubierta y la portada el año 1868, se publicó sólo en la primavera de 1869, ya desencarnado el codificador, aunque manteniendo las mismas características de las tres primeras ediciones, con el cual no distingue en cualquier momento.

La 5ª edición de la génesis, milagros y las predicciones según el Espiritismo, a diferencia de cuatro primeras ediciones, no contiene el año de su lanzamiento, ni en la portada o en la portada, por lo que hasta hace poco no era posible conocer con precisión la fecha publicada. Hoy en día y que el sitio electrónico de la Biblioteca Nacional de Francia, realizar un seguimiento de la fecha exacta de su fecha de lanzamiento: 23 de diciembre de 1872, en el revisado, corregido y ampliado.

Como es conocido por todos, la quinta edición francesa, o que ella siguió y que son idénticos en todos los puntos, es el que ha servido de espejo a las traducciones en las diversas lenguas nacionales de los países del mundo, por haber sido la última edición revisada. Si he usado los traductores febianos Portugués, incluyendo el Dr. Guillón Ribeiro, siendo pertinente tener en cuenta que la primera edición brasileña de la obra, publicados en los años 80 del siglo XIX y traducido por Joaquim Carlos Travassos, Fortúnio, basado en la edición revisada, corregida y ampliada.

No es nuevo en la controversia que el último libro de la codificación espírita habría sido "adulterado" .

Después de la muerte de Allan Kardec, visto que suprime, modifica o agrega palabras, frases y párrafos completos que, en opinión de algunos, no fueron escritos por el autor y que tu desde 1884, 

1 


http://soyespirita.blogspot.com/2018/03/carta-de-la-federacion-espirita-de.html

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¿Cómo reconocer un “Espiritista Verdadero”, en el Espiritismo?

¿Cómo reconocer un “Espiritista Verdadero”, en el Espiritismo? 
Un Espiritista Verdadero es aquel que según el Libro de Obras Póstumas, de Allan Kardec lo describe así:

Breve Contestación a los Detractores del Espiritismo

“Solo reconoce por adeptos suyos a los que practican su enseñanza, es decir, a los que trabajan en su propio mejoramiento moral, esforzándose en vencer sus malas inclinaciones, en ser menos egoístas y orgullosos, más afables, más humildes, pacientes, benévolos, caritativos para con el prójimo y moderados en todas las cosa, pues este es el signo característico del espiritista verdadero…”

Un Espiritista Verdadero, no es el que cobra menos dinero. Esos son “Charlatanes”, infiltrados en el Espiritismo. Los “Charlatanes”, son los que cobran dinero en el Espiritismo.


Evaluar a un Espiritista, y saber si es uno Verdadero, se necesita tener conocimiento adquirido, mediante la lectura de los Libros Codificados de Allan Kardec, Así se puede verificar la autenticidad.

Mensajes en Fotos


Body

















1/15/16

Un RESUMEN sobre los recursos del Espiritismo para sanar las Obsesiones Espirituales seria:









  • Moralización del Obsesado obteniendo su ascendencia Moral y luego al Obsesor moralizarlo.



  • Fortalecimiento de la "Voluntad" del Obsesado para que pueda Rechazar al Obsesor.



  • Oración Magnética Mental. (Grupales),



  • Magnetización del Obsesado, mediante Pases Magnéticos.



  • Educación Espirita.


Los postulados y la definición de la Filosofía Espirita antes expresada es nuestra razón de ser en esta red social. Por la naturaleza de este medio, muchas personas con diferentes corrientes de pensamiento y de diferente postura con relación al Espiritismo, pueden hacer comentarios a nuestras reflexiones. Esto nos llena de mucha satisfacción, porque ilustra claramente que el propósito de la existencia de esta página ha cometido su propósito al lograr cruzar barreras de idiomas y de pensamientos. Estamos muy claros en que nuestra filosofía es una de carácter Kardeciana y es la que promulga el deseo genuino de Dios en cuanto al comportamiento Moral de nuestra sociedad y de toda la raza humana, pero no tenemos ninguna conexión con otras corrientes de pensamiento sincretistas como lo son: Práctica de africanismo, indigenismos o ritualismos étnicos, Religiosos, folclóricos o sincréticos ni se hacen rezos, baños de plantas, consume de aguardiente o tabacos, inhalaciones toxicas, curaciones mágicas, maleficios o encantamientos y Santería.



Las obsesiones se Curan según el Espiritismo.






Excelente recurso de información según El Espiritismo, en el siguiente Libro Gratuito:








Todos están bienvenidos a comentar nuestras reflexiones, pero en nada esto significa que patrocinemos estas corrientes diferentes de pensamientos.











Queremos ser un faro, donde aquellos que desean encontrar el puerto seguro, puedan libremente acercarse al dialogo y a la comprensión. Jesús nos enseño a no hacer acepción de persona alguna, somos llamados a la comprensión y a la tolerancia con todos aquellos que aunque tengan pensamientos diferentes, siguen siendo seres humanos en el proceso de encontrar el sendero de la verdad en su camino evolutivo.












REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTA REFLEXIÓN



  • El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec

  • El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec

  • Obras Póstumas, Allan Kardec

  • Genesis

  • El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec

  • El Libro de Los Médiums – Allan Kardec











Frank Montañez

“Soy Espírita”

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NOTA Importante:




Si consideras que este articulo o reflexión es útil, y deseas citarnos en un artículo o nota que publiques en tu blog o en Facebook, por favor haz una mención de que obtuviste la información de un articulo nuestro ya publicado. Eso es actuar en Moral y bien común. No permitas que el atribuirte consciente o inconscientemente crédito por algo que copiaste de otro autor, afecte tu espiritualidad, y que cometas faltas que se han de acumulan a las que ya tienes.




Si me mencionas o no, no es importante para mí, pero sí; es una falta el atribuirte que la información publicada es de tu autoría al no hacer mención alguna del autor original, si no das el crédito al que originalmente lo creo, eso es propiedad intelectual y al no dar el crédito, constituye una falta de moralidad. Recomiendo que añadas al final de tu reflexión algo así:




Partes de esta reflexión ha sido tomada de un artículo publicado por Frank Montañez de “Soy Espírita” en su blog: www.soyespirita.blogspot.com




Nombre del Artículo:


Fecha Publicado:


Eso evitarás que actúes mal sin quererlo hacer, de eso se trata la Educación Espírita.






Los siguientes enlaces te conducen a estos temas ya publicados para ayudarte en tu desarrollo de educación espiritual:









































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Los invito a que descarguen los AUDIO Libros en mi blog. No hay escusas para no leer el Libro de los Espíritus y el de Los Médiums, pues pueden escucharlos narrados. Visita mi blog o simplemente dale clic al libro que ves listado a continuación.





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Espero estos enlaces te conduzcan a información que te ayude a lograr activar tu crecimiento espiritual, a través de la Transformación Moral.


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NOTA ACLARATORIA:





Han notado que nuestras reflexiones se redactan para la Educación de nuestra filosofía, tal y como lo ilustran Los Espíritus de La Codificación Espirita dada a Allan Kardec. Muchas de estas enseñanzas lucen como que deben ser tratadas en la Casa Espírita y creo que sí; es esto correcto. Pero la mayoría de nuestros lectores no tienen acceso a Casa Espírita alguna, entonces no nos podemos quedar con las manos cruzadas esperando que Espíritus Impuros que sabiendo esta realidad se adelanten se introduzcan en los hogares de personas que con genuino interés se acercan a nuestra página buscando ayuda. Para ellos les sugiero considerar conformar un pequeño grupo de Estudios en su hogar. Así se deleitaran de las enseñanzas de los Espíritus. Estos dos enlaces te ayudaran a comenzar a conformar tu grupo de Estudio:





  • http://soyespirita.blogspot.com/2014/01/ley-de-sociedad-i-necesidad-de-la-vida.html

  • http://soyespirita.blogspot.com/2011/08/recomendaciones-para-los-nuevos-grupos.html













No demostramos compasión si no ayudamos a estas personas en estos lugares inaccesibles que no existe ninguna Casa Espírita cerca y tal vez nunca la habrá a no ser por nuestra educación por el Internet. Para muchos el desarrollo de la Mediúmnidad es tan serio que no han desarrollado aun Médiums en sus lugares de reunión. Pero eso no debe ser la norma, pues el mismo Allan Kardec nos apercibió de que esto era esencial en el desarrollo espiritual de las comunicaciones Mediúmnica.




Preferimos hacer accesible esta información para aquellos que genuinamente desean crecer espiritualmente, y yo soy el de pensar que si los deseos de estos nuevos allegados son encaminados al desarrollo de la Mediúmnidad, es preferible ayudarlos que dejarlos a expensas de Espíritus Impuros que aprovechándose del deseo más profundo de crecer espiritualmente intervengan para que esto no se logre.




Esta educación debe ser el detonador para el establecimiento de nuevos centros de reunión para nuevos allegados y esto cumple el propósito de la codificación y de la Ley de Progreso y Crecimiento espiritual a que todos tenemos derecho.









































Autenticidad de los libros Codificados por Allan Kardec según el Libro de Génesis, ¿Qué es una Opinión en el Espiritismo? y el propósito del Espiritismo con la Humanidad:





Ítem #10. Sólo los espíritus puros reciben la misión de transmitir la palabra de Dios, pues hoy sabemos que los espíritus están lejos de ser todo perfectos y que algunos intentan aparentar lo que no son, razón por la cual San Juan ha dicho: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” (Primera Epístola Universal de San Juan Apóstol 4:1).



De modo que nadie tiene la autoridad Espiritual ni Moral de realizar cambios a los libros codificados que no sean los dueños y autores originales; "Los Espíritus".




Veamos lo que dice la introducción del Libro de Génesis, comentado y firmado por Allan Kardec y lee como sigue: Introducción, De la primera edición, publicada en enero de 1868.


“A pesar de la intervención humana en la elaboración de esta





Doctrina, la iniciativa pertenece a los espíritus, pero no a uno en especial, ya que es el resultado de la enseñanza colectiva y concordante de muchos espíritus, puesto que si se basara en la doctrina de un espíritu no tendría otro valor que el de una "opinión personal". El carácter esencial de la Doctrina y su existencia misma se basan en la uniformidad y la concordancia de la enseñanza. Por tanto, todo principio no general no puede considerarse parte integrante de la Doctrina, sino una simple opinión aislada de la cual el Espiritismo no se responsabiliza.


Es esa concordancia colectiva de opiniones, sometidas a la prueba de la lógica, la que otorga fuerza a la Doctrina Espírita y asegura su vigencia. Para que cambiase, sería necesario que la totalidad de los espíritus mudasen de opinión, es decir, que llegase el día en que negasen lo dicho anteriormente. Ya que la Doctrina emana de la enseñanza de los espíritus, para que desapareciese sería necesario que los espíritus dejasen de existir. Y es por eso que esta Doctrina prevalecerá siempre sobre los demás sistemas personales, que no poseen, como ella, raíces por doquier. El Libro de los Espíritus ha consolidado su prestigio porque es la expresión de un pensamiento colectivo y general.”

Firmado por Allan Kardec.






El Libro de Génesis, escrito por Allan Kardec nos indica lo siguiente tambien:


Ítem #40. El Espiritísmo presenta, como ha sido demostrado (cap. I, n.º 30), todos los caracteres del Consolador prometido por Jesús. No es, en absoluto, una doctrina individual, una concepción humana; nadie puede decirse su creador (Pues sus creadores fueron los Espíritus). Es el fruto de la enseñanza colectiva de los espíritus presididos por el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio: lo completa y aclara. Con la ayuda de las nuevas leyes que revela, en unión con las de la ciencia, hace comprender lo que era ininteligible y admitir la posibilidad de aquello que la incredulidad tenía inadmisible. Hubo precursores y profetas que presintieron su llegada. Por su poder moralizador, prepara el reino del bien sobre la Tierra.


La doctrina de Moisés, incompleta, terminó circunscrita al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la Tierra mediante el cristianismo, pero no convirtió a todos; el Espiritismo, más completo aún, con raíces en todas las creencias, convertirá a la Humanidad.1


1. Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de la individualidad fundadora, por lo que se dice: el Mosaísmo, el Cristianismo, el Mahometismo, el Budismo, el Cartesianismo, el Furierismo, el Sansimonismo, etc. La palabra Espiritismo, por el contrario, no involucra a ninguna persona en especial; pero sí define a una idea general que indica, al mismo tiempo, el carácter y la fuente múltiple de la Doctrina. [N. de A. Kardec.]






Claramente Allan Kardec y El Espíritu de verdad que dictó los Libros Codificados que el Espiritísmo, más completo aún, es con raíces en TODAS LAS CREENCIAS y la fuente múltiple de la doctrina, refiriéndose a que con Moisés la Doctrina fue incompleta y la de Jesús se extendió mediante el Cristianismo, pero no convirtió a todos, por lo tanto es hoy que el Espiritísmo ha de ser de todos, todas las doctrinas religiosas, "Mosaísmo, Cristianismo, Mahometismo, el Budismo, el Cartesianismo, el Furierismo, el Sansimonismo, y yo ando los Musulmanes, los Hinduistas, los Ateos, los Laicos, los de Joaquín Trincado, los Santeros, Umbanda, en fin a "TODOS", es más incluyo, hasta los extraterrestres, Todos adelantaran sus Espíritus mediante las enseñanzas del Espiritísmo.



En el libro de Obras Póstumas, Allan Kardec, luego de haber dedicado 13 años a la Codificación Espírita, y haber codificado y publicado los 5 Libros Básicos, dijo lo siguiente refiriéndose al Espiritismo:



EL ESPIRITÍSMO NO ES UNA RELIGIÓN Constituida…



El espiritismo es una doctrina filosófica que tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo, y que entre sus adeptos ninguno ha tomado ni recibido titulo de sacerdote o sumo sacerdote. Estas calificaciones son pura invención de la crítica.


Obras Póstumas – Allan Kardec







TODOS SOMOS MÉDIUMS





Libro de Los Mediums - Sobre los Médiums - X




Todos los hombres son médiums, todos tienen un Espíritu que los orienta hacia el bien, en caso de que sepan escucharlo. Ahora bien, poco importa que algunos se comuniquen directamente con él a través de una mediumnidad especial, y que otros sólo lo escuchen a través de la voz del corazón y de la inteligencia, pues no deja de ser su Espíritu familiar quien los aconseja. Llamadlo espíritu, razón o inteligencia: en todos los casos es una voz que responde a vuestra alma y os dicta buenas palabras. Sin embargo, no siempre las comprendéis. No todos saben proceder de acuerdo con los consejos de la razón, no de esa razón que se arrastra y repta más de lo que camina, que se pierde en la maraña de los intereses materiales y groseros, sino de esa razón que eleva al hombre por encima de sí mismo y lo transporta a regiones desconocidas. Esa razón es la llama sagrada que inspira al artista y al poeta, el pensamiento divino que eleva al filósofo, el impulso que arrebata a los individuos y a los pueblos. Razón que el vulgo no puede comprender, pero que eleva al hombre y lo aproxima a Dios más que ninguna otra criatura; entendimiento que sabe conducirlo de lo conocido a lo desconocido, y le hace realizar las cosas más sublimes. Escuchad, pues, esa voz interior, ese genio bueno que os habla sin cesar, y llegaréis progresivamente a oír a vuestro ángel de la guarda, que desde lo alto del cielo os tiende la mano. Repito: la voz íntima que habla al corazón es la de los Espíritus buenos, y desde ese punto de vista todos los hombres son médiums.




Channing






Libro de Los Mediums - Capt. XVII


Amigos míos, permitidme que os dé un consejo, dado que avanzáispor un terreno nuevo, y si seguís la ruta que os indicamos no osextraviaréis. Se os ha dicho una gran verdad, que deseamos recordaros: el espiritismo es sólo una moral, y no debe salirse de los límites de la filosofía, ni más ni menos, salvo que quiera caer en el dominio de la curiosidad.


Dejad de lado las cuestiones científicas, pues la misión de los Espíritus no es resolverlas, ahorrándoos el esfuerzo de las investigaciones.


"Tratad antes de mejoraros, pues de ese modo progresaréis realmente".


San Luis






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