Confía en Dios, haz el bien común y rechaza a los malos Espíritus que tratan de influenciar tú mente con el Miedo a lo desconocido. Es ahí que debemos demostrar nuestra Fe Razonada...
El miedo SIEMPRE es producido por la falta de información o el no saber cómo actuar o manejar una situación a la cual ha de enfrentarse. Busque información, orientese. En el caso de cualquier manifestación espiritual, debe también procurar educarse a su Espíritu. El miedo te paraliza el poder pensar libremente. El miedo es la herramienta más utilizada por los malos Espíritus que procuran atacarte.
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Rechaza el Miedo de tú mente. Recuerda que los Malos Espíritus, son los responsables de inculcar el miedo en nuestra mente. Pero cuando educas a tú Espíritu, los miedos se desaparecen.
Todo contenido que contenga "Sello PEDV", no podrá ser intervenido por nadie : AI, Espíritus Inferiores, y ningún Espíritu encarnado o desencarnado no moralizado.
No Tienes Mí Permiso a Intervenir con mí Misión De Divulgar BIEN COMÚN y Libre Albedrío.
Permiso del Espíritu De Verdad
PEDV
Éste siguiente enlace es lo que te refiere a éste contenido nuevamente:
https://soyespirita.blogspot.com/2013/09/rechaza-los-malos-espiritus-que-esten.html
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NTMPIMDDBCLA = Sello PEDV
29 de Octubre del 2023, 10:03 pm
Próximo : "Confirmación del Espíritus de Verdad"
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Te invito a ver y compartir éste vídeo : "Qué hacer cuándo no se qué hacer, todas las puertas cerradas y deseo saber que hacer Soy Espírita", en YouTube.
Te invito a ver y comartir éste vídeo : " Oración de Protección a Espíritus Protectores, en momentos difíciles, tús tristezas afectan a los Espíritus desencarnados, por lo tanto, debes y tienes que controlar tús tristezas que afecten a ése Espíritu, cada vez que te acuerdasde él. Recuerda que los Espíritus son Inmortales e Inmateriales, [Libro de Los Espíritus 934, 935 y 936]. Ellos estaran a tú lado por siempre, por toda la eternidad, de éso se trata éste vídeo, Soy Espírita, en YouTube.
A continuacion, muy buenos consejos publicados en las redes sociales sobre el tema del miedo...
La EDUCACIÓN ESPÍRITA, LA VOLUNTAD Y TÚ MORAL, Y MÁS QUE TODO LA PROTECCIÓN DE DIOS A TÚ VIDA, son lo que consuela y te dan esperanza.
"The oldest and strongest emotion of mankind is fear, and the oldest and strongest kind of fear is fear of the unknown"
- H. P. Lovecraft
"La emoción más antigua y más fuerte de la humanidad es el miedo, y el tipo de miedo más antiguo y más fuerte es el miedo a lo desconocido"
- H. P. Lovecraft
¿Cómo es posible que hombres sensatos vean en eso una objeción seria? ¿Acaso no sucede lo mismo con todas las preocupaciones intelectuales en un cerebro débil? ¿Conocemos el número de los que se volvieron locos y maníacos por estudiar matemáticas, medicina, música, filosofía, etc.? ¿Hay que desterrar dichos estudios por ese motivo? ¿Qué prueban esos hechos?
Con la actividad del cuerpo se deterioran los brazos y las piernas, que son los instrumentos de la acción material; con la actividad de la inteligencia se deteriora el cerebro, que es el instrumento del pensamiento. Con todo, si bien el instrumento está dañado, no hay razón para que el Espíritu también lo esté.
Por el contrario, el Espíritu se mantiene intacto, y una vez desprendido de la materia volverá a gozar de la plenitud de sus facultades. En su género, como hombre, es un mártir del trabajo.
Ahora bien, el Verdadero Espírita observa las cosas de este mundo desde un punto de vista tan elevado, le parecen tan pequeñas y mezquinas comparadas con el porvenir que lo aguarda; la vida es para él tan corta y fugaz, que las tribulaciones no le resultan más que los incidentes desagradables de un viaje. Lo que a otros les produciría una violenta emoción, a él lo afecta medianamente. Sabe, por otra parte, que los pesares de la vida son pruebas que sirven para su adelanto si las sufre sin murmurar, porque será recompensado según el valor con que las haya soportado. Así, sus convicciones le otorgan una resignación que lo preserva de la desesperación y, por consiguiente, de una causa incesante de locura y suicidio. Conoce, además, por el espectáculo que le ofrecen las comunicaciones con los Espíritus, la suerte de los que abrevian voluntariamente sus días, y ese cuadro es apropiado para hacerlo reflexionar. Por ese motivo el número de los que han sido detenidos en esa pendiente funesta es considerable. Se trata de uno de los resultados del espiritismo. Que los incrédulos se rían de él cuanto quieran. Por mi parte, les deseo el consuelo que la doctrina Espírita proporciona a todos los que se han tomado el trabajo de sondear sus misteriosas profundidades.
Entre las causas de locura también hay que incluir el pavor, pues el que se siente por el diablo ha trastornado más de un cerebro.
¿Conocemos acaso el número de víctimas que se ha hecho al herir imaginaciones débiles con ese cuadro que algunos se ingenian para hacer aún más espantoso mediante horribles detalles?
El diablo, se dice, sólo asusta a los niños; es un freno para que se tranquilicen. En efecto, como el cuco y el hombre lobo, y cuando les han perdido el miedo se comportan peor que antes. A fin de obtener ese hermoso resultado no se tiene en cuenta la cantidad de epilepsias causadas por la conmoción de un cerebro delicado. Muy frágil sería la religión si su poder se viera comprometido por no fundir temor. Afortunadamente no es así: tiene otros medios para actuar sobre las almas. El espiritismo se los proporciona de mayor eficacia y seriedad – si ella sabe aprovecharlos–, pues muestra la realidad de las cosas y de ese modo neutraliza los funestos efectos de un temor exagerado.
Primero, el de los que creen en las manifestaciones y se limitan a comprobarlas; para ellos el espiritismo es una ciencia experimental.
Segundo, el de los que comprenden sus consecuencias morales.
Tercero, el de los que practican o se esfuerzan por practicar esa moral. Sea cual fuere el punto de vista, científico o moral, desde el que se consideren esos fenómenos extraños, todos comprenden que se trata de un nuevo orden de ideas que surge, cuyas consecuencias no pueden ser otras que una profunda modificación en el estado de la humanidad, y comprenden también que dicha modificación sólo habrá de tener lugar en el sentido del bien.
En cuanto a los adversarios, podemos también clasificarlos en tres categorías:
La primera es la de quienes niegan sistemáticamente todo lo nuevo o lo que no procede de ellos, y por eso hablan del espiritismo sin conocimiento de causa. A esta clase pertenecen los que no admiten nada fuera del testimonio de los sentidos: no vieron nada, no quieren ver nada y menos aún profundizar. Incluso se sentirían molestos si vieran con demasiada claridad, por miedo a ser forzados a reconocer que no tienen razón. Para ellos el espiritismo es una quimera, una locura, una utopía, o mejor dicho: no existe. Son los incrédulos por prejuicio. Junto a ellos incluiremos a los que se han dignado darle una mirada para descargo de su conciencia, a fin de poder decir: “He querido ver y no vi nada”. No comprenden que se requiere más de media hora para entender una ciencia.
La segunda categoría corresponde a los que pese a saber muy bien a qué atenerse en cuanto a la realidad de los hechos, los combaten por motivos de interés personal. Para ellos el espiritismo existe, pero temen sus consecuencias. Por eso lo atacan como a un enemigo.
La tercera es la de los que encuentran en la moral espírita una censura excesivamente severa de sus actos o sus tendencias. Tomado en serio, el espiritismo los molestaría. No lo rechazan ni lo aprueban: prefieren cerrar los ojos. Los primeros son incitados por el orgullo y la presunción; los segundos, por la ambición; los terceros, por el egoísmo.
Es probable que estas causas de oposición, puesto que no tienen consistencia, desaparezcan con el tiempo, porque en vano buscaríamos una cuarta clase de opositores que se apoyara en pruebas contrarias y al mismo tiempo patentes, expuestas mediante un estudio concienzudo y laborioso de la cuestión.
Todos oponen solamente la negación; ninguno aporta una demostración seria e irrefutable.
Tendríamos un concepto demasiado elevado de la naturaleza humana si creyéramos que ésta tiene condiciones para transformarse súbitamente por medio de las ideas espíritas. La acción que dichas ideas ejercen, de seguro no es la misma ni de igual grado en quienes las profesan. Pero más allá del resultado, por escaso que este sea, constituye en todos los casos un mejoramiento, aunque sólo consista en aportar la prueba de la existencia de un mundo extra corporal, lo que implica la negación de las doctrinas materialistas.
Tal es la consecuencia de la observación de los hechos. No obstante, para los que comprenden el espiritismo filosófico y ven en él algo más que fenómenos relativamente curiosos, otros son los efectos.
El primero y más general consiste en desarrollar el sentimiento religioso, incluso en aquel que sin ser materialista es indiferente a las cosas espirituales. De ese sentimiento resulta su desprecio por la muerte. No decimos su deseo de morirse, de ningún modo –pues el espírita defenderá su vida como cualquier otro–, sino que nos referimos a una indiferencia que le hace aceptar sin queja ni pesar una muerte que es inevitable, como algo más bien dichoso que temible, porque tiene la certeza del estado que la sucederá.
El segundo efecto, casi tan general como el primero, es la resignación ante las vicisitudes de la vida. El espiritismo hace ver las cosas desde tan alto que, al perder la vida terrenal las tres cuartas partes de su importancia, al hombre no lo afectan tanto las tribulaciones que la acompañan. De ahí que tenga más entereza ante las aflicciones y sea más moderado en sus deseos. De ahí también que se aleje de la idea de abreviar sus días, porque la ciencia espírita le enseña que con el suicidio irremediablemente pierde lo que pretendía ganar. La certeza de un porvenir venturoso que depende de nosotros, la posibilidad de establecer relaciones con los seres que nos son queridos, ofrecen al espírita una suprema consolación. Su horizonte se amplía hasta lo infinito ante el espectáculo incesante de la vida de ultratumba, cuyas misteriosas profundidades puede sondear.
El tercer efecto consiste en inspirar la indulgencia para con los defectos ajenos. De todos modos, es necesario poner de manifiesto que el principio egoísta y cuanto de él resulta, ha echado profundas raíces en el hombre y, por consiguiente, es lo más difícil de desarraigar. De buena gana se realizan sacrificios, con tal que no cuesten nada y, sobre todo, no priven de nada. El dinero aún tiene para la mayoría un irresistible atractivo, y pocos son los que comprenden el sentido de la palabra superfluo cuando se trata de sí mismos. Por eso, la abnegación de la personalidad es el signo más eminente de progreso.
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Los inmigrantes que viven con miedo a ser deportados, y se sienten temerosos a ser deportados tienen derechos, protegidos por leyes internacionales de derechos humanos. Reconocidas en la ONU.
- Prepare con anticipación información de contactos de emergencia, nombres y # de teléfonos que incluyan a su abogado.
- Cuestione hablar con su abogado antes de contestar alguna pregunta.
- No firme ningún documento hasta que no se comunique con su abogado.
- Tiene el derecho a permanecer callado.
- Los agentes necesitan una orden firmada por un juez para poder entrar en su casa.
- Si el agente entra sin la orden de un juez, dígale "Yo no consiento que usted esté en mi casa"
- No le mienta a las autoridades de ley.
- No provea documentos falsos.
Gracias por esto, ayuda a las personas con miedo y algunos dones que otros no reconocen
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