El Libro de los Médiums... Nos habla de Manifestaciones físicas espontáneas.
Los llamados Aportes...
Segunda Parte – Capítulo V
P. 122 - 126
Permiso del Espíritu De Verdad es PEDV...
Fenómeno de aportes °17
§ 96. - Éste fenómeno no difiere de los que acabamos de mencio-nar, excepto por la intervención benévola del Espíritu que lo produce, por la naturaleza de los objetos de que éste se sirve, casi siempre atractivos, y por la manera suave e incluso delicada mediante la cuál son aportados.
°17 En francés: apports. En una de sus acepciones, el verbo aportar –de donde deriva el sustantivo aporte– significa llevar, conducir, traer. Los investigadores franceses han utilizado éste término, adoptado también en otros idiomas, para referirse al fenómeno descrito por Allan Kardec y, más específicamente, al que consiste en la introducción de objetos en lugares cerrados. (N. del T.)
Consiste en el aporte espontáneo de objetos que no existen en el lugar donde están los observadores. Casi siempre se trata de flores, a veces
frutos, confituras, joyas, etc.
§97. - Digamos, para comenzar, que éste fenómeno es uno de los que más se prestan a la imitación y, por consiguiente, debemos estár prevenidos contra la superchería. Sabemos hasta dónde puede llegar el arte de la prestidigitación en lo relativo a experiencias de éste género. No obstante, aunque no tengamos que luchar con un profesional, podremos fácilmente ser engañados por una maniobra hábil e interesada. La mejor
de todas las garantías se encuentra, en primer lugar, en el carácter, en la honestidad notoria, en el absoluto desinterés de la persona que obtiene ésos efectos. En segundo lugar, en el
análisis atento de todas las circunstancias en que los hechos se producen; y por último, en el conocimiento esclarecido del Espiritismo, el único que permitirá descubrir todo aquéllo que sea sospechoso.
§98. - La teoría del fenómeno de aportes, y de las Manifestaciones Físicas en general, se encuentra resumida de manera notable en la disertación siguiente, realizada por un Espíritu cuyas comunicaciones poseen un sello irrefutable de profundidad y de lógica.
Muchas de ellas aparecerán en el curso de ésta obra. Se da a conocer con el nombre de Erasto, discípulo de san Pablo, y cómo Espíritu protector del médium que le sirvió de intérprete:
“Para la obtención de fenómenos de éste orden hace falta, necesariamente, que se disponga de médiums a los que llamaré sensitivos, es decir, dotados en el más alto grado de las facultades mediúmnicas de expansión y de penetrabilidad, pues el sistema nervioso de ésos Médiums, fácilmente excitable, les permite, por medio de ciertas vibraciones, proyectar alrededor suyo, con profusión, el fluido animalizado que les es propio.
”Las naturalezas impresionables, las personas cuyos nervios vibran ante el menor sentimiento, ante la más insignificante sensación, y a las que la influencia moral o física, interna o externa, sensibiliza, son sujetos muy aptos para convertirse en excelentes médiums para los efectos físicos de tangibilidad °18 y de aportes. En efecto, el sistema nervioso de esas personas, desprovisto casi totalmente de la envoltura refractaria que aísla ése sistema en la mayoría de los demás encarnados, las hace aptas para el desarrollo de éstos diversos fenómenos.
°18. - En francés: tangibilité. Estado propio de lo que es tangible. (N. del T.)
En consecuencia, con un sujeto de ésa naturaleza, y cuyas demás facultades no sean hostiles a la mediumnización, se obtendrán muy fácilmente los fenómenos de tangibilidad, los golpes en las paredes y en los muebles, los movimientos inteligentes, e incluso la suspensión en el espacio de la más pesada materia inerte. Con mayor razón se obtendrán ésos resultados sí, en vez de un Médium, pudiéramos contar con muchos otros, igualmente bien dotados.
”No obstante, de la producción de ésos fenómenos a la obtención del fenómeno de aportes hay una gran distancia, porque en éste caso no sólo el trabajo del Espíritu es más complejo, más difícil, sino que además el Espíritu solamente puede operar por medio de un único aparato Mediúmnico, es decir, que muchos Médiums no pueden colaborar
simultáneamente para la producción del mismo fenómeno.
Por el contrario, sucede incluso que la presencia de algunas personas antipáticas al Espíritu que opera obstaculiza radicalmente su acción. A éstos motivos que, como podéis ver, no carecen de importancia, debéis agregar que los aportes han requerido siempre una mayor concentración y, al mismo tiempo, una mayor difusión de ciertos fluidos, que sólo pueden ser obtenidos con los Médiums mejor dotados, con aquellos, en suma, cuyo aparato electromediúmnico posea mejores condiciones.
”En general, los hechos de aportes son y continuarán siendo sumamente raros. No preciso demostraros por qué son y serán menos frecuentes que los otros hechos de tangibilidad: vosotros mismos lo deduciréis a partir de lo que os digo.
Además, ésos fenómenos son de tal naturaleza que, así como no todos los Médiums son aptos para producirlos, tampoco todos los Espíritus pueden lograrlos. En efecto, es preciso que entre el Espíritu y el Médium influido, exista cierta afinidad, cierta analogía, en una palabra, cierta semejanza que permita que la parte expansible del fluido periespirítico °19 del encarnado se mezcle, se una, se combine con el fluido del Espíritu que quiere hacer un aporte. Ésta fusión debe ser tal que la fuerza resultante de ella se convierta, sí así vale decirlo, en una, del mismo modo que una corriente eléctrica,
al actuar sobre el carbón, produce un sólo foco, una única claridad. Vosotros os preguntaréis: ¿para qué ésa unión, esa fusión?
°19 - Como se ve, cuándo se trata de expresar una idea nueva, para la cuál el lenguaje carece de términos, los Espíritus saben perfectamente crear neologismos. Las palabras electromediúmnico y periespirítico no son nuestras. Los que nos han criticado porque creamos los términos espírita, espiritismo, periespíritu, que no tenían términos análogos, podrán también hacer la misma crítica a los Espíritus. (N. de Allan Kardec.)
Sucede que, para producir ésos fenómenos, es necesario que las propiedades esenciales del Espíritu motor sean aumentadas con algunas de las propiedades del sujeto mediumnizado. El fluido vital, indispensable para la producción de todos los fenómenos Mediúmnicos, es un atributo exclusivo del encarnado y, por consiguiente, el Espíritu que opera se encuentra obligado a impregnarse de él. Sólo entonces puede, por medio de algunas propiedades de vuestro medio circundante, que vosotros no conocéis, aislar, volver invisibles y hacer que se muevan algunos objetos materiales, e incluso los propios encarnados.