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«La eugenesia es la auto-dirección de la   evolución    humana»: Lema del Segundo Congreso Internacional de Eugenesia, 1921, representado como un árbol que unifica una diversidad de campos diferentes.
La eugenesia (del griego ευγονική /eugoniké/, que significa ‘buen origen’: de εὖ /eu/ [‘bueno’], y γένος /guénos/ [‘origen’, ‘parentesco’]) es una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de humanos.[1] El origen de la eugenesia está fuertemente arraigado al surgimiento del darwinismo social a finales del siglo XIX.[2] [3] [4]
El eugenismo pretendería el aumento de personas más fuertes, sanas, inteligentes o de determinada etnia o grupo social para lo que promueve directa o indirectamente la no procreación de aquellos que no poseen esas cualidades llegando a considerar su aplicación como una ventaja en el ahorro de recursos económicos para los países. En este sentido estaría relacionado con el malthusianismo, el natalismo y el nacionalismo. El medio tradicional de selección genética, en plantas y animales, era la selección artificial (basada, aunque se desconocieran, en la Leyes de Mendel). Los métodos del eugenismo del siglo XIX y XX incluian desde la esterilización forzada hasta el genocidio. Los métodos eugenistas modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, la fecundación in vitro y la ingeniería genética.[cita reque
Los opositores de la eugenesia aseguran que ésta es inmoral y está fundamentada en, o es en sí misma, una pseudociencia. Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para diversas formas de discriminaciones coercitivas y violaciones de los derechos humanos que fueron promovidas por sistemas políticos, por ejemplo: casos de esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, asesinatos a personas por su raza, religión u orientación sexual así como el genocidio de razas o culturas consideradas inferiores. Como el programa de eugenesia nazi, "La experiencia más traumática la encontramos en Alemania, donde los nazis pusieron en práctica su ideología racial, por lo que decidieron deshacerse de aquellas razas que ellos consideraban inferiores (6 millones de judíos, 800.000 gitanos…), y ejecutando un programa médico denominado Aktion T4, en el que se eliminó o esterilizó a 275.000 personas, entre impedidos, enfermos mentales y homosexuales".[5]
La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde épocas muy antiguas, al menos desde Platón, pero su versión moderna fue formulada por vez primera por Sir Francis Galton en 1865, recurriendo al entonces reciente trabajo de su primo Charles Darwin. Desde sus inicios, la eugenesia fue apoyada por figuras destacadas, incluyendo a Alexander Graham Bell, George Bernard Shaw y Winston Churchill.[cita requerida] La eugenesia fue una disciplina académica en muchos institutos y universidades. Su veracidad científica comenzó a cuestionarse en la década de 1930, sin embargo, en esa época Ernst Rüdin empezó a incorporar la retórica eugenésica a las políticas raciales de la Alemania nazi. Durante el periodo de posguerra, gran parte tanto del público, incluyendo la comunidad científica, asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la "higiene racial" y la exterminación, sin embargo, varios gobiernos regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta la década de 1970.[6]


Significados de eugenesia y eugenismo

En un principio eugenesia remite al 'buen origen' o 'buen linaje' en contraposición a mal origen y linaje familiar, con las connotaciones racistas y clasistas que supone. Más adelante hará referencia a los 'buenos genes' en contraposición a los 'malos genes'. Los significados que el término fue adoptando derivan del uso múltiple de su uso. Históricamente, el término ha sido usado para aludir a cualquier cosa comprendida entre el cuidado prenatal de las madres -procurar que se produzca un 'buen nacimiento'-,[7] pasando por la selección de parejas fértiles, la esterilización forzada, el infanticidio, la reprogenética, el aborto inducido preventivo por malformaciones, los bebés de diseño y hasta la eutanasia han sido relacionados o considerados bajo el término de eugenesia.[8]
El término eugenesia se usa a menudo para referirse en realidad al eugenismo, movimiento político e ideológico que predica una mejora cualitativa, biológica de la población, frente a una posible mejora moral o cultural.[4] Los movimientos eugenistas tuvieron influencia sobre todo a finales del siglo XIX y princpios del XX. En un amplio sentido histórico, la eugenesia también puede ser el estudio de la «mejora de las cualidades genéticas humanas». Algunas veces se aplica para describir en términos generales cualquier acción humana cuya finalidad sea mejorar el acervo genético.[9]
Sir Francis Galton utilizó “eugenesia” al conjunto de propuestas que surgieron desde el eugenismo. Los mecanismos para conseguirla pueden ser “positivos” (por el fomento de la reproducción de los “más aptos”) o “negativos” (por las trabas o la incapacitación a los “menos aptos” para que no se reproduzcan).[4]
Debido a sus finalidades normativas y a su relación histórica con el racismo científico, así como al desarrollo de la ciencia de la genética, la comunidad científica internacional se ha desvinculado casi totalmente del término eugenesia, calificándola a veces de pseudociencia, si bien pueden encontrarse defensores de lo que se conoce como eugenesia liberal. Las investigaciones modernas sobre los potenciales usos de la ingeniería genética ha llevado a una cada vez mayor invocación de la historia de la eugenesia en discusiones sobre bioética, la mayoría de las veces de forma cautelar. Algunos bioéticos sugieren que incluso los programas de eugenesia no coactiva serían inherentemente poco éticos, si bien este punto de vista ha sido cuestionado por pensadores tales como Nicholas Agar.[10]
El eugenismo o los eugenesistas defienden políticas específicas que (de tener éxito) llevarían a una mejora observable del acervo genético humano. Puesto que el definir qué mejoras son deseables o beneficiosas es percibido como una elección cultural más que un asunto que pueda determinarse objetivamente (es decir, por investigaciones empíricas y científicas), la eugenesia ha sido considerada a menudo una pseudociencia. El aspecto más discutido de la eugenesia ha sido la definición de «mejora» del acervo genético humano, como qué es una característica beneficiosa y qué es un defecto. Este aspecto de la eugenesia ha sido históricamente contaminado con racismo científico.[cita requerida]
Los primeros eugenesistas estaban más preocupados con los factores observables de la inteligencia que a menudo se correlacionan fuertemente con la clase social. Muchos eugenesistas se inspiraron en la cría selectiva de animales (donde se suele trabajar para lograr pura razas) como analogía para la mejora de la sociedad humana. La mezcla de razas (o miscegenación) solía ser considerada como algo a evitar en nombre de la pureza racial. En aquella época este concepto parecía tener cierto respaldo científico, y siguió siendo un asunto beligerante hasta que el desarrollo avanzado de la genética llevó al consenso científico de que la división de especies humanas en razas desiguales es injustificable. Algunos ven esto como un consenso ideológico, dado que la igualdad, lo mismo que la desigualdad, es una elección cultural más que un asunto que pueda ser determinado objetivamente.[cita requerida]
La 'eugenesia genética' también se ha preocupado por la eliminación de enfermedades hereditarias tales como la hemofilia y la enfermedad de Huntington. Sin embargo, hay varios problemas en calificar ciertos factores como «defectos genéticos»:[cita requerida]
  • En muchos casos no hay consenso científico sobre lo que es un «defecto genético». A menudo se argumenta que es más un asunto de elección social o individual.
  • Lo que parece ser un «defecto genético» en un contexto o entorno puede no serlo en otro. Este puede ser el caso de los genes con una ventaja heterocigota, como la alfa talasemia y la enfermedad de Tay-Sachs, que en su forma heterocigota pueden ofrecer una ventaja contra, respectivamente, la malaria y la tuberculosis.
  • Muchas personas minusválidas o inválidas pueden tener éxito en la vida.
  • Muchas de las enfermedades que los primeros eugenesistas identificaron como hereditarias (por ejemplo la pelagra) se consideran actualmente imputables completa o al menos parcialmente a las condiciones medioambientales.
Parecidas preocupaciones han surgido cuando el diagnóstico prenatal de una enfermedad congénita puede, según la legislación del país, conllevar un aborto (véase también diagnóstico genético preimplantacional).
Las políticas eugenésicas han sido clasificadas conceptualmente en dos categorías: eugenesia positiva, que fomenta la mayor reproducción de los designados «más aptos», y la eugenesia negativa, que desaconseja o impide la reproducción de los designados «menos aptos». La eugenesia negativa no necesita ser coactiva: un estado podría ofrecer recompensas económicas a ciertas personas que se sometan a la esterilización, si bien algunos críticos podrían responder que este incentivo, junto con la presión social, podría percibirse como coacción. La eugenesia positiva también puede ser coactiva: el aborto en mujeres «aptas» era ilegal en la Alemania nazi.[4]
Durante el siglo XX, muchos países promulgaron políticas y programas eugenésicos, incluyendo:[9]
La mayoría de estas políticas fueron posteriormente consideradas coactivas, restrictivas o genocidas, y actualmente son pocas las jurisdicciones que incluyen políticas explícitamente clasificadas de eugenésicas o inequívocamente eugenésicas en esencia. Sin embargo, algunas organizaciones privadas ayudan a la gente con servicios de orientación genética, y la reprogenética puede ser considerada una forma de eugenesia «liberal» no patrocinada por el estado.

Historia

Antecedentes

La selección artificial de seres humanos fue sugerida al menos desde la época de la Antigua Grecia. Platón creía que la reproducción humana debía ser controlada por el Gobierno. Estos puntos de vista fueron registrados en La República: ¨
«que los mejores cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible y los peores con las peores al contrario».
Platón también proponía que este proceso se ocultase al público mediante una especie de "lotería".
Otros ejemplos antiguos incluyen una supuesta costumbre en las polis de Esparta que consistía en abandonar a los bebés débiles fuera de los límites de la ciudad para que murieran; una práctica que hoy es conocida como infanticidio. Para determinar cuáles bebés debían considerarse más fuertes, dejaban a todos los pequeñitos afuera de las casas durante un determinado periodo de tiempo, y al final, los supervivientes eran considerados los más fuertes, mientras que los otros bebés (supuestamente los más débiles) fallecían.

Orígenes: Teoría de Galton y Darwin

Francis Galton, uno de los padres de la eugenesia.
Durante los años 1860 y 1870, Sir Francis Galton sistematizó diversas ideas eugenésicas que se basaban en la teoría evolutiva propuesta por su primo Charles Darwin. Tras leer El origen de las especies, Galton alegó que los mecanismos de la selección natural estaban siendo frustrados potencialmente por la civilización humana. En su razonamiento, Galton consideró que las muchas sociedades humanas buscaban proteger a los desfavorecidos y los débiles y dichas sociedades estaban "reñidas" con la selección natural responsable de la extinción de los más débiles. Él pensó que sólo cambiando esas políticas sociales se podría "salvar" a la sociedad de una «reversión hacia la mediocridad», un frase que acuñó primero en la biometría estadística y que más tarde se cambió por la frase «regresión hacia la media».[11]
Por primera vez, Galton esbozó formalmente su teoría en el artículo de 1865 «Talento y personalidad hereditarios» (Hereditary Talent and Character), desarrollándola más a fondo en su libro de 1869 El genio hereditario, .[12]
Galton concluyó que, de la misma forma que la selección artificial se podría usar para exagerar rasgos en otros animales, se podrían esperar resultados similares al aplicar estas prácticas en seres humanos, tal como escribió en la introducción de El genio hereditario:
Me propongo mostrar en este libro que las habilidades naturales del hombre se derivan de la herencia, bajo exactamente las mismas limitaciones en que lo son las características físicas de todo el mundo orgánico. Consecuentemente, como es fácil a pesar de estas limitaciones lograr mediante la cuidadosa selección una raza permanente de perros o caballos dotada de especiales facultades para correr o hacer cualquier otra cosa, de la misma forma sería bastante factible producir una raza de hombres altamente dotada mediante matrimonios sensatos durante varias generaciones consecutivas.
Galton, El genio hereditario, 1
Según Galton, la sociedad fomentaba enfermedades disgenéticas (que ponían a la sociedad en un estado peor) afirmando que "los menos inteligentes" se estaban reproduciendo más que los "más inteligentes". Galton no propuso sistema de selección alguno, sino que esperaba que se hallaría una "solución" cambiando las costumbres sociales de forma que animasen a la gente a ver la importancia de la reproducción.
Con la publicación del "El origen del hombre" (1871) de Charles Darwin, la ideas eugenésicas adquirieron mayor difusión y aumentaron su influencia, puesto que Darwin retomó la idea de Galton que afirmaba que el «genio» y el «talento» eran rasgos hereditarios en los humanos:
"Ahora sabemos, por medio de los admirables trabajos del Sr. Galton que el genio, el cual implica una combinación maravillosa y compleja de facultades elevadas, tiende a ser hereditario".
El origen del Hombre, p. 92
Darwin dedicó el capítulo 5 de su libro (La selección natural afectando a las naciones civilizadas) a tratar la forma en que la selección natural afectaba a las llamadas sociedades "civilizadas", articulando los conceptos de "raza inferior" y "raza superior" a la vez que comentaba lo que él consideraba como "obstáculos" importantes para el incremento numérico de "hombres de cualidades superiores":[13]
Existe en las sociedades civilizadas un obstáculo importante para el incremento numérico de los hombres de cualidades superiores, sobre cuya gravedad insisten Grey y Galton, a saber: que los pobres y holgazanes, degradados también a veces por los vicios se casan de ordinario a edad temprana, mientras que los jóvenes prudentes y económicos, adornados casi siempre de otras virtudes, lo hacen tarde a fin de reunir recursos con que sostenerse y sostener a sus hijos. [...] Resulta así que los holgazanes, los degradados y, con frecuencia, viciosos tienden a multiplicarse en una proporción más rápida que los próvidos y en general virtuosos [...] En la lucha perpetua por la existencia habría prevalecido la raza inferior, y menos favorecida sobre la superior, y no en virtud de sus buenas cualidades, sino de sus graves defectos.
Darwin (1871), Parte 1, Cap. V: Natural Selection as affecting Civilised Nations, p. 186
Retrato de Charles Darwin (1875)
Al igual que Galton, Darwin había teorizado sobre la idea de que los rasgos humanos intelectuales, morales y la personalidad se presentaban en las familias de forma hereditaria, y habló sobre lo que, en consecuencia, él consideraba problemas relacionados al campo social:
Respecto de las conformaciones físicas, lo que determina el mejoramiento de una especie es la selección de los individuos mejor dotados, la eliminación de los que lo están menos, pero no la conservación de anomalías raras y marcadas. Lo mismo sucede con las facultades intelectuales: los hombres más inteligentes, en todas las categorías sociales, aventajan a los ignorantes, y tienden por lo tanto a aumentar numéricamente, si no se presentan otros obstáculos. Cuando en una nación se ha elevado el nivel intelectual, y ha aumentado el número de los hombres ilustrados, es fácil ver aparecer más a menudo que antes, hombres de genio según un promedio indicado por M. Galton, deducido de la ley de desviación. Por lo que hace a las cualidades morales, progresan siempre bajo el punto de vista de alguna eliminacion de las disposiciones nocivas, aun en las naciones más civilizadas. Los malhechores son ejecutados o bien encarcelados mucho tiempo, lo cual les impide transmitir libremente sus malas cualidades. Los locos y los hipocondriacos o viven en reclusión, o acaban muchas veces por suicidarse. Los hombres pendencieros y violentos encuentran a menudo una temprana muerte sangrienta. Los que no pueden ser constantes en ninguna ocupación (y este vestigio de barbarie es un gran obstáculo á la civilización) suelen emigrar a nuevos países, donde se convierten en trabajadores activos. Las mujeres despilfarradores tienen pocos hijos y los hombres libertinos rara vez se casan; ambos sufren continuas enfermedades. En la crianza de los animales domésticos, la eliminación de aquellos individuos que son decididamente inferiores, aunque sean numerosos, no es de ninguna manera un elemento sin importancia para el éxito. Esto especialmente es bueno con los caracteres perjudiciales que tienden a reaparecer por medio de reversión, tales como la negritud en las ovejas, y con la humanidad, algunas de las peores disposiciones, que en ocasiones sin ninguna causa aparente, hacen su aparición en la familia, tal vez puedan ser reversiones a un estado salvaje, de la que no se eliminan por muchas generaciones.
Charles Darwin, El origen del hombre (1871), Desarrollo de las facultades morales e intelectuales en los tiempos primitivos y civilizados
Darwin también estaba convencido de que los vicios morales se heredan, y para esto aludió al teórico que propondría una teoría completa del darwinismo social:
Nuestro gran filósofo, Herbert Spencer, ha explicado recientemente sus puntos de vista sobre el sentido moral. Él dice: "Yo creo que las experiencias de utilidad organizada y consolidadas a través de todas las generaciones pasadas de la raza humana, han estado produciendo modificaciones correspondientes, que, por transmisión continua y acumulación, se han convertido en nosotros en ciertas facultades de intuición moral; ciertas emociones respondiendo a la buena y mala conducta, que no tienen ninguna base evidente en las experiencias individuales de utilidad." . No hay en esto la más mínima improbabilidad, como a mí me parece, en tanto que las tendencias virtuosas son más o menos heredadas fuertemente, ya que, sin hablar de las diversas disposiciones y hábitos transmitidos por muchos de nuestros animales domésticos a su descendencia, he oído hablar de casos auténticos en los que el deseo de robar y una tendencia a mentir parecen darse en familias de mayor rango, y ya que el robo es un delito poco frecuente en las clases acomodadas, apenas podemos explicar por coincidencia accidental la tendencia que ocurre en dos o tres miembros de la misma familia. Si las malas tendencias son transmitidas, es probable que las buenas también se transmitan igualmente. Que el estado del cuerpo afectado por el cerebro, tiene gran influencia en las tendencias morales es sabido por la mayoría de aquellos que han sufrido de trastornos crónicos de la digestión y el hígado. El mismo hecho es, asimismo, demostrado por la "perversión o destrucción del sentido moral como uno de los primeros síntomas de trastorno mental" y la locura es notoriamente, a menudo heredada. Fuera del principio de la transmisión de tendencias morales, no podemos entender las diferencias que se cree que existen respecto a esto entre las varias razas de la humanidad.
Darwin, El Origen del hombre (1871), Comparación de las facultades mentales del hombre y los animales menores.
Darwin plasmó la creencia de que la degradación de la especie humana se debía a que los "miembros más débiles" se reproducían más que los miembros más civilizados:
Algunos comentarios con respecto a la selección natural actuando en las naciones cilizadas deben añadirse. Este asunto ha sido muy bien discutido por M. R. Greg, y anteriormente por Wallace y Galton. La mayor parte de mis observaciones son tomadas de estos autores.
Entre los salvajes, los individuos débiles en cuerpo y mente desaparecen muy pronto, y los que sobreviven se distinguen comúnmente por su vigorosa salud. Nosotros, los hombres civilizados, en cambio, nos esforzamos por frenar el proceso de eliminación; construimos asilos para los imbéciles, los mutilados y los enfermos; legislamos leyes pobres, y nuestros médicos apelan a toda su habilidad para conservar el mayor tiempo posible la vida de cada individuo. Hay muchísimas razones para creer que la vacuna ha salvado la vida a millares de personas que, por la debilidad de su constitución, hubieran sucumbido a los ataques de la viruela. En consecuencia, los miembros débiles de las sociedades civilizadas propagan su especie.
Nadie que haya asistido a la cría de animales domésticos dudará que esto debe ser muy perjudicial para la raza humana. Es sorprendente ver la rapidez con la que la falta de cuidado o el cuidado mal llevado a cabo conduce a la degeneración de una raza doméstica, pero exceptuando el caso del hombre mismo, casi nadie sería tan ignorante como para permitir que sus peores animales se reproduzcan.
Darwin (1871), Parte 1, Cap. V: Natural Selection as affecting Civilised Nations
Aunque Darwin admitió que sería incorrecto que un médico descuidara a los "individuos débiles", al mismo tiempo lamentó que "hay que cargar, sin quejarse, los efectos indudablemente negativos de los débiles que sobreviven y propagan su especie".
Por otra parte, Darwin creía que la progenie de mujeres más fuertes y "mejores" que otras, causaría que sus descendientes alcanzaran una capacidad intelectual y física "superior" a la de las generaciones pasadas:[14]
"A fin de que la mujer pueda llegar al mismo nivel que el hombre,[15] ella debería, cuando sea casi adulta, ser entrenada con energía y perseverancia, y tener su razón e imaginación entrenada al punto más alto, y entonces ella probablemente transmitiría estas cualidades sobre todo a sus hijas adultas. Todas las mujeres, sin embargo, no podrían crecer de esta manera, a menos que durante muchas generaciones aquellas que destacaran en las virtudes más vigorosas se casaran, y produjeran descendencia en un mayor número que las demás mujeres".
"El origen del hombre" (1871), Capítulo XIX: Hombre - Diferencias sexuales, pág. 565."
En este sentido, Darwin creía que la mujer se tenía que entrenar física y mentalmente para procrear descendientes posteriores más aptos y desarrollados. Esta idea darwinista sería incorporada más tarde en el programa eugenésico Lebensborn durante el periodo de la Alemania nazi, en el cuál cientos de mujeres consideradas “racialmente aptas” eran elegidas para ser fecundadas por oficiales nazis con el objetivo de producirles descendientes "más aptos".[16] Sin embargo, se comprobó que muchos de los niños que nacieron no mostraron ser especialmente "talentosos" como se pensaba, ni tampoco ser "inmunes" a enfermedades o discapacidades, contrario a lo que se esperaba.[17]
Parte de la confusión se debía a que los biometristas darwinistas a finales del siglo XIX y principios de siglo XX, excluyeron las leyes Mendelianas, y en su lugar proponían la ley de Galton de la "herencia ancestral" para tratar de explicar la herencia humana, con la hipótesis de que los carácteres adquiridos se podrían heredar.
Galton usó por primera vez la palabra eugenesia en su libro de 1883 Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (Inquiries into Human Faculty and Its Development), en el que quiso «mencionar los diversos tópicos más o menos relacionados con el cultivo de la raza o, como podríamos llamarlo, con las cuestiones “eugenésicas”». Incluyó una nota a pie para la palabra que escribía:
Esto es, con cuestiones relacionadas con lo que se denomina en griego eugenia, a saber, de buen linaje, dotado hereditariamente de cualidades nobles. Esta y las palabras relacionadas (eugénico, etcétera) son igualmente aplicables a hombres, bestias y plantas. Deseamos enormemente una palabra breve para aludir a la ciencia de la mejora del linaje, que en modo alguno se limita a las cuestiones de emparejamientos sensatos, sino que, especialmente en el caso del hombre, toma conciencia de todas las influencias que tienden a dar aunque sea en remoto grado a las razas o variedades más aptas una mejor oportunidad de prevalecer más rápidamente sobre los menos aptos de lo que de otra forma habría hecho. La palabra eugenesia expresaría suficientemente esta idea, siendo como mínimo una palabra más efectiva que viricultura, que una vez me aventuré a usar.
Francis Galton, Inquiries into human faculty and its development (Londres, Macmillan, 1883), pág. 17, nota 1
Karl Pearson, (1912)
En 1904 Galton definió su concepto de eugenesia como «la ciencia que trata sobre todas las influencias que mejoran las cualidades innatas de una raza, y también con aquellas que las desarrollan hasta la mayor ventaja.»[18] Cabe mencionar, que actualmente, la eugenesia es considerada una pseudociencia.
La formulación de Galton de la eugenesia estaba basada en un fuerte enfoque estadístico, fuertemente influenciado por la «física social» de Adolphe Quetelet. Sin embargo, a diferencia de éste, Galton no respetaba al «hombre medio» sino que lo despreciaba considerándolo un mediocre. Galton y su heredero estadístico Karl Pearson desarrollaron lo que se llamó el enfoque biométrico de la eugenesia, que desarrolló nuevos y complejos modelos estadísticos (más tarde exportados a campos completamente diferentes) para describir la herencia de los rasgos. Con el re-descubrimiento de las leyes de la herencia del monje Gregor Mendel, surgieron dos bandos separados de defensores de la eugenesia. Uno estaba formado por estadísticos y otro por biólogos. Los primeros creían que los segundos tenían modelos matemáticos excepcionalmente primitivos, mientras los biólogos creían que los estadísticos sabían poco sobre biología.[19]
Leonard Darwin, el cuarto hijo de Carlos Darwin, fue el presidente de la Sociedad Eugenésica Británica, de 1911 a 1928.
Posteriormente, varios de los hijos de Charles Darwin destacaron como líderes principales del movimiento eugenésico. En 1911, se formó un grupo eugenésico-darwinista en Cambridge, en el cuál, figuraban tres de los hijos de Darwin: Horance, Francis y George. En 1908, Francis Galton había fundado en Londres la Sociedad Eugenésica Británica[20] (Eugenics Society, hoy Galton Institute), y en 1911 Leonard Darwin se convirtió en el presidente de la misma hasta 1928. Tal como describió Nicholas Wright Gillham en A Life of Francis Galton, en 1912, en su discurso presidencial ante el Primer Congreso Internacional de Eugenesia, Leonard Darwin expresó su deseo de que la eugenesia ganara influencia sobre otros sistemas de creencia:
La eugenesia se convertiría no sólo un grial, un sustituto de la religión, como Galton había esperado, sino en un "deber primordial" cuyos principios presumiblemente se hacen exigibles
Leonard Darwin (1912)[21]
Más tarde, Charles Galton Darwin, (nieto de Carlos Darwin) se volvería el presidente de la Sociedad Eugenésica durante treinta años.[22] [23] Leonard escribiría los libros "¿Qué es la eugenesia?" y "La necesidad de una reforma eugenésica" (este último dedicado a su padre).[24] Las teorías eugenésicas se popularizaron ampliamente durante la primera mitad del siglo XX y gozaron de mucha influencia entre círculos científicos gracias al renombre de la familia.[25] Con la creciente influencia de la eugenesia darwinista, surgió una ola de "higienistas", hombres que se consideraban científicos muy estudiados, que luchaban contra la supuesta "degeneración gradual de la raza".[26]
La eugenesia terminó aludiendo a la reproducción humana selectiva como un intento de obtener niños con rasgos deseables considerados "superiores". También se daba un enfoque que buscaba influir sobre las tasas de natalidad diferenciales.
Posteriormente, los teóricos eugenésicos clasificarían a la eugenesia en dos categorías: la "eugenesia positiva": la mayor reproducción de los que se consideraba que contaban con rasgos hereditarios ventajosos o mejores, y la *eugenesia negativa o "eugenesia activa", la evasión de la reproducción de los que tenían rasgos hereditarios considerados "malos" o peores. En el pasado, las políticas eugenésicas negativas culminaron en actos de segregación y legislaciones que encaminaban a esterilizaciones forzadas e incluso el genocidio de los grupos sociales que fueron vistos como "menos aptos" o inferiores. La eugenesia activa incluyó la eliminación de los discapacitados según la política racista del exterminio nazi. Las políticas eugenésicas "positivas", típicamente tomaron la forma de apoyos para los individuos que se consideraron "más «aptos»" o "mas fuertes", y su bonificación para animarlos a que tuvieran descendencia. Prácticas relativamente inocuas como la orientación matrimonial tenían vínculos primitivos con la ideología eugenésica. Así mismo, durante la Primera Guerra Mundial, en diversos lugares, el test de coeficiente intelectual tenía el fin de seleccionar a los soldados más inteligentes para ponerlos al mando.[27]
La eugenesia difería en un sentido de lo que más tarde se conocería como darwinismo social. Ambas sostenían que la inteligencia era hereditaria, pero la eugenesia afirmaba la supuesta necesidad de nuevas políticas para de forma activa llevaran a la sociedad a un estado "más «eugenésico»", mientras que los darwinistas sociales argumentaban que la propia sociedad «advertiría» naturalmente el problema de la «disgenesia» si no se ponían en práctica políticas de bienestar social.

La eugenesia y el Estado (1890-1945)

Uno de los primeros defensores modernos de las ideas eugenésicas (antes de que fueran clasificadas como tales) fue Alexander Graham Bell. En 1881 Bell investigó la tasa de sordera en Martha's Vineyard, Massachusetts. De esto concluyó que la sordera era de naturaleza hereditaria y recomendó la prohibición del matrimonio con sordos («Memoria sobre la formación de un tipo de sordera en la raza humana») incluso a pesar de que él mismo estaba casado con una sorda. Como muchos otros de los primitivos eugenesistas, propuso controlar la inmigración con fines eugenésicos y advirtió que los colegios internos para sordos podrían considerarse posiblemente como lugares de cría de una raza humana sorda.
Ilustración racista de la influyente revista "Harper's Weekly" (1899) en la que se hace una supuesta similitud entre el "irlandés ibérico" y el "negro" en contraste con el elevado "anglo-teutónico".
Aunque la eugenesia es hoy relacionada a menudo con el racismo, no siempre fue así: tanto W. E. B. Du Bois como Marcus Garvey apoyaron la eugenesia o ideas similares como forma de reducir el sufrimiento de los afroamericanos y mejorar su estatura.[cita requerida]
Muchos métodos legales de eugenesia incluyeron leyes estatales contra la miscegenación o la prohibición de los matrimonios interraciales. La Corte Suprema de los Estados Unidos derogó estas leyes estatales en 1967 y declaró inconstitucionales las leyes antimiscegenación.
La Alemania nazi de Adolf Hitler fue famosa por los programas eugenésicos que intentaban mantener una raza alemana «pura» mediante una serie de medidas recogidas bajo la llamada «higiene racial». Entre otras actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los horrendos experimentos efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración. Durante los años 1930 y 1940, el régimen nazi esterilizó forzosamente a cientos de miles de personas a los que consideraba mental y físicamente «no aptos» (se estima que unas 400.000 entre 1934 y 1937). La escala del programa nazi provocó que los defensores estadounidenses de la eugenesia buscasen una ampliación del suyo, con alguna queja sobre que «los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego».[28] Los nazis fueron incluso más allá, matando decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de «eutanasia».[29]
También implantaron varias políticas eugenésicas positivas, otorgando premios a las mujeres arias que tenían un gran número de hijos y promoviendo un servicio en el que mujeres solteras «racialmente puras» eran fecundadas por oficiales de las SS (Lebensborn). Muchas de sus preocupaciones sobre la eugenesia y la higiene racial estuvieron también presentes en su exterminio sistemático de millones de personas «indeseables», incluyendo judíos, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales durante el Holocausto (buena parte del equipo y los métodos de exterminio usados en los campos fueron desarrollados inicialmente en un programa de eutanasia). El alcance y la coacción de los programas eugenésicos alemanes, junto con el fuerte uso de la retórica eugenésica y la llamada «ciencia racial» durante todo el régimen, crearon una indeleble asociación cultural entre la eugenesia y el Tercer Reich en los años de posguerra.[30]
El segundo mayor movimiento eugenésico se dio en los Estados Unidos. Comenzando con Connecticut en 1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental». En 1898 Charles B. Davenport, un prominente biólogo estadounidense, comenzó como director de una estación de investigación biológica situada en Cold Spring Harbor unos experimentos sobre la evolución de plantas y animales. En 1904, Davenport recibió fondos del Instituto Carnegie para fundar la Estación de Evolución Experimental. La Eugenics Record Office (’Oficina de Registro de Eugenesia’) abrió en 1910 mientras Davenport y Harry H. Laughlin empezaban a promocionar la eugenesia.[31]
Diagrama de un árbol genealógico de La familia Kallikak destinado a ilustrar cómo «desliz ilícito» podía provocar una generación completa de «imbéciles».
Durante el siglo XX, los investigadores se vieron intrigados por la idea de que las enfermedades mentales podían transmitirse dentro de las familias y llevaron a cabo varios estudios para documentar la heredabilidad de enfermedades tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión. Desafortunadamente estos intereses terminaron asociados con el movimiento eugenesista. A finales del siglo XIX y principios del XX se promulgaron leyes estatales para prohibir el matrimonio y forzar la esterilización de los enfermos mentales con el fin de evitar la «transmisión» de las enfermedades mentales a la siguiente generación. Estas leyes fueron ratificadas por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1927 y no fueron abolidas hasta mediados de siglo. Para 1945 unos 45.000 enfermos mentales habían sido esterilizados forzosamente.
Demostración de antropometría en una exhibición de una conferencia sobre eugenesia de 1921.
En los años siguientes, la Eugenics Record Office reunió una enorme colección de árboles genealógicos y concluyó que quienes eran no aptos procedían de entornos económica y socialmente pobres. Eugenesistas tales como Davenport, el psicólogo Henry H. Goddard y el conservacionista Madison Grant (todos muy respetados en su época) empezaron a presionar para lograr diversas soluciones políticas al problemas de los «no aptos». (Davenport abogaba por la restricción de la inmigración y la esterilización como métodos principales, Goddard recomendaba la segregación en su libro La familia Kallikak, y Grant era partidario de todo lo anterior y más, abrigando incluso la idea del exterminio).[32] Aunque su metodología y métodos de investigación se consideran actualmente muy defectuosos, en la época se consideró una investigación científica legítima. Tuvo sin embargo detractores científicos (notablemente Thomas Hunt Morgan, uno de los pocos mendelistas en criticar explícitamente la eugenesia), si bien la mayoría de ellos se centraron más en la primitiva metodología de los eugenesistas y en la consideración de casi cualquier característica humana como hereditaria, que en la idea de la eugenesia en sí.[33]
La idea del «genio» y el «talento» fue también considerada por William Graham Sumner, un fundador de la American Sociological Society (actual American Sociological Association), quien mantenía que si el gobierno no interfería en la política social de laissez faire, surgiría una clase de genios en la cima del sistema de estratificación social, seguida de una clase de talentos. La mayor parte del resto de la sociedad caería en la clase de los mediocres. Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos, etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios. Deberían ser dejados solos para que se valiesen por sí mismo. Pero los de la clase de delincuentes (criminales, pervertidos, etcétera) deberían ser eliminados de la sociedad.[34]
Mapa elaborado por Madison Grant, titulado "La distribución actual de las razas europeas", publicado en su libro "El Paso de la Gran Raza" (1916).
Con la aprobación de la ley de inmigración Johnson-Reed, los eugenesistas jugaron por vez primera un papel protagonista en el debate del Congreso como expertos asesores sobre la amenaza de «linajes inferiores» procedentes del este y el sur de Europa. Esto redujo el número de inmigrantes del extranjero al 15 % de años anteriores, al controlar el número de individuos «no aptos» que entraban al país. La nueva ley reforzó las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético.[35] Las consideraciones eugenésicas también estuvieron tras la aprobación de leyes sobre el incesto en buena parte de los Estados Unidos y fueron usadas para justificar muchas leyes antimiscegenación.[36]
Algunos estados esterilizaron a los «imbéciles» durante buena parte del siglo XX. La Corte Suprema de los Estados Unidos sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el estado de Virginia podía esterilizar a los considerados no aptos. La época más importante de esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, cuando unas 64.000 personas fueron esterilizadas forzosamente bajo las leyes eugenésicas de los Estados Unidos.[37] Un informe favorable sobre los resultados de la esterilización en California, con mucho el estado que más esterilizaciones realizó, fue publicado con formato de libro por el biólogo Paul Popenoe y sería ampliamente citado por el gobierno nazi como evidencia de que los programas masivos de esterilizaciones eran factibles y humanos. Cuando los dirigentes nazis fueron juzgados por crímenes de guerra en los Juicios de Núremberg tras la Segunda Guerra Mundial, justificaron las esterilizaciones masivas (unas 450.000 en menos de una década) citando a los Estados Unidos como sus inspiradores.[38]

Otros países y perspectivas de la época

En julio de 1933 Alemania aprobó una ley que permitía la esterilización involuntaria de «borrachos, criminales sexuales y lunáticos hereditarios e incurables, y de aquellos que padezcan una enfermedad incurable que pudiera transmitirse a su descendencia».[39] Canadá llevó a cabo miles de esterilizaciones forzosas hasta los años 1970. Muchos First Nations (nativos canadienses), así como inmigrantes del este de Europa, fueron objeto de este programa que identificaba como genéticamente inferiores a las minorías raciales y étnicas. Suecia esterilizó por la fuerza a 62.000 personas, principalmente enfermos mentales en las últimas décadas, pero también minorías étnicas y raciales al principio, como parte de un programa eugenésico que duró 40 años. Como fue el caso de otros programas, se creía que la etnia y la raza tenían relación con la salud mental y física. Aunque el programa no era del agrado de muchos suecos, los políticos normalmente lo apoyaban, más como un medio de mejorar la salud social que como la medida de proteccionismo racial que en realidad era (el gobierno sueco ha indemnizado posteriormente a los afectados). Aparte de los programas a gran escala de los Estados Unidos, otros países como Australia, el Reino Unido, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia y Suiza llevaron a cabo programas de esterilización de personas declaradas deficientes mentales por el estado. Singapur practicó una forma limitada de eugenesia positiva que incluía la promoción del matrimonio entre graduados universitarios con la esperanza de que engendrarían mejores hijos.[40]
Varios autores, notablemente Stephen Jay Gould, han afirmado repetidamente que las restricciones sobre la inmigración aprobadas en los Estados Unidos durante los años 1920 (y derogadas en 1965) estuvieron motivadas por las metas de la eugenesia, en particular por el deseo de excluir a las razas consideradas inferiores del acervo genético nacional. Durante el comienzo del siglo XX, los Estados Unidos y Canadá empezaron a recibir un número muy superior de inmigrantes del sur y el este de Europa. Eugenecistas influyentes como Lothrop Stoddard y Harry Laughlin (quien fue designado como testigo experto por el Comité del Congreso para Inmigración y Naturalización en 1920) presentaban el argumento de que estas eran razas inferiores que contaminarían el acervo genético nacional si su número no se restringía. Se ha argumentado que esto movió a Canadá y los Estados Unidos a aprobar leyes que creaban una jerarquía de nacionalidades, clasificándolas desde los más deseables anglosajones y nórdicos hasta los inmigrantes chinos y japoneses, a quienes se les prohibió casi completamente entrar al país.[41] Sin embargo, varias personas, incluyendo a Franz Samelson, Mark Spiderman y Richard Herrnstein, han argumentado que, basándose en el examen de los registros de los debates del Congreso sobre política de inmigración, no se dio virtualmente consideración alguna a estos factores. Según estos autores, las restricciones fueron primordialmente motivadas por el deseo de mantener la integridad cultural del país frente al fuerte influjo de los extranjeros.[42] Esta interpretación, sin embargo, no es aceptada por la mayoría de los historiadores de la eugenesia.
Nikola Tesla (1856-1943) a los 40 años.
En su tiempo la eugenesia era vista por diversos científicos como "progresista", y una forma de aplicación al campo de la reproducción humana. Nikola Tesla, por ejemplo, al igual que Francis Galton, era partidario de la imposición selectiva, y su opinión era que ésta debía impulsarse aún más hasta que eventualmente se estableciera la eugenesia de forma universal en el futuro.[43] En una entrevista de 1937, declaró:
El año 2100 verá la eugenesia universalmente establecida. En épocas pasadas, la ley que rige la supervivencia del más fuerte mas o menos eliminaba las razas menos deseables. Luego la nueva sensación humana de compasión comenzó a interferir con el funcionamiento implacable de la naturaleza. Como resultado de ello, seguimos manteniendo vivos y criando a los no aptos.[44]
El único método compatible con las nociones de civilización y raza para evitar la reproducción de los no aptos es la esterilización y la orientación intencionada del instinto de apareamiento. Varios países europeos y algunos estados de la Unión Americana esterilizan a los criminales y a los dementes. Esto no es suficiente. La tendencia de opinión entre los eugenistas es que tenemos que hacer que el matrimonio sea más difícil. Ciertamente, a nadie que no sea un padre deseable se le debe permitir la producción progenie.
Nikola Tesla, 9 de febrero de 1935, en la revista "Liberty"

Crítica en los años de post-guerra

En las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial, la eugenesia se hizo cada vez más impopular para la ciencia académica. Muchas organizaciones y publicaciones que tuvieron su origen en el movimiento eugenésico empezaron a distanciarse de dicha filosofía, como cuando Eugenics Quarterly se convirtió en Social Biology en 1969.
Antes de los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial, la idea de que la eugenesia pudiera llevar al genocidio no era considerada seriamente, sin embargo, tras la experiencia de la Alemania nazi, aumentaron la cantidad de políticos y miembros de la comunidad científica que renegaron públicamente muchas de las ideas sobre la «higiene racial» y la idea de los miembros «no aptos» de la sociedad.
Los Juicios de Núremberg contra antiguos dirigentes nazis revelaron al mundo muchas de las prácticas genocidas del régimen y llevaron a la formalización de políticas de ética médica y la declaración sobre las razas de la Unesco en 1950. Muchas sociedades científicas publicaron sus propias «declaraciones raciales» parecidas con los años, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desarrollada en respuesta a los abusos cometidos en la Segunda Guerra Mundial, fue adoptada por la ONU, afirma en su Artículo 16 que «Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia».[45] A continuación, la declaración de la UNESCO en 1978 sobre la raza y los prejuicios raciales declara que la igualdad fundamental de todos los seres humanos es el ideal hacia el que deberían converger la ética y la ciencia.[46]
Como reacción a los abusos nazis, la eugenesia pasó a ser casi universalmente vilipendiada en muchas de las naciones en las que había sido una vez popular (sin embargo, los programas eugenésicos, inluyendo la esterilización, continuaron discretamente durante décadas). Muchos eugenesistas dedicados antes de la guerra a lo que más tarde sería calificado como «criptoeugenesia» enterraron decididamente sus creencias eugenésicas y se convirtieron en respetados antropólogos, biólogos y genetistas en la posguerra (incluyendo a Robert Yerkes en los Estados Unidos y Otmar von Verschuer en Alemania). El eugenesista californiano Paul Popenoe fundó la orientación familiar durante los años 1950, un cambio de profesión que surgió de sus intereses eugenésicos por promover los «matrimonios saludables» entre personas «aptas».[47]
Los libros de texto de educación secundaria y universitaria solían tener entre 1920 y 1940 capítulos sobre el progreso científico que supondría la aplicación de principios eugenésicos sobre la población. Muchas publicaciones científicas antiguas dedicadas a la genética eran editadas por eugenesistas e incluían artículos eugenésicos junto con estudios sobre la herencia en organismos no humanos. Después de que la eugenesia cayese en desgracia ante la comunidad científica, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron eliminadas de los libros de texto y de las subsecuentes ediciones de las publicaciones importantes. Incluso cambiaron los nombres de algunas publicaciones para reflejar las nuevas actitudes. Por ejemplo, Eugenics Quarterly se convirtió en 1969 en Social Biology (la revista sigue existiendo, pero se parece poco a su predecesora). Entre los miembros notables de la American Eugenics Society (1922–94) durante la segunda mitad del siglo XX se incluyen Joseph Fletcher, creador de la ética situacional; el Dr. Clarence Gamble de la farmacéutica Procter & Gamble y Garrett Hardin, un defensor del control de natalidad y autor de La tragedia de los comunes.
A pesar del cambio de actitud de la posguerra sobre la eugenesia en los Estados Unidos y Europa, unos pocos países, notablemente Canadá y Suecia, mantuvieron programas eugenésicos a gran escala, incluyendo la esterilización forzosa de inviduos con taras mentales, así como otras prácticas, hasta los años 1970. En los Estados Unidos, las esterilizaciones se abolieron en los años 1960, a pesar de que el movimiento eugenésico había perdido la mayor parte de su popularidad y apoyo político a finales de los años 1930.[48]
En las últimas décadas, se ha denunciado en Australia el engaño por parte de médicos, que aprovechando el desconocimiento y confusión respecto a la medicina y lenguaje occidental, sonsacaban sesgadas autorizaciones para ejecutar ligaduras de trompas de Falopio de mujeres aborígenes, incluso sin hijos, cuando acudían a revisar otros problemas a los hospitales. Estas prácticas subrepticias buscaban reducir la natalidad entre las etnias naturales del continente.
Algunos como Margaret Sanger (fundadora de Planned Parenthood of America) hallaron en la eugenesia una herramienta útil para impulsar la legalización de los métodos anticonceptivos. [cita requerida]

Eugenesia moderna e ingeniería genética

Desde comienzos de los años 1980, cuando el conocimiento sobre la genética avanzó significativamente, la historia y conceptos eugenésicos han sido ampliamente discutidos. Esfuerzos como el Proyecto Genoma Humano han logrado que la modificación efectiva de la especie humana vuelva a parecer posible (como hizo la teoría original de la evolución de Darwin en los años 1860, junto con el redescubrimiento de las leyes de Mendel a principios del siglo XX). La diferencia a principios del siglo XXI fue la actitud cautelosa hacia la eugenesia, que se había convertido en una consigna a temer más que a abrazar.
Sólo unos pocos investigadores científicos (como el controvertido psicólogo Richard Lynn) han pedido abiertamente la adopción de políticas eugenésicas usando tecnología moderna, pero representan una opinión minoritaria en los actuales círculos científicos y culturales.[49] Un intento de implantación de una forma de eugenesia fue un «banco de esperma de genios» (1980-99) creado por Robert Klark Graham, del que fueron concebidos cerca de 230 niños (el donante más conocido fue el ganador del premio Nobel William Shockley). Sin embargo, en Estados Unidos y Europa estos intentos han sido frecuentemente criticados por tener el mismo espíritu racista y clasista que las iniciativas eugenésicas de los años 1930. En cualquier caso, los resultados han sido desiguales en el mejor de los casos.
Debido a su relación con la esterilización forzosa y los ideales raciales del Partido Nazi, la palabra «eugenesia» rara vez es usada por los defensores de tales programas.
Sólo unos pocos gobiernos tienen actualmente algo parecido a un programa eugenésico en el mundo. En 1994 China aprobó la Ley de Asistencia Sanitaria Maternal e Infantil, que incluía una exploración premarital obligatoria para «enfermedades genéticas de naturaleza grave» y «enfermedades mentales relevantes». A quienes diagnosticaban tales enfermedades se les obligaba a no casarse, a aceptar «medidas anticonceptivas a largo plazo» o a someterse a la esterilización.
Una política parecida de exploraciones (incluyendo la exploración prenatal y el aborto) destinada a reducir la incidencia de la talasemia existe en las dos partes de la isla de Chipre. Desde la implantación del programa en los años 1970, se ha reducido el porcentaje de niños nacidos con esta enfermedad sanguínea hereditaria de 1 de cada 158 a prácticamente cero. Dor Yeshorim, un programa que busca reducir la incidencia de la enfermedad de Tay-Sachs en ciertas comunidades judías, es otro programa de diagnóstico que ha atraído comparaciones con la eugenesia. En Israel, a costa del estado, se anima a la población en general a realizar pruebas genéticas para diagnosticar enfermedades antes del nacimiento de un bebé. Si se diagnostica la enfermedad de Tay-Sachs a un feto puede optarse por la interrupción del embarazo de forma voluntaria. La mayoría de las demás comunidades judías asquenazíes también efectúan programas de diagnóstico debido a las altas tasas de incidencia de ciertas enfermedades hereditarias. En algunas comunidades judías, la antigua costumbre de la tercería (shidduch) se sigue practicando, y en un intento por evitar la tragedia de la muerte infantil que siempre resulta de ser homocigótico para la Tay-Sachs, asociaciones como la fuertemente religiosa Dor Yeshorim (que fue fundada por un rabí que perdió cuatro hijos por esta enfermedad para evitar que otros sufrieran la misma tragedia) realizan pruebas a las parejas jóvenes para comprobar si tienen riesgo de transmitir esta enfermedad o alguna otra mortal. Si ambos resultan ser portadores de Tay-Sachs, es frecuente que el compromiso se rompa. El Judaísmo, como muchas otras religiones, desaconseja el aborto salvo que haya riesgo para la madre, en cuyo caso la salud de ésta tiene preferencia. Debe también advertirse que, dado que todos los niños con la enfermedad morirán en su infancia, estos programas intentan evitar tales tragedias más que directamente erradicar el gen, lo que es una coincidencia secundaria.
En la literatura bioética moderna, la historia de la eugenesia presenta muchas cuestiones morales y éticas. Los comentaristas han sugerido que la «nueva eugenesia» surgirá de tecnologías reproductivas que permitirán a los padres crear los llamados «bebés de diseño» (lo que el biólogo Lee M. Silver denominó prominentemente «reprogenética»). Se ha argumentado que este tipo «no coactivo» de «mejora» biológica estará predominantemente motivada por la competitividad individual y el deseo de lograr «las mejores oportunidades» para los hijos más que por el impulso de mejorar la especie completa que caracterizó las formas de eugenesia de principios del siglo XX. Debido a esta naturaleza no coactiva, la falta de implicación del estado y las diferencias en las metas, algunos comentaristas han cuestionado que estas actividades sean eugenésicas o algo más en conjunto.
Algunos activistas prominusválidos argumentan que aunque sus discapacidades pueden provocarles dolor y malestar, lo que realmente les incapacita como miembros de la sociedad es un sistema sociocultural que no reconoce su derecho a un trato genuinamente igualitario. También se muestran escépticos sobre que alguna forma de eugenesia pudiera beneficiar a los discapacitados si se tiene en cuenta el trato que le dispensaron las campañas eugenésicas históricas.
James D. Watson, el primer director del Proyecto Genoma Humano, inició el Programa de Implicaciones Éticas, Legales y Sociales (Ethical, Legal and Social Implications Program), que ha financiado varios estudios sobre las implicaciones de la ingeniería genética humana (junto con un importante sitio web sobre la historia de la eugenesia), porque:
Al situar la ética tan pronto en la agenda del genoma, está dando respuesta a mi propio temor personal de que demasiado pronto los críticos del Proyecto Genoma Humano señalarían que era un representante del Laboratorio Cold Spring Harbor que una vez albergó a la controvertida Eugenics Record Office. Mi no formación de un programa ético sobre el genoma podría rápidamente ser usada como falsa evidencia de que era un eugenesista secreto, teniendo como propósito real a largo plazo la identificación inequívoca de los genes que llevan a la estratificación social y ocupaciones así como de los que justifican la discriminación racial.
James D. Watson, A passion for DNA: Genes, genomes, and society (Cold Spring Harbor, Nueva York: Cold Spring Harbor Laboratory Press, 2000): 202.
Distinguidos genetistas incluyendo a los ganadores del premio Nobel John Sulston («No creo que uno deba traer al mundo a un niño claramente minusválido»)[50] y Watson («Una vez que tienes una forma para mejorar a nuestro hijos, nadie puede detenerla»)[51] apoyan el diagnóstico genético. Qué ideas deberían ser descritas como «eugenésicas» sigue siendo un asunto polémico en círculos de investigadores y de opinión pública. Algunos observadores como Philip Kitcher han descrito el uso del diagnóstico genético por parte de los padres como la habilitación de una forma de eugenesia «voluntaria».[52]
Algunas subculturas modernas defienden diferentes formas de eugenesia apoyada por clonación humana e ingeniería genética humana, algunas veces como parte de un nuevo culto (véase el movimiento raeliano, cosmoteísmo o prometeísmo). Estos grupos hablan también de «neo-eugenesia», «evolución consciente» o «libertad genética».
Los rasgos conductuales identificados también como potenciales objetivos de modificación mediante ingeniería genética humana incluyen la inteligencia, la depresión, la esquizofrenia, el alcoholismo, el comportamiento (u orientación) sexual y la delincuencia.
Más recientemente, en el Reino Unido podría decirse que el caso La Corona contra James Edward Whittaker-Williams sentó un precedente al prohibir el contacto sexual entre personas con «problemas de aprendizaje». El acusado, un hombre con problemas de aprendizaje, fue encarcelado por besar y abrazar a una mujer de la misma condición. Este fallo se basó en la Ley de Delitos Sexuales de 2003, que redefine los besos y abrazos como sexuales y afirma que las personas con problemas de aprendizaje son incapaces de dar su consentimiento independientemente de que el acto implique coacción o no. Los opositores a esta ley la han atacado por traer de vuelta la eugenesia por la puerta de atrás bajo el disfraz de la exigencia de «consentimiento».[53]
Entre los defensores modernos de la eugenesia se encuentra el neo-darwinista Richard Dawkins, quien, en una carta al Sunday Herald de Escocia, dijo: “Si se puede criar ganado para la producción de leche, caballos para velocidad de carrera, y perros con habilidad de pastoreo, ¿por qué no debería ser posible criar seres humanos con capacidad matemática, musical o deportiva?” [54]

Críticas

Uno de los primeros intelectuales en criticar fuertemente la eugenesia, fue G. K. Chesterton, en su obra "Eugenics and other Evils" (La eugenesia y otras maldades) en 1922, en la cuál, aseguraba que los partidarios de ésta "no tenían nada de ciencia en absoluto".[55]

Enfermedades frente a rasgos

Mientras la ciencia de la genética ha provisto cada vez más medios para poder identificar y entender ciertas características y enfermedades, dada la complejidad de la genética humana, la cultura y la psicología, no hay en este momento medio alguno para determinar qué rasgos serían definitivamente deseables o indeseables. Las manipulaciones eugenésicas destinadas a reducir la propensión hacia la criminalidad y la violencia, por ejemplo, podrían resultar en que la población terminase siendo esclavizada por un agresor externo si pierde la capacidad de defenderse a sí misma. Por otra parte, las enfermedades genéticas como la hemocromatosis puede incrementar la vulnerabilidad ante algunas dolencias, provocar deformidades físicas y otras disfunciones. Las medidas eugenésicas contra muchas de estas enfermedades ya están siendo emprendidas en países de todo el mundo, mientras las medidas contra rasgos que afectan más sutilmente y se entienden peor, como la criminalidad, están relegadas al ámbito de la especulación y la ciencia ficción. Los efectos de las enfermedades son en esencia totalmente negativos y las sociedades de todas partes buscan reducir su incidencia por varios medios, algunos de los cuales son eugenésicos en todo salvo el nombre. Los otros rasgos que se discuten tienen efectos tanto positivos como negativos y generalmente no se controlan en la actualidad en ningún lugar.

Pendiente resbaladiza

Una crítica comúnmente avanzada a la eugenesia es que, como queda demostrado por su historia, inevitablemente lleva a medidas que resultan poco éticas (Lynn 2001). H. L. Kaye escribió que «la verdad obvia es que la eugenesia ha sido desacreditada por los crímenes de Hitler» (Kaye 1989). R. L. Hayman argumentó que «el movimiento eugenésico es anacrónico, siendo reveladas sus implicaciones políticas por el Holocausto» (Hayman 1990).
Steven Pinker ha afirmado que es «una opinión ortodoxa entre los académicos de izquierda que los genes implican genocidio». Ha respondido a esta «opinión ortodoxa» comparándola con la historia «negativa», según él, del marxismo, que, sin embargo, tenía una posición opuesta a la del nazismo sobre los genes.[56]

Diversidad genética

Las políticas eugenésicas también llevan a perder diversidad genética, en cuyo caso una mejora culturalmente aceptada del acervo genético puede, si bien no necesariamente, terminar en un desastre biológico debido a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades, menor capacidad de adaptación a los cambios ambientales y otros factores tanto conocidos como desconocidos. Este tipo de argumento procedente del principio de precaución es a su vez ampliamente criticado. Un plan eugenésico a largo plazo es probable que lleve a su escenario parecido debido a que la eliminación de rasgos considerados indeseables reduciría la diversidad genética por definición.
Por el contrario, algunos estudios parecen mostrar que las tendencias disgenésicas llevan a una menor diversidad genética, una tendencia que en teoría podría ser contrarrestada con un programa eugenésico.
La posible eliminación del genotipo del autismo es un asunto político importante para el movimiento por los derechos de los autistas, que sostiene que el autismo es una forma de neurodiversidad. Muchos defensores de los derechos de los afectados por el síndrome de Down (trisomía del par 21) consideran esta enfermedad un tipo de neurodiversidad, a pesar de que los hombres afectados suelen ser estériles.

Rasgos recesivos heterocigóticos

En algunos casos los esfuerzos por erradicar ciertas mutaciones de un único gen resultarían baldíos. En el caso de que la enfermedad en cuestión fuese un rasgo recesivo heterocigótico, el problema es que tras la eliminación del rasgo visible no deseado, quedarían aún tantos genes para la enfermedad en el genoma como los que fueron eliminados en virtud del principio de Hardy-Weinberg, que afirma que los genes de una población se definen como pp+2pq+qq en el punto de equilibrio. Mediante el diagnóstico genético sería posible detectar todos los rasgos recesivos heterocigóticos, pero supondría un coste enorme con la tecnología actual. Bajo circunstancias normales sólo es posible eliminar un alelo dominante del genoma. Los rasgos recesivos pueden ser reducidos drásticamente, pero nunca eliminados a menos que se conozca la composición genética completa de todos los miembros de la población, como se ha mencionado antes. Dado que sólo unos pocos rasgos indeseados, como la enfermedad de Huntington, son dominantes, el valor práctico de «eliminar» rasgos es bastante bajo.

Contraargumentos

Reductio ad Hitlerum

Algún sitio web sobre lógica ha usado la sentencia «La eugenesia debe ser mala porque estuvo relacionada con los nazis» como un ejemplo típico de la falacia de asociación conocida como reductio ad Hitlerum.[57] La estigmatización de la eugenesia por esta asociación, por otra parte, no ha frenado en absoluto la aplicación de tecnología médicas que disminuyen la incidencia de los defectos congénicos ni tampoco la investigación sobre sus causas.

Disgenesia

Los defensores de la eugenesia a menudo se preocupan por el declive disgenésico de la inteligencia, que creen que llevará al colapso de la actual civilización y que también ha sido la causa del colapso de anteriores civilizaciones. Este declive haría que la eugenesia fuese un mal necesario, ya que el posible sufrimiento humano provocado por ella palidecería en comparación con dicha catástrofe.

Beneficios

Pequeñas diferencias en el CI medio de todo el grupo podrían teóricamente tener grandes efectos sobre los resultados sociales. Herrnstein y Murray alteraron el CI medio (100) de la muestra del National Longitudinal Survey of Youth estadounidense borrando aleatoriamente a individuos con un CI inferior a 103 hasta que la media poblacional subió a 103. Este cálculo fue realizado dos veces y promediado para evitar errores de la selección aleatoria. El nuevo grupo con un CI medio de 103 resultó tener una tasa de pobreza un 25% menos que un grupo con un CI medio de 100 [cita requerida]. También se midieron correlaciones sustanciales parecidas en las tasas de fracaso escolar, criminalidad y otros indicadores.
Se sigue discutiendo sobre si un incremento global de la inteligencia realmente incrementa la salud nacional, pues el CI está parcialmente correlacionado con el estatus socioeconómico, que no cambiaría en absoluto [cita requerida].

La eugenesia en la cultura popular

La eugenesia es un tema recurrente en la ciencia ficción (a menudo distópica). La novela Un mundo feliz de Aldous Huxley trata el tema en profundidad, al igual que la más reciente (y científicamente actualizada) película Gattaca, cuya trama gira en torno al diagnóstico genético. Boris Vian (bajo el pseudónimo Vernon Sullivan) adoptó un enfoque más alegre en su novela Que se mueran los feos.
Algunas de las novelas que tocan este tema son La puerta al país de las mujeres de Sheri S. Tepper y Esa horrible fortaleza de C. S. Lewis. Las Guerras Eugenésicas son una parte importante de la historia de fondo del universo de Star Trek (episodios Semilla espacial, Tierra fronteriza, Estación Fría 12, Los amplificados y la película La ira de Khan). La eugenesia es también una parte importante de la trama de la película de James Bond Moonraker (el personaje del villano Sir Hugo Drax fue basado en Adolf Hitler).
En la serie de novelas Dune de Frank Herbert los programas de reproducción selectiva constituyen un tema importante. Al comienzo de la serie, la orden religiosa Bene Gesserit manipula los patrones reproductivos durante muchas generaciones para crear al Kwisatz Haderach. En Dios Emperador de Dune, el emperador Leto II vuelve a manipular la reproducción humana para lograr sus propios fines. Los Bene Tleilax también emplearon la ingeniería genética para crear seres humanos con atributos genéticos concretos.
Tiende a haber una contracorriente eugenésica en el concepto de ciencia ficción del supersoldado. Varias representaciones de estos supersoldados suelen mostrarlos criados para el combate o seleccionados genéticamente para que tengan rasgos beneficiosos para el combate.
En las novelas Los hijos de Matusalén y Tiempo para amar de Robert A. Heinlein, se crea un gran fondo de inversiones para dar incentivos financieros a los matrimonios (las Familias Howard) entre personas cuyos padres y abuelos han sido longevos. El resultado es un subconjunto de la población de la Tierra que tiene una esperanza de vida significativamente mayor que la media. Los miembros de este grupo aparecen en muchas de las otras obras de este autor.
En el libro de Eoin Colfer The Supernaturalist, Ditto es un bebé Bartoli, nombre de un experimento fallido del famoso Dr. Bartoli, quien intentó crear una raza superior de humanos, pero terminó en desarrollo atrofiado, con mutaciones, incluyendo percepción extrasensorial e imposición de manos.
En la serie televisiva de ciencia ficción de Gene Roddenberry Andrómeda, toda la raza nietzscheana está fundada sobre los principios de la reproducción selectiva.
En la serie del Mundo Anillo, de Larry Niven, el personaje Teela Brown es un resultado de varias generaciones de ganadores de la «lotería de la procreación», un sistema que intenta animar a las personas ganadoras a procrear.
En la 2ª temporada de Dark Angel, el principal villano Ames White es miembro de una secta conocida como el «Cónclave», que ha infiltrado en varios niveles de la sociedad a una raza de superhumanos. Esta secta intenta exterminar a todos los transgénicos, incluyendo al protagonista Max Guevara, a quien ven como un ser genéticamente impuro por tener algún ADN animal mezclado con el ADN humano.

Véase también

Referencias

  1. Volver arriba «Desarrollo de una filosofía eugénica» (Development of a Eugenic Philosophy) por Frederick Osborn en la revista American Sociological Review, vol. 2, n.º 3, junio de 1937, págs. 389-397.
  2. Volver arriba Lee D. Baker (1998), "From Savage to Negro: Anthropology and the Construction of Race, 1896-1954", University of California Press, pág. 92, 1998.
  3. Volver arriba Jackson, Yo (2006): Encyclopedia of Multicultural Psychology. SAGE, 2006, pág. 207.
  4. Saltar a: a b c d «Qué es el eugenismo», artículo en Apuntes de demografía, Julio Pérez Díaz
  5. Volver arriba Artículo sobre eugenesia en 'CienciaPopular'.
  6. Volver arriba The Eugenics Society, Eugenics Education Society, artículo y bibliografía en Apuntes de demografía, 2011 - Julio Pérez Díaz.
  7. Volver arriba Eugenesia y racismo en México, Laura Luz Suárez y López Guazo
  8. Volver arriba Una discusión sobre el cambiante significado del término puede hallarse en Diane Paul, Controlling human heredity: 1865 to the present (Nueva Jersey: Humanities Press, 1995). ISBN 1-57392-343-5.
  9. Saltar a: a b Eugenismo por países, en Apuntes de demografía
  10. Volver arriba Por ejemplo, Nicholas Agar, Liberal Eugenics: In Defence of Human Enhancement (Blackwell, 2004).
  11. Volver arriba Capítulo 3 de Donald A. MacKenzie, Statistics in Britain, 1865-1930: The social construction of scientific knowledge (Edinburgo: Edinburgh University Press, 1981).
  12. Volver arriba Francis Galton, «Hereditary talent and character», Macmillan's Magazine 12 (1865): 157-166 y 318-327; Francis Galton, Hereditary genius: an inquiry into its laws and consequences (Londres: Macmillan, 1869).
  13. Volver arriba Máximo Sandín (2002), "Una nueva biología para una nueva sociedad", Depto. Biología. Fac. Biología. U.A.M.; Política y sociedad, Vol. 39, n.º 3, 2002.
  14. Volver arriba Tom Blaney, "The Chief Sea Lion's Inheritance: Eugenics and the Darwins".
  15. Volver arriba Darwin creía que "el promedio de la facultad mental en el hombre" estaba "por encima de el de la mujer"; que "el hombre se había convertido finalmente superior a la mujer" por medio del proceso evolutivo, (escrito en "El origen del hombre" [1871], Cap. XIX: Hombre- Diferencias sexuales. págs. 564-565).
  16. Volver arriba Ibn Asad (2010), "La Danza Final de Kali", Cap. 3.- Las máscaras de la eugenesia, Ed. ISB Asad.
  17. Volver arriba Alter Wiener (2008), "From a Name to a Number: A Holocaust Survivor's Autobiography" pág. 195.
  18. Volver arriba Francis Galton, «Eugenics: Its definition, scope, and aims», The American Journal of Sociology 10:1 (julio de 1904).
  19. Volver arriba Capítulos 2 y 6 de MacKenzie, Statistics in Britain.
  20. Volver arriba http://www.muskingum.edu/~psych/psycweb/history/galton.htm
  21. Volver arriba A. E. Samaan (2013), "From a Race of Masters to a Master Race: 1948 To 1848"; p. 481.
  22. Volver arriba http://www.galtoninstitute.org.uk/Newsletters/GINL0412/chief_sea_lion.htm
  23. Volver arriba Dr. Jerry Bergman, (2011), "The Dark Side of Charles Darwin: A Critical Analysis of an Icon of Science", págs. 237-238.
  24. Volver arriba Pat Shipman (2002), The Evolution of Racism: Human Differences and the Use and Abuse of Science", p. 121.
  25. Volver arriba Lois A. Cuddy (2000), T.S. Eliot and the Poetics of Evolution: Sub/versions of Classicism, Culture, p. 223.
  26. Volver arriba José M. Sánchez Ron, "Temas de nuestro tiempo: Ciencia y sociedad en España: de la Ilustración a la Guerra Civil", Cap: Orígen y desarrollo de la eugenesia en españa, Ediciones el arquero (SCIC), pág. 181 (nota al pie de página).
  27. Volver arriba Omar R. Lopez Mato, "Mounstruos como nosotros", Sudamericana.
  28. Volver arriba Citado en Selgelid, Michael J. 2000. «Neugenics?» Monash Bioethics Review 19 (4):9-33.
  29. Volver arriba Las políticas eugenésicas nazis se discuten en varias fuentes. Algunas de las más definitivas son Robert Proctor, Racial hygiene: Medicine under the Nazis (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1988) y Dieter Kuntz, ed., Deadly medicine: creating the master race (Washington, DC: Museo del Holocausto, 2004) (exhibición en línea). Sobre el desarrollo del movimiento de higiene racial anterior al nazismo, véase Paul Weindling, Health, race and German politics between national unification and Nazism, 1870-1945 (Nueva York: Cambridge University Press, 1989).
  30. Volver arriba Véase Proctor, Racial hygiene y Kuntz, ed., Deadly medicine.
  31. Volver arriba La historia de la eugenesia en los Estados Unidos se discute con detalle en Mark Haller, Eugenics: Hereditarian attitudes in American thought (New Brunswick, NJ: Rutgers University Press, 1963) y Daniel Kevles, In the name of eugenics: Genetics and the uses of human heredity (Nueva York: Knopf, 1985), siendo el último la obra estándar de investigación sobre la materia.
  32. Volver arriba Véase Kevles, In the name of eugenics.
  33. Volver arriba Hamilton Cravens, The triumph of evolution: American scientists and the heredity-environment controversy, 1900-1941 (Filadelfia: University of Pennsylvania Press, 1978), pág. 179.
  34. Volver arriba Sumner, William Graham: Folkways (1907). ISBN 0-7812-8970-X.
  35. Volver arriba Paul Lombardo, «Eugenics Laws Restricting Immigration», ensayo en el Eugenics Archive (versión en línea).
  36. Volver arriba Paul Lombardo, «Eugenic Laws Against Race-Mixing», ensayo en el Eugenics Archive (versión en línea).
  37. Volver arriba Paul Lombardo, «Eugenic Sterilization Laws», ensayo en el Eugenics Archive (versión en línea).
  38. Volver arriba Las relaciones entre eugenecistas estadounidenses y nazis se discuten en Edwin Black, «Eugenics and the Nazis — the California connection», San Francisco Chronicle (9 de noviembre de 2003), así como en Edwin Black, War Against the Weak (Nueva York: Four Wars Eight Windows, 2003). La obra de Stefan Kühl, The Nazi connection: Eugenics, American racism, and German National Socialism (Nueva York: Oxford University Press, 1994), es considerada la obra estándar de investigación sobre la materia.
  39. Volver arriba «Sterilisation of the unfit - Nazi legislation», The Guardian (26 de julio de 1933). Disponible en línea.
  40. Volver arriba Hay varias obras que discuten la eugenesia en diversos países del mundo. Para la historia de la eugenesia en Escandinavia, véase Gunnar Broberg y Nils Roll-Hansen, eds., Eugenics And the Welfare State: Sterilization Policy in Demark, Sweden, Norway, and Findland (Michigan State University Press, 2005). Otro estudio internacional es Mark B. Adams, ed., The Wellborn Science: Eugenics in Germany, France, Brazil, and Russia (Nueva York: Oxford University Press, 1990).
  41. Volver arriba Véase Lombardo, «Eugenics Laws Restricting Immigration»; y Stephen Jay Gould, The mismeasure of man (Nueva York: Norton, 1981).
  42. Volver arriba Richard Herrnstein y Charles Murray, The Bell Curve (Free Press, 1994), 5; y Mark Syderman y Richard Herrnstein, «Intelligence tests and the Immigration Act of 1924», American Psychologist 38 (1983): 986-995.
  43. Volver arriba http://blogs.smithsonianmag.com/paleofuture/2012/11/nikola-tesla-the-eugenicist-eliminating-undesirables-by-2100/ Smithsonian.com, History & Archeology, November 16, 2012 "Nikola Tesla the Eugenicist: Eliminating Undesirables" by 2100.
  44. Volver arriba Nota: La idea de seres humanos "aptos" y "no aptos", en contexto, proviene directamente del darwinismo social.
  45. Volver arriba «Declaración Universal de los Derechos Humanos». Consultado el 17-10-2006.
  46. Volver arriba «Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales». Consultado el 17-10-2006.
  47. Volver arriba Una discusión de los cambios generales en los puntos de vista sobre la eugenesia y la raza tras la Segunda Guerra Mundial se halla en Elazar Barkan, The retreat of scientific racism: changing concepts of race in Britain and the United States between the world wars (Nueva York: Cambridge University Press, 1992).
  48. Volver arriba Véase Broberg y Nil-Hansen, ed., Eugenics And the Welfare State y Alexandra Stern, Eugenic nation: faults and frontiers of better breeding in modern America (Berkeley: University of California Press, 2005).
  49. Volver arriba Véase, p.e., Richard Lynn, Eugenics: A Reassessment (Human Evolution, Behavior, and Intelligence) (Praeger Publishers, 2001).
  50. Volver arriba Citado en Brendan Bourne, «Scientist warns disabled over having children», The Sunday Times Gran Bretaña (13 de octubre de 2004). Disponible en línea.
  51. Volver arriba Citado en Mark Henderson, «Let's cure stupidity, says DNA pioneer», The Times (28 de febrero de 2003). Disponible en línea.
  52. Volver arriba Philip Kitcher, The Lives to Come (Penguin, 1997). Crítica disponible en línea.
  53. Volver arriba McKellar, Ian (29 de septiembre de 2005). «Jail sentence for kiss and cuddle man». Hunts Post.
  54. Volver arriba "Extremista anti-religión defiende la eugenesia" (en inglés). 2006.
  55. Volver arriba http://en.wikisource.org/wiki/Eugenics_and_other_Evils/Part_2/Chapter_1
  56. Volver arriba «United Press International: Q&A: Steven Pinker of 'Blank Slate'». Consultado el 26-08-2006.
  57. Volver arriba «Logical Fallacy: Guilt by Association». Consultado el 26-08-2006.

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