Doble existencia:
La Espiritual y la Corporal.
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Éste tema es un poco difícil de comprender. Lo comparo al tema de que la NADA no existe, que niega la existencia de Dios. Pero poco a poco lograrás recibir de los Espíritus la convicción que nos hace sentirnos conformes a la lógica divina.
El Libro de Los Espíritus en el Artículo, o item § 455, nos habla sobre éste tema.
"(…) doble existencia: la espiritual y la corporal."…
Resumen teórico acerca del sonambulismo, el éxtasis y la doble vista...
Item § 455. Los fenómenos del sonambulismo natural se producen en forma espontánea y son independientes de toda causa exterior conocida. Sin embargo, en algunas personas dotadas de una organización especial, pueden ser provocados artificialmente por la acción del agente magnético. El estado que se designa con el nombre de sonambulismo magnético sólo difiere del sonambulismo natural en que es provocado, mientras que el otro es espontáneo.
El sonambulismo natural es un hecho notorio que anadie se le ocurre poner en duda, pese a lo maravilloso de los fenómenos que presenta. ¿Por qué razón, pues, el sonambulismo magnético habría de ser más extraordinario o más irracional que el natural? ¿Por el hecho de que se lo produce artificialmente, como tantas otras cosas? Se dice que los charlatanes lo han explotado: razón de más para que no lo dejemos en sus manos. Cuando la ciencia se apropie de él, el charlatanismo tendrá mucho menos crédito entre las masas. Mientras tanto, como el sonambulismo natural o artificial es un hecho, y puesto que contra un hecho no hay razonamiento posible, su aceptación se propagapese a la mala voluntad de algunos. Esto se da en lapropia ciencia, a la que ingresa a través de una grancantidad de pequeñas puertas, en vez de hacerlo por la puerta grande. Cuando haya ingresado por completo, será necesario concederle derecho de ciudadanía 77.
77 [Véase la nota nº 12 de la Introducción.]
Para el Espiritismo Verdadero Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo, el Sonambulismo es más que un fenómeno fisiológico: se trata de una luz proyectada sobre la psicología. Es en él donde se puede estudiar el Alma, porque en el sonambulismo el alma se muestra al descubierto. Ahora bien, uno de los fenómenos que caracterizan al alma es la clarividencia independiente de los órganos ordinarios de la vista. Los que cuestionan éste hecho se basan en que el sonámbulo no siempre ve, ni lo hace conforme a la voluntad del experimentador,como con los ojos. ¿Acaso hay que asombrarse de que los efectos no sean los mismos cuando los medios son diferentes? ¿Es racional pretender efectos idénticos cuándo el instrumento ya no existe? El alma tiene sus propiedades, como el ojo las suyas. Es preciso juzgar a cada una de por sí y no por analogía.
La causa de la clarividencia del sonámbulo magnético y del sonámbulo natural es la misma: se trata de un atributo del alma, una facultad inherente a todas las partes del ser incorporal que se encuentra en nosotros, y cuyos únicos límites son los asignados al alma misma.
El sonámbulo ve en todas partes a dónde su alma puede trasladarse, sea cuál fuere la distancia.En la vista a distancia, el sonámbulo no ve las cosas desde el punto en que se encuentra su cuerpo, ni tampoco por un efecto telescópico. Las ve presentes y cómo sí estuviera en el lugar en que ellas existen, porque en realidad su Alma está allí. Por éso su cuerpo se halla como anonadado y aparentemente privado de sentimiento 78, hasta el momento en que el alma vuelve a tomar posesión de él. Esta separación parcial del Alma y el Cuerpo es un estado anormal que puede tener una duración relativamente prolongada, pero no indefinida.
78 [Allan Kardec utiliza el término sentiment. Véase la nota nº 67 en el § 257.]
Es la causa del cansancio que el cuerpo experimenta después de algún tiempo, sobre todo cuándo el alma se entrega a un trabajo activo. Puesto que la vista del Alma o del Espíritu no está circunscripta ni ocupa un espacio determinado, éso explica el motivo por el cuál los sonámbulos no pueden asignarle un órgano especial. Ven porque ven, sin saber el por qué ni el cómo, pues para ellos, en su condición de Espíritus, la vista no tiene un lugar de residencia propio. Sí se refieren a su cuerpo, les parece que ése lugar se encuentra en los centros dónde la actividad vital es mayor, principalmente en el cerebro, en la región epigástrica o en el órgano que, para ellos, es el punto de unión más tenaz entre el Espíritu y el cuerpo.
El poder de la lucidez sonambúlica no es ilimitado. El Espíritu, aunque esté completamente libre, se halla limitado en sus facultades y conocimientos, según el grado de perfección que haya alcanzado. Se encuentra todavía más limitado cuándo está unido a la materia, cuya influencia sufre. Ésa es la causa por la que la clarividencia sonambúlica no es universal ni infalible.
Podemos contar menos aún con su infalibilidad cuándo se la desvía del objetivo que la naturaleza se ha propuesto con ella y se la convierte en un objeto de curiosidad y de experimentación. En el estado de desprendimiento en que se encuentra, el Espíritu del sonámbulo entra con mayor facilidad en comunicación con los otros Espíritus, encarnados o no encarnados. Ésa comunicación se establece mediante el contacto de los fluidos que componen los periespíritus y sirven para transmitir el pensamiento, como el cable eléctrico. El sonámbulo no necesita, pues, que el pensamiento sea articulado por la palabra, lo siente y lo adivina. Éste tipo de comunicación lo torna eminentemente impresionable y accesible a las influencias de la atmósfera Moral en que se encuentra.
Por éso mismo, el concurso de muchos espectadores, y sobre todo de curiosos con mayor o menor grado de malevolencia, perjudica esencialmente el desarrollo de sus facultades, que se repliegan, por decirlo así, en sí mismas y sólo se despliegan con toda libertad en la intimidad y en un medio simpático. La presencia de personas malévolas o antipáticas produce en el sonámbulo el efecto del contacto de la mano sobre la sensitiva.
El sonámbulo ve al mismo tiempo su propio Espíritu y su cuerpo. Se trata, por decirlo así, de dos seres que representan su doble existencia: la espiritual y la corporal. Con todo, ambos se confunden debido a los lazos que los unen. El sonámbulo no siempre se percata de ésa situación, y ésa dualidad a menudo hace que hable de sí mismo como sí lo hiciera acerca de una persona extraña. A veces es el ser corporal el que le habla al ser espiritual, y otras veces es éste el que le habla a aquél.
El Espíritu conquista un incremento de conocimientos y de experiencia en cada una de sus existencias corporales. Los olvida parcialmente mientras se halla encarnado en una materia demasiado densa, pero como Espíritu se acuerda de ellos. Por éso algunos sonámbulos revelan conocimientos superiores a su nivel de instrucción e incluso a su aparente capacidad intelectual. Por consiguiente, la inferioridad intelectual y científica del sonámbulo, en el estado de vigilia, nada indica acerca de los conocimientos que pueda revelar en el estado lúcido. Según las circunstancias y el objetivo que se proponga, puede extraer ésos conocimientos de su propia experiencia, de la clarividencia de las cosas presentes o de los consejos que recibe de otros Espíritus. No obstante, como su propio Espíritu puede tener un relativo adelanto, lo que diga tendrá relativa exactitud.
A través de los fenómenos del sonambulismo, ya sea natural o magnético, la Providencia nos concede la prueba irrecusable de la existencia y la independencia del alma, así como nos permite observar el espectáculo sublime de su emancipación. De ése modo nos abre el libro de nuestro destino. Cuándo el sonámbulo describe lo que sucede a distancia, es evidente que lo ve, y que no lo hace con los ojos del cuerpo. Se ve a sí mismo en ése lugar, y se siente trasladado hacía allí.
Hay algo de él, pues, en ése lugar, y dado que ése algo no es el cuerpo, sólo puede ser su alma o Espíritu. Mientras el hombre se extravía en las sutilezas de una metafísica abstracta e ininteligible para correr en busca de las causas de nuestra existencia Moral, Dios pone a diario ante sus ojos y al alcance de su mano los medios más simples y patentes para el estudio de la psicología experimental.
[Nota añadida por Frank Montanez en relación al concepto de "Metafisica". El Espiritismo se refiere a éste conceptos en términos de establecer que no es entendible, es decir una metafísica abstracta e ininteligible, es decir, que no puede ser comprendido o entendido 🤥...
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ininteligible
adjetivo
- 1.Que no puede ser comprendido o entendido."textos ininteligibles"
- 2.[sonido] Que apenas se puede oír."dejaba escapar un murmullo ininteligible"]
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TEMA : Sonambulismo, Éxtasis y Doble Vista en el Espiritismo – Soy Espírita,
Carleen Branstetter, okp23💞
Carleen Branstetter , okp21 💞
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El éxtasis es el estado en que la independencia del Alma en relación con el cuerpo, se manifiesta de la manera más sensible y se vuelve en cierto modo palpable.
En el soñar y en el sonambulismo el Alma deambula por los mundos terrenales. En el éxtasis, penetra en un mundo desconocido, el de los Espíritus etéreos con quienes se comunica. Sin embargo, no puede ir más allá de ciertos límites, pues para superarlos tendría que romper por completo los lazos que la unen al cuerpo. Un brillo resplandeciente y enteramente nuevo la rodea; armonías desconocidas en la Tierra la embelesan; un bienestar indefinible la penetra.
El Alma goza por anticipado de la beatitud celestial.Se puede decir que pone un pie en el umbral de la eternidad.
En el estado de éxtasis la aniquilación del cuerpo es casi completa. Sólo tiene, por decirlo así, vida orgánica. Se siente que el Alma está unida a él apenas por un hilo que un esfuerzo mayor, cortaría para siempre. En ése estado, todos los pensamientos terrenales desaparecen, para dar lugar al sentimiento purificado que constituye la esencia misma de nuestro ser inmaterial. Entregado por completo a ésa sublime contemplación, el extático sólo considera la vida como una pausa momentánea. Para él, los bienes y los males, las alegrías groseras y las miserias de éste mundo, no son más que los fútiles incidentes de un viaje cuyo término lo haría dichoso.Sucede con los extáticos lo mismo que con los sonámbulos: su lucidez puede ser más o menos perfecta; y su propio Espíritu, conforme a su mayor o menor grado de elevación, también es relativamente apto para conocer y comprender las cosas. A veces hay en ellos más exaltación que verdadera lucidez; o, mejor dicho, ésa exaltación perjudica su lucidez.
Por éso sus revelaciones suelen ser una mezcla deverdades con errores, de cosas sublimes con cosas absurdas, e incluso ridículas. Muchas veces los Espíritus inferiores se aprovechan de ésa exaltación-que siempre es una causa de debilidad cuándo no se la sabe controlar- para dominar al extático. Con ese fin, asumen ante él apariencias que lo mantienen dentro de sus ideas o prejuicios de la vigilia. Éste es un escollo, pero los extáticos no son todos iguales. A nosotros nos compete juzgar con sensatez y pesar sus revelaciones en la balanza de la razón.
La emancipación del alma se manifiesta a veces en el estado de vigilia y produce el fenómeno designado con el nombre de doble vista, que otorga a quienes están dotados de ella la facultad de ver, escuchar y sentir más allá de los límites de nuestros sentidos. Perciben las cosas lejanas donde quiera que el alma extienda su acción. Las ven, por decirlo así, a través de la vista ordinaria y como por una especie de espejismo.
En el momento en que se produce el fenómeno de la doble vista, el estado físico se modifica sensiblemente.
La mirada parece perdida: el sujeto mira sin ver; toda su fisonomía refleja una especie de exaltación. Por otra parte, se ha comprobado que los órganos de la vista son ajenos al fenómeno, puesto que la visión persiste aunque los ojos estén cerrados.
Quienes la poseen, piensan que ésta facultad es tan natural como la de ver. Para ellos es un atributo de su ser, atributo que no tiene nada de excepcional. La mayoría de las veces el olvido sigue a ésa lucidez pasajera, cuyo recuerdo cada vez más vago termina por desaparecer como el de un sueño.
El poder de la doble vista varía desde la sensación confusa hasta la percepción clara y nítida de las cosas presentes o lejanas. En el estado rudimentario, otorga a ciertas personas el tacto, la perspicacia, una especie de seguridad en sus actos, que se puede llamar la precisión del golpe de vista moral. Cuándo está más desarrollada, despierta los presentimientos. Más desarrollada aún, muestra los acontecimientos quese han producido o que están en vías de producirse.
El sonambulismo natural o artificial, el éxtasis y la doble vista no son sino variedades o modificacionesde una misma causa. Esos fenómenos, así como los sueños, están en la naturaleza. Por éso han existido en todas las épocas. La historia nos muestra que se los conoce, e incluso se los explota, desde la más remota antigüedad. En ellos encontramos la explicación de una multitud de hechos que, a causa de los prejuicios, son vistos como sobre naturales.
"El sonámbulo ve al mismo tiempo su propio Espíritu y
su cuerpo. Se trata, por decirlo así, de dos seres que representan su doble
existencia: la espiritual y la corporal. Con todo, ambos se confunden debido a los
lazos que los unen. El sonámbulo no siempre se percata de esa situación, y esa
dualidad a menudo hace que hable de sí mismo como si lo hiciera acerca de una
persona extraña. A veces es el ser corporal el que le habla al ser espiritual,
y otras veces es este el que le habla a aquel.", Libro de Los Espíritus 455.
"El Sonambulismo es un tema sumamente importante en
el Espiritismo, es el comportamiento del Alma, sugiero que lo entiendas leyendo el Libro de los Espíritus a partir del articulo #400, en adelante, junto al tema de los Sueños."
Frank Montañez
"El Espiritismo proclama la libertad de conciencia como un
derecho natural y la reclama para los suyos como para todo el mundo. Respeta
todas las convicciones sinceras, pidiendo para sí la reciprocidad. El Espiritismo no es más solidario de
aquellos a quienes se les antoja llamarse espiritistas, que la Medicina de los
charlatanes que la explotan, y la sana Religión de los abusos y hasta de los
crímenes cometidos en su nombre.
"Solo
reconoce por adeptos suyos a los que practican su enseñanza, es decir, a los
que trabajan en su propio mejoramiento moral, esforzándose en vencer sus malas
inclinaciones, en ser menos egoístas y orgullosos, más afables, más humildes,
pacientes, benévolos, caritativos para con el prójimo y moderados en todas las
cosa, pues este es el signo característico del espiritista
verdadero."
El objeto de ésta breve contestación no es el de refutar
todas las alegaciones falsas dirigidas contra el Espiritismo, ni el de
desarrollar o probar todos sus principios, y menos aún el de convertir a sus
ideas a los que profesan opiniones contrarias, sino el de decir, en pocas
palabras, lo que es el Espiritismo y lo que no es,
lo que admite y lo que rechaza.
Sus creencias, sus tendencias y su objeto, se resumen en
las proposiciones siguientes:
1º: El elemento
espiritual y el elemento material son los dos principios, las dos fuerzas vivas
de la naturaleza, que se completan la una a la otra y reaccionan incesantemente
una en otra, indispensables ambas al funcionamiento del mecanismo del universo. De la acción reciproca de estos dos principios nacen
fenómenos, para cuya explicación es impotente cada uno de aquellos,
aisladamente considerado. La ciencia propiamente dicha tiene la misión especial
de estudiar las leyes de la materia. El Espiritismo tiene por objeto el estudio
del elemento espiritual en sus relaciones con el material, y encuentra en la
unión de estos dos principios la razón de una multitud de hechos, hasta ahora
inexplicados. El Espiritismo marcha de concierto con la ciencia en el
terreno de la materia, admite todas las verdades que aquella sienta, pero donde
se detienen las investigaciones de la ciencia, el Espiritismo continua las
suyas en el terreno de la espiritualidad.
2º: Siendo el elemento espiritual una de las fuerzas de
la naturaleza, los fenómenos que con él se relacionan están sometidos a leyes,
y por lo mismo, tan naturales como las que tienen su origen solo en la materia.
Solamente por la ignorancia de las leyes que los rigen, se han tenido por
sobrenaturales ciertos fenómenos.
Por consecuencia de este principio, el Espiritismo no
admite el carácter milagroso atribuido a ciertos hechos, a pesar de sentar su
realidad o su posibilidad. Para él no existen milagros, como derogaciones de
las leyes naturales; de donde se signe que los espiritistas no hacen milagros,
y que la calificación de taumaturgos que les dan algunos, es impropia. El
conocimiento de las leyes que rigen el principio espiritual se relaciona
directamente con la cuestión del pasado y del porvenir del hombre. ¿Su vida está
limitada a la existencia actual? Al entrar en este mundo, ¿sale de la nada, a
la cual vuelve, al marcharse de él? ¿Ha vivido ya y vivirá todavía? ¿Cómo vive
y en qué condiciones? En una palabra, ¿de dónde viene y a donde va? ¿Por qué
está en la tierra, y por que sufre en ella? Tales son las cuestiones que cada
cual se propone, porque para todos son de interés capital, y porque ninguna
doctrina les ha dado aún solución racional. La que da el Espiritismo, apoyada
en los hechos y satisfaciendo las exigencias de la lógica y de la justicia, es
una de las causas principales de la rapidez de su propagación.
El Espiritismo no es una concepción personal, ni
resultado de un sistema anticipadamente concebido. Es la resultante de miles de
observaciones hechas en todos los puntos del globo, que han convergido en el
centro que las ha enlazado y coordinado. Todos sus principios constitutivos sin
excepción, están deducidos de la experiencia, pues esta ha precedido siempre a
la teoría. Así es como, desde un principio, el Espiritismo encontró raíces en
todas partes.
La historia no ofrece ejemplo de ninguna doctrina
filosófica o religiosa que haya reunido en diez años (1) tan gran número de
adeptos; y sin embargo, para darse a conocer no ha empleado medio alguno de los
vulgarmente usados. Se ha propagado por sí mismo, gracias a las simpatías que
ha encontrado. (l) En la actualidad la
causa espirita cuenta con miles de partidarios en todas las partes del mundo. (N. de la E.) Libro de Obras Póstumas de Allan Kardec.
En resumen el concepto de "Dualidad" está
definido en el Libro de Los Espíritus, el libro de Génesis (Introducción) y el Libro de Obras Póstumas de Allan Kardec..
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