El Espíritu conserva por toda la eternidad su Libre Albedrío …
Además, una explicación de lo que creía Baruch Spinoza, (que no era Espiritista, ni predicó las enseñanzas del Espiritismo Verdadero). ¿Cuáles son las diferencias?
Refierase al EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, ítem # 872. La cuestión del libre albedrío puede resumirse de éste modo ...
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Libre Albedrío está de la mano de La Moral Espírita, pues el Espiritismo Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo, el Verdadero Espiritismo, basa sus enseñanzas en el Bien Común que se logra al hacer bien las cosas. Entonces, preguntas cómo, …¿Porqué me pasa lo que me pasa? ¿Porqué sufro tanto? ¿Porqué me pasa a mí? No es lo mismo a Determinismo. Porque TODAS éstas preguntas tienen contestación basado en el Libre Pensar, es decir Libre Albedrío, y no en el Determinismo. Se logra hacer el bien común, deseando hacerlo, por lo tanto sí fuera cuestión de determinismo, nunca existiría la oportunidad de hacer el bien o el mal.
Soy Espírita por Convicción...
Libre Albedrío es contrario al determinismo, en el Espiritismo.
Dios dió Libre Albedrío a todos, es decisión de cada cuál decidir qué hacer. Pero somos responsables por nuestras acciones, porque somos nosotros los que vamos a determinar qué pasará con nuestro espíritu cuándo desencarnemos. La Existencia misma en la encarnación del Espíritu, es como una estación de tren, esperando seguir transitando hacia una próxima estación o existencia posterior.
Entonces, decir que Espíritus más adelantados deciden la naturaleza de sus pruebas y expiaciones, interfiere con el Libre albedrio que nunca el Espíritu renuncia durante la erraticidad.
Influencia oculta de los Espíritus en nuestros pensamientos y en nuestras acciones...
459. Los Espíritus, ¿influyen en nuestros pensamientos y en nuestras acciones?
“En ese aspecto su influencia es mayor de lo que creéis, pues muy a menudo son ellos quienes os dirigen.”
460. Además de nuestros propios pensamientos, ¿tenemos otros que nos son sugeridos?
“Vuestra alma es un Espíritu que piensa. No ignoráis que muchos pensamientos se os ocurren a la vez sobre un mismo asunto, y que a menudo son muy contradictorios. Pues bien, los hay siempre vuestros y nuestros. Eso os genera incertidumbre, porque tenéis en vosotros dos ideas que se combaten mutuamente.”
461. ¿De qué modo podemos distinguir nuestros propios pensamientos de aquellos que nos son sugeridos?
“Cuando se os sugiere un pensamiento, es como una voz que os habla. Vuestros propios pensamientos son, por lo general, los que se os ocurren primero. Por otra parte, esa distinción no reviste gran interés para vosotros, y con frecuenciaes útil no saberlo, pues de ese modo el hombre obra con mayor libertad. Si se decide por el bien, lo hace de buen grado. En cambio, si toma el camino del mal, mayor será su responsabilidad.”
462. Los hombres inteligentes y de genio, ¿toman siempre sus ideas de sí mismos?
“A veces las ideas proceden de su propio Espíritu. Sin embargo, a menudo les son sugeridas por otros Espíritus que los juzgan capaces de comprenderlas y dignos de transmitirlas. Cuando no las encuentran en sí mismos, apelan a la inspiración. En ese caso, se trata de una evocación que hacen sin sospecharlo.”
RESUMEN TEÓRICO DEL MÓVIL DE LAS ACCIONES DEL HOMBRE
321
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
872. La cuestión del libre albedrío puede resumirse de este modo: El hombre no es
fatalmente arrastrado al mal, los actos que realiza no están escritos de antemano: los crímenesque comete no son resultado de un fallo del destino. Como prueba y como expiación, puedeelegir una existencia en la que sentirá las solicitaciones del crimen, ya a consecuencia del medio en que esté colocado, ya en virtud de las circunstancias que sobrevengan;pero siempre es libre de obrar o de no obrar. Así pues, el libre albedrío existe en el estado deespíritu para la elección de la existencia y de las pruebas, y en estado corporal en la facultadde ceder o de resistir a las solicitudes a que voluntariamente nos hemos sometido. A laeducación toca combatir ésas malas tendencias, y lo hará provechosamente cuando estébasada en el estudio profundo de la naturaleza moral del hombre.
Mediante el conocimientode las leyes que rigen ésa naturaleza moral, se llegará a modificarla, como la inteligencia pormedio de la instrucción, y el temperamento por medio de la higiene.
El espíritu desprendido de la materia y en estado errante, elige sus futuras existenciascorporales según el grado de perfección a que ha llegado, y en ésto, como tenemos dicho,consiste especialmente su libre albedrío.
Semejante libertad no queda anulada por lareencarnación; sí cede a la influencia de la materia, es porque sucumbe a las pruebas que élmismo ha elegido, y para que le ayuden a dominarlas, puede invocar la asistencia de Dios yde los espíritus buenos. (337)
(337)
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
337. ¿Puede ser impuesta por Dios la unión del espíritu a un cuerpo determinado?
«Puede ser impuesta lo mismo que las otras pruebas, sobre todo, cuándo el espíritu no esapto aún para elegir con conocimiento de causa. Por vía de expiación, el espíritu puede serobligado a unirse al cuerpo de un niño que, por su nacimiento y la posición que ocupará en el
mundo, podrá ser objeto de castigo».
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Sin libre albedrío el hombre no tiene culpa del mal, ni mérito por el bien, lo cual está detal modo reconocido, que en el mundo se proporciona siempre la censura o el elogio a laintención, es decir, a la voluntad, y quién dice voluntad dice libertad. El hombre no puede,pues, buscar excusa a sus faltas en su organización, sin abdicar de su razón y de su condiciónde ser humano para asimilarse al bruto.
Sí de tal manera aconteciese respecto del mal,igualmente sucedería respecto del bien; pero cuándo el hombre realiza éste, se da buencuidado en hacerse un mérito de ello, sin atribuirlo a sus órganos, lo cual prueba queinstintivamente no renuncia, a pesar de la opinión de algunos sistemáticos, al más belloprivilegio de su especie, la libertad de pensar.
La fatalidad, tal como vulgarmente se la comprende, supone la decisión anticipada eirrevocable de todos los sucesos de la vida, cualquiera que sea su importancia. Si este fuese elorden de las cosas, el hombre sería una máquina sin voluntad. ¿De qué le serviría suinteligencia, puesto que estaría invariablemente dominado en todos sus actos por la fuerza deldestino? Sí semejante doctrina fuese verdadera, sería la destrucción de toda libertad moral: no
existiría responsabilidad para el hombre, y por consiguiente, ni bien, ni mal, ni crímenes, ni virtudes,Dios, soberanamente justo, no podría castigar a su criatura por faltas que no dependía de elladejar de cometer, ni recompensarla por virtudes, cuyo mérito no le correspondería.
Semejante ley sería además la négación del progreso; porque el hombre que todo lo esperase de la suerte,nada intentaría para mejorar su posición, puesto que no seria ni de mejor, ni de peorcondición.
La fatalidad no es, sin embargo, una palabra hueca, existe en la posición que el hombreocupa en la tierra, y en las funciones que desempeña, a consecuencia de la clase de existenciaque su espíritu ha elegido como prueba, expiación o misión. Sufre fatalmente todas lasvicisitudes de ésa existencia, y todas las tendencias buenas o malas que le son inherentes;pero hasta aquí llega la fatalidad; porque depende de su voluntad el ceder o no a aquellastendencias. Los detalles de los acontecimientos están subordinados a las circunstancias queel hombre provoca por sí mismo con sus actos, y en los cuáles pueden influir los espíritus pormedio de los pensamientos que le sugieren. (459)
(459)
INFLUENCIA OCULTA DE LOS ESPÍRITUS EN NUESTROSPENSAMIENTOS Y ACCIONES
459. ¿Influyen los espíritus en nuestros pensamientos y acciones?
«Bajo éste aspecto su influencia es mayor de lo que creéis; porque a menudo son ellosquienes os dirigen».
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La fatalidad consiste, pues, en los sucesos que se presentan, puesto que son consecuenciade la elección de la existencia hecha por el espíritu. No puede consistir en el resultado deaquellos sucesos, puesto que puede depender del hombre el modificar su curso con su prudencia, y no consiste nunca en los hechos de la vida moral.
Respecto de la muerte, sí que está el hombre sometido de un modo absoluto a lainexorable ley de la fatalidad; porque no puede substraerse al fallo que fija el término de suexistencia, ni al género de muerte que debe interrumpir su curso.
Según la doctrina vulgar, el hombre toma en sí mismo todos sus instintos; éstos
provienen, ora de su organización física, de la que no puede ser responsable, ora de su propianaturaleza en la cuál puede buscar una excusa, diciéndose que no es culpa suya el ser comoes.
Evidentemente es más natural la doctrina espiritista: admite en el hombre el libre albedríoen toda su plenitud, y al decirle que, sí hace mal. cede a una mala sugestión extraña, leabandona toda la responsabilidad, puesto que le reconoce fuerza para resistirla, lo que es evidentemente más fácil que sí tuviese que luchar con su propia naturaleza. Así, según ladoctrina espiritista, no existe solicitación irresistible; el hombre puede negar siempre oídos a la vozoculta que en su fuero interno le solicita al mal, como puede negarlos a la voz material delque habla, y lo puede en virtud de su voluntad, pidiendo a Dios la fuerza necesaria yreclamando a éste efecto la asistencia de los espíritus buenos. Ésto es lo que nos enseña Jesús en la sublime súplica de la Oración dominical, cuándo nos hace decir: «Y no nos dejes caeren la tentación, mas líbranos de mal».
Ésta teoría de la causa excitante de nuestros actos se desprende evidentemente de toda laenseñanza dada por los espíritus. No sólo es sublime por su moralidad, sino que añadimosque ensalza al hombre: lo presenta libre de sacudir un yugo obsesor, como libre es de cerrar su casa a los importunios; no es ya una máquina que obra por un impulso independiente de suvoluntad, sino un ser, dotado de razón que escucha, que juzga y escoge libremente entre dosconsejos.
Añadamos que, a pesar de ésto, el hombre no queda privado de iniciativa, y no deja
de obrar por movimiento propio, puesto que en definitiva no es más que un espíritu
encarnado que conserva bajo la envoltura corporal, las cualidades buenas o malas que poseíacomo espíritu. Las faltas que cometemos tienen, pues, su primer origen en la imperfección denuestro espíritu, que no ha conseguido aún la superioridad moral que tendrá un día; pero queno carece por ello de libre albedrío. La vida corporal le es dada para que se purgue de sus
imperfecciones por medio de las pruebas que sufre, y precisamente las mismas
imperfecciones son las que le hacen más débil y accesible a las sugestiones de los otrosespíritus imperfectos, que de ellas se aprovechan para procurar que sucumba en la lucha queha emprendido. Sí de ella sale victorioso, se eleva; sí sucumbe, se queda como era, ni mejor,ni peor. Habrá de empezar una nueva prueba, lo que puede prolongarse durante mucho tiempo.
Mientras más se purifica, más disminuyen sus lados vulnerables y menos pie dá a los
que le solicitan al mal. Su fuerza moral crece en proporción de su elevación, y los malosespíritus se alejan de él.
Todos los espíritus. más o menos buenos, una vez encarnados, constituyen la especie
humana, y como nuestra tierra es uno de los mundos menos adelantados, se encuentran másespíritus malos que buenos, y he aquí por qué vemos en ella
tanta perversidad.
Esforcémonos, pues, por no volver a este mundo, después de la presenteresidencia, y por merecer ir a descansar en otro mejor, en uno de ésos mundos privilegiados
donde el bien reina sin rival, y en el cuál no recordamos nuestro tránsito por la Tierra más quecomo un período de destierro.
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Veamos a continuación el tema de la PROGRESIÓN DE LOS ESPÍRITUS, en el Libro de Los Espíritus, ítems #114 hasta #127...
#114. ¿Los espíritus son buenos o malos por su naturaleza, o bien se van mejorando?«Los mismos espíritus van mejorándose, y al conseguirlo, pasan de un orden inferior a otro superior».
#115. ¿Hay espíritus que fueron creados buenos y otros malos?
«Dios creó a todos los espíritus sencillos e ignorantes, es decir, faltos de ciencia, y dio a cada uno de ellos una misión con objeto de ilustrarlos y de hacerles llegar progresivamente a la perfección por medio del conocimiento de la verdad, y aproxímarse a él. La dicha eterna sin perturbación estriba para ellos en esa perfección. Los espíritus adquieren los conocimientos sufriendo las pruebas que Dios les impone, (1) que unos aceptan con sumisión, llegando así más prontamente al objeto de su destino, y que otros sufren con desagrado, permaneciendo por culpa suya lejos de la perfección y de la dicha prometida».
#115a. -Según esto, parece que los espíritus en su origen, son como los niños, ignorantes e inexpertos; pero que adquieren poco a poco los conocimientos que les faltan recorriendo las diferentes etapas de la vida.
«Sí; la comparación es exacta, pues el niño rebelde continúa ignorante e imperfecto, y se aprovecha más o menos según su docilidad; pero, al paso que la vida del hombre tiene término, la del espíritu se dilata en lo infinito».
#116. ¿Hay espíritus que permanecerán perpetuamente en los puestos inferiores?
«No; todos llegarán a ser perfectos; cambiarán, pero a la larga; porque, como lo hemos dicho otra vez, un padre justo y misericordioso no puede desterrar eternamente a sus hijos. ¡Y quieres que Dios, que es tan bueno y tan justo, sea de peor condición que vosotros!»
#117. ¿Depende de los espíritus apresurar su progreso hacia la perfección?
«Indudablemente, y llegan más o menos pronto según su deseo y su sumisión a la voluntad de Dios. ¿El niño dócil no se instruye más pronto que el reacio? »
«No, pues a medida que progresan comprenden lo que les alejaba de la perfección, y terminada una prueba poseen el conocimiento de ella y no lo olvidan. Pueden permanecer estacionarios; pero no retroceden».
#119. ¿No podría Dios librar a los espíritus de las pruebas que han de sufrir para llegar al primer puesto?
«Si hubiesen sido creados perfectos, no tendrían méritos para gozar de los beneficios de la perfección. Sin lucha, ¿Dónde estaría el mérito? Por otra parte, la desigualdad que entre ellos existe, es necesaria a su personalidad; además, la misión que desempeñan en los diferentes grados, entra en las miras de la Providencia respecto de la armonía del universo». Puesto que en la vida social todos los hombres pueden llegar a los primeros puestos, se podria preguntar también: ¿por qué el soberano de un país no hace generales a todos sus soldados, empleados superiores a todos los subalternos y maestros a todos los discípulos? Pues entre la vida social y la espiritual existe aún la diferencia de que la primera es limitada. y no basta siempre a la consecución de todos los grados, al paso que, siendo indefinida la segunda, de a cada cual la posibilidad de elevarse al puesto supremo.
#120. ¿Todos los espíritus pasan por la serie del mal para llegar al bien?
«No por la serie del mal, sino por la de la ignorancia».
#121. ¿Por qué ciertos espíritus han seguido el camino del bien y otros el del mal?
«¿No tienen libre albedrío? Dios no creó espíritus malos. sino sencillos e ignorantes, es decir, igualmente aptos para el bien que para el mal. Los que llegan a ser malos, lo son por su voluntad».
#122. No teniendo en su origen conciencia de sí mismos, ¿cómo pueden los espíritus ser libres de elegir entre el bien y el mal? ¿Existe en ellos un principio, una tendencia cualquiera que los incline más al uno que al otro?
«El libre albedrío se desarrolla a medida que el espíritu adquiere conciencia de sí mismo. Sí la elección se debiese a una causa independiente de la voluntad del espíritu, no existiría libertad. La causa no reside en él, sino fuera, en las influencias a que cede en virtud de su voluntad libre, y esto significa la gran figura de la caída del hombre y del pecado original. Unos cedieron a la tentación; otros resistieron a ella».
#122a,-¿De dónde proceden las influencias que obran sobre el espíritu?
«De los espíritus imperfectos que procuran apoderarse de él y dominarle, y que se consideran felices cuando le hacen sucumbir. Esto es lo que se ha querido representar en la figura de Satanás».
#122b, -¿No sufre esta influencia el espíritu más que en su origen?
«Le persigue en su vida de espíritu, hasta que consigue dominarse de tal modo, que los malos renuncian a obsesionarle».
#123. ¿Por qué ha permitido Dios que los espíritus puedan seguir el camino del mal?
«¿Cómo os atrevéis a pedirle a Dios cuenta de sus actos? ¿Creéis que podéis penetrar en sus designios? Podéis deciros, sin embargo: La sabiduría de Dios consiste en la libertad que a cada uno concede de elegir, porque así tiene cada uno el mérito de sus obras».
#124. Puesto que hay espíritus que desde el principio siguen el camino del bien absoluto y otros el del mal absoluto, ¿existen indudablemente grados entre estos dos extremos? «Ciertamente que sí, y la gran mayoría es la de los que no ocupan los extremos».
#125. Los espíritus que han seguido el camino del mal, ¿podrán llegar al mismo grado de superioridad que los otros?
«Sí; pero las eternidades serán más largas para ellos».
Por estas palabras las eternidades debe entenderse la idea que tienen los espíritus inferiores de que serán perpetuos sus sufrimientos, cuyo término no les es dado ver; idea que se renueva en todas las pruebas en que sucumben.
#126. Los espíritus que llegan al grado supremo, después de haber incurrido en el mal, ¿tienen a los ojos de Dios menos mérito que los otros?
«Dios mira a los extraviados con iguales ojos y a todos los ama con el mismo afecto. Se les llama malos, porque han sucumbido; pero antes eran espíritus sencillos».
#127. ¿Los espíritus son creados iguales en facultades intelectuales?
«Lo son; pero no sabiendo de dónde provienen, es preciso que funcione el libre albedrío, y progresan con más o menos rapidez así intelectual, como moralmente».
Los espíritus que, desde el principio, siguen el camino del bien, no son por ello espíritus perfectos, puesto que, si no tienen malas tendencias, han de adquirir, sin embargo, experiencia y los conocimientos necesarios para llegar a la perfección. Podemos compararlos a los niños que, cualquiera que sea la bondad de sus naturales instintos, tienen necesidad de desarrollarse, de ilustrarse, y que no llegan sin transición de la infancia a la madurez.
Así como tenemos hombres buenos y malos desde la infancia, así también hay espíritus buenos y malos desde el principio, con la diferencia capital, de que el niño tiene instintos completamente formados, al paso que el espíritu, al ser formado, no es ni bueno ni malo, sino que tiene todas las tendencias, y en virtud de su libre albedrío toma una u otra dirección.
(1).-(Nota 📝 añadida por Frank Montañez al item #115, sobre los sufrimientos en la imposición de Dios, recordemos que la imposición es el único camino del Espíritu para lograr el progreso de su Espíritu, todos pasarán a cumplir el mismo requisito, no existe manera de que sea de otro modo éste proceso evolutivo. Sabemos que Dios ni castiga ni premia, sino que la consecuencia de que el Espíritu pueda adelantar, necesitará cumplir con éstos requisitos.)
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Determinismo y libre albedrío coexisten en la vida en el Libro el Consolador. Emmanuel habla de coexistencia de dos conceptos contrarios, CUIDADO!!!!!
Nota añadida de Frank Montañez: "Estos dos conceptos han sido claramente definidos en los Libros Codificados, así como lo expone Emmanuel, lo expuso Baruch Spinoza, y no es lo que el Espiritismo expuso. Este modo de interpretar Libre Albedrío, es una Opinión personal y no representa el Espiritismo."
¿No verifican, actualmente, las realizaciones previstas por los emisarios del Señor hace dos y cuatro milenios, en el divino simbolismo de las Escrituras?
Establecida la verdad de que el hombre es libre en la pauta de su educación y de sus méritos, en la ley de las pruebas, nos cumple reconocer que el propio hombre, a medida que se torna responsable, organiza el determinismo de su existencia, agravándolo o suavizándolo en sus rigores, hasta poder elevarse definitivamente a los planos superiores del Universo.
Constantemente estamos preguntándonos ¿porqué ocurre esto?, ¿porqué tengo este problema?. Siempre buscamos un porque de lo que nos está ocurriendo en la vida. Algunos están tan interesados en saber el porqué de los problemas, que buscan en aquellos que creen saber más para obtener una respuesta. Si la respuesta que se obtiene no es de nuestro agrado, usualmente seguimos en la búsqueda hasta encontrar algo que nos sea más cómodo aceptar.
"El libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. Muchas autoridades religiosas han apoyado dicha creencia, mientras que ha sido criticada como una forma de ideología individualista por pensadores tales como Baruch Spinoza, Arthur Schopenhauer, Karl Marx o Friedrich Nietzsche. El concepto es comúnmente usado y tiene connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no-condicionado íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del agente fue inducida por su propia voluntad.
El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. Por ejemplo, en la ética puede suponer que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En la psicología, implica que la mente controla algunas de las acciones del cuerpo, algunas de las cuales son conscientes. En el reino científico, el libre albedrío se puede percibir en las acciones del cuerpo, incluyendo al cerebro, no siendo determinadas enteramente por la causalidad física. La existencia del libre albedrío ha sido un tema central a través de la historia de la filosofía y la ciencia.
20 de agosto del 2019.
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Vamos entonces a revisar sobre lo que nuestra filosofía espirita nos tiene que decir al respecto, y no te impacientes, que voy a llegar a donde tienes tus dudas. El Libro de Los Espíritus nos dice lo siguiente:
- Puesto que posee libertad de pensar, dispone asimismo de la libertad de actuar. A no ser por el Libre Albedrío, el hombre sería una máquina.
- Goza de la libertad de obrar tan pronto como tiene la voluntad de hacer. En los primeros períodos de la vida su libertad es casi nula. Se desarrolla más tarde, y cambia de objeto, junto con las facultades. Puesto que el niño tiene pensamientos acordes con las necesidades propias de su edad, aplica su libre albedrío a las cosas de que necesita.845. Las predisposiciones instintivas que el hombre trae al nacer ¿no son un obstáculo para el ejercicio del Libre Albedrío?
- Esas predisposiciones instintivas son las del Espíritu antes de su encarnación. Según sea él más o menos evolucionado, pueden inducirlo a cometer actos reprensibles, y en ésto será secundado por los Espíritus que simpatizan con tales predisposiciones; pero no hay fuerza que sea irresistible cuándo se tiene voluntad de resistir. Recordad que querer es poder. (Ver parágrafo 361).
361. ¿De dónde le vienen al hombre sus cualidades morales, sean buenas o malas?
V.- Idiotismo, locura
371. ¿Es fundada la opinión según la cual los cretinos e idiotas59
Vemos una gigantesca ola producida por el tsunami de Japon, Marzo 2010 |
852. Hay personas a quienes parece perseguir una fatalidad, independientemente de su manera de obrar. ¿Está la desgracia en su destino?
- Se trata quizá de pruebas que deben soportar y que han elegido. Pero una vez más achacáis al destino lo que casi siempre es sólo una consecuencia de vuestra propia falta. En medio de los males que te afligen; trata de que tu conciencia sea pura y te sentirás casi consolado.
Comentario: Las ideas, justas o falsas, que nos formamos acerca de las cosas nos hacen triunfar o fracasar, según nuestro carácter y posición social. Encontramos más sencillo y menos humillante para nuestro amor propio atribuir nuestros fracasos a la mala suerte o al destino antes que a nosotros mismos. Si la influencia de los Espíritus contribuye a ellos en ocasiones, podemos siempre sustraernos a ese influjo rechazando las ideas que nos sugieran, cuando éstas sean malas.
- Sólo es fatal, en el genuino sentido de la palabra, el instante de la muerte. Cuando ese momento ha llegado, bien sea por un medio o por otro, no podéis sustraeros a ella.
853 a. Así pues, cualquiera fuere el peligro que nos amenace, ¿no moriremos si no nos ha llegado la hora?
- No, no perecerás. Y tienes de ello miles de ejemplos. Pero cuando la hora de tú partida haya sonado, nada podrá impedirla. Dios sabe por anticipado con qué clase de muerte te irás de la Tierra, y con frecuencia lo sabe también tú Espíritu, porque le es revelado cuándo opta por tal o cuál existencia.
- No, por cuánto las precauciones que tomáis os son sugeridas con miras a evitar una muerte que se cierne sobre vosotros. Constituyen uno de los medios para que no ocurra.
- Cuanto tú vida se ve puesta en peligro, se trata de una advertencia que tú mismo has deseado a fin de desviarte del mal y hacerte mejor. Si escapas a ese riesgo y te encuentras aún bajo la influencia del peligro que has corrido, piensas con mayor o menor intensidad –según sea la acción más o menos poderosa de los buenos Espíritus- en mejorarte. Pero, si interviene el Espíritu malo (y digo malo sobre entendiendo el mal que todavía reside en él), piensas que podrás librarte en la misma forma de otros peligros y permites que tús pasiones se desencadenen de nuevo. Mediante los riesgos a que os veis sometidos os recuerda Dios cuán débiles sois y la fragilidad de vuestra existencia. Si examinamos la causa y la índole del peligro, veremos que casi siempre sus consecuencias hubieran sido el castigo de una falta cometida o de un deber descuidado. Dios os advierte de éste modo para que reflexionéis y os enmendéis. (Ver párrafos 526 a 532). 115
115
Herculano Pires, fue el problema religioso en el Espiritismo. Las Notas añadidas por Herculano Pires, en el Libro de Los Espíritus y en el Libro de Génesis, no son conformes a las enseñanzas y creencias del Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador. Mí opinión es que es tiempo de establecer que Herculano Pires le hizo mucho mal al Espiritismo, por sus comentarios a veces teñidos de Religiosidad de fe ciega. Un fiel creyente del Espíritu de Emmanuel y de Chico Xavier. ¿Como no se Dio cuenta que Emmanuel, André Luiz y Chico Xavier, no predicaban Espiritismo Verdadero.
http://soyespirita.blogspot.com/2019/06/el-problema-religioso-segun-herculano.html
- Sabe que la clase de vida que escogió lo expone a morir de tal manera más bien que de tal otra. Pero conoce asimismo las luchas que habrá de sostener para evitarlo, y que, si Dios lo permite, no sucumbirá.
- Muy a menudo el hombre tiene el presentimiento de su fin, como puede también tenerlo de que no morirá todavía. Ese presentimiento le viene de sus Espíritus protectores, los cuales quieren advertirle que se mantenga preparado para partir, o que levantan su coraje en los momentos en que más lo necesita. También puede provenirle de la intuición que tenga de la existencia que eligió, o de la misión que ha aceptado y que sabe deberá cumplir. (Véanse los parágrafos 411 y 522).
411. El Espíritu encarnado, en los instantes en que se halla desprendido de la materia y obra como Espíritu, ¿sabe cuándo morirá?
- Muchas veces lo presiente. En ocasiones tiene de ello muy clara conciencia, y es esto lo que en estado de vigilia la da la intuición del hecho. De ahí procede que ciertas personas prevean a veces su muerte con gran exactitud.
VII.- Presentimientos
522. ¿Es siempre el presentimiento una advertencia del Espíritu protector?
- El presentimiento es el consejo íntimo y oculto de un Espíritu que os quiere bien. Está asimismo en la intuición de la elección que se ha hecho. Es la voz del instinto. Antes de encarnar, el Espíritu tiene conocimiento de las principales fases de su existencia, esto es, del género de pruebas a las que se compromete. Cuando éstas poseen un carácter evidente, guarda de ellas en su fuero interno una especie de impresión, y esa impresión, que constituye la voz del instinto, al revelarse cuando se acerca el instante, se convierte en presentimiento.
521. Ciertos Espíritus ¿pueden coadyuvar al progreso de las artes al proteger a los seres humanos que de ellas se ocupan?
- Hay Espíritus protectores especiales y que asisten a aquellos que los invocan, cuando los juzgan dignos de esto. Pero ¿qué queréis que hagan con los que creen ser lo que no son? No pueden lograr que los ciegos vean ni que los sordos oigan.
858. ¿A qué se debe que aquellos que presienten su muerte la teman, por lo general, menos que los otros?
- El que teme la muerte es el hombre y no el Espíritu. Y el que la presiente, piensa más como Espíritu que como hombre. Comprende su liberación, y la aguarda.
- Son con frecuencia cosas lo bastante insignificantes para que podamos prevenirnos de ellas, y en ocasiones hacer que las evitéis dirigiendo vuestro pensamiento. Porque no nos agrada el sufrimiento material. Pero esto es poco importante para la vida que habéis elegido. Realmente, la fatalidad sólo consiste en la hora en que debéis aparecer en la Tierra y la hora en que tenéis que marcharos de ella.
859 a. ¿Hay hechos que deban por fuerza suceder y que la voluntad de los Espíritus no pueda evitar?
- Sí, pero que tú, en el estado de Espíritu, has visto y presentido cuando hiciste tu elección. Mas no vayas a creer que cuanto sucede esté ya escrito, como dicen. Un acontecimiento suele ser a menudo la consecuencia de algo que tú has realizado mediante un acto de tu libre voluntad, de manera que si tú no hubieras hecho eso no se habría operado aquel acontecimiento. Si te quemas un dedo, se trata del resultado de tu imprudencia y también de la condición de la materia. Sólo los grandes dolores, los sucesos importantes, que pueden influir sobre lo moral, han sido previstos por Dios, porque resultan útiles para tu instrucción y purificación.
- Le es posible, si esa desviación aparente puede ajustarse a la vida que ha escogido. Por otra parte, para hacer el bien, como debe serlo y en cuanto es ese el único objetivo de la existencia, puede impedir el mal, sobre todo aquel que pudiera contribuir a un mal mayor.
- No. Conocía que al optar por una existencia de luchas había posibilidades para él de dar muerte a un semejante, pero ignoraba si lo haría, porque casi siempre hay en el hombre deliberación antes de cometer el crimen. Ahora bien, el que delibera sobre algo es en todos los casos libre de hacerlo o de no hacerlo. Si el Espíritu supiera por anticipado que, ya en su condición de hombre, debía ser autor de un homicidio, estaría entonces predestinado a ello… Y sabed que no hay nadie que se halle predestinado al crimen, y que todo asesinato, como cualquier otro acto, es siempre el resultado de la voluntad y del libre albedrío.
Comentario de Kardec: Por otro lado, confundís continuamente dos cosas muy diversas: los sucesos materiales de la existencia y los actos de la vida moral. Si en ocasiones hay fatalidad, es en esos acontecimientos materiales cuya causa está fuera de vosotros y que son independientes de vuestra voluntad. En cuanto a los actos de la vida moral, ellos emanan siempre del hombre mismo, que en todos los casos tiene, por tanto, la libertad de elegir. Para esos actos, pues, no hay jamás fatalidad.
- Es fatalidad, si quieres denominarla así, pero resulta de la elección de la clase de existencia, porque tales personas han querido ser probadas mediante una vida de desilusiones, a fin de ejercitar su paciencia y su resignación. No obstante, no creas que esa fatalidad sea absoluta. Es a menudo el resultado del camino erróneo que han tomado y que no está en relación con su inteligencia y aptitudes. El que quiere cruzar a nado un río y no sabe nadar tiene muchas posibilidades de ahogarse. Así sucede en la mayoría de los acontecimientos de la vida. Si el hombre sólo iniciara empresas que estuviesen en relación con sus facultades, casi siempre obtendría buenos resultados. Lo que le pierde es su amor propio y su ambición, que lo desvían de su senda y le hacen tomar por una vocación lo que en realidad es el deseo de satisfacer ciertas pasiones. Fracasa y tiene la culpa, pero en lugar de atribuírselo a sí mismo prefiere acusar de ello a su mala estrella. Uno que hubiese sido un buen operario y que se hubiera ganado honradamente la vida, sería en cambio un mal poeta y moriría de inanición. Para todo el mundo habría lugar si cada cual supiera ocupar el que le corresponde.
- Los hombres crean las costumbres sociales, no Dios. Y si a ellas se someten es porque les conviene, lo cual constituye un acto más de su libre albedrío, puesto que si lo desearan podrían liberarse de ellas. Entonces, ¿por qué se quejan? No deben acusar a las costumbres sociales, sino a su tonto amor propio, que les lleva a preferir morirse de hambre o inanición antes que apartarse de ellas. Nadie les toma en cuenta ese sacrificio que realizan en pro del qué dirán, en tanto que Dios sí les tomará en cuenta el sacrificio que hagan de su vanidad. Ésto no significa que haya que desafiar sin necesidad al qué dirán, como hacen ciertas personas, que tienen más extravagancia que verdadera filosofía. Es tan desatinado dar motivo a que lo señalen a uno con el dedo o lo miren cual si se tratara de un ser exótico, como prudente descender por propia voluntad y sin murmurar cuando no puede uno mantenerse en lo alto de la escala.
NOTA: Aquí claramente se define lo que es La Anorexia Nerviosa de nuestros días. Mi opinión es que el reto será que dediquemos tiempo, recursos y esfuerzos para combatir estos ataque inmisericordes de los malos espíritus. Las obsesiones que ocasionan, logran doblegar a los seres humanos.
“Los espíritus me revelan que será necesaria el construir facilidades físicas para tratar estos trastornos de obsesiones espirituales. Nos va a tocar impulsar por medio de filántropos la construcción de éstos Centros de Rehabilitación Espiritual, manejados por profesionales de la salud como Endontrinólogo, Psicólogos y Psiquiatras comprometidos con la filosofía Espírita que darían validez legal de operación a los países que los certifican.
- Con frecuencia es porque estas últimas saben hacer mejor las cosas. Pero también puede tratarse de una clase de pruebas. El buen éxito las embriaga, se confían a su destino y muchas veces pagan más tarde esos mismos triunfos mediante crueles reveses, que con prudencia hubieran podido evitar.
- Ciertos Espíritus han escogido de antemano determinados tipos de placer. La suerte que se les muestra propicia constituye una tentación. El que como hombre gane, perderá como Espíritu. Es una prueba para su orgullo y su codicia.
- Tú mismo has elegido tu prueba. Cuanto más ruda sea y mejor la soportes, tanto más te elevarás. Aquellos que pasan su vida en medio de la abundancia y de la dicha humana son Espíritus cobardes que permanecen estacionarios. Por eso, el número de infortunados es muy superior al de los felices de este mundo, puesto que los Espíritus en su mayoría buscan la prueba, que les será más fructífera. Demasiado bien se les demuestra la futilidad de vuestras grandezas y placeres. Por otra parte, la vida más venturosa es siempre agitada y perturbada: no es sólo el dolor quien produce contrariedades. (Ver párrafos 525 y siguientes).
525. ¿Ejercen los Espíritus influencia sobre los sucesos de la vida?
- Por cierto que sí, puesto que te aconsejan.
525 a. Ese influjo ¿lo ejercen de otro modo que por medio de los pensamientos que sugieren? Es decir, ¿tienen una acción directa en el cumplimiento o realización de las cosas?
- Sí, pero no obran nunca fuera de las leyes de la Naturaleza.
Comentario: Erróneamente nos imaginamos que la acción de los Espíritus sólo debe manifestarse mediante fenómenos extraordinarios. Querríamos que acudiesen en nuestra ayuda obrando milagros, y nos los representamos siempre como provistos de una varita mágica. No es así, de ningún modo. He ahí por qué su intervención se manifiesta ocultamente y lo que se hace con su concurso se nos imagina como un efecto natural. Así por ejemplo, ellos provocarán la reunión de dos personas que parecerán encontrarse por casualidad. Inspirarán a alguién la idea de pasar por determinado sitio, y llamarán su atención hacía tal punto, sí ésto debe traer el resultado que desean ellos obtener, de manera que el hombre, creyendo seguir sólo su propio impulso, sigue conservando su libre albedrío.
- Antigua superstición, que relacionaba a las estrellas con el destino de cada individuo: alegoría que algunas personas toman tontamente al pie de la letra.