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Preguntas y respuestas de los Espíritus a preguntas de como vencer los Malos Espíritus con nuestra Voluntad y el deseo de hacer el Bien.
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Libro de Los Espíritus
Libro Segundo – Capítulo IX
Intervención de los Espíritus en el Mundo Corporal
459. Los
Espíritus, ¿influyen en nuestros pensamientos y en nuestras acciones?
“En ese aspecto su influencia es mayor de lo que
creéis, pues muy a menudo son ellos quienes os dirigen.”
460. Además de
nuestros propios pensamientos, ¿tenemos otros que nos son sugeridos?
“Vuestra alma es un Espíritu que piensa. No
ignoráis que muchos pensamientos se os ocurren a la vez sobre un mismo asunto,
y que a menudo son muy contradictorios. Pues bien, los hay siempre vuestros y
nuestros. Eso os genera incertidumbre, porque tenéis en vosotros dos ideas que
se combaten mutuamente.”
461. ¿De qué modo
podemos distinguir nuestros propios pensamientos de aquellos que nos son
sugeridos?
“Cuando se os sugiere un pensamiento, es como una
voz que os habla. Vuestros propios pensamientos son, por lo general, los que se
os ocurren primero. Por otra parte, esa distinción no reviste gran interés para
vosotros, y con frecuencia es útil no saberlo, pues de ese modo el hombre obra
con mayor libertad. Si se decide por el bien, lo hace de buen grado. En cambio,
si toma el camino del mal, mayor será su responsabilidad.”
462. Los hombres
inteligentes y de genio, ¿toman siempre sus ideas de sí mismos?
“A veces las ideas proceden de su propio Espíritu.
Sin embargo, a menudo les son sugeridas por otros Espíritus que los juzgan
capaces de comprenderlas y dignos de transmitirlas. Cuando no las encuentran en
sí mismos, apelan a la inspiración. En ese caso, se trata de una evocación que hacen
sin sospecharlo.”
Si fuese útil distinguir con claridad
los pensamientos propios de aquellos que nos son sugeridos, Dios nos habría
proporcionado los medios para hacerlo, así como nos ha dado los medios que nos
permiten distinguir el día de la noche. Cuando algo se nos presenta de modo
impreciso es porque debe ser así para nuestro bien.
463. A veces se
dice que lo que se nos ocurre primero siempre es bueno. ¿Es esto exacto?
“Puede ser bueno o malo, conforme a la naturaleza
del Espíritu encarnado. Siempre es bueno en aquel que escucha las buenas
inspiraciones.”
464. ¿Cómo podemos
distinguir si un pensamiento que nos ha sido sugerido procede de un Espíritu
bueno o de uno malo?
“Estudiadlo. Los Espíritus buenos sólo aconsejan
el bien. A vosotros os cabe distinguir.”
465. ¿Con qué
objetivo los Espíritus imperfectos nos impulsan al mal?
“Para haceros sufrir como ellos sufren.”
[465a] – ¿Disminuye
eso sus padecimientos?
“No, pero lo hacen por envidia, al ver seres más
felices.”
[465b] – ¿Qué clase
de padecimientos quieren que experimentemos?
“Los que resultan de pertenecer a un orden
inferior y alejado de Dios.”
466. ¿Por qué Dios
permite que algunos Espíritus nos inciten al mal?
“Los Espíritus imperfectos son los instrumentos
destinados a probar la fe y la constancia de los hombres en el bien. Puesto que
tú eres un Espíritu, debes progresar en la ciencia de lo infinito. Por eso
pasas por las pruebas del mal para llegar al bien. Nuestra misión consiste en
ponerte en el camino del bien. Cuando las malas influencias actúan sobre ti es
porque tú las llamas con el deseo del mal, pues los Espíritus inferiores acuden
a ayudarte en el mal cuando tienes la voluntad de cometerlo. Ellos sólo pueden ayudarte
en el mal cuando tú quieres el mal. En efecto, si eres propenso al crimen,
tendrás alrededor tuyo una nube de Espíritus que mantendrán en ti ese
pensamiento. Sin embargo, también hay otros Espíritus que tratarán de
infundirte el bien, con lo cual se restablece el equilibrio y entonces eres
dueño de tus actos.”
De ese modo, Dios deja a nuestra
conciencia la elección del camino que debemos seguir, así como la libertad de
ceder a una u otra de las influencias opuestas que se ejercen sobre nosotros.
467. ¿Podemos
liberarnos de la influencia de los Espíritus que nos incitan al mal?
“Sí, porque esos Espíritus sólo se apegan a
quienes los provocan con sus deseos o los atraen con sus pensamientos.”
468. Los Espíritus
cuya influencia rechazamos mediante la voluntad, ¿renuncian a sus tentativas?
“¿Qué quieres que hagan? Cuando no pueden hacer
nada, se retiran. No obstante, aguardan el momento favorable como el gato que
acecha al ratón.”
469. ¿De qué modo
podemos neutralizar la influencia de los Espíritus malos?
“Haced el bien y poned toda vuestra confianza en
Dios para lograrlo. Así rechazaréis la influencia de los Espíritus inferiores y
destruiréis el imperio que ellos quieren ejercer sobre vosotros. Guardaos de
escuchar las sugestiones de los Espíritus que provocan malos pensamientos,
fomentan la discordia entre vosotros y excitan las pasiones malas. Desconfiad,
sobre todo, de los que exaltan vuestro orgullo, porque os atacan por el lado
débil. Por eso Jesús os hace decir en la oración dominical: Señor, no nos dejes caer
en la tentación, más líbranos del mal.79”
79
[San Mateo 6:13.
Vease tambien el §
872.]
470. Los Espíritus
que tratan de inducirnos al mal y que de ese modo ponen a prueba nuestra
firmeza en el bien, ¿han recibido la misión de hacerlo? En caso de que se trate
de una misión,
¿Qué
responsabilidad les cabe?
“Ningún Espíritu recibe la misión de hacer el mal.
Cuando lo hace, es por su propia voluntad, razón por la cual sufre las
consecuencias. Dios puede permitirle que lo haga para probaros, pero no se lo
ordena. Por otra parte, a vosotros os compete rechazarlo.”
471. Cuando
experimentamos un sentimiento de angustia, de ansiedad indefinible o de
satisfacción interior sin causa conocida, ¿Depende eso únicamente de una
disposición física?
“Casi siempre es un efecto de las comunicaciones
que, sin saberlo, mantenéis con los Espíritus, o que habéis mantenido con ellos
mientras dormíais.”
472. Los Espíritus
que quieren incitarnos al mal, ¿se limitan a sacar provecho de las
circunstancias en que nos encontramos, o pueden provocarlas?
“Sacan provecho de las circunstancias, pero
también suelen provocarlas impulsándoos, sin que lo sepáis, hacia el objeto de
vuestra codicia. Así, por ejemplo, si un hombre encuentra en su camino una suma
de dinero, no creáis que fueron los Espíritus los que la dejaron en ese lugar,
aunque sí pudieron transmitirle al hombre la idea de pasar por allí. En ese
caso, ellos le sugieren la idea de apropiarse del dinero, mientras que otros
Espíritus le sugieren que lo devuelva a su dueño. Lo mismo ocurre con el resto
de las tentaciones.”
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Conclusión:
Dominas a las malas influencias, los
malos pensamientos y cualquier ataque de ellos con tu “Voluntad” y haciendo el
bien.