La IDENTIDAD DE LOS ESPÍRITUS, ¿Cómo reconocer Espíritus Buenos y los Malos Espíritus.?, según el Libro de Los Espíritus, introducción, libro de los Médiums, ítem #255 al ítem #267.1-26, (Todos sus incisos), y los Ítems #268.1-28 (Todos sus incisos). Además, los ítems #93 al #96, Identidad de los Espíritus, del Libro ¿Qué es el Espiritismo? Capítulo II. Todas éstas referencias mensionadas nos ayudan a definir la IDENTIDAD de los Espíritus.
El Siguiente es el enlace de éste contenido sobre el tema de la Identidad de los Espíritus....
Revisado en: 1/25/15, 10/12/21
Los Espíritus Superiores son los Espíritus Protectores y Guías por excelencia. Por lo tanto es y debe ser siempre un Espíritu Superior, en ésas tareas, definido en la descripción de la Escala Espírita en el libro de Los Espíritus, ítem # 💯 en adelante.
Los Espíritus Protectores y Guías, NUNCA se contradicen con las ENSEÑANZAS del Espiritismo ni imponen sus criterios. Por lo tanto, sí un llamado Espíritu Mentor o Benefactor de Brasil dice que se puede equivocar, que impone sus criterios, o se contradice con las Enseñanzas y creencias del Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo, tan sólo una vez, es la mejor prueba de que es un Espíritu Impuro, un Espíritu Malo y un Espíritu Perturbador y debe ser clasificado en la sexta clase de la Escala Espírita como Espíritus inferiores y Perturbadores. El ejemplo puntual es el Espíritu Protector y Guía de Chico Xavier, Emmanuel, que manifestó que no lo sabía todo y se podía equivocar. Ésta es la mejor prueba de que Emmanuel mismo se declaró como un Espíritu que no lo sabía todo, y que se podía equivocar. Ésto lo DESCUBRIÓ como UN ESPÍRITU INFERIOR…
Mediums 268.1
...Sólo a los Espíritus superiores les es dado conocer todas las cosas y juzgarlas sin apasionamiento.
Emmnuel es la mejor prueba de un Espiritu Mistificador en el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al.
Te invito a ver y compartir mí vídeo sobre éste...
TEMA : ¿Qué Sensación sientes cuándo un Espíritu Bueno y Noble se acerca a Tí, Soy Espírita? ,
Mickey Owsley, okp21 💞
frank5028, okp21 💞
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El Espíritu Protector y Guía es SIEMPRE un Espíritu Superior, que no se contradice ni se equivoca.
Tú Espíritu Protector y Guía es y debe ser siempre un Espíritu Superior, definido en la descripción de la Escala Espírita en el libro de Los Espíritus, nunca se contradice y nunca impone sus criterios. Sólo los Espiritus Malos imponen sus criterios.
Malos Espíritus son los que se imponen... y no son EVOLUCIONADOS, ni ENTENDIDOS...
https://soyespirita.blogspot.com/2019/02/los-espiritus-que-se-imponen-en-el.html
Sí, impone sus criterios, inmediatamente lo debes encarar y dejarle saber que sólo los Malos Espíritus imponen sus criterios. Debes despedirlo y rechazarlo, sin contemplaciones.
No dudes de tú Espíritu Protector y Guía, ése Espíritu es tú Protector y te ama profundamente 😍 y con Bondad infinita, no se equivoca y nunca te engañará, sí lo descubres mintiendo, engañando, mistificando, que se impone en sus criterios, y que se contradice, no digas que son tús Espíritus Protectores o Guías, son Espíritus inferiores que se acercaron y a los que se deben rechazar.
Tenemos las evidencias por escrito de que los Espíritus, los que se contradicen con las enseñanzas y creencias del Espiritismo Verdadero, impusieron sus criterios, mistificaron y se contradijeron con las enseñanzas y creencias del Espiritismo, y todas las pruebas están por escrito, en sus supuestas psicografías, y libros psicografiados apócrifos.
¡Basta ya de permitir tantas mentiras e hipocresías, y de tapar el cielo con la mano.!!!
Nadie adelanta sus Espíritus con Mentiras, Embustes, Misticismos, Contradicciones, e Imposiciones. Pero a los que sólo, les interesa romper con las enseñanzas del Espiritismo, pues los delata en las mentiras.
Ya es hora ⌚ de que tú te des cuenta de tantas 🤥 MENTIRAS que surgen de Espíritus que parecen buenos y que hablan bonito, y que evites que Espíritus "Perturbadores", mentirosos e hipócritas se acerquen, debes exigir respeto de éstos Espíritus descubiertos en mentiras 🤥.
No tengas temor, ni miedo por nada, tú Espíritu Protector y Guía, el que te fue asignado antes de nacer, no te engañará jamás, está ahí para protegerte con su presencia, y será tú guía confiable porque ya sabes que no te engaña, no mistifica, no se contradice, ni impone sus criterios con "Opiniones Personales", aisladas, que el Espiritismo rechaza.
El Espíritu Superior es SIEMPRE el Espíritu Protector y Guía es y debe ser siempre un Espíritu Superior, definido en la descripción de la Escala Espírita en el libro de Los Espíritus, item # 💯 en adelante.
También los Espíritus Realmente Superiores NUNCA se Contradicen con las enseñanzas del Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo 🌍, el Verdadero Espiritismo.
Tampoco son Embusteros e hipócritas. Sí un Espíritu es descubierto en mentiras, o misticismos o en hipocrecías, ésto hace que sean en realidad Espíritus IMPERFECTOS, IMPUROS y MALOS los que se contradicen, se imponen y mienten en el Espiritismo, no dudes ni vaciles en rechazarlos con severidad. Evitas estás confusiones, cuándo lees los Libros Codificados por Allan Kardec. Vea también ítem #263, y #264, libro de los Médiums. Entonces basta una sola contradicción para definir a Espíritus inferiores que aconsejaron mal a Joaquín Trincado Mateos, Espíritus embusteros e inferiores que le hicieron creer que él es JUEZ del Universo, que el ALMA es Mortal y que la Caridad es un Baldon. Entonces, no los estoy difamando diciendo verdades de lo que él escribió y enseñó, que está en contra del Espiritismo.
También los Espíritus Realmente Superiores NUNCA se Contradicen en el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo 🌍, el Verdadero Espiritismo. Tampoco son Embusteros e hipócritas. Sí un Espíritu es descubierto en mentiras, o misticismos o en hipocrecias, ésto hace que sean en realidad Espíritus IMPERFECTOS, IMPUROS y MALOS los que se contradicen y mienten en el Espiritismo.
Vea también item #262, #263, y #264, del libro de los Médiums, libro codificado, escrito y publicado por Allan Kardec en el año 1861.
#262. Sí la identidad absoluta de los Espíritus es, en muchos casos, una cuestión accesoria y sin importancia, no sucede lo mismo con la distinción de los buenos o malos Espíritus; su individualidad puede sernos indiferente, su cualidad no lo es jamás. En todas las comunicaciones instructivas es en dónde debe concentrarse más la atención, porque ésta sola es la que puede darnos la medida de la confianza que debemos tener con el Espíritu que se manifiesta, cualquiera que sea el nombre que tome. ¿El Espíritu que se manifiesta, es bueno o malo? ¿A qué grado de la escala espiritista pertenece? Aquí está la cuestión principal. (Véase "Escala Espiritista", Libro de los Espíritus, número 100).
#263. Se juzga a los Espíritus, hemos dicho, como se juzga a los hombres, por su lenguaje. Supongamos que un hombre reciba veinte cartas de personas que le son desconocidas; por el estilo, por los pensamientos, por una multitud de señales conocerá, en fin, las que son instruidas o ignorantes, finas o mal educadas, superficiales, profundas, frívolas, orgullosas, formales, ligeras, sentimentales, etc. Lo mismo sucede con los Espíritus; debe considerárseles como corresponsales que jamás han visto, y preguntarse qué es lo que se pensaría del saber y del carácter de un hombre que dijera o escribiera semejantes cosas. Se puede poner como regla invariable y sin excepción, "que el lenguaje de los Espíritus está siempre en razón de su grado de elevación".
Los Espíritus realmente superiores no sólo dicen grandes cosas, sino que las dicen en término que excluyen, de la manera más absoluta, toda trivialidad; por buenas que sean éstas cosas, sí están empañadas con una sola expresión que resienta la bajeza, es una señal indudable de su inferioridad y con mucha más razón sí el conjunto de las comunicaciones hiere la decencia por su grosería. El lenguaje descubre siempre su origen, sea por el pensamiento que manifiesta, sea por su forma, y aún cuándo un Espíritu quisiera engañarnos sobre su pretendida superioridad, basta conversar algún tiempo con él para conocerle.
#264. La bondad y benevolencia son también atributos esenciales de Espíritus depurados; no odian ni a los hombres ni a los Espíritus; compadecen las debilidades, critican los errores, pero siempre con moderación, sin aversión ni animosidad. Si se admite que los Espíritus verdaderamente buenos sólo pueden querer el bien y decir cosas buenas, se deducirá en consecuencia que el lenguaje de los Espíritus que manifieste falta de bondad y benevolencia, no dimana de un Espíritu bueno.
#265. La inteligencia está lejos de ser una señal cierta de superioridad, porque la inteligencia y la moral no siempre marchan juntas. Un Espíritu puede ser bueno, benévolo y tener conocimientos limitados, mientras que un Espíritu inteligente e instruido puede ser muy inferior en moralidad. Se cree con bastante generalidad que, preguntando al Espíritu de un hombre que ha sido sabio en una especialidad sobre la Tierra, se obtendrá con más facilidad la verdad; ésto es lógico y, sin embargo, no es siempre verdadero. La experiencia demuestra que los sabios, lo mismo que los otros hombres, sobre todo aquellos que han dejado la Tierra hace poco, están aún bajo el imperio de las preocupaciones de la vida corporal; no se desprenden inmediatamente del Espíritu de sistema. Puede, pues, suceder, que bajo las influencias de las ideas que tuvieron cuándo vivían y con las cuáles se hicieron un título de gloria, vean menos claro de lo que nosotros lo pensamos. No damos éste principio como una regla, mucho le falta; decimos únicamente que ésto se ve, y que por consiguiente su ciencia humana no siempre es una prueba de infalibilidad como Espíritu.
#266. Sometiendo todas las comunicaciones a un examen escrupuloso, escudriñando y analizando el pensamiento y las expresiones, como se hace cuándo se trata de juzgar una obra literaria, rechazando "sin vacilar" todo lo que peca por la lógica y el buen sentido, todo lo que desmiente el carácter del Espíritu que se tiene por presentado, desanima a los Espíritus falaces que acaban por retirarse, bien convencidos de que no pueden engañarnos. Lo repetimos, éste medio es el sólo, pero infalible, porque no hay malas comunicaciones que puedan resistir a una crítica rigurosa. Los Espíritus buenos nunca se ofenden por ésto, puesto que ellos mismos lo aconsejan, y porque nada tienen que temer del examen; sólo los malos son los que se formalizan y quieren disuadir, porque lo pierden todo y por lo mismo prueban lo que son. Sobre éste asunto aquí está el consejo dado por San Luis: "Cualquiera que sea la confianza legítima que os inspiren los Espíritus que presiden vuestros trabajos, la recomendación que no nos cansaríamos de repetir y que tendríais que tener siempre en la memoria cuándo os entregáis a vuestro estudios, es que penséis y maduréis, que sometáis a la prueba de la razón más severa, todas las comunicaciones que recibís; que no descuidéis, desde que un punto os parece sospechoso, dudoso u oscuro, el pedir las explicaciones necesarias para poderos fijar".
267. Se pueden resumir los medios de reconocer la cualidad de los Espíritus en los principios siguientes:
1º No hay otro criterio para discernir el valor de los Espíritus,que el buen sentido. Toda fórmula dada a éste efecto por losmismos Espíritus es absurda y, no puede dimanar de Espíritussuperiores.
2º Se juzga a los Espíritus por su lenguaje y por susacciones. Las acciones de los Espíritus son los sentimientosque inspiran y los consejos que dan.
3º Siendo admitido que los Espíritus buenos no puedendecir ni hacer sino bien, todo lo que es malo no puede venir de un Espíritu bueno.
4º O Los Espíritus superiores tienen un lenguaje siempredigno, noble, elevado, sin mezcla de ninguna trivialidad; todo lodicen con sencillez y modestia; jamás se alaban ni hacen nuncaostentación de su saber ni de su posición entre los otros. El de los Espíritus inferiores o vulgares tiene siempre algún reflejo de
las pasiones humanas; toda expresión que resienta la bajeza, lasuficiencia, la arrogancia, la presunción y la acrimonía, es unindicio característico de inferioridad, o de superchería, sí el Espíritu se presenta bajo un nombre respetable y venerado.
5º No es menester juzgar a los Espíritus bajo la forma material y la corrección de su estilo, pero sí el sondear el sentido íntimo, examinar sus palabras, pesarías fríamente, con madurez y sin prevención. Toda separación de la lógica, de la razón y de la prudencia, no puede dejar duda sobre su origen, cualquiera que sea el nombre con que se disfrace el Espíritu.
(224).
6º El lenguaje de los Espíritus elevados es siempre idéntico, sino en la forma, al menos en el fondo. Los pensamientos son los mismos, cualquiera que sean los tiempos y el lugar, pueden estar más o menos desarrollados, según las circunstancias, las necesidades y la facilidad de comunicar, pero no serán contradictorios. Sí dos comunicaciones que llevan el mismo nombre están en oposición la una con la otra, la una de las dos es evidentemente apócrifa y la verdadera será aquella en la que NADA desmiente el carácter conocido del personaje. Entre dos comunicaciones firmadas, por ejemplo, de San Vicente de Paúl, que la una predicase la unión y la caridad, y la otra se dirigiese a sembrar la discordia, no hay persona de sensatez que pudiese engañarse.
7º Los Espíritus buenos no dicen sino lo que saben; se callan o confiesan su ignorancia sobre lo que ellos no saben.
Los malos hablan de todo con seguridad, sin cuidarse de la verdad. Toda herejía científica notoria, todo principio que choque el buen sentido, manifiesta el fraude si el Espíritu quiere pasar por un Espíritu ilustrado.
8º Se reconocen también los Espíritus ligeros con la facilidad que profetizan el porvenir y precisan los hechos materiales que no nos está permitido conocer. Los Espíritus buenos pueden hacer presentir cosas futuras cuando este conocimiento puede ser útil, pero jamás precisan las fechas; todo anuncio de un acontecimiento a época fija es indicio de una mixtificación.
9º Los Espíritus superiores se expresan sencillamente, sin ser prolijos; su estilo es conciso, sin excluir la poesía de las ideas y de las expresiones, claro, inteligible para todos, y no necesita esfuerzos para ser comprendido; tienen el arte de decir muchas cosas en pocas palabras, porque cada palabra tiene su comprensión. Los Espíritus inferiores o falsos sabios, ocultan con palabras huecas y el énfasis vacío de los
pensamientos. Su lenguaje es a menudo pretencioso, ridículo u oscuro a fuerza de querer parecer profundo.
10º Los Espíritus buenos nunca mandan; no se imponen, sino que aconsejan, y si no se les escucha, se retiran. Los malos son imperiosos, dan órdenes, quieren ser obedecidos, pero no se van aún cuándo no lo sean. Todo Espíritu que quiera hacerse respetar hace traición a su origen. Son exclusivos y absolutos en sus opiniones y pretenden tener ellos solos el privilegio de la verdad. Exigen una creencia ciega, y no quieren sujetarse a la razón, porque saben que la razón les quitaría la máscara.
11º Los Espíritus buenos no adulan; cuándo se hace el bien lo aprueban, pero siempre con reserva; los malos hacen el elogio exagerado, estimulan el orgullo y la vanidad predicando
la humildad, y procuran "exaltar la importancia personal" de aquellos cuya voluntad quieren captarse.
12º Los Espíritus superiores no hacen caso de las puerilidades de la forma "en todas las cosas". Sólo los Espíritus vulgares pueden dar importancia a los detalles mezquinos incompatibles con las ideas verdaderamente elevadas. "Toda prescripción meticulosa" es una señal cierta de inferioridad y superchería de parte de un Espíritu que toma un nombre imponente.
13º Es preciso desconfiar de las palabras extravagantes y ridículas que toman ciertos Espíritus que quieren imponer a la credulidad; y sería soberanamente absurdo el tomar éstos
nombres por lo serio.
14º Igualmente es preciso desconfiar de los Espíritus que se presentan muy fácilmente bajo nombres extremadamente venerados y no aceptar sus palabras sino con la más grande reserva; en ésto, sobre todo, se necesita una comprobación severa, porque a menudo es una máscara que se ponen para hacer creer sus relaciones íntimas con Espíritus adelantados. Por éste medio adulan la vanidad del médium y se aprovechan de ella para inducirle muchas veces a cosas extrañas o ridículas.
15º Los Espíritus buenos son muy escrupulosos sobre las cosas que puedan aconsejar; en todo caso siempre tienen un suicidio objeto "formal y eminentemente útil". Deben, pues, mirarse
como sospechosas todas aquellas que no tuviesen éste carácter o estuvieron condenados por la razón, y reflexionar maduramente antes de emprenderlas, porque se expondría cualquiera a desagradables mixtificaciones.
16º Se reconocen también los buenos Espíritus por su prudente reserva sobre todas las cosas que pueden comprometer; repugnan en descubrir el mal; los Espíritus ligeros o malévolos se complacen en aumentarlo. Mientras que los buenos procuran endulzar las contrariedades y predican la indulgencia, los malos las exageran y siembran la cizaña con insinuaciones pérfidas.
17º Los Espíritus buenos prescriben sólo el bien. Toda máxima, todo consejo que no esté "estrechamente conforme con la pura caridad evangélica", no puede ser la obra de Espíritus buenos.
18º Los Espíritus buenos aconsejan siempre cosas perfectamente racionales; toda recomendación que se apartase de la "línea recta del buen sentido o de las leyes inmutables de
la naturaleza", indica un Espíritu limitado y por consiguiente poco digno de confianza.
19º Los Espíritus malos o simplemente imperfectos se hacen traición a sí mismos aún por señales materiales con las cuáles nadie podría engañarse. Su acción sobre el médium es algunas veces violenta y provoca en él movimientos bruscos y sacudimientos, una agitación febril y convulsiva que hace contraste con la calma y la dulzura de los Espíritus buenos.
20º Los Espíritus imperfectos aprovechan muchas veces los medios de comunicación, de los cuales disponen para dar consejos pérfidos; excitan la desconfianza y la animosidad contra los que les son antipáticos; aquellos que pueden quitar la máscara a sus imposturas son, sobre todo, el objeto de su animadversión. Los hombres débiles son su punto de mira para
inducirles al mal. Empleando sucesivamente los sofismas, los sarcasmos, las injurias y hasta señales materiales de su poder oculto para convencer mejor, procuran separarles de la senda
de la verdad.
21º El Espíritu de los hombres que han tenido en la Tierra una preocupación única, moral y material, sí no están separados de la influencia de la materia, están aún bajo el imperio de las ideas terrestres y llevan consigo una parte de
sus preocupaciones, de las predilecciones y "aún de las manías" que tenían aquí bajo. Ésto es lo que puede muy bien conocerse en su lenguaje.
22º Los conocimientos que muchas veces ostentan ciertos Espíritus no son la señal de su superioridad. La inalterable pureza de sentimientos morales es en cuánto a ésto la
verdadera piedra de toque.
23º No es menester preguntar a un Espíritu para conocer la verdad. Ante todo es necesario saber a quién se dirige uno; porque los Espíritus inferiores también ignorantes, tratan con
frivolidad las cuestiones más formales. No basta tampoco que un Espíritu haya sido un gran hombre sobre la Tierra para tener en el mundo de los Espíritus la soberana ciencia. Sólo la virtud
puede, purificándole, hacerle aproximar a Dios y extender sus conocimientos.
24º La chanza de los Espíritus superiores es, a menudo, fina y picante, pero nunca trivial. En los Espíritus burlones que no son groseros la sátira mordaz es, a menudo, oportuna.
25º Estudiando con cuidado el carácter de los Espíritus que se presentan, sobre todo al punto de vista moral, se reconocerá su naturaleza y el grado de confianza que puede concedérseles. El buen sentido no podría engañar.
26º Para juzgar a los Espíritus, así como para juzgar a los hombres, antes es preciso saberse juzgar a sí mismo. Desgraciadamente hay muchas personas que toman su opinión personal por medida exclusiva de lo bueno y lo malo, de lo
verdadero y lo falso; todo lo que contradice su manera de ver, sus ideas, el sistema que han concebido o adoptado, es malo a sus ojos. Tales gentes faltan evidentemente a la primera
cualidad para una sana apreciación: la rectitud del juicio; pero no se lo creen así; es el defecto sobre el cuál uno se hace más ilusión.
Todas estas instrucciones dimanan de la experiencia y de la enseñanza dada por los Espíritus; nosotros las completamos
con las contestaciones dadas por ellos sobre los puntos más importantes.
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Entonces basta una sola contradicción para definir a Espíritus inferiores que aconsejaron mal a Espiritualistas cómo Joaquín Trincado Mateos, Espíritus embusteros e inferiores que le hicieron creer a sus seguidores, que él es JUEZ del Universo, que el ALMA es Mortal y que la Caridad es un Baldon.
Entonces, los estoy difamando diciendo verdades de lo que él escribió y enseñó, que está en contra del Espiritismo.
http://soyespirita.blogspot.com/2018/08/espiritus-realmente-superiores-nunca-se.html
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"Oh, Jesús se comunicó....
Siempre debemos ser precavidos en las evocaciones.
Cuándo Evocamos a los Espíritus, (Esto es llamar para que un Espíritu se haga Perceptible). Se es con preguntas un poco precisas y de lógica cerrada, fácilmente se puede saber que a un Espíritu se determine su autenticidad al comunicarse.
Cuándo Evocamos a los Espíritus, (Esto es llamar para que un Espíritu se haga Perceptible). Se es con preguntas un poco precisas y de lógica cerrada, fácilmente se puede saber que a un Espíritu se determine su autenticidad al comunicarse.
Presento ésta reflexión con el propósito de que nos aseguremos por medio de preguntas lógicas, la autenticidad de una comunicación Mediúmnica con los Espíritus. Y ésto se hace sencillamente con preguntas cuya contestación delate o descubra al espíritu, usualmente preguntas sobre la Moral, ayudan al esclarecimiento.
¿Qué Sensación sientes cuándo un Espíritu Bueno y Noble se acerca a Tí? - Soy Espírita"..
El Libro de Los Médiums, Allan Kardec - 1861, nos habla de éste tema: #268. Preguntas sobre la naturaleza y la identidad de los Espíritus...
Número ° 28a. Muchos médiums reconocen los buenos y los malos Espíritus con la impresión agradable o desagradable que resienten al acercarse.
Preguntamos sí la impresión desagradable, la agitación convulsiva, el malestar, en una palabra, ¿son siempre indicios de la mala naturaleza de los Espíritus que se manifiestan?
-El médium experimenta las sensaciones del estado en que se encuentra el Espíritu que viene a él. Cuándo el Espíritu es feliz, está tranquilo, ligero, sosegado; cuándo es desgraciado, está agitado febril y ésta agitación pasa, naturalmente, al sistema nervioso del médium. Por lo demás, lo mismo sucede al hombre en la Tierra: el que es bueno está sereno y tranquilo; el que es malo, sin cesar está agitado.
Observación atribuida a Allan Kardec (A.K)
. ..
— Hay médiums de una impresión nerviosa más o menos grande; por ésto la agitación no podría ser mirada como una regla absoluta; en ésto como en todas las cosas es menester tomar en cuenta las circunstancias. El carácter penoso y desagradable de la impresión es un efecto de contraste, porque sí el Espíritu del Médium simpatiza con el Espíritu malo que se manifiesta, estará poco o nada afectado.
Por lo demás, es preciso no confundir la rapidez de la escritura, que tiende a la extrema flexibilidad de ciertos médiums, con la agitación convulsiva que los médiums más lentos pueden experimentar al contacto de los Espíritus imperfectos.
Reflexión de Frank Montañez a éste tema:
Cuándo el Espíritu Protector se acerca a tí, cuál sabemos que es bueno SIEMPRE, su presencia en El Médium experimenta las sensaciones del estado en que se encuentra el Espíritu que viene a él. Cuándo el Espíritu es feliz, está tranquilo, ligero, sosegado. Ése temperamento se impregna en tí y es por éso que digo que cuándo se acerca tú espíritu protector, sientes mucha felicidad y deseos de llorar en ocasiones, sí eres como yo de sensible, pues no lo puedo negar. La impresión es agradable y consoladora.
Por el contario sí el que se acerca es desgraciado, está agitado febril y ésta agitación pasa, naturalmente, al sistema nervioso del médium. Por lo demás, lo mismo sucede al hombre en la Tierra: el que es bueno está sereno y tranquilo; el que es malo, sin cesar está agitado.
Ver mi vídeo titulado :"Qué Sensación sientes cuando un Espíritu Bueno y Noble se acerca a Ti, Soy Espírita" en YouTube... Más información,
Se unió el 8 ene. 2018 ¦ 2,023 vistas
Éstos son los indicios que debemos conocer con relación al comportamiento de los Espíritus. Escribí un artículo sobre como Probar los Espíritus, leerlo aquí:
“Probad Los Espíritus, si son Buenos y Nobles o Malos y Perversos”
https://soyespirita.blogspot.com/2011/10/probad-los-espiritus-si-son-buenos-o.html
Al confrontar al Espíritu evocado, fácilmente se logra la autenticidad sí el comportamiento que despliega es diciendo una mentira o simplemente demostrando inmoralidad. Sí al ser confrontado ése Espíritu sobre la autenticidad de su nombre y reacciona a la defensiva o simplemente de una manera grosera, amenazante o incómoda, ése es el mejor indicio para inmediatamente notar su inferioridad espiritual.
Al confrontar al Espíritu evocado, fácilmente se logra la autenticidad sí el comportamiento que despliega es diciendo una mentira o simplemente demostrando inmoralidad. Sí al ser confrontado ése Espíritu sobre la autenticidad de su nombre y reacciona a la defensiva o simplemente de una manera grosera, amenazante o incómoda, ése es el mejor indicio para inmediatamente notar su inferioridad espiritual.
Obviamente el Médium debe haber comenzado con su moralización, a fin de poder notar la diferencia. Se puede obtener muy buena información en el Libro de Los Médiums, escrito por Allan Kardec en el CAPÍTULO XXV, donde se habla de DE LAS EVOCACIONES
El Libro de Los Médiums publicó dos mensajes de un espíritu que se hizó llamar Jesús. De los dos mensajes el primero parece ser real, pero los que obtuvieron la comunicación no se aseguraron de la autenticidad de la comunicación.
Psicografías adjudicadas a Jesús – Libro de los Médiums.
Nota añadida de Frank Montañez: "He evaluado éstas dos (2) comunicaciones mediumnicas y puedo decir que ninguna de las dos (2), fueron de Jesús el Nazareno. Noté un tono altanero en ambas comunicaciones, y el hecho de hacer una demarcacion al decir que: cristianos de mi doctrina olvidada, eso indicaba demarcacion, porque el Espiritismo es de toda la humanidad, sin separación. Hablar de sus enemigos, tampoco era correcto, pues Jesus hubiera dicho amad a los enemigos y no establecerlos como los que no se podían amar. Contrario a sus enseñanzas. Contemplad mi sangre derramada por mi fe, la sangre de Jesúsno limpiaba pecados era contrario a la Expiación. Hijos Espiritualistas, tampoco es correcto referirse a los Espiritualistas, pues esas fueron palabras que ya los Espíritus habían desechado, pues no se trataba de Espiritualistas sino de Espiritistas. Hablar de sangre para salvación, hablar de martirio, convirtiendo a Jesus como martir, tampoco seria el lenguaje humilde Jesús. Concluyo diciendo que habas comunicaciones son apocrifas al estilo y humildad de Jesús el Nazareno. Estas dos (2)comunicaciones son de Espíritus catolicos Espiritualistas que son delatados como impostores.
Nota añadida de Frank Montañez: "He evaluado éstas dos (2) comunicaciones mediumnicas y puedo decir que ninguna de las dos (2), fueron de Jesús el Nazareno. Noté un tono altanero en ambas comunicaciones, y el hecho de hacer una demarcacion al decir que: cristianos de mi doctrina olvidada, eso indicaba demarcacion, porque el Espiritismo es de toda la humanidad, sin separación. Hablar de sus enemigos, tampoco era correcto, pues Jesus hubiera dicho amad a los enemigos y no establecerlos como los que no se podían amar. Contrario a sus enseñanzas. Contemplad mi sangre derramada por mi fe, la sangre de Jesúsno limpiaba pecados era contrario a la Expiación. Hijos Espiritualistas, tampoco es correcto referirse a los Espiritualistas, pues esas fueron palabras que ya los Espíritus habían desechado, pues no se trataba de Espiritualistas sino de Espiritistas. Hablar de sangre para salvación, hablar de martirio, convirtiendo a Jesus como martir, tampoco seria el lenguaje humilde Jesús. Concluyo diciendo que habas comunicaciones son apocrifas al estilo y humildad de Jesús el Nazareno. Estas dos (2)comunicaciones son de Espíritus catolicos Espiritualistas que son delatados como impostores.
XXXIII
"Hijos de mi fe, cristianos de mi doctrina olvidada por los intereses de los torrentes de la filosofía de los materialistas, seguidme por el camino de Judea, seguid la pasión de mi vida, contemplad ahora a mis enemigos, mirad mis sufrimientos, mis tormentos y mi sangre derramada por mi fe. Hijos espiritualistas de mi nueva doctrina, estad prontos a soportar, a desafiar las olas de la adversidad, los sarcasmos de vuestros enemigos. La fe marchará sin cesar siguiendo vuestra estrella que os conducirá por el camino de la felicidad eterna, de la misma manera que la estrella condujo por la fe a los magos del Oriente al pesebre. Cualesquiera que sean vuestras adversidades, cualesquiera que sean vuestras penas y lágrimas que habréis derramado sobre esta esfera de destierro, tened ánimo, estad persuadidos que la alegría que os inundará en el mundo de los Espíritus será mucho más grande que los tormentos de vuestra existencia pasajera. El valle de lágrimas es un valle que debe desaparecer para desear puesto a la brillante morada de alegría, de fraternidad y de unión, en la que iréis a parar por vuestra buena obediencia a la santa revelación. La vida, queridos hermanos de esta esfera terrestre, todo preparatoria, sólo puede perdurar el tiempo necesario para vivir bien preparado para esta vida que nunca podrá acabar. Amaos, amaos como yo os he amado y como os amo aún; hermanos, ánimo hermanos. Os bendigo; en el cielo os espero."
Jesús.
"De estas brillantes y luminosas regiones, a donde el pensamiento humano apenas puede llegar, el eco de vuestras palabras y de las mías, han venido a conmover mi corazón. ¡Oh! ¡De qué alegría me siento inundado viéndoos, a vosotros, los que lleváis adelante mi doctrina! No, nada se iguala al testimonio de vuestros buenos pensamientos! Ya los veis, hijos, la idea regeneradora lanzada por mí en otro tiempo por el mundo, perseguida, detenida un momento bajo la presión de los tiranos, va a marchar para siempre sin obstáculos, iluminando los caminos a la humanidad tan largo tiempo sepultada en las tinieblas. Todo sacrificio grande y desinteresado, hijos míos, tarde o temprano lleva sus frutos. Mi martirio os lo ha probado; mi sangre derramada por mi doctrina salvará a la humanidad y borrará las faltas de los grandes culpables. ¡Seáis bendecidos, vosotros que tomáis puesto en la familia regeneradora! ¡Marchar, ánimo hijos!"
Jesús.
Observación. — Sin duda nada hay de malo en estas dos comunicaciones. Pero Jesús, jamás tuvo este lenguaje pretencioso, enfático y pomposo. Compárese con la que hemos citado más arriba, y que lleva el mismo nombre, y se verá de qué parte está el sello de la autenticidad.
Todos éstos mensajes se observa en el estilo, un aire de familia, giros de frases idénticas, reproducidas a menudo las mismas expresiones, como por ejemplo, marchar, marchar, hijos, etc. De donde se puede sacar en consecuencia que es el mismo Espíritu el que las ha dictado todas bajo nombres diferentes. En ese centro muy concienzudo por lo demás, pero demasiado crédulo, no se hacían ni evocaciones, ni preguntas; todo lo esperaban de las comunicaciones espontáneas, y se ve que ciertamente ésta no es una garantía de identidad. Con preguntas un poco precisas y de lógica cerrada, fácilmente se hubiese podido hacer que este Espíritu ocupara su puesto; pero él sabía que nada tenía que temer, puesto que nadie le pedía nada y que aceptaban sin comprobación y con los ojos cerrados, todo lo que él decía. (Véase núm. 269).
CAPÍTULO XXV
DE LAS EVOCACIONES
Consideraciones generales. – Espíritus que se pueden evocar.– Lenguaje que debe tenerse con los Espíritus. – Utilidad de las evocaciones particulares. – Preguntas sobre las evocaciones. – Evocaciones de los animales. – Evocación de las personas vivientes. – Telegrafía humana.
Consideraciones generales
269. Los Espíritus pueden comunicarse espontáneamente o venir a nuestro llamamiento, es decir, por medio de la evocación. Algunas personas piensan que deben abstenerse de evocar tal o cual Espíritu, y que es preferible esperar al que quiera buenamente comunicarse. Fundan esta opinión en que llamando a un Espíritu determinado no se tiene certeza que se presente el mismo, mientras que el que viene espontáneamente y por su propia voluntad prueba mejor su identidad, puesto que de este modo manifiesta su deseo de hablarnos.
Creemos que esto es un error: primeramente, porque hay siempre alrededor nuestro Espíritus lo más a menudo de baja esfera, que no desean otra cosa que comunicarse; en segundo lugar, y también por la última razón, no llamando a nadie en particular, se abre la puerta a todos los que quieren entrar. En una reunión el no conceder la palabra a nadie es dejarla a todos y se sabe lo que resulta. El llamamiento directo que se hace a un Espíritu determinado, es un lazo entre él y nosotros; le llamamos por nuestro deseo y de este modo oponemos una especie de barrera a los intrusos. Sin un llamamiento directo, un Espíritu no tendría muchas veces ningún motivo para venir a nosotros, no siendo nuestro Espíritu familiar. Estos dos modos de obrar tiene cada uno sus ventajas, y el inconveniente solo estaría en la exclusión absoluta de uno de los dos. Las comunicaciones espontáneas no tienen ningún inconveniente cuando se conocen los Espíritus y se tiene la certeza que los malos no tomarán ningún imperio; entonces es muchas veces útil esperar la complacencia de los que quieran manifestarse, porque su pensamiento no sufre ninguna opresión, y de este modo se pueden obtener cosas admirables; mientras que no se sabe si el Espíritu que llamáis está dispuesto para hablar o sea capaz de hacerlo en el sentido que se desea. El examen escrupuloso que hemos aconsejado es, por lo demás, una garantía para las malas comunicaciones.
En las reuniones regulares, sobre todo en aquéllas que uno se ocupa de un trabajo continuo, hay siempre Espíritus acostumbrados que se van a la cita sin que nadie les llame, porque en razón a la regularidad de las sesiones, ya están prevenidos; a menudo toman la palabra espontáneamente para tratar algún asunto, desarrollar una proposición o prescribir aquello que debe hacerse, y entonces se les reconoce con facilidad, sea por la forma del lenguaje, que siempre es idéntico, sea por la escritura, sea por ciertas costumbres que les son familiares.
Creemos que esto es un error: primeramente, porque hay siempre alrededor nuestro Espíritus lo más a menudo de baja esfera, que no desean otra cosa que comunicarse; en segundo lugar, y también por la última razón, no llamando a nadie en particular, se abre la puerta a todos los que quieren entrar. En una reunión el no conceder la palabra a nadie es dejarla a todos y se sabe lo que resulta. El llamamiento directo que se hace a un Espíritu determinado, es un lazo entre él y nosotros; le llamamos por nuestro deseo y de este modo oponemos una especie de barrera a los intrusos. Sin un llamamiento directo, un Espíritu no tendría muchas veces ningún motivo para venir a nosotros, no siendo nuestro Espíritu familiar. Estos dos modos de obrar tiene cada uno sus ventajas, y el inconveniente solo estaría en la exclusión absoluta de uno de los dos. Las comunicaciones espontáneas no tienen ningún inconveniente cuando se conocen los Espíritus y se tiene la certeza que los malos no tomarán ningún imperio; entonces es muchas veces útil esperar la complacencia de los que quieran manifestarse, porque su pensamiento no sufre ninguna opresión, y de este modo se pueden obtener cosas admirables; mientras que no se sabe si el Espíritu que llamáis está dispuesto para hablar o sea capaz de hacerlo en el sentido que se desea. El examen escrupuloso que hemos aconsejado es, por lo demás, una garantía para las malas comunicaciones.
-El médium experimenta las sensaciones del estado en que se encuentra el Espíritu que viene a él. Cuando el Espíritu es feliz, está tranquilo, ligero, sosegado; cuando es desgraciado, está agitado febril y esta agitación pasa, naturalmente, al sistema nervioso del médium. Por lo demás, lo mismo sucede al hombre en la Tierra: el que es bueno está sereno y tranquilo; el que es malo, sin cesar está agitado.
Observación atribuida de A.K.. — Hay médiums de una impresión nerviosa más o menos grande; por ésto la agitación no podría ser mirada como una regla absoluta; en esto como en todas las cosas es menester tomar en cuenta las circunstancias. El carácter penoso y desagradable de la impresión es un efecto de contraste, porque sí el Espíritu del médium simpatiza con el Espíritu malo que se manifiesta, estará poco o nada afectado. Por lo demás, es preciso no confundir la rapidez de la escritura, que tiende a la extrema flexibilidad de ciertos médiums, con la agitación convulsiva que los médiums más lentos pueden experimentar al contacto de los Espíritus imperfectos.
En las reuniones regulares, sobre todo en aquéllas que uno se ocupa de un trabajo continuo, hay siempre Espíritus acostumbrados que se van a la cita sin que nadie les llame, porque en razón a la regularidad de las sesiones, ya están prevenidos; a menudo toman la palabra espontáneamente para tratar algún asunto, desarrollar una proposición o prescribir aquello que debe hacerse, y entonces se les reconoce con facilidad, sea por la forma del lenguaje, que siempre es idéntico, sea por la escritura, sea por ciertas costumbres que les son familiares.
El Libro de Génesis, nos indica lo siguiente:
9. ¿Hace Dios revelaciones directas a los hombres? Esta es una pregunta que no nos animaríamos a responder con un sí ni con un no rotundo. No es algo totalmente imposible, pero no existe una prueba cierta al respecto. Lo que sí sabemos es que los espíritus más cercanos a Dios por su perfección e imbuidos del pensamiento divino, pueden ser sus transmisores. En cuanto a los reveladores encarnados, según el orden jerárquico al que pertenezcan y el grado de su sabiduría personal, pueden extraer las instrumentaciones de sus propios conocimientos o recibirlas de espíritus más elevados, es decir, de los mensajeros directos de Dios. Éstos, al hablar en nombre de Dios, pueden haber sido confundidos con Dios mismo.
Estás comunicaciones nada tiene de extrañas para quienes conocen los fenómenos espíritas y la manera en que se establecen los contactos entre encarnados y desencarnados. Las instrucciones pueden transmitirse de diversos modos: por medio de la inspiración pura y simple, por la audición de palabras o por la visión de espíritus instructores, en visiones y apariciones, ya sea en sueños o en estado de vigilia.
En la biblia, el evangelio y los libros sagrados de todos los pueblos, encontramos numerosos ejemplos al respecto. Es, pues, rigurosamente exacto decir que la mayor parte de los reveladores son Médiums, sensitivos, auditivos o videntes, lo que no significa que todos los médiums sea reveladores y menos aún que sean intermediarios directos de Dios o de sus mensajeros.
El libro de Génesis Espiritista, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec el 6 de enero de 1868, capítulo 1, ítem#10 dice :
10. Sólo los espíritus puros reciben la misión de transmitir la palabra de Dios, pues hoy sabemos que los espíritus están lejos de ser todo perfectos y que algunos intentan aparentar lo que no son, razón por la cual San Juan ha dicho: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” (Primera Epístola Universal de San Juan Apóstol 4:1).
Hay revelaciones apócrifas y mentirosas, pero también las hay serias y verdaderas. El carácter esencial de la revelación divina es el de verdad eterna. Toda revelación factible de error o sujeta a modificaciones no emana de Dios. Es por eso que el Decálogo presenta los caracteres de su origen, mientras que las otras leyes mosaicas de índole transitoria, a menudo contradictorias con la ley del Sinaí, son la obra personal y política del legislador hebreo. Al dulcificarse las costumbres del pueblo, las leyes cayeron en desuso, mientras que el Decálogo, faro de la Humanidad, siguió en pie. Cristo construyó el edificio de sus enseñanzas basándolo en el Decálogo, mientras que abolió las otras leyes. Si éstas hubiesen sido obra de Dios, no las hubiera tocado. Cristo y Moisés son los dos grandes reveladores que cambiaron la faz del mundo, y en ello reside la prueba de la misión divina de ambos. Una obra puramente humana no hubiera poseído tanta fuerza.
PREGUNTAS QUE PUEDEN HACERSE A LOS ESPÍRITUS
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS
CAPÍTULO XXVI
PREGUNTAS QUE PUEDEN
HACERSE A LOS ESPÍRITUS
Observaciones preliminares. – Preguntas simpáticas o
Antipáticas a los Espíritus. – Preguntas sobre el porvenir. – Sobre las existencias pasadas y futuras. — Sobre los intereses Morales y materiales. – Sobre la suerte de los Espíritus. –
Sobre la salud. – Sobre las invenciones y descubrimientos. – Sobre los tesoros ocultos. – Sobre los otros mundos.
Observaciones preliminares.
286. No podría encarecerse bastante la importancia que debe darse al modo de hacer las preguntas, y más aun a la naturaleza de ellas. Dos cosas deben considerarse en las que se dirigen a los Espíritus: la forma y el fondo. Con respecto a la forma deben ser redactadas con claridad y precisión, evitando las preguntas complejas. Pero hay otro punto no menos importante: es el orden que debe presidir para su colocación. Cuando un asunto requiere una serie de preguntas es necesario que se encadenen con método, de manera que dimanen naturalmente las unas de las otras; los Espíritus responden a ellas con mucha más facilidad y con más claridad que cuando se hacen al acaso, pasando sin transición de un objeto al otro. Por esta razón es siempre útil prepararlas con anticipación, sin prejuicio de intercalar durante la sesión las que provengan de las circunstancias. Además de que la redacción debe ser mejor cuando se hace con calma, este trabajo preparatorio es, como lo hemos dicho ya, una especie de evocación anticipada a la que el Espíritu puede haber asistido y disponerse a responder. Se notará que muy a menudo el Espíritu responde anticipadamente a ciertas demandas, lo que prueba que ya tenía de ellas conocimiento anticipado. El fondo de la cuestión requiere una atención aún más seria, porque la naturaleza de la pregunta provoca a menudo una respuesta justa o falsa; hay algunas a la que los Espíritus no pueden o no deben responder por motivos que nos son desconocidos; es, pues, inútil, insistir; pero lo que se debe evitar, sobre todo, son las preguntas hechas con el fin de poner su perspicacia a prueba. Cuando una cosa existe se dice que deben saberla; pues precisamente porque vosotros conocéis la cosa o que tenéis los medios de comprobarla vosotros mismos, es por lo que no se toman el trabajo de responder; esta sospecha les incomoda y no se obtiene nada satisfactorio. ¿No tenemos todos los días ejemplos entre nosotros? Hombre superiores que tienen conciencia de lo que valen, ¿se ocuparían en contestar a todas las preguntas necias que tuviesen por objeto el someterles a un examen, como a los estudiantes? El deseo de hacer un adepto de tal o cual persona no es un motivo para los Espíritus de satisfacer una vana curiosidad; saben que la convicción llegara pronto o tarde y los medios que ellos emplean para conducirle no son siempre los que nosotros pensamos. Suponeos un hombre grave ocupado en cosas útiles y formales, incesantemente atormentado por las pueriles demandas de un niño, y tendréis una idea de los que deben pensar los Espíritus Superiores de todas las simplezas que se les dice. No se sigue de esto que no pueden obtenerse de parte de los Espíritus noticias útiles y sobre todo muy buenos consejos, pero ellos contestan más o menos bien, según los conocimientos que ellos mismos poseen, el interés que nosotros merecemos de su parte y el afecto que nos tienen y, en fin, según el objeto que se proponen y la utilidad que ellos ven en el asunto; pero si todo nuestro pensamiento se limita a creerles más aptos que a los otros para darnos una reseña útil sobre las cosas de este mundo, no pueden tener por nosotros una profunda simpatía; desde entonces sólo hacen apariciones muy cortas, y a menudo, siguiendo el grado de su imperfección, atestiguan su mal humor por haberles incomodado inútilmente.
287. Ciertas personas piensan que es preferible abstenerse de hacer preguntas y que conviene esperar la enseñanza de os Espíritus sin provocarlas; esto es un error. Los Espíritus dan, sin que quepa duda, instrucciones espontáneas de muy grande importancia y que se haría muy mal en descuidar, pero hay explicaciones que muchas veces se esperarían mucho tiempo sí no se solicitasen. Sin las preguntas que hemos propuesto, El libro de los Espíritus y El libro de los Médiums estarían aún por hacerse, o serían menos completos, y una multitud de problemas de gran importancia estarían por resolver. Las preguntas, lejos de tener el menor inconveniente, son de muy grande utilidad bajo el punto de vista de la instrucción, cuando se las sabe poner en los límites que se requieren, Tienen otra ventaja, ayudan a descubrir a los Espíritus mentirosos que, siendo más vanos que sabios, raramente sufren con ventaja por su parte la prueba de las cuestiones de una lógica cerrada por las cuales se les empuja hasta sus últimas trincheras. Como los Espíritus verdaderamente superiores no tienen nada que temer de semejante prueba, son los primeros en provocar explicaciones sobre los puntos obscuros; los otros, al contrario, temiendo tener que habérselas con mayores fuerzas ponen gran cuidado en invitarlas; así es que recomiendan en general a los médiums que tratan de dominar y a los cuales quieren hacer aceptar sus utopías, que se abstengan de toda controversia con respecto a sus enseñanzas. Si se ha comprendido lo que hemos dicho hasta ahora en esta obra, puede ya formarse una idea del círculo en el cual conviene concretar las preguntas que se pueden dirigir a los Espíritus; sin embargo, para más seguridad damos a continuación las respuestas que se han dado sobre los principales asuntos que las personas poco experimentadas generalmente están dispuestas a preguntar.
288. Preguntas simpáticas o antipáticas a los Espíritus
1. ¿Los Espíritus responden de buen grado a las preguntas que se les hacen?
-Según las preguntas; los Espíritus formales responden siempre con placer a los que tienen por objeto el bien y los medios de hacerlos adelantar. No escuchan las preguntas frívolas.
2. ¿Basta que una pregunta sea formal para obtener la respuesta?
- No, esto depende del Espíritu que contesta.
– ¿Pero una cuestión formal no aleja, acaso, a los Espíritus ligeros?
-No es la pregunta que aleja a los Esp íritus ligeros, es el carácter del que la hace.
3. ¿Cuáles son las preguntas particularmente antipáticas a los Espíritus buenos?
-Todas aquellas que son inútiles o que se hacen con un objeto de curiosidad y de prueba; entonces no responden y se alejan.
– ¿Hay preguntas que sean antipáticas a los Espíritus imperfectos?
- Sólo hay las que pueden hacer descubrir su ignorancia o su superchería cuando procuran engañar; de todos modos contestan a todo sin cuidarse de la verdad.
4. ¿Qué hemos de pensar de las personas que no ven en las comunicaciones espiritistas más que una distracción y un pasatiempo, o un medio de obtener revelaciones sobre lo que les interesa?
- Éstas son las personas que gustan mucho a los Espíritus inferiores, que, como ellas, quieren divertirse y están contentos cuando las han mixtificado.
5. Cuándo los Espíritus no contestan a ciertas preguntas, ¿es por efecto de su voluntad o bien porque un poder superior se opone a ciertas revelaciones?
-Lo uno y lo otro; hay cosas que no pueden revelarse y otras que el mismo Espíritu no conoce.– Insistiendo con fuerza, ¿el Espíritu llegaría a responder?No; el Espíritu que no quiere responder tiene siempre la facilidad de marcharse. Por esto es menester esperar cuando se os dice, y sobre todo no os empeñéis en querer hacernos responder. Insistir para obtener una contestación que no se os quiera dar, es el medio seguro de ser engañado.
6. ¿Todos los Espíritus son aptos para comprender las preguntas que se les hacen?
- Lejos de esto, los Espíritus inferiores son incapaces de comprender ciertas cuestiones, lo que no les impide el contestar bien o mal, como tiene lugar entre vosotros.
Observación atribuida a Allan Kardec : — En ciertos casos, y cuándo es útil, sucede con frecuencia que un Espíritu más elevado viene en ayuda del Espíritu ignorante y le indica lo que debe decir. Se conoce esto por el contraste de ciertas respuestas, y además porque a menudo el mismo Espíritu conviene en ello. Esto sólo tiene lugar con Espíritus ignorantes de buena fe, pero nunca con los que hacen gala de un falso saber.
289. Preguntas sobre el porvenir
7. ¿Pueden los Espíritus hacernos conocer el porvenir?-Si el nombre conociera el porvenir descuidaría el presente. Este es un asunto sobre el cual insistís siempre para obtener una respuesta precisa; es un gran mal, porque la manifestación de los Espíritus no es un medio de adivinación. Si os empeñáis en querer una respuesta se os dará por un Espíritu duende; os lo decimos a cada momento. (Véase El libro de los Espíritus, Conocimiento del porvenir, número 868).
VII.- Conocimiento del porvenir.
868. ¿Puede el futuro ser revelado al hombre?
- En principio, el porvenir se le oculta, y sólo en casos raros y excepcionales permite Dios su revelación.
869. ¿Con qué propósito le es ocultado al hombre el porvenir?
- Si el ser humano conociera el futuro descuidaría el presente y no obraría con la misma libertad, porque estaría dominado por la idea de que si una cosa debe ocurrir no ha de ocuparse de ella; o si no, trataría de ponerle obstáculos. Dios no ha querido que fuese así, a fin de que cada cual coadyuve en la realización de las cosas, incluso aquellas a las que querría oponerse. De modo, pues, que tú mismo preparas muchas veces, sin sospecharlo, acontecimientos que sobrevendrán en el curso de tu vida.
870. Puesto que resulta útil que desconozcamos el porvenir ¿por qué Dios consiente, en ocasiones, el que nos sea revelado?
- Es cuándo ese conocimiento anticipado debe facilitar la realización de algo en lugar de ponerle trabas, comprometiendo a actuar de otro modo del que se hubiera hecho de no mediar tal revelación del futuro. Por otra parte, a menudo suele ser una prueba. La perspectiva de un suceso puede despertar pensamientos más o menos buenos. Si un hombre debe saber, por ejemplo, que recibirá una herencia con la que no contaba, podrá ser tentado por la codicia, por el júbilo aumentar sus goces materiales, por el deseo de poseer antes esa fortuna, deseando tal vez la muerte de aquel que ha de legársela. O, por el contrario, tal perspectiva suscitará en él buenos sentimientos e ideas generosas. Si la predicción no se cumple, representa otra prueba: la de cómo soportará su desengaño. Pero no por ello dejará de tener el mérito o el demérito de los pensamientos buenos o malos que la creencia en el hecho haya engendrado en él.
8. ¿No hay, sin embargo, algunos acontecimientos futuros que se han anunciado espontáneamente y con verdad por los Espíritus?
Puede suceder que el Espíritu prevea cosas que juzga útil hacer conocer, o que tenga misión de hacéroslo saber; pero hay mucho que desconfiar de los Espíritu mentirosos que se divierten en hacer predicciones. Sólo el conjunto de circunstancias puede hacer apreciar el grado de confianza que merecen.
9. ¿De qué clase de predicciones se debe desconfiar más?
De todas aquellas que no tienen un objeto de utilidad general. Las predicciones personales casi siempre pueden ser consideradas como apócrifas.
10. ¿Cuál es el objeto de los Espíritus que anuncian espontáneamente acontecimientos que no tienen lugar?
-Lo más a menudo es para divertirse de la credulidad, del miedo o de la alegría que causan; después se ríen de la contrariedad. Estas predicciones engañosas tienen, algunas veces, un objeto más formal y es el de poner a prueba a aquel a quien se hacen, a fin de ver el modo como toma la cosa y la naturaleza de sentimientos buenos o malos que hace nacer en él.
Observación atribuida a Allan Kardec:
— Tal podría ser, por ejemplo, el anuncio de lo que pueda lisonjear la concupiscencia o la ambición, como la muerte de una persona, la perspectiva de una herencia, etc.
11. ¿Por qué los Espíritus formales, cuando hacen presentir un acontecimiento, ordinariamente no fijan la fecha, esto es, impotencia o voluntad por su parte?
-Lo uno y lo otro; pueden en ciertos casos hacer presentir un acontecimiento; entonces es una advertencia que os hacen. En cuanto a precisar la época, a menudo no lo debe, y muchas veces no lo pueden, porque ellos mismos no lo saben. El Espíritu puede prever que una cosa tendrá lugar, pero el momento preciso puede depender de los acontecimientos, que aún no se han cumplido y que sólo Dios sabe. Los Espíritus ligeros que no tienen escrúpulo en engañaros os indican los días y las horas sin que les inquiete el resultado. Por esto toda predicción circunstanciada debe seros sospechosa. Repito, nuestra misión es la de haceros progresar ayudándoos tanto como podemos. El que pida a los Espíritus superiores la prudencia, nunca será engañado; pero no creáis que perdamos nuestro tiempo en escuchar todas vuestras necesidades y en decirlos la buena ventura; dejamos esto para los Espíritus ligeros que se divierten como los niños traviesos. La Providencia ha puesto límites a las revelaciones que pueden hacerse al hombre. Los Espíritus graves guardan silencio sobre todo lo que está prohibido hacer conocer. Insistiendo para obtener una respuesta os exponéis a las bellaquerías de los Espíritus inferiores, siempre dispuestos para aprovechar las ocasiones de tender la red a vuestra credulidad.
Observación atribuida a Allan Kardec.
— Los Espíritus ven, o presienten por inducción los acontecimientos futuros; ven que se cumplirán en un tiempo que no cuentan como nosotros; para precisar la época, les sería necesario que se identificaran con nuestro modo de calcular la duración, lo que no siempre juzgan necesario; he ahí, con frecuencia una causa de errores aparentes.
12. ¿Hay hombres dotados de una facultad especial que les hace entrever el porvenir?
- Sí, aquellos cuyas almas se desprenden de la materia; entonces el Espíritu ve; cuando es útil, Dios les permite revelar ciertas cosas para el bien; pero entre ellos hay muchos impostores y charlatanes. Esta facultad será más común en el porvenir.
13. ¿Qué hemos de pensar de los Espíritus que se complacen en pronosticar la muerte de alguno en día y hora fija?
-Estos Espíritus son bromistas de mal género que no tienen otro objeto que divertirse por el miedo que hacen. Nunca debe hacerse caso de lo que digan.
14. ¿En qué consiste que ciertas personas sean advertidas por presentimiento de la época de su muerte?
- Muchas veces su propio Espíritu lo sabe en sus momentos de libertad, y al despertar conserva la intuición. Estas personas, estando preparadas, no se asustan ni se conmueven. No ven en esta separación del cuerpo y del alma sino un cambio de situación o, si queréis, para ser más vulgar, el abandono de un vestido grosero a cambio de otro de seda. El miedo de la muerte disminuirá a medida que se arraiguen las creencias espiritistas.
290. Preguntas sobre las existencias pasadas y futuras
15. ¿Los espíritus pueden hacernos conocer nuestras existencias pasadas?
- Dios permite algunas veces que sean reveladas según el objeto; si es para vuestra edificación y vuestra instrucción, serán verdaderas, y en este caso la revelación de hace casi siempre espontánea y de una manera enteramente imprevista; pero no lo permite nunca para satisfacer la vana curiosidad.
– ¿Por qué ciertos Espíritus no rehúsan nunca el hacer esta clase de revelaciones?
- Éstos son Espíritus bromistas que se divierten a vuestras expensas. En general vosotros debéis mirar como falsas, o al menos sospechosas, todas las revelaciones de esta naturaleza que no tengan un objeto eminentemente formal y útil. Los Espíritus burlones se complacen en lisonjear el amor propio con pretendidos orígenes. Hay médiums y creyentes que aceptan como moneda corriente todo lo que se les dice sobre este punto, y que no ven que el estado actual de su Espíritu en nada justifica el rango que pretender haber ocupado; pequeña vanidad, con la que se divierten los Espíritus burlones lo mismo que los hombres. Sería más lógico y más conforme a la marcha progresiva de los seres el que hubiesen subido y no descendido, lo que sería más honroso para ellos. Para que pudieran creerse esta especie de revelaciones sería preciso que se hicieran espontáneamente por diferentes médiums extraños los unos a los otros, ignorando lo que hubiese revelado anteriormente; entonces parece que hay una razón evidente para creer.
–Si uno no puede conocer su individualidad anterior, ¿sucede lo mismo con la clase de existencia que ha tenido de la posición social que ha ocupado, de las cualidades y defectos que han dominado en nosotros?- No; esto puede ser revelado, porque de ello podéis sacar provecho para vuestro mejoramiento; pero, por otra parte, estudiando vuestro presente, vosotros mismo podéis deducir vuestro pasado. (Véase El libro de los Espíritus: Olvido del pasado, núm. 392).
VIII.- Olvido del pasado.
392. ¿Por qué el Espíritu encarnado pierde el recuerdo de su pasado?
- El hombre no puede ni debe saberlo todo. Dios, en su sabiduría, así lo quiere. A no ser por el velo que le oculta ciertas cosas, el hombre se hallaría deslumbrado, como aquel que sin transición pasa de la oscuridad a la luz. Mediante el olvido del pasado es más él mismo.63
63 Algunas traducciones dicen: “Olvidando su pasado, él es más dueño de sí”. La frase francesa es la siguiente: “Par l´oubli du passé i lest plus lui-même”. El hecho de ser “él mismo” en la nueva encarnación no parece más significativo que “ser dueño de sí”. [N. de J. H. Pires.]
393. ¿Cómo puede el hombre ser responsable de actos y rescatar faltas que no recuerda? ¿De qué manera podrá aprovechar la experiencia que adquirió en vidas que han caído para él en el olvido? Se concebirá que las tribulaciones de la existencia fueran una lección para é si se acordara de las causas que han podido acarrearlas. Pero, puesto que no tienen memoria de ello, cada existencia es para él como si fuese la primera, y así está siempre comenzando… ¿Cómo conciliar esto con la justicia de Dios?
- En cada nueva vida el hombre tiene más inteligencia y puede distinguir mejor el bien del mal. ¿Dónde estaría su mérito si se acordara de todo el pasado? Cuando el Espíritu retorna a su existencia primitiva (la espírita), toda su pasada vida se desarrolla ante él. Ve las faltas en que incurrió y que son causas de su sufrimiento, y ve también lo que hubiera podido impedir que las cometiera. Comprende que la situación en que se halla es justa, y busca entonces una existencia capaz de reparar los errores de aquella que acaba de transcurrir para él. Busca pruebas análogas a las que pasó antes, o las luchas que considere adecuadas para su adelanto, y pide a los Espíritus superiores a él que le ayuden en esa nueva tarea que emprende, porque sabe que el Espíritu que le será asignado por guía en esa nueva encarnación tratará de hacerle reparar sus culpas dándole una especie de intuición de las que cometió. Esa misma intuición obra con frecuencia cuando os asalta un pensamiento, un deseo criminal al que os resistís por instinto, atribuyendo casi siempre vuestra resistencia a los principios que habéis recibido de vuestros progenitores, cuando en realidad es la voz de la conciencia la que os habla, y esa voz es el recuerdo del pasado, que os advierte que no volváis a caer en las faltas en que habéis ya incurrido. El Espíritu que ha ingresado a esa nueva existencia, si sufre tales pruebas con valor y las resiste, se eleva y asciende en la jerarquía de los Espíritus, cuando vuelve a estar entre ellos.
Comentario atribuido a A.K. Sí no tenemos durante la vida corporal un recuerdo preciso de lo que hemos sido y de lo que hicimos de bueno o de malo en nuestras anteriores existencias, tenemos, sí, la intuición de ello, y nuestras tendencias instintivas son una reminiscencia del pasado, a las cuales la conciencia, que es el deseo que hemos concebido de no cometer más las mismas faltas, nos incita a resistir.
16. ¿Puede sernos revelada alguna cosa sobre nuestras existencias futuras?
No; todo lo que os digan ciertos Espíritus con este objeto sólo será una burla; y esto se comprende: vuestra existencia futura no puede decretarse antes, puesto que será lo que vosotros mismos habréis merecido por vuestra conducta sobre la Tierra, y por las resoluciones que habréis de tomar cuando seáis Espíritus. Cuanto menos tengáis que expiar, más feliz será, pero saber cómo y en dónde será esta existencia, repito que es imposible, salvo el caso especial y raro de los Espíritus que sólo están en la Tierra para cumplir una misión importante, porque entonces su ruta está de algún modo trazada con anticipación.
291. Preguntas sobre los intereses morales y materiales
17. ¿Pueden pedirse consejos a Espíritus?
Sí, ciertamente; los Espíritus buenos jamás, rehúsan ayudar a aquellos que les evocan con confianza, principalmente por lo que concierne al alma; pero rechazan a los hipócritas, aquellos que parece que quieren pedir la luz y se complacen en las tinieblas.
18. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre las cosas de intereses privados?
Alguna vez, según el motivo. Esto depende de aquellos a quienes uno se dirige. Los consejos concernientes a la vida privada, se dan con más exactitud por los Espíritus familiares, porque se unen a una persona y se interesan por lo que le concierne; es el amigo, el confidente de vuestros pensamientos más secretos; pero a menudo les fatigáis con preguntas tan descabelladas, que os dejan. Sería también absurdo el pedir cosas íntimas a Espíritus que os son extraños, lo mismo que si para esto os dirigierais al primer individuo que encontraseis en la calle. Vosotros no deberías olvidar jamás que la puerilidad de las demandas es incompatible con la superioridad de los Espíritus. Es también preciso tomar en cuenta las cualidades del Espíritu familiar que puede ser bueno o malo, según sus simpatías por la persona con quien se comunica. El Espíritu familiar de un hombre malo es un mal Espíritu, cuyos consejos pueden serle perniciosos, pero que se aleja y cede el puesto a un Espíritu mejor, si el hombre se mejora a sí mismo. A los semejantes, sus semejantes.
19. Los Espíritus familiares, ¿pueden favorecer los intereses familiares por las revelaciones?
Pueden, y lo hacen algunas veces según las circunstancias, pero estad seguros que los Espíritus buenos nunca se prestan a servir a la ambición. Los malos hacen reflejar a vuestros ojos mil atractivos para estimularla y en seguida mixtificaros por la decepción. Sabed también, que si vuestra prueba es de sufrir tal o cual vicisitud, vuestros Espíritus protectores pueden ayudaros a suportarla con más resignación y endulzarla algunas veces; pero en interés de vuestro porvenir no les es permitido el libraros de ella, De la misma manera que un buen padre no concede a su hijo todo lo que desea.
Observación. — Nuestros Espíritus protectores pueden en algunas circunstancias, indicarnos el mejor camino, sin que por esto nos conduzcan con la mano; de otro modo perderíamos toda iniciativa y no nos atreveríamos a dar un paso sin su socorro, y esto sería en perjuicio de nuestro perfeccionamiento. Para progresar, el hombre necesita a menudo adquirir la experiencia a sus expensas; por esto los Espíritus prudentes, aconsejándonos, nos entregan muchas veces a nuestras propias fuerzas, como lo hace un hábil preceptor con sus discípulos. En las circunstancias ordinarias de la vida, nos aconsejan por la inspiración y de este modo nos dejan todo el mérito del bien, como nos dejan toda la responsabilidad de la mala acción. Sería abusar de la condescendencia de los Espíritus familiares y comprender mal su misión, el preguntarles a cada instante sobre las cosas más vulgares como lo hacen ciertos médiums. Algunos de estos por cualquier cosa toman el lápiz y piden consejo sobre las cosas más sencillas. Esta manía denota la pequeñez de las ideas, al mismo tiempo hay la presunción de creer que siempre se tiene un Espíritu a sus órdenes, no teniendo otra cosa que hacer que ocuparse de nosotros y de nuestros pequeños intereses. Es además, aniquilar su propio juicio y reducirse a un papel pasivo, sin provecho para la vida presente y con seguridad perjudicial para el adelantamiento futuro. Si hay puerilidad en preguntar a los Espíritus por cosas fútiles, no la hay menos de parte de los Espíritus que se ocupan espontáneamente de lo que pueden llamar detalles caseros; pueden ser buenos, pero seguramente son muy terrestres.
20. Si una persona deja al morir sus negocios en confusión, ¿Puede pedirse a su Espíritu el que ayude a ponerlos en claro y se puede también preguntar sobre el haber real que ha dejado, en el caso que éste haber no sea conocido, sí es en interés de la justicia?
- ¿Vosotros olvidáis que la muerte es salir de los cuidados de la Tierra? Creéis vosotros que el Espíritu que es feliz por su libertad venga voluntariamente a volver a tomar su cadena y a ocuparse de cosas que ya no le pertenecen, para satisfacer la ambición de sus herederos que pueden haberse alegrado de su muerte con la esperanza de que les será más provechosa? Habla de justicia; pero la justicia está en la decepción de su codicia; es el principio de los castigos que Dios reserva a su ambición por los bienes de la Tierra. Por otra parte, los enredos que algunas veces deja la muerte de una persona hacen parte de las pruebas de esta vida, y no está en el poder de ningún Espíritu el libraros, porque están en los decretos de Dios.
Observación. — La contestación anterior contrariará sin duda aquellos que se figuran que los Espíritus no tienen otra cosa que hacer que el servirnos de auxiliares lúcidos para guiarnos, no hacia el cielo, sino sobre la Tierra. Otra consideración en apoyo de esta respuesta. Si un hombre ha dejado durante su vida sus negocios en desorden por incuria, no es verosímil que después de la muerte tenga por ello cuidado, porque debe ser feliz de haber quedado libre de las incomodidades que le causaban, y por poco que esté elevado les dará menos importancia como Espíritu que como hombre. En cuanto a los bienes desconocidos que ha podido dejar, no tienen ningún motivo de interesarse por sus ávidos herederos que seguramente no se acordarían de él, si no esperasen sacar algún provecho, y si aun está imbuido de las pasiones humanas, puede tener un placer pernicioso por su contrariedad. Si por interés de la justicia y de personas por las que tiene afecto, un Espíritu juzga útil hacer revelaciones de esta clase, lo hace espontáneamente, y para esto no tiene necesidad de ser médium, ni valerse de otro que lo sea; conduce al conocimiento de las cosas por circunstancias inesperadas, pero esto no es por las preguntas que se le hacen, atenido que esta pregunta no puede cambiar la naturaleza de las pruebas que deben sufrir; sería más bien a propósito para agravarlas, porque casi siempre es un indicio de avaricia, y prueba al Espíritu que se ocupan de él por interés. (Véase 295).
295. ¿Qué sentimiento experimentan, después de la muerte, aquellos a quienes hemos hecho mal en la Tierra?
- Si son buenos, os perdonan conforme a vuestro arrepentimiento. Si malos, pueden guardaros rencor, y a veces perseguiros hasta en otra existencia. Dios podrá permitirlo, a título de castigo.
292. Preguntas sobre la suerte de los Espíritus
21. ¿Pueden pedirse a los Espíritus noticias sobre su situación en el mundo de los Espíritus?
Sí; y las dan con gusto cuanto la pregunta se hace por simpatía o deseo de serles útil y no por curiosidad.
22. ¿Pueden los Espíritus describir la naturaleza de sus sufrimientos o de su felicidad?
Perfectamente, y esta clase de revelaciones son una gran instrucción para vosotros, porque os inician en la verdadera naturaleza de las penas y de las recompensas futuras; destruyendo las ideas falsas que os hacéis con este motivo, sirven para reanimar la fe, y vuestra confianza en la voluntad de Dios. Los Espíritus buenos son felices cuando os describen la felicidad de los elegidos; los malos pueden ser obligados a describir sus sufrimientos, a fin de provocar el arrepentimiento entre ellos; algunas veces encuentran también en esto una especie de consuelo; es el infeliz que exhala su queja con la esperanza de la compasión. No olvidéis que el objeto esencial, exclusivo del Espiritismo, es vuestro mejoramiento, y para conseguirlo está permitido a los Espíritus el iniciaros en la vida futura, ofreciéndoos ejemplos de los que podéis aprovecharos. Cuanto más os identifiquéis con el mundo que os espera, menos hallaréis a faltar el que vosotros habitáis ahora. En suma, este es el actual objeto de la revelación.
23. ¿Evocando a una persona cuya suerte es desconocida, puede saberse por ella misma si existe aún?
Sí, si la incertidumbre de su muerte no es una necesidad o una prueba para aquellos que tienen interés en saberlo.
–Si es muerta, ¿puede hacer conocer las circunstancias de su muerte de una manera que se pueda comprobar?
-Si ella da a esto alguna importancia, lo hará; de otro modo hace poco caso.
Observación. — La experiencia prueba que en este caso, el Espíritu no está de ninguna manera excitado por motivos del interés que se puede tener por conocer las circunstancias de su muerte; si tiene intención de revelarlas, lo hace por su propia voluntad; sea por conducto mediúmnico, sea por visiones o apariciones, y entonces puede dar las indicaciones más precisas en caso contrario un Espíritu mentiroso puede engañar perfectamente y divertirse haciendo buscar inútilmente. Sucede a veces que la desaparición de una persona cuya muerte no puede hacerse constar oficialmente, pone trabas a los negocios de familia. Sólo en casos muy raros y excepcionales hemos visto a los Espíritus poner el camino de la verdad según la demanda que se les ha hecho; si ellos quisieron hacerlo, sin duda lo podrían, pero, a menudo, esto no les es permitido si estos inconvenientes son pruebas para aquellos que estuviesen interesados en eximirse de ellas. Es, pues, el artificio de una esperanza quimérica el procurar por este medio la posesión de herencia, y lo más positivo es el dinero que se gasta con este objeto. No faltan Espíritus dispuestos a lisonjear semejantes esperanzas, y que no tienen escrúpulo en inducir a que se gestione, dándose uno algunas veces por muy satisfecho, salvándose con un poco de ridículo.
293. Preguntas sobre la salud
24. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre la salud?
La salud es una condición necesaria para el trabajo que debe uno hacer en la Tierra; por esto se ocupan de la salud con gusto; pero como entre ellos hay ignorantes y sabios, tanto para esto como para lo demás, no conviene dirigirse al primero que llega.
25. Dirigiéndose al Espíritu de una celebridad en medicina, ¿se puede tener más seguridad en un buen consejo?
Las celebridades terrestres no son infalibles y muchas veces tienen ideas sistemáticas que no siempre son justas y de las que la muerte no les libra en seguida. La ciencia terrestre es muy poca cosa con respecto a la ciencia celeste; sólo los Espíritus superiores tienen la última; sin que tengan nombres conocidos para vosotros, pueden saber mucho más que vuestros sabios en todas las cosas. La ciencia sola no hace a los Espíritus superiores, y os asombraríais del puesto que ocupan ciertos sabios entre nosotros. El Espíritu de un sabio puede, pues, no saber más que lo que sabía en la Tierra, si no ha progresado como Espíritu.
26. ¿El sabio, cuando es Espíritu, reconoce sus errores científicos?
Si ha llegado a un grado bastante elevado para quedar desembarazado de su vanidad y comprender que su desarrollo no es completo, los reconoce y los confiesa sin que le cause pena; pero si no está bastante desmaterializado, puede conservar alguna de las preocupaciones de que estaba imbuido en la Tierra.
27. ¿Podría un médico, evocando a sus enfermos que murieron, obtener aclaraciones sobre la causa de su muerte, las faltas que pudo haber cometido en el tratamiento, y adquirir de este modo mayor experiencia?
Lo puede y le sería muy útil, sobre todo si se hacía asistir por Espíritus ilustrados que supliesen la falta de conocimientos de ciertos enfermos. Pero para esto sería preciso que hiciese este estudio de una manera formal, asidua, con objetivo humanitario y no como un medio de adquirir sin pena saber y fortuna.
294. Preguntas sobre las invenciones y los descubrimientos
28. ¿Los Espíritus puedan guiar en las averiguaciones científicas y en los descubrimientos?
La ciencia es obra del genio; no debe adquirirse sino por el trabajo, porque sólo por el trabajo el hombre adelante en su camino. ¿Qué mérito tendría si para saberlo todo no tuviese más que preguntar a los Espíritus? A este precio el imbécil puede ser sabio. Lo mismo sucede con las invenciones y descubrimientos de la industria. Otra consideración: cada cosa debe venir a su tiempo y cuando las ideas están en disposición de recibirle; si el hombre tuviese este poder, trastornaría el orden de las cosas, haciendo que viniese el fruto antes de la estación. Dios ha dicho al hombre: Sacarás de la tierra tu alimento con el sudor de tu frente; admirable figura que pinta su condición aquí abajo; debe progresar en todo por el esfuerzo de su trabajo; si se le diesen las cosas hechas, ¿para qué servirá su inteligencia? Sería como un estudiante que otro le hace lo que le corresponde hacer a él.
29. ¿El sabio y el inventor no están nunca asistidos por los Espíritus en sus investigaciones?
¡Oh! Esto es muy diferente. Cuando ha llegado el tiempo de un descubrimiento, los Espíritus encargados de dirigir la marcha, buscan el hombre capaz de conducirlo a buen fin, y le inspiran las ideas necesarias, de manera que le dejan todo el mérito, porque estas ideas, es menester que las elabore y las ponga en obra. Así sucede con todos los grandes trabajos de la inteligencia humana. Los Espíritus dejan a cada hombre en su esfera; de aquél que sólo es a propósito para cavar la tierra no le harán el depositario de los secretos de Dios; pero sabrán sacar de la obscuridad al hombre capaz de secundar sus designios. No os dejéis, pues, arrastrar por la curiosidad o ambición por un camino que no es el objeto del Espiritismo y que terminaría para vosotros en las más ridículas mistificaciones.
Observación. — El conocimiento más esclarecido del Espiritismo, ha calmado el ardor de los descubrimientos que en el principio se habían lisonjeado algunos de hacer por este medio. Hasta se habían pedido a los Espíritus recetas para teñir y hacer crecer el pelo y curar los callos, etc. Nosotros hemos visto muchas gentes que creían haber hecho su fortuna y sólo han recogido procedimientos más o menos ridículos. Lo mismo sucede cuando se quiere con la ayuda de los Espíritus, penetrar los misterios del origen de las cosas; ciertos Espíritus tienen sobre estas materias, su sistema, que no vale más que el de los hombres, y es muy prudente el no acogerle sino con la más grande reserva.
295. Preguntas sobre los tesoros ocultos
30. ¿Pueden los Espíritus hacer que se descubran los tesoros ocultos?
Los Espíritus superiores no se ocupan de estas cosas; pero los Espíritus burlones, a menudo indican tesoros que no existen, o pueden también hacer ver que hay uno en un paraje, mientras que está a la parte opuesta; y esto tiene su utilidad para demostrar que la verdadera fortuna está en el trabajo. Si la Providencia destina riquezas ocultas a alguno, las encontrará naturalmente; pero no de otro modo.
31. ¿Qué hemos de pensar de la creencia de los Espíritus guardianes, de los tesoros ocultos?
Los Espíritus que aún no están desmaterializados se apegar a las cosas. Los avaros que han ocultado sus tesoros pueden aun vigilarlos y guardarlos después de la muerte, y la perplejidad en que están de verlos arrebatar es uno de sus castigos, hasta que comprenden la inutilidad para ellos. Hay también Espíritus de la Tierra encargados de dirigir las transformaciones interiores y de los que por alegoría se han hecho los guardianes de las riquezas naturales.
Observación. — La cuestión de los tesoros ocultos están en la misma categoría que las de las herencias desconocidas; bien loco sería el que contase con las pretendidas revelaciones que pueden hacérsele por los bromistas del mundo invisible. Hemos dicho que cuando los Espíritus tienen o pueden hacer semejantes revelaciones, las hacen espontáneamente, y no tiene necesidad de médium para esto. Aquí tenéis un ejemplo: “Una señora acababa de perder a su marido después de treinta años de matrimonio, y se encontraba en vísperas de ser expulsada de su domicilio, sin ningún recurso, para sus hijastros, a los que había hecho de madre. Su desespero llegaba a su colmo, cuando una tarde se le apareció su marido y le dijo que le siquiera a su gabinete; allí le enseñó su secreter que estaba aún con los sellos del embargo, y por un efecto de doble vista, le hizo ver el interior; le indicó un cajón secreto que ella no conocía y cuyo mecanismo le explicó, añadiendo: “he previsto lo que sucedería, y he querido asegurar vuestra suerte; en este cajón están mis últimas disposiciones; os cedo el usufructo de esta casa y una renta de ...”; después desapareció. El día que se quitaron los sellos nadie pudo abrir el cajón; entonces la señora contó lo que la había sucedido. Lo abrió siguiendo las instrucciones que le había dado su marido, y se encontró el testamento conforme a lo que le había sido anunciado”.
296. Preguntas sobre los otros mundos
32. ¿Qué grado de confianza puede haber en las descripciones que los Espíritus hacen de los diferentes mundos?
Esto depende del grado de adelantamiento real de los Espíritus que dan estas descripciones; porque vosotros comprendéis que los Espíritus vulgares son tan incapaces de daros noticias con respecto a esto, como un ignorante entre vosotros para describiros todos los países de la Tierra. Muchas veces dirigís preguntas científicas sobre estos mundos a Espíritus que no las pueden resolver; si son de buena fe, hablan de ellos según sus ideas personales; si son Espíritus ligeros se divierten dándoos descripciones extravagantes y fantásticas; tanto más que estos Espíritus que no están desprovistos de imaginación en la Erraticidad como en la Tierra, sacan de esta facultad la narración de muchas cosas que nada tienen de real. Sin embargo, no creáis en la imposibilidad absoluta de tener sobre estos mundos, algunas aclaraciones; los mismos Espíritus buenos se complacen en describiros aquellos que ellos habitan, a fin de serviros de enseñanza para mejoraros, y convidaros a seguir el camino que puede conduciros a ellos, es un medio de fijar vuestras ideas sobre el porvenir y no dejaros en la vaguedad.
¿Qué comprobación puede haber para la exactitud de estas descripciones?
La mejor comprobación es la concordancia que puede haber entre ellas; pero acordaos que tienen por objeto vuestro mejoramiento moral y que por consiguiente podéis ser informados mejor sobre el estado moral de sus habitantes que sobre el estado físico o geológico de estos globos. Con vuestros conocimientos actuales, ni aun podrías comprenderlo; este estudio no serviría para vuestro progreso en la Tierra, y cuando estéis allí tendréis toda la posibilidad de hacerlo.
Observación. — Las cuestiones sobre la constitución física y los elementos astronómicos de los mundos, entran en el orden de las investigaciones científicas de las que los Espíritus no deben ahorrarnos el trabajo; sin esto, un astrónomo encontraría muy cómodo el hacerles hacer sus cálculos, con lo que se guardaría muy bien de convenir sin duda. Si por la revelación podían los Espíritus ahorrar el trabajo de descubrimiento, es probable que lo hicieran a favor de un sabio bastante modesto para reconocer abiertamente el origen, más bien que en provecho de los orgullosos que los niegan, y a los que por el contrario conducen a menudo las decepciones de amor propio.
Las comunicaciones con los espíritus de pueden dar de diferente modo. Existen de Dios a los Espíritus Puros y estos a su vez a los Médiums. Los Médiums se comunican con los diferentes espíritus clasificados en la Escala Espírita. El propósito de esta reflexión hoy es que definamos claro la información que se recibe de los espíritus, y que seamos capaces de definirlas y evaluarlas. Entender que Dios no se comunica directamente con nadie, excepto con los espíritus puros y elevados y que cuando se establece las comunicaciones Mediúmnicas saber que preguntas pueden hacerse y que contestaciones podemos esperar de los espíritus que los identifiquen por el modo que contestan las preguntas.
Veamos un ejemplo de la evocación
de un espíritu desencarnado Errante de nombre Juanito que puede ilustrarse las
preguntas que le hicieron y las contestaciones del Espíritu.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS
Evocar un espíritu
imperfecto
8. ¿Creéis que sería inútil evocar este
Espíritu para pedirle algunas explicaciones?
- Evocadle si queréis; pero
es un Espíritu inferior que no os dará más que contestaciones bastante
insignificantes.
95. Conversación con el Espíritu perturbador de
la calle de Noyers.
1. Evocación.
¿Para qué me queréis que me
llamáis así? ¿Queréis, acaso,que os apedree? Entonces, se vería un
bonito sálvese quien pueda,a pesar de vuestro grave aspecto.
2. Aunque tú nos apedrees no nos asustarías
por eso y quisiéramos saber si podrías hacerlo.
Podría muy bien ser que no
pudiera; tenéis un guardián que vela mucho por vosotros.
3. En la calle de Noyers ¿había una
persona que te servía de auxiliar para facilitarte las bromas pesadas que
hacías a los habitantes de la casa?
Ciertamente encontré un
buen instrumento, y ningún Espíritu docto, sabio y mojigato para impedírmelo;
porque soy alegre y me gusta divertirme de cuando en cuando.
4. ¿Qué persona te ha servido de instrumento?
Una moza de servicio.
5. ¿Te servía de auxiliar sin saberlo?
¡Oh! Sí, pobre muchacha.
Ella era la que más se asustaba.
6. ¿Obrabas con un fin hostil?
No tenía ningún fin hostil;
pero los hombres que de todo
sacan partido, se
aprovecharon de esto.
7. ¿Qué entiendes tú por eso? No te
comprendemos.
Procuraba divertirme; pero
vosotros estudiaréis la cosa y tendréis un hecho más para demostrar que
existimos.
8. Tú dices que no tenías ningún fin hostil,
y sin embargo has roto todos los cristales de la habitación, de este nodo has causado
un perjuicio real.
Es un detalle.
9. ¿Dónde te has procurado los objetos que
han lanzado?
Son bastante comunes; los
he encontrado en el patio, en
los jardines vecinos.
10. ¿Los has encontrado todos o has
fabricado algunos?
(Véase, más adelante, el
Cap. VIII).
Nada he creado, nada he
compuesto.
11. Si tú no los hubieras encontrado,
¿habrías podido fabricarlos?
Hubiera sido más difícil,
pero en rigor, se mezclan las materias y esto hace un todo cualquiera.
12. Ahora dinos cómo los has lanzado.
¡Ah! Eso es más difícil de
decir; me he servido de la naturaleza eléctrica de esta muchacha, junto con la
mía, menos material; de este modo hemos podido transportar entre los dos estas
diversas materias.
13. Pienso que querrás darnos algunos
indicios sobre tu persona. Dinos, pues, desde luego, si hace mucho tiempo que
has muerto.
Hace bastante tiempo; hará
como una cincuentena de años.
14. ¿Qué eras tú cuando vivías?
Poca cosa de bueno; yo
recogía trapos en este barrio y se me decían algunas veces tonterías porque me
gustaba mucho el licor rojo del buen hombre Noé; este es el motivo por que yo quería
que todos levantasen el campo.
15. ¿Eres tú mismo el que ha contestado a
nuestras preguntas y lo has hecho por tu propia voluntad?
Tengo un instructor.
16. ¿Quién es ese instructor?
Vuestro buen rey Luis.
Observación.
– Esta pregunta fue motivada por la
naturaleza de ciertas respuestas, que
parecían superar el alcance de este Espíritu por el fondo de las ideas, y aun
por la forma del lenguaje. No tiene nada de admirable que fuese ayudado
por un Espíritu más ilustrado, que quiso aprovechar esta ocasión
para darnos una instrucción. Este es un hecho muy ordinario; pero la
particularidad notable en esta circunstancia, ha sido que la influencia del otro
Espíritu se ha hecho sentir sobre la misma escritura; la de las respuestas en que ha
habido intervención es más regular y más corrida; la del trapero es angulosa,
gruesa, irregular, a menudo poco legible, y tiene otro carácter.
17. ¿Qué haces ahora? ¿Te ocupas de tu
porvenir?
- Todavía no; estoy errante.
Se piensa tan poco en mí sobre la Tierra, que nadie ruega
por mí; por lo mismo que no estoy ayudado, no trabajo.
Observación.
– Se verá más tarde cuánto se puede
contribuir al adelantamiento y al alivio
de los Espíritus inferiores por la oración y los consejos.
18. ¿Cuál era tu nombre cuando vivías?
Juanito.
19. Pues bien, Juanito: nosotros rogaremos
por tí. Dinos si nuestra evocación te ha gustado o te ha contrariado.
Antes me ha dado placer,
porque sois buenos muchachos, alegres vivientes, aunque un poco austeros; pero
¡qué importa! Me habéis escuchado y estoy contento. Juanito.
Podemos entonces identificar estas comunicaciones, si que seamos engañados. Siempre los espíritus deben ser identificados y probados.
He presentado a ustedes en esta reflexión varios temas relacionados, pero en esencia lo que pretendo es que puedas saber cómo identificar los espíritus en base a su lenguaje y también he añadido los que los Espíritus nos dijeron que podíamos preguntarle a los Espíritus. Es importante saber que como Espíritas, sepamos ¿qué? preguntas pueden ser contestadas, de manera que teniendo este conocimiento, puedas identificar si las contestaciones son de buenos o malos espíritus en base a lo que está permitido o no preguntar y obtener su contestación. Aquí los espíritus nos dan a conocer las respuestas de muchos amigos de mi página en Facebook que constantemente se comunican para saber si los Espíritus pueden contestar sus preguntas.
Resulta interesante aunque obvio la diferencia de los dos mensajes atribuidos a Jesús en el Libro de Los Medíums, por lo cual no debe uno apresurarse a decir si fue o no Jesús mismo en espíritu que se comunicó y de eso se trata la educación. Que podamos aprender a diferenciar las comunicaciones.
Personalmente considero que la primera comunicación es muy a fin con la personalidad de Jesús, no arrogante, y siempre enfocado en el bien. Yo la acepto, usted tiene su libre albedrío.
La Biblia menciona,“Probad Los Espíritus”, muy buen consejo, y en nuestra filosofía, siempre al interrogar a los espíritus podemos verificar si las comunicaciones son con buenos espíritus o con espíritus inferiores mediante la información que nos provean. Si el Espíritu al comunicarse, tiende a ser egoísta u orgulloso, de plano se puede determinar que es un espíritu engañador e impuro. Los hay muy astutos e inteligentes, por eso ocasionan tantas obsesiones a los seres humanos. Pero sin duda con perseverancia y astucia y lógica de nuestra parte podemos descubrirlos.
Recomiendo a los Medíums que se preparan a interrogar a buenos espíritus de antemano si es posible desarrolle su linea de interrogatorio a los Espíritus. Evitar preguntas frívolas, sin ningún interés espiritual, o sobre relaciones humanas, o de fortuna, o del porvenir, pues si obtienen respuestas a estas preguntas serán de malos espíritus, no serios y mentirosos. La lógica y la razón son útiles en estos casos.
Recomiendo a los Medíums que se preparan a interrogar a buenos espíritus de antemano si es posible desarrolle su linea de interrogatorio a los Espíritus. Evitar preguntas frívolas, sin ningún interés espiritual, o sobre relaciones humanas, o de fortuna, o del porvenir, pues si obtienen respuestas a estas preguntas serán de malos espíritus, no serios y mentirosos. La lógica y la razón son útiles en estos casos.
Me agrada la sensación de que el primer mensaje atribuido a Jesús haya sido del mismo Jesús, y cuando medito en las palabras que dijo recibo mucha paz y armonía. Pero como todo, cada cual puede pensar lo que quiera.
REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTA REFLEXIÓN
- El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
- El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
- Obras Póstumas, Allan Kardec
- Génesis – Allan Kardec
- El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec
- El Libro de Los Médiums – Allan Kardec
Frank Montañez
Director de la Página
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