El Libro de Los Mediums, items #254 incisos del 1 al 7, están aquí expuestos ...
#254. Terminaremos este capítulo con las respuestas dadas por los Espíritus a algunas preguntas, viniendo en apoyo de lo que hemos dicho.
1. ¿Por qué ciertos médiums no pueden desembarazarse de los Espíritus malos que se unen a ellos, y cómo los Espíritus buenos que evocan, no son bastante poderosos para alejar a los otros y comunicarse directamente?
"No es el poder el que falta al Espíritu bueno; muchas veces es el médium que no es bastante fuerte para secundarle; su naturaleza se presta mejor a ciertas relaciones; su fluido se identifica más bien con un Espíritu que con otro; ésto es lo que da mucho imperio a los que quieren mortificar."
2. ¿Nos parece, sin embargo, que hay personas muy meritorias, de una moralidad irreprochable, y con todo se ven imposibilitadas de comunicarse con los Espíritus buenos?
"Ésta es una prueba; ¿y quién os ha dicho que su corazón no esté manchado con un poco de mal, que el orgullo no domine un poco la apariencia de la bondad? Éstas pruebas, mostrando al obcecado su debilidad, deben conducirle a la humildad. ¿Hay alguno sobre la Tierra que pueda llamarse perfecto? Habrá quién tenga todas las apariencias de la virtud, y aún puede tener muchos defectos ocultos, un antiguo germen de imperfección. Por ejemplo, vosotros decís de aquel que no hace mal y que es leal en sus relaciones sociales: es un hombre bueno y digno. ¿Pero sabéis vosotros si sus buenas cualidades están empañadas por el orgullo, sí hay en él un fondo de egoísmo, sí es avaro, celoso, rencoroso, maldiciente y cien otras cosas que vosotros no apercibís, porque vuestras relaciones con él no os han puesto en este caso? El medio más poderoso para poder combatir la influencia de los Espíritus malos es el acercarse todo lo posible a la naturaleza de los buenos."
3. La obsesión que se opone a que un médium obtenga las comunicaciones que desea, ¿es siempre una señal de ser indigno por su parte?
"Yo no he dicho que esta fuese una señal de poca dignidad, sino que puede ponerse un obstáculo a ciertas comunicaciones; lo que debe procurar es quitar el obstáculo que está en él; sin ésto, sus oraciones y sus súplicas nada hacen. No basta que un enfermo diga a su médico: Dadme la salud, yo quiero estar bueno; el médico no puede nada sí el enfermo no hace lo que es necesario."
4. ¿La privación de comunicarse con ciertos Espíritus sería, acaso, una especie de castigo?
"En ciertos casos esto podría ser un verdadero castigo, así como la posibilidad de comunicarse con ellos es una recompensa que debéis esforzaros en merecer." (Véase 'Pérdida y suspensión de la mediumnidad, número 220).
5. ¿Pueden combatirse las influencias de los Espíritus malos, moralizándoles?
"Sí; ésto es lo que no se hace y es lo que no debe olvidarse de hacer, porque a menudo es una tarea que se os ha dado y que vosotros debéis cumplir caritativa y religiosamente. Por sabios consejos puede excitárseles al arrepentimiento y activar su adelantamiento." ¿Cómo puede un hombre con relación a ésto tener una influencia que no tienen los mismos Espíritus? "Los Espíritus perversos se aproximan más bien a los hombres que procuran atormentar, que a los Espíritus, de los que se alejan todo lo posible. En éste contacto con los humanos, cuando encuentran quien los moraliza, en un principio no le escuchan, se ríen; después, sí se les sabe conducir, concluyen por dejarse conmover. Los Espíritus elevados no pueden hablarles sino en nombre de Dios, y ésto les asusta. El hombre no tiene, ciertamente, más poder que los Espíritus Superiores, pero su lenguaje se identifica mejor con su naturaleza, y viendo el ascendiente que puede ejercer en los Espíritus inferiores, comprende mejor la solidaridad que existe entre el cielo y la tierra.
Por lo demás, el ascendiente que el hombre puede ejercer sobre los Espíritus está en razón de su superioridad moral. No domina a los Espíritus superiores, ni aún a aquellos que, sin ser superiores, son buenos o benévolos, pero puede dominar a los Espíritus que le son inferiores en moralidad." ('Véase número 279).
Acerca de las evocaciones...
#279. El ascendiente sobre los Espíritus inferiores sólo se ejerce a través de la superioridad moral. Los Espíritus perversos reconocen la autoridad de los hombres de bien. En cambio, contra quién sólo les opone la energía de la voluntad, que es una especie de fuerza bruta, los Espíritus perversos luchan y suelen ser los más fuertes. En cierta ocasión, alguién trataba de dominar a un Espíritu rebelde mediante la exclusiva acción de su voluntad, y recibió la siguiente respuesta: Déjame en paz con ésos aires de fanfarrón, pues no vales más que yo. ¿Qué se diría de un ladrón que predicase moral a otro ladrón? Algunos se asombran de que el nombre de Dios, invocado contra los Espíritus malos, por lo general no produzca ningún efecto. San Luis explicó la causa de ése hecho en la respuesta siguiente:
“El nombre de Dios sólo ejerce influencia sobre los Espíritus imperfectos cuándo aquél que lo pronuncia puede valerse de ése nombre con autoridad, en función de las virtudes que posee. Cuándo lo pronuncia alguién que no tiene ninguna superioridad moral, es una palabra cómo cualquier otra. Lo mismo sucede con las cosas sagradas, con las que se trata de dominar a ésos Espíritus. El arma más poderosa se vuelve inofensiva en manos inexpertas o incapaces de manejarla.”
6. ¿La subyugación corporal, llevada hasta cierto grado, podría tener por consecuencia la locura?
"Sí, una especie de locura, cuya causa no es conocida de la gente, pero que no tiene relación con la locura ordinaria. Entre los que se tienen por locos hay muchos que no son más que subyugados, les sería necesario un tratamiento moral, mientras que se les vuelve verdaderamente locos con los tratamientos corporales.
11 Cuándo los médicos conozcan bien el Espiritismo, sabrán hacer ésta distinción y curarán más enfermos que con los baños de chorro." ('221').
Segunda Parte – Capítulo XVIII 278
Capítulo XVIII INCONVENIENTES Y PELIGROS DE LA MEDIUMNIDAD Influencia del ejercicio de la mediumnidad en la salud, en el cerebro y en los niños.
221.
1. La facultad mediúmnica, ¿es el indicio de algún estado patológico, o simplemente de un estado anómalo? “Anómalo, a veces, pero no patológico. Hay médiums cuya salud es muy firme. Los que están enfermos se hallan así por otras causas.”
2. El ejercicio de la facultad mediúmnica, ¿puede producir cansancio? “El ejercicio demasiado prolongado de cualquier facultad provoca cansancio. La mediumnidad se encuentra en la misma situación, en especial la que se aplica a los efectos fí- sicos. Este tipo de mediumnidad ocasiona forzosamente un consumo de fluido que provoca cansancio, y que se repara mediante el descanso.”
3. El ejercicio de la mediumnidad, desde el punto de vista de la salud, ¿puede de por sí generar inconvenientes, sin tomar en cuenta los casos de abuso? “Hay casos en los que es prudente, y hasta necesario, abstenerse de ella, o por lo menos moderar su uso. Eso depende del estado físico y moral 39 del médium. Por otra parte, el médium suele sentirlo, y cuando está cansado debe abstenerse.”
4. ¿Existen personas para las cuales ese ejercicio genera más inconvenientes que para otras? “He dicho que eso depende del estado físico y moral del médium. Algunas personas deben evitar todas las causas de sobreexcitación, y el ejercicio de la mediumnidad es una de ellas.” (Véanse los §§ 188 y 194.)
5. La mediumnidad, ¿puede causar la locura? “No más que cualquier otra cosa, salvo que exista una pre- disposición a la locura, cuya causa radica en la debilidad del cerebro. La mediumnidad no producirá la locura si el prin- cipio de esta no existe. No obstante, si ese principio existe, lo que fácilmente se reconoce por el estado moral de la perso- na, el buen sentido nos indica que debemos ser cautelosos desde todo punto de vista, dado que cualquier causa de con- moción podría ser perjudicial.”
6. ¿Hay algún inconveniente en que se desarrolle la medium- nidad en los niños? “Sin duda. E incluso sostengo que es muy peligroso, pues esas organizaciones frágiles y delicadas experimentarían fuertes conmociones, y su joven imaginación se sobreexcita- ría demasiado. Por eso los padres prudentes deben apartar- los de esas ideas, o al menos sólo hablarles acerca de ellas en relación con sus consecuencias morales.”
7. Sin embargo, hay niños que son médiums naturalmente, ya sea para los efectos físicos, para la escritura o las visiones. En esos casos, ¿se presenta el mismo inconveniente?
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39 Recomendamos al lector que estudie las diversas acepciones de la palabra moral. En éste capítulo se la utiliza para aludir especialmente al estado psicológico y espiritual de la persona. Véase la nota nº 5 de El Libro de los Espíritus, Brasilia: CEI, 2008. (N. del T.)
“No. Cuándo la facultad se manifiesta espontáneamente en un niño, es porque está en su naturaleza y porque su constitución se presta a ello. No sucede lo mismo cuándo se la provoca y se la sobre excita. Observad que, por lo general, el niño que tiene visiones se impresiona poco con ellas, pues le parecen algo completamente natural. Les concede escasísima atención, y a menudo las olvida. Más adelante, ésos hechos vuelven a su memoria, y entonces logra entenderlos fácilmente en caso de que conozca el espiritismo.”
8. ¿A qué edad podemos practicar la mediumnidad, sin que haya inconvenientes? “No existe una edad determinada. Eso depende por com- pleto del desarrollo físico y, más aún, del desarrollo moral. Hay niños de doce años que se verían menos afectados por la mediumnidad que algunas personas ya formadas. Me refiero a la mediumnidad en general, pues la de efectos físicos es más agotadora para el cuerpo. Por su parte, la psicografía presenta otro inconveniente: el que resulta de la inexperien- cia del niño, en caso de que este quiera practicarla a solas y convertirla en un entretenimiento.”
7. ¿Qué debemos pensar de aquellos que, viendo algún peligro en el Espiritismo, creen que el medio de evitarlo es prohibir las comunicaciones espiritistas?
"Si pueden impedir a ciertas personas el comunicarse con los Espíritus, no pueden impedir las manifestaciones espontáneas, hechas a estas mismas personas, porque no pueden suprimir los Espíritus ni impedir su influencia oculta. Esto se parece a los niños que se tapan los ojos y creen que nadie les ve. Sería locura el querer suprimir una cosa que ofrece grandes ventajas, porque los imprudentes pueden abusar; el medio de evitar estos inconvenientes, es, al contrario, el hacer conocer el fondo de ésta cosa.'
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