Resumen de la doctrina espiritista, según resulta de la enseñanza dada por los Espíritus Superiores ...
Recordemos que Los Espíritus Superiores todavía están propensos a nuevas encarnaciones. El libro de Los Espíritus, en su Introducción, especificamente en la seccion VI, ALLAN KARDEC, nos habla de los Espíritus Superiores que son además, los Espíritus de la más alta moralidad y dedicados a misiones de Bien Común, y nos ayudan como misión...
Éste es un Resumen de la doctrina espiritista, según resulta de la enseñanza dada por los espíritus superiores, y expresado correctamente en la Introducción del Libro de Los Espíritus, seccion VI...
Éste Resumen es una expresión de la Eterna Verdad Absoluta que define la naturaleza de los Espíritus.
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TEMA : EXTRATERRESTRES son Seres Humanos. Éste es un Resumen de la doctrina espiritista, según resulta de la enseñanza dada por los espíritus superiores, y expresado correctamente en la Introducción del Libro de Los Espíritus, sección VI..., Soy Espírita, en YouTube
Libro de los Espíritus...
Introduccion, VI
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ALLAN KARDEC
Éste es un Resumen de la doctrina espiritista, según resulta de la enseñanza dada por los espíritus superiores. De manera resumida podemos entender las verdades de los Espíritus y la explicacion dad por ellos mismos, presididos por el Espíritu de Verdad.
VI
Los seres que se comunican se designan a sí mismos, según hemos dicho, con el nombrede espíritus o genios, y dicen haber pertenecido, algunos, por lo menos a los hombres quevivieron en la tierra. Constituyen el mundo espiritual, como nosotros constituimos, durante lavida, el mundo corporal.
Pasemos a resumir en pocas palabras los puntos más culminantes de la doctrina que nos
han transmitido, para responder más fácilmente a ciertas objeciones:
»Dios es eterno, inmutable, inmaterial, único, todopoderoso, soberanamente justo y
bueno.
»Creó el universo que comprende todos los seres animados e inanimados, materiales e
inmateriales.
»Los seres materiales constituyen el mundo visible o corporal y los inmateriales el
invisible o espiritista, es decir, el de los espíritus.
»El mundo espiritista es el normal, primitivo, eterno, preexistente y sobreviviente a todo.
El mundo corporal no pasa de ser secundario; podría dejar de existir, o no haber existido
nunca, sin que se alterase la esencia del mundo espiritista.
»Los espíritus revisten temporalmente una envoltura material perecedera, cuya
destrucción, a consecuencia de la muerte, los constituye nuevamente en estado de libertad.
»Entre las diferentes especies de seres corporales, Dios ha escogido a la especie humana
para la encarnación de los espíritus que han llegado a cierto grado de desarrollo, lo cuál les da
la superioridad moral e intelectual sobre todos los otros.
»El alma es un espíritu encarnado, cuyo cuerpo no es más que la envoltura.
»Tres cosas existen en el hombre: 1ª el cuerpo o ser material análogo a los animales, y
animado por el mismo principio vital;
2ª el alma o ser inmaterial, espíritu encarnado en el cuerpo, y
3ª el lazo que une el alma al cuerpo, principio intermedio entre la materia y el espíritu.
»Así, pues, el hombre tiene dos naturalezas: por el cuerpo, particípa de la naturaleza de
los animales, cuyos instintos tienen, y por el alma, participa de la naturaleza de los espíritus.
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EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
»El lazo o periespíritu que une el cuerpo y el espíritu es una especie de envoltura
semimaterial. La muerte es la destrucción de la envoltura más grosera; pero el espíritu
conserva la segunda, que le constituye un cuerpo etéreo, invisible para nosotros en estado
normal y que puede hacer visible accidentalmente, y hasta tangible. como sucede en el
fenómeno de las apariciones.
»Así, pues, el espíritu no es un ser abstracto e indefinido, que sólo puede concebir el
pensamiento, sino un ser real y circunscrito que es apreciable en ciertos casos, por los
sentidos de la vista, del oído y del tacto.
»Los espíritus pertenecen a diferentes clases y no son iguales en poder, inteligencia,
ciencia y moralidad. Los del primer orden son los espíritus superiores, que se distinguen de
los demás por su perfección, conocimientos, proximidad a Dios, pureza de sentimientos y
amor al bien. Son los ángeles o espíritus puros. Las otras clases se alejan más y más de
semejante perfección, estando los de los grados inferiores inclinados a la mayor parte de
nuestras pasiones, al odio, la envidia, los celos, el orgullo, etcétera, y se complacen en el mal.
»Entre ellos, los hay que no son ni muy buenos, ni muy malos. Más embrollones y
chismosos que malvados, parece ser patrimonio suyo la malicia y la inconsecuencia. Éstos
tales son los duendes o espíritus ligeros.
»Los espíritus no pertenecen perpetuamente al mismo orden, sino que todos se
perfeccionan pasando por los diferentes grados de la jerarquía espiritista. Éste
perfeccionamiento se realiza por medio de la encarnación, impuesta como expiación a unos, y
como misión a otros. La vida material es una prueba que deben sufrir repetidas veces, hasta
que alcanzan la perfección absoluta; una especie de tamíz o depuratorio del que salen más o
menos purificados.
»Al ábandonar el cuerpo, el alma vuelve al mundo de los espíritus, de dónde había salido,
para tomar una nueva existencia material, después de un espacio de tiempo más o menos
prolongado, durante el cuál se encuentra en estado de espíritu errante.¹
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¹ Entre ésta doctrina de la reencarnación y de la metempsicosis, como la admiten ciertas
sectas, existe la diferencia característica que en el curso de ésta obra se explica.
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ALLAN KARDEC
»Debiendo pasar el espíritu por varias encarnaciones, resulta que todos nosotros hemos
tenido diversas existencias y que tendremos otras, perfeccionadas más o menos, ora en la
tierra, ora en otros mundos.
»Los espíritus se encarnan siempre en la especie humana, y sería erróneo creer que el
alma o espíritu pueda encarnarse en el cuerpo de un animal.
»Las diferentes existencias corporales del espíritu siempre son progresivas, nunca
retrógradas; pero la rapidez del progreso depende de los esfuerzos que hagamos para llegar a
la perfección.
»Las cualidades del alma son las mismas que las del espíritu encarnado en nosotros, de
modo que el hombre de bien es encarnación de un espíritu bueno y el hombre perverso lo es
de un espíritu impuro.
»El alma era individual antes de la encarnación, y continúa siéndolo después de separarse
del cuerpo.
» A su vuelta al mundo de los espíritus, el alma encuentra en él a todos los que conoció
en la tierra y todas sus existencias anteriores se presentan a su memoria con el recuerdo de
todo el bien y de todo el mal que ha hecho.
»El espíritu encarnado está bajo la influencia de la materia, y el hombre que vence
semejante influencia por medio de la elevación y purificación de su alma se aproxima a los
espíritus buenos a los cuales se únirá algún día. El que se deja dominar por las malas
pasiones, y cifra toda su ventura en la satisfacción de los apetitos groseros, se aproxima a los
espíritus impuros, dándo el predominio a la naturaleza animal.
»Los espíritus encarnados pueblan los diferentes globos del universo.
»Los espíritus no encarnados o errantes no ocupan una región determinada y circunscrita,
sino que están en todas partes, en el espacio y a nuestro lado, viéndonos y codeándose
incesantemente con nosotros. Forman una población invisible que se agita a nuestro
alrededor.
»Los espíritus ejercen en el mundo moral y hasta en el físico una acción incesante; obran
sobre la materia y el pensamiento, y constituyen uno de los poderes de la naturaleza, causa
eficiente de una multitud de fenómenos inexplicados o mal explicados hasta ahora, y que sólo
en el espiritismo encuentran solución racional.
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EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
»Las relaciones de los espíritus con los hombres son constantes. Los espíritus buenos nos
excitan al bien, nos fortalecen en las pruebas de la vida y nos ayudan a sobrellevarías con
valor y resignación. Los espíritus malos nos excitan al mal, y les es placentero vernos
sucumbir y equipararnos a ellos.
»Las comunicaciones de los espíritus con los hombres son ocultas u ostensibles. Tienen
lugar las comunicaciones ocultas por medio de la buena o mala influencia que ejercen en
nosotros sin que lo conozcamos. A nuestro juicio toca el distinguir las buenas de las malas
inspiraciones. Las comunicaciones ostensibles se verifican por medio de la escritura, de la
palabra o de otras manifestaciones materiales, y la mayor parte de las veces por mediación de
los médiums que sirven de instrumento a los espíritus.
»Los espíritus se manifiestan espontáneamente o cuándo se les evoca. Puede evocárseles
a todos, lo mismo a los que animaron a los hombres oscuros, que a los de los más ilustres
personajes, cualquiera que sea la época en que hayan vivido: así a los de nuestros parientes y
amigos, como a los de nuestros enemigos, y obtener en comunicaciones verbales o escritas,
consejos y reseñas de su situación de ultratumba, de sus pensamientos respecto de nosotros,
como también aquellas revelaciones que les es licito hacernos.
»Los espíritus son atraídos en razón de su simpatía hacía la naturaleza moral del centro
que los convoca. Los espíritus superiores se complacen en las reuniones graves en que
prevalecen el amor del bien y el deseo sincero de instruirse y perfeccionarse. Su presencia
ahuyenta a los espíritus inferiores que encuentran, por el contrario, franco acceso, y pueden
obrar con entera libertad, en personas frívolas o guiadas únicamente por la curiosidad, y en
dónde quiera que reinen malos instintos. Lejos de esperar de ellos buenas advertencias y
reseñas útiles, no deben esperarse más que sutilezas, mentiras, bromas pesadas o
supercherías; porque a veces usurpan nombres venerables para mejor inducir en error.
»Es sumamente fácil distinguir los espíritus buenos de los malos; porque el lenguaje de
los espíritus superiores es siempre digno, noble, inspirado por la más pura moralidad,
desprovisto de toda pasión baja, y porque sus consejos respiran la más profunda sabiduría,
teniendo siempre por
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ALLAN KARDEC
objeto nuestro perfeccionamiento y el bien de la humanidad. El de los espíritus inferiores es, por el contrarío, inconsecuente, trivial con frecuencia y hasta grosero. Sí dicen a veces cosas
buenas y verdaderas, con más frecuencia aún las dicen falsas y absurdas por malicia o por
ignorancia, y abusan de la credulidad y se divierten a expensas de los que les consultan,
dando pábulo a su vanidad y alimentando sus deseos con mentidas esperanzas. En resumen,
solamente en las reuniones graves, en aquellas cuyos miembros están unidos por una
comunidad íntima de pensamientos encaminados al bien, se obtienen comunicaciones graves
en la verdadera acepción de la palabra.
»La moral de los espíritus superiores se resume, como la de Cristo, en ésta máxima
evangélica: Hacer con los otros lo que quisiéramos que a nosotros se nos hiciese, es decir,
hacer bien y no mal. En éste principio encuentra el hombre la regla universal de conducta
para sus más insignificantes acciones.
»Nos enseñan que el egoísmo, el orgullo, y el sensualismo son pasiones que nos
aproximan a la naturaleza animal, ligándonos a la materia; que el hombre que, desde éste mundo, se desprende de la materia despreciando las humanas futilidades y practicando el
amor al prójimo, se aproxima a la naturaleza espiritual; que cada uno de nosotros debe ser útil
con arreglo a las facultades y a los medios que Dios, para probarle, ha puesto a su
disposición; que el fuerte y el poderoso deben apoyo y protección al débil; porque el que
abusa de su fuerza y poderío para oprimir a su semejante viola la ley de Dios. Nos enseñan,
en fin, que en el mundo de los espíritus, donde nada puede ocultarse, el hipócrita será
descubierto y patentizadas todas sus torpezas; que la presencia inevitable y perenne de
aquelíos con quienes nos hemos portado mal es uno de los castigos que nos están reservados,
y que al estado de inferioridad y de superioridad de los espíritus son inherentes penas y
recompensas desconocidas en la tierra.
»Pero nos enseñan también que no hay faltas irremísíbies y que no pueden ser borradas
por la expiación. El medio de conseguirlo lo encuentra el hombre en las diferentes existencias
que le permiten avanzar, según sus deseos y esfuerzos, en el camino del progreso y hacia la
perfección que es su objeto final. »
Tal es el resumen de la doctrina espiritista, según resulta de la enseñanza dada por los espíritus superiores. Pasemos ahora a las objeciones que a ella oponen algunos....
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