Ningún otro documento
filosófico o doctrinario publicado jamás por el hombre, pasó por el
proceso de verificación y validación como lo han sido los
Libros Codificados y ordenados por Allan Kardec, que representan "El Espiritismo", para el beneficio de la
humanidad.
No podrá encontrarse
ni vincularse en ninguno de lo escritos por Allan Kardec por instrucciones
de los Espíritus dirigidos por el Espíritu de Verdad, ninguna descripción
negativa de Dios, ni tampoco se podrá encontrar alguna alusión del
mensaje de Dios para la humanidad en ninguna forma posible, como incitar a
la violencia o infringir algún mal
a nadie.
Nadie podrá jamás
utilizar de sostén o justificación de ningún mal contra
nadie, a ser infringido en contra de la humanidad en el Espiritismo. Este es el más
contundente reflejo de que DIOS mismo se encargó de que así fuera dictado
por los Espíritus Puros y Perfectos a Allan Kardec, y de acuerdo a su inspiración Divina.
El Libro de Génesis, al
principio y específicamente en el Ítem #10 del Capitulo I, donde se habla de Los Caracteres de la Revelación Espirita, ahí se indica lo
siguiente:
"Sólo los espíritus puros reciben la misión de transmitir la palabra de Dios, pues hoy sabemos que los espíritus están lejos de ser todo perfectos y que algunos intentan aparentar lo que no son, razón por la cual San Juan ha dicho: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” (Primera Epístola Universal de San Juan Apóstol 4:1)."
Puede haber, pues, revelaciones serias y verdaderas, como hay revelaciones apócrifas y mentirosas. El carácter esencial de la revelación divina es el de la eterna verdad. Toda revelación contaminada de errores o sujeta a modificaciones no puede emanar de Dios. Es por eso que la ley del Decálogo tiene todos los caracteres de su origen, mientras que las otras leyes mosaicas, esencialmente transitorias, muchas veces en contradicción con la ley del Sinaí, son obra personal y política del legislador hebreo. Con el ablandamiento de las costumbres del pueblo, esas leyes cayeron en desuso por sí mismas, mientras que el Decálogo permaneciósiempre en pie como faro de la humanidad. Cristo hizo de él la base de su edificio, y abolió las otras leyes. Si estas fuesen obra de Dios, las habría conservado intactas. Cristo y Moisés son los dos Carácteres de la revelación espírita grandes reveladores que cambiaron la faz del mundo, y en esoestá la prueba de su misión divina. Una obra puramente humana no habría tenido ese poder."
Por lo tanto; solo se
necesitaba una validación lógica y fuera de toda duda de que
lo contenido en los Libros Codificados era verdadero y genuino departe de DIOS
para la humanidad. Es por eso que el Método Kardec se
constituye la herramienta verás que se necesitaba para lograr este
objetivo de autenticidad.
Al publicar en 1868 El Génesis… pudo Kardec subrayar que El Libro de los Espíritus, dado a publicidad once años antes, continuaba siendo tan sólido como entonces en sus postulados. Ninguno de sus principios fundamentales había sido conmovido por la experiencia, sino que todos ellos permanecían en pie. Hoy en día, a más de cien años de distancia, si el Codificador viviera aún entre nosotros podría seguir diciendo lo mismo.
Y esto, en un siglo en que el mundo se transformó de una manera vertiginosa, en que la denominada ciencia positiva fue trastocada de un extremo al otro, en que las concepciones filosóficas han experimentado tremendo impacto.
Conceptos hay, en El Libro de los Espíritus, que a primera vista parecerían haber sido desmentidos, o al menos puestos en duda, por la ciencia. Tal el caso del fluido universal: pero sólo cuando los confundimos con el concepto científico del éter espacial.
A decir verdad, el desarrollo de la ciencia se opera con exactitud en dirección a los principios espíritas. La desintegración de la materia por la física nuclear, el concepto de materia como concentración de energía, la percepción cada vez más clara de una estructura matemática del Universo, la conclusión a que algunos científicos se ven forzados a llegar, de que detrás de la energía parece existir otra cosa, que sería el pensamiento; todo esto nos demuestra que asistía razón a Kardec al proclamar que ni Dios ni la religión auténtica, ni (en consecuencia) el Espiritismo, tienen nada que perder con el adelanto de la ciencia. Antes por el contrario, sólo obtienen ganancia, conforme los hechos lo ponen de manifiesto día a día.
Esa seguridad de los principios espíritas deriva de la legitimidad de la
fuente espiritual del presente libro, de la pureza de sus medios de transmisión Mediúmnicas y de la precisión del método Kardeciano.
La fuente, según se ve por la espontánea e inesperada revelación del Espíritu de Verdad a Kardec, y según los apuntes autobiográficos contenidos en Obras Póstumas, así como por la confirmación ulterior de tantos otros Espíritus, es la misma que de que procedió aquél. No se trata tan sólo de Kardec, ni de este o de aquel otro Espíritu en particular, como tampoco de un grupo de hombres, sino que es toda una falange del Espíritu de Verdad, enviada a la Tierra en cumplimiento de la promesa de Jesús, la que constituye la fuente espiritual de En cuanto a los medios Mediúmnicas de transmisión, estaban en consonancia con la pureza de la fuente. Las médiums que sirvieron en esa tarea fueron dos niñas: Carolina y Julia Boudin, de dieciséis y catorce años, respectivamente, a las que más tarde se sumaría una tercera, la señorita Japhet, en el proceso de revisión del original. Las reuniones se llevaban a efecto entre personas amigas, en la intimidad del hogar de la familia Boudin, y las respuestas de los Espíritus se trasmitían mediante una pequeña cesta a la que se adaptaba un lápiz. Las niñas apoyaban sus manos sobre la canastilla y ésta se ponía en movimiento escribiendo los mensajes, con total imposibilidad por parte de las médiums de influir sobre la escritura.
Más tarde, siguiendo instrucciones de los Espíritus mismos, Kardec sometió el libro al contralor de otros médiums, pero todos ellos escogidos con sumo cuidado. Además de lo cual, las respuestas de los Espíritus eran confrontadas con las comunicaciones que se obtenían en otros grupos de experimentación espírita, en obediencia al principio de la universalidad de las revelaciones, que acto continuo veremos.
El Método de Kardec pasó a ser el de la Doctrina misma, y en su propia sencillez lleva implícita la garantía de su eficiencia. Podemos compendiarlo así:
- 1º) Elección de colaboradores mediúmnicos insospechables, tanto en su aspecto moral cuanto en lo que se refiere a la pureza de sus facultades y de la asistencia espiritual que recibían;
- 2º) análisis riguroso de las comunicaciones, desde el punto de vista lógico, así como su cotejo con las verdades científicas demostradas, descartándose todo material que no pudiera ser justificado lógicamente;
- 3º) contralor de las entidades espirituales comunicantes, por medio de la coherencia de sus comunicaciones y del tenor de su lenguaje, y
- 4º) consenso universal, vale decir, concordancia de varias comunicaciones, obtenidas por médiums diferentes, en forma simultánea y en lugares diversos, acerca de un mismo tema.
Kardec expresó lo siguiente:“Apliqué a esta nueva ciencia, como era mi costumbre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida; observé atentamente, comparé y deduje consecuencias. De los efectos procuré remontarme a las causas por la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos. […] Así había procedido en mis trabajos anteriores, desde la edad de quince a dieciséis años. Desde el primer momento me di cuenta de la gravedad de la exploración que iba a emprender; entreví en aquellos fenómenos la clave del problema tan oscuro y controvertido sobre el pasado y el porvenir de la humanidad, la solución de lo que había buscado toda mi vida; en una palabra, comprendí que se trataba de una revolución en las ideas y en las creencias; me era preciso proceder con circunspección y no a la ligera; ser positivista y no idealista, para no dejarme llevar de mis propias ilusiones”.
Con todo, Rivail estuvo a punto de abandonar estos estudios, absorbido por otras ocupaciones; y eso hubiera hecho de no ser las reiteradas solicitudes de los señores Carlotti, destacado lingüista con quien mantenía una amistad de veinticinco años; Taillandier, literato, doctor en letras y más tarde miembro de la Academia Francesa; Tiedman-Manthèse, filósofo holandés y primo hermano de la reina de Holanda; Antonio Leandro Sardou, profesor lexicógrafo y autor de varias obras escolares; su hijo Victoriano Sardou, entonces joven estudiante de medicina y más tarde médium dibujante, famoso dramaturgo y miembro de la Academia Francesa; además de Pedro Pablo Didier, futuro editor de sus obras e impulsor de la famosa Librería Académica, quien seguía desde cinco años el estudio de tales fenómenos.
Estas personalidades habían reunido cincuenta cuadernos de
En 1856 Rivial asistió a reuniones Mediúmnicas que tenían lugar en casa del señor Roustan, con la señorita Japhet, sonámbula, como médium que obtenía interesantes comunicaciones. Por intermedio de ella hizo revisar las obtenidas anteriormente. Kardec manifiesta que no quedó del todo satisfecho con esta revisión, lo que lo motivó a consultar a otros médiums, siendo el caso que en preguntas espinosas de El libro de los Espíritus han llegado a colaborar hasta diez médiums distintos, como manifiesta en dicho libro.
Cuando todo le pareció ser la expresión clara de la Doctrina, Rivail publicó el libro que salió a la luz el 18 de abril de 1857, en París, con el seudónimo de Allan Kardec, su nombre de otra existencia anterior entre los druidas. Esta primera edición constaba de 501 preguntas. Ella se agotó en pocos días, lo que obligó a reeditarla en su forma actual de 1018 preguntas, es decir, corregida y sumamente aumentada.
Esta obra madre del Espiritismo forma parte de los Libros Básicos Espíritas, el que se integra con los siguientes libros que le sucedieron a aquél inicial:
- El libro de los Médiums, (1861);
- Imitación del Evangelio según el Espiritismo, (abril de 1864), modificado luego este título original por el de Evangelio según el Espiritismo;
- El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo, (1º de agosto de 1865) y
- El Génesis, los Milagros y las Profecías según el Espiritismo, (enero de 1868); más tres obras de introducción: Instrucción Práctica sobre las Manifestaciones Espíritas, (1858);
- ¿Qué es el Espiritismo? (1859), y
- El Espiritismo en su más simple expresión, (1862),
- además de una complementaria: Obras Póstumas, (1890).
- Fundó la Revista Espirita en enero de 1858, la que dirigió bajo su responsabilidad hasta la fecha de su desencarnación, el 31 de marzo de 1869 y
- constituyó la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas el 1º de abril de 1858.
Es el Espiritismo Ciencia, Filosofía y Moral, que de una manera dinámica sostiene sus bases en el Libre Albedrío de toda Alma Encarnada y desencarnada.
El Libro de Génesis, escrito por Allan Kardec nos indica lo siguiente tambien:
Ítem #40. El Espiritísmo presenta, como ha sido demostrado (cap. I, n.º 30), todos los caracteres del Consolador prometido por Jesús. No es, en absoluto, una doctrina individual, una concepción humana; nadie puede decirse su creador (Pues sus creadores fueron los Espíritus). Es el fruto de la enseñanza colectiva de los espíritus presididos por el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio: lo completa y aclara. Con la ayuda de las nuevas leyes que revela, en unión con las de la ciencia, hace comprender lo que era ininteligible y admitir la posibilidad de aquello que la incredulidad tenía inadmisible. Hubo precursores y profetas que presintieron su llegada. Por su poder moralizador, prepara el reino del bien sobre la Tierra.
La doctrina de Moisés, incompleta, terminó circunscrita al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la Tierra mediante el cristianismo, pero no convirtió a todos;
el Espiritismo, más completo aún, con raíces en todas las creencias, convertirá a la Humanidad.1Es entonces que el Espiritismo desde sus cimientos, que se constituyen los pilares que sostienen esta bella Filosofa, de Ciencia espiritual y que propone un comportamiento Moral para lograr la activación del Adelantamiento Espiritual de toda la humanidad que enarbola sus raíces. Sin la necesidad de demarcaciones, que convertirían al Espiritismo como una doctrina Filosofía Falsa y Perniciosa. (Ítem 842, Libro de Los Espíritus).
1. Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de la individualidad fundadora, por lo que se dice: el Mosaísmo, el Cristianismo, el Mahometismo, el Budismo, el Cartesianismo, el Furierismo, el Sansimonismo, etc. La palabra Espiritismo, por el contrario, no involucra a ninguna persona en especial; pero sí define a una idea general que indica, al mismo tiempo, el carácter y la fuente múltiple de la Doctrina. [N. de A. Kardec.]