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El libro de Los Mediums es bien especifico en cuanto al tema de Identidad de los Espíritus vinculado con la Afinidad de los Espíritus, específicamente items #255 - #267. Es ahí que tenemos todos los elementos para evaluar la Identidad de los Espíritus. Se describe en detalles como el comportamiento de Espíritus Mistificadores, Contradictorios e Impositivos se descubren los Espíritus inferiores, imperfectos y malos. No se puede llamar a Espíritus inferiores, como Espíritus Evolucionados, para convertirlos en Benefactores, eso no es Espiritismo.
No son Espíritus Evolucionados los que tienen los comportamientos que se mencionan en los Ítems #255 al #265. Es muy fácil reconocer a los Espíritus que no son nada de Evolucionados. Usted al leer este artículo, puede formar una idea para evaluar la identidad de los Espíritus.
Ley de Afinidad
No son Espíritus Evolucionados los que tienen los comportamientos que se mencionan en los Ítems #255 al #265. Es muy fácil reconocer a los Espíritus que no son nada de Evolucionados. Usted al leer este artículo, puede formar una idea para evaluar la identidad de los Espíritus.
Ley de Afinidad
Ley de Afinidad de los Espíritus, Libro de Los Médiums Entonces veamos el Libro de Los Médiums qué nos dice sobre este tema.
IDENTIDAD DE LOS ESPÍRITUS, Pruebas posibles de identidad. Distinción de los buenos y de los malos Espíritus. Cuestiones sobre la naturaleza y la identidad de los Espíritus. Pruebas posibles de identidad.
En el Libro de Los Médiums, también vemos en los siguientes ítems :
# 255. La cuestión de la identidad de los Espíritus es una de las más controvertidas entre los mismos adeptos del Espiritismo; en efecto, los Espíritus no nos traen una prueba de notoriedad, y se sabe con cuánta facilidad algunos de ellos toman nombres supuestos; después de la obsesión, es también una de las más grandes dificultades del Espiritismo práctico; por lo demás, en muchos casos, la identidad absoluta es una cuestión secundaria y sin importancia real. La identidad del Espíritu de los personajes antiguos es la más difícil de comprobar y muchas veces imposible, concretándonos a la apreciación puramente moral.
Nota de Frank Montañez, añadida a este ítem : "Es aquí precisamente que podemos ver cómo los Espíritus alertaron en los Libros Codificados con relación descubrir a los malos Espíritus "IMPOSTORES", que han utilizado el ardid de vidas pasadas. Esto es precisamente, lo que viola la Ley Natural del "Olvido del Pasado". Entonces, es obvio que estos Espíritus, se han valido de utilizar vidas pasadas para hacer creer que han sido Espíritus de renombre del pasado. Estos son secretos de Dios. Veamos el Libro de los Médiums y el de Los Espíritus…
#256. A medida que los Espíritus se purifican y se elevan en la jerarquía espírita, las características distintivas de su personalidad se borran, en cierto modo, en la uniformidad de la perfección. Con todo, no por eso dejan de conservar su individualidad. Esto es lo que sucede con los Espíritus superiores y con los Espíritus puros. En esa situación, el nombre que tuvieron en la Tierra, en una de las mil existencias corporales efímeras por las que pasaron, es algo absolutamente irrelevante.
Notemos, además, que los Espíritus son atraídos, los unos hacia los otros, por la semejanza de sus cualidades, y que de ese modo forman grupos o familias por simpatía. Por otra parte, si consideramos la cantidad inmensa de Espíritus que, desde el origen de los tiempos, deben de haber alcanzado las categorías más elevadas, y si la comparamos con la restringida cantidad de hombres que dejaron un nombre ilustre en la Tierra, comprenderemos que, entre los Espíritus superiores que pueden comunicarse, la mayoría debe de tener nombres que no conocemos. Sin embargo, como necesitamos nombres para fijar nuestras ideas, ellos pueden adoptar el de un personaje conocido, cuya naturaleza se identifique mejor con la de ellos. De esa manera, nuestros ángeles de la guarda se dan a conocer, la mayoría de las veces, con el nombre de alguno de los santos que veneramos y, en general, con el de aquel que nos inspira mayor simpatía. De ahí se deduce que, si el ángel de la guarda de una persona se manifiesta diciendo que es san Pedro, por ejemplo, no habrá ninguna prueba material de que sea precisamente el apóstol de ese nombre. Tanto podrá ser él como un Espíritu completamente desconocido, pero perteneciente a la familia de Espíritus de la que también forma parte San Pedro. También se deduce que, sea cual fuere el nombre con el que alguien invoque a su ángel de la guarda, este atenderá el llamado que se le dirija, pues lo atrae el pensamiento, y no el nombre, que le resulta indiferente. Lo mismo ocurre cada vez que un Espíritu superior se comunica en forma espontánea dando el nombre de un personaje conocido. Nada prueba que sea exactamente el Espíritu de ese personaje, pero si no dice nada que contradiga el carácter elevado de este último, existirá la presunción de que se trata de él, y en todos los casos se puede afirmar que, si no es él, debe ser un Espíritu de la misma categoría, o tal vez alguien a quien él mismo ha enviado. En resumen, la cuestión del nombre es secundaria. El nombre puede ser considerado como un simple indicio de la categoría que el Espíritu ocupa en la escala Espírita. Otra es la situación cuando un Espíritu que pertenece a un orden inferior se adorna con un nombre respetable para que demos crédito a sus palabras. Este caso es tan frecuente que, con el fin de prevenir esa clase de sustituciones, toda precaución que se tome nunca será exagerada. Gracias a esos nombres usurpados y, sobre todo, con la ayuda de la fascinación, algunos Espíritus sistemáticos, más orgullosos que sabios, intentan hacer que se admitan las ideas más ridículas. Así pues, la cuestión de la identidad, como hemos dicho, resulta casi indiferente cuando las instrucciones son generales, pues los Espíritus más adelantados pueden sustituirse mutuamente, sin mayores consecuencias. Los Espíritus superiores forman, por así decirlo, un todo colectivo, cuyas individualidades son para nosotros, con raras excepciones, absolutamente desconocidas. Lo que nos interesa no es su persona, sino su enseñanza. Ahora bien, si la enseñanza es buena, poco importa que quien la imparte se llame Pedro o Pablo. Lo juzgamos por su calidad y no por sus insignias. Si un vino es malo, la etiqueta no lo hará mejor. No sucede lo mismo con las comunicaciones íntimas, porque ahí se trata del individuo: es su persona la que nos interesa. Así, es lógico que, en esas circunstancias, procuremos cerciorarnos de que el Espíritu que atiende nuestro llamado es realmente aquel que deseamos.
48. Sistema uní espiritista o mono espiritista. Una variedad del sistema optimista, consiste en la creencia de que un sólo Espíritu se comunica con los hombres, y que este Espíritu es Cristo, quién es el protector de la Tierra. Cuando se ven comunicaciones de la más baja trivialidad, de una grosería irritante, llenas de malevolencia y de maldad, habría profanación e impiedad en suponer que pudiesen dimanar el Espíritu del bien por excelencia. Además, si aquellos que lo creen no hubiesen tenido jamás sino comunicaciones irreprochables, se concebiría su ilusión; pero la mayor parte conviene en haberlas tenido muy malas, lo que explican diciendo, que es una prueba que el buen Espíritu les hace sufrir, dictándoles cosas absurdas; de este modo, mientras los unos atribuyen todas las comunicaciones al diablo, quién puede decir cosas buenas para tentar, otros creen que sólo Jesús se manifiesta, y que puede decir cosas malas para probar. Entre estas dos opiniones tan inversas, ¿quién fallará? El buen sentido y la experiencia. Decimos la experiencia, porque es imposible que los que profesan ideas tan exclusivas lo hayan visto todo como debe verse. Cuando se les oponen los hechos de identidad que atestiguan la presencia de parientes, amigos o conocidos por las manifestaciones escritas, visuales u otras, responden que es siempre el mismo Espíritu, el diablo según los unos, Cristo según los otros, que toma todas las formas; pero no nos dicen por qué no pueden comunicarse los otros Espíritus, ni con qué objeto el Espíritu de verdad vendrá a engañarnos presentándose bajo falsas apariencias, a burlarse de una pobre madre, haciéndole creer mintiendo, que él es el hijo por quién llora.
La razón rehúsa admitir que el Espíritu Santo se rebaje, ejecutando semejante comedia. Por otra parte, negar la posibilidad de cualquiera otra comunicación, ¿no es quitar al Espiritismo lo que tiene de más dulce: el consuelo de los afligidos? Digamos sencillamente que dicho sistema es irracional, y no puede sostener un examen severo.
49. Sistema multi espiritista o poli espiritista. Todos los sistemas que hemos examinado, sin exceptuar los que son en sentido negativo, se apoyan en algunas observaciones, pero incompletas o mal interpretadas. Si una casa es de color encarnado por un lado, y blanca de otro, aquel que no la haya visto sino de un lado afirmará que es encarnada, el otro dirá que es blanca: los dos se engañarán y tendrán razón; pero el que haya visto la cosa por ambos lados dirá que es encarnada y blanca, y sólo él estará en lo verdadero. Lo mismo sucede en cuanto a la opinión que se forma del Espiritismo: puede ser verdadera bajo ciertos aspectos, y falsa si se generaliza lo que es sólo parcial, si se toma por regla lo que es sólo la excepción, por el todo lo que no es sino la parte. Por esto decimos que el que quiera estudiar seriamente esta ciencia, debe ver mucho y largo tiempo; sólo el tiempo le permitirá coger los detalles, observar los matices delicados, notar una multitud de hechos característicos que serán para él rayos de luz; pero si se detiene en la superficie, se expone a formar un juicio prematuro, y por consiguiente erróneo. He aquí las consecuencias generales que se han deducido de una observación completa, y que forman ahora la creencia, se puede decir, de la universidad de los espiritistas, porque los sistemas restrictivos sólo son opiniones aisladas.
1.º Los fenómenos espiritistas se producen por inteligencias extracorporales, o sea por los Espíritus.
2.º Los Espíritus constituyen el mundo invisible; están por todas partes; cubren los espacios hasta lo infinito, los hay sin cesar alrededor nuestro, con los cuales estamos en contacto.
3º Los Espíritus reaccionan incesantemente sobre el mundo físico y sobre el mundo moral, y son una de las potencias de la Naturaleza.
4º Los Espíritus no son seres aparte en la creación; son las almas de aquellos que han vivido sobre la Tierra o en otros mundos, y que han dejado su envoltura corporal; de donde se sigue que las almas de los hombres son Espíritus encarnados, y que muriendo venimos a ser Espíritus.
5º Hay Espíritus de todos los grados de bondad y de malicia, de saber y de ignorancia.
6º Todos están sometidos a la ley del progreso, y todos pueden llegar a la perfección; pero como tienen su libre albedrío, llegan en un tiempo más o menos largo, según sus esfuerzos y su voluntad.
7º Son dichosos o desgraciados, según el bien o el mal que han hecho durante su vida, y el grado de adelantado a que han llegado. La dicha perfecta y sin mezcla sólo pertenece a los Espíritus que llegan al supremo grado de perfección.
8º Todos los Espíritus, en circunstancias dadas, pueden manifestarse a los hombres; el número de los que pueden comunicarse es indefinido.
9º Los Espíritus se comunican por el intermediario de médiums, que les sirven de instrumentos y de intérpretes.
10º Se reconoce la superioridad o inferioridad de los Espíritus en su lenguaje: los buenos sólo aconsejan el bien y no dicen sino cosas buenas: todo atestigua en ellos la elevación; los malos engañan y todas sus palabras llevan el sello de la imperfección y de la ignorancia. Los diferentes grados que recorren los Espíritus están indicados en la Escala Espiritista (Libro de los Espíritus, lib. II, cap. I, n.º 100). El estudio de esta clasificación es indispensable para apreciar la naturaleza de los Espíritus que se manifiestan, sus buenas y malas cualidades.
50. Sistema del alma material. Consiste únicamente en una opinión particular sobre la naturaleza íntima del alma. Según esta opinión, el alma y el periespíritu no serían dos cosas distintas o, por mejor decir, el periespíritu no sería otro que la misma alma, depurándose gradualmente por las diversas transmigraciones, como el alcohol se depura por las diversas destilaciones, mientras que la Doctrina Espiritista no considera al periespíritu sino como la envoltura fluídica del alma o del Espíritu. Siendo el periespíritu una materia, aunque muy etérea, el alma sería de este modo de una naturaleza material más o menos esencial, según el grado de su depuración. Este sistema no invalida ninguno de los principios fundamentales de la Doctrina Espiritista, porque nada cambia el destino del alma; las condiciones de su felicidad futura son siempre las mismas; el alma y el periespíritu forman un todo, bajo el nombre de Espíritu, como el germen y el perispermo lo forman bajo el nombre de fruto; toda la cuestión se reduce a considerar el todo como homogéneo en lugar de formarse de dos partes distintas. Como se ve, de eso no se deduce ninguna consecuencia, y no hubiéramos hablado de ello si no hubiésemos encontrado personas inclinadas a ver una nueva escuela en lo que en definitiva sólo es una simple interpretación de palabras. Esta opinión, muy restringida por cierto, aunque fuese más general,
51. Esta es la respuesta de un Espíritu con respecto a este asunto:
“Lo que algunos llaman periespíritu no es sino lo que otros denominan envoltura material fluídica. Para hacerme comprender de una manera más lógica, diría que ese fluido es la perfectibilidad de los sentidos, la extensión de la vista y de las ideas. Estoy hablando aquí de los Espíritus elevados. En el caso de los Espíritus inferiores, los fluidos terrenales todavía son completamente inherentes a ellos; por consiguiente, se trata de materia, como veis. De ahí los padecimientos del hambre, del frío, etc., padecimientos que los Espíritus superiores no pueden experimentar, visto que los fluidos terrenales están purificados alrededor del pensamiento, es decir, del alma. Para progresar, el alma necesita siempre de un agente. Sin un agente, ella no sería nada para vosotros, o, mejor dicho, no podríais concebirla. El periespíritu, para nosotros, los Espíritus errantes, es el agente por medio del cual nos comunicamos con vosotros, ya sea indirectamente mediante vuestro cuerpo o vuestro periespíritu, ya sea directamente con vuestra alma. A eso se debe la infinita variedad de médiums y de comunicaciones. Resta ahora el punto de vista científico, es decir, conocer la esencia misma del periespíritu. Esa es otra cuestión. Comprended primero moralmente 9. Sólo falta una discusión acerca de la naturaleza de los fluidos, lo que por ahora es inexplicable. La ciencia todavía no sabe bastante al respecto, pero lo logrará si se dispone a marchar con el espiritismo. El periespíritu puede variar y cambiar hasta lo infinito. El alma es el pensamiento: no cambia de naturaleza. A este respecto no avancéis más, porque se trata de un punto que no puede ser explicado.¿Acaso supones que, al igual que vosotros, no he investigado yo también? Vosotros investigais el periespíritu; nosotros, ahora, investigamos el alma. Guardad, pues.”
LAMENNAIS