Excelente Psicografía, cumple con los Libros Codificados. Bella comunicación Mediúmnica. Pertenece a Omar Galindo de Ecuador. Puedo añadir que ésta Psicografía fue realizada con mucho cuidado y no necesitó de una incorporación espiritual.
Es a
partir de aquí que específicamente nos indica El Libro de
Los Médiums lo que los Espíritus indicaron,
con relación a la responsabilidad del Médium en
la Moralización de Espíritus Impuros.
254. Terminaremos este capítulo con las respuestas dadas por los Espíritus a algunas preguntas, viniendo en apoyo de lo que hemos dicho.
254. Terminaremos este capítulo con las respuestas dadas por los Espíritus a algunas preguntas, viniendo en apoyo de lo que hemos dicho.
1.
¿Por qué ciertos Médiums no
pueden desembarazarse de los Espíritus malos que se unen a ellos, y cómo los
Espíritus buenos que evocan no son bastante poderosos para alejar a los otros y
comunicarse directamente?
No es el poder el que falta al Espíritu Bueno;
muchas veces es el médium que no es bastante fuerte para secundarle;
su naturaleza se presta mejor a ciertas relaciones; su fluido se identifica más
bien con un Espíritu que con otro; esto es lo que da mucho imperio a los que
quieren mortificar.
2.
¿Nos parece, sin embargo, que hay
personas muy meritorias, de una moralidad irreprochable, y con todo se ven
imposibilitadas de comunicarse con los Espíritus buenos? Esta es una prueba; ¿y
quién os ha dicho que su corazón no esté manchado con un poco de mal, que el
orgullo no domine un poco la apariencia de bondad? Estas pruebas, mostrando al
obseso su debilidad, deben conducirle a la humildad. ¿Hay alguno sobre la
Tierra que pueda llamarse perfecto? Habrá quien tenga todas las apariencias de
la virtud, y aun puede tener muchos defectos ocultos, un antiguo germen de
imperfección.
Por ejemplo, vosotros decís de aquel que no
hace mal y que es leal en sus relaciones sociales: es un hombre bueno y digno.
¿Pero sabéis vosotros si sus buenas cualidades están empañadas por el orgullo,
si no hay en él un fondo de egoísmo, si es avaro, celoso, rencoroso,
maldiciente y cien otras cosas que vosotros no apercibís, porque vuestras
relaciones con él no os han puesto en este caso? El medio más poderoso para
poder combatir la influencia de los Espíritus malos es el acercarse todo lo
posible a la naturaleza de los buenos.
3. La obsesión que se opone a que un médium obtenga las
comunicaciones que desea, ¿es siempre una señal de ser indigno por su parte?
Yo no he dicho que esta fuese una señal de poca dignidad, sino que puede ponerse un obstáculo a ciertas comunicaciones; lo que debe procurar es quitar el obstáculo que está en él; sin esto, sus oraciones y sus súplicas nada hacen. No basta que un enfermo diga a su médico: Dadme la salud, yo quiero estar bueno; el médico no puede nada si el enfermo no hace lo que es necesario.
Yo no he dicho que esta fuese una señal de poca dignidad, sino que puede ponerse un obstáculo a ciertas comunicaciones; lo que debe procurar es quitar el obstáculo que está en él; sin esto, sus oraciones y sus súplicas nada hacen. No basta que un enfermo diga a su médico: Dadme la salud, yo quiero estar bueno; el médico no puede nada si el enfermo no hace lo que es necesario.
4.
¿La privación de comunicarse con
ciertos Espíritus sería, acaso, una especie de castigo?
En ciertos casos esto podría ser un verdadero castigo, así como la posibilidad de comunicarse con ellos es una recompensa que debéis esforzaros en merecer. (Véase “Pérdida y suspensión de la Mediúmnidad”, número 220).
En ciertos casos esto podría ser un verdadero castigo, así como la posibilidad de comunicarse con ellos es una recompensa que debéis esforzaros en merecer. (Véase “Pérdida y suspensión de la Mediúmnidad”, número 220).
5.
¿Pueden combatirse las influencias de los Espíritus malos,
moralizándoles?
Sí, esto es lo que no se hace y es lo que no debe olvidarse de hacer, porque a menudo es una tarea que se os ha dado y que vosotros debéis cumplir caritativa y religiosamente. Por sabios consejos puede excitarse al arrepentimiento y activar su adelantamiento.
— ¿Cómo puede un hombre, con relación a esto, tener una influencia que no tienen los mismos Espíritus?
Los Espíritus perversos se aproximan más bien a los hombres que procuran atormentar, que a los Espíritus, de los que se alejan todo lo posible. En este contacto con los humanos, cuando encuentran quien los moraliza, en un principio no le escuchan, se ríen; después, si se les sabe conducir, concluyen por dejarse conmover. Los Espíritus elevados no pueden hablarle sino en nombre de Dios, y esto les asusta. El hombre no tiene, ciertamente, más poder que los Espíritus superiores, pero su lenguaje se identifica mejor con su naturaleza, y viendo el ascendiente que puede ejercer en los Espíritus inferiores, comprende mejor la solidaridad que existe entre el Cielo y la Tierra. Por lo demás, el ascendiente que el hombre puede ejercer sobre los Espíritus está en razón de su superioridad moral. No domina a los Espíritus superiores, ni aún a aquellos que, sin ser superiores, son buenos o benévolos, pero puede dominar a los Espíritus que le son inferiores en moralidad. (Véase número 279).
Sí, esto es lo que no se hace y es lo que no debe olvidarse de hacer, porque a menudo es una tarea que se os ha dado y que vosotros debéis cumplir caritativa y religiosamente. Por sabios consejos puede excitarse al arrepentimiento y activar su adelantamiento.
— ¿Cómo puede un hombre, con relación a esto, tener una influencia que no tienen los mismos Espíritus?
Los Espíritus perversos se aproximan más bien a los hombres que procuran atormentar, que a los Espíritus, de los que se alejan todo lo posible. En este contacto con los humanos, cuando encuentran quien los moraliza, en un principio no le escuchan, se ríen; después, si se les sabe conducir, concluyen por dejarse conmover. Los Espíritus elevados no pueden hablarle sino en nombre de Dios, y esto les asusta. El hombre no tiene, ciertamente, más poder que los Espíritus superiores, pero su lenguaje se identifica mejor con su naturaleza, y viendo el ascendiente que puede ejercer en los Espíritus inferiores, comprende mejor la solidaridad que existe entre el Cielo y la Tierra. Por lo demás, el ascendiente que el hombre puede ejercer sobre los Espíritus está en razón de su superioridad moral. No domina a los Espíritus superiores, ni aún a aquellos que, sin ser superiores, son buenos o benévolos, pero puede dominar a los Espíritus que le son inferiores en moralidad. (Véase número 279).
279. El ascendiente sólo se ejerce
sobre los Espíritus inferiores por la superioridad moral. Los
Espíritus perversos reconocen a los hombres de bien como sus señores;
frente a frente de aquellos que no les oponen sino la energía de la voluntad, especie de fuerza brutal, luchan y a
menudo son los más fuertes. Uno que quería de este modo dominar a un
Espíritu rebelde, por su voluntad, el Espíritu le contestó: Déjame
tranquilo con tu aspecto de matamoros; tú, que no vales más que yo, ¿no se
diría que un ladrón moraliza a otro ladrón? Nos asombramos de que el
nombre de Dios que se invoca contra ellos sea, a menudo, impotente; San
Luis ha dado la razón en la respuesta siguiente: El nombre de Dios no
tiene influencia sobre los Espíritus imperfectos sino en la boca de aquel
que puede servirse de él con autoridad por sus virtudes; en la boca del
hombre que no tuviera sobre el Espíritu ninguna superioridad moral, es una
palabra como otra cualquiera. Lo mismo sucede con las cosas santas que se
les opone. El arma más terrible es inofensiva cuando está en
manos inhábiles para poderse servir de ella o incapaces de llevarla.
Psicografía, 26 de Diciembre del 2013.
Añadir un comentario