Allan Kardec |
Sócrates |
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Conocimiento de sí mismo – Libro de Los Espíritus
Libro Tercero –
Capítulo XII, ítem #919 - #919a
Perfección Moral
919. ¿Cuál es el medio práctico más eficaz para mejorar en esta vida
y resistir a la incitación del mal?
“Un
sabio de la Antigüedad os lo ha dicho: Conócete a ti mismo123.”
123 [Máxima délfica
adoptada y enseñada por Sócrates.]
[919a] – Entendemos toda la sabiduría de esa máxima. No obstante, la
dificultad consiste precisamente en conocerse a sí mismo.
¿De qué modo podemos lograrlo?
“Haced
lo que yo hacía cuando vivía en la Tierra. Al concluir el día, interrogaba a mi
conciencia. Entonces pasaba revista a lo que había hecho y me preguntaba si no
había faltado en algo al deber, si nadie había tenido que quejarse de mí. De
ese modo llegué a conocerme y pude ver lo que había para reformar en mí. Aquel
que, cada noche, recuerde todas sus acciones de la jornada y se pregunte a sí
mismo por el bien o el mal que ha hecho, rogándole a Dios y a su ángel de la
guarda que lo iluminen, adquirirá una gran fuerza para perfeccionarse. Porque,
creedme, Dios lo asistirá. Así pues, formulaos preguntas e indagad acerca de lo
que habéis hecho y con qué objetivo obrasteis en determinada circunstancia; si
hicisteis algo que censuraríais en los demás; si habéis llevado a cabo una
acción que no os atreveríais a confesar.
121 [Véase San
Juan 8:7.]
122 [Véase San
Mateo 6:12 y San Lucas 11:4.]
123 [Máxima délfica
adoptada y ensenada por Sócrates.]
También
preguntaos esto:
‘Si
Dios quisiera llamarme en este momento, al regresar al mundo de los Espíritus,
donde nada está oculto, ¿tendría que temer la mirada de alguien?’ Examinad lo
que podríais haber hecho contra Dios, luego contra vuestro prójimo, y por
último contra vosotros mismos. Las respuestas serán un alivio para vuestra
conciencia, o la indicación de un mal que es preciso tratar.
”El
conocimiento de sí mismo es, por consiguiente, la clave del mejoramiento
individual. ‘No obstante –diréis vosotros–, ¿cómo puede uno juzgarse a sí
mismo? ¿Acaso no tenemos la ilusión del
amor propio, que atenúa las faltas y las excusa? El avaro se considera
simplemente ahorrativo y previsor. El orgulloso cree que lo que posee es tan
sólo dignidad.’ Éso es muy cierto, pero vosotros disponéis de un medio de
control con el que no podréis engañaros. Cuando estéis indecisos acerca del
valor de una de vuestras acciones, preguntaos cómo la calificaríais si la
hubiese realizado otra persona. En caso de que la censuréis en el prójimo, no
podrá ser legítima en vosotros, pues Dios no tiene dos medidas para la
justicia. Asimismo, procurad saber lo que los demás piensan de esa acción, y no
descuidéis la opinión de vuestros enemigos, pues estos no tienen ningún interés
en disfrazar la verdad. Muchas veces Dios los pone a vuestro lado como un
espejo para haceros una advertencia, con mayor franqueza que como lo haría un
amigo. Así pues, quien tenga la firme determinación de mejorar, explore su
conciencia a fin de arrancar de ella las malas inclinaciones, del mismo modo
que arranca las malas hierbas de su jardín; haga un balance de su jornada
moral, así como el comerciante hace el de sus pérdidas y ganancias, y os
aseguro que aquel balance le dará más beneficios que este. Si puede decirse a
sí mismo que su jornada ha sido buena, podrá dormir en paz y esperar sin temor
el despertar en la otra vida.
”Formulaos,
pues, preguntas claras y precisas, y no temáis hacerlo en demasía, pues bien se
puede invertir algunos minutos para conquistar la dicha eterna. ¿Acaso no
trabajáis todos los días con miras a reunir los bienes que os garanticen el
descanso en la vejez? Ese descanso, ¿no es el objeto de vuestros anhelos, el
fin que os hace soportar fatigas y privaciones momentáneas? Pues bien, ¿qué es
ese descanso de algunos días, perturbado por los achaques del cuerpo, comparado
con el que lo aguarda al hombre de bien? ¿No vale la pena hacer un esfuerzo
para conseguirlo? Sé que muchos afirman que el presente es positivo y que el
porvenir es incierto. Ahora bien, esa es precisamente la idea que estamos
encargados de destruir en vosotros, pues queremos haceros comprender ese
porvenir de tal modo que no quede ninguna duda en vuestra alma. Por eso, en
primer lugar hemos llamado vuestra atención con fenómenos cuya naturaleza
impresionara
vuestros
sentidos, y después os dimos instrucciones que cada uno de vosotros está
encargado de difundir. Con ese objetivo hemos dictado El Libro de los Espíritus.”
SAN AGUSTÍN
Muchas de las faltas que
cometemos nos pasan inadvertidas. En efecto, si siguiéramos el consejo de san
Agustín e interrogáramos más a menudo nuestra conciencia, veríamos cuántas
veces hemos caído en falta sin pensarlo, por no examinar la naturaleza y el
móvil de nuestros actos. La forma interrogativa es algo más precisa que una
máxima que por lo general no aplicamos en nosotros mismos. Exige respuestas
categóricas: por sí o por no, sin más alternativas. Son otros tantos argumentos
personales, y por la suma de las respuestas podemos calcular cuánto hay de bien
y de mal en nosotros. [Allan Kardec]
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Conócete a ti mismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Un vitral con una versión contraída de γνῶθι σαυτόν. |
Ruinas del templo de Apolo enDelfos, que tenía esta inscripción en su frontón. |
El aforismo griego
"Conócete a ti mismo" (que en griego clásico es γνῶθι σεαυτόν,
transliterado como gnóthi seautón)
estaba inscrito en el pronaos del templo
de Apolo en Delfos, según
el periegético Pausanias.
El
aforismo ha sido atribuido a varios sabios griegos antiguos:
Otras
fuentes lo atribuyen a Femonoe,
una poetisa griega mítica. En una discusión acerca de la moderación y el
autoconocimiento, el poeta romano Juvenal,
cita la frase en griego y declara que el precepto desciende "de cælo"
(del cielo).
En latín, el aforismo se presenta
como temet nosce o
bien Gnosce te ipsum .
Véase también
Referencias
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Sócrates
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Sócrates
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Información personal
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Nombre de nacimiento
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Σωκράτης
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Nacimiento
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Entre 470 y 469 a. C.1
Atenas, Antigua Grecia |
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Fallecimiento
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Causa de muerte
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Envenenamiento
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Residencia
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Nacionalidad
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Griego
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Creencias religiosas
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Politeísta
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Familia
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Padres
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Cónyuge
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Jantipa
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Myrto
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Hijos
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Familiares
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Información
profesional
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Ocupación
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Filósofo
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Sucesor
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Miembro de
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Boulé
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Sócrates de
Atenas (en griego: Σωκράτης, (Sōkrátēs); demo de Alopecia, 470 a. C.-399 a. C.)1 2 3 fue un filósofo clásico ateniense
considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como
de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los
representantes fundamentales de la filosofía
de la Antigua Grecia.
Biografía
Nació en la Antigua
Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo
V a. C.,1 2 3 la época más espléndida en la historia
de su ciudad natal, y de toda la antigua
Grecia. Fue hijo de Sofronisco —motivo por el que en su juventud lo
llamaban Σωκράτης Σωφρονίσκου (Sōkrátēs Sōfronískou, ‘Sócrates hijo de
Sofronisco’)—, de profesión cantero, y de Fainarate,
comadrona, emparentados con Arístides el Justo.
Según Plutarco, cuando Sócrates nació, su
padre recibió del oráculo el consejo de dejar crecer a su hijo a
su aire, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle sus impulsos.4 5 No obstante, ni Jenofonte ni Platón
mencionan esta intervención del oráculo, lo que hace pensar que pueda ser una
tradición popular muy posterior.4
Desde muy joven, llamó la atención de
los que lo rodeaban por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias con
los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre
su confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía
ninguna enseñanza. Tuvo por maestro al filósofo Arquelao quien
lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.[cita requerida]
Se casó con Xantipa (o Jantipa), que era de familia noble.
Según una tradición antigua, trataba muy mal al filósofo, aunque en realidad
Platón muestra, al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, una relación normal e
incluso buena entre los dos.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse
a la ignorancia popular y al conocimiento de los que se decían sabios, aunque
él mismo no se consideraba un sabio, aún cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo
de Delfos si había alguien
más sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego
más sabio que él (Apología 21a).
Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar alguien
más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio
cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían.
Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio,
Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la suya
propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el
conocimiento real que tenían sobre las cosas. Asumiendo una postura de
ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la
incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía
socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Solo sé que no sé nada» (Ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα, hèn oîda hóti oudèn oîda). Su
más grande mérito fue crear la mayéutica,
método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los
problemas que se planteaban por medio de hábiles preguntas cuya lógica
iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el autodominio
habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza.[cita requerida]
La sabiduría de Sócrates no consiste
en la simple acumulación de conocimientos, sino en revisar los conocimientos
que se tienen y a partir de ahí construir conocimientos más sólidos.
Esto le convierte en una de las
figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia; representa la
reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo de
unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz
de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que la virtud es
conocimiento y el vicio ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública
eran su fuerte para conseguir la atención de las personas.
Sócrates no escribió ninguna obra
porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias ideas. Conocemos en
parte sus ideas desde los testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes,
sobre todo. Tales testimonios no son convergentes, por lo que no resulta fácil
conocer cuál fue el verdadero pensamiento de Sócrates.[cita requerida]
Además de los discípulos mencionados,
tuvo otros discípulos y oyentes, entre los que pueden recordarse a Euclides de Megara, Fedón de
Elis y Esquines de Esfeto.
El juicio
Aunque durante la primera parte de su
vida fue un patriota y un hombre de profundas convicciones religiosas, Sócrates
sufrió sin embargo la desconfianza de muchos de sus contemporáneos, a los que
les disgustaba la nueva postura que tomó frente al Estado ateniense y la
religión establecida, principalmente en contra de las creencias metafísicas de
Sócrates, que planteaban una existencia etérea sin el consentimiento de ningún
dios como figura explícita. Fue acusado en el 399 a. C. de despreciar
a los dioses y corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios
de la democracia.
La Apología de
Platón recoge lo esencial de la defensa de Sócrates en su propio juicio; una
valiente reivindicación de toda su vida. Fue condenado a muerte, aunque la
sentencia sólo logró una escasa mayoría. Cuando, de acuerdo con la práctica
legal de Atenas, Sócrates hizo una réplica irónica a la sentencia de muerte del
tribunal proponiendo pagar tan sólo una pequeña multa dado el escaso valor que
tenía para el Estado un hombre dotado de una misión filosófica, enfadó tanto al
jurado que éste volvió a votar a favor de la pena de muerte por una abultada
mayoría. Los amigos de Sócrates planearon su huida de la prisión, pero prefirió
acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos días con sus amigos y
seguidores.
Muerte
El envenenamiento por cicuta era un método empleado habitualmente
por los griegos para ejecutar las sentencias de pena de
muerte. Sócrates fue juzgado y, declarado culpable, cumplió esta pena en el
año399 a. C.
Murió a los 70 años de edad, aceptando
serenamente esta condena, método elegido por un tribunal que le juzgó por no
reconocer a los dioses atenienses y
corromper a la juventud. Según relata Platón en laApología que
dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos
que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir.
A su muerte surgen las escuelas
socráticas, la Academia platónica, las menores, dos de moral y
dos de dialéctica,
que tuvieron en común la búsqueda de la virtud a través del conocimiento de lo
bueno.[cita requerida]
Platón no pudo asistir a los últimos
instantes y éstos fueron reconstituidos en el Fedón, según la narración de varios
discípulos. Aquí está el paso que describe los síntomas:
La muerte de Sócrates. Óleo de Jacques-Louis David de 1787. |
Él paseó, y
cuando dijo que le pesaban las piernas, se tendió boca arriba, pues así se lo
había aconsejado el individuo. Y al mismo tiempo el que le había dado el veneno
lo examinaba cogiéndole de rato en rato los pies y las piernas, y luego,
apretándole con fuerza el pie, le preguntó si lo sentía, y él dijo que no. Y
después de esto hizo lo mismo con sus pantorrillas, y ascendiendo de este modo
nos dijo que se iba quedando frío y rígido. Mientras lo tanteaba nos dijo que,
cuando eso le llegara al corazón, entonces se extinguiría.
Ya estaba casi fría la zona del vientre, cuando descubriéndose, pues se había tapado, nos dijo, y fue lo último que habló:
—Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides.
—Así se hará, dijo Critón. Mira si quieres algo más.
Pero a esta pregunta ya no respondió, sino que al poco rato tuvo un estremecimiento, y el hombre lo descubrió, y él tenía rígida la mirada. Al verlo, Critón le cerró la boca y los ojos.
Este fue el fin, Equécrates, que tuvo nuestro amigo, el mejor hombre, podemos decir nosotros, de los que entonces conocimos, y, en modo muy destacado, el más inteligente y el más justo.
Ya estaba casi fría la zona del vientre, cuando descubriéndose, pues se había tapado, nos dijo, y fue lo último que habló:
—Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que págaselo y no lo descuides.
—Así se hará, dijo Critón. Mira si quieres algo más.
Pero a esta pregunta ya no respondió, sino que al poco rato tuvo un estremecimiento, y el hombre lo descubrió, y él tenía rígida la mirada. Al verlo, Critón le cerró la boca y los ojos.
Este fue el fin, Equécrates, que tuvo nuestro amigo, el mejor hombre, podemos decir nosotros, de los que entonces conocimos, y, en modo muy destacado, el más inteligente y el más justo.
El problema de las fuentes
Dado que Sócrates no escribió ninguna
obra, nos podemos acercar a su figura por medio de cuatro fuentes:
1. Los diálogos
de Platón como material más importante.
2. Los escritos
de Jenofonte en los que habla de Sócrates, los
cuales, no obstante, contienen errores históricos y geográficos.
3. La comedia de Aristófanes, Las nubes,
que fue escrita cuando Sócrates tenía solamente 41 años, ridiculizándolo y
colocándolo en el lugar de los sofistas.
4. Y finalmente,
las menciones de Aristóteles a lo largo de todas sus obras; no lo
conoció directamente pero tradicionalmente se considera que su recuento es el
más objetivo.7
Descripción
Restos de la prisión estatal extramuros delÁgora de Atenas, donde se cree que estuvo preso y murió. |
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. C. y murió en el 399 a. C.1 Hijo de un escultor o picapedrero8 9 10 y una comadrona, recibió una educación
tradicional:literatura, música y gimnasia. Más tarde se familiarizó con
la dialéctica y la retórica de los sofistas. Al principio, Sócrates siguió
el trabajo de su padre; realizó un conjunto de estatuas de las tres Gracias,
que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta
el siglo II a. C. Durante la guerra del Peloponeso contra
Esparta, sirvió como hoplita con gran valor en las batallas de Potidea en
el 432 a. C.-430 a. C., Delio en el 424 a. C.,
y Anfípolis en
el 422 a. C.
Era de pequeña estatura, vientre
prominente, ojos saltones y nariz exageradamente respingona. Su figura era
motivo de chanza. Alcibíades lo comparó con los silenos, los seguidores ebrios y
lascivos de Dioniso. Platón consideraba digno de
ser rememorado el día en que le lavó los pies y le puso sandalias, y Antifón,
el sofista, decía que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a
sí mismo. Llevaba siempre la misma capa, y era tremendamente austero en cuanto
a comida y bebida.
Fue el verdadero iniciador de la
filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser la ciencia que
busca en el interior del ser humano. El método de Sócrates era dialéctico: después de
plantear una proposición analizaba las preguntas y respuestas
suscitadas por la misma. Sócrates describió el alma como
aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o
malos, una combinación de inteligencia y carácter.
Tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, a través de la obra de su discípulo Platón.
Tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, a través de la obra de su discípulo Platón.
Creía en la superioridad de la
discusión sobre la escritura y, por lo tanto, pasó la mayor parte de su vida de
adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas, iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que
quisiera escucharle, a quienes solía responder mediante preguntas. Privilegió
un método, al cual denominó (probablemente evocando a su madre partera)mayéutica,
es decir, lograr que el interlocutor descubra sus propias verdades.
Fue obediente con las leyes de Atenas,
pero evitaba la política.
Creía que podría servir mejor a su país dedicándose a la filosofía. No escribió
ningún libro ni tampoco fundó una escuela regular de filosofía. Todo lo que se
sabe con certeza sobre sus enseñanzas se extrae de la obra de Platón, que
atribuyó sus propias ideas a su maestro. Platón describió a Sócrates escondiéndose
detrás de una irónica profesión de ignorancia, conocida como ironía
socrática, con gran ingenio y agudeza mental.
La base de sus enseñanzas y lo que
inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud; y el conocimiento de uno mismo.
Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona
desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien actuarán de manera justa. Su lógica
hizo hincapié en la discusión racional y la búsqueda de definiciones generales.
En este sentido influyó en sus discípulo Platón y, a través de él, en Aristóteles.
Otro pensador y amigo influenciado por
Sócrates fue Antístenes,
el fundador de la escuela cínica de filosofía. Sócrates también fue
maestro de Arístipo,
que fundó la filosofía cirenaica de la experiencia y el placer, de la
que surgió la filosofía más elevada de Epicuro. Tanto para los estoicos como el filósofo griego Epicteto, para el filósofo romano Séneca el Viejo como
para el emperador romano Marco
Aurelio, Sócrates representó la personificación y la guía para alcanzar una
vida superior.
Pensamiento
Aristóteles señala claramente las dos grandes
aportaciones de Sócrates:
Dos cosas hay
que atribuir con justicia a Sócrates, por un lado el argumento inductivo
(επακτικοί λόγοι)11 y por otro la definición general
(ορίζεσθαι καθόλον) 12
Metafísica M, 4; 1078b 27
Véase también
- Apología de Sócrates (Jenofonte)
- Apología de Sócrates (Platón)
- Braquiología
- Diotima de Mantinea
- Esquilo
- Gnóthi seautón
- Intelectualismo socrático
- Jenofonte
- Juicio de Sócrates
- Las
nubes, comedia de Aristófanes
- Mayéutica
- Platón
Referencias
1.
Brun, Jean (1995). Sócrates.
Publicaciones Cruz O., S.A. p. 21. ISBN 9789682001598. Consultado el 8 de junio de 2012. «Sócrates nació en Atenas, en el demo de Alopecia, entre 470 y 469 a.C.»
2.
Giner, Salvador
(2008). Historia
del pensamiento social. Editorial Ariel. p. 38. ISBN 9788434434837. Consultado el 11 de junio de 2012. «Sócrates murió en 399 tras la guerra del Peloponeso».
3. Eggers Lan, Conrado (2000). Introducción
histórica al estudio de Platón. Ediciones Colihue SRL. p. 114. ISBN 9789505817290. Consultado el 11 de junio de 2012. «Es sabido, en efecto, que Sócrates murió en el 399, y que la Apología o el Critón datan de ese año o muy
poco más tarde.»
4. The Life of Socrates , John Gilbert
Cooper , London
1759, p. 15. (facsímil en
Googlebooks)
5. Jean Brun: Sócrates (pág. 33).
Conaculta, 1995.
6. Platón, Diálogos. Volumen III: Fedón, Banquete, Fedro. Páginas 141-142. Biblioteca Clásica Gredos 93. Madrid: Editorial
Gredos, 1986 (2004). ISBN
978-84-249-1036-5.
7. «Del resto de la literatura socrática que se produjo en
el período inmediatamente posterior a su muerte, no se ha conservado
virtualmente nada, excepto unos pocos fragmentos de su seguidor Esquines, y las
fuentes más tardías dicen poco que interese y que no esté tomado de Platón o de
Aristóteles.» Guthrie, W. K. C. (1988/2003). Historia de la
filosofía griega. Volumen III. Siglo V. Ilustración. Parte Segunda: Sócrates.
XII. El problema y las fuentes. 1. Generalidades. Madrid: Editorial Gredos. p. 315. ISBN
978-84-249-1268-0.
8. G.W.F. Hegel (trans. Frances H. Simon ), Lectures on History of Philosophy
9.
Nails, D (2014). «Socrates: A Chronology of the historical Socrates in the context of
Athenian history and the dramatic dates of Plato's dialogues».
En Edward N. Zalta . The Stanford
Encyclopedia of Philosophy (en inglés). Consultado el 17 de abril de 2015.
10. Howatson,
MC (22 de agosto de 2013). The Oxford Companion to Classical
Literature (en inglés) (3.ª
edición). Oxford University Press. p. 528). ISBN 0-199-54855-2. Consultado el 17 de abril de 2015.
11. Que con algunas reservas puede interpretarse como proceso
de inducción necesario que permite pasar de los casos particulares al concepto
general. Puede considerarse así siempre y cuando no introduzcamos en el
pensamiento de Sócrates los matices modernos que el problema de la inducción
supone.
12. Que viene a querer significar tal como señala Aristóteles
en Tópicos /A, 18, la idea de concepto universalaplicado a la definición.
Bibliografía
Fuentes secundarias
- Apuleyo,
Lucio (1984). La metamorfosis o El asno de oro; Las floridas; El demonio de Sócrates. Barcelona: Omega. ISBN
978-84-7082-261-2.
- Aristófanes (2002). Las nubes. Madrid: Ediciones Clásicas. ISBN
978-84-7882-489-2.
- Aristóteles (1988/2005). Obras
completas. Madrid: Gredos.
- Jenofonte (1993). Recuerdos de
Sócrates; Económico; Banquete; Apología de Sócrates. Madrid: Gredos. ISBN
978-84-249-1619-0.
- Máximo de Tiro (2005). Disertaciones
filosóficas. Volumen I. Disertaciones I-XVII: disertación III: Si Sócrates
hizo bien en no defenderse, disertación VIII: Sobre el demon de Sócrates
I, y disertación IX: Sobre el demon de Sócrates II. Madrid: Gredos. ISBN
978-84-249-2748-6.
- – (2005). Disertaciones
filosóficas. Volumen II. Disertaciones XVIII- XLI: disertación XVIII:
Sobre el arte amatoria de Sócrates, disertación XIX: Sigue sobre el amor,
II, disertación XX: Sigue sobre el arte amatoria de Sócrates, III, y
disertación XXI: Sobre el amor, IV. Madrid: Gredos. ISBN
978-84-249-2750-9.
- Platón (2003). Diálogos. Obra completa. Madrid: Gredos. ISBN
978-84-249-1487-5.
- Plutarco (1996). Obras morales y de
costumbres (Moralia). Volumen VIII: Sobre el amor a la riqueza; Sobre la
falsa vergüenza; Sobre la envidia y el odio; De cómo alabarse sin
despertar envidia; De la tardanza de la divinidad en castigar; Sobre el
hado; Sobre el demon de Sócrates; Sobre el destierro; Escrito de
consolación a su mujer. Madrid: Gredos. ISBN 978-84-249-1804-0.
Sobre Sócrates
- Guthrie, William Keith Chambers (1994). Historia de la
Filosofía griega. Volumen III: Siglo V. Ilustración. Madrid: Gredos. ISBN
978-84-249-1268-0.
Enlaces
externos
- Wikimedia
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- Diógenes Laercio: Vidas,
opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, II, 18 - 47
(Sócrates).
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Cervantes.
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- Jenofonte: Recuerdos de Sócrates (Απομνημονεύματα; en latín, Memorabilia).
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- Texto
inglés en el Proyecto
Perseus, con las características indicadas antes.
- Texto griego en Wikisource.
- Jenofonte: El
banquete (Συμπόσιον;
en latín, Symposium).
- Texto
español, en Scribd, con introducción a partir de la pág. 146 de la
reproducción electrónica (la obra, a partir de la 153). Empléese el
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inglés en el Proyecto
Perseus, con las características indicadas antes.
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- Sobre Sócrates: texto
inglés en el Proyecto
Perseus, con las características indicadas antes.
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- Pérez
de Laborda, M., Sócrates,
en Fernández Labastida, F. – Mercado, J. A (editores), Philosophica: Enciclopedia
filosófica on line
- Web
sobre Filosofía y Psicología. Sócrates, Método socrático, Ética socrática,
Imágenes.
- Thomas R. Martin: An Overview of Classical Greek
History from Mycenae to Alexander (Panorama
de la historia de la Grecia Antigua desde la época micénica hasta
la de Alejandro); texto inglés con índice
electrónico en el Proyecto Perseus.
- Véanse este apartado y los siguientes: Socrates (Sócrates).