Ésta es la bella historia de Pancho Sierra de la Argentina 🇦🇷, no me refiero al Religioso de los Católicos Cristianos, sino al Espiritista Verdadero, el Dr. del Agua Fría...
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Pancho Sierra y Madre Maria de la Argentina, son ejemplos hermosos del Espiritismo en acción hacia el Bien Común propagando el Espiritismo, a través de las sanidades del cuerpo y del Alma de los que se acercaban a ellos. Lamentablemente los Espiritualistas cristianos católicos, se apodersron de las historias de Pancho Sierra. Hoy día, existen gruposcreligiosos, que promueven milagros, y confunden la historoa de Pancho Sierra, y no son Espiritistas Verdaderos. ¡Cuidado!!! No son Espiritistas, son Espiritualistas religiosos.
Publicado 22nd July 2015 por Frank Montañez
Ésta es una emocionante historia del Espiritismo en Argentina. Estos personajes de los cuales se hablará en este artículo, dieron su vida a los demás sin ningun interés económico. Ellos lo hicieron, gratis. Un ejemplo de que el ayudar al prójimo nunca debe ser interpretado como una forma de hacer dinero. El Espiritismo basado en los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec, y los Espiritistas de Verdad, como bien decía Allan Kardec nos indica que los Buenos Espíritus no están donde existe el interés económico, así dice el Libro de Los Espíritus escrito por Allan Kardec en la introducción del Libro , en "Prolegómenos" y dice:
”Ten presente que los Espíritus buenos sólo asisten a quienes sirven a Dios con humildad y desinterés, mientras que repudian a los que buscan en la senda del Cielo un escalón para las cosas de la Tierra. Los Espíritus buenos se apartan de los orgullosos tanto como de los ambiciosos. El orgullo y la ambición siempre constituirán una barrera entre el hombre y Dios: son un velo que empaña las claridades celestiales, y Dios no puede servirse del ciego para que se comprenda la luz”.
Lista de Vídeos de referencia sobre Pancho Sierra
Pancho Sierra y Madre María, nunca tuvieron interés económico, y lograban grandes sanidades con solo su fe razonada, y con el "Agua Fría", o sea agua fluidificada que provenía del aljibe localizado en su Estancia "El Porvenir"
Todo eso los
transforma en personajes especiales ante los habitantes de esas comarcas en Argentina, y son conocidos como “Pancho Sierra” y la “Madre
María”.
El
singular culto a Pancho Sierra, que en ciertos casos se vio inevitablemente
invadido por una folclórica maraña comercial que ofrecía estampas y hasta
tierra de su estancia a precios módicos, continuó a través del tiempo. Cada 4
de diciembre, día de su muerte, el cementerio de Salto (Bs. As.) recibe a
muchos que apenas conocieron su historia pero que saben que era alguien
“especial”.
Don Pancho y la Madre María, pues, no escapan a
la categoría de curanderos, pero no adjudicamos al término ningún matiz
peyorativo, todo lo contrario pues ellos fueron Grandes Curanderos. Su
fama vuela por todo el país y aún trasciende sus fronteras. Toda una
organización prosigue sus enseñanzas, canonizando popularmente a sus
fundadores.
Tuvieron, además, buena publicidad, en vida y en muerte. Y no venían
de las clases populares; sino de arriba. Eran gente rica que abandonó su
fortuna por lo que entendieron como misión, con el consiguiente escándalo entre
los suyos y entusiasmo entre sus adeptos.
Cada 4 de diciembre, día de su muerte, el cementerio de Salto (Bs. As.) recibe a muchos queapenas conocieron su historia pero que saben que era alguien “especial” |
Estancia "El Porvenir" |
“Este personaje había nacido en una familia
de ricos hacendados, y ya mayor, se instaló en su estancia «El Porvenir», en los
límites de Pergamino y Rojas.
“Su vida se transformó luego de una
decepción sentimental. Se aisló entonces del mundo y luego retornó, tras una
larga etapa, para volcarse sobre el dolor de los demás, haciendo curas tan
portentosas que extendieron su fama a toda la provincia de Buenos Aires.
El "Agua Fría", o sea agua fluidificada que provenía del aljibe localizado en su Estancia "El Porvenir" |
“A él acudían —como siguen acudiendo hoy—, los desventurados, los necesitados de pan o fe para vivir, los enfermos."
El aljibe o pozo localizado en su Estancia "El Porvenir" |
“Y los que llegaban hasta él —dicen los adeptos— siempre encontraban remedio para sus males, para sus problemas, para sus desdichas. Y en ese reparto generoso Pancho Sierra acrecentó su fama, porque también fue distribuyendo fe y la mayor parte de sus bienes.
“‘Muchísimas veces —según el relato de
quienes lo conocían bien—, un vaso de agua brindado por Pancho Sierra alcanzó a
curar en una zona en que el enfermo estaba solo y donde el médico solo era un
mito.
“Su fama comenzó entonces a crecer y traspasar fronteras y hasta la
estancia «El Porvenir». Allí peregrinaron centenares de personas que acudían desde
los puntos más lejanos en busca de ayuda, de consejos y de cura para sus
dolencias. “Se cuenta que como el viaje hasta su casa era largo, las compañías
encargadas del traslado de los visitantes agregaron a su recorrido los «viajes
especiales a lo de Pancho Sierra».
“Pancho Sierra se declaraba espiritista y
con facultad para transmitir el poder curativo mediante el Magnetismo que el mismo aplicaba al agua del aljibe o pozo de agua fría. Así
es que repartió sus discípulos en muchos partidos de la provincia conservando
siempre su dirección.
“Su talla era mediana, delgado de cuerpo y su conjunto respiraba bondad y una apacibilidad de espíritu que se transmitía a todos sus actos… vestía siempre trajes ampulosos, bombacha, camiseta criolla, ancho sombrero, poncho y manta de vicuña.
“Su exquisita sensibilidad por las
desgracias ajenas y la intuición de sus facultades de «médium» le
proporcionaron la ocasión de asistir a algún enfermo en épocas en que se
carecía allí de médicos. “Este hecho, repetido muchas veces con éxito
admirable, le confirmó la idea de que gozaba de alto grado de facultad que los
espiritistas llaman «Mediúmnidad curativa» y que buenos espíritus le auxiliaban
en ella. (…) “Pancho Sierra se mantenía en suvida de anacoreta, sin solicitar el trato de su familia y relaciones, muchos de los que se complacían en divulgar su supuesta locura, mientras él prodigaba beneficios a los pobres.
“Compraba artículos de tienda por
cantidades, frutas por carradas y en seguida llamaba a «sus hijos», los niños
de la vecindad y los pobres que frecuentaban su casa, a quienes distribuía
generosamente todo. “Estas prodigalidades incomprensibles confirmaban su
reputación de «loco trastornado … pero bueno!»
“La estancia de Pancho Sierra era como un
pueblo.
Llegaban a ella de 15 a 20 carruajes por día. Todo e! mundo pretendía
tomar un vaso de agua para curar sus males o llevar una botella del líquido
saludable, único elemento que él suministró siempre y con lo que ha producido,
según afirman los adeptos, numerosas curas, algunas sensacionales.
“En una ocasión, en una casa semi-derruida, Pancho Sierra aconsejaba a
la que sería su hija espiritual, María Safóme Loredo, luego conocida como la
Madre María.
“La joven de 27 años había llegado desde Buenos Aires desesperada: su
segundo marido Aniceto Subiza estaba agonizando. A ella no le iba mejor: un
tumor canceroso le endurecía un seno. Subiza, un rico estanciero moría poco
después; ella en cambio, sanó ante el asombro de los médicos. Desde esos
momentos, nacía la Madre María”
“Pero María Salomé Loredo había nacido antes, en octubre de 1854. De
familia vasca y campesina, pastoreó ovejas cuando niña y aprendió a amar las
flores, según su biógrafa. Es curioso que, mientras Pancho Sierra prefirió los
jazmines, María era apasionada por los claveles. Y esas flores son las que
cubren hoy sus respectivas tumbas, ya que sus fieles siguen halagando el gusto
de los fundadores.
Victor Sueiro, en su curioso libro , “Crónica
Loca” lo define así: “Si bien sería irrelevante hablar de él como “un santo”,
tal como lo calificaron muchos de sus seguidores, es inevitable destacarle como
un hombre ciertamente piadoso. Era común que comprara él mismo cantidades de
alimentos que regalaba a quienes lo necesitaban. Pero lo que hizo que su fama
creciera de una manera impresionante era el hecho de que se producían
resultados asombrosos con sus palabras y su agua fría (Agua Magnetizada).
El singular culto a
Pancho Sierra, que en ciertos casos se vio inevitablemente invadido por una
folclórica maraña comercial que ofrecía estampas y hasta tierra de su estancia
a precios módicos, continuó a través del tiempo.
Es curioso que, a diferencia de otros
sanadores, jamás fuera perseguido ni hostigado de manera alguna por la policía
ni por ninguna otra autoridad. A su muerte hubo quienes pretendieron atribuirle
la condición de espiritista. Fueron los espiritistas, claro está. Pero no era
cierto. En ningún momento abrazó otra creencia que no fuera la católica aunque
con una apertura muy grande hacia otras ideas, sin discriminar ninguna.
Vivía en el cuarto más pequeño de su estancia
y allí, junto a una cama, una silla, una mesita y su guitarra, se destacaba en
la pared una cruz con el Cristo agónico. En pleno apogeo de su fama, una de sus
“pacientes” fue una joven de veintisiete años que llegó hasta él como última
alternativa por un tumor alojado en uno de sus pechos. La mujer se curó.
Se
llamaba María Salomé Loredo de Subiza y se transformaría en discípula
predilecta de Pancho Sierra y continuadora de su trabajo. El país la
reconocería luego, en su historia cotidiana, con el nombre que le pusieron
afectuosamente sus seguidores: la Madre María.”
A pesar de que Pancho Sierra se había declarado Espiritista, luego de su auto encierro en el altillo de sus Estancia el Porvenir, debido a su melancolía provocada por la muerte de una chica llamada "Nemesia" que había fallecido., y recomendaba a todos la lectura del Libro el Evangelio según el Espiritismo, escrito por Allan Kardec, los religiosos de aquella época y aun hoy día destacaron que Pancho Sierra era católico, pero el hecho de curar con el Agua Fría, que sabemos los Espiritistas que era Agua Fluidificada a través de pases magnéticos aplicados por Pancho y su afán de que todos leyeran el Libro de Kardec, es de suponer que era Espiritista y no católico profesante en los últimos 30 anos de su vida.
Esta historia a continuación ha sido extraída
de un artículo publicado en las redes sociales al cual tiene todo el crédito
de su autoría. Nos ayuda a tener más información
de Pancho Sierra. Los créditos pertenecen a: Antonio LAS HERAS es autor de una
biografía sobre Pancho Sierra “El Doctor del Agua Fría”, libro de próxima
edición.
Pancho Sierra
Antonio LAS HERAS es autor de unabiografía sobre Pancho Sierra “El Doctor del Agua Fría”, libro de próxima edición. |
Es el año 1831 y en la ciudad de Pergamino
(provincia de Buenos Aires) la familia Sierra ha decidido instalarse en una
estancia conocida como El Porvenir. En este sitio ubicado en medio de los
llanos pampeanos Pancho Sierra transcurrirá su vida como hacendado en su
juventud y como el Gaucho de Dios desde su madurez hasta los últimos días en
que viviera. El primer año de vida ha sido el símbolo de un destino que intentó
mostrarle apenas un pequeño pasaje de lo que acontecería mucho tiempo después.
Sus padres Don Francisco Sierra y Doña Raimunda Ulloa habrán de enfrentarse a
una compleja enfermedad que hundirá a Francisco Sierra en una fiebre intensa,
declarándolo desahuciado por parte de los más importantes médicos de la ciudad
de Buenos Aires. Es el año 1832 y la enfermedad es el primer paso que pone a
Pancho Sierra frente a una historia muy particular, porque pese a la
incertidumbre del dolor, la vida del Gaucho de Dios será el milagro de los
miles de fieles que acudirán hora tras hora para recibir sus curaciones.
Por ello, una noche en que su madre cuidaba
de él, entre el cansancio y la desesperación, el sueño agotó sus fuerzas. La
noche era ventosa y una fuerte lluvia amenazaba a los llanos. Su madre solía
rezar frente a una cruz que pendía por encima de la cabecera de la cuna de
Francisco y entre los brazos del Cristo, una pequeña rama de olivo. Cuando el
viento abrió las ventanas, la rama de olivo cayó en la frente del niño y al ver
esto su madre corrió en busca de su esposo, porque supo desde aquel entonces
que Francisco Sierra sabría recorrer los llanos como el santo bonaerense.
Desde aquél entonces los años empezaron a
correr para transformarlo en un joven capaz de desenvolverse en los negocios
que heredó de su padres una vez fallecidos. Durante su juventud pasó la mayor
parte de sus años compartiendo la hacienda con dos tías y viajando de vez en
cuando a Buenos Aires por los negocios de la hacienda.
En aquél entonces una joven criada de nombre “Nemesía” llegó a la estancia por trabajo. Francisco Sierra no conoció otro amor más que aquel que pudo compartir brevemente con Nemesía. Sin embargo, el dolor lo colocó una vez más frente a la soledad. Sus tías percibieron aquella relación a la que consideraron imposible y, estando ausente Francisco, enviaron a la joven a un pueblo en la provincia de Córdoba. Al regresar Francisco Sierra a su estancia sólo pudo hallar el silencio de aquellas mujeres que le ocultaron la verdad. Pese a ello una humilde mujer relató a Francisco lo sucedido y este salió en busca de Nemesiía. El viaje duró algunos días y el cansancio hizo que Sierra se detuviera en una paraje – paraje de Árbol Solo – en las cercanías del río Luján. La noche se mostraba demasiado clara y Francisco no podía dormir pensando en el destino de aquel amor imposible.
Caminando cerca de la tranquera de aquel
paraje,
Sierra alcanzó a ver a un hombre anciano, barbas y cabello blanco que
caminaba sosteniéndose de un bastón. Al acercarse el anciano y como si hubiese
sido una visión el misterioso hombre le anunció: (…)”Hijo, vas a un largo
viaje, y con mucha esperanza, pero lo que tú buscas ya no te pertenece pues
pertenece a Dios, que es quien nos gobierna, y El tiene para ti destinado algo
muy grande y tú ya conociste muy de cerca el dolor pero un último dolor tendrás
que pasar para comenzar luego, cuando Dios lo disponga, la maravillosa
obra que te tiene preparada. Con este anuncio entendió Sierra que a quien amaba
ya no podría ver porque su vida se había terminado. Nemesia lo había esperado y
entre tanta tristeza murió días antes que llegara Francisco. Sin embargo, la
maravillosa obra tendría lugar un tiempo después: el Gaucho de Dios, el Doctor
del Agua Fría, serán algunos de los nombres con los que sus fieles lo
reconocerán en vida y aún después de su muerte.Al regresar a su estancia comenzó un largo silencio y meditación que lo llevaron a enclaustrarse en el altillo de su hacienda. Salía en escasas ocasiones, durante la noche, a recorrer los campos acompañado de algunos perros. Meditaba a orillas del río y volvía al lugar que había elegido como su templo. Pasaron algunos años hasta que, encontrándose en profunda meditación y conversando con Dios, escuchó una voz que le dijo: “Ha llegado la hora de empezar tu misión, Dios te otorga el poder y tu espíritu se halla preparado. El Divino Maestro Jesús coloca en tus manos el fluido de la salud para todos los enfermos corporales y espirituales.
El Espíritu que vive y reina en tu cuerpo
ilumina tu mente porque Dios te ha elegido.”
A partir de aquel entonces Francisco abandonó su
A partir del año 1891, año en que desapareciera
Así nació y se fortifica la figura de Pancho Sierra: El resero del Infinito, El Doctor del Agua Fría. Padre espiritual de la venerada “Madre María”, quien fuese curada por sus manos y continuadora de su obra, cuya tumba – en el cementerio del Barrio de la Chacarita – es visitada diariamente por seguidores y promesantes. La vida – entre histórica, legendaria y mítica – de Francisco Sierra es el relato del destino de este Santo popular y hombre carismático respetado en la sociedad de aquel entonces, que refleja la sed del pueblo que busca mitigarse en sus santos populares, no solamente por el milagro de sanación, sino también en la identificación y la unión entre su gente.
Antonio LAS HERAS es autor de una biografía
sobre Pancho Sierra “El Doctor del Agua Fría”, libro de próxima edición.
Aquí podemos apreciar que Pancho conocía muy bien el Espiritismo, y hablo tácitamente que el Espiritismo no es una Religión. Un lenguaje indiscutible de como Allan Kardec veía el Espiritismo.
Fueron los religiosos que ataron el folclore religioso con Pancho Sierra, como "Santo" Pagano. Lo cual indica que nunca fue considerado por la iglesia como uno de sus santos.
Referencias: