Expiación significa : "Sufrimientos", que deben ocurrir, porque son las consecuencias de las acciones del pasado de todos los Espíritus y serán los mismos sufrimientos en sus encarnaciones futuras.
Ésa es la Justicia en acción, la Expiación de Faltas cometidas contra otros, significan "Sufrimientos", que deben ocurrir, porque son las consecuencias de las los sufrimientos causados a otros en el pasado, que se convierte en todos los sufrimientos que le causamos a Espíritus en sus encarnaciones pasadas y serán los sufrimientos de las futuras encarnaciones. Por lo tanto la Expiación significa sufrimientos causados en el pasado a otros, los debemos sufrir en existencias futuras.
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La esencia de éste tema nos da una miriada de Temas de reflexión en el Espiritismo.
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https://soyespirita.blogspot.com/2019/07/la-expiacion-consiste-en-los.html...
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El siguiente es el Enlace de éste contenido, de los vídeos de éste tema, ya publicados por Frank Montañez Soy Espírita por Convicción ...
https://soyespirita.blogspot.com/2022/02/el-sufrimiento-definido-segun-el.html...
"Dime cuánto sufres hoy en ésta existencia, y te diré cuánto hicistes sufrí a otros, en vidas pasadas... Recuerda, la Expiación significa sufrimiento!!! .
“S o y . E s p í r i t a”: éste es otro de los enlaces sobre éste tema...
https://soyespirita.blogspot.com/2021/04/dime-cuanto-sufres-hoy-en-esta.html
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"Dime cuánto sufres hoy en ésta existencia, y te diré cuánto hicistes sufrí a otros, en vidas pasadas.. Recuerda, la Expiación significa sufrimiento!!! .
El Libro del Evangelio según el Espíritismo, capítulo V, (5), ítem # 6 - # 10, así lo expresa y lo confirma en el Libro del Cielo y el Infierno, en el capítulo VII (Libro segundo), ítem # 17...
Las tribulaciones de la vida pueden ser impuestas a Espíritus endurecidos o demaciados ignorantes para hacer una elección con conocimiento de causa...
Veamos el Libro del Evangelio según el Espíritismo, capítulo V, (5), ítem # 6 - # 10.
BIENAVENTURADOS LOS AFLIGIDOS. 55
Causas anteriores de las aflicciónes.
Ítem # 6. - Pero sí bien hay males cuya primera causa es el hombre en ésta vida, hay otros a los que es extraño enteramente, al ménos en apariencia, y que parecen herirle como por una fatalidad. Tal es por ejemplo, la pérdida de los séres queridos y de los que son el sostén de la familia; tales son también los accidentes que ninguna previsión puede evitar; los reveses de fortuna que burlan todas las medidas de la prudencia; las plagas naturales; las dolencias de nacimiento, particularmente aquéllas que quitan al desgraciado los medios de ganarse la vida con su trabajo; las deformidades, el idiotismo, la imbecilidad, etc. Los que nacen en semejantes condiciones, seguramente no han hecho nada en ésta vida para merecer una suerte tan triste sin compensación, que no podían evitar; que están en la imposibilidad de cambiar por sí mismos y que les deja a merced de la conmisceración pública.
¿Por qué pues, tantos séres desgraciados, miéntras que a su lado, bajo un mismo techo, en la misma familia, hay otros favorecidos en todos conceptos?
¿Qué diremos, en fin, de ésos niños que mueren en edad infantil y no conocieron de la vida más que los sufrimientos? Problema que ninguna filosofía ha podido aún resolver, anomalías que ninguna Religión ha podido justificar y que serían negación de la bondad, de la justicia y de la providencia de Dios, en la hipótesis de que el alma es creada al mismo tiempo que el cuerpo, y que su suerte está irrevocablemente fijada después de una estancia de algunos instantes en la tierra. ¿Qué han hecho ésas almás que acaban de salir de las manos del Creador, para sufrir tantas miserias en éste mundo, y para merecer en el porvenir una recompensa o un castigo cualquiera, cuándo no han podido hacer ni bien ni mal?
Sin embargo, en virtud del axioma de que todo efecto tiene una causa, ésas miserias son efectos que deben tener una causa; y desde el momento en que admitimos un Dios justo, ésa causa debe ser justa; y, precediendo siempre la causa al efecto, pues toque no está en la vida actual, debe ser anterior a ésta vida, es decir, pertenecer a una existencia precedente. Por otra parte, no pudiendo Dios castigar por el bien que se ha hecho, ni por el mal que no se ha hecho, sí somos castigados, es que hemos hecho mal; sí no lo hemos hecho en ésta vida, lo hemos hecho en otra. Ésta es una alternativa de la que es imposible evadirse, y en la que la lógica dice de qué parte está la justicia de Dios.
El hombre, pues, no es castigado siempre, o completamente castigado en su existencia presente, pero nunca se evade a las consecuencias de sus faltas.
La prosperidad del malo, sólo es momentánea, y sí no expía hoy, expiará mañana, miéntras que el que sufre es por la Expiación de su pasado. La desgracia que en un principio parece inmerecida, tiene su razón de ser, y el que sufre puede decir siempre: «Perdonadme, Señor, porque he pecado.»
Ítem # 7. - Los sufrimientos por causas anteriores, son a menudo, como los de las faltas actuales, consecuencia natural de la falta cometida; es decir, que por una justicia distributiva rigurosa, el hombre sufre lo que ha hecho sufrir a los otros; sí ha sido duro e inhumano, podrá a su vez ser tratado con dureza y con inhumanidad; sí ha sido orgulloso, podrá nacer en una condición humillante; sí ha sido avaro, egoísta, y sí ha hecho mal uso de su fortuna, podrá carecer de lo necesario; sí ha sido mal hijo, los suyos le harán sufrir.
De éste modo se explican por la pluralidad de existencias, y por el destino de la tierra, como mundo expiatorio, las anomalías que presenta la repartición de la felicidad y de la desgracia entre los buenos y los malos en la tierra.
Ésta anomalía sólo existe en apariencia, porque se toma su punto de vista desde la vida presente; pero sí uno se eleva con el pensamiento, de modo que pueda abrazar una serie de existencias, verá que a cada uno se le ha dado la parte que merece, sin perjuicio de la que se le señala en el mundo de los Espíritus, y que la justicia de Dios jamás se interrumpe.
El hombre nunca debe perder de vista que se halla en un mundo inferior, dónde sólo permanece por sus imperfecciones. A cada vicisitud, debe decirse que sí perteneciera a un mundo más adelantado no le sucedería ésto, y que de él depende el no volver aquí, trabajando para su mejoramiento.
Ítem # 8. "Las tribulaciones de la vida pueden ser impuestas a Espíritus endurecidos o demaciado ignorantes para hacer una elección con conocimiento de causa: Pero son elegidas libremente y aceptadas por los Espíritus arrepentidos que quieren reparar el mal que han hecho y acostumbrarse a obrar mejor. Lo mismo sucede con el que habiendo cumplido mal su tarea. Pide que se le deje empezar de nuevo para no perder el beneficio de su trabajo. Estás tribulaciones son, pues, a la vez, Expiaciones por el pasado que castigan y prueban para el porvenir que preparan.
Demos gracias a Dios porque en su bondad concede al hombre la facultad de reparación y no lo condena irrevocablemente por una primera falta.
Ítem # 9. - Tampoco debe creerse que todo sufrimiento en la tierra sea necesariamente indicio de una falta determinada; a menudo son simples pruebas elegidas por el Espírita para acabar su purificación y activar su adelantamiento. Así es que la Expiación sirve siempre de prueba, pero la prueba no es siempre una expiacion; pruebas o expiaciones son siempre señales de una inferioridad relativa, porque el que es perfecto no tiene necesidad de ser probado. Un Espíritu puede, pues, haber adquirido cierto grado de elevación, pero queriendo aún adelantar más, solicita una misión, una tarea que cumplir, por lo que será tanto más recompensado, sí sale victorioso, cuánto más penosa haya sido la lucha. Tales son especialmente ésas personas de instintos naturalmente buenos, de alma elevada, de nobles sentimientos innatos, que parece que nada trajeron de malo de su existencia precedente, y que sufren con una resignación muy cristiana los más grandes dolores, pidiendo a Dios, sobre llevarlos sin murmurar. Por el contrario, se pueden considerar como expiaciones, las aflicciones que excitan las murmuraciones y conducen al hombre a revelarse contra Dios.
El sufrimiento que no excita murmuraciones sin duda puede ser una expiación, pero indica que más bien ha sido escogido voluntariamente que impuesto, y la prueba de una fuerte resolución es señal de progreso.
Ítem # 10. - Los Espíritus no pueden aspirar a la perfecta felicidad sino cuándo son puros; toda mancha les cierra la entrada de los mundos dichosos. Lo mismo sucede a los pasajeros de una embarcación infestada por la peste, a los que les está prohibido entrar en la ciudad hasta que se hayan purificado. Los Espíritus se despojan poco a poco de sus imperfecciones en sus diversas existencias corporales. Las pruebas de la vida adelantan cuándo se sobre llevan bien; como expiaciones, borran las faltas y purifican; es el remedio que limpia la llaga y cura al enfermo; cuánto más grave es el mal, más enérgico debe ser el remedio. El que sufre mucho debe decir que tenía mucho que expiar, y lo que le importa es curar bien pronto; depende de él hacer éste sufrimiento provechoso con su resignación y no perder el fruto con sus murmuraciones; pues no haciéndolo así, tendría que empezar de nuevo.
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Pruebas, Expiaciones y Misiones, explicadas según el Espiritismo... Frank Montañez Soy Espírita por Convicción...
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