"Cuándo el niño ha de nacer viable, está siempre predestinado a tener un alma, pues nada ha sido creado sin propósito... (Libro de Los Espíritus, ítem #336...). Entonces, el pretender crear un Alma clonada, o copia del Espíritu, es ridículo y no tener respeto a Dios, y es imposible lograr éso, porque sólo se copia el ADN, pero la naturaleza del Espíritu, nunca podrá modificarse. El ADN, es solo una característica devla materia, pero no del Alma encarnada ...
"Dolly" la Oveja Clonada |
Clonación humana
La clonación humana es la creación de una copia del material genético exacta de un ser vivo. Dicha palabra se ha implementado para los tipos de clonación artificial, que abarca gran parte de la copia de células y tejidos humanos de uno o más seres vivos.No habla a la concepción natural de gemelos idénticos. La posibilidad de la clonación humana ha planteado controversias éticas. Estos dilemas éticos han dirigido a varios países a dirigir leyes y su edición con respecto a la clonación humana y su legalidad.
Dos tipos de clonación humana teórica comúnmente discutidos son: clonación terapéutica y clonación reproductiva. La clonación terapéutica implica la clonación de células de un ser humano para su uso en ciencias médicas y trasplantes, y es un área activa de investigación, no obstante no tiene aplicación médica en ninguna parte del mundo, según datos del 2014. Dos métodos comunes de clonación terapéutica que están en investigación son la transferencia nuclear de células somáticas y, más recientemente la inducción de células madres pluripotentes. La clonación reproductiva implicaría clonar un ser humano completo.
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Comparto mi vídeo de éste tema de hace varios años. :
La modificación de Células Madres, no es bueno, pues le dá al hombre la oportunidad de jugar con patrones genéticos ya diseñados por Dios para la vida. Ésto acarreará problema con la reproducción humana.
Proteína de las Celulas Madre... |
Nota de Frank Montañez : (El Espiritismo Verdadero, enseña que el Alma o Espíritu encarnado o listo para reencarnar, nunca retrógrada, no retrocede, nunca vuelve atrás, posee libre conciencia, capacidad de pensar, y Libre Albedrío. Reprogramar las Células Madre, es un problema Ético, e Inmoral, no importa la justificación y hemos visto los fracasos obtenidos. Ahí están los ejemplos). Ésa condición de la conciencia, no puede ser reprogramada).
Frenar el envejecimiento mediante la reprogramación celular
Una estrategia novedosa alarga la vida de los ratones y mitiga los síntomas asociados a la edad.
La reprogramación parcial de las células logra revertir algunos signos del envejecimiento en los ratones. Mejora la capacidad de regeneración de algunos órganos, corrige ciertas alteraciones de los tejidos y alarga la esperanza de vida. [© dra_schwartz/iStockphoto]
Obtener cualquier tipo de célula en una placa de Petri, estudiar las etapas tempranas del desarrollo humano o incluso generar órganos en el laboratorio son algunas de las posibilidades que nos brindan las células madre. Estas se definen como aquellas que tienen la capacidad de regenerar un organismo pluricelular completo. Antes de 2006, las células madre empleadas en el laboratorio procedían de material embrionario, con sus obvias limitaciones éticas. Por este motivo, el descubrimiento de la reprogramación celular en 2006 revolucionó el campo de la medicina regenerativa.
El logro lo protagonizó un grupo de investigadores liderado por Shinya Yamanaka, de la Universidad de Kyoto, quien en 2012 recibió por ello el premio Nobel de fisiología o medicina. El equipo demostró que, al incorporar a las células cuatro genes que codificaban unas moléculas conocidas desde entonces como factores de Yamanaka, podía convertir células de la piel a un estadio de pluripotencia parecido al de las células embrionarias. El proceso se conoce como reprogramación celular, y las células generadas se llaman células madre pluripotenciales inducidas. Estas células han abierto en gran medida el abanico de posibilidades en el campo de la biomedicina. Entre otras aplicaciones, se han empleado para modelizar enfermedades o para valorar la eficacia de fármacos en determinadas dolencias.
Pero, por encima de todo, el descubrimiento de la reprogramación celular supuso un cambio de paradigma en el campo de la medicina regenerativa. La visión de que el desarrollo embrionario era un proceso unidireccional, en el que unas células pluripotenciales se diferenciaban y adquirían un destino celular concreto e irreversible, fue reemplazada por la idea de que se trataba de un proceso maleable e incluso bidireccional. La reprogramación ha revelado que las células adultas o diferenciadas, como las cutáneas, pueden rejuvenecerse y regresar a un estadio de pluripotencia desde el cual pueden autorrenovarse y dar lugar a tipos diversos de células, como las del hígado, de los músculos o nuevamente de la piel.
Ese avance ha implicado el replanteamiento del envejecimiento, también considerado desde siempre un fenómeno unidireccional e inevitable. Si se puede convertir una célula diferenciada en una pluripotencial como las de los embriones; es decir, si se la devuelve a su punto de partida, ¿es posible entonces rejuvenecer las células, algo que no exige retroceder tanto en el tiempo? ¿Y un organismo entero? ¿Existe la posibilidad de frenar o revertir el envejecimiento?
En estudios dirigidos por Juan Carlos Izpisúa Belmonte, en el laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk de Estudios Biológicos en San Diego, y en los que participó uno de nosotros (Vázquez-Ferrer) se demostró que la activación intermitente de los mencionados factores de Yamanaka, normalmente asociados a un estadio embrionario, puede revertir las características de la vejez en ratones vivos. Los resultados de esos estudios, publicados en 2016 en Cell y en Trends in Molecular Medicine, no solo han ofrecido información sobre los mecanismos celulares que impulsan el envejecimiento, sino que también apuntan a posibles enfoques terapéuticos para mejorar la salud humana y la longevidad. Desde entonces, otras publicaciones más recientes han confirmado el rol crucial de los cambios epigenéticos en el mecanismo de reversión del envejecimiento y han profundizado en la reprogramación in vivo de células específicas de un tejido para recuperar la pérdida de función, y alargar así, indirectamente, la esperanza de vida.
Rejuvenecer células in vitro
El envejecimiento puede definirse como el deterioro progresivo en la capacidad que tienen una célula o un organismo para resistir el estrés, los daños o las enfermedades. Representa el mayor factor de riesgo para la mayoría de las enfermedades: a medida que se cumplen años, va aumentando el riesgo y la vulnerabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, cáncer y obesidad, entre otras dolencias; y también empeora su pronóstico. Por esta razón, conseguir revertir el envejecimiento o ralentizarlo ha atraído una gran atención de la comunidad científica.
Los recientes avances en reprogramación celular han permitido analizar el envejecimiento en el laboratorio, tanto el fisiológico (por causas naturales) como el patológico (producido por enfermedades). De este modo, se han reprogramado in vitro fibroblastos (un tipo de células del tejido conjuntivo) de individuos centenarios o de pacientes con progeria, una enfermedad en la que los afectados envejecen de modo acelerado desde el nacimiento. Las células reprogramadas muestran una mejoría en varios rasgos propios del envejecimiento: disminuye la concentración de proteínas que regulan la senescencia celular y los niveles de estrés oxidativo, los telómeros (extremos de los cromosomas) se alargan y las marcas epigenéticas (modificaciones químicas del ADN) desaparecen. Se ha logrado, por tanto, un rejuvenecimiento de las células en el laboratorio.
Pero si bien existen numerosos estudios que han demostrado que la reprogramación celular revierte la edad de las células en placas de Petri, el paso que supone la reprogramación celular en organismos enteros vivos plantea un reto mucho más difícil.
El salto de in vitro a in vivo
La posibilidad de reprogramar células en animales vivos usando los factores de Yamanaka fue descrita por primera vez en 2013 en Nature por el grupo de Manuel Serrano, entonces en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Los investigadores crearon unos ratones, a los que se denominó 4F, que eran portadores de los cuatro factores de Yamanaka. La activación de esos factores está controlada por un gen que, a su vez, puede activarse a través de la administración de una sustancia, la doxiciclina, la cual se ofrece a los ratones con la bebida. Los investigadores demostraron que era posible poner en marcha la reprogramación celular en los ratones mediante la administración de la doxiciclina.
Sin embargo, este y otros intentos de inducir la reprogramación celular en animales vivos se habían topado siempre con el mismo problema: las células reprogramadas tendían a dividirse más rápido, lo que daba lugar a la aparición de teratomas (tumores que contienen células o tejidos de las tres capas germinales). Como consecuencia, los animales sufrían una elevada mortalidad.
En nuestros estudios dirigidos por Izpisúa Belmonte, nos propusimos asimismo reprogramar células en ratones vivos y buscamos la manera de evitar ese inconveniente. En primer lugar, trabajamos con ratones que eran portadores de los factores de Yamanaka (4F) y a los que, además, se les había introducido una mutación en el gen Lmna que provoca la progeria. Estos ratones viven menos tiempo y muestran numerosos síntomas asociados a la edad, como la pérdida de peso o la alteración de varios órganos.
En la reprogramación celular de los ratones con progeria, estudiamos distintas combinaciones en las que variamos el número de copias de los genes de los factores de Yamanaka y el número de días de inducción de los factores (que controlamos mediante la administración de la doxiciclina). En concordancia con los experimentos anteriores, si inducíamos los factores de Yamanaka durante cuatro días consecutivos, los ratones sufrían una gran pérdida de peso y una alta mortalidad, seguramente propiciadas por la desdiferenciación (pérdida de identidad) de las células y la posterior disfunción de los órganos vitales.
El protocolo que pareció más adecuado fue el de inducir la expresión de los factores de forma cíclica, dejándolos activos durante dos días e inactivándolos durante los cinco días siguientes. De este modo, con solo dos días de tratamiento ya se podían detectar los factores en la sangre de los ratones, pero ello no se traducía en una pérdida de peso ni en mortalidad, aun repitiendo el ciclo hasta 35 veces. Tampoco observamos signos de cáncer o pluripotencia en ninguno de los órganos que estudiamos. Asimismo, descubrimos una gran diferencia entre los ratones que llevaban una sola copia del transgén de los factores de Yamanaka y los que llevaban dos copias. Por último, comprobamos que ocho semanas de inducción cíclica de los factores en ratones con dos copias sí que originaba un incremento de la proliferación celular y provocaba la formación de teratomas en el hígado, los riñones y el páncreas.
Reprogramación incompleta
El primer punto que destacar es que nuestra estrategia, la inducción corta de los factores de Yamanaka, logró una reprogramación celular parcial. Lo comprobamos cuando, al aislar fibroblastos de los ratones, observamos que no habían recuperado el estadio de pluripotencia (el destino final de la reprogramación), ya que no presentaban marcadores (moléculas características) de pluripotencia. En cambio, las células reprogramadas seguían manteniendo su identidad original, puesto que todavía expresaban algunos marcadores propios de los fibroblastos. Este logro reviste especial importancia, porque la reprogramación parcial puede aportar el beneficio de eliminar los fenotipos propios del envejecimiento sin que las células pierdan su identidad y función. Otra ventaja añadida es que no propicia la formación de tumores.
Una vez demostrado que la administración cíclica de doxiciclina evitaba las consecuencias negativas de la reprogramación celular in vivo, estudiamos los cambios relacionados con el envejecimiento. Aunque los ratones Laki 4F siguieron mostrando su característica pérdida de peso, observamos en ellos un notable incremento de la esperanza de vida, ya que vivieron un 30 por ciento más que los animales con progeria no sometidos al tratamiento. Además, varios de sus tejidos experimentaron una mejoría: los correspondientes al aparato digestivo tenían mucha mejor apariencia, la renovación celular aumentó en muchos órganos, como el estómago, los riñones o la piel, y se restauró el número de células satélite del músculo (las encargadas de regenerar el tejido).
Uno de los principales problemas que sufren los ratones con progeria son las alteraciones cardiovasculares. Pero, después de la reprogramación celular, incluso este problema se mitigó y no se observó el característico desarrollo de la bradicardia, o ritmo cardíaco lento, según mostraban los análisis por electrocardiograma. Finalmente, también presentaban una menor expresión de la proteína beta-galactosidasa, un marcador asociado a la senescencia. Es importante destacar que todos estos cambios, que apuntan a una reversión de los fenotipos propios del envejecimiento, son independientes a la proteína progerina, la causante del síndrome de envejecimiento acelerado en estos ratones. Más bien se deben a una remodelación de las marcas epigenéticas, una serie de marcas químicas que se acumulan sobre el genoma y controlan la expresión de los genes sin alterarlos en sí mismos.
Por último, para estudiar el envejecimiento fisiológico (natural) utilizamos ratones 4F y los dejamos envejecer. Nos fijamos a continuación en dos rasgos característicos de los ratones envejecidos. El primero hace referencia al páncreas. Con la edad, las células beta de este órgano tienen menos capacidad de regeneración. En cambio, los ratones sometidos a la reprogramación celular se recuperaban mejor del daño pancreático y mostraban en general una mejor función del órgano, cosa que no ocurrió en los ratones en los que no se activaron los factores de Yamanaka. El segundo rasgo que investigamos fue la sarcopenia, la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento. En este caso, administrando la doxiciclina intramuscularmente para inducir la reprogramación celular, los ratones viejos mostraron una expansión de las células madre del músculo, capaces de regenerar el tejido muscular dañado.
Llegados aquí, la pregunta fundamental que uno se plantea es: ¿nos hallamos más cerca ahora de la juventud eterna? Nuestro trabajo ofrece pruebas de que el envejecimiento no es un proceso unidireccional y podría ser aliviado si sacamos provecho de la plasticidad celular in vivo. La reprogramación aplicada a ratones vivos constituye un gran avance respecto a la realizada en cultivos celulares, y ello abre las puertas a prometedoras estrategias contra el envejecimiento. Sin embargo, su aplicación en humanos todavía queda lejos. Hay un largo camino por recorrer para averiguar de forma exacta el mecanismo de rejuvenecimiento observado en las células de los animales tratados, así como para encontrar un método viable en la práctica clínica.
Comienza a aclararse la misteriosa pérdida de olfato debida a la COVID-19
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Reprogramar, restaurar y regenerar
Una innovadora técnica repara los tejidos mediante infusiones de ADN.
Esta célula embrionaria de la piel de ratón (rojo) ha captado las vesículas extracelulares (verde) obtenidas mediante la técnica de nanotransfección tisular. [NATURE NANOTECHNOLOGY]
La posibilidad de convertir o reprogramar las células en otros tipos distintos ha renovado las esperanzas de regenerar las extremidades y los órganos dañados. Con todo, los métodos existentes son arriesgados o ineficaces y solo se han ensayado en animales de laboratorio. Una nueva técnica podría solventar esas limitaciones. Sus creadores la han usado para reparar las patas lesionadas de ratones y reivindican que la estrategia es lo bastante segura para ser puesta a prueba en humanos.
Las células se reprograman habitualmente con mezclas de ADN, ARN y proteínas. El método más común emplea un virus como vehículo, si bien este puede infectar células indeseadas, provocar la respuesta del sistema inmunitario o incluso transformar las células en cancerosas. Una alternativa, denominada electroporación generalizada, expone células enteras a un campo eléctrico que abre orificios en sus membranas por los que pueden penetrar el material genético y las proteínas. Pero este método puede estresar o matar las células, y solo un pequeño porcentaje de ellas acaba convertido en el tipo de célula deseado.
La nanotransfección tisular, descrita en un estudio publicado en octubre en Nature Nanotechnology,consta de un chip que alberga una matriz de canales diminutos que aplican campos eléctricos a células aisladas. «Solo se altera una pequeña fracción de la superficie celular, en comparación con el método clásico, que actúa sobre la célula entera», afirma uno de los autores del estudio, L. James Lee, ingeniero químico y biomolecular de la Universidad Estatal de Ohio. «Básicamente, creamos un orificio minúsculo a través del cual inyectamos sin más el ADN en la célula, con lo que podemos controlar la dosis.»
Chandan Sen, fisiólogo de esa misma universidad, y sus colaboradores elaboraron un cóctel genético que convierte rápidamente las células cutáneas en células endoteliales, componentes principales de los vasos sanguíneos. A continuación, aplicaron su técnica a ratones cuyas extremidades habían sido dañadas por el corte de una arteria que las dejaba sin riego sanguíneo. Surgieron nuevos vasos, el riego sanguíneo aumentó y al cabo de tres semanas la extremidad había sanado por completo.
Además, las células transformadas segregaron aparentemente materiales de reprogramación en vesículas extracelulares (VE) que penetraron hasta las capas profundas del tejido. La inyección a los ratones de las VE recogidas en la piel de otros congéneres tratados resultó tan eficaz como el uso del chip. Los investigadores convirtieron asimismo células cutáneas de los ratones en células similares a neuronas y las trasplantaron en los cerebros de ratones dañados por un ictus, con lo que los animales mejoraron su función mental. «Según la prueba preliminar de eficacia, esta [estrategia] resulta impecable», afirma el neurobiólogo Benedikt Berninger, de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, que no ha participado en el estudio. «La gran pregunta es: ¿Conseguiremos que [las VE] conviertan solo células concretas?»
El equipo espera iniciar los ensayos en humanos este mismo año. «A la luz de las posibilidades que vislumbramos, podría suponer un avance trascendental», afirma Sen.
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Veamos el vídeo complementario de este importante tema:
Reencarnación...
La historia de "Dolly"
Muerte de "Dolly"
Véase también
Veamos ahora en detalle los diferentes procedimientos de Clonación conocidos, según WIKIPEDIA:
Clonación
(biología)
- En primer lugar se necesita clonar las moléculas, ya
que no se puede hacer un órgano o parte del "clon" si no se
cuenta con las moléculas que forman a dicho ser.
- Ser parte de un animal ya "desarrollado",
porque la clonación responde a un interés por obtener copias de un
determinado animal, y sólo cuando es adulto
se pueden conocer sus características.
- Por otro lado, se trata de crearlo de forma asexual. La reproducción sexual no permite obtener copias idénticas, ya que este tipo de reproducción por su misma naturaleza genera diversidad.
Clonación
celular
Clonación de
organismos de forma natural
Gemelación
artificial
Separación
de blastómeros para estudios de diagnóstico prenatal
Clonación
reproductiva
Clonación
terapéutica (o andropática)
Clonación
de sustitución
Clonación de especies extintas y en peligro de extinción
|
Consideraciones éticas a la Clonación
Argumentos
a favor de la Clonación humana terapéutica
Punto
de vista de la Iglesia católica
Véase
también
El Libro de Los Espíritus
1. La existencia del principio espiritual es un hecho que no necesita demostración, tal cual acontece con el principio material. En cierta forma se trata de una verdad axiomática: se constata por sus efectos, al igual que la materia por los que le son propios. De acuerdo con el principio que reza: Si todo efecto tiene una causa, todo efecto inteligente tiene una causa inteligente. No hay quien no haga la diferencia entre el movimiento mecánico de una campana agitada por el viento y el movimiento de esa misma campana destinado a producir una señal, una advertencia que testimonia, por eso mismo, un pensamiento, una intención. Ahora bien, como a nadie se le puede ocurrir atribuir el pensamiento a la materia de la campana, se concluye de esto que se mueve gracias a una inteligencia que se sirve de ella como instrumento para manifestarse. Por la misma causa, nadie atribuye el pensamiento al cuerpo de un hombre muerto. Si el hombre vivo piensa, es porque hay algo en él que ya no está una vez que muere. La inteligencia que hace mover a la campana está fuera de ella, mientras que la que hace actuar al hombre está en él mismo; ésa es la diferencia.
2. El principio espiritual es el corolario de la existencia de Dios. Sin ese principio, Dios no tendría razón de ser, ya que es tan inconcebible imaginar a la soberana inteligencia reinando durante la eternidad sobre la materia bruta, como suponer a un monarca terrestre gobernando durante toda su existencia sobre trozos de roca. No podemos admitir a Dios sin los atributos esenciales de la Divinidad: justicia y bondad; mas esas cualidades resultarían inútiles si sólo se ejercieran sobre la materia.
3. Por otra parte, Dios no sería soberanamente justo y bueno si crease seres inteligentes y sensibles para arrojarlos a la nada, después de algún tiempo de sufrimientos, sin ninguna compensación y gozara su vista como una sucesión infinita de seres que nacen sin haberlo pedido, toman conciencia de sí mismos sólo para conocer el dolor y luego se apagan para siempre después de una efímera existencia. Sin la supervivencia del ser pensante, los sufrimientos de la vida serían, por parte de Dios, una crueldad sin finalidad. He aquí por qué el materialismo y el ateísmo se complementan: al negar la causa, no admiten el efecto, y al negar el efecto, no pueden admitir la causa. El materialismo es consecuente consigo mismo, si bien no lo es con la razón.
4. La idea de la perpetuidad del ser espiritual es innata en el hombre. Es, a la vez, una intuición y una aspiración del ser humano. Éste comprende que solamente en ella reside la compensación por las miserias de la vida, y ésa es la razón por la cual siempre ha habido y habrá más espiritualistas que materialistas, más cantidad de deístas que ateos. A la idea intuitiva y al poder del razonamiento, el Espiritismo suma la sanción de los hechos, la prueba material de la existencia del ser espiritual, de su supervivencia, de su inmortalidad y de su individualidad, precisando y definiendo lo que anteriormente era vaga y abstracta. Nos muestra al ser inteligente actuando fuera de la materia, durante o después de la vida corporal.
5. ¿Son una sola y misma cosa el principio espiritual y el principio vital?
Partiendo, como siempre, de la observación de los hechos, diremos que si el principio vital fuese inseparable del principio inteligente, se los podría confundir. Pero, ya que existen seres que viven y no piensan, como las plantas; cuerpos humanos aún animados por la vida orgánica, pero que ya no manifiestan pensamiento alguno; movimientos vitales que se producen en el ser vivo independientemente de todo acto de voluntad; vida orgánica que sigue activa durante el sueño, mientras que la vida intelectual no presenta signos exteriores, diremos que la vida orgánica reside en un principio inherente a la materia e independientemente de la vida espiritual, que es propia del espíritu; y siendo que el espíritu, a su vez, es dueño de una vitalidad ajena a la materia, resulta, por consiguiente, que esta doble vitalidad reposa dos principios diferenciados el uno del otro (cap. X, n.º 16 a 19).
6. El principio espiritual, ¿proviene del elemento cósmico universal, o será sólo una transformación, un modo de existencia de ese elemento, como lo son la luz, la electricidad y el calor? Si fuese así, el principio espiritual sufriría las vicisitudes de la materia; se extinguiría por la desagregación, como ocurre con el principio vital. El ser inteligente poseería una existencia momentánea y similar a la del cuerpo, y después de la muerte volvería a la nada, o lo que sería igual, al todo universal, lo cual se constituiría en la afirmación de las doctrinas materialistas. Las propiedades sui generis que reconocemos en el principio espiritual prueban que tiene una existencia propia e independiente, ya que si se originase en la materia no poseería tales propiedades. Siendo que la inteligencia y el pensamiento no pueden ser atributos de la materia, remontándonos de los efectos a las causas llegamos a la conclusión de que el elemento material y el espiritual son los dos principios constitutivos del Universo. El Elemento espiritual individualizado conforma a los seres llamados espíritus, al igual que el elemento material individualizado constituye los diversos cuerpos orgánicos e inorgánicos de la Naturaleza.
7. Ya hemos admitido al ser espiritual y no podemos aceptar que su origen esté en la materia; pues bien, ¿cuál es, entonces, su punto de partida?
En este terreno, los medios de investigación se equivocan, como en todo lo que se refiere al principio de las cosas. El hombre sólo es capaz de constatar aquello que existe. Sobre el resto, únicamente puede emitir hipótesis. Y ya sea porque este conocimiento sobrepasa el alcance de su inteligencia actual o porque tal conocimiento le pueda resultar ahora inútil o inconveniente. Dios no se lo concede ni siquiera por medio de la revelación. Lo que Dios revela a los hombres por intermedio de sus mensajeros y que, por otra parte, ellos mismos podrían deducir por sí del principio de la justicia soberana, que constituye uno de los atributos esenciales de la Divinidad, es que todos tienen un mismo punto de partida. Todos son creados simples e ignorantes y con idéntica aptitud para progresar mediante su actividad individual; que todos alcanzarán el grado de perfección compatible con la criatura gracias a sus esfuerzos personales y que todos, hijos de un mismo Padre, son objeto de igual solicitud, razón por la cual nadie recibe privilegios o dones especiales ni nadie está exento del trabajo que le es impuesto a los demás para alcanzar la meta.
8. Así como Dios creó los mundos materiales de toda eternidad, también creó seres espirituales eternos: de otro modo, los mundos materiales no tendrían finalidad. Se podría llegar a concebir a los seres espirituales sin mundos materiales, pero nunca a éstos sin seres espirituales. La finalidad de los mundos materiales es abastecer a los seres espirituales de los elementos de trabajo para el desarrollo de su inteligencia.
9. El progreso es la condición normal de los seres espirituales y la perfección relativa la meta que deben alcanzar. Ahora bien, como Dios ha creado de toda eternidad y crea sin cesar eternamente, hay seres que ya han logrado llegar al punto culminante de la escala. Antes de que la Tierra existiese, ya los mundos sucedían a los mundos. Cuando la Tierra salió del caos de los elementos, el espacio estaba poblado por seres espirituales de diferentes órdenes, desde quienes nacían a la vida hasta aquellos que ocupaban ya un lugar entre los espíritus puros, vulgarmente llamados ángeles.
Unión del principio espiritual con la materia
10. La materia debía ser el objeto de trabajo del espíritu, a efectos del desarrollo de sus facultades. Pero era necesario que éste pudiese actuar sobre aquélla, razón por la cual fue destinado a habitarla, así como el leñador habita en el bosque. La materia sería, a la vez, el objeto e instrumento de trabajo. Pero Dios no quiso unir al espíritu con la piedra rígida, sino que prefirió crear cuerpos organizados, flexibles y capaces de recibir los impulsos de la voluntad, que se prestasen a todos los movimientos. El cuerpo es, a la vez, envoltura e instrumento del espíritu, y a medida que éste adquiere nuevas aptitudes se reviste de la materia apropiada al nuevo tipo de trabajo que deba realizar, exactamente como un obrero a medida que perfecciona su obra se vale de instrumentos más delicados.
11. Para ser más exactos, diremos que el espíritu mismo da forma a su envoltura y la adecúa a sus nuevas necesidades, perfeccionándola. Desarrolla y completa su organismo a medida que siente la necesidad de manifestarse nuevas facultades, es decir, posee el instrumento acorde con su inteligencia. Dios le hace entrega de los materiales; él los pone a trabajar; por ese motivo, las razas más avanzadas poseen un organismo o, si se prefiere, un órgano cerebral más perfeccionado que el de las razas primitivas. También se explica de esta manera el sello especial que el carácter del espíritu imprime a los rasgos de la fisonomía y a los gestos del cuerpo (cap. VIII: “El alma de la Tierra”).
12. Desde el instante en que un espíritu nace a la vida espiritual, debe hacer uso de sus facultades para poder avanzar. En un comienzo estas facultades son rudimentarias, revistiendo una envoltura corporal apropiada a su estado de infancia intelectual, mas a medida que sus fuerzas aumentan deja la vieja envoltura para revestir otra. Ahora bien, como en todos los tiempos ha habido mundos y éstos dieron nacimiento a cuerpos organizados, apropiados para recibir espíritus, en todos los tiempos éstos, fuese cual fuere su grado de adelantamiento, hallaron los elementos necesarios para la vida carnal.
13. Al ser exclusivamente material, el cuerpo sufre las vicisitudes de la materia. Después de haber trabajado durante algún tiempo, se desorganiza y descompone. Al no hallar elemento para su actividad, el principio vital se extingue y el cuerpo muere. Para el espíritu, el cuerpo privado de vida carece de utilidad. Entonces o abandona, como se deja una casa en ruinas o un traje ajado por el uso.
14. El cuerpo sólo es una envoltura destinada a alojar al espíritu. Poco importa su origen o los elementos que lo conforman. Aunque el cuerpo del hombre sea una creación especial, está constituido por los mismos que integran los cuerpos de los animales y es animado por el mismo principio vital, es decir, activado por idéntico fuego, así como es iluminado por la misma luz y está sujeto a vicisitudes de igual tenor e idénticas necesidades: estas aseveraciones nadie las pone en duda. Si consideramos únicamente a la materia, haciendo abstracción del espíritu, no hay nada en el hombre que lo distinga del animal. Pero si hacemos la distinción entre el habitante y la habitación, todo cambia fundamentalmente. Aunque un noble vive en la choza del campesino o vista el sayal del pastor, seguirá siendo un gran señor. Lo mismo sucede con el hombre. No es su vestido de carne el que lo eleva por sobre la bestia y lo convierte en un ser especial, sino su ser espiritual, su espíritu.
Hipótesis sobre el origen del cuerpo humano
15. De la similitud existente en las formas exteriores de los cuerpos del hombre y el mono, ciertos fisiólogos dedujeron que el primero es una mera transformación del segundo. Esta hipótesis no tiene nada de imposible, y, si fuese cierta, la dignidad del hombre no sufriría por ello menoscabo alguno. Los cuerpos de los simios pudieron muy bien haber servido de vestimenta a los primeros espíritus humanos, necesariamente poco adelantados, que vinieron a encarnar en nuestro globo. El cuerpo del simio era más aproximado que el de ningún otro animal para satisfacer las necesidades y poder ejercitar las facultades de aquellos espíritus. En vez de crearse un vestido especial para el espíritu, éste encontró uno ya hecho. El espíritu ha podido vestir la piel del mono sin dejar de ser un espíritu humano, así como el hombre, aun cuando vista la piel de ciertos animales, continúa siendo hombre. Por supuesto que este desarrollo corresponde a una hipótesis, de ninguna manera pretendo establecer un principio. Me ocupo de esta teoría para demostrar que el origen del cuerpo no perjudica al espíritu, que es el ser principal, y agrego, además, que la similitud entre ambos cuerpos no implica paridad de espíritus.
16. Al admitir esta hipótesis, podemos decir que bajo la influencia y por efecto de la actividad intelectual de su nuevo habitante la envoltura se modificó, embelleciéndose en los detalles y conservando, al mismo tiempo, la forma general del conjunto (n.º 11). Al procrearse, los cuerpos embellecidos se reprodujeron siguiendo las nuevas condiciones, como ocurre con los árboles injertados. Dieron nacimiento a una nueva especie que, poco a poco, se fue alejando del tipo primitivo a medida que el espíritu fue progresando. El espíritu del simio que no fue aniquilado continuó procreando cuerpos de simios, así como el fruto del borde reproduce bordes, mientras que el espíritu humano procreó cuerpos de hombres, variantes del primer modelo del cual surgió. El tronco se bifurcó, produjo un retoño, y ese retoño se convirtió en tronco. En la Naturaleza no existen las transiciones bruscas, por lo tanto, es probable que los primeros hombres que poblaron la Tierra hayan diferido muy poco del mono en su forma exterior y tampoco demasiado por su inteligencia. Actualmente existen salvajes que por la longitud de sus brazos y pies y la conformación de la cabeza se asemejan notablemente al simio, sólo les falta el abundante vello para completar el parecido.
Encarnación de los espíritus
17. El Espiritismo nos enseña la manera en que se opera la unión entre el espíritu y el cuerpo en la encarnación. Por su esencia espiritual, el espíritu es un ser indefinido y abstracto que no puede ejercer una acción directa sobre la materia. Necesitaba, pues, de un intermediario, y este intermediario es la envoltura fluídica que, en cierta forma, es parte integrante del espíritu y oficia de eslabón. Esta envoltura es semi - material, porque debe a la materia su origen y a la espiritualidad su naturaleza etérea. Como toda materia, es extraída del fluido cósmico universal, sufriendo en esta circunstancia una modificación especial. Esta envoltura, llamada periespíritu, transforma al espíritu en un ser concreto, definible y comprensible para el pensamiento; lo faculta para actuar sobre la materia tangible, al igual que todos los fluidos imponderables, que son los motores más poderosos. El fluido periespiritual es el lazo que une al espíritu con la materia. Durante su unión con el cuerpo, oficia de vehículo del pensamiento, transmitiendo el movimiento a las diferentes partes del organismo que actúan bajo la influencia de la voluntad y haciendo repercutir en el espíritu las sensaciones producidas por los agentes exteriores. Los nervios sirven de hilos conductores, así como en el telégrafo el hilo metálico conduce al fluido eléctrico.
18. Cuando un espíritu debe encarnar en un cuerpo humano en vías de formación, un lazo fluídico, mera extensión de su periespíritu, lo une al germen hacia el cual se siente atraído por una fuerza irresistible, desde el momento mismo de la concepción. A medida que el germen se desarrolla, la unión se intensifica. Y es bajo la influencia del principio vital material del germen que el periespíritu, poseedor de ciertas propiedades de la materia, se une, molécula a molécula, al cuerpo en formación: podríamos decir que el espíritu, por intermedio del periespíritu, crea raíces en ese germen como una planta lo hace en la tierra. Cuando el germen está enteramente desarrollado la unión es completa, siendo ese el momento en que el espíritu resurge ante la vida exterior. Por un efecto contrario, cuando este principio vital del germen deja de actuar debido a la desorganización del cuerpo, la unión, que era mantenida por una fuerza actuante, cesa en el momento en que esa fuerza deja de accionar; siendo así que el periespíritu se va soltando, molécula
a molécula, en similar trabajo al de la unión, y el espíritu recupera entonces su libertad. Por lo tanto, la partida del espíritu no causa la muerte del cuerpo, sino que, a la inversa, la muerte del cuerpo es
la que produce la partida del espíritu. Después de la muerte el espíritu conserva su integridad y todas sus facultades adquieren una penetración aún mayor; mas, sin embargo, el principio de vida se extinguió en el cuerpo, por lo que es preciso ver en ello la prueba evidente de que el principio vital y el principio espiritual son dos cosas distintas.
19. El Espiritismo nos enseña, mediante hechos que nos induce a observar, los fenómenos que acompañan a esta separación; a veces es rápida, fácil, dulce y sin dolor; en cambio, en otras oportunidades es lenta, trabajosa y terriblemente penosa, y, según el estado moral del espíritu, puede durar meses enteros.
20. Un fenómeno singular, también observado, acompaña siempre a la encarnación del espíritu. Desde el instante en que el espíritu inicia el contacto con el lazo fluídico que lo unirá al germen, la turbación comienza en él y ella va aumentando a medida que la unión se intensifica, siendo que, en los últimos momentos, el espíritu pierde totalmente la conciencia de sí mismo, de manera que jamás es testigo consciente de su nacimiento. En el momento en que el niño inicia la respiración, el espíritu comienza a recobrar sus facultades, y éstas se irán desarrollando a medida que se vayan formando y consolidando los órganos que deberán servirle para su manifestación.
21. Pero, al mismo tiempo que el espíritu recobra la conciencia de sí mismo, olvida su pasado, sin perder las facultades, las cualidades y aptitudes adquiridas anteriormente, las cuales se hallan en estado latente al reiniciar su actividad y lo ayudarán a actuar mejor de lo que lo había hecho precedentemente. Continúa conservando lo logrado gracias a su trabajo anterior: una nueva vida constituye un nuevo punto de partida, una nueva ascensión. Aquí, una vez más se manifiesta la bondad del Creador, ya que el recuerdo de un pasado, a menudo penoso o humillante, sumado a las amarguras de su nueva vida, podría angustiarlo y dificultarle el camino. Recuerda lo que ha aprendido, porque eso le resultará útil. Si a veces conserva una vaga intuición de los acontecimientos pasados, será como el recuerdo de un sueño fugitivo. Sin importar lo viejo que sea su espíritu, tenemos delante de nosotros a un hombre nuevo que se apoya en nuevos hábitos ayudado por lo ya adquirido. Cuando vuelve a la vida espiritual, su pasado se le presenta ante sus ojos, y entonces puede juzgar si ha empleado su tiempo bien o mal.
22. A pesar del olvido del pasado, no hay solución de continuidad en la vida espiritual: el espíritu es siempre él, antes, durante y después de la encarnación. Ésta es sólo una etapa especial de su existencia. El olvido persiste únicamente en la vida exterior de relación. Durante el sueño, el espíritu, liberado en parte de los lazos carnales, vuelve a la libertad y a la vida espiritual recordando, pues su visión espiritual no está oscurecida por la materia.
23. Nos preguntamos si el pueblo salvaje más atrasado, ubicado en el último grado de la intelectualidad humana será, tal vez, el punto de partida del alma humana. De acuerdo con la opinión de ciertos filósofos espiritualistas, el principio inteligente, contra parte del principio material, se individualiza y elabora pasando por los diversos grados de la animalidad. En ellos el alma se ensaya en la vida y desarrolla sus primeras facultades mediante el ejercicio: éste sería el período de incubación del alma. Alcanzado el grado máximo de desarrollo que implica este estado, recibe las facultades especiales que caracterizan al alma humana. Según esta teoría existiría filiación espiritual entre el animal y el hombre, así como hay entre ambos filiación corporal. Este sistema, basado en la gran ley de unidad que rige en la Creación, se ajusta a la justicia y bondad del Creador; otorga una salida, una meta, un destino a los animales, quienes dejan de ser seres desheredados para encontrar, en el porvenir que les está reservado, una compensación a sus sufrimientos. No es su origen lo que constituye al hombre espiritual, sino los atributos especiales de los que está dotado cuando entra en la Humanidad. Estos atributos lo transforman y hacen de él un ser diferente, como el fruto sabroso es distinto de la raíz amarga que fue su origen. El hombre no es menos hombre ni más animal porque haya pasado por la escala de la animalidad, así como el fruto no es la raíz ni el sabio el feto informe que lo inició en el mundo. Pero este sistema plantea numerosos problemas, cuyos pro y contra no sería oportuno discutir en este momento, así como tampoco sería correcto examinar aquí las diversas hipótesis existentes sobre el tema. Sin buscar el origen del alma ni las etapas que debió franquear, nos ocuparemos de ella desde el momento de su entrada en la Humanidad, cuando dotada del sentido moral y del libre arbitrio comienza a responsabilizarse de sus actos.
24. El espíritu encarnado está obligado a proveer de alimento a su cuerpo y a luchar por su seguridad y bienestar, y en esta búsqueda ejercitará y desarrollará sus facultades. Su unión con la materia es útil para su adelanto, razón por la cual la encarnación es una necesidad. Además, debido al trabajo inteligente que realiza sobre la materia en beneficio propio, ayuda a la transformación y al progreso material del planeta que habita y así es como, al mismo tiempo que labra su propio adelanto, coopera con la obra del Creador, de quien es un agente inconsciente.
25. Sin embargo, la encarnación del espíritu no es constante ni perpetua, sino transitoria. Al dejar el cuerpo no toma otro instantáneamente, ni tampoco durante un lapso más o menos considerable; vive la vida del espíritu, que es su vida normal, de manera que la suma del tiempo transcurrido durante las diferentes encarnaciones es poca cosa comparada con el tiempo que pasa en estado de espíritu libre. En el intervalo entre una encarnación y otra, el espíritu también progresa, pues aprovecha, para su adelanto, los conocimientos y la experiencia adquiridos durante la vida corporal. Examina lo hecho durante su estancia en la Tierra, pasa revista a todo lo que ha aprendido, reconoce sus faltas, traza sus planes y toma las resoluciones, con cuya ayuda espera guiarse en una nueva existencia y en un nuevo intento por mejorar. Cada existencia es un paso hacia adelante en la vía del progreso, una especie de escuela de aplicación.
26. Usualmente, la encarnación no es un castigo, tal cual algunos piensan, sino una condición inherente a la inferioridad del espíritu, así como un medio para progresar (El Cielo y el Infierno, cap. III, n.º 8 y ss., Primera Parte).
A medida que el espíritu progresa moralmente, se va desmaterializando, es decir, que al sustraerse a la influencia de la materia se depura. Su vida se espiritualiza, sus facultades y percepciones aumentan, mientras que su felicidad será proporcional al progreso realizado. Pero, como actúa en virtud de su libre arbitrio puede, por negligencia o mala voluntad, retardar su adelanto. Prolonga, consecuentemente, la duración de sus encarnaciones, las cuales se convertirán en un castigo conforme a sus faltas, por lo que permanecerá en los grados inferiores obligado a recomenzar la tarea. Depende del espíritu, pues, abreviar con su trabajo de depuración de sí mismo la duración del período de encarnaciones.
27. El progreso material de un planeta guarda íntima conexión con el progreso moral de sus habitantes. Ahora bien, como la creación, tanto de mundos como de espíritus, es incesante, y como éstos aceleran o retardan su progreso en virtud de su libre arbitrio, resulta que hay mundos más o menos antiguos y con diferentes grados de progreso moral y físico, de lo cual dependerá lo materializada de la encarnación y la rudeza del trabajo. Desde este punto de vista, la Tierra es uno de los planetas menos adelantados; poblado por espíritus relativamente inferiores, la vida corporal en él es más penosa que en otros mundos. Pero existen también moradas más atrasadas donde la vida es aún más dificultosa. Los habitantes de esos mundos considerarían a la Tierra un lugar de felicidad.
28. Cuando los espíritus han adquirido en un planeta la suma del progreso que el estado del mismo permite, lo abandonan para encarnar en otro más adelantado en el que podrán adquirir nuevos conocimientos, y así sucesivamente, hasta que la encarnación en un cuerpo material ya no sea necesaria y vivan exclusivamente en el mundo espírita, en el que seguirán progresando todavía en otro sentido y por otros medios. Al alcanzar el punto culminante del progreso, gozan ya de la suprema felicidad. Integrando los consejos del Todopoderoso, conocen su pensamiento y se convierten en sus mensajeros y ministros directos en el gobierno de los mundos, teniendo bajo sus órdenes a espíritus de todas las categorías. Es así que todos los espíritus, encarnados o desencarnados, sin importar el grado jerárquico al que pertenezcan, desde el último hasta el primero poseen atribuciones en el gran mecanismo universal. Todos son útiles al conjunto, al mismo tiempo que lo son para con ellos mismos. A los menos adelantados corresponden tareas materiales, en un principio inconsciente, mas con el tiempo inteligentes. Por doquier hay actividad en el mundo espírita, pues la holgazanería inútil no existe.
La colectividad de espíritus es, en cierta forma, el alma del Universo. Ella conforma el elemento espiritual que actúa en todo y por doquier impulsada por el pensamiento divino. Sin este elemento, sólo la materia inerte existiría, sin finalidad ni inteligencia y sin otro motor que las fuerzas materiales, que dejarían una enorme cantidad de problemas por resolver. En cambio, si tomamos en cuenta la acción del elemento espiritual individualizado, todo tiene una meta, una razón de ser, todo se explica. Contrariamente, si no tomamos en cuenta al factor espiritual se tropieza con dificultades insalvables.
29. En el momento en que la Tierra alcanzó las condiciones climáticas adecuadas para la existencia humana, los espíritus comenzaron a encarnar en ella. ¿De dónde venían? No podemos establecer si esos espíritus fueron creados en ese momento preciso, si surgieron ya como tales en la misma Tierra o si llegaron del espacio o de otros mundos. Lo concreto es que su presencia data de un tiempo pasado determinado, ya que con anterioridad sólo los animales habitaban en este mundo. Estos espíritus revistieron cuerpos apropiados a sus necesidades especiales y a sus aptitudes. Fisiológicamente formaron parte de la animalidad, mas, mediante el ejercicio de sus facultades y gracias a su propia influencia, modificaron y perfeccionaron esos cuerpos: la observación nos ha proporcionado todos estos conocimientos. Dejemos de lado el problema del origen, por el momento aún insoluble, y tomemos al espíritu, no en su punto de partida, sino en el momento en que los primeros gérmenes de libre arbitrio y de sentido moral se manifestaron en él, sin inquietarnos por el sitio donde pasó su período de infancia o incubación y veámoslo actuar en su condición de humano. A pesar de la analogía entre su envoltura y la del animal, distinguimos al espíritu humano por las facultades morales e intelectuales que lo caracterizan, al igual que ante dos seres vestidos con sayales idénticos distinguimos al patán del hombre educado.
30. Aunque los primeros en llegar debieron poseer muy poco adelanto, ya que debieron encarnar en cuerpos muy imperfectos, habrán existido entre ellos diferencias sensibles en cuanto al carácter y a las aptitudes. Los espíritus similares se agruparon naturalmente por analogía y simpatía.
Así es como la Tierra se pobló de espíritus de diferentes categorías, más aptos o rebeldes al progreso. Al recibir los cuerpos la huella del carácter del espíritu y al procrearse de acuerdo con sus tipos respectivos, fueron naciendo las diversas razas, distintas tanto en el plano físico como en el moral (n.º 11). Los espíritus similares encarnan preferentemente entre sus semejantes y así perpetúan los caracteres distintivos físicos y morales de las razas y los pueblos. Pero estas características se van esfumando en el tiempo por obra de la fusión y el progreso que se va operando en ellos (Revista Espírita, julio de 1860; “Frenología y fisiognomonía.”).
31. Podemos comparar a los espíritus que vinieron a poblar la Tierra con esos grupos de emigrantes, de diversos orígenes, que llegan a una tierra virgen para establecerse. Toman la misma madera y la misma piedra para construir sus casas, más, sin embargo, cada uno le imprime su sello particular, de acuerdo con el grado de su saber y su genio individual. Se reúnen por analogía de orígenes y gustos, y esos grupos formarán más tarde tribus y luego pueblos, y cada uno de ellos tendrá costumbres y características propias.
32. El progreso no fue uniforme en toda la especie humana. Las razas más inteligentes superaron, naturalmente, a las demás, sin contar que espíritus, creados incesantemente para la vida espiritual, vinieron a encarnar en la Tierra desde los comienzos, con lo que la diferencia de progreso fue más notable aún. Sería absurdo atribuir una antigüedad igual de creación a los salvajes, tan similares a los simios, como a los chinos, y más aún a los europeos civilizados. Los espíritus de los salvajes también pertenecen al género humano. Un día alcanzarán el nivel de sus mayores, pero no será, ciertamente, en los cuerpos de la misma raza física, impropios para determinados niveles de desarrollo intelectual y moral. Cuando el instrumento ya no sirva, emigrarán de ese medio para encarnar en un grado superior, y así sucesivamente, hasta que hayan conquistado todos los grados terrestres; después dejarán la Tierra para pasar a mundos más avanzados (Revista Espírita, abril de 1862: “Frenología espiritualista y espírita. Perfectibilidad de la raza negra”).
Reencarnación
33. El principio de la reencarnación es una consecuencia lógica de la ley del progreso. Sin la reencarnación, ¿cómo explicaríamos la diferencia entre el estado social actual y la barbarie de otros tiempos? Si las almas fueran creadas al mismo tiempo que el cuerpo, las que naciesen hoy serían totalmente nuevas y primitivas, tanto como aquellas que vivieron hacen mil años. Además, no habría entre ellas la conexión ni relación necesaria alguna y serían completamente independientes unas de otras. Pues bien, ¿por qué motivo Dios dotaría con más prodigalidad a almas actuales que a sus antecesoras? ¿Por qué causas son más inteligentes? ¿Por qué se han depurado sus instintos y dulcificado sus costumbres? ¿Por qué poseen la intuición de ciertas cosas sin haberlas aprendido? No se puede salir de este ordenamiento, a menos de admitir que Dios crea almas diferentes, según el momento y el lugar, proposición inconciliable con su justicia soberana (cap. II, n.º 19). Por el contrario, considerad que las almas actuales ya vivieron en un tiempo pasado; que pudieron ser bárbaras, como el siglo que las engendró, mas han progresado, y como en cada nueva existencia traen lo adquirido en vidas anteriores, las almas de los tiempos civilizados no son creadas más perfectas, sino que se fueron perfeccionando por sí mismas con el transcurso del tiempo, con lo que tendréis la única explicación lógica de la causa del progreso social (El libro de los Espíritus, cap. IV y V, Libro Segundo).
34. Algunas personas piensan que las diferentes existencias del alma se llevan a cabo en diferentes mundos, y no en un mismo globo, y que en cada uno de ellos el espíritu vivirá sólo una vez. Esta doctrina sería admisible si todos los habitantes de la Tierra poseyesen un mismo nivel intelectual y moral, pues entonces para continuar progresando deberían ir, indefectiblemente, a otro mundo, ya que su reencarnación en la Tierra sería inútil; pero todos sabemos que Dios no hace nada inútil. Dado que en la Tierra encontramos todos los grados de inteligencia y moralidad, desde el salvajismo cercano a la animalidad hasta la civilización más avanzada, y que la Tierra ofrece un vasto campo al progreso, uno se pregunta: ¿Por qué el salvaje iría a buscar en otro sitio el grado superior cuando lo tiene a su lado en escala progresiva? ¿Por qué el hombre civilizado habría de pasar sus primeras etapas en mundos inferiores, mientras que otros análogos a esos mundos se hallan alrededor suyo, comprobándose, además, que se puede progresar no sólo pasando de un pueblo a otro, sino permaneciendo en el mismo pueblo y hasta en el mismo núcleo familiar? De no ser así, Dios habría realizado un acto inútil al colocar la ignorancia y el saber, la barbarie y la civilización, el bien y el mal conviviendo unidos, cuando es precisamente ese contacto el que ayuda a los atrasados a avanzar. No hay necesidad de que los hombres cambien de mundos en cada etapa, así como a un escolar no le es preciso cambiar de escuela todos los años. Lejos de ser esto una ventaja para el progreso, sería una traba, ya que el espíritu estaría privado del ejemplo que le ofrece la visión de los grados superiores y no tendría la posibilidad de repasar sus errores en el mismo medio y ante quienes hubiese ofendido, posibilidad que constituye para él el más poderoso medio de adelanto moral. Si después de una corta cohabitación los espíritus se dispersasen, mostrándose extraños unos con otros, los lazos de familia y amistad no tendrían tiempo suficiente para consolidarse y serían rotos. Al inconveniente moral se sumaría un inconveniente material. La naturaleza de los elementos, las leyes orgánicas y las condiciones de vida varían según los mundos. En este aspecto, no hay dos que sean perfectamente idénticos. Nuestros tratados de Física, Química, Anatomía, Medicina y Botánica no nos serían de utilidad en otros mundos. Pero lo que se aprende no está perdido, porque el aprendizaje desarrolla la inteligencia y sobre todo porque las ideas que ganamos ayudarán a adquirir otras nuevas (cap. VI, n.º 61 y ss.). Si el espíritu hiciese en cada mundo una sola aparición. Muy frecuentemente de corto lapso, en cada migración lo haría en condiciones diferentes. Antes de haber tenido el tiempo suficiente de elaborar los elementos conocidos, estudiarlos y ejercitarse con ellos, estaría operando sobre otros elementos nuevos y según fuerzas y leyes desconocidas para él. En todas esas encarnaciones debería hacer nuevos aprendizajes, constituyendo esos cambios incesantes un obstáculo para su progreso. El espíritu debe permanecer en el mismo mundo hasta que haya adquirido la suma de los conocimientos y el grado de perfección que él le pueda ofrecer (n.º 31).
El principio es el siguiente: Los espíritus abandonan un mundo por otro más adelantado, cuando el que habitaban ya no les brinda más posibilidades de progreso. Si algunos lo abandonan antes, se debe a causas individuales que Dios en su sabiduría toma en cuenta. Todo tiene su finalidad en la Creación. Si no fuese así, Dios no sería sabio ni prudente. Si la Tierra sólo fuese una única etapa en el progreso de cada individuo, ¿qué utilidad tendría para los
niños que mueren a edad temprana venir a pasar algunos años, meses u horas en la Tierra, si ese tiempo insuficiente les impedirá adquirir nuevos conocimientos? Lo mismo podemos decir con respecto a los idiotas y retrasados mentales. Una teoría no es buena si no resuelve todos los problemas que a ella atañen. El problema de las muertes prematuras fue un escollo para todas las doctrinas, salvo para la Doctrina Espírita, que lo resolvió de una manera racional y completa. Para quienes realizan un progreso normal, hay una gran ventaja en el hecho de volver a hallarse en el mismo medio para continuar lo que dejaron inconcluso, a menudo en la misma familia o en contacto con las mismas personas, o bien para reparar el mal que hayan podido hacer o para sufrir la ley del talión.
Analicemos ahora lo que me dijeron los Espíritus: Mira lo que dijeron Los Espíritus en el Libro de Los Espíritus:
De acuerdo a lo que dijeron Los Espíritus, Todo niño que ha sobrevivido a su nacimiento ¿tiene pues, por fuerza, un Espíritu encarnado en él? Entonces si el niño nace, luego de ser clonado, y tiene vida, TIENE QUE TENER UN ALMA, aunque el proceso de fecundación no fue natural, el que debe ser, que es por medio de las relaciones sexuales normales de las parejas, ¿Cierto?
Pero, es ahí, donde entramos los Espiritas con una explicación. Yo pregunté a los Espíritus y me contestaron, ¿quieres saber la respuesta?
356. ¿Hay niños nacidos muertos que no estaban destinados a la encarnación de un Espíritu?
- Sí, los hay que no tuvieron jamás asignado a su cuerpo un Espíritu. Para ellos nada debía realizarse. En tal caso, sólo por los padres llegó ese niño.
356 a. Un ser de tal naturaleza ¿puede llegar al tiempo normal de nacimiento?
- Sí, en ocasiones, pero entonces no vive.
356 b. Todo niño que ha sobrevivido a su nacimiento ¿tiene pues, por fuerza, un Espíritu encarnado en él?
- ¿Qué podría ser sin Espíritu? No sería un ser humano.
Pero, es ahí, donde entramos los Espiritas con una explicación. Yo pregunté a los Espíritus y me contestaron, ¿quieres saber la respuesta?
“Los científicos clonaron a Dolly, tratando de demostrar que la Clonación es posible, pero si lo tratan de hacer a los humanos, entonces, los Espíritus o Almas que encarnaran serán las Almas de los que violaron la ley de Dios en cuanto al proceso normal de reproducción y los individuos que surgen de una Clonación humana, serán seres humanos que sufrirán una encarnación terrible, puesto que no se comportaran como debería ser y adquirirán enfermedades y tal vez envejecimiento prematuro.” Frank Montañez
“Nadie puede explicar y contestar ¿Por qué existo y porque estoy en esta existencia, mejor de lo que la Filosofía Espírita puede explicarlo. -Reencarnamos con el propósito de adelantar nuestro espíritu mediante el mejoramiento de nuestro comportamiento en Moral o Bien Común y para reparar las faltas cometidas de esta presente encarnación y encarnaciones anteriores” Frank Montañez
Nuestra Filosofía es muy clara y concisa en este tema. La vida se tiene que respetar sin entrar en muchos tecnicismos.
El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
Referencias
- Clonación (biología)
Bibliografía
- Bellver Capella, Vicente
(2000). ¿Clonar?: ética y derecho ante la clonación humana.
Comares. ISBN 84-8444-022-2.
- Vial Correa, Juan de Dios (1997). «Pontificia
academia pro vita. Reflexiones sobre la clonación».
Consultado el 27/11/2007.
- Moralización del Obsesado obteniendo su ascendencia Moral y luego al Obsesor moralizarlo.
- Fortalecimiento de la "Voluntad" del Obsesado para que pueda Rechazar al Obsesor.
- Oración Magnética Mental. (Grupales),
- Magnetización del Obsesado, mediante Pases Magnéticos.
- Educación Espirita.
- El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
- El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
- Obras Póstumas, Allan Kardec
- Génesis – Allan Kardec
- El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec
- El Libro de Los Médiums – Allan Kardec
- Los Espíritus – (18 abril 1857)
- Los Médiums – (Enero 1861)
- Evangelio Según El Espiritismo (Abril 1864)
- Cielo y el Infierno (1° Agosto 1865)
- Génesis (Enero 1868)
- El Libro de Los Espíritus -
- El Libro de Los Mediums
- El Evangelio Según El Espiritismo
- El Cielo y El Infierno
- Génesis
- Obras Póstumas - Allan Kardec
- ¿Qué es El Espiritismo?
- El Espiritismo en su más Simple Expresión
- Manual Practico de Manifestaciones
- Colección de Oraciones Espiritas
- Revista Espirita 1858
- Viaje Espirita 1862
- Carácter de la Revelación Espirita
- Catálago Razonado para la Biblioteca Espirita
- Manual del Pase Espirita - FEBOL
- El Auto de Fe de Barcelona - Florentino Barrera
- Doctrina Espírita para Principiantes
- Vocabulario Espirita
- Diccionario Espirita
Espero estos enlaces te conduzcan a información que te ayude a lograr activar tu crecimiento espiritual, a través de la Transformación Moral.
- http://soyespirita.blogspot.com/2014/01/ley-de-sociedad-i-necesidad-de-la-vida.html
- http://soyespirita.blogspot.com/2011/08/recomendaciones-para-los-nuevos-grupos.html
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