Aquí en este articulo, vemos como los Espiritistas debemos evaluar cuando Espíritus, que dan mensajes refiriéndose a los Libros Codificados y contradicen lo expresado por los Espíritus de la Codificación Espiritista, deban ser evaluados.
Jean Baptiste Roustaing |
Roustaing
quiso introducir en el Espiritismo:
Allan Kardec tuvo que enfrentarse a Roustaing y abiertamente des-autorizarlo sobre la supuesta "Revelación de la Revelación" que quería publicar y que publicó finalmente en 1866 en su libro "Los 4 Evangelios de Roustaing", sin la aprobación de los Espíritus, y que ocurrió ya con la publicación del Libro de los Espíritus y El Libro de Los Mediums.
No obstante a las advertencias de Kardec, espíritus orientadores habían expedido alertas al respecto de un ataque de entidades mistificadoras en la ciudad de Bordéus.
Durante la sesión general allá ocurrida el 14 de octubre de 1861, Kardec leyó, después de su discurso, una epístola de Erasto a los espiritas de aquella localidad. [Revista Espírita. Nov/1861. Primeira Epístola de Erasto aos Espíritas de Bordéus.]. En voz un tanto más severa, el amigo espiritual de la codificación Espirita, aseguró ser necesario prevenir a los espiritas bordeleses contra un peligro que era su deber señalarles.
Erasto uno de los Espíritus participante de los que dictaron la revelación a Allan Kardec, los avisó, entonces, del inminente asalto de una turba de Espíritus engañadores, cuya finalidad seria fomentar la cesión, la división, y llevar a una ruptura lamentable por todos los títulos. Repitiendo lo que los propios guías espirituales del movimiento en Bordéus dijeron a los espiritas de aquella ciudad.
Erasto esclareció que habría dos tipos de mistificadores en el ataque.
"Un tipo vendría con combinaciones abiertamente hostiles a las enseñanzas de los legítimos misioneros del Espíritu de Verdad, este, el presidente de la regeneración planetaria y guía personal de Kardec y del espiritismo.
Otro tipo de mistificadores, sin embargo, se presentaría con disertaciones sabiamente combinadas, en las cuales, gracias tiradas piadosas, insinuarían la herejía o algún principio disolvente." Erasto.
Esta segunda oleada de Espíritus, que contradicen los postulados del Espiritismo, ha estado teniendo lugar. Que han estado introduciendo enseñanzas en el Espiritismo contrario a lo que ya fue revelado y que constituyen los fundamentos del Espiritismo.
¿Cómo se debe evaluar a Espíritus que contradicen lo ya dicho por los Espíritus Puros en los Libros Codificados, y que precisamente, vuelven a presentar las mismas propuestas de "Roustaing" en nuestro tiempo?
Es entonces que encontramos la respuesta en el libro de los Médiums, donde el Espíritu de Verdad, este, el presidente de la regeneración planetaria y guía personal de Kardec y del espiritismo, según ERASTO, nos dio la respuesta.
Lee a continuación, lo dicho por el Espíritu de Verdad y sabrás evaluar las contradicciones a lo divulgado ya y que es contrario a lo expresado por Espíritus que publicaron los Libros Codificados que fueran publicados (1857-1868).
Eso lo vemos en Libro de Los Médiums - Capítulo XXVII, Contradicciones y mistificaciones
Eso lo vemos en Libro de Los Médiums - Capítulo XXVII, Contradicciones y mistificaciones
Contradicciones
297. Los adversarios del espiritismo no dejan de objetar que los adeptos de esta ciencia no están de acuerdo entre ellos; que no todos comparten las mismas creencias; en una palabra, que se contradicen.
“Si la enseñanza os es impartida por los Espíritus –preguntan ellos–, ¿por qué no es idéntica?” Sólo un estudio serio y en profundidad de la ciencia espírita puede reducir estos argumentos a su justo valor. Digamos, en principio, que esas contradicciones, de las que algunas personas hacen gran alarde, por lo general son más aparentes que reales; que se observan, en la mayoría de los casos, más en la superficie que en el fondo de la cuestión, y que, por consiguiente, no tienen importancia. Las contradicciones proceden de dos fuentes: los hombres y los Espíritus.
298. Las contradicciones de origen humano han sido suficientemente explicadas en el capítulo referido a los “Sistemas” (§ 36), al cual remitimos al lector.
Todos comprenderán que, al comienzo, por el hecho de que las observaciones todavía estaban incompletas, era natural que surgieran opiniones divergentes acerca de las causas y las consecuencias de los fenómenos espíritas. De esas opiniones, las tres cuartas partes ya se han desmoronado ante un estudio más serio y más profundo. Con muy escasas excepciones, y dejando a un lado a ciertas personas que no se despojan fácilmente de las ideas que han alimentado o concebido, podemos afirmar que en la actualidad existe unidad de criterio entre la inmensa mayoría de los espíritas, al menos en cuanto a los principios generales, con excepción de algunos detalles carentes de significación.
299. Para que se comprenda la causa y el valor de las contradicciones de origen espírita, es preciso haberse identificado con la naturaleza del mundo invisible, y haberlo estudiado en todos sus aspectos.
A primera vista, puede parecer extraño que no todos los Espíritus piensen de la misma manera. Sin embargo, eso no puede sorprender a quienquiera que se haya convencido del número infinito de grados que ellos deben recorrer antes de llegar a lo alto de la escala. Suponer que todos los Espíritus aprecian las cosas del mismo modo, equivaldría a imaginarlos a todos en el mismo nivel. Pensar que todos deben juzgar con exactitud, sería admitir que ya todos han llegado a la perfección, lo que no es cierto ni podría serlo, si se considera que los Espíritus no son otra cosa que la humanidad despojada de la envoltura corporal. Dado que pueden manifestarse Espíritus de todos los grados, resulta de ahí que sus comunicaciones llevan el sello de su ignorancia o de su saber, de la inferioridad o de la superioridad moral que han alcanzado. Para distinguir lo verdadero de lo falso, así como lo bueno de lo malo, deben servir las instrucciones que hemos brindado. No se debe olvidar que, entre los Espíritus, del mismo modo que entre los hombres, hay falsos sabios y sabios a medias, orgullosos, presuntuosos y sistemáticos. Puesto que el conocimiento de todas las cosas sólo es dado a los Espíritus perfectos, para los demás Espíritus –tanto como para nosotros– hay misterios que ellos explican a su manera, según sus propias ideas, y acerca de los cuales pueden formarse opiniones más o menos exactas, opiniones que, por amor propio, tratan de hacer que prevalezcan, y que se complacen en reproducir en sus comunicaciones. La culpa es de algunos de sus intérpretes, que adoptaron con mucha ligereza opiniones contrarias al buen sentido, y se convirtieron en sus editores responsables. Así pues, las contradicciones de origen espírita no tienen otra causa más que la diversidad en cuanto a la inteligencia, los conocimientos, el juicio y la moralidad de algunos Espíritus, que todavía no son aptos para saberlo y comprenderlo todo. (Véase El Libro de los Espíritus, “Introducción”, § XIII, y “Conclusión”, § IX.)
300. ¿Para qué sirve la enseñanza de los Espíritus –alegarán algunas personas–, si no nos ofrece mayor certeza que la enseñanza humana? La respuesta es fácil.
No aceptamos con la misma confianza la enseñanza de todos los hombres y, entre dos doctrinas, preferimos aquella cuyo autor nos parece más ilustrado, más capaz y juicioso, y menos accesible a las pasiones. De la misma manera se debe proceder con los Espíritus. Si bien entre ellos los hay que no están por encima de la humanidad, muchos son también los que la han superado, y que pueden ofrecernos instrucciones que en vano buscaríamos entre los hombres más instruidos. Debemos dedicarnos, pues, a distinguirlos entre la multitud de los Espíritus inferiores, en caso de que queramos ilustrarnos. El conocimiento en profundidad del espiritismo nos conduce a que hagamos esa distinción. No obstante, esas instrucciones tienen un límite, porque si no es dado a los Espíritus saberlo todo, con más razón debe ser así en el caso de los hombres. Por consiguiente, hay cuestiones sobre las cuales sería inútil interrogar a los Espíritus, ya sea porque se les prohíbe revelarlas, o porque ellos mismos las ignoran, de modo que al respecto sólo pueden darnos su opinión personal. Ahora bien, son precisamente esas opiniones personales las que los Espíritus orgullosos presentan como verdades absolutas. Insisten, sobre todo, en aquello que debe permanecer oculto, como el futuro y el principio de las cosas, a fin de dar la impresión de que están en conocimiento de los secretos de Dios. Por esa razón, son esos los puntos sobre los cuales existen más contradicciones. (Véase el capítulo precedente.)
301. Estas son las respuestas que dieron los Espíritus a las preguntas relativas a las contradicciones:
1. Si un mismo Espíritu se comunica en dos centros diferentes, ¿puede dar en cada uno de ellos respuestas contradictorias sobre un mismo tema?“Si las opiniones y las ideas no son las mismas en los dos centros, las respuestas podrán llegarles tergiversadas, dado que esos centros se encuentran bajo la influencia de diferentes falanges deEspíritus. No es contradictoria la respuesta, sino la manera en que ha sido dada.”
2. Se comprende que una respuesta pueda ser alterada. No obstante, cuando las cualidades del médium excluyen toda idea de una mala influencia, ¿cómo se explica que Espíritus superiores
empleen lenguajes diferentes y contradictorios, sobre un mismo tema, ante personas absolutamente serias?“Los Espíritus realmente superiores nunca se contradicen, y el lenguaje que emplean es siempre el mismo ante las mismas personas. Puede variar de acuerdo con las personas y los lugares. Con todo, se debe estar atento al hecho de que la contradicción, muchas veces, es sólo aparente. Está más en las palabras que en el pensamiento, dado que, al reflexionar, se llega a la conclusión de que la idea fundamental es la misma. Además, el mismo Espíritu puede responder en forma diferente acerca de un mismo tema, de acuerdo con el grado de perfección de quienes lo evocan. No siempre conviene que todos reciban la misma respuesta, dado que no se encuentran adelantados por igual. Es exactamente como si un niño y un sabio te formularan la misma pregunta. Por cierto, responderías a cada uno de ellos de modo que te comprendiesen y quedaran satisfechos. Las respuestas, en ese caso, aunque fueran diferentes, tendrían el mismo contenido.”
3. ¿Con qué objetivo hay Espíritus serios que parecen aceptar, ante ciertas personas, ideas y hasta prejuicios que combaten entre otras?
“Es necesario que nos entendamos. Si alguien tiene una convicción muy arraigada acerca de una doctrina falsa, debemos apartarlo de esa convicción, pero en forma gradual. Por eso utilizamos a menudo sus propios términos, y aparentamos concordar con sus ideas, a fin de que no se sienta repentinamente confundido y no deje de instruirse con nosotros.
“Por otra parte, no hay que atacar con tanta brusquedad los prejuicios, pues de esa manera dejaría de escucharnos. Por eso los Espíritus muchas veces hablan de acuerdo con la opinión de quienes los escuchan, para llevarlos poco a poco a la verdad. Los Espíritus adaptan su lenguaje a las personas, como tú mismo lo haces en caso de que seas un orador relativamente hábil. Por ese motivo no le hablarán a un chino o a un mahometano, como lo harían con un francés o un cristiano, porque con seguridad serían rechazados.
“No se debe tomar por una contradicción lo que generalmente es una fase de la elaboración de la verdad. Todos los Espíritus tienen su tarea asignada por Dios, y la desempeñan dentro de las condiciones que juzgan convenientes, en bien de las personas que reciben sus comunicaciones.”
4. Las contradicciones, incluso aparentes, pueden suscitar dudas en el Espíritu de algunas personas. ¿Qué control podemos emplear para conocer la verdad?
“Para discernir lo falso de lo verdadero es necesario profundizar esas respuestas y meditarlas durante un lapso prolongado, con seriedad. Se debe realizar un estudio completo. Para eso se necesita tiempo, tanto como el que se requiere para estudiar cualquier otra cosa.“Estudiad, comparad, ahondad. Os hemos manifestado reiteradamente que el conocimiento de la verdad sólo se obtiene a ese precio. ¿Cómo pretendéis alcanzar la verdad, si todo lo interpretáis de acuerdo con vuestras ideas limitadas, a las que tomáis por grandes pensamientos? Con todo, no está lejano el día en que la enseñanza de los Espíritus será uniforme en todas partes, tanto en los pormenores como en los puntos principales. Ellos tienen la misión de destruir el error, pero eso sólo se logra gradualmente.”
5. Hay personas que no tienen el tiempo ni la aptitud necesarios para efectuar un estudio serio y en profundidad, y que aceptan sin analizar lo que se les enseña. ¿No estarán expuestas al inconveniente de creer en los errores?
“Lo esencial es que practiquen el bien y no incurran en el mal. Para eso no hay dos doctrinas. El bien es siempre el bien, así lo hagáis en el nombre de Alá o en el de Jehová, pues existe un solo Dios para todo el universo.”
6. ¿Cómo es posible que Espíritus, aparentemente desarrollados en inteligencia, puedan sostener ideas evidentemente falsas sobre determinados asuntos?
“Tienen sus propias doctrinas. Los que no son suficientemente adelantados, pero creen serlo, confunden sus ideas con la verdad. Tal como sucede entre vosotros.”
7. ¿Qué debemos pensar de las doctrinas según las cuales sólo un Espíritu podría comunicarse, y que ese Espíritu sería Dios o Jesús?
“El Espíritu que enseña eso es un Espíritu que tiene el propósito de dominar. Por eso trata de hacer creer que es el único que se comunica. No obstante, el desventurado que ose tomar el nombre de Dios expiará duramente su orgullo. En cuanto a esas doctrinas, ellas se refutan a sí mismas, porque se hallan en contradicción con los hechos mejor comprobados. No merecen un análisis serio, ya que carecen de raíces.“La razón os dice que el bien proviene de una fuente buena; y el mal, de una fuente mala. ¿Por qué habríais de querer que un buen árbol diera malos frutos? ¿Acaso habéis cosechado uvas en los manzanos? La diversidad de las comunicaciones es la prueba más patente de la diversidad de su origen. Además, los Espíritus que pretenden ser los únicos que se comunican, se olvidan de decir por qué los otros no pueden hacerlo. La pretensión que manifiestan es la negación de lo que el espiritismo tiene de más bello y consolador: las relaciones entre el mundo visible y el mundo invisible, entre los hombres y los seres a los que aman, y que de ese modo estarían perdidos para ellos irremediablemente. Esas relaciones, que identifican al hombre con su porvenir, son las que lo desprenden del mundo material. Suprimirlas equivaldría a sumergirlo de nuevo en la duda que constituye su tormento; sería alimentar su egoísmo. Si se examina con cuidado la doctrina de esos Espíritus, se descubrirán en ella, a cada paso, contradicciones injustificables, huellas de su ignorancia acerca de las cosas más evidentes y, por consiguiente, indicios seguros de su inferioridad.”
El Espíritu de Verdad
El Espiritu de Verdad, se encargó de analizar esta situación y expuso su modo de ver y evaluar esta situación de contradicciones de que Espíritus pretenden presentar, para sustituir lo especifico y ya establecido en el Espiritismo.