ESCALA ESPÍRITA
Los siguientes videos de en este contenido, te explican cada uno de los artículos de la Escala Espírita del Libro de Los Espíritus. Estamos comprometidos para ayudar en el desarrollo del ser humano a través de la educación clara y lógica de lo que debe ser un Espírita o Espiritista Verdadero, y el propósito no es otro que todos podamos activar nuestro crecimiento individual del Espíritu en esta y sucesivas nueva existencias por venir.
De manera que no perdamos tiempo valioso en la búsqueda de ese objetivo universal de alcanzar a Dios a través de nuestro pleno desarrollo de la Moral en nuestras vidas. La única manera que los Espíritus encarnados pueden activar el ascenso individual de su Espíritu, es a traves de la reencarnacion, es vivir entre nosotros, sufrir con nosotros y aprender a moralizar su alma.
Esta es la forma lógica y justa que Dios ha determinado. Ningún Espíritu podrá evitar este proceso, porque ningún Espíritu se moraliza en el cielo, es aquí donde este proceso, primero se perfecciona y activa el progreso o ascenso de su Espíritu. Conociendo la Escala Espírita, podemos enfocarnos a lograr esos objetivos de progreso individual del Espíritu.
Lo siguiente es una breve Introducción a la ESCALA ESPIRITA…, según El Libro de Los Espíritus de Allan Kardec. Si se desea obtener información más específica, recomiendo leas El Libros de Los Espíritus para ese propósito.
Aquí vemos claramente, como los Espíritus le fueron dictando a Allan Kardec, cual es la naturaleza de los Espíritus y sus clasificaciones. Pueden notar las preguntas que Allan Kardec le hizo a los espíritus, y a continuación la contestación de los espíritus a esas preguntas.
Diferentes órdenes de Espíritus según definido por los propios Espíritus al contestar las preguntas de Allan Kardec.
Ítem: #96. ¿Son iguales unos a otros los Espíritus o, por el contrario, existe entre ellos una jerarquía?
Contestación de los Espíritus,
- Son de diferentes órdenes, conforme al grado de perfeccionamiento que han alcanzado.
Puede decirse que existen tres órdenes según su perfección:
Ítem: #96. ¿Son iguales unos a otros los Espíritus o, por el contrario, existe entre ellos una jerarquía?
Contestación de los Espíritus,
- Son de diferentes órdenes, conforme al grado de perfeccionamiento que han alcanzado.
Puede decirse que existen tres órdenes según su perfección:
1. Espíritus Puros; ninguna influencia de la materia. Superioridad intelectual y moral absoluta sobre los Espíritus de las otras órdenes. Aquellos que han alcanzado el grado supremo de la perfección.
2. Espíritus Buenos; predominio del espíritu sobre la materia y deseo de hacer el bien. Sus cualidades y poderes para el bien están en proporción al grado al que han llegado.
3. Espíritus Impuros; predominio de la materia sobre el espíritu. Propensión al mal, Ignorancia, Orgullo, Egoísmo y todas las malas pasiones que de él derivan.
Los Espíritus Buenos y Puros son los Maestros, los sabios que ya están listos para apoyar a los estudiantes que somos nosotros. Como buenos estudiantes, preparándonos para los Maestros que ya están listos, debemos aprender a modificar nuestra vida, a moralizarla, de manera que nuestra Alma aprenda Moral. Y ya hemos dicho que La Moral es el bien común. No es otra cosa que sigamos las enseñanzas de Jesús,
Ítem: #97.¿Hay entre los Espíritus un número determinado de órdenes o grado de perfección?
Contestación de los Espíritus - Su número es ilimitado, porque no existe entre tales órdenes una línea de demarcación trazada como una barrera, de manera que es posible multiplicar o restringir a voluntad las divisiones. Con todo, si se consideran los caracteres generales, se puede reducir la cantidad a tres órdenes principales. Es posible ubicar en la primera categoría a aquellos que han llegado a la perfección: los Espíritus puros. Los del segundo orden han alcanzado la mitad de la escala: la preocupación de éstos es el deseo del bien. Los del último grado se hallan aún en lo bajo de la escala: son los Espíritus imperfectos. Se caracterizan por la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones que retrasan su desarrollo.
Item: #98. Los Espíritus del segundo orden, ¿tienen sólo el deseo del bien, o poseen asimismo el poder de hacerlo?
Contestación de los Espíritus - Tienen ese poder, de acuerdo con su grado de perfección. Los unos poseen la ciencia, los otros la sabiduría y la bondad, pero todos ellos han de sufrir pruebas aún.
Item: #99. Los Espíritus del tercer orden, ¿son todos esencialmente malvados?Contestación de los Espíritus
- No, los hay que no hacen ni bien ni mal. Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se hallan satisfechos cuando encuentran ocasión de practicarlo. Están, después, los Espíritus frívolos o traviesos, más revoltosos que ruines, que disfrutan más bien con los enredos que con la maldad y encuentran placer en engañar y causar pequeñas contrariedades, las que los divierte. Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones. Los Espíritus revelan al Codificador que es ilimitado el número de órdenes de los Espíritus, porque no existe una línea determinada trazada de modo de barrera, pudiéndose así multiplicar o restringir voluntariamente las divisiones.
- No, los hay que no hacen ni bien ni mal. Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se hallan satisfechos cuando encuentran ocasión de practicarlo. Están, después, los Espíritus frívolos o traviesos, más revoltosos que ruines, que disfrutan más bien con los enredos que con la maldad y encuentran placer en engañar y causar pequeñas contrariedades, las que los divierte. Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones. Los Espíritus revelan al Codificador que es ilimitado el número de órdenes de los Espíritus, porque no existe una línea determinada trazada de modo de barrera, pudiéndose así multiplicar o restringir voluntariamente las divisiones.
“NO LE HAGAS A NADIE LO QUE NO TE GUSTARÍA TE HICIERAN A TÍ”, “HAZ BIEN SIN MIRAR A QUIÉN ”.
Ítem #100.
Observaciones preliminares.
- La clasificación de los Espíritus se basa sobre su grado de adelanto, las cualidades que han adquirido y las imperfecciones de que han de despojarse todavía. Por lo demás, esa clasificación no tiene nada de absoluto. Cada categoría representa un carácter definido sólo en su conjunto. Pero de un grado al siguiente la transición es imperceptible y en los límites de los grados el matiz se esfuma, igual que en los reinos de la Naturaleza, del modo que ocurre con los colores del arco iris e incluso con los diferentes períodos de la vida humana. En consecuencia, se puede concebir una cantidad más o menos grande de clases, según sea el punto de vista desde el cual se enfoque la cuestión. Ocurre aquí lo que en todo sistema de clasificación científica: pueden ser más o menos completos y más o menos racionales y cómodos para la inteligencia, pero, sean como fueren, no alteran en nada el fondo de la ciencia. Por tanto, los Espíritus interrogados acerca de este punto han podido diferir en el número de categorías, sin que de ello pueda extraerse mayor transcendencia. Se ha reparado en esta contradicción aparente, sin reflexionar en el hecho que los Espíritus no otorgan importancia ninguna a lo que es puro convencionalismo. Para ellos, el pensamiento significa todo. Dejan a nuestro arbitrio la forma, la elección de los términos, las clasificaciones; en suma, los sistemas.
Agreguemos todavía esta consideración, que no se ha de echar jamás en olvido: entre los Espíritus, como entre los hombres, los hay sobremanera ignorantes, y nunca nos guardaremos demasiado contra la tendencia a creer que todos ellos deben saberlo todo por el hecho de ser Espíritus. Toda clasificación exige método, análisis y conocimiento profundo del asunto. Ahora bien, en el Mundo de los Espíritus, aquellos que poseen conocimientos limitados son:
- Como en la Tierra los ignorantes
- Inhábiles para abarcar un conjunto, para formular un sistema.
Sólo de manera imperfecta conocen o comprenden cualquier clasificación. Para ellos, todos los Espíritus que están por encima de su nivel pertenecerán al primer orden, y piensan así porque no se hallan en condiciones de distinguir los matices del saber, la capacidad y moralidad que distinguen a aquéllos, tal como acontece entre nosotros con un hombre rudo que juzga a las personas ilustradas. Incluso los que son capaces de ello pueden diferir en cuanto a las categorías, según sea su punto de vista, en especial cuando una división no tiene nada de absoluto. Linneo, Jussieu y Tournefort tuvieron cada cual su método, y no por esto ha experimentado cambio alguno la botánica. Porque ellos no inventaron las plantas ni los caracteres que las distinguen. Simplemente, observaron las analogías y con arreglo a ellas han formado los grupos o clases. Y bien, así hemos procedido nosotros: no inventamos a los Espíritus ni sus caracteres. Hemos visto y observado, los hemos juzgado conforme a sus palabras y sus hechos, y después los clasificamos por sus similitudes, basándonos en los datos que ellos nos proporcionaron.
Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones.
En la última, la que está al pie de la escala, se hallan los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la tendencia al mal.
Los de la segunda, en cambio, se distinguen por el predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo de realizar el bien: éstos son los Espíritus buenos.
Y la primera comprende a los Espíritus Puros, aquellos que han alcanzado el grado supremo de la perfección. Tal división nos parece completamente racional y presenta caracteres bien definidos. Sólo nos restaba, entonces, hacer resaltar, por medio de un número suficiente de subdivisiones, los matices principales del conjunto.
Y es lo que hemos hecho con ayuda de los Espíritus, cuyas bondadosas instrucciones no nos faltaron jamás…..
Con el concurso de esta tabla será fácil determinar el rango y grado de superioridad o inferioridad de los Espíritus con los cuales podemos entrar en relación y, en consecuencia, conoceremos el grado de confianza y estima que deben merecernos. En cierto modo es esta la clave de la Ciencia Espírita, por cuanto sólo ella puede explicar las anomalías que presentan las comunicaciones, ilustrándonos respecto de las desigualdades intelectivas y morales de los Espíritus. Con todo, haremos notar que los Espíritus no siempre pertenecen de manera exclusiva a tal o cual clase. Puesto que su progreso se realiza en forma gradual, y a menudo más en un sentido que en otro, pueden reunir los caracteres de varias categorías, lo que se aprecia con facilidad juzgando su lenguaje y sus actos.
Hasta aquí una descripción general sobre las clasificaciones de los espíritus en la Escala Espírita contenida en el Libro de Los Espíritus a partir del Ítem #100. Veamos ahora, un poco mas quirúrgicamente lo relacionado a la que tiene que ver con nuestro tema hoy, Los Espíritus Superiores del Mal
VII.- Tercer orden: Espíritus imperfectos
Item 101. Carácteres generales.- Predominio de la materia sobre el espíritu. Tendencia al mal. Ignorancia y orgullo, egoísmo y todas las malas pasiones que de él derivan. Tienen la intuición de Dios, mas no lo comprenden.
Sin embargo, no todos son esencialmente malos: en algunos de ellos hay más frivolidad, inconsecuencia y malicia que verdadera ruindad. Unos no hacen ni bien ni mal, pero sólo porque no realizan el bien denotan inferioridad.
Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se sienten satisfechos cuando se les presenta oportunidad para hacerlo. Pueden aliar la inteligencia a la ruindad o a la malicia.
Pero, sea cual fuere su desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas, y sus sentimientos, más o menos abyectos. Tienen conocimientos limitados acerca de las cosas del Mundo Espírita, y lo poco que saben de ello se confunde con las ideas y prejuicios de la vida corporal. No pueden darnos de aquél sino nociones falsas e incompletas.
Más el observador atento encuentra a menudo, en sus comunicaciones –no obstante su imperfección-, confirmadas las grandes verdades que los Espíritus superiores enseñan.
El carácter de estos Espíritus se revela por el lenguaje que emplean. Todo Espíritu que en el transcurso de sus comunicaciones deje traslucir un pensamiento malo puede ser incluido en el tercer orden. En consecuencia, todo pensamiento malo que se nos sugiera proviene de un Espíritu de ese orden.
Ven la felicidad de los buenos y esta visión constituye para ellos un tormento incesante, porque experimentan todas las angustias que la envidia y los celos pueden producir.
Conservan el recuerdo y la percepción de los sufrimientos de la vida corporal y esa impresión es muchas veces más penosa que la realidad misma. Así pues, sufren de veras los males que han soportado y los que infligieron a los demás; y, como los padecen durante mucho tiempo, creen que han de experimentarlos siempre. Dios, para castigarlos, quiere que así lo crean.
VII.- Tercer orden: Espíritus imperfectos
Item 101. Carácteres generales.- Predominio de la materia sobre el espíritu. Tendencia al mal. Ignorancia y orgullo, egoísmo y todas las malas pasiones que de él derivan. Tienen la intuición de Dios, mas no lo comprenden.
Sin embargo, no todos son esencialmente malos: en algunos de ellos hay más frivolidad, inconsecuencia y malicia que verdadera ruindad. Unos no hacen ni bien ni mal, pero sólo porque no realizan el bien denotan inferioridad.
Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se sienten satisfechos cuando se les presenta oportunidad para hacerlo. Pueden aliar la inteligencia a la ruindad o a la malicia.
Pero, sea cual fuere su desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas, y sus sentimientos, más o menos abyectos. Tienen conocimientos limitados acerca de las cosas del Mundo Espírita, y lo poco que saben de ello se confunde con las ideas y prejuicios de la vida corporal. No pueden darnos de aquél sino nociones falsas e incompletas.
Más el observador atento encuentra a menudo, en sus comunicaciones –no obstante su imperfección-, confirmadas las grandes verdades que los Espíritus superiores enseñan.
El carácter de estos Espíritus se revela por el lenguaje que emplean. Todo Espíritu que en el transcurso de sus comunicaciones deje traslucir un pensamiento malo puede ser incluido en el tercer orden. En consecuencia, todo pensamiento malo que se nos sugiera proviene de un Espíritu de ese orden.
Ven la felicidad de los buenos y esta visión constituye para ellos un tormento incesante, porque experimentan todas las angustias que la envidia y los celos pueden producir.
Conservan el recuerdo y la percepción de los sufrimientos de la vida corporal y esa impresión es muchas veces más penosa que la realidad misma. Así pues, sufren de veras los males que han soportado y los que infligieron a los demás; y, como los padecen durante mucho tiempo, creen que han de experimentarlos siempre. Dios, para castigarlos, quiere que así lo crean.
Podemos dividirlos en cinco clases principales:
Item #102. Décima clase: Espíritus impuros.
- Son propensos al mal y éste constituye el objeto de sus preocupaciones. En cuanto Espíritus, dan consejos pérfidos, alientan la discordia y la desconfianza y adoptan todos los disfraces para engañar mejor. Se apegan a las personas de carácter lo bastante débil para ceder a sus sugestiones, y hacen esto a fin de empujarlas hacia su perdición, satisfechos de poder retrasar su progreso haciéndolas sucumbir ante las pruebas que sufren. Durante las comunicaciones se les reconoce por su lenguaje: trivialidad y grosería de las expresiones, tanto entre los Espíritus como entre los hombres, denotan siempre inferioridad moral, si no intelectiva. Sus comunicaciones denuncian la bajeza de sus inclinaciones, y si quieren inducir a engaño expresándose de una manera sensata no pueden prolongar mucho tiempo su comedia y terminan siempre por dejar traslucir su origen.
Algunos pueblos han hecho de ellos sus divinidades maléficas y otros los designan con los nombres de demonios, genios malos o Espíritus del mal.
Los seres vivientes a quienes animan, cuando se han encarnado, son propensos a cuantos vicios engendran las pasiones viles y degradantes: sensualidad y crueldad, bellaquería e hipocresía, avidez y sórdida avaricia. Practican el mal por el mero placer de hacerlo, casi siempre sin motivos para ello, y por odio al bien escogen las más de las veces a sus víctimas entre las personas honradas. Son plagas para la humanidad, sea cual fuere su clase social a que pertenezcan, y su barniz de civilizados no les exime del oprobio y la ignominia.
Item#103. Novena clase: Espíritus frívolos.
- Son ignorantes y maliciosos, tornadizos y burlones. En todo se meten y responden a todo, sin preocuparse de la verdad. Se placen en causar contrariedades o pequeñas satisfacciones, en urdir enredos o chismes, en inducir maliciosamente a error valiéndose de fraudes y picardías. A esta clase pertenecen los Espíritus vulgarmente designados como trasgos, duendes, gnomos o diablillos. Están bajo la dependencia de Espíritus superiores, quienes los emplean a menudo, como lo hacemos nosotros con nuestros servidores.
En sus comunicaciones con los hombres su lenguaje es a veces ingenioso y jocoso, pero casi siempre desprovisto de profundidad. Captan las extravagancias y ridiculeces de los seres humanos, expresándolas con rasgos mordaces y satíricos. Si bien es cierto que se atribuyen nombres supuestos, suelen hacerlo por malicia más que por perversidad.
Item #102. Décima clase: Espíritus impuros.
- Son propensos al mal y éste constituye el objeto de sus preocupaciones. En cuanto Espíritus, dan consejos pérfidos, alientan la discordia y la desconfianza y adoptan todos los disfraces para engañar mejor. Se apegan a las personas de carácter lo bastante débil para ceder a sus sugestiones, y hacen esto a fin de empujarlas hacia su perdición, satisfechos de poder retrasar su progreso haciéndolas sucumbir ante las pruebas que sufren. Durante las comunicaciones se les reconoce por su lenguaje: trivialidad y grosería de las expresiones, tanto entre los Espíritus como entre los hombres, denotan siempre inferioridad moral, si no intelectiva. Sus comunicaciones denuncian la bajeza de sus inclinaciones, y si quieren inducir a engaño expresándose de una manera sensata no pueden prolongar mucho tiempo su comedia y terminan siempre por dejar traslucir su origen.
Algunos pueblos han hecho de ellos sus divinidades maléficas y otros los designan con los nombres de demonios, genios malos o Espíritus del mal.
Los seres vivientes a quienes animan, cuando se han encarnado, son propensos a cuantos vicios engendran las pasiones viles y degradantes: sensualidad y crueldad, bellaquería e hipocresía, avidez y sórdida avaricia. Practican el mal por el mero placer de hacerlo, casi siempre sin motivos para ello, y por odio al bien escogen las más de las veces a sus víctimas entre las personas honradas. Son plagas para la humanidad, sea cual fuere su clase social a que pertenezcan, y su barniz de civilizados no les exime del oprobio y la ignominia.
Item#103. Novena clase: Espíritus frívolos.
- Son ignorantes y maliciosos, tornadizos y burlones. En todo se meten y responden a todo, sin preocuparse de la verdad. Se placen en causar contrariedades o pequeñas satisfacciones, en urdir enredos o chismes, en inducir maliciosamente a error valiéndose de fraudes y picardías. A esta clase pertenecen los Espíritus vulgarmente designados como trasgos, duendes, gnomos o diablillos. Están bajo la dependencia de Espíritus superiores, quienes los emplean a menudo, como lo hacemos nosotros con nuestros servidores.
En sus comunicaciones con los hombres su lenguaje es a veces ingenioso y jocoso, pero casi siempre desprovisto de profundidad. Captan las extravagancias y ridiculeces de los seres humanos, expresándolas con rasgos mordaces y satíricos. Si bien es cierto que se atribuyen nombres supuestos, suelen hacerlo por malicia más que por perversidad.
Oh, he aquí la clave de esta reflexión, están bajo la dependencia de los Espíritus Superiores de Maldad. Es aquí donde nos podemos dar cuenta que de las maquinaciones de los Malos Espíritus. Están organizados y entre ellos los hay lideres y seguidores que ejecutan el plan de Maldad. Sigamos descubriendo la estructura de Maldad, jajaja, el índice de la Decepción o de la Maldad entre los espíritus impuros e imperfectos.
104. Octava clase: Espíritus pseudo-sabios.
- Sus conocimientos son bastante extensos, pero creen saber más de lo que en realidad saben. Habiendo realizado algunos progresos desde diferentes puntos de vista, su lenguaje tiene un carácter serio, capaz de inducir a error respecto a su capacidad y a sus luces. Pero suele ser a menudo sólo un reflejo de los prejuicios e ideas sectarias de la vida terrena. Se trata de una mezcla de algunas verdades junto a los errores más absurdos, en medio de los cuales se transparentan la presunción y el orgullo, los celos y la terquedad de que no han podido despojarse.
105. Séptima clase: Espíritus neutros.
- Éstos no son ni lo bastante buenos para realizar el bien ni lo suficientemente malos para practicar el mal. Se inclinan tanto hacia el uno como hacia el otro y no se elevan por encima del nivel vulgar de la humanidad, así en lo moral como en lo intelectual. Se apegan a las cosas de la Tierra, de cuyas groseras alegrías sienten nostalgia.
106. Sexta clase: Espíritus golpeadores y perturbadores.
- Estos Espíritus no constituyen, propiamente hablando, una clase distinta, desde el punto de vista de sus cualidades personales: pueden pertenecer a todas las clases del tercer orden. Manifiestan a menudo su presencia sirviéndose de efectos perceptibles y físicos, tales como golpes, movimientos y desplazamientos anormales de cuerpos sólidos, agitación del aire, etcétera. Parecen apegados más que otros a la materia. Son los agentes principales de las vicisitudes de los elementos del globo, ya sea que operen en el aire o el agua, el fuego o los cuerpos duros, e inclusive en las entrañas mismas de la Tierra.
Se reconoce que tales fenómenos no se deben a una causa fortuita y física cuando poseen un carácter intencional e inteligente. Todos los Espíritus pueden producir esos fenómenos, pero los elevados los dejan, por lo general, a cargo de los subalternos, más aptos estos últimos para las cosas materiales que para las de la inteligencia. Cuando los Espíritus elevados juzgan que ese tipo de manifestaciones son útiles, se valen de los subordinados como auxiliares para realizarlas.
104. Octava clase: Espíritus pseudo-sabios.
- Sus conocimientos son bastante extensos, pero creen saber más de lo que en realidad saben. Habiendo realizado algunos progresos desde diferentes puntos de vista, su lenguaje tiene un carácter serio, capaz de inducir a error respecto a su capacidad y a sus luces. Pero suele ser a menudo sólo un reflejo de los prejuicios e ideas sectarias de la vida terrena. Se trata de una mezcla de algunas verdades junto a los errores más absurdos, en medio de los cuales se transparentan la presunción y el orgullo, los celos y la terquedad de que no han podido despojarse.
105. Séptima clase: Espíritus neutros.
- Éstos no son ni lo bastante buenos para realizar el bien ni lo suficientemente malos para practicar el mal. Se inclinan tanto hacia el uno como hacia el otro y no se elevan por encima del nivel vulgar de la humanidad, así en lo moral como en lo intelectual. Se apegan a las cosas de la Tierra, de cuyas groseras alegrías sienten nostalgia.
106. Sexta clase: Espíritus golpeadores y perturbadores.
- Estos Espíritus no constituyen, propiamente hablando, una clase distinta, desde el punto de vista de sus cualidades personales: pueden pertenecer a todas las clases del tercer orden. Manifiestan a menudo su presencia sirviéndose de efectos perceptibles y físicos, tales como golpes, movimientos y desplazamientos anormales de cuerpos sólidos, agitación del aire, etcétera. Parecen apegados más que otros a la materia. Son los agentes principales de las vicisitudes de los elementos del globo, ya sea que operen en el aire o el agua, el fuego o los cuerpos duros, e inclusive en las entrañas mismas de la Tierra.
Se reconoce que tales fenómenos no se deben a una causa fortuita y física cuando poseen un carácter intencional e inteligente. Todos los Espíritus pueden producir esos fenómenos, pero los elevados los dejan, por lo general, a cargo de los subalternos, más aptos estos últimos para las cosas materiales que para las de la inteligencia. Cuando los Espíritus elevados juzgan que ese tipo de manifestaciones son útiles, se valen de los subordinados como auxiliares para realizarlas.
Son precisamente estos espíritus los responsables de los ruidos y de las llamadas lamentaciones descubiertas en las profundidades en Rusia en el 2007. Todos los incrédulos, y los Religiosos, creen que son voces de almas en pena. Esta falta de conocimiento les impone gríngolas espirituales, que a los religiosos les agrada utilizar para justificar la existencia del Infierno que no existe.
Segundo orden.- Espíritus buenos
107. Caracteres generales.- Predominio del espíritu sobre la materia. Deseo del bien. Sus cualidades y su poder para hacer el bien se hallan en relación con el grado al que han llegado. Algunos tienen la ciencia, otros la sabiduría y la bondad. Los más adelantados reúnen el saber y las cualidades morales. Como aún no están completamente desmaterializados, conservan más o menos, según su categoría, las huellas de la existencia corporal, ya sea en la forma del lenguaje o en sus hábitos, en los cuales se reconocen incluso algunas de sus manías. De lo contrario serían Espíritus perfectos.
Comprenden a Dios y a lo infinito, y gozan ya de la felicidad de los buenos. Son felices por el bien que hacen y por el mal que impiden. El amor que los une es para ellos la fuente de una dicha inefable, que no es alterada por la envidia ni por los remordimientos, como tampoco por ninguna de las pasiones malas que son el tormento de los Espíritus imperfectos.No obstante, todos tienen aún pruebas que sufrir, hasta que hayan alcanzado la perfección absoluta.
Como Espíritus, sugieren pensamientos buenos, desvían a los hombres del camino del mal, protegen durante la vida a los que se hacen dignos de ello, y neutralizan la influencia de los Espíritus imperfectos en aquellos que no se complacen en sufrirla.
Cuando están encarnados son buenos y benévolos para con sus semejantes. No los mueve el orgullo, el egoísmo ni la ambición. No experimentan odio, rencor, envidia ni celos, y hacen el bien por el bien mismo.
A este orden pertenecen los Espíritus designados, en las creencias vulgares, con los nombres de genios buenos, genios protectores o Espíritus del bien. En épocas de superstición e ignorancia se los consideraba como divinidades benéficas.
Podemos dividirlos en cuatro grupos principales:
108. Quinta clase. ESPÍRITUS BENÉVOLOS.- Su cualidad dominante es la bondad. Se complacen en prestar servicio a los hombres y en protegerlos, pero su saber es limitado: su progreso es más acabado en el sentido
moral que en el intelectual.
109. Cuarta clase. ESPÍRITUS CIENTÍFICOS.- Lo que los distingue especialmente es la amplitud de sus conocimientos. Se preocupan menos de las cuestiones morales que de las científicas, para las cuales tienen más aptitud. Sin embargo, sólo encaran la ciencia desde el punto de vista de la utilidad, y no mezclan con ella ninguna de las pasiones propias de los Espíritus imperfectos.
110. - Tercera clase. ESPÍRITUS SABIOS.- Las cualidades morales del orden más elevado forman su carácter distintivo. Si bien no tienen conocimientos ilimitados, están dotados de una capacidad intelectual que les proporciona un juicio sano acerca de los hombres y las cosas.
111. - Segunda clase. ESPÍRITUS SUPERIORES.- Reúnen la ciencia, la sabiduría y la bondad. Su lenguaje sólo refleja benevolencia: es constantemente digno, elevado y a menudo sublime. Su superioridad los hace más aptos que a los otros para darnos las nociones más justas acerca de las cosas del mundo
incorporal, dentro de los límites de lo que se le permite al hombre conocer. Se comunican gustosos con los que buscan la verdad de buena fe, y cuyas almas están suficientemente desprendidas de los lazos terrenales para comprenderla. En cambio, se alejan de aquellos que sólo están animados por la curiosidad, o a quienes la influencia de la materia desvía de la práctica del bien.
Cuando, por excepción, encarnan en la Tierra, lo hacen para cumplir en ella una misión de progreso. En ese caso nos ofrecen el modelo de perfección al
cual la humanidad puede aspirar en este mundo.
Primer orden.- Espíritus puros
112. Caracteres generales.- Influencia nula de la materia. Superioridad intelectual y moral absoluta en comparación con los Espíritus de los otros
órdenes.
113. Primera y única clase.- Han recorrido todos los grados de la escala y se han despojado de todas las impurezas de la materia. Alcanzaron la suma de la perfección de que es capaz la criatura, razón por la cual ya no habrán de sufrir pruebas ni expiaciones.
Como no se encuentran sujetos a la reencarnación en cuerpos perecederos, realizan la vida eterna en el seno de Dios.
Gozan de una dicha inalterable, porque no están sujetos a las necesidades ni a las vicisitudes de la vida material. Con todo, esa dicha no consiste en una ociosidad monótona que transcurre en perpetua contemplación. Son los mensajeros y los ministros de Dios, cuyas órdenes ejecutan para mantener la armonía universal. Dirigen a los Espíritus inferiores a ellos, los ayudan aperfeccionarse y les asignan su misión. Asistir a los hombres en sus padecimientos, incitarlos al bien o a la expiación de las faltas que los alejan
de la felicidad suprema, es para ellos una grata ocupación. Se los designa a veces con los nombres de ángeles, arcángeles o serafines.
Los hombres pueden entrar en comunicación con ellos, pero muy presuntuoso sería el que pretendiese tenerlos constantemente a sus órdenes.
La siguiente Escala Espirita nos ilustra el Orden y Clasificación de los Espíritus de acuerdo al libro de Los Espíritus: bajo v
Escala Espirita | |||
Orden Clase y Características de los Espíritus | |||
Grado | Clasificación de Los Espíritus | Características de los Espíritus | |
1° | Puros | Puros | Ministros de Dios |
2° | Superiores | Buenos | Ciencia + sabiduría + bondad |
3° | Prudentes | Buenos | Conocimiento + buen juicio |
4° | Sabios | Buenos | Conocimiento científico |
5° | Benévolos | Buenos | Bondad + conocimiento limitado |
6° | Golpeadores | Impuros | Aptitud para efectos materiales |
7° | Neutros | Impuros | Ni buenos ni malos |
8° | Seudo-sabios | Impuros | Conocimiento + orgullo |
9° | Ligeros | Impuros | Ignorancia + malicia |
10° | Impuros | Impuros | Inclinación por el mal |
Esta información que fue suministrada a Allan Kardec para la publicación del Libro de Los Espíritus (1857), por los mismos espíritus, nos ilustra la clasificación Espiritual. Es muy claro ver en nuestro entorno físico, podemos evaluar el comportamiento de los seres humanos que quieren inmiscuirse en el mundo espiritual. De manera que las acciones y/o actividades en que nos envolvemos pueden ser claramente clasificadas de acuerdo a la Escala Espirita aquí esbozada. No debe existir dudas que si los que se llaman Espiritistas y que sus actividades se reflejan según la escala espirita, es muy fácil poder clasificar dichas acciones.
El verdadero Espirita, no se inmiscuye en prácticas que son patrocinadas por los Espíritus golpeadores, Neutros, Seudo-sabios, Ligeros o Impuros.
Esta reflexión tiene el propósito de definir de una manera sencilla, como se clasifican nuestras acciones presentes, cuando tratamos de interrelacionarnos con el mundo espiritual. Muchos dicen ser espiritistas y hablan muy bonito, se defienden diciendo que no le hacen daño a nadie, pero cuando los mides con el crisol de la escala espirita, se puede notar claramente a que responden a espíritus inferiores con sus acciones y puede verse claramente a que espíritus esta comprometidos con sus esfuerzos y acciones. Muchas veces, las personas creen que están haciendo bien, pero en realidad no saben a que sus acciones obedecen a estos espíritus inferiores y ellos les dictan que hacer, pero alejados por completo de lo que se espera de un Espirita que ha encontrado la senda hacia su desarrollo espiritual a través de espíritus buenos y puros.
ES TIEMPO DE DEJARNOS DE ACTUAR SIN CORROBORAR QUE NUESTRAS ACCIONES PUEDAN ESTAR SIRVIENDO A ESTOS ESPÍRITUS IMPUROS. ABRAMOS NUESTROS OJOS A LA REALIDAD Y SEAMOS BUENOS ESPIRITAS SIRVIENDO A ESPÍRITUS BUENOS Y PUROS QUE NO PROVOCAN EL MAL A NADIE Y SOLO PROCURAN QUE CREZCAMOS ESPIRITUALMENTE. Frank
De manera que si en estos momentos te has prestado para hacerle daño a alguien como lo es hacerle trabajos espirituales, maleficios o conjuros satánicos o tus pensamientos son de naturaleza que le deseas el mal a otra persona, estas actuando en Inmoralidad. No basta sentirse bueno es más que eso, como lo hemos definido aquí. Entonces si no haces nada de eso, estas actuando en MORAL. La siguiente explicación de la Escala Espirita, fue extraída del Libro de Los Espíritus y consideramos que es una información sumamente importante, especialmente cuando invocamos los espíritus para que nos ayudan.
REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTE COMENTARIO
· El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
· El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
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