Los Espiritistas Verdaderos que practicamos las creencias del Espiritismo, no necesitamos "Pactos", es por eso que no tenemos ninguna otra mención a los pactos aparte del Libro de Los Espíritus en los Ítem #549 y #550.
Publicado 1st October 2016 por Frank Montañez
¿Para qué un Espiritista necesita de Pactos? Los pactos espirituales, sólo lo hacen o los realizan los Malos Espíritus , que no practican las creencias del Espiritismo. Entonces, veamos la descripción o definición de un Espiritista Verdadero en el Espiritismo, porque los Pactos no son parte de las creencias del Espiritismo.
¿Cómo
reconocer un “Espiritista Verdadero”, en el Espiritismo?
Un Espiritista Verdadero es aquél que según
el Libro de Obras Póstumas, de Allan Kardec lo describe en una Breve Contestación a los Detractores del Espiritismo…
“Sólo reconoce por adeptos suyos a los que practican su enseñanza, es decir, a los
que trabajan en su propio mejoramiento moral, esforzándose en vencer sus malas
inclinaciones, en ser menos egoístas y orgullosos, más afables, más humildes,
pacientes, benévolos, caritativos para con el prójimo y moderados en todas las
cosa, pues este es el signo característico del espiritista verdadero…”
SÓLO se reconoce a un
adepto del Espiritismo, a todo aquél que practica las enseñanzas del Espiritismo, eso
es considerado un Espiritista Verdadero.
No es Espiritista Verdadero,
uno que hace Pactos y cambia las enseñanzas del Espiritismo, e introduce “Opiniones Personales”, aisladas, de las que el Espiritismo no puede responsabilizarse. Ni
tampoco son Espiritistas Verdaderos los que hacen pactos espirituales. Ejemplo el llamado Pacto Áureo, o Pacto deOro, firmado por la Federación Espírita de Brasil con las otras líneas de
pensamiento u organizaciones del Espiritismo en el año 1949. Este es un ejemplo de cómo líderes espiritistas, sin tener el aval Espiritual ni de los miembros bases de sus
organizaciones, fueron consultados. Sólo unos pocos Espiritualistas representantes de la Federación Espírita de Brasil FEB 🇧🇷, que siempre aparecen como dueños del Espiritismo.
Ya llegó el tiempo de descubrirlos cómo Embusteros e Hipócritas que valiendose de organizaciones hipócritas, enemigas de las enseñanzas del Espiritismo Verdadero, hacen creer que ellos son los que tienen la "Eterna Verdad" en el Espiritismo. Han abusado de poder que no tienen. El sentido común era pensar que no se podía suscribir un pacto que no tendría validez para generaciones futuras. Y sí a eso le añades que el Libro de Los Espíritus, ya se había pronunciado en que los a pactos sólo los suscriben una naturaleza maligna que simpatiza con Espíritus malos.
Acerca de los pactos
Intervención de los Espíritus en el Mundo Corporal
549. ¿Hay algo de cierto en los pactos con los Espíritus malos?
“No, esos pactos no existen, sino una naturaleza maligna que simpatiza con Espíritus malos.
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Hoy
nos encontramos con ese acuerdo que perjudicaron al Espiritismo por muchos años, e hizo que los seguidores de éstas organizaciones
defendiera nuestra Filosofía. Los que
hacen pactos en el Espiritismo, esconden algo debajo de la mesa, no son
correctos u honestos, porque el Espiritista Verdadero no se presta para engaños.
Un Espiritista Verdadero, no es el que cobra menos dinero. Esos son “Charlatanes”, infiltrados en el
Espiritismo. Los “Charlatanes”, son
los que cobran dinero en el Espiritismo.
Evaluar a un
Espiritista, y saber si es uno Verdadero, se necesita tener conocimiento
adquirido, mediante la lectura de los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec, Así
se puede verificar la autenticidad.
Allan Kardec fue
enfático en hacer la diferencia y específicamente, los diferenció de los
perturbadores y detractores del Espiritismo en el Libro de los Médiums,artículo #336 en adelante.
#336. No nos
olvidemos de que el Espiritismo tiene enemigos interesados en impedir su
avance, y sus triunfos les causan irritación. Los más peligrosos no sonaquellos que lo atacan abiertamente, sino los que actúan en la sombra. Son los
que con una mano lo alientan, y con la otra lo atacan. Esos seres malévolos se
infiltran en todas partes donde puedan introducir el mal. Como saben que la
unión en las Reuniones y sociedades espíritas hace la fuerza, tratan de socavarla
sembrando la discordia. Así pues, ¿quién podrá afirmar que, en las reuniones
espíritas, las personas que esparcen la perturbación y la cizaña no son agentes
provocadores, interesados en el desorden? De seguro no son espíritas
verdaderos, ni buenos espíritas. Nunca harán el bien, pero pueden hacer muchomal. Se comprende que para ellos es infinitamente más fácil infiltrarse en las
reuniones numerosas que en los grupos pequeños, donde todos se conocen. Merceda maniobras solapadas, que pasan desapercibidas, siembran la duda, ladesconfianza y la enemistad. Con un hipócrita interés por la causa, criticantodo, forman conciliábulos y bandos que posteriormente destruyen la armonía delconjunto, pues eso se proponen. Con esta clase de personas, apelar a los
sentimientos de caridad y fraternidad equivale a hablar a quienes desean ser
sordos, porque su objetivo consiste precisamente en destruir esos sentimientos,
que constituyen los mayores obstáculos para sus maniobras. Ese estado de cosas,
lamentable en cualquier sociedad, se vuelve aún peor en las sociedades
espíritas, porque, si no ocasiona una ruptura, genera una preocupación que es
incompatible con el recogimiento y la atención.
337. “Sin embargo
–se dirá–, si las reuniones van por mal camino, los hombres sensatos y
bienintencionados que las frecuentan, ¿no tendrán derecho a ejercer la crítica?
¿Deberán, acaso, dejar que el mal se instale, sin decir nada, y aprobar todo
con el silencio?” De ningún modo, pues les asiste ese derecho, e incluso
constituye un deber. Pero si la intención que los anima es realmente buena,
emitirán sus opiniones con discreción y benevolencia, abiertamente y no a
escondidas. Si no son escuchados, se retirarán, pues no se puede concebir que
quien no proceda con segundas intenciones se obstine en permanecer en una
sociedad donde se hacen cosas que lo perjudican. Así pues, se puede establecer
como principio que todo aquel que en una reunión espírita incita al desorden o
a la desunión, de manera ostensible o encubierta, a través de cualquier medio,
es un agente provocador o, por lo menos, un muy mal espírita, del que es preciso
desembarazarse cuanto antes. No obstante, los compromisos mismos que vinculan a
los integrantes de la reunión suelen crear obstáculos para eso, de ahí que sea
conveniente que se eviten los compromisos indisolubles. Los hombres de bien
siempre se comprometen en la medida de lo necesario, mientras que los
malintencionados lo hacen en exceso.
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Pero los Santeros,
los brujos, los hechiceros y los adivinos entre otros, tienen un concepto
diferente de lo que es un Espiritista Verdadero.
Aquí tenemos lo que dice el Espiritismo sobre los Pactos.
Acerca de los pactos
Intervención de los
Espíritus en el Mundo Corporal
549. ¿Hay algo de cierto en los pactos con los Espíritus malos?
“No, esos pactos no existen, sino una naturaleza maligna que simpatiza con Espíritus malos. Por ejemplo: tú quieres atormentar a tu vecino y no sabes cómo hacerlo. Entonces llamas a Espíritus inferiores que, al igual que tú, sólo quieren el mal. De ese modo, para ayudarte, ellos pretenden que tú les sirvas en sus malos propósitos. Sin embargo, no se sigue de ahí que tu vecino no pueda desembarazarse de esos Espíritus mediante una conjuración contraria y por medio de su voluntad. Cuando alguien quiere cometer una mala acción, por el sólo hecho de desearla llama a los Espíritus malos para que lo ayuden. De ese modo, queda obligado a servirlos, tal como ellos lo hacen con él, porque ellos también lo necesitan para el mal que quieren hacer. El pacto sólo consiste en eso.”
La
dependencia en que a veces se encuentra el hombre en relación con los Espíritus
inferiores proviene de su confianza en los pensamientos malos que ellos le
sugieren, y no de alguna estipulación entre ellos y él. El pacto, en el
sentido vulgar que se atribuye a esa palabra, constituye una alegoría que
describe a una naturaleza maligna que simpatiza con Espíritus malos.
550. ¿Qué sentido tienen las leyendas fantásticas según las cuales determinados
individuos habrían vendido su alma a Satán, para obtener de él ciertos favores?
“Todas las fábulas contienen una enseñanza y un sentido moral. Vuestro error consiste en tomarlas al pie de la letra. La que nos ocupa es una alegoría que puede explicarse así: quien llama en su ayuda a los Espíritus para obtener de ellos los dones de la fortuna o cualquier otro favor, manifiesta sus quejas a la Providencia y renuncia a la misión que ha recibido y a las pruebas que debe sufrir en la Tierra. Además, padecerá las consecuencias de ello en la vida futura. Esto no quiere decir que su alma quede para siempre condenada a la desdicha, pero dado que en lugar de desprenderse de la materia se hunde en ella cada vez más, las alegrías de que haya gozado en la Tierra no habrá de tenerlas en el mundo de los Espíritus. Así será hasta que se haya redimido mediante nuevas pruebas, tal vez mayores y aún más penosas. A través de su apego a los goces materiales el hombre se pone bajo la dependencia de los Espíritus impuros. Se trata de un pacto tácito entre ellos y él, que lo conduce a la perdición, aunque siempre le resulta fácil de romper con la asistencia de los Espíritus buenos, si tiene la firme voluntad de hacerlo.”
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De manera que “El pacto, en el sentido vulgar
que se atribuye a esa palabra, constituye una alegoría que describe a una
naturaleza maligna que simpatiza con Espíritus malos.”
En el Espiritismo no existen los pactos, no se menciona en ninguno de los Libros Codificados los “Pactos”. En resumen los pactos sólo lo realizan los Espíritus malos. El que hace pactos, lo domina un espíritu imperfecto, impuro o malo.
El Pacto Áureo del 5 de octubre del 1949, entre la Federación Espírita de Brasil FEB y la Confederación Espírita Panamericana de Brasil CEPA, fue algo muy perjudicial para el Espiritismo.
Esto abrió la puerta a que cada uno publicara lo que quisiera, sin que el otro lado lo refutara. Solo para satisfacer los deseos de unos pocos. El llamado Pacto de Oro fue un acuerdo entre la Federación Espiritista Brasileña (FEB) y representantes de varias Federaciones y Sindicatos a nivel estatal, con el objetivo de unificar el movimiento espiritista a nivel nacional. Fue firmado en la sede FEB la ciudad de Río de Janeiro , el 5 de octubre, de 1949 . La expresión se atribuye a Artur Lins de Vasconcelos Lopes , uno de sus firmantes en ese momento.
Como consecuencia, el 1 de enero del año siguiente ( 1950 ), se estableció el Consejo Federativo Nacional (CFN) de la FEB, con los once miembros asumiendo el cargo del presidente de la FEB. El 8 de marzo de ese mismo año, el CFN lanzó la Proclamación a los Espiritistas . [ 1 ] Desde entonces, la CFN ha ejercido la función de resolver dudas, guiar el movimiento espírita y recomendar normas y pautas para los Centros Espiritistas .
La firma del Pacto de Oro fue la base para un entendimiento entre las instituciones espiritistas del país, permitiendo una nueva fase de difusión de la Doctrina Espírita, permitiendo la convivencia entre ellas sin perjuicio de la libertad individual de pensamiento y acción.
Por otro lado, sus críticos en ese momento cuestionaron la manera en que fue presentado y aprobado, en una reunión " ad referéndum " de las entidades federativas, sin mayor discusión y aprobación por parte de las bases, en el momento en que que un Congreso Panamericano reunió a los líderes del movimiento espiritista en la entonces Capital Federal. Los críticos consideraron que el Pacto de Oro se desvió de las propuestas originales de la doctrina y posteriormente creó una disidencia.
Sobre el tema, el periodista Jorge Rizzini escribió un texto titulado "El Pacto de Oro (adentro)" donde aborda algunas controversias y dificultades sobre el origen y la propuesta del Pacto de Oro (1949).
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