¡La Felicidad, SIEMPRE es posible, para el que vive, no te rindas, lucha por tú vida...!!!
Recuerda que lo importante eres tú. Acepta que estás en el camino del bien. No te sueltes de la mano. No te suelto, lucha porque ésta es tú prueba en ésta existencia, debes y tienes que pasarlo. No te importe lo que los demás te digan que no sea desearte bien.!!!
♥️♥️♥️♥
Lucha por tú vida, nunca decepciones a los que te aman. Tus mascotas sufren mucho, tús familiares y tús amigos. La vida es bella!!! ♥ ♥ ♥ Te falta mucho por vivir.
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La Felicidad, ¿Es posible? ¡Claro que posible, y ése vproblema tiene solucion, esperando por tí...
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS > LIBRO CUARTO - ESPERANZAS Y CONSUELOS > CAPÍTULO 1. >DICHA Y DESGRACIA RELATIVAS...
920. ¿Puede el hombre gozar en la tierra de perfecta felicidad?
»No, puesto que la vida le ha sido dada como prueba o expiacón; pero de él depende el dulcificar sus males y el ser tan feliz como es posible en la tierra».
921. Se concibe que el hombre será feliz en la tierra cuándo la humanidad haya sido transformada; pero, en el ínterin, ¿puede cada uno constituirse una dicha relativa?
»Las más de las veces el hombre es causante de su propia desgracia. Practicando la ley de Dios, se evitan muchos males, y se proporciona la mayor felicidad de que es susceptible su grosera existencia».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"El hombre que está bien penetrado de su destino futuro no ve en la vida corporal más que una permanencia temporal. Es para él una parada momentánea en un mal mesón, y se conforma fácilmente con algunos disgustos pasajeros de un viaje, que ha de conducirle a posición tanto mejor cuánto mejores preparativos haya hecho antecipadamente.
Desde ésta vida somos castigados por las infracción de las leyes de la existencia corporal por medio de los males, que son consecuencia de ésa infracción y de nuestros propios excesos. Sí paso a paso nos remontamos al origen de lo que llamamos nuestras desgracias terrestres, encontraremos que, en su mayor parte, son consecuencia de la primera desviación del camino recto. Por semejante desviación hemos entrado en un mal sendero, y de consecuencia en consecuencia caemos en la desgracia."
922. La felicidad terrestre es relativa a la posición de cada uno, y lo que basta a la dicha de uno constituye la desgracia de otro. ¿Existe, sin embargo, una medida común de felicidad para todos los hombres?
«Para la vida material es la posesión de lo necesario; para la vida moral, la buena conciencia y la fe en el porvenir».
923. ¿Lo que es superfluo para uno no es necesario para otros, y viceversa, según la posición?
«Sí, según vuestras ideas materiales, vuestras preocupaciones, vuestra ambición y todos vuestros ridículos caprichos de que dará buena cuenta la justicia, cuándo comprendáis la verdad. Sin duda que el que tenía cincuenta mil pesos de renta y se ve reducido a diez, se cree muy desgraciado. porque no puede darse tanta importancia, mantener lo que llama su rango, tener caballos, lacayos, satisfacer todas sus pasiones, etc. Se cree falto de lo necesario, pero francamente, ¿le juzgas tan digno de lástima, cuándo a su lado hay quién se muere de hambre y de frío, y no tiene dónde recostar la cabeza? El sabio, para ser feliz, mira siempre hacía abajo y nunca hacía arriba, sí ya no es para elevar su alma hacia el infinito». (715)
GOCE DE LOS BIENES DE LA TIERRA
711. ¿Tienen derechos todos los hombres a usar de los bienes de la tierra?
«Este derecho es consecuencia de la necesidad de vivir. Dios no puede haber impuesto un deber sin haber dado los medios de cumplirlo».
712. ¿Con qué objeto ha dado Dios atractivos a los goces de los bienes materiales?
«Para excitar al hombre al cumplimiento de su misión, y también para probarle por medio de la tentación».
712a. -¿Qué objeto tiene esta tentación?
«Desarrollar su razón que debe preservarle de los excesos».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"Si el hombre no hubiese sido excitado al uso de los bienes de la tierra más que con la mira de su utilidad, su indiferencia hubiera podido comprometer la armonía del universo. Dios le ha dado el atractivo del placer que le solicita al cumplimiento de las miras de la Providencia. Pero por este mismo atractivo, Dios ha querido además probarle con la tentación que le arrastra al abuso, de que su razón ha de preservarle.
713. ¿Los goces tienen límites fijados por la naturaleza?
«Sí, para indicaros el límite de lo necesario; pero con vuestros excesos llegáis a la saciedad y vosotros mismos os castigáis».
714. ¿Qué hemos de pensar del hombre que busca en los excesos de todas clases un refinamiento de sus goces y placeres?
«¡Pobre naturaleza, que debe compadecerse y no envidiarse, porque está muy cercana a la muerte!»
714a. -¿Se acerca a la muerte física o a la moral?
«A ambas».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"El hombre que busca en los excesos de todas clases un refinamiento de los goces se hace inferior al bruto; porque éste sabe limitarse a la satisfacción de la necesidad. Abdica de la razón que Dios le ha dado por guía, y mientras mayores son sus excesos, mayor imperio da a su naturaleza animal sobre la espiritual Las enfermedades, los achaques, la misma muerte, consecuencia de los abusos, son al mismo tiempo castigo de la transgresión de la ley de Dios.
NECESARIO Y SUPERFLUO
715. ¿Cómo puede conocer el hombre el límite de lo necesario?
«El prudente lo conoce por intuición, y muchos por experiencia adquirida a sus expensas».
716. ¿La naturaleza no ha trazado límites a nuestras necesidades por medio de nuestra organización?
«Sí, pero el hombre es insaciable. La naturaleza ha trazado el límite de sus necesidades por medio de la organización; pero los vicios han alterado su constitución y le han creado necesidades que no son reales».
717. ¿Qué debe pensarse de los que amontonan bienes terrestres para conseguir lo superfluo, en perjuicio de los que carecen de lo necesario?
«Desconocen la ley de Dios y habrán de responder de las privaciones que hayan hecho sufrir».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"El límite de lo necesario y de lo superfluo nada tiene de absoluto. La civilización ha creado necesidades de que carece el salvaje, y los espíritus que han dictado éstos preceptos no pretenden que el hombre civilizado deba vivir como el salvaje. Todo es relativo, y a la razón toca hacer la justa distribución. La civilización desarrolla el sentido moral y al mismo tiempo el sentimiento de caridad que introduce a los hombres a prestarse mutuo apoyo. Las que viven a expensas de las privaciones de los otros, explotan en provecho suyo los beneficios de la civilización; no tienen de ésta más que un barníz, cómo hay gentes que de la religión sólo tienen el antifaz."
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924. Hay males que son independientes del modo de obrar y que alcanzan al más justo de los hombres; ¿no tiene éste medio para preservarse de ellos?
«Debe entonces resignarse y sufrirlos sin murmurar, si quiere progresar; pero halla siempre consuelo en su conciencia, que le ofrece la esperanza de un porvenir mejor, sí hace lo necesario para lograrlo».
925. ¿Por qué favorece Dios con bienes de fortuna a ciertos hombres que parecen no haberlos merecido?
«Es un favor para aquellos que no ven más que el presente; pero, sabedlo, la fortuna es una prueba más pelígrosa con frecuencia que la miseria». (814 y siguientes)
PRUEBAS DE LA RIQUEZA Y DE LA MISERIA
814. ¿Por qué ha dado Dios a unos las riquezas y el poder y a otros la miseria?
«Para probar a cada uno de un modo diferente. Ya sabéis, por otra parte. que los mismos espíritus son los que han elegido esas pruebas, en las cuáles sucumben con frecuencia».
815. ¿Cuál de las dos pruebas es más ímproba para el hombre, la de la desgracia o la de la fortuna?
«Tanto lo es una cómo la otra. La miseria provoca la murmuración contra la Providencia, la riqueza excita a todos los excesos».
#816. Si al rico le rodean más tentaciones, ¿no tiene también más medios de hacer bien?
«Justamente eso es lo que no hace siempre; se convierte en egoísta, orgulloso e insaciable; sus necesidades aumentan con su fortuna, y nunca cree tener bastante para sí sólo».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"La elevación en éste mundo y la autoridad sobre sus semejantes, son pruebas tan peligrosas y grandes cómo la desgracia; porque míentras más rico y poderoso es un hombre, más obligaciones tiene que cumplir, y mayores son los medios de hacer bien y mal. Dios prueba al pobre por medio de la resignación, y al rico por el uso que hace de sus bienes y poderio.
La riqueza y el poder engendran todas las pasiones que nos apegan a la materia y nos alelan de la perfección espiritual, y por ésto dijo Jesús: «En verdad os digo, que es más fácil el pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios». (266.)(Eleccion de las Pruebas) .
Libro de los Espíritus...
ELECCIÓN DE LAS PRUEBAS
#258. En estado errante y antes de tomar una nueva existencia corporal, ¿tiene el espíritu conciencia y previsión de lo que le sucederá durante la vida?
«Elige por si mismo el género de pruebas que quiere sufrir, y en esto consiste su libre albedrío».
#258a. -¿No es, pues, Dios quien le impone como castigo las tribulaciones de la vida?
«Nada sucede sin el permiso de Dios; porque él estableció todas las leyes que rigen el universo. ¡Preguntad, pues, por qué ha hecho tal ley y no tal otra! Dejando al espíritu la libertad de elegir, le abandona toda la responsabilidad de sus actos y consecuencias; nada estorba su porvenir, y le pertenece así el camino del bien, como el del mal. Pero le queda, si sucumbe, el consuelo de que no todo ha concluido para él y de que Dios, en su bondad, le deja en libertad de volver a empezar lo que ha hecho mal. Es preciso, por otra parte. distinguir lo que es obra de la voluntad de Dios y lo que procede de la del hombre. Si os amenaza un peligro, no sois vosotros, sino Dios, quien lo ha creado; pero vosotros sois libres de exponeros a él; porque lo consideráis un medio de progreso, y Dios lo ha permitido».
#259. Si el espíritu elige el género de pruebas que quiere sufrir, ¿síguese de ello que hemos previsto y elegido todas las tribulaciones que en la vida experimentamos?
«Todas no es la palabra; porque no puede decirse que hayáis previsto hasta las cosas más insignificantes de todo lo que os pasa en el mundo. Habéis elegido el género de prueba, y los hechos secundarios son consecuencia de la posición y a menudo de vuestras propias acciones. Si el espíritu ha querido nacer entre malhechores, por ejemplo, sabía a qué peligros se exponía; pero no cada uno de los actos que realizaría, pues éstos son efecto de la voluntad y del libre albedrío. El espíritu sabe que eligiendo tal camino, habrá de arrostrar tal género de lucha, conoce, pues. la naturaleza de las vicisitudes que encontrará, pero no sabe si antes tendrá lugar este acontecimiento que aquél otro. Los sucesos de detalle nacen de las circunstancias y de la fuerza de las cosas. Sólo están previstos los grandes acontecimientos, los que influyen en el destino. Sí eliges un camino lleno de atolladeros, sabes que has de tomar grandes precauciones, porque corres peligro de caer; pero no sabes en qué lugar caerás, y acaso lo evites, si eres prudente. Si pasando por la calle te cae una teja en la cabeza, no creas que estaba escrito como vulgarmente se dice».
#260. ¿Cómo puede el espíritu querer nacer entre gentes de mal vivir?
«Preciso es que sea enviado a un centro en que pueda sufrir la prueba que haya pedido. Pues bien, es necesaria la analogía, y para luchar con el instinto del bandolerismo, es preciso que encuentre personas de esa calaña».
#260a. -Si no hubiese, pues, gentes de mal vivir en la tierra, ¿el espíritu no podría encontrar la esfera necesaria a ciertas pruebas?
«¿Y os quejaríais de ello? Lo que tú dices sucede en los mundos superiores donde no tiene acceso el mal, y por esto sólo los habitan espíritus buenos. Procurad que pase pronto lo mismo en vuestra tierra».
#261. En las pruebas que ha de sufrir para llegar a la perfección, ¿debe el espíritu experimentar todos los géneros de tentaciones? ¿Dehe pasar por todas las circunstancias que pueden excitar en él el orgullo, los celos, la avaricia, el sensualismo, etcétera? «Ciertamente que no, puesto que sabéis que los hay que, desde el principio, toman un camino que los libra de no pocas pruebas; pero el que se deja arrastrar hacia el mal camino, corre todos los peligros de éste. Un espíritu, por ejemplo, puede pedir riquezas que le son concedidas, y siguiendo entonces su camino, puede ser avaro o pródigo, egoísta o generoso, o bien entregarse a todos los goces del sensualismo, sin que quiera esto decir que deba pasar forzosamente por toda la serie de esas inclinaciones»
#262, ¿Cómo el espíritu, que en su origen es sencillo, ignorante e inexperto, puede escoger una existencia con conocimiento de causa, y ser responsable de esta elección?
«Dios suple su inexperiencia trazándole el camino que debe seguir, como lo hacéis vosotros con el niño desde que nace; pero, poco a poco, le hace dueño de elegir a medida que se desarrolla su libre albedrío, y entonces es cuándo a menudo se extravía, tomando el mal camino, si no escucha los consejos de los espíritus buenos. A ésto es a lo que puede llamarse la caída del hombre».
#262a. -Cuando el espíritu disfruta de su libre albedrío, ¿la elección de la existencia corporal depende siempre exclusivamente de su voluntad, o esa existencia puede serle impuesta como expiación por la voluntad de Dios?
«Dios sabe esperar y no apresura la expiación. Pero puede, sin embargo, imponer una existencia al espíritu, cuando éste, por su inferioridad o mala voluntad, no es apto para comprender lo que le sería más saludable, y cuando se ve que aquella existencia, sobre servirle de expiación, contribuye a su purificación y adelanto».
#263. ¿Hace el espíritu su elección inmediatamente después de la muerte?
«No; muchos creen en las penas eternas, lo cual, según se os ha dicho, es un castigo».
#264. ¿Qué es lo que dirige al espíritu en la elección de las pruebas que quiere sufrir?
«Las que son para él una expiación, dada la naturaleza de sus faltas, y que pueden hacerles progresar más pronto. Los unos pueden, pues, imponerse una vida de miseria y de privaciones para probar de soportarlas con valor; otros pueden querer probarse con las tentaciones de la fortuna y el poderío, mucho más peligrosos por el abuso y mal uso que puede hacerse y por las malas pasiones que engendran. y otros, en fin, quieren probarse con las luchas que han de sostener con el contacto del vicio».
#265. Si hay espíritus que eligen como prueba el contacto del vicio, ¿los hay también que lo eligen por simpatía y deseos de vivir en un centro conforme con sus gustos. o para poder entregarse libremente a sus inclinaciones materiales?
«Cierto que los hay; pero sólo entre aquellos cuyo sentido moral está poco desarrollado aún, y entonces viene por si misma la prueba y la sufren por más largo tiempo. Tarde o temprano comprenden que la saciedad de las pasiones brutales, les reporta deplorables consecuencias, que sufrirán durante un tiempo que les parecerá eterno, y que Dios puede dejarles en este estado hasta que comprendan su falta y soliciten por si mismos redimirla con pruebas provechosas».
266. ¿No parece natural la elección de las pruebas menos penosas?
«A vosotros, si; pero no al espíritu. Cuándo está desprendido de la materia, cesa la ilusión y piensa de distinto modo».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"El hombre en la tierra y bajo la influencia de las ideas materiales, sólo ve el aspecto penoso de las pruebas, y por esto parécele natural elegir aquellas que, a !u modo de ver, pueden aliarse con los goces materiales; pero en la vida espiritual compara éstos goces fugitivos y groseros con la Inalterable felicidad que entrevé, y entonces ¿qué le son algunos sufrimientos pasajeros? El espíritu puede, pues, elegir la más ruda prueba, y, por lo tanto, la existencia más penosa con la esperanza de llegar más pronto a mejor estado, como el enfermo escoge con frecuencia el remedio más desagradable para curarse más pronto. El que desea unir su nombre al descubrimiento de un país desconocido, no escoge un camino sembrado de flores; sabe los peligros que corre; pero también la gloria que le espera, sí tiene buen éxito.
La doctrina de la libertad en la elección de nuestras existencias y de las pruebas que hemos de sufrir deja de parecer extraordinaria, sí se considera que los espíritus, desprendidos de la materia, aprecian las cosas de muy distinto modo que nosotros. Vislumbran el fin, fin mucho más grave para ellos que los goces fugitivos del mundo; después de cada existencia, ven el paso que han dado y comprenden lo que les falta purificarse aún para conseguirlo, y he aquí por qué se someten voluntariamente a todas las vicisitudes de la vida corporal, pidiendo por sí mismos las que pueden hacerlos llegar más pronto. Sin razón, pues, se admiran algunos de que el espíritu no dé la preferencia a la existencia más placentera. En su estado de imperfección no puede gozar de la vida exenta de amarguras; la entrevé, y para conseguirla, procura mejorarse.
¿Acaso no se ofrecen todos los dias a nuestros ojos ejemplos de lecciones semejantes? El hombre que trabaja una parte del día sin tregua ni descanso para procurarse el bienestar, ¿no se impone una tarea con la mira de buscar mejor porvenir? El militar que se ofrece para una misión peligrosa, y el viajero que desafía peligros no menores, en interés de la ciencia o de su fortuna, ¿qué hacen sino aceptar pruebas voluntarias que han de redundarles en honra y provecho, sí de ellas salen salvos? ¿A qué no se somete y expone el hombre por interés o gloria? Todos los certámenes ¿no son acaso pruebas voluntarias a que nos sometemos con la mira de elevarnos en la profesión que hemos elegido? No se llega a una posición social trascendental cualquiera en las ciencias, en las artes y en la industria, sino pasando por la serie de posiciones inferiores que son otras tantas pruebas. La vida humana está calcada sobre la espiritual, pues encontramos en aquélla, aunque en pequeño, las mismas vicisitudes de ésta. Luego, sí en la vida elegimos con frecuencia las más rudas pruebas con la mira de lograr un fin más elevado, ¿por qué el espíritu, que ve más que el cuerpo y para quién la vida corporal no es más que un incidente fugitivo, no ha de elegir una existencia penosa y laboriosa, sí le conduce a una felicidad eterna? Los que dicen que sí los hombres eligen la existencia pedirán ser principes o millonarios, son como los miopes que sólo ven lo que tocan, o cómo aquellos niños glotones que, al ser preguntados acerca de la profesión que más les gusta, responden: pastelero o confitero. Un viajero que se encuentra en medio de un valle oscurecido por la bruma, no ve ni la anchura, ni los extremos del camino, pero llega a la cumbre del monte, descubre el que ha recorrido y el que aún le falta recorrer, distingue el fin y los obstáculos que todavía le restan por vencer, y puede combinar con más seguridad entonces los medios de llegar al final. El espíritu encarnado está como el viajero que se encuentra al pie del monte; pero desprendido de los lazos terrestres, domina las cosas como el que ha llegado a la cima. El fin del viajero es el descanso después del cansancio; el del espíritu, la dicha suprema después de las tribulaciones y pruebas.
Todos los espíritus dicen que en estado errante inquieren, estudian y observan para elegir. ¿No tenemos ejemplo de éste hecho en la vida material? ¿No buscamos a menudo durante muchos años la carrera que libremente elegimos, porque la creemos más propicia a nuestro propósito? Si salimos mal a una, buscamos otra, y cada carrera que abrazamos es una fase, un período de la vida. ¿No empleamos el día en buscar lo que haremos mañana? ¿Y qué son las diferentes existencías corporales para el espíritu, sino etapas, períodos, días de su vida espiritista, que, como ya sabemos, es la normal, no siendo la corporal más que transitoria y pasajera.
#267. ¿Podría el espíritu hacer la elección durante el estado corporal?
«Puede influir en ella el deseo, lo que depende de la intención; pero en estado de espíritu ve con frecuencia las cosas de muy diferente modo. Sólo el espíritu hace la elección; pero, lo repetimos, puede hacerla en ésta vida material; porque el espíritu tiene siempre momentos en que es independiente de la materia que habita»,
#267a. -Muchas personas desean la grandeza y la riqueza, y ciertamente no lo hacen ni como expiación, ni como prueba.
«Sin duda la materia es la que desea la grandeza para disfrutarla, y el espíritu para conocer sus vicisitudes».
#268. ¿Sufre el espíritu constantemente pruebas, hasta llegar al estado de pureza perfecta?
«Sí, pero no son como las comprendéis vosotros, que llamáis pruebas a las tribulaciones materiales. El espíritu, cuando llega a cierto grado, sin ser perfecto aún, deja de sufrir; pero siempre tiene deberes que le ayudan a perfeccionarse y que no le son nada penosos, pues a falta de otros, tendría el de ayudar a sus semejantes a perfeccionarse».
#269. ¿Puede equivocarse el espíritu acerca de la eficacia de la prueba que elige?
«Puede escoger una superior a sus fuerzas, y entonces sucumbe, y puede también elegir una que no le aproveche, como, por ejemplo, un género de vida ocioso e inútil; pero vuelto al mundo de los espíritus, conoce que nada ha ganado, y solicita reparar el tiempo perdido».
# 270. ¿De qué depende la vocación de ciertas personas a la voluntad de preferir una carrera a otra? «Me parece que vosotros mismos podéis contestaros la pregunta. ¿Acaso no es consecuencia éso que preguntáis de todo lo que hemos dicho sobre la elección de las pruebas, y del progreso realizado en una existencia anterior?»
#271. Estudiando el espíritu, en estado errante, las diversas condiciones con que podrá progresar, ¿cómo cree poderlo hacer naciendo, por ejemplo, entre caníbales?
«Los espíritus adelantados no nacen entre caníbales, sino los de la misma naturaleza que éstos, o que les son inferiores».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"Sabemos que nuestros antropófagos no están en el grado más bajo de la escala, y que hay mundos dónde el embrutecimiento y la ferocidad no tienen análogos en la Tierra. Semejantes espíritus son, pues, inferiores a los más inferiores de nuestro mundo, y el nacer entre nuestros salvajes es un progreso para ellos, como lo seria para nuestros antropófagos el desempeíiar aquellos oficios que consisten en derramar sangre. Sí no tienen más altas miras, es por su Inferioridad moral, que no les permite comprender más completo progreso. Sólo gradualmente puede avanzar el espíritu, y no puede salvar de un salto la distancia que va de la barbarie a la civilización, lo cual nos manifiesta una necesidad de la reencarnación, que está verdaderamente conforme con la justicia de Dios, pues a no ser así, ¿qué sería de esos miles de seres que cada día mueren en el último estado de degradación, si no tuviesen medios de lograr el extremo superior? ¿Por qué habría de desheredárseles de los beneficios concedidos a los otros hombres? "
#272. ¿Podrían nacer en nuestros pueblos civilizados espíritus que procediesen de un mundo inferior a la Tierra, o de un pueblo muy atrasado, como los caníbales, por ejemplo?
«Sí, los hay que se extravían queriendo subir muy alto; pero entonces se encuentran fuera de su centro; porque tienen costumbres e instintos contrapuestos a los vuestros».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"Esos seres nos ofrecen el triste ejemplo de la ferocidad en medio de la civilización, y volviendo a renacer entre caníbales no retrocederán, sino que volverán a ocupar su verdadero puesto, y acaso ganen haciéndolo.
273. Un hombre perteneciente a una raza civilizada, ¿podría por expiación ser reencarnado en un salvaje? «Sí, pero esto depende de la clase de expiación. Un amo que ha sido duro con sus esclavos, podrá a su vez ser esclavo, y sufrir los malos tratamientos que ha usado con los demás; el que mandaba en cierta época puede, en una nueva existencia, obedecer a los que antes se humillaban ante su voluntad. Será una expiación, sí ha abusado de su poder, y Dios puede imponérsela. Un espíritu bueno puede también, a fin de hacerlos progresar, escoger una existencia influyente entre esos pueblos. y entonces desempeña una misión».
Según las leyes espirituales y que fueron mencionadas por Jesús, nuestra forma de ser, nuestros pensamientos y nuestras acciones y también nuestras intensiones, deben ser en Moral, que no es otra cosa que todo lo que hagamos o pensemos sea en hacer el bien común.
Sí decides hacer algo que tú consideras está bien hecho, pero que lacera o es en detrimento a otras personas, que stenten contra la vida de otros, basado en "Opiniones Personales" de los que retan la Ciencia, éso no es actuar en Moral. Entonces, todo lo que hacemos o pensamos se relaciona con ésta realidad.
La aplicación a ésta ley natural del libre Albedrío o libre Pensar, se aplica a las vacunas contra el coronavirus, Covid-19, sí son las vacunas lo que puede crear inmunidad y asi ayudar a las personas a que no se enfermen y mueran, ¿Porque se añaden a nuestros frupos, los que sin pensar recomiendan el no vacunarse, sin ninguna prueba, sin nigun aval de la ciencia. La Ciencia representa a Dios, porque Dios inspira a los científicos.
El que trata de influir en nuestra audiencia en todo aquello que atenta contra la vida de los demas con "Opiniones Personales" que no cumplen la Regla de Oro, de Jesús el Nazareno, que es : "No le hagas a otro lo que no te gustaría te hagan a tí" o "Procura ser mejorvque ayer y mañana mejor que hoy".
La conclucion es sensilla, todo lo que atente a que alguién pueda perder la vida, por seguir sus consejos, es culpable ante Dios. Es ademas, la mejor demostracion de no entender qué es y qué no es Espiritismo
Los Espiritistas Verdaderos son pro-vida, decimos no al Aborto, decimos no al Racismo, la Xenofobia, al Orgullo, al Egoísmo , al suicidio, no a los rituales, no al misticismo, no a las regresiones a vidas pasadas para reprogramar la mente y violar el Libre pensar de los demás, no a la Adivinación del futuro, no a las Profecías del Futuro. No a la pena de muerte, pues los Espíritus son inmortales y no mueren con la muerte del cuerpo. Es una pérdida de tiempo dedicar tiempo a oponerse a la pena muerte, y peor aún, no dedicar tiempo a educar los Espíritus a que la vida se respeta y que debemos evitar llegar al punto de violar la ley de la sociedad.
Respetemos la vida, y no hablemos de evitar vacunarse, provocando con palabras y el propio ejemplo lo que amenace la vida de los demás. Yo no podría vivir tranquilo sabiendo que mis palabras le provoquen la muerte a alguién.
Seamos Espiritistas Verdaderos, conociendo qué es y lo qué no es Espiritismo, para evitar caer en errores de juicio que nos endeude el Espíritu.
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926. Creando la civilización nuevas necesidades, ¿no es origen de nuevas aflicciones?
«Los males de este mundo están en razón de las necesidades ficticias que os creáis. El que sabe limitar sus deseos, y ve sin envidia al que le es superior, se evita no pocos disgustos en esta vida. El más rico es el que menos necesidades tiene.
»Envidiáis los goces de los que os parecen los afortunados del mundo; pero, ¿sabéis lo que les está reservado? Sí sólo para ellos gozan, son egoístas, y luego vendrán los reveses. Compadecedlos más bien. Dios permite que prospere a veces el malvado, pero no es de envidiar su dicha, porque la pagará con lágrimas amargas. Sí es desgraciado el justo, es a consecuencia de una prueba que se le tomará en cuenta, sí la soporta valerosamente. Recordad éstas palabras de Jesús: Bienaventurados los que sufren porque serán consolados».
# 927. Lo superfluo no es ciertamente indispensable para la dicha, pero no sucede lo mismo con lo necesario. Luego, ¿no es real la desgracia de los que están privados de el?
«Verdaderamente no es desgraciado el hombre más que cuándo experimenta la falta de lo necesario a la vida y a la salud del cuerpo. Semejante falta es quizá culpa suya, y entonces, sólo de él debe quejarse. Sí es culpa de otro, caerá la responsabilidad sobre aquél que es la causa».
#928. Por la especialidad de las aptitudes naturales Dios indica evidentemente nuestra vocación en el mundo. ¿Nos suceden muchos males de no seguir nosotros esa vocación?
«Cierto, y a menudo son los padres los que, por orgullo y avaricia, hacen salir a los hijos del camino trazado por la naturaleza, comprometiendo su felicidad con esa desviación, de la que serán responsables».
#928a. -Así, pues, ¿encontráis justo que el hijo de un hombre de distinguida posición haga zuecos. por ejemplo, sí para ello tiene aptitud?
«No se ha de incurrir en el absurdo, ni exagerar nada: la civilización tiene sus necesidades. ¿Por qué el hijo de un hombre de distinguida posición, como dices tú, ha de hacer zuecos sí puede hacer otra cosa? Podrá siempre ser útil con arreglo a la medida de sus facultades, sí no se las aplica contrariamente. Así, por ejemplo, en vez de un mal abogado, será quizás un buen mecánico, etcétera».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"La separación de los hombres de su esfera intelectual, es seguramente una de las más frecuentes causas de desengaño. La ineptitud para la carrera abrazada es una inagotable fuente de reveses, y uniéndose después a ésto el amor propio, priva al hombre caído de buscar un recurso en una profesión más humilde, y le señala el suicidio como un remedio supremo para librarse de lo que él cree una humillación. Si una educación moral le hubiese elevado por encima de las necias preocupaciones del orgullo, jamás se le hubiera cogido desprevenido.
#929. Hay gentes que, desprovistas de todo recurso. cuándo la abundancia reina en torno suyo, no tienen otra perspectiva que la muerte, ¿qué partido deben tomar? ¿Deben dejarse morir de hambre?
«Jamás debe tenerse la idea de dejarse morir de hambre. Siempre se hallaría medio de alimentarse, sí el orgullo no se interpusiese entre la necesidad y el trabajo. A menudo se dice: No hay oficio bajo, no es la posición lo que deshonra, pero se dice para los otros y no para sí mismo».
#930. Es evidente que sin las preocupaciones sociales por las que nos dejamos dominar, se encontraría siempre algún trabajo que pudiese ayudar a vivir, aunque tuviésemos que descender de nuestra posición; pero entre las gentes que no tienen preocupaciones, o que las pasan por alto, ¿las hay que están en la Imposibilidad de atender a sus necesidades, a consecuencia de enfermedades u otras causas independientes de su voluntad?
«En una sociedad organizada con arreglo a la ley de Cristo; nadie debe morir de hambre».
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"Con una organización sabia y previsora, sólo por culpa suya, puede faltar al hombre lo necesario, pero sus mismas faltas son a menudo resultado del medio en que se halla colocado. Cuándo el hombre practique la ley de Dios, existirá un orden social fundado en la justicia y en la solidaridad, y él mismo será mejor". (793)
#931. ¿Por qué en la sociedad son más numerosas las clases que sufren que las felices?
«Ninguna es completamente feliz, y lo que se cree felicidad encubre a menudo martirizadores pesares. En todas partes existe sufrimiento. Para responder, sin embargo, a tú pensamiento, te diré qúe las clases que llamas desgraciadas son más numerosas, porque la tierra es un lugar de expiación. Cuándo el hombre haya hecho de ella la morada del bien y de los espíritus buenos, dejará de ser desgraciado, y aquélla será para él el paraíso terrenal».
#932. ¿Por qué en el mundo los malvados tienen con tanta frecuencia más influjo que los buenos?
«Por debilidad de los buenos; los malvados son intrigantes y audaces, los buenos, tímidos. Cuándo éstos lo quieran, se harán superiores a aquéllos».
#933. Sí a menudo el hombre es causa de sus sufrimientos materiales, ¿sucede lo mismo con los morales?
«Más aún, porque los sufrimientos materiales son a veces independientes de la voluntad; pero el orgullo lastimado, la ambición frustrada, la ansiedad de la avaricia, la envidia, los celos, todas las pasiones, en una palabra, son tormentos del alma.»
«¡La envidia y los celos! ¡Felices los que no conocen esos dos gusanos roedores! Para el enfermo de mal de envidia y celos no hay calma, ni reposo posible; los objetos de su codicia, de su odio, de su despechó se levantan ante él como fantasmas que no le dan tregua, y hasta durante el sueño le persiguen. El envidioso y el celoso se abrasan en constante fiebre. ¿Es ésta una situación deseable, y no comprendéis que el hombre con semejantes pasiones se crea suplicios voluntarios, viniendo a ser la tierra para él un verdadero infierno?»
Comentario atribuido a Allan Kardec :
"Muchas expresiones pintan enérgicamente los efectos de ciertas pasiones; se dice: estar hinchado de orgullo, morirse de envidia, secarse de celos o de ira, amargarse la bebida y la comida, etcétera, cuadro harto verdadero. A veces los celos ni objeto determinado tienen. Hay gentes de natural celosas de todo lo que prospera, de todo lo que sobresale de lo vulgar, aún cuándo no tengan ningún interés directo, sólo porque ellas no pueden llegar al mismo grado. Todo lo que sobresale en el horizonte las ofusca, y sí estuviesen en mayoría en la sociedad, querrían ponerlo todo a su nivel, Ésos son los celos unidos a la medianía.
Con frecuencia sólo es desgraciado el hombre por la importancia que da a las cosas del mundo. La vanidad, la codicia y la ambición frustradas son las que causan su desgracia. Sí se hace superior al estrecho círculo de la vida material; si tiende sus miradas hacía el infinito, que es su destino, las vicisitudes de la humanidad le parecen mezquinas y pueriles, como los pesares del niño que se aflige por la pérdida de un juguete que constituía su suprema felicidad. Aquél que no ve más felicidad que en la satisfacción del orgullo y de los apetitos groseros, es desgraciado cuándo no puede satisfacerlos, al paso que el otro que nada superfluo desea, es feliz en lo que ven algunos calamidades.
Hablamos del hombre civilizado; porque teniendo el salvaje necesidades más limitadas, no tienen los mismos objetos de codicia y angustía: su modo de ver las cosas es diferente. En estado de civilización, el hombre razona su desgracia y la analiza; y por ésto le afecta más, pero puede también razonar y analizar los medios de consuelo. Éste consuelo lo encuentra en el sentimiento cristiano que le da esperanza de un porvenir mejor, y en el espiritismo que le da certeza de ése porvenir....
Libro de los Espíritus
ALLÁN KARDEC.
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