El libro de los Espíritus...
Libro de los Espíritus...
171. ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación?
«En la justicia de Dios y en la revelación; porque, como lo repetimos siempre, un buen padre deja siempre a sus hijos una puerta abierta al arrepentimiento. ¿No te dice la razón que sería injusto privar irremisiblemente de la dicha eterna a todos aquéllos, cuyo mejoramientono ha estado en su mano? ¿Por ventura todos los hombres no son hijos de Dios? Sólo entre los hombres egoístas impera la iniquidad, el odio implacable y las perlas irremisibles».
Todos los espíritus tienden a la perfección, y Dios les proporciona medios de conseguirla por las pruebas de la vida corporal; pero en su justicia les permite que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o terminar en la prueba anterior.
No estaría conforme ni con la equidad, ni con la bondad de Dios, el castigar eternamente a los que han podido encontrar obstáculos ajenos de su voluntad, y en el mismo medio en que viven, que retarden su perfeccionamiento. Sí la suerte del hombre quedase irrevocablemente decidida después de la muerte, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza, ni los habría tratado con imparcialidad.
La doctrina de la reencarnación, que admite muchas existencias sucesivas, es la única conforme con la idea que nos formamos de la justicia de Dios, respecto de los hombres que ocupaban una condición Moral inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y basar nuestras esperanzas, puesto que nos proporciona medios de enmendar nuestras faltas por nuevas pruebas. La razón así lo índica y así nos lo enseñan los Espíritus.
El hombre que tiene conciencia de su inferioridad halla en la doctrina de la reencarnación una consoladora esperanza. Sí cree en la justicia de Dios, no puede esperar que será eternamente igual a los que han obrado mejor que él. La idea de que su inferioridad no le deshereda para siempre del bien supremo, y de que podrá lograrlo con nuevos esfuerzos, le sostiene, alentando su ánimo. ¿Quién es el que al terminar su vida, no se conduele de haber adquirido demasiado tarde la experiencia de que no puede aprovecharse? Pues ésta experiencia tardía no se pierde, y será empleada con provecho en una nueva vida.
171a. -¿Es, pues, la reencarnación una necesidad de la vida espiritista, como la muerte lo es de la vidá corporal?
«Justamente es así».
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Item # 331. ¿Todos los espíritus se ocupan de su reencarnación?
«Los hay que ni siquiera piensan en ella, ni la comprenden, lo que depende de su naturaleza más o menos adelantada. Para algunos es un castigo la incertidumbre en que están de su porvenir».
Ítem # 332. ¿Puede el espíritu apresurar o retardar el momento de su encarnación?
«Puede apresurarlo, solicitándolo con sus oraciones y puede también retardarlo, sí retrocede ante la prueba; porque entre los espíritus los hay cobardes e indiferentes; pero no lo hace impunemente, pues sufre en consecuencia, como el que retrocede ante un remedio saludable que puede curarle».
Ítem # 333. Sí un espíritu se considerase bastante feliz en una condición mediana entre los espíritus errantes, y sí no ambicionase elevarse más, ¿podría prolongar indefinidamente semejante estado?
«Indefinidamente no, pues el progreso es una necesidad que tarde o temprano experimenta el espíritu. Todos deben ascender; éste es su destino».
Ítem # 334. La unión del alma a tal o cuál cuerpo, ¿está predestinada, o sólo en el último instante se hace la elección?
«El espíritu está destinado con antelación. Escogiendo la prueba que quiere sufrir, el espíritu solicita encarnarse, y Dios, que lo sabe y ve todo, ha sabido anticipadamente que tal alma se unirá a tal cuerpo».
Ítem # 335. ¿Tiene el espíritu la elección del cuerpo en que ha de entrar, o solamente la del género de vida que le ha de servir de prueba?
«Puede elegir también el cuerpo; porque las imperfecciones de éste son pruebas que favorecen su progreso, sí vence los obstáculos que en él encuentra; pero no siempre depende de él la elección. Puede pedirla».
-¿Podría desistir el espíritu, en el último momento de entrar en el cuerpo elegido por él?
«Sí desistiese sufriría por ello mucho más que aquél que ninguna prueba hubiese intentado».
Ítem # 336. ¿Podría suceder que un niño que hubiera de nacer, no encontrase espíritu que quisiese encarnarse en él?
«Dios proveería entonces. Cuándo el niño ha de nacer viable está siempre predestinado a tener un alma, pues nada ha sido creado sin propósito».
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
Ítem # 337. ¿Puede ser impuesta por Dios la unión del espíritu a un cuerpo determinado?
«Puede ser impuesta lo mismo que las otras pruebas, sobre todo, cuándo el espíritu no es apto aún para elegir con conocimiento de causa. Por vía de expiación, el espíritu puede ser obligado a unirse al cuerpo de un niño que, por su nacimiento y la posición que ocupará en el mundo, podrá ser objeto de castigo».
Ítem # 338. Sí aconteciese que muchos espíritus se presentasen para el mismo cuerpo que ha de nacer, ¿qué decidirían entre ellos?
«Muchos pueden pedirlo, y Dios juzga en semejante caso el que es más capaz de cumplirla la misión a que está destinado el niño; pero, te digo, que el espíritu está designado antes del momento de unirse al cuerpo».
Ítem # 339. ¿Acompaña al momento de la encarnación una turbación semejante a la que tiene lugar a la salida del cuerpo?
«Mucho mayor y sobre todo más prolongada. Al morir el Espíritu sale de la esclavitud, al nacer entra en ella».
Ítem # 340. ¿El instante en que un espíritu ha de encarnarse es solamente para él? ¿Realiza éste acto como cosa grave e importante?
«Viene a ser como un viajero que se embarca para una travesía peligrosa, y que ignora sí hallará la muerte en medio de las olas que desafía».
El viajero que se embarca sabe a qué peligros se expone; pero ignora sí naufragará. Así sucede al espíritu, conoce la clase de pruebas a que se somete; pero ignora sí sucumbirá.
Del mismo modo que la muerte del cuerpo es una especie de renacimiento para el espíritu, la reencarnación es para éste una especie de muerte, o mejor de destierro o clausura. Abandona el mundo de los espíritus por el corporal, como el hombre abandona el mundo corporal por el de los espíritus. El espíritu sabe que se reencarnará, como el hombre que morirá; pero como este último, aquél no tiene
conciencia de ello hasta el postrer instante, cuándo llega el tiempo deseado. Entonces, en aquél momento supremo, se apodera de él la turbación como del hombre que agoníza, turbación que dura hasta que la nueva existencia está completamente formada. Los preludios de la reencarnación son una especie de agonía para el Espíritu.
Ítem # 341. La incertidumbre del espíritu sobre la eventualidad del éxito de las pruebas que va a sufrir en la vida, ¿es causa de ansiedad antes de la encarnación?
«Ansiedad muy grande, puesto que las pruebas de la existencia no adelantarán o retardarán, según las soporte bien o mal».
Ítem # 342. En el momento de la reencarnación, ¿está acompañado el espíritu de otros Espíritus amigos que asisten a su partida del mundo espiritista, como salen a su encuentro cuándo regresa?
«Depende de la esfera en que habita el espíritu. Sí se encuentra en la esfera donde reina el afecto, los espíritus que le aman le acompañan hasta el último momento, le animan y a veces hasta le siguen en la vida».
Ítem # 343. Los espíritus amigos que nos siguen en la vida, ¿son los que a veces vemos en
sueños, que nos demuestran afecto y que se nos presentan bajo formas desconocidas?
«A menudo son ellos que vienen a visitarnos como vosotros, vais a ver al prisionero»
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
UNIÓN DEL ALMA Y DEL CUERPO. ABORTO
Ítem # 344. ¿En qué momento se une el alma al cuerpo?
«La unión empieza en la concepción; pero no es completa hasta el momento del nacimiento. Desde el instante de la concepción, el espíritu designado para habitar en un cuerpo determinado se une a él por un lazo fluídico, que se va estrechando poco a poco, hasta que el niño sale a luz. El grito que lanza entonces anuncia que pertenece al número de los
vivientes y servidores de Dios».
Ítem # 345. ¿La unión del espíritu y del cuerpo es definitiva desde el momento de la concepción? Durante éste primer período, ¿Podría el espíritu renunciar a habitar en aquél cuerpo?
«La unión es definitiva en el sentido de que otro espíritu no podría reemplazar al designado para aquél cuerpo; pero, como los lazos que a él le unen son muy débiles,
fácilmente se rompen y pueden serlo por la voluntad del espíritu que retrocede ante la prueba que ha elegido; pero entonces no vive el niño».
Ítem # 346. ¿Qué sucede al espíritu, si el cuerpo que ha escogido muere antes de nacer?
«Escoge otro».
-¿Qué utilidad pueden tener ésas muertes prematuras?
«Las imperfecciones de la materia son las más frecuentes causas de semejantes muertes».
Ítem # 347. ¿Qué utilidad puede tener para el Espíritu su encarnación en un cuerpo, que muere pocos días después del nacimiento?
«El ser no tiene conciencia bastante desarrollada de su existencia; la importancia de la muerte es casi nula, y como hemos dicho, es con frecuencia una prueba para los padres».
Ítem # 348. ¿Sabe anticipadamente el espíritu que el cuerpo elegido no tiene probabilidades de vida?
«Lo sabe a veces; pero sí por éste motivo lo escoge, retrocede ante la prueba».
Ítem # 349. Cuándo una encarnación es improductiva para el Espíritu, por una causa cualquiera, ¿es suplida inmediatamente por otra existencia?
«No siempre inmediatamente, pues el espíritu necesita tiempo para escoger de nuevo, a menos que la reencarnación instantánea no provenga de una determinación anterior».
Ítem # 350. Unido el Espíritu al cuerpo del niño y no pudiendo ya desistir, ¿siente a veces la elección que ha hecho?
«¿Quieres decir sí se queja como hombre de su vida? ¿Sí la cambiaría por otra? Sí ¿Quieres decir sí siente la elección que ha hecho? No, puesto que ignora que la haya elegido.
Encarnado el espíritu, no puede sentir una elección de la que no tiene conciencia; pero puede a encontrar muy pesada la carga, y sí la cree superior a sus fuerzas, entonces acude al suicidio».
Ítem # 351. En el intérvalo de la concepción al nacimiento, ¿disfruta el espíritu de todas sus facultades?
«Más o menos según la época; porque no está aún encarnado, sino ligado. Desde el momento de la concepción, la turbación empieza a apoderarse del espíritu, advirtiéndo se le de éste modo que ha llegado el momento de tomar una nueva existencia. La turbación va aumentando hasta el nacimiento, y en éste intervalo su estado es poco más o menos el de un
espíritu encarnado, durante el sueño del cuerpo. A medida que se aproxima el acto del nacimiento, bórranse sus ideas y el recuerdo del pasado, del cuál cesa, como hombre, de tener conciencia así que entra en la vida; pero éste recuerdo lo recobra poco a poco en su estado de Espíritu ».
Ítem # 352. En el acto del nacimiento, ¿recobra inmediatamente el espíritu la plenitud de sus facultades?
«No, se desarrolla gradualmente con los órganos. Se trata de una nueva existencia y espreciso que aprenda a servirse de sus instrumentos. Las ideas le acuden poco a poco, como sucede al hombre que se despierta y que se encuentra en distinta posición de la que tenía antes de dormirse».
Ítem # 353. No consumándose completa y definitivamente, hasta después del nacimiento, la unión del espíritu y del cuerpo, ¿puede considerarse al feto cómo dotado de alma?
«El espíritu que debe animarlo existe en cierto modo fuera de él y propiamente hablando, no tiene, pues, un alma, puesto que la encarnación está sólo en vías de operarse; pero está ligado a la que ha de escoger».
Ítem # 354. ¿Cómo se explica la vida intrauterina?
«Es la vida de la planta que vegeta. El niño vive la vida animal. El hombre reúne en sí la vida animal y la vegetal que completa, al nacer, con la espiritista».
Ítem # 355. ¿Existen, según indica la ciencia, niños que, desde el seno de la madre, no han nacido viables? ¿Con qué objeto sucede así?
«Sucede a menudo, y Dios lo permite como prueba, ya para los padres, ya para el Espíritu destinado a aquél cuerpo»
Ítem # 356. ¿Hay niños que nacen muertos y que no han sido destinados a la encarnación de ningún espíritu?
«Sí, los hay que nunca han tenido un espíritu destinado para su cuerpo, pues nada debía realizarse respecto de ellos. Semejante niño viene únicamente para expiación de sus padres».
Ítem # 356a. -Un ser de ésta naturaleza, ¿puede llegar al tiempo normal?
«A veces sí pero entonces no vive».
Ítem # 356b. -Todo niño que sobrevive, pues, al nacimiento, ¿tiene necesidad de un espíritu encarnado?
«¿Qué sería sí no lo tuviese? No sería un ser humano».
Ítem # 357. ¿Qué consecuencias tiene el aborto para el Espíritu?
«Es una existencia nula que debe volverse a empezar».
Ítem # 358. ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que sea la época de la concepción?
«Desde el momento que violáis la ley de Dios, existe crimen. La madre u otro cualquiera que sea, comete siempre un crimen, quitando la vida al niño antes del nacimiento; porque impide al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo».
359. En el caso de que corriese peligro la vida de la madre a consecuencia del nacimiento del niño, ¿es un crimen sacrificar a éste para salvar a aquélla?
«Es preferible sacrificar al ser que no existe que no al que existe».
360. ¿Es racional guardar al feto las mismas consideraciones que al cuerpo de un niño,que hubiese vívido?
«En todo ved la voluntad de Dios y su obra, y no tratéis, pues, con ligereza cosas que debéis respetar. ¿Por qué no se han de respetar las obras de la creación, incompletas a veces por voluntad del Creador? Esto entra en sus designios, y a juzgar de ellos no está llamado nadie».
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Entonces, no hablemos de tiempo definido para indicar cuándo el Alma entra al cuerpo humano, y decir una incongruencia tan grande en decir que el Alma entra al cuerpo pasados 49 días luego de la concepción, que algunos Espiritualistas tratan de inventar. Eso no es de acuerdo a las enseñanzas del Espiritismo.
El Alma se encarna al momento de la concepción. Sí no fuera así, que es lo que hace mover los Espermatozoides que se analizan microscópicamente. El Alma es la Vida, el principio vital que está presente al momento de la concepción que se logra en la culminación del acto sexual, entre el hombre y la mujer.
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Libro de los Espíritus...
ENCARNACIÓN EN DIFERENTES MUNDOS
172. ¿Se realizan en la Tierra todas nuestras diferentes existencias corporales?
«No, sino en los diferentes mundos. La terrestre no es la primera, ni la última; pero si, una
de las más materiales y lejanas de la perfección».
173. A cada nueva existencia corporal, ¿pasa el alma de un mundo a otro, o bien puede
vivir varias veces en el mismo mundo?
«Puede revivir muchas veces en el mismo mundo, si no está bastante adelantada para
pasar al inmediato».
-Según eso, ¿podemos reaparecer muchas veces en la Tierra?
«Ciertamente».
-¿Podemos volver a ella después de haber vivido en otros mundos?
«Seguramente; pues habéis podido vivir ya en otra parte y en la Tierra».
174. ¿Es una necesidad volver a vivir en la Tierra?
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EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
«No; pero si no adelantáis, podéis ir a otro mundo que no sea mejor o que puede ser
peor».
175. ¿Es ventajoso volver a habitar en la Tierra?
«Ninguna ventaja particular tiene, a menos de que se desempeñe una misión, pues
entonces se progresa en ella como en cualquiera otra parte».
-¿No sería mejor continuar siendo espíritu?
«¡No, no! Permaneceríamos estacionarios, y queremos caminar hacia Dios».
176. Los espíritus, después de haber estado encarnados en otros mundos, ¿pueden estarlo
en éste, sin haber vivido nunca en él?
«Sí, como vosotros en otros. Todos los mundos son solidarios, y lo qué no se hace en
uno se hace en otro».
-¿Luego hay hombres que están por primera vez en la Tierra?
«Hay muchos y en diversos grados».
-¿Existe algún signo para conocer al espíritu que aparece por primera vez en la Tierra?
«Eso no tendría ninguna utilidad».
177. Para llegar a la perfección y a la dicha suprema, objeto final de todos los hombres,
¿debe pasar el espíritu por la serie de todos los mundos que existen en el universo?
«No, porque hay muchos mundos que ocupan el mismo grado, y en los que nada nuevo
aprendería el espíritu».
-¿Cómo se explica, pues, la pluralidad de existencias en el mismo globo?
«Porque puede encontrarse cada vez en posiciones muy diferentes, que son para él otras
tantas ocasiones de adquirir experiencia».
178. ¿Pueden los espíritus revivir corporalmente en un mundo relativamente inferior a
aquel en que ya han vivido?
«Sí, cuando han de desempeñar una misión para favorecer el progreso, y entonces
aceptan con alegría las tribulaciones de aquella existencia; porque les proporciona ocasión de
adelantar».
-¿No puede suceder eso mismo por expiación, y no puede Dios enviar a los espíritus
rebeldes a mundos inferiores?
«Los espíritus pueden permanecer estacionarios; pero no retroceden, y su castigo consiste entonces en no adelantar
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ALLAN KARDEC
y en volver a empezar las existencias mal empleadas, en la esfera que conviene a su
naturaleza».
-¿Quiénes son los que han de empezar nuevamente la misma existencia?
«Los que faltan a su misión o a sus pruebas».
179. Los seres que habitan en cada uno de los mundos, ¿han llegado todos al mismo grado
de perfección?
«No, y sucede lo mismo que en la Tierra, pues los hay más o menos adelantados».
180. Al pasar de éste a otro mundo, ¿conserva el espíritu la inteligencia que en aquél
tenía?
«Sin duda, pues la inteligencia no se pierde; pero puede no contar con los mismos medios
de manifestarla, dependiendo esto de su superioridad y del estado del cuerpo que tomen».
(Véase Influencia del organismo, número 367 y siguientes.)
181. Los seres que habitan en los diferentes mundos, ¿tienen cuerpos semejantes a los
nuestros?
«Es indudable que tienen cuerpo, porque se hace necesario que el espíritu esté revestido de
materia para obrar sobre la materia; pero esa envoltura es más o menos material según el
grado de pureza a que han llegado los espíritus, y en esto consiste la diferencia de los mundos
que hemos de recorrer; porque hay muchas habitaciones en la morada dc nuestro Padre, y
muchos grados por lo tanto. Unos lo saben y tienen conciencia de ello en la Tierra; pero otros
están muy lejos de semejante creencia».
182. ¿Podemos conocer con exactitud el estado físico y moral de los diferentes mundos?
«Nosotros, los espíritus, no podemos responder más que conforme al grado en que os
encontráis, es decir, que estas cosas no debemos revelarías a todos; porque no todos están en
estado de comprenderlas, y les perturbarían».
A medida que el espíritu se purifica, el cuerpo que reviste se apro xima igualmente a la naturaleza
espiritista. La materia se hace menos densa, no se arrastra tan penosamente por el suelo, las necesidades
fisicas son menos groseras y los seres vivientes no tienen necesidad de destruirse mutuamente para
alimentarse. El espíritu es más libre y tiene de las cosas lejanas percepciones que nos son desconocidas,
viendo con los ojos del cuerpo lo que nosotros sólo vemos con el pensamiento.
La purificación de los espíritus produce en los cuerpos en que están encarnados el perfeccionamiento
moral; se debilitan en él las pasiones
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EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
animales, y el egoismo cede el puesto al sentimiento de fraternidad. Por esto en los mundos superiores a la
Tierra son desconocidas las guerras, no teniendo objeto el odio y la discordia; porque nadie piensa en
dañar a su semejante. La intuición que tienen de su porvenir y la seguridad que les da la conciencia, libre
de remordimientos, hacen que la muerte no les cause temor alguno, y la ven llegar sin miedo y como una
simpie transformación.
La duración de la vida en los diferentes mundos parece que está en proporción del grado de
superioridad fisica y moral de esos mismos mundos, lo cual es completamente racional. Mientras menos
material es el cuerpo, menos expuesto está a las vicisitudes que lo desorganizan y mientras más puro es el
espíritu, menos son las pasiones que lo debilitan. Este es otro favor de la Providencia, que abrevia asi los
sufrimientos.
183. Al pasar de un mundo a otro, ¿pasa el espíritu por una nueva infancia?
«La infancia es en todas partes una transición necesaria; pero en todas partes no es tan
estúpida como la vuestra».
184. ¿Elige el espíritu el nuevo mundo en que ha de habitar?
«No siempre; pero puede pedirlo, y obtenerlo, si lo merece; porque sólo conforme al
grado de elevación de los espíritus les son asequibles los mundos».
-Si el espíritu no lo pide, ¿qué es lo que determina el mundo donde ha de encarnarse?
«Su grado de elevación».
185. El estado físico y moral de los seres vivientes, ¿es perpetuamente el mismo en cada
globo?
«No, pues también están sujetos los mundos a la ley del progreso. Todos, como el
vuestro, han empezado por encontrarse en estado inferior, y la misma Tierra experimentará
semejante transformación, trocándose en paraíso terrestre, cuando los hombres sean buenos».
Así, pues, las razas que en la actualidad pueblan la tierra desapare cerán un día. siendo
reemplazadas por seres más y más perfectos, y esas razas transformadas sucederán a la actual, como ésta
ha sucedido a otras más groseras aún.
186. ¿Existen mundos en los cuales el espíritu, dejando de habitar en un cuerpo material,
no tiene otra envoltura que el periespíritu?
«Sí, y esta misma envoltura se hace tan etérea, que para vosotros es como si no existiese,
y tal es el estado de los espíritus puros».
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ALLAN KARDEC
-¿Parece resultar de esto que no hay una demarcación clara entre el estado de las últimas
encarnaciones y el del espíritu puro?
«Esa demarcación no existe, y desapareciendo gradualmente la diferencia, se hace
insensible, como desaparece la noche a los primeros fulgores del día».
187. La sustancia del periespíritu, ¿es la misma en todos los globos?
«No, es más o menos etérea. Al pasar de un mundo a otro, el esp¡ritu reviste la materia
propia a cada uno de ellos, operación que dura tan poco tiempo como un relámpago».
188. ¿Los espíritus puros habitan en mundos especiales, o están en el espacio universal sin
predilección de un globo sobre los otros?
«Los espíritus puros habitan en ciertos mundos, pero no están confinados en ellos como
los hombres en la tierra, y más fácilmente que los otros pueden estar en todas partes».¹
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¹ Según los espíritus, entre todos los globos que componen nuestro sistema planetario, la Tierra es uno
de aquellos cuyos habitantes están menos adelantados física y moralmente, Marte es inferior, y Júpiter
mucho más superior en todos conceptos. El Sol no es un mundo habitado por seres corporales, sino un
punto de reunión de los espíritus superiores, que desde alIi irradian por medio del pensamiento a los otros
mundos que dirigen por mediación de espíritus menos elevados, con los cuales comunican merced al fluido
universal. Como constitución física, el Sol es un foco de electricidad. Parece que todos los soles se
encuentran en posición idéntica.
El, volumen y distancia que separa a los planetas del Sol no tienen ninguna relación necesaria con el
grado de adelanto de los mundos, puesto que parece que Venus está más adelantado que la Tierra, y
Saturno menos que Júpíter.
Muchos espíritus que han animado a personas conocidas en la Tierra, han dicho que estaban
reencarnadas en Júpiter, uno de los mundos más próximos a la perfección, y ha podido causar admiración
ver en este mundo tan adelantado a hombres que la opinión en la Tierra no conceptuaba dignos de tanto.
Nada debe sorprender esto, si se considera que ciertos espíritus que habitan en este planeta, pudieron ser
enviados a la Tierra para desempeñar una misión, que a nuestros ojos no les hacia dignos del primer
puesto. En segundo lugar, entre su existencia terrestre y la que viven en Júpiter. pueden haber vivido
otras intermediarias, durante las cuales se hayan mejorado; y en tercer lugar, en este mundo, como en el
nuestro, hay diferentes grados de desenvolvimiento, entre los cuales puede haber la distancia que separa
entre nosotros al salvaje del hombre civilizado. Así, pues, del hecho de habitar en Júpiter, no se sigue que
ha de estarse al nivel de los seres más ade
lantados, del mismo modo que no por vivir en Paris se ha de estar a la altura de uno de los sabios del
Instituto.
Las condiciones de longevidad tampoco son las mismas en todas partes que en la Tierra, y la edad no
puede compararse. Una persona que había muerto hacia algunos afios, fue evocada, 'y dijo que estaba
encarnada hacia ya seis meses, en un mundo cuyo nombre nos es desconocido. Preguntada acerca de la
edad que en aquel mundo tenía contestó: «No puedo precisarla; porque no contamos como vosotros;
además. el modo de vivir no es el mismo, pues aquí nos desarrollamos mucho más pronto, y sin embargo,
aunque sólo hace seis de vuestros meses que me encuentro en este mundo, puedo decir, que, en punto a
inteligencia, tengo treinta atios de la edad que contaba en la Tierra».
Muchas respuestas análogas han sido dadas por otros espíritus, y esto no es nada Inverosímil. ¿No
vemos en la Tierra que una multitud de animales llegan en pocos meses a su desarrollo normal? ¿Por qué
no ha de suceder lo mismo con el hombre en otras esferas? Obsérvese, por otra parte, que el desarrollo a
que llega el hombre en la Tierra a la edad de treinta años, no pasa quizá de ser una especie de infancia,
comparado con el que está llamado a alcanzar. Se necesita ser muy miope de inteligencia para tomarnos
en todo por tipos de la creación, y se rebaja mucho a la Divinidad. creyendo que, fuera de nosotros, nada
hay que le sea posible.
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EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
TRANSMIGRACIÓN PROGRESIVA
189. Desde el principio de su formación, ¿goza el espíritu de la plenitud de sus
facultades?
«No; porque el espíritu, como el hombre, tiene también su infancia. En su origen, no
tienen los espíritus más que una existencia instintiva, y apenas tienen conciencia de si mismos
y de sus actos. Sólo poco a poco se desarrolla la inteligencia».
190. ¿Cuál es el estado del alma en su primera encarnación?
«El estado de infancia en la vida corporal, y apenas se desarrolla su inteligencia; se
ensaya en la vida».
191. ¿Las almas de nuestros salvajes son almas en estado de infancia?
«Infancia relativa; pero son almas desarrolladas ya, pues tienen pasiones».
-¿Las pasiones son, pues, una señal de desarrollo?
«De desarrollo, sí; pero no de perfección. Son una señal de actividad y de conocimiento
del yo mientras que en el alma primitiva la inteligencia y la vida están en germen».
____________
lantados, del mismo modo que no por vivir en Paris se ha de estar a la altura de uno de los sabios del
Instituto.
Las condiciones de longevidad tampoco son las mismas en todas partes que en la Tierra, y la edad no
puede compararse. Una persona que había muerto hacia algunos afios, fue evocada, 'y dijo que estaba
encarnada hacia ya seis meses, en un mundo cuyo nombre nos es desconocido. Preguntada acerca de la
edad que en aquel mundo tenía contestó: «No puedo precisarla; porque no contamos como vosotros;
además. el modo de vivir no es el mismo, pues aquí nos desarrollamos mucho más pronto, y sin embargo,
aunque sólo hace seis de vuestros meses que me encuentro en este mundo, puedo decir, que, en punto a
inteligencia, tengo treinta atios de la edad que contaba en la Tierra».
Muchas respuestas análogas han sido dadas por otros espíritus, y esto no es nada Inverosímil. ¿No
vemos en la Tierra que una multitud de animales llegan en pocos meses a su desarrollo normal? ¿Por qué
no ha de suceder lo mismo con el hombre en otras esferas? Obsérvese, por otra parte, que el desarrollo a
que llega el hombre en la Tierra a la edad de treinta años, no pasa quizá de ser una especie de infancia,
comparado con el que está llamado a alcanzar. Se necesita ser muy miope de inteligencia para tomarnos
en todo por tipos de la creación, y se rebaja mucho a la Divinidad. creyendo que, fuera de nosotros, nada
hay que le sea posible.
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ALLAN KARDEC
La vida del espíritu recorre en conjunto las mismas fases de la vida corporal. Pasa gradualmente del
estado de embrión al de infancia, para llegar por una serie de períodos al de adulto, que es el de la
perfección; pero con la diferencia de que no tiene decaimiento y decrepitud como en la vida corporal; que
su vida, que tiene principio, no tendrá fin; que necesita un tiempo inmenso, a nuestro modo de ver, para
pasar de la infancia espiritista al desarrollo completo, y que realiza su progreso no en una sola esfera, sino
pasando por diversos mundos. La vida del espíritu se compone, pues, de una serie de existencias
corporales, cada una de las cuales le es ocasión de progreso, como cada existencia corporal se compone de
una serie de días, en cada uno de los cuales acrecienta el hombre su experiencia e instrucción. Pero del
mismo modo que en la vida del hombre hay días infructuosos, en la del espíritu hay existencias corporales
que no producen resultado; porque no ha sabido aprovecharlas.
192. ¿Se puede desde esta vida, observando una conducta perfecta. franquear todos los
grados y llegar a ser espíritu puro, sin pasar por otros intermediarios?
«No; porque lo que el hombre cree perfecto está muy lejos de la perfección, y hay
cualidades que le son desconocidas y no puede comprender. Puede ser tan perfecto como lo
permita su naturaleza terrestre; pero ésta no es la perfección absoluta. Así como el niño, por
mucha que sea su precocidad, ha de pasar por la juventud antes de llegar a la madurez, así
también el enfermo pasa por la convalecencia antes de recobrar toda la salud. Y además, el
espíritu ha de progresar en ciencia y moralidad, y si sólo en un sentido ha progresado, es
preciso que progrese en el otro para lleqar a lo alto de la escala. Pero mientras más adelanta el
hombre en la vida presente, menos largas y penosas son las pruebas siguientes».
-¿Puede el hombre, por lo menos asegurarse desde esta vida una existencia futura menos
sobrecargada de amarguras?
«Sin duda que Sí, pues puede abreviar la extensión y dificultades del camino. Sólo el
indolente se encuentra siempre en el mismo punto».
193. En sus nuevas existencias, ¿puede el hombre descender a más baja condición de la
que ocupaba?
«Respecto de la posición social, sí; pero no considerado como espíritu».
194. ¿El alma de un hombre de bien puede, en una nueva encarnación, animar el cuerpo
de un malvado?
«No; porque no puede degenerar».
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EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
-¿El alma de un perverso puede llegar a ser la de un hombre de bien?
«Sí, si se arrepiente, y entonces la transformación es una recompensa».
La marcha de los espíritus es progresiva y nunca retrógrada; se elevan gradualmente en la
jerarquía, y no descienden de la altura a que han llegado. En sus diferentes existencias corporales pueden
descender como hombres; pero no como espíritus. Así el alma de un potentado de la tierra puede más
tarde animar al más humilde artesano, y viceversa; porque los rangos entre los hombres están con
frecuencia en razón inversa de los sentimientos morales. Herodes era rey, y Jesús, carpintero.
195. La posibilidad de mejorarse en otra existencia, ¿no puede inducir a ciertas personas
a perseverar en el mal camino, creídos de que más tarde podrán corregirse?
«El que así piensa no cree en nada, y tampoco le contiene la idea de un castigo eterno,
porque su razón la rechaza, y semejante idea conduce a la incredulidad sobre todas las cosas.
Si sólo medios razonables se hubiesen empleado en la dirección de los hombres, no habria
tantos escépticos. Un espíritu imperfecto puede, en efecto, pensar lo que tú dices durante su
vida corporal; pero una vez desprendido de la materia, piensa de muy distinto modo, porque
pronto comprende que ha calculado mal, y entonces es cuando trae un sentimiento contrario
en una nueva existencia. Así es como se realiza~alizá el progreso, y he aquí por qué teneis en
la tierra hombres más adelantados que Otros. Unos tienen aquella experiencia de que carecen
otros; pero que adquirirán paulatinamente. De ellos depende precipitar su progreso o
retardarlo indefinidamente».
El hombre que ocupa una mala posición desea cambiarla lo más pronto posible. El que está
persuadido de que las tribulaciones de esta vida son consecuencia de sus imperfecciones, procurará
proporcionarse una nueva existencia menos penosa, y este pensamiento, más que el del fuego eterno, en el
que no cree, le alejará del camino del mal.
196. No pudiendo los espíritus mejorarse más que sufriendo las tribulaciones de la vida
corporal, ¿se deduce que la vida material es una especie de tamiz o depuratorio, por el que
deben pasar los seres del mundo espiritista para llegar la la perfección?
«Sí; exactamente, es así. Se mejoran en esas pruebas evitando el mal y practicando el
bien. Pero sólo después de muchas encarnaciones o purificaciones sucesivas, alcanzan el
objeto hacia el cual se dirigen en un tiempo más o menos largo, según sus esfuerzos».
-¿Es el cuerpo el que influye en el espíritu para mejorarle, o el espíritu en el cuerpo?
«Tu espíritu lo es todo; el cuerpo es una vestidura que se pudre; todo se reduce a esto».
El jugo de la vid nos ofrece una comparación material de los diferentes grados de la purificación del
alma. Contiene el licor llamado espíritu de vino o alcohol, pero debilitado por una multitud de materias
extrañas que alteran su esencia, y no se obtiene su pureza absoluta sino después de muchas destilaciones.
en cada una de las cuales se desprende de alguna impureza. El alambique es el cuerpo en que ha de entrar
para purificarse, y las materias extrañas vienen a ser como el periespíritu, el cual se purifica a medida
que el espíritu se aproxima a la perfección.