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Éste artículo de referencia, presenta la posición de los científicos de salud mental. Su posición en cuánto a los llamados "
Trastornos Mentales" es que no saben qué los produce, tampoco saben cómo curarlos.
Su única respuesta es que se producen por una desorganizacion de los "neurotransmisores" del cerebro, teoría no aceptada por los Neurólogos. Que son los especialistas en lo relacionado a los neurotransmisores en el cerebro humano. Ha quedado demostrado que las drogas antidepresivos, o las llamadas drogas psicotropicas no tienen nada que ver con los llamados "
Trastornos Mentales", cuyos diagnósticos son basados sólo en observación de comportamientos y no basados en estudios empíricos.
Comparto este artículo para demostrar la posición científica asumida para definir la esquizofrenia catatónica, que el Espiritismo lo considera una "
OBSESIÓN SUBYUGANTE" que puede ser curada. Veamos el artículo de referencia.
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La esquizofrenia catatónica es una condición neurológica o psicológica grave en la que se presentan dos tipos de comportamientos: estupor y rigidez motora o excitación. Cuando las personas experimentan rigidez o estupor, no pueden hablar, responder o incluso moverse. En otros casos, las personas exhibirán excitación severa o manía. Aquellos que experimenten excitación catatónica exhibirán comportamientos maníacos como balbucear o hablar incoherentemente. Los que sufren de estupor catatónico permanecen en este estado inmóvil durante largos períodos de tiempo.
Características comunes
Los esquizofrénicos catatónicos evidencian posiciones y movimientos extraños, o largos períodos de inmovilidad. Puede permanecer en posiciones de aspecto incómodo durante largos períodos. También resiste los intentos de reposicionarlos en posiciones más cómodas o naturales.
Además de la falta de movilidad, el esquizofrénico catatónico puede mostrar un movimiento excesivo. En los casos en que las personas experimentan la excitación como un síntoma, pueden moverse de manera errática y extrema. La estimulación en un patrón repetido y hacer exclamaciones fuertes también pueden ocurrir. Estas acciones no tienen ningún propósito y no responden a un estímulo o evento ambiental.
Las personas con este trastorno también pueden tener otros signos de esquizofrenia, como alucinaciones, delirios, problemas cognitivos, retraimiento social, estallidos de ira, mala higiene personal, problemas sociales y una incapacidad para expresar emociones.
Diagnóstico
La esquizofrenia catatónica generalmente se diagnostica a través de una serie de exámenes médicos y evaluaciones psicológicas. Los pacientes reciben un examen médico para evaluar la salud física en general. Por lo general, se realiza un análisis de sangre para verificar la presencia de drogas y alcohol. Las IRM y el EEG se pueden usar para verificar la función cerebral y para detectar cualquier lesión o patrones inusuales de ondas cerebrales.
Durante la evaluación psicológica, a un paciente se le harán preguntas sobre sus pensamientos y comportamientos. Un psiquiatra intentará descubrir cuánto tiempo ha experimentado el paciente los síntomas en cuestión. En algunos casos en que el paciente se encuentra en un estupor catatónico, es posible que él o ella no pueda proporcionar dicha información. En tales casos, el médico evaluará dichos síntomas y puede entrevistar a miembros de la familia sobre el comportamiento pasado del paciente.
Debido a que este tipo de esquizofrenia se caracteriza por síntomas motores, a veces se confunde con un trastorno del estado de ánimo psicótico.
Del mismo modo, el esquizofrénico catatónico a veces puede mostrar contorsiones faciales, movimientos extraños de las extremidades o posiciones corporales inusuales y, por lo tanto, a veces se diagnostican erróneamente con un trastorno conocido como discinesia tardía.
La esquizofrenia catatónica también suele estar marcada por ecolalia (repetir lo que otros dicen y ecopraxia (copiar los movimientos de otra persona), lo que a veces puede llevar a un diagnóstico erróneo del síndrome de Tourette.
Tratamiento
La esquizofrenia catatónica es una afección crónica de por vida. Incluso cuando el paciente no presenta síntomas del trastorno, todavía son esquizofrénicos y requieren tratamiento continuo para prevenir el regreso de los síntomas.
La medicación es la forma más común de tratamiento para la esquizofrenia.
Las benzodiazepinas son quizás el enfoque más común para el tratamiento. Estos medicamentos actúan como depresores en el sistema nervioso central, por lo que a menudo se usan para tratar la ansiedad. Debido a que estos medicamentos son de acción rápida, a menudo pueden aliviar los síntomas catatónicos con bastante rapidez. Sin embargo, pueden crear hábito, especialmente si se usan como un tratamiento a largo plazo. Otros medicamentos como los barbitúricos, los antidepresivos y los antipsicóticos se usan ocasionalmente para tratar la esquizofrenia catatónica, pero no son tan efectivos como las benzodiazepinas.
La terapia electroconvulsiva (TEC) , o tratamiento de choque, a veces se ha utilizado para tratar la esquizofrenia catatónica. Esta técnica consiste en enviar una corriente eléctrica a través del cerebro. Dado que la TEC es tan controvertida y puede producir efectos secundarios graves como la pérdida de memoria, generalmente solo se usa en casos graves en los que los pacientes no han respondido a los medicamentos, están gravemente deprimidos y tienen riesgo de suicidio. Si bien la medicación suele ser el enfoque de primera línea para el tratamiento, a menudo se combina con la psicoterapia . Los psicoterapeutas ayudan a los pacientes a comprender mejor sus sentimientos, comportamientos y respuestas. Las personas en terapia aprenden una variedad de habilidades de afrontamiento y adquieren nuevas formas de lidiar con eventos estresantes en sus vidas. Con el tratamiento adecuado, una persona que sufre de esquizofrenia catatónica puede encontrar alivio de sus síntomas. El tratamiento también puede ayudar a los pacientes a evitar muchas de las complicaciones peligrosas asociadas con este trastorno, incluido el abuso de sustancias, problemas familiares y el suicidio.
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