Katie King
Katie King es el nombre dado por la espiritista Florence Cook a una supuesta materialización de un ectoplasma que en sus apariciones tomaba forma humana.
Entre 1871 y 1874 William Crookes estudió una curiosa materialización que decía llamarse Katie King, que surgía a instancias de una médium de corta edad llamada Florence Cook. Durante 3 años se llevaron a cabo sesiones de materialización, en condiciones de laboratorio.
Según afirmaba este espíritu era hija de John King, otro espíritu que presidía muchas sesiones por aquellos días. En un principio el espíritu de Katie King se materializaba parcialmente, pero con el tiempo fueron tomando consistencia y haciéndose más reales, hasta que llegó un momento en el que se materializó por completo tomando aspecto de persona viva con blancos ropajes.
La aparición andaba y hablaba con libertad, incluso William Crookes pudo fotografiarla en diferentes ocasiones, consiguiendo 44 fotografías. Un día Katie se despidió, había cumplido su misión de demostrar a todos la existencia del mundo espiritual y había llegado el momento de elevarse a un grado más superior.
En la actualidad muchos investigadores piensan que Katie King no era más que una burda farsa, ya que tanto Katie como Florence eran muy parecidas, y no hay fotos fiables de ambas juntas.
Enlaces externos
Daniel Dunglas Home
Daniel Dunglas Home (n. 20 de marzo de 1833 en Currie, Escocia - 21 de junio de 1886 en París, Francia) fue un médium británico. Famoso por poseer, supuestamente, poderes tales como levitación o telekinesis.
Biografía
Primeros años
Sus poderes extrasensoriales (levitación, clarividencia y telekinesis, entre otros) habían sido hereditarios.
El tío Machenzie y la madre de Daniel eran videntes. Era natural que el pequeño manifestara dones sorprendentes: a la edad de cuatro años describió a su madre la muerte de una prima. Al confirmarse la noticia, dos días después, la señora Home se asustó. Vio con temor que su hijo superaba al resto de la familia. Por aquellos días, y en vista de que las cosas no iban demasiado bien en la casa, aprovechó el ofrecimiento de una tía que iba a Estados Unidos para confiarle al niño.
A la edad de trece años hizo amistad con un muchacho de nombre Edwin con quien solía leer la Biblia. Convinieron que el primero en morir avisaría al otro. Una noche del mes de junio de 1846, Daniel despertó al sentir la presencia de alguien, al pie de su cama. Era Edwin, rodeado por una aureola luminosa. Sonrió a Daniel y desapareció. La mañana siguiente, Daniel dijo a sus tíos que Edwin acababa de morir. Al confirmarse la noticia, los tíos se trastornaron. A esto siguieron golpes en las paredes y muebles, sillas deslizándose por sí solas por el piso, objetos volando. Era demasiado. Los tíos creyeron que el demonio se había posesionado del sobrino y, sin esperar más, lo echaron de su casa.
Daniel inició entonces una vida errante, por todo el país. En su presencia se movían los muebles más pesados, y el muchacho se elevaba también en el aire. Entonces se encontró con Mrs. Hayden, una médium muy conocida.
Cuando conoció a esta mujer acababa de cumplir 18 años. Ella intuyó en el joven facultades extraordinarias y lo invitó a mostrarles antes los médicos y profesores de la universidad de Harvard. El siguiente año se presentó en el Primer Congreso de Espiritistas, celebrado en Cleveland, y tuvo ocasión de realizar por primera vez en público un acto de levitación. Ya no temía, como al principio, el riesgo de la caída. Sabía subir y bajar ya a su antojo. Además hacía sonar las campanas a distancia, tocar un acordeón y practicar la elongación.
Fama
Regresó en 1855 a Inglaterra, enfermo de tuberculosis. Creía que el clima de este país sería más sano para él. La acogida que le dispensaron en Londres fue entusiasta, tanto que Home olvidó su enfermedad y siguió prodigándose. William Cox, dueño del hotel donde se hospedaba, se interesaba en el espiritismo y el ocultismo. Para sorprender a este Cox, Home hizo aparecer un botellón de vino de la nada. Impresionado por lo que vio, Cox organizó una velada a la que invitó a Lord Brouham y a sir David Brewster, físico bien conocido. Brewster informaría más tarde a un periodista que vio moverse una mesa, sin que nadie la tocara, y elevarse en el aire.
Cierto Williams White fue a visitar a Home más tarde. Quería invitarlo a acudir a una mesa de Islington, donde lo esperaba una docena de personajes interesados en la metapsíquica. A Home le molestó ver tanta gente. Solían molestarle las muchedumbres. Corrieron las cortinas y encendieron unas velas. Home pidió a los presentes unir las manos. En cosa de cinco minutos oyeron golpes en la mesa, en el piso y en los muros. Home pidió un acordeón y en cuanto lo depositaron sobre la mesa se puso a tocar por sí solo.
Una de las personas tenía la frente cubierta de sudor. White le preguntó si se sentía mal. El hombre contestó que acababa de sentir que alguien le tomaba la mano, igual que hizo su padre al morir. En aquel momento surgió una mano del pecho de aquel hombre y segundos después otro testigo lanzó un grito de terror y se levantó tirando la silla. La misma mano se deslizaba sobre sus cabellos.
En 1857, Home viajó por primera vez a París, invitado por Napoleón III, tan interesado como su esposa Eugenia de Montijo en los misterios del más allá. Home encontró un gentío a su arribo a la corte. Declaró que sus actos no eran espectáculo teatral. Napoleón III comprendió. Mandó a salir la concurrencia y se quedó solo, con su mujer y algunos íntimos. Pudieron ver entonces cómo Home levantaba sin esfuerzo una mesa. Materializó a continuación una mano que apoderó de un lápiz y escribió en un papel la palabra Napoleón. El emperador examinó la palabra y vio que era la firma auténtica de Napoleón Bonaparte. Estaba entusiasmado con las maravillas realizadas por su invitado. Sin embargo, no todos en la corte estimaban al escocés. Y aprovecharon un descuido de éste para lograr su destierro y probar que era un farsante.
Sucedió en la ciudad veraniega de Biarrits –bastante más agradable que Dieppe, donde habían coincidido Home y la pareja imperial-, cuando el barón Morio de L´Isle tenía a su cargo el manejo de las luces. La emperatriz, en el curso de la sesión en que se invitó a comparecer a Luis XVI y a Carlomagno, sintió una mano suave y perfumada acariciar su rostro. Lanzó un grito. El barón se apresuró a encender la luz. Vino a descubrirse que la mano fantasmal era en realidad el pie descalzo de Home paseando sobre el cuerpo de Eugenia.
A pesar de defender la emperatriz al Médium, éste tuvo que abandonar Francia. Viajó a Italia, país que tuvo que dejar también atrás, después de ser acusado en Florencia de ser un nigromante que utilizaba los sacramentos de la Iglesia para obligar a los muertos a abandonar sus tumbas.
Home no pedía nunca dinero por presentarse ante la gente interesada, pero le parecía muy razonable aceptar obsequios, como relojes de oro, tabaqueras valiosas y joyas cuya venta le permitía sostener una vida lujosa. Pero, al aparecer, quiso sacar partido de una viuda y le resultó muy caro.
En 1866, de regreso a Londres, fue objeto de un proceso que perjudicó grandemente a su reputación. Cierta Mrs. Lyon, de 75 años en ese entonces, había entrado en comunicación con el alma de su difunto esposo, gracias a Home. El difunto aconsejó a su viuda adoptar el médium y legarle su fortuna. No solo obedeció la dama la orden venida del más allá, sino que hizo entrega además de 30.000 libras esterlinas al médium. Pero se arrepintió de su generosidad -o alguien que deseaba también esa suma se lo aconsejó- y se dirigió a la policía para relatar lo sucedido. El juez condenó a Home a devolver la suma y lo metió entre rejas.
En diciembre de 1868, Daniel Dunglas Home iban a realizar, olvidada la peripecia de la viuda, el más extraordinario de sus actos, ante varios distinguidos testigos. Gracias a ello recobraría el prestigio perdido. En primer lugar agarró sus carbones encendidos de la chimenea y se los echó a la boca. Los masticó como si fueran bombones. Otra experiencia increíble sería la de levitación que se convertiría en clásica de este fenómeno.
Sucedió el 13 de diciembre en la presidencia Ashley, en Victoria Street, y fue presenciada, entre otros, por sir William Crookes (1832-1919), insigne físico inglés descubridor de los rayos catódicos y primero en aislar el tantalio. En 1874 escribió un artículo para el Quaterly Journal of Science en el que decía haber visto a D. D. Home alzarse en tres ocasiones del suelo.
Lástima que este sabio, que había estudiado con admirable seriedad los fenómenos metapsíquicos, cayera más tarde en extremos ridículos, que invalidarían sus declaraciones. Resulta que se enamoró, a sus cuarenta y tantos años, de un fantasma que se hacía llamar Katie King, joven encantadora que murió a la edad de 23 años en tiempos del rey Carlos II. El espíritu de la difunta había aparecido antes a Crookes por conducto de Florence Cook, médium de gran belleza pero tan deshonesta como amiga de gastar bromas a los ingenuos.
Otra velada importante fue la celebrada la noche del 16 del mismo mes en la residencia de Lord Adare, en el número 5 de Buckingham Place. Acompañaban al aristócrata su amigo Lord Lindsay y su primo el capitán Charles Wynne. En aquella ocasión, Home cayó en trance y por sus labios se expresó el espíritu de Adah Mencken, actriz recién fallecida que habían conocido bien Home y Lord Adare. Una silla se movió sola. Wynne y Lord Lindsay tuvieron la sensación de que un ser invisible había penetrado en la sala y tomando asiento en la silla. El médium comenzó entonces a hablar, con voz sepulcral. Pidió a los testigos no abandonar sus asientos y que nada temiesen, viesen lo que viesen. A continuación, Home se elevó lentamente en el aire, se dirigió a una ventana abierta y salió por ella, los pies por delante, a pesar de que el aposento se encontraba en el tercer piso.
Segundos después se detuvo frente a una ventana del segundo piso, mientras los testigos se asomaban a la calle y contemplaban el increíble espectáculo. Home estaba golpeando con los pies los cristales de la ventana. Se abrió ésta y penetró en la habitación. Se puso pie y tomó asiento en un sillón. Después de una breve pausa regresó al tercer piso, volando también. Tenía un aspecto de cansancio profundo y se expresaba en una legua que ninguno de los tres hombres conocía.
Aceptación de sus poderes
Sir William Crookes declaró que Home poseía una singular fuerza psíquica. Charles Darwin, que estaba de moda desde que lanzó su teoría revolucionaria de la evolución, se mostró en cambio muy prudente. No se mostró partidario ni enemigo del médiums. El antropólogo Francis Galton afirmó que Home no era ningún charlatán, y de igual manera se expresarían el matemático August Morgan y el escritor ruso León Tolstoi.
Michael Faraday, descubridor de la inducción electromagnética, quien vio en alguna ocasión a Home realizar una experiencia, declaró en cambio que era sólo un hábil ilusionista. Y esta opinión fue compartida por el poeta Robert Browning. ¿Y qué opinaba Daniel Dunglas Home al respecto? Cuando le preguntaban por qué era un caso excepcional, contestaba algo que posee una enorme lógica: a los que, en el pasado, habían sido como él, los habían quemado en la hoguera, por brujos.
Muerte
Daniel Dunglas Home había sufrido de tuberculosis desde su infancia. Es decir, que su sistema nervioso era sumamente delicado. Y el hecho de prodigar en exceso sus agotadoras experiencias a lo largo de tantos años, sumado a su salud precaria, lo condujeron a la tumba siendo todavía joven, a la edad de 53 años. Hasta el día de su muerte, el 21 de julio de 1886, no pudo demostrársele ningún fraude.
Florence Cook
Florence Cook (1848-?)[1] fue una médium espiritista londinense.
El investigador William Crookes la hizo famosa cuando en 1863 publicó un estudio acerca de la supuesta materialización del ectoplasma de una mujer fallecida llamada Katie King.
Notas
- ↑ En 1863 dijo que había materializado a Katie King, y tenía 15 años.
Referencias
- Hall, Trevor H. (1963). The spiritualists: the story of Florence Cook and William Crookes. Helix Press.
Enlaces externos
- MundoParanormal.com (el ectoplasma, la «materia» de los espíritus).
El Ectoplasma es, supuestamente, una materia viva que se halla presente en el cuerpo físico de cualquier ser vivo, capaz de asumir estados líquidos o sólidos y sus propiedades, de la cual no existe ninguna evidencia. La denominación "Ectoplasma" fue propuesta por Charles Richet. Es generalmente descrita por los médiums físicos. Fluye en la oscuridad a través de los poros y los distintos orificios del cuerpo, siendo normalmente de aspecto luminoso. En general es un intento de dar respaldo científico a algunas concepciones metafísicas, en especial apariciones de fantasmas, espíritus y otros entes por el estilo.
Descripción
Es un fluido etérico semimaterial que supuestamente emana de los médiums durante el trance. Estos detallan que cuando el ectoplasma se produce (en general) baja la temperatura del lugar. Posee un olor característico y es frío al tacto.[1]
Los médiums afirman que en ocasiones puede llegar a conformar cuerpos enteros, y en estos casos se mueven provistos de vida propia, hablando o caminando con una total independencia. Afirman que suelen poseer funciones fisiológicas como pulso, tensión arterial, temperatura corporal y respiración, todo ello mensurable y asimilable a los valores normales del ser humano.
El médium, durante la supuesta producción, afirma que experimenta (o registra) una disminución de masa; la cual es recuperada una vez que ha absorbido de nuevo el ectoplasma. Una sustracción con fines de análisis científico infligiría al médium un supuesto "sufrimiento intolerable".
El investigador psíquico Gustav Geley definió el ectoplasma como "de apariencia muy variable, a veces vaporosa, a veces una pasta plástica, a veces un manojo de hilos finos, o una membrana con hinchazones o flecos, o un tejido fino similar a un tejido". [10] Arthur Conan Doyle describió el ectoplasma como "una sustancia viscosa y gelatinosa que parecía diferir de cualquier forma conocida de materia en que podría solidificarse y usarse con fines materiales". [11]
La existencia física del ectoplasma no se ha demostrado científicamente, y se ha encontrado que las muestras analizadas supuestamente ectoplasma son varias sustancias no paranormales. [4] [12] Otros investigadores han duplicado, con materiales no sobrenaturales, los efectos fotográficos a veces se dice que demuestran la existencia de ectoplasma. [13]
Otros investigadores psíquicos que estudiaron la mediumnidad especularon que dentro del cuerpo humano existía un fluido no identificado denominado "psicodo", "fuerza psíquica" o " fuerza ecténica " y era capaz de ser liberado para influir en la materia. [17] [18]Este punto de vista fue sostenido por Camille Flammarion [19] y William Crookes , sin embargo, un investigador psíquico posterior Hereward Carringtonseñaló que el fluido era hipotético y nunca se ha descubierto. [20]
El investigador psíquico WJ Crawford (1881–1920) había afirmado que una sustancia fluida era responsable de la levitación de los objetos después de presenciar a la médium Kathleen Goligher . Crawford, después de presenciar varias de sus sesiones, afirmó haber obtenido fotografías conlinternas de la sustancia; Más tarde describió la sustancia como "plasma". Afirmó que la sustancia no es visible a simple vista, pero el cuerpo la puede sentir. [21]
El físico e investigador psíquico Edmund Edward Fournier d'Albe investigó más tarde a la médium Kathleen Goligher en muchas sesiones y llegó a las conclusiones opuestas a Crawford; según D'Albe, no se han producido fenómenos paranormales como la levitación con Goligher y declaró que había encontrado pruebas de fraude. D'Albe afirmó que la sustancia en las fotografías de Crawford era muselina común. [22] [23]. Durante una sesión, D'Albe había observado muselina blanca entre los pies de Goligher. [24]
Las investigaciones de la Society for Psychical Research sobre mediumnidad expusieron muchos mediums fraudulentos que contribuyeron a la disminución del interés en mediumnidad física. [29]En 1907, Hereward Carrington expuso los trucos de los medios fraudulentos, como los utilizados en la escritura de pizarra, torneado de mesa , mediumnidad de trompeta, materializaciones, lectura de letras selladas y fotografía de espíritu . [30]
A principios del siglo XX, el investigador psíquico Albert von Schrenck-Notzing investigó el medio Eva Carrière y afirmó que su ectoplasma no era " materializaciones " de espíritus, sino el resultado de la "ideoplastia" en la que el medio podía formar imágenes de ectoplasma desde su mente. [31]Schrenck-Notzing publicó el libro Fenómenos de la materialización (1923) que incluía fotografías del ectoplasma. Los críticos señalaron que las fotografías del ectoplasma revelaron marcas de recortes de revistas, alfileres y un trozo de cuerda. [32]Schrenck-Notzing admitió que, en varias ocasiones, Carrière engañosamente introdujo alfileres en la sala de sesiones. [32] El mago Carlos María de Heredia replicó el ectoplasma de Carrière utilizando un peine, una gasa y un pañuelo. [32]
Donald West escribió que el ectoplasma de Carrière era falso y estaba hecho con caras de papel recortadas de periódicos y revistas en las que a veces se podían ver marcas en las fotografías.
El médium danés Einer Nielsen fue investigado por un comité de la Universidad Kristiania en Noruega en 1922 y se descubrió en una sesión que su ectoplasma era falso. [37] Nielsen también fue atrapado escondiendo su ectoplasma en su recto . [38] Mina Crandon era un medio famoso conocido por producir ectoplasma durante sus sesiones de sesión. Sacó una pequeña mano ectoplásmica de su estómago que se agitaba en la oscuridad. Sin embargo, su carrera terminó cuando los biólogos examinaron la mano y descubrieron que estaba hecha de un trozo de hígado animal tallado. [39]Walter Franklin Prince describió el caso Crandon como "el complejo de fraude más ingenioso, persistente y fantástico en la historia de la investigación psíquica". [40]
Los investigadores psíquicos Eric Dingwall y Harry Price volvieron a publicar un trabajo anónimo escrito por un medio anterior titulado Revelaciones de un medio espiritual (1922) que exponía los trucos de la mediumnidad y los métodos fraudulentos de producir "manos espirituales". [41] Originalmente todas las copias del libro fueron compradas por espiritistas y destruidas deliberadamente. [42] Sobre el tema del ectoplasma y el fraude, John Ryan Haule escribió:
Debido a que se creía que el ectoplasma era susceptible de ser destruido por la luz, la posibilidad de que apareciera el ectoplasma se convirtió en una razón para asegurarse de que las sesiones victorianas tuvieran lugar cerca de la oscuridad. Las malas condiciones de iluminación también se convirtieron en una oportunidad para el fraude, particularmente porque el ectoplasma de imitación era fácil de hacer con una mezcla de jabón, gelatina y clara de huevo, o quizás simplemente muselina bien colocada. [43]
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