Ningún Manual Práctico de la Mediúmnidad fue recomendado por Allan Kardec, porque no se podía sustituir el Libro de Los Médiums (1863). Ésta recomendación nunca ha cambiado...
El siguiente enlace es el de éste contenido :
Éste artículo copia literalmente el contenido de la Introduccion del libro de los Médiums, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec en el año 1862, Edición Revisada. Es muy claro el establecer que ningún Manuales Prácticos y /o Sistematizados de la Mediumnidad sobre el tema de la Mediumnidad está autorizado por los Espíritus presididos por el Espíritu de Verdad. Es por éso que fue publicado el libro de Los Médiums.
No debe existir ningún Manuales Prácticos y /o Sistematizados de la Mediumnidad, porque no consideramos que esté suficientemente completa para ilustrar acerca de la totalidad de las dificultades que es posible encontrar. La sustituimos con ésta, en la cuál hemos reunido todos los datos que una larga experiencia y estudios concienzudos nos han permitido obtener.
Confiamos en que contribuirá a imprimir al espiritismo el carácter serio que constituye su esencia, y a evitar que se vea en él un motivo de ocupación frívola y de diversión.
No ha existido, luego de ésas recomendaciones e instrucciones de Allan Kardec ni del Espíritu de Verdad, desde entonces.
Todos los llamados Manuales Prácticos y /o Sistematizados de la Mediumnidad, se alejan de la información correcta publicada en el libro de los Médiums en 1863. Además, que ninguno de ésos llamados Manuales Sistematizados se mantuvieron firmes en la información correcta del Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador.
Éstos llamados Manuales Prácticos, fueron alterados con información de Espiritus no evolucionados o entendidos. Están todos impregnados de "Opiniones Personales", aisladas, que el Espiritismo no puede ser responsable. (Ejemplo menciones de Espíritus como Emmanuel, Andre Luiz, Espiritu Ismael y Divaldo Pereira Franco.).
Manuales de la Mediúmnidad, están prohibidos según el libro de los Médiums. Introducción, Libro de Los Médiums...
Te invito a ver y compartir mí vídeo sobre éste...
TEMA : Los Manuales Sistematizados de la Mediúmnidad, son prohibidos según el libro de los Mediums, por el mismo Allan Kardec, puedes verificarlo leyendo la Introducción del Libro de los Mediums, Soy Espírita,
Introducción del Libro de los Médiums...
https://soyespirita.blogspot.com/2021/06/introduccion-del-libro-de-los-mediums.htmlManuales de Mediúmnidad, no fueron autorizados, y no son conforme al contenido del Libro de Médiums, vea la advertencia ⚠ en la Introducción.
Tambien incluyo algunos testimonios de amigos de mí audiencia, Paqui Cobos Simón (España), Juan Pedro López.
Ver mí vídeo sobre éste tema : "Manuales de Mediúmnidad, no fueron autorizados, y no son conforme al contenido del Libro de Médiums, vea la advertencia ⚠ en la Introducción. Testimonios de amigos de mi audiencia, Paqui Cobos Simón (España), Juan Pedro López, Soy Espírita" en YouTube,
Carleen Branstetter, okp21
Manuales de Mediúmnidad, no fueron autorizados, y no son conforme al contenido del Libro de Médiums, vea la advertencia ⚠ en la Introducción. Testimonios de amigos de mi audiencia, Paqui Cobos Simón (España), Juan Pedro López, Soy Espírita" en YouTube, https://youtu.be/YHeAb7u49qw
Carleen Branstetter okp21,
DESCRIPCIÓN...
Testimonios de amigos de mí audiencia, SOMOS
Espiritas por CONVICCION, Soy Espírita
Carleen Branstetter, 2 hrs de duración,
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2018, 26 ene
Amigos de nuestro programa, que se transmite en vivo los miércoles, viernes y domingos desde Puerto Rico y USA, 4 hrs en cada transmisión.
Ellos son Paqui Cobos Simón (España), Juan Pedro López.
Libro de Los Médiums es la guía práctica de la Mediúmnidad según Allan Kardec. No se necesitan Manuales de Mediúmnidad o Cursos
Sistematizados de Mediúmnidad en el Espiritismo- Allan Kardec.
Médiums inspirados, Libro de Los Mediums No. 182. "Toda persona que recibe, a través del pensamiento, tanto en el estado normal cómo en el de éxtasis, comunicaciones ajenas a sus ideas preconcebidas, puede ser incluido en la categoría de los médiums inspirados. Se trata, como se ve, de una variedad de la mediumnidad intuitiva, con la diferencia de que la intervención de un poder oculto es mucho menos perceptible, porque en el médium inspirado es todavía más difícil distinguir el pensamiento propio de aquél que le es sugerido. Lo que caracteriza a ésta variedad es, sobre todo, la espontaneidad. La inspiración procede de los Espíritus que ejercen una influencia sobre nosotros, para el bien o para el mal; pero se debe principalmente a los que quieren nuestro bien, en cuyo caso cometemos el error de rechazar sus consejos con mucha frecuencia. La inspiración se aplica a todas las
circunstancias de la vida, en las resoluciones que debemos tomar. En ése aspecto, se puede decir que todos somos médiums, porque no hay quién no tenga sus Espíritus protectores y familiares, que se esfuerzan al máximo para sugerir ideas saludables a sus protegidos. Sí todos estuvieran plenamente convencidos de ésta verdad, recurrirían con mucha más frecuencia a la inspiración de su ángel de la guarda, en los momentos en que no saben qué decir o qué hacer. Así pues, que cada uno invoque a su Espíritu protector con fervor y confianza, en caso de que sea necesario, y muy a menudo se
sorprenderá de las ideas que le surgen como por encanto, ya sea para tomar una resolución o para llevar algo a cabo. Sí no surge ninguna idea, significa que hay que esperar. La prueba de que la idea que se presenta es ajena a nosotros reside en el hecho de que, sí nos perteneciera, estaría siempre a nuestra disposición, y no habría razón para que no surgiera conforme a nuestra voluntad. El que no es ciego, no tiene más que
abrir los ojos para ver, cuándo así lo desee. Del mismo modo, el que posee ideas propias las tiene siempre a su disposición.
Si no se le presentan cuándo quiere, es porque está obligado a buscarlas en otra parte, y no en sí mismo.
También se puede incluir en ésta categoría a las personas que, sin hallarse dotadas de una inteligencia fuera de lo común, y sin salir del estado normal, tienen relámpagos de una
lucidez intelectual que les proporciona, momentáneamente, una facilidad inusitada de concepción y de elocución, así cómo, en ciertos casos, el presentimiento de las cosas futuras. En ésos momentos, justamente considerados de inspiración, las ideas son abundantes, surgen una tras otra y, por así decirlo, se concatenan por sí mismas, mediante un impulso involuntario y casi febril. Nos parece que una inteligencia superior viene a ayudarnos y que nuestro espíritu se ha desembarazado de un fardo.
#183. Los hombres de genio, de todas las especies: artistas, científicos, literatos, son sin duda Espíritus adelantados, capaces de comprender y de concebir grandes cosas por sí
mismos. Ahora bien, precisamente porque los juzgan capaces, los Espíritus que quieren concretar ciertos trabajos les sugieren las ideas necesarias, de modo que la mayoría de las veces ésos hombres de genio son médiums sin saberlo. No obstante, tienen una vaga intuición de una asistencia extraña, visto que todo el que apela a la inspiración no hace otra cosa que una evocación. Sí no esperase ser escuchado, ¿por qué exclamaría tan a menudo: “Mí buen
genio, ven en mí ayuda”?
Las respuestas siguientes confirman ésta certeza:
1. ¿Cuál es la causa principal de la inspiración?
“Un Espíritu que se comunica mediante el pensamiento.”
2. La inspiración, ¿no tiene otro objeto más que revelar cosas importantes?
“No. Muchas veces está relacionada con las más triviales circunstancias de la vida. Por ejemplo, quieres ir a alguna parte, pero una voz secreta te dice que no lo hagas, porque correrás peligro; o te dice que hagas algo en lo que no pensabas. Se
trata de la inspiración. Hay muy pocas personas que no hayan sido más o menos inspiradas en ciertos momentos.”
3. Un escritor, un pintor o un músico, por ejemplo, en los momentos de inspiración, ¿podría ser considerado médium?
“Sí, porque en esos momentos su alma es más libre y se encuentra como desprendida de la materia. Recobra una parte de sus facultades de Espíritu, y recibe más fácilmente las comunicaciones de los otros Espíritus, que la inspiran.”
Introducción, Libro de Los Médiums... "Referencia" al Libro de Los Mediums...
A diario la experiencia confirma nuestra opinión acerca de que las dificultades y las decepciones que se encuentran en la práctica del espiritismo son consecuencia de la ignorancia de los principios de ésta ciencia, y nos sentimos felices por haber sido capaces de comprobar que nuestro trabajo, realizado con el propósito de prevenir a los adeptos contra los escollos de la etapa inicial de aprendizaje, ha dado sus frutos, y que muchos han conseguido evitar ésos escollos merced a la lectura atenta de ésta obra.
Un muy natural deseo de las personas que se ocupan del espiritismo es el de comunicarse por sí mismas con los Espíritus. La presente obra está destinada a allanarles el camino, guiándolas de modo tal que aprovechen nuestros prolongados y afanosos estudios, puesto que se formaría una idea muy falsa quién pensara que, para llegar a ser experto en ésta materia, alcanza con saber colocar los dedos sobre una mesa para hacer que gire, o sostener un lápiz para comenzar a escribir.
Se engañaría, asimismo, el que tuviera la intención de encontrar en ésta obra una receta universal e infalible para formar médiums. Aunque cada uno sea portador del germen de las cualidades necesarias para llegar a ser médium, esas cualidades existen en grados muy diferentes, y su desarrollo depende de causas que nadie puede provocar a voluntad. Las reglas de la poesía, de la pintura o de la música no hacen que se vuelvan poetas, pintores o músicos los que no poseen el talento correspondiente: tan sólo los orientan en el empleo de sus facultades naturales. Lo mismo sucede con nuestro trabajo. Su objetivo consiste en indicar los medios de desarrollar la facultad mediúmnica tanto como lo permitan las disposiciones de cada individuo y, sobre todo, orientar su empleo de una manera útil en el caso de que la facultad exista. Sin embargo, no es ése el único objetivo que nos hemos propuesto.
A la par de los médiums propiamente dichos, crece día a día la cantidad de personas que se interesan por las manifestaciones espíritas. Guiarlas en sus observaciones, señalarles los escollos que forzosamente encontrarán en algo que es nuevo, iniciarlas en el modo de conversar con los Espíritus, enseñarles los medios para la obtención de buenas comunicaciones, tal es el panorama que necesitamos abarcar a fin de no correr el riesgo de que nuestra labor resulte incompleta. Que nadie se sorprenda, entonces, sí encuentra en ella informaciones que a primera vista parecen inadecuadas, pues la experiencia mostrará su utilidad. Quién estudie detenidamente éste libro comprenderá mejor los hechos que ha de presenciar, y el lenguaje de ciertos Espíritus no le resultará tan extraño. Por consiguiente, en su carácter de instrucción práctica, no está destinado exclusivamente a los médiums, sino a todos los que estén en condiciones de observar los fenómenos espíritas.
Algunas personas habrían preferido que publicásemos un Manual Práctico muy sucinto, que contuviera en pocas palabras la indicación de los procedimientos que se deben emplear para ponerse en comunicación con los Espíritus. Opinan que un compendio de ésas características, que por su bajo costo tendría una amplia difusión, constituiría un poderoso medio de propaganda y multiplicaría el número de médiums. A nuestro entender, semejante obra resultaría más nociva que útil, al menos por el momento. La práctica del espiritismo está rodeada de muchas dificultades, y no siempre se halla libre de peligros que sólo un estudio serio y completo puede prevenir. Sería de temer, entonces, que una instrucción demasiado somera provocase experiencias llevadas a cabo con ligereza, de las que habría que arrepentirse. Nos referimos a esas cosas con las cuales no es conveniente ni prudente jugar, de modo que supondríamos prestar un servicio perjudicial si las pusiéramos al alcance del primer insensato que encontrara divertido mantener conversaciones con los muertos. Nosotros nos dirigimos a las personas que ven en el espiritismo un objetivo serio, a las que comprenden su importancia y no toman como un simple entretenimiento las comunicaciones con el mundo invisible.
Hemos publicado previamente una Instrucción Práctica 1, con el objetivo de guiar a los médiums.
1 Allan Kardec se refiere a su obra Instruction pratique sur les manifestations spi- rites, Dentu, Ledoyen et le bureau de la “Revue Spirite”, París, 1858. (N. del T.)
Ésa obra está hoy agotada, y aunque la hayamos elaborado con una finalidad trascendente y seria no volveremos a imprimirla, porque no consideramos que esté suficientemente completa para ilustrar acerca de la totalidad de las dificultades que es posible encontrar. La sustituimos con ésta, en la cuál hemos reunido todos los datos que una larga experiencia y estudios concienzudos nos han permitido obtener. Confiamos en que contribuirá a imprimir al espiritismo el carácter serio que constituye su esencia, y a evitar que se vea en él un motivo de ocupación frívola y de diversión.
A ésas consideraciones agregaremos otra de suma importancia: se trata de la mala impresión que produce, en las personas que recién se inician o que se hallan mal predispuestas, la observación de experiencias hechas con ligereza y sin conocimiento de causa. Ésas experiencias presentan el inconveniente de generar una idea muy falsa acerca del mundo de los Espíritus, y se prestan a la burla y a una crítica que por lo general está fundada. Tal es la razón por la que los incrédulos rara vez salen convertidos de ésas reuniones y están poco dispuestos a reconocer que hay algo serio en el espiritismo. La ignorancia y la frivolidad de ciertos médiums han hecho, en la opinión de muchas personas, más daño de lo que se cree.
En los últimos años el espiritismo ha realizado grandes progresos, pero éstos han sido inmensos especialmente a partir del momento en que adoptó un rumbo filosófico, porque ganó el aprecio de las personas ilustradas. En la actualidad no es ya un espectáculo, sino una doctrina de la que han dejado de reírse los que se urlaban de las mesas giratorias. Con nuestro esfuerzo por conducirlo y mantenerlo en ése terreno, estamos persuadidos de que conquistaremos para él más adeptos útiles que si provocáramos a diestra y siniestra manifestaciones que podrían favorecer los abusos. Diariamente tenemos pruebas en ése sentido, por el número de adeptos conquistados mediante la simple lectura de El Libro de los Espíritus.
Después de haber expuesto en El Libro de los Espíritus la parte filosófica de la ciencia espírita, brindamos en ésta obra la parte práctica, para uso de los que quieran ocuparse de las manifestaciones, ya sea por sí mismos o bien para comprender los fenómenos que lleguen a presenciar. Reconocerán aquí los escollos que se les pueden presentar, y tendrán además un medio para evitarlos. Ambas obras, aunque una sea la continuación de la otra, son hasta cierto punto independientes. No obstante, a quién desee ocuparse con seriedad de ésta materia, le recomendaremos que lea primero El Libro de los Espíritus, porque contiene principios fundamentales sin cuyo conocimiento tal vez sea difícil la comprensión de algunas partes de ésta obra.
Se han introducido mejoras importantes en ésta segunda edición, la cuál es mucho más completa que la primera. Los Espíritus la corrigieron con especial cuidado, y le agregaron una gran cantidad de notas e instrucciones del más alto interés. Puesto que lo han examinado todo, y lo aprobaron o modificaron de acuerdo con su voluntad, se puede decir que este libro es, en gran parte, obra suya, porque su intervención no se limitó a algunos artículos firmados. Sólo hemos mencionado sus nombres cuando nos pareció necesario para destacar que algunas citas, un tanto extensas, provinieron de ellos en forma textual. De no haber sido así, hubiéramos debido nombrarlos en casi todas las páginas, en especial a continuación de las respuestas a las preguntas que se les plan- tearon, procedimiento que consideramos sin utilidad alguna. Es sabido que en asuntos de esta naturaleza los nombres tienen poca importancia. Lo esencial es que el conjunto del trabajo responda al objetivo que nos propusimos. La acogida brindada a la primera edición, pese a que estaba incompleta, nos hace esperar que la pre- sente sea considerada, al menos, con similar benevolencia.
Así como le añadimos muchas cosas, y muchos capítulos en- teros, hemos suprimido algunos artículos que hubieran quedado repetidos, entre otros el que trataba acerca de la “Escala espírita”, que ya se encuentra en El Libro de los Espíritus. Suprimimos asi- mismo, del “Vocabulario Espírita”, lo que no se adaptaba debidamente al plan de esta obra, y lo sustituimos con ventaja por cosas más prácticas. Por otra parte, ese vocabulario no estaba completo, y nuestra intención es publicarlo más adelante, por separado, con el formato de un breve diccionario de filosofía espírita. En la presente edición hemos conservado solamente las palabras nuevas o especiales, relativas al tema del cual nos ocupamos.
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"Uso JUSTO del contenido discutido aquí"...
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