Los susodichos
manuales sistematizados del Espiritismo, no fueron los deseos de Allan Kardec y
los Espíritus. No se necesita ningún “Manual Sistematizado" para lograr
desarrollar la Mediúmnidad. Allan Kardec no autorizo el sustituir ningún Manual
con el contenido del Libro de Los Médiums.
Verifique usted mismo los contenidos de estos supuestos manuales
instructivos y sistematizados de la Mediúmnidad, y notará, cuantos cambios han
realizado, en contra de lo que el Libro de Los Médiums nos indica.
Los promotores de
estos "Manuales sistematizados", estarán en desacuerdo a lo que se expone en este
articulo. Le tocará a usted decidir por
el Libro de Los Médiums, o por manuales que el mismo Allan Kardec no recomendó.
A continuación, esta
la introducción del Libro de los Médiums, a fin de que estemos claro en cuanto
a lo que se refiere a "Manuales Sistematizados".
También se incluye un vídeo explicativo de mi parte sobre este tema.
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Introducción Libro de Los
Médiums, por Allan Kardec
A diario la experiencia
confirma nuestra opinión acerca de que las dificultades y las decepciones que
se encuentran en la práctica del espiritismo son consecuencia de la ignorancia
de los principios de esta ciencia, y nos sentimos felices por haber sido capaces
de comprobar que nuestro trabajo, realizado con el propósito de prevenir a los
adeptos contra los escollos de la etapa inicial de aprendizaje, ha dado sus
frutos, y que muchos han conseguido evitar esos escollos merced a la lectura
atenta de esta obra. Un muy natural deseo de las personas que se ocupan del espiritismo
es el de comunicarse por sí mismas con los Espíritus.
La presente obra está
destinada a allanarles el camino, guiándolas de modo tal que aprovechen
nuestros prolongados y afanosos estudios, puesto
que se formaría una idea muy falsa quien pensara que, para llegar a ser experto
en esta materia, alcanza con saber colocar los dedos sobre una mesa para hacer
que gire, o sostener un lápiz para comenzar a escribir.
Se engañaría, asimismo, el que tuviera la intención de encontrar en
esta obra una receta universal e infalible para formar médiums. Aunque cada uno sea portador del germen de las
cualidades necesarias para llegar a ser médium, esas cualidades existen en
grados muy diferentes, y su desarrollo depende de causas que nadie puede
provocar a voluntad. Las reglas de la poesía, de la pintura o de la música no
hacen que se vuelvan poetas, pintores o músicos los que no poseen el talento
correspondiente: tan sólo los orientan en el empleo de sus facultades
naturales. Lo mismo sucede con nuestro trabajo. Su objetivo consiste en indicar
los medios de desarrollar la facultad Mediúmnica tanto como lo permitan las disposiciones
de cada individuo y, sobre todo, orientar su empleo de una manera útil en el
caso de que la facultad exista. Sin embargo, no es ese el único objetivo que
nos hemos propuesto.
A la par de los médiums
propiamente dichos, crece día a día la cantidad de personas que se interesan
por las manifestaciones espíritas. Guiarlas en sus observaciones, señalarles los escollos que forzosamente
encontrarán en algo que es nuevo, iniciarlas en el modo de conversar con los
Espíritus, enseñarles los medios para la obtención de buenas comunicaciones,
tal es el panorama que necesitamos abarcar a fin de no correr el riesgo de que
nuestra labor resulte incompleta. Que
nadie se sorprenda, entonces, si encuentra en ella informaciones que a primera
vista parecen inadecuadas, pues la experiencia mostrará su utilidad. Quien
estudie detenidamente este libro comprenderá mejor los hechos que ha de
presenciar, y el lenguaje de ciertos Espíritus no le resultará tan extraño. Por
consiguiente, en su carácter de instrucción práctica, no está destinado
exclusivamente a los médiums, sino a todos los que estén en condiciones de
observar los fenómenos espíritas.
Algunas personas habrían
preferido que publicásemos un manual práctico muy sucinto, que contuviera en pocas
palabras la indicación de los procedimientos que se deben emplear para ponerse
en comunicación con los Espíritus. Opinan que un compendio de esas características, que por su bajo costo
tendría una amplia difusión, constituiría un poderoso medio de propaganda y
multiplicaría el número de médiums. A nuestro entender, semejante obra
resultaría más nociva que útil, al menos por el momento.
La práctica del espiritismo está rodeada de muchas dificultades, y
no siempre se halla libre de peligros que sólo un estudio serio y completo
puede prevenir. Sería de temer, entonces, que una instrucción demasiado somera
provocase experiencias llevadas a cabo con ligereza, de las que habría que
arrepentirse. Nos referimos a esas cosas con las cuales no es conveniente
ni prudente jugar, de modo que supondríamos prestar un servicio
perjudicial si las pusiéramos al alcance del primer insensato que encontrara
divertido mantener conversaciones con los muertos. Nosotros nos dirigimos a las
personas que ven en el espiritismo un objetivo serio, a las que comprenden su
importancia y no toman como un simple entretenimiento las comunicaciones con el
mundo invisible. Hemos publicado previamente una Instrucción
Práctica1, con el objetivo de guiar a los médiums. Esa obra
está hoy agotada, y aunque la hayamos elaborado con una finalidad trascendente
y seria no volveremos a imprimirla, porque no consideramos que esté suficientemente
completa para ilustrar acerca de la totalidad de las dificultades que es
posible encontrar. La sustituimos con esta, en la cual hemos reunido todos los
datos que una larga experiencia y estudios concienzudos nos han permitido
obtener. Confiamos en que contribuirá a imprimir al espiritismo el carácter serio
que constituye su esencia, y a evitar que se vea en él un motivo de ocupación frívola
y de diversión.
1 Allan Kardec se refiere a
su obra Instruction
pratique sur les manifestations spirites, Dentu, Ledoyen et le bureau de la “Revue Spirite”,
París, 1858. (N. del T.)
A esas consideraciones
agregaremos otra de suma importancia: se trata de la mala impresión que
produce, en las personas que recién se inician o que se hallan mal
predispuestas, la observación de experiencias hechas con ligereza y sin
conocimiento de causa. Esas experiencias presentan el inconveniente de generar
una idea muy falsa acerca del mundo de los Espíritus, y se prestan a la burla y
a una crítica que por lo general está fundada. Tal es la razón por la que los
incrédulos rara vez salen convertidos de esas reuniones y están poco dispuestos
a reconocer que hay algo serio en el espiritismo.
La ignorancia y la frivolidad de ciertos médiums han hecho, en la
opinión de muchas personas, más daño de lo que se cree.
En los últimos años el
espiritismo ha realizado grandes progresos, pero estos han sido inmensos
especialmente a partir del momento en que adoptó un rumbo filosófico, porque
ganó el aprecio de las personas ilustradas. En la actualidad no es ya un
espectáculo, sino una doctrina de la que han dejado de reírse los que se
burlaban de las mesas giratorias. Con nuestro esfuerzo por conducirlo y
mantenerlo en ese terreno, estamos persuadidos de que conquistaremos para él
más adeptos útiles que si provocáramos a diestra y siniestra manifestaciones
que podrían favorecer los abusos. Diariamente tenemos pruebas en ese sentido,
por el número de adeptos conquistados mediante la simple lectura de El Libro de los
Espíritus. Después de haber expuesto en El Libro de los Espíritus la parte filosófica de la ciencia espírita,
brindamos en esta obra la parte práctica, para uso de los que quieran ocuparse
de las manifestaciones, ya sea por sí mismos o bien para comprender los
fenómenos que lleguen a presenciar. Reconocerán aquí los escollos que se les pueden
presentar, y tendrán además un medio para evitarlos. Ambas obras, aunque una
sea la continuación de la otra, son hasta ciertos puntos independientes. No
obstante, a quien desee ocuparse con seriedad de esta materia, le
recomendaremos que lea primero.
El
Libro de los Espíritus, porque contiene principios
fundamentales sin cuyo conocimiento tal vez sea difícil la comprensión de
algunas partes de esta obra.
Se han introducido mejoras
importantes en esta segunda edición, la cual es mucho más completa que la
primera. Los Espíritus la corrigieron con especial cuidado, y le agregaron una
gran cantidad de notas e instrucciones del más alto interés. Puesto que lo han examinado
todo, y lo aprobaron o modificaron de acuerdo con su voluntad, se puede decir
que este libro es, en gran parte, obra suya, porque su intervención no se
limitó a algunos artículos firmados.
Sólo hemos mencionado sus
nombres cuando nos pareció necesario para destacar que algunas citas, un tanto
extensas, provinieron de ellos en forma textual. De no haber sido así,
hubiéramos debido nombrarlos en casi todas las páginas, en especial a
continuación de las respuestas a las preguntas que se les plantearon,
procedimiento que consideramos sin utilidad alguna. Es sabido que en asuntos de
esta naturaleza los nombres tienen poca importancia. Lo esencial es que el
conjunto del trabajo responda al objetivo que nos propusimos.
La acogida brindada a la
primera edición, pese a que estaba incompleta, nos hace esperar que la presente sea
considerada, al menos, con similar benevolencia. Así como le añadimos muchas
cosas, y muchos capítulos enteros, hemos suprimido algunos artículos que
hubieran quedado repetidos, entre otros el que trataba acerca de la “Escala
espírita”, que ya se encuentra en El Libro de los Espíritus. Suprimimos asimismo, del “Vocabulario Espírita”, lo que no se
adaptaba debidamente al plan de esta obra, y lo sustituimos con ventaja por
cosas más prácticas. Por otra parte, ese vocabulario no estaba completo, y
nuestra intención es publicarlo más adelante, por separado, con el formato de
un breve diccionario de filosofía espírita. En la presente edición hemos
conservado solamente las palabras nuevas o especiales, relativas al tema del cual nos ocupamos.
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Lo anterior ha sido copiado textualmente de la Introducción del Libro de Los Mediums.
Sugiero comiences a educar tu Espiritu, y utilices las obras codificadas y específicamente el Libro de Los Mediums para desarrollar tu mediumnidad. Recuerda que debes tambien haber leído el Libro de Los Espíritus de Allan Kardec, publicado en el año de 1857.
Tu Mediumnidad es "Únicamente" para tu Adelanto Moral
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Lo anterior ha sido copiado textualmente de la Introducción del Libro de Los Mediums.
Sugiero comiences a educar tu Espiritu, y utilices las obras codificadas y específicamente el Libro de Los Mediums para desarrollar tu mediumnidad. Recuerda que debes tambien haber leído el Libro de Los Espíritus de Allan Kardec, publicado en el año de 1857.
Tu Mediumnidad es "Únicamente" para tu Adelanto Moral