DIARIO
DE
ESTUDIOS PSICOLÓGICOS
La Revista Espírita comienza su tercer año, y nos llena de
dicha el poder anunciar que lo hace bajo los mejores auspicios. Aprovechamos con prontitud la ocasión para
testimoniar a nuestros lectores toda nuestra gratitud por las muestras de
cariño que recibimos diariamente. Esto sería suficiente para darnos ánimo, si
no hallásemos, en la naturaleza misma y la meta de nuestros trabajos, una
abundante compensación moral a las fatigas que son sus consecuencias. La
multiplicidad de esos trabajos, a los cuales nos hemos consagrado en cuerpo y
alma, es tal que nos es materialmente imposible el responder a todas las cartas
de felicitación que nos llegan.
Por
lo que nos vemos obligado a transmitir a sus autores un agradecimiento
colectivo, que les rogamos acepten de buen grado. Esas cartas, y las numerosas
personas que nos hacen el honor de venir a debatir con nosotros sobre
cuestiones tan graves, nos convencen cada vez más del progreso del verdadero Espiritismo, y entendemos por ahí el
Espiritismo que engloba todas sus consecuencias morales. Sin hacernos ilusiones
sobre el alcance de nuestros trabajos, el pensamiento de haber contribuido a
ello arrojando algunos granos en la balanza, nos es de una dulce satisfacción,
porqué esos pocos granos siempre habrán servido para hacer reflexionar.
La
prosperidad creciente de nuestra selección es indicativa del favor con el cual
es acogida; solo nos queda proseguir con nuestra obra en la misma línea, ya que
recibe la consagración del tiempo, sin apartarnos de la moderación, de la
prudencia y de lo conveniente que siempre nos han guiado. Dejando a nuestros
contradictores el triste privilegio de las injurias y personalismos, no los
seguiremos tampoco sobre el terreno de una controversia sin fin; decimos sin
fin, porqué no les aportaría ninguna convicción, y es perder el tiempo el
discutir con personas que no saben ni una palabra de lo que hablamos.
Solo
les diremos una cosa: Estudiar primero y luego veremos; tenemos otra cosa que
hacer que hablar con los que no quieren entender. ¿Por otro lado qué importa,
en definitiva, la opinión contraria de fulano o mengano? ¿Esa opinión es de tan
gran importancia que pueda entorpecer la marcha natural de las cosas? Los más
grandes descubrimientos han encontrado adversarios más rudos, lo que no les ha
hecho perecer. Dejamos pues la incredulidad zumbar alrededor nuestro, y nada
nos desviará de la vía que nos ha sido trazada por la gravedad misma del sujeto
que nos ocupa.
Hemos
dicho que las ideas espíritas están progresando. Desde hace ya algún tiempo, en
efecto, han ganado un terreno considerable; se diría que están en el aire, y
ciertamente no es gracias a la caja de resonancia de la prensa periódica,
pequeña o grande, a la cual deban estar en deuda. Si progresan contra viento y
marea, no obstante el mal querer que encuentran en ciertas regiones, es porqué
poseen la suficiente vitalidad para sostenerse por si mismo.
Aquel
que hace el esfuerzo de profundizar en esta cuestión del Espiritismo encuentra
en ella una satisfacción moral tan grande, la solución de tantos problemas cuya
explicación había buscado en vano en las teorías vulgares; el porvenir se
desarrolla ante él de una manera tan clara, tan precisa, tan LÓGICA, que se
dice así mismo que en efecto es imposible que las cosas no ocurran así, y que
es sorprendente que no se haya comprendido antes; que es lo que un sentimiento
íntimo le decía que debía de ser así; la ciencia Espírita, desarrollada, no ha
hecho más que formular, sacar de la neblina, ideas ya existentes en su fuero
interno; desde entonces el porvenir tiene para el una meta clara, precisa,
netamente definida; ya no marcha en lo impreciso, ve el camino a seguir; ya no
es ese porvenir de felicidad o infelicidad que su razón no podía comprender, y
que por eso mismo rechazaba; es un porvenir racional, consecuencia de las
mismas leyes de la naturaleza, y pudiendo soportar el análisis más severo; es
por lo que es feliz y como libre de un inmenso peso: el de la incertidumbre, porqué la incertidumbre es un tormento.
El
hombre, a pesar suyo, sondea las profundidades del porvenir, y no
puede dejar de verlo eterno;
lo compara con la brevedad y fragilidad de la existencia terrestre. Si el
porvenir no le ofrece ninguna certidumbre, se atonta, se repliega sobre el
presente, y para tornarlo más soportable, de nada se priva; es en vano que su
conciencia le habla del bien y del mal, se dice: El bien es lo que me hace
feliz. ¿Que motivo tendría, en efecto, de ver el bien en otra parte? ¿Porqué
soportar privaciones? Quiere ser feliz, y para ser feliz, quiere gozar; gozar
de lo que poseen los otros; quiere oro, mucho oro; le va la vida en ello,
porque el oro es el vehículo de todos los gozos materiales; ¡que le importa el
bienestar de su semejante! El suyo ante todo; quiere darse satisfacción en el
presente, no sabiendo si lo podrá más tarde, en un futuro en el cual no cree;
deviene pues en ávido, envidioso, egoísta, y, con todos sus gozos, no es feliz,
porque el presente le parece muy corto.
Con
la certeza del porvenir, todo cambia para el; el
presente es efímero, y lo ve pasar sin lamentarse; es menos ávido de gozos
terrestres, porque solo le dan una sensación pasajera, fugitiva, que le dejan
un vacío en el corazón; aspira a una felicidad más duradera, y en consecuencia
más real; ¿y dónde puede hallarla si no es en el porvenir? El
Espiritismo, mostrándole, probándole ese porvenir, lo libera del suplicio de la
incertidumbre, he ahí porque lo hace más feliz; ahora bien, lo que hace feliz
encuentra siempre partidarios.
Los
adversarios del Espiritismo atribuyen su rápida propagación a una fiebre
supersticiosa que toma la humanidad, al amor a lo maravilloso; pero habría que
ser ante todo lógico; aceptaremos su razonamiento, si se puede llamar a esto
razonamiento, cuando nos hayan explicado con claridad porque esa fiebre alcanza
precisamente las clases esclarecidas de la sociedad ante que las clases
ignorantes. En cuanto a nos, decimos que es porque el Espiritismo llama a la
razón y no a una creencia ciega, que las clases esclarecidas examinan,
reflexionan y comprenden; en cuanto a las ideas supersticiosas no soportan
examen alguno.
Además,
todos vosotros los que combatís el Espiritismo, ¿lo comprendéis?, ¿lo habéis
estudiado, escrutado en sus más mínimos detalles, medido con madurez en todas
sus consecuencias? No, mil veces no. Habláis de algo que desconocéis; todas
vuestras críticas, no hablo de las tontas, planas y groseras diatribas,
desprovistas de todo razonamiento y que no tienen ningún valor, hablo de las
que al menos tienen una apariencia seria; todas vuestras críticas, digo, denotan
la más completa ignorancia de ello.
Es
por lo que los ataques contra el Espiritismo tienen tan poco alcance, y
favorecen su desarrollo en vez de atajarlo. Esos ataques son propaganda;
provocan el examen, y el examen no nos puede resultar más que favorable, porque
nos dirigimos a la razón. No hay un solo artículo publicado contra esta doctrina
que no haya resultado en un acrecentamiento de abonados y que no haya hecho
vender más libros. El del Sr. Oscar Cometant (ver Le
Siècle) del
27 de octubre pasado, y nuestra respuesta en la Revista del mes de diciembre de 1859) a hecho
vender en pocos días, al Sr. Ledoyen, más de cincuenta ejemplares de la famosa
sonata de Mozart (que se vende 2 Fr., precio neto, según el importante y
espiritual comentario del Sr. Cometant). Los artículos del Univers
del 13 de abril y 28 de
mayo de 1859 (ver nuestra respuesta en los números de la Revista de mayo y julio de 1859) han hecho agotarse
rápidamente lo que quedaba de la primera edición de El
Libro de los Espíritus, así como de los otros.
Pero volvamos a cosas menos materiales.
Mientras
solo opongan al Espiritismo argumentos de esa naturaleza, no tendrá nada que
temer. Repetimos que la fuente principal del progreso de las ideas espíritas
está en la satisfacción que procuran a todos aquellos que profundizan en ellas,
y que ven algo más que un fútil pasatiempo; así, como se quiere la felicidad
ante todo, no es sorprendente que uno se adhiera a una idea que le da
felicidad. Hemos dicho en otra parte que en cuestión de Espiritismo el periodo
de curiosidad ha pasado, y el del razonamiento y filosofía le ha sucedido.
La
curiosidad tiene su tiempo: una vez satisfecha, pierde su interés y se pasa a
otra cosa; no ocurre lo mismo con lo que se dirige al pensamiento serio y al
juicio. Sobre todo, El Espiritismo ha progresado desde que es mejor comprendido
en su esencia íntima, desde que se le ve su alcance, porque toca la cuerda más
sensible del hombre: la de su felicidad, mismo en este mundo; he ahí la causa
de su propagación, el secreto de la fuerza que le hará triunfar.
Todos vosotros que le atacáis, ¿queréis un modo certero de combatirlo con eficacia? Os lo voy a indicar. Reemplazadlo por algo mejor; encontrad una solución MÁS LÓGICA a todas las cuestiones que resuelve; dad al hombre OTRA CERTEZA que le haga más feliz, y comprended bien el alcance de esa palabra certeza, porque el hombre solo acepta como cierto lo que le parece lógico; no contentaros con decir que eso no es así, es demasiado fácil; probad, no con una negación, más con hechos, que eso no es, no ha sido jamás y NO PUEDE SER; probad en fin que las consecuencias del Espiritismo no sirven para volver al hombre mejor por la práctica de la más pura moral evangélica, moral que se loa mucho, pero que se práctica muy poco.
Todos vosotros que le atacáis, ¿queréis un modo certero de combatirlo con eficacia? Os lo voy a indicar. Reemplazadlo por algo mejor; encontrad una solución MÁS LÓGICA a todas las cuestiones que resuelve; dad al hombre OTRA CERTEZA que le haga más feliz, y comprended bien el alcance de esa palabra certeza, porque el hombre solo acepta como cierto lo que le parece lógico; no contentaros con decir que eso no es así, es demasiado fácil; probad, no con una negación, más con hechos, que eso no es, no ha sido jamás y NO PUEDE SER; probad en fin que las consecuencias del Espiritismo no sirven para volver al hombre mejor por la práctica de la más pura moral evangélica, moral que se loa mucho, pero que se práctica muy poco.
Cuando
habréis hecho así, seré el primero en inclinarme ante vosotros. Hasta entonces,
permitidme que mire vuestras doctrinas, que son la negación de todo porvenir,
como la fuente del egoísmo, gusano roedor de la sociedad, y, en consecuencia,
como un verdadero flagelo. Si, el Espiritismo es fuerte, más fuerte que
vosotros, porque se apoya sobre las bases mismas de la religión: Dios, el alma,
las penas y las recompensas futuras basadas en el bien y el mal que se haya
hecho; vosotros, os apoyáis sobre la incredulidad; convida a los hombres a la
felicidad, a la esperanza, a la verdadera fraternidad; vosotros, le ofrecéis la
NADA como perspectiva y el EGOÍSMO como consolación; lo explica todo, vosotros
no explicáis nada; prueba por los hechos, y vosotros no probáis nada; ¿Cómo
queréis que se dude entre las dos Doctrinas?
En
resumen constatamos, y cada uno lo ve y lo siente como nos, que el Espiritismo
ha dado un paso inmenso durante el año que acaba de terminar, y ese paso es una
garantía de aquel que no puede dejar de realizarse durante el año que comienza;
no solamente el número de sus partidarios ha crecido considerablemente, más se
ha operado un cambio notable en la opinión general, mismo entre los
indiferentes; se dice que en el fondo de todo esto bien podría haber algo de cierto; que no
hay que precipitarse en juzgar; aquellos que, en su nombre, alzaban los
hombros, empiezan a temer el ridículo para ellos mismos, uniendo su nombre a un
juicio precipitado que puede ser desmentido; prefieren pues callarse y esperar.
Sin duda habrán aún durante largo tiempo quienes, no teniendo nada que perder
en la opinión de la posteridad, buscarán de denigrarlo, los unos por carácter o
posición, otros por cálculo deliberado; pero uno se familiariza con la idea de
ir a Charenton desde que uno se ve en tan buena compañía, y esta mala broma
deviene, como tantas otras, en algo banal que ya no conmueve, porqué solo se ve
en esos ataques un vacío absoluto de razonamiento. El arma del ridículo, esa
arma que dicen tan terrible, se debilita evidentemente, y cae de las manos de
aquellos que la blandían; ¿Ha perdido pues su potencia? No, salvo que hierran
la meta.
El
ridículo solo mata lo que es ridículo en si mismo y solo tiene de serio la
apariencia, porqué fustiga al hipócrita y le arranca su máscara; pero lo que es
verdaderamente serio solo puede ser alcanzado de forma pasajera y sale siempre
triunfante de la contienda. ¡Vean si una sola de las grandes ideas que han sido
vilipendiadas en su origen por la turba ignorante e envidiosa ha caído para no
alzarse más! Más, el Espiritismo es una de las más grandes ideas, porque toca a
la cuestión más vital, la de la felicidad del hombre, y no se juega impunemente
con una cuestión así; es fuerte, porque hunde sus raíces en las leyes mismas de
la naturaleza, y contesta a sus enemigos dando la vuelta al mundo desde sus
inicios. Algunos años más, y sus detractores, incapaces de combatirlo por el
razonamiento, se encontrarán tan desbordados por la opinión, tan aislados, que
se verán forzados o bien a callar, o bien a abrir los ojos a la luz.
Continuará....
Publicado
bajo la dirección
DEL
Sr.
ALLAN KARDEC
Todo
efecto tiene una causa. Todo efecto inteligente tiene
Una
causa inteligente. La potencia de la causa
Inteligente
esta en razón de la magnitud del efecto.
Esta ha sido una contribución de Mari "akardec@akardec.com"
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No permitas que el atribuirte consciente o inconscientemente crédito por algo
que copiaste de otro autor, afecte tu espiritualidad, y que cometas faltas que
se han de acumulan a las que ya tienes.
Si me mencionas o no,
no es importante para mí, pero sí; es una falta el atribuirte que la
información publicada es de tu autoría al no hacer mención alguna del autor
original, si no das el crédito al que originalmente lo creo, eso es propiedad
intelectual y al no dar el crédito, constituye una falta de moralidad.
Recomiendo que añadas al final de tu reflexión algo así:
Partes de esta
reflexión ha sido tomada de un artículo publicado por Frank Montañez de “Soy
Espírita” en su blog: www.soyespirita.blogspot.com
Nombre del Artículo:
Fecha Publicado:
Eso evitarás que actúes mal
sin quererlo hacer, de eso se trata la Educación Espírita.
Los siguientes enlaces te conducen a estos temas ya
publicados para ayudarte en tu desarrollo de educación espiritual:
Espero estos enlaces te conduzcan a
información que te ayude a lograr activar tu crecimiento espiritual, a través
de la Transformación Moral.
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