Así dijo Allan Kardec Textualmente en la Introducción del Libro de Médiums: "Hemos publicado previamente una Instrucción Práctica, con el objetivo de guiar a los médiums. Esa obra está hoy agotada, y aunque la hayamos elaborado con una finalidad trascendente y seria no volveremos a imprimirla, porque no consideramos que esté suficientemente completa para ilustrar acerca de la totalidad de las dificultades que es posible encontrar. La sustituimos con esta, en la cual hemos reunido todos los datos que una larga experiencia y estudios concienzudos nos han permitido obtener. Confiamos en que contribuirá a imprimir al espiritismo el carácter serio que constituye su esencia, y a evitar que se vea en él un motivo de ocupación frívola y de diversión. A esas consideraciones agregaremos otra de suma importancia: se trata de la mala impresión que produce, en las personas que recién se inician o que se hallan mal predispuestas, la observación de experiencias hechas con ligereza y sin conocimiento de causa.
Esas experiencias presentan el inconveniente de generar una idea muy falsa acerca del mundo de los Espíritus, y se prestan a la burla y a una crítica que por lo general está fundada. Tal es la razón por la que los incrédulos rara vez salen convertidos de esas reuniones y están poco dispuestos a reconocer que hay algo serio en el espiritismo. La ignorancia y la frivolidad de ciertos Médiums han hecho, en la opinión de muchas personas, más daño de lo que se cree."
Éste fue el comentario de Allan Kardec. Así que ésta información certifica, que ningún Manual que pretenda resumir lo que dice el Libro de Los Médiums, es vinculado a las enseñanzas del Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo.
Éste fue el comentario de Allan Kardec. Así que ésta información certifica, que ningún Manual que pretenda resumir lo que dice el Libro de Los Médiums, es vinculado a las enseñanzas del Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo.
Publicado 8th August 2017 por Frank Montañez
Etiquetas: Allan Kardec Espiritismo Frank Montanez Libro de los Mediums No a los Manuales Sistematizados
El Libro de Los Médiums en su Introducción adviertieron los Espíritus que no se recomiendaban los llamados Manuales Sistematizados dela Mediúmnidad. Se recomienda que se utilice para esos propósitos, el Libro de los Médiums, que es la autoridad máxima de ese tema en el Espiritismo. Así lo hizo constar por escrito Allan Kardec, y lo muestro más adelante en este contenido.
Cuando usted evalúa el Manual Sistematizado de la Federación
Espírita de España FEE, el Manual
Sistematizado de la Doctrina Espírita CEI, El Manual Sistematizado de la Mediumnidad de la Federación Espírita de Brasil FEB, El Manual sistematizado de la Mediúmnidad CEPA, el Manual Sistematizado de la Doctrina Espírita de la Confederación Espírita de Colombia CONFECOL, entre otros, TODOS se alejan de las enseñanzas del Espiritismo, y cambian los conceptos fundamentales del Espiritismo en ese tema.
Es por eso que Allan Kardec, dejó muy claro que no se necesitaba el Manual que él había publicado en el año de 1858, que al agotarse sus ediciones, fue sustituido por el Libro de Los Médiums en 1861. No cometas el grandicimo error de sustituir el Libro de Los Médiums, por el Manual de las Comunicaciones Mediúmnicas de Allan Kardec que las Federaciones de Espiritualistas andan publicando, ese Manual, desechelo, tirelo a la basura. Así lo recomendó Allan Kardec. SIEMPRE deberá prevalecer el Libro de Los Médiums, y no ningún Manual Sistematizado por las Federaciones o Confederaciones Espiritualistas, que están falsificados.
Es por eso que Allan Kardec, dejó muy claro que no se necesitaba el Manual que él había publicado en el año de 1858, que al agotarse sus ediciones, fue sustituido por el Libro de Los Médiums en 1861. No cometas el grandicimo error de sustituir el Libro de Los Médiums, por el Manual de las Comunicaciones Mediúmnicas de Allan Kardec que las Federaciones de Espiritualistas andan publicando, ese Manual, desechelo, tirelo a la basura. Así lo recomendó Allan Kardec. SIEMPRE deberá prevalecer el Libro de Los Médiums, y no ningún Manual Sistematizado por las Federaciones o Confederaciones Espiritualistas, que están falsificados.
Estos Manuales apócrifos, recomiendan Incorporación de Espíritus. Confunden las Capacidades Mediúmnidad de la psicofonía, psicografias y Mediumnidad auditiva con Incorporación de Espíritus.
Hacen recomendaciones, que no fueron avaladas por los Espíritus. En fin, le han añadido contenidos que no están de acuerdo a las enseñanzas del Espiritismo.
Recomiendo que lean el Libro de Los Médiums, háganlo, el Manual oficial de la Mediúmnidad, y no jueguen a inventar el Espiritismo.
Introducción del Libro de Los Médiums.
A diario
la experiencia confirma nuestra opinión acerca de que las dificultades y las
decepciones que se encuentran en la práctica del espiritismo son consecuencia
de la ignorancia de los principios de esta ciencia, y nos sentimos felices por
haber sido capaces de comprobar que nuestro trabajo, realizado con el propósito
de prevenir a los adeptos contra los escollos de la etapa inicial de
aprendizaje, ha dado sus frutos, y que muchos han conseguido evitar esos
escollos merced a la lectura atenta de esta obra.
Un muy
natural deseo de las personas que se ocupan del espiritismo es el de
comunicarse por sí mismas con los Espíritus. La presente obra está destinada a
allanarles el camino, guiándolas de modo tal que aprovechen nuestros
prolongados y afanosos estudios, puesto que se formaría una idea muy falsa
quien pensara que, para llegar a ser experto en ésta materia, alcanza con saber
colocar los dedos sobre una mesa para hacer que gire, o sostener un lápiz para
comenzar a escribir.
Se
engañaría, asimismo, el que tuviera la intención de encontrar en esta obra una
receta universal e infalible para formar Médiums. Aunque cada uno sea portador
del germen de las cualidades necesarias para llegar a ser Médium, esas
cualidades existen en grados muy diferentes, y su desarrollo depende de causas que
nadie puede provocar a voluntad. Las reglas de la poesía, de la pintura
o de la música no hacen que se vuelvan poetas, pintores o músicos
los que no poseen el talento correspondiente: tan sólo los Introducción
orientan en el empleo de sus facultades naturales.
Lo mismo sucede con nuestro
trabajo. Su objetivo consiste en indicar los medios de
desarrollar la facultad Mediúmnica tanto como lo permitan las disposiciones
de cada individuo y, sobre todo, orientar su empleo de una
manera útil en el caso de que la facultad exista. Sin embargo, no es
ese el único objetivo que nos hemos propuesto.
A la par
de los Médiums propiamente dichos, crece día a día la cantidad de personas que
se interesan por las manifestaciones espíritas. Guiarlas en sus observaciones,
señalarles los escollos que forzosamente encontrarán en algo que es nuevo,
iniciarlas en el modo de conversar con los Espíritus, enseñarles los medios
para la obtención de buenas comunicaciones, tal es el panorama que necesitamos abarcar
a fin de no correr el riesgo de que nuestra labor resulte
incompleta. Que nadie se sorprenda, entonces, si encuentra en ella
informaciones que a primera vista parecen inadecuadas, pues la
experiencia mostrará su utilidad. Quien estudie detenidamente este
libro comprenderá mejor los hechos que ha de presenciar, y el lenguaje de
ciertos Espíritus no le resultará tan extraño.
Por
consiguiente, en su carácter de instrucción práctica, no está destinado
exclusivamente a los Médiums, sino a todos los que estén en condiciones de
observar los fenómenos espíritas. Algunas personas habrían preferido que
publicásemos un manual práctico muy sucinto, que contuviera en pocas palabras la
indicación de los procedimientos que se deben emplear para ponerse
en comunicación con los Espíritus.
Opinan que un compendio de esas
características, que por su bajo costo tendría una amplia difusión,
constituiría un poderoso medio de propaganda y multiplicaría el número de
Médiums. A nuestro entender, semejante obra resultaría más nociva que útil, al
menos por el momento.
La práctica del espiritismo está rodeada de muchas
dificultades, y no siempre se halla libre de peligros que sólo un estudio serio
y completo puede prevenir. Sería de temer, entonces, que una instrucción demasiado
somera provocase experiencias llevadas a cabo con ligereza, de las que habría
que arrepentirse. Nos referimos a esas cosas con las cuales no es conveniente
ni prudente jugar, de modo que supondríamos prestar un servicio perjudicial si
las pusiéramos al alcance del primer insensato que encontrara divertido mantener
conversaciones con los muertos. Nosotros nos dirigimos a las
personas que ven en el espiritismo un objetivo serio, a las que comprenden
su importancia y no toman como un simple entretenimiento las
comunicaciones con el mundo invisible.
Hemos
publicado previamente una Instrucción Práctica1, con el objetivo de guiar a los
médiums.
1 Allan Kardec se refiere a su obra Instruction pratique sur les manifestations spirites, Dentu, Ledoyen et le bureau de la “Revue Spirite”, París, 1858. (N. del T.)
1 Allan Kardec se refiere a su obra Instruction pratique sur les manifestations spirites, Dentu, Ledoyen et le bureau de la “Revue Spirite”, París, 1858. (N. del T.)
Esa obra
está hoy agotada, y aunque la hayamos elaborado con una finalidad trascendente
y seria no volveremos a imprimirla, porque no consideramos que esté suficientemente
completa para ilustrar acerca de la totalidad de las dificultades que es
posible encontrar. La sustituimos con esta, en la cual hemos reunido todos los
datos que una larga experiencia y estudios concienzudos nos han permitido
obtener. Confiamos en que contribuirá a imprimir al espiritismo el carácter
serio que constituye su esencia, y a evitar que se vea en él un motivo de
ocupación frívola y de diversión.
A esas
consideraciones agregaremos otra de suma importancia: se trata de la mala
impresión que produce, en las personas que recién se inician o que se hallan
mal predispuestas, la observación de experiencias hechas con ligereza y sin
conocimiento de causa. Esas experiencias presentan el inconveniente de generar
una idea muy falsa acerca del mundo de los Espíritus, y se prestan a la burla y
a una crítica que por lo general está fundada. Tal es la razón por la que los incrédulos
rara vez salen convertidos de esas reuniones y están poco dispuestos a
reconocer que hay algo serio en el espiritismo. La ignorancia y la frivolidad
de ciertos Médiums han hecho, en la opinión de muchas personas, más daño de lo
que se cree.
En los
últimos años el espiritismo ha realizado grandes progresos, pero estos han sido
inmensos especialmente a partir del momento en que adoptó un rumbo filosófico,
porque ganó el aprecio de las personas ilustradas. En la actualidad no es ya un
espectáculo, sino una doctrina de la que han dejado de reírse los que se burlaban
de las mesas giratorias. Con nuestro esfuerzo por conducirlo y mantenerlo en
ese terreno, estamos persuadidos de que conquistaremos
para él más adeptos útiles que si provocáramos a diestra
y siniestra manifestaciones que podrían favorecer los abusos.
Diariamente
tenemos pruebas en ese sentido, por el número de
adeptos conquistados mediante la simple lectura de El Libro de los
Espíritus.
Después
de haber expuesto en El Libro de los Espíritus la parte filosófica de la
ciencia espírita, brindamos en esta obra la parte práctica, para uso de los que
quieran ocuparse de las manifestaciones, ya sea por sí mismos o bien para
comprender los fenómenos que lleguen a presenciar. Reconocerán aquí los
escollos que se les pueden presentar, y tendrán además un medio para evitarlos.
Ambas
obras, aunque una sea la continuación de la otra, son hasta cierto punto
independientes. No obstante, a quien desee ocuparse con seriedad de esta
materia, le recomendaremos que lea primero El Libro de los Espíritus, porque
contiene principios fundamentales sin cuyo conocimiento tal vez sea difícil la
comprensión de algunas partes de esta obra.
Se han
introducido mejoras importantes en esta segunda edición, la cual es mucho más
completa que la primera. Los Espíritus la corrigieron con especial cuidado, y
le agregaron una gran cantidad de notas e instrucciones del más alto interés.
Puesto que lo han examinado todo, y lo aprobaron o modificaron de acuerdo con
su voluntad, se puede decir que este libro es, en gran parte, obra
suya, porque su intervención no se limitó a algunos artículos firmados. Sólo
hemos mencionado sus nombres cuando nos pareció necesario para destacar que algunas
citas, un tanto extensas, provinieron de ellos en forma textual. De no haber
sido así, hubiéramos debido nombrarlos en casi todas las páginas, en especial a
continuación de las respuestas a las preguntas que se les plantearon, procedimiento
que consideramos sin utilidad alguna. Es sabido
que en asuntos de esta naturaleza los nombres tienen poca importancia.
Lo esencial es que el conjunto del trabajo responda al objetivo que nos
propusimos. La acogida brindada a la primera edición, pese a que estaba
incompleta, nos hace esperar que la presente sea considerada, al menos, con
similar benevolencia.
Así como
le añadimos muchas cosas, y muchos capítulos enteros, hemos suprimido algunos
artículos que hubieran quedado repetidos, entre otros el que trataba acerca de
la “Escala espírita”, que ya se encuentra en El Libro de los Espíritus.
Suprimimos asimismo, del “Vocabulario Espírita”, lo que no se adaptaba
debidamente al plan de esta obra, y lo sustituimos con ventaja por cosas más prácticas.
Por otra parte, ese vocabulario no estaba completo, y
nuestra intención es publicarlo más adelante, por separado, con el formato de
un breve diccionario de filosofía espírita. En la presente edición hemos
conservado solamente las palabras nuevas o especiales, relativas al tema del
cual nos ocupamos.
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Ese afán de cambiar las enseñanzas del Espiritismo, es muy nocivo, tal como lo expresan los Espíritus y Allan Kardec."Opinan que un compendio de esas características, que por su bajo costo tendría una amplia difusión, constituiría un poderoso medio de propaganda y multiplicaría el número de Médiums. A nuestro entender, semejante obra resultaría más nociva que útil, al menos por el momento."
Sugiero a los lectores, que consideren seriamente la recomendación de los Espíritu y Allan Kardec.