Soy Espiritista, y me apego al contenido de los Libros Codificados por Allan Kardec y acepto el hecho
que se constituye como la “Verdad Eterna”,
ya que toda Revelación Divina se constituye una Verdad Eterna, en términos espirituales. Así es claramente expresado en el Libros de Génesis Espiritista :
El Espiritismo es una "Eterna Verdad" y se
constituye una Verdad Espiritual Absoluta, ya que no se pueden cambiar nada de lo específico sin el aval de los
Espíritus.
Mediúmnidad - Es ÚNICAMENTE para que el Médium que la posee, la utilice ÚNICAMENTE, para su mejoramiento Moral, Intelectual e Individual de su Espíritu encarnado y/o desencarmado.
https://soyespirita.blogspot.com/2015/10/mediumnidad.html
La Mediúmnidad es un don que Dios nos concedió únicamente para nuestro adelanto moral.
El CAPÍTULO
I – Libro de Génesis Espiritual
“Caracteres de la revelación espírita”. 1.
¿Se puede considerar el espiritismo como una revelación? En ése caso, ¿cuál es
su carácter? ¿En qué se funda su autenticidad?
Sí, es la Tercera Revelación espiritual
dada a la humanidad… Su carácter es el de una “Verdad Eterna”, eso sella su
autenticidad, es inspiración divina.
Ítem #10.
Sólo los Espíritus puros reciben la palabra de Dios con la misión de transmitirla. No obstante, hoy se sabe que no todos los Espíritus son perfectos, y que existen algunos que se presentan bajo falsas apariencias, lo que llevó a san Juan a decir: “No creáis en cualquier Espíritu; vead antes si los Espíritus son de Dios”. (Primera Epístola, 4:1.)
Puede haber, pues, revelaciones serias y verdaderas, como hay revelaciones apócrifas y mentirosas. El carácter esencial de la revelación divina es el de la “eterna verdad”. Toda revelación contaminada de errores o sujeta a modificaciones no puede emanar de Dios.
Allan Kardec, Sí; tenía la Verdad Espiritual Absoluta… porque la “Verdad Eterna” de Dios no se puede cambiar…
Ítem #13,
[…] porque la doctrina no fue dictada completa, ni impuesta a una creencia ciega; porque es deducida, mediante el trabajo del hombre, de la observación de los hechos que los Espíritus colocan delante de sus ojos, así como de las instrucciones que le dan, instrucciones que él estudia, comenta, compara, a fin de que él mismo extraiga las consecuencias y aplicaciones.
__________________________
Generalidad y Control Universal de la Doctrina Espírita. Evangelio según el Espiritismo, INTRODUCCIÓN, seccion II. Ver mí vídeo sobre la "Generalidad y Control Universal de la Doctrina Espírita" en YouTube...
Entonces, la Revelación Espírita, no puedecambiarse, sin haberse convocado los Espíritus que están a cargo de su custodio, y el hombre sólo es responsable de
su elaboración del hombre.
Las "Opiniones Personales", aisladas, el Espiritismo no se hace responsable. ¿Qué es una “Simple Opinión Personal” en el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador?
Ninguna "Opinion Personal", aislada, podrá justificar ningún cambio específico de las enseñanzas en el Espiritismo. Menos aún, una "Opinión Personal", podrá imponer criterios que afecten la "Eterna Verdad Absoluta" del Espiritismo.
Ningún libro apócrifo cómo lo es "Nosso Lar, conceptos como el UMBRAL, Ciudades o Colonias Espirituales de Chico Xavier, ni las Cartas de Posicionamientos apócrifos de ninguna organizacion Espiritualista, religiosa, Laica, o Atea podrá prevalecer en contra de las ENSEÑANZAS y CREENCIAS DEL ESPIRITISMO MORALIZADOR Y CONSOLADOR AL MUNDO 🌍, EL VERDADERO ESPIRITISMO, porque ésas son sólo "Opiniones Personales", aisladas, que el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo, no puede ser responsable.
Lo que nunca se completará
será la elaboración de las ideas espiritistas. El Espiritismo, no tiene que
contener todos los adelantos científicos, que no cambiaran el mensaje de los
Espíritus. Los adelantos científicos se darán de acuerdo a la iniciativa y la elaboración que el hombre pueda hacer en querer que el espiritismo sea de conocimiento general a la humanidad.
En suma: lo que caracteriza a la revelación espírita es el hecho de que su origen es divino, la iniciativa es de los Espíritus, y su elaboración es fruto del trabajo del hombre.
¿Qué significa la Elaboración en el Espiritismo? No debe confundirse con ACTUALIZAR o Modificar ninguno de los contenidos de los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec, ni las Revistas Espíritas (1858 hasta abril de 1869), ni tampoco ninguno de los Libros de Allan Kardec, pues estos libros y revistas, son de dominio público, un patrimonio de la humanidad. Tampoco se puede clasificar el Espiritismo como progresivo, porque la Eterna Verdad del Espiritismo no se puede modificar ni decir que debe progresar debido al progreso de las ciencias. El Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo no es progresivo en esos términos.
"Elaboración", es un término definido en el libro de Génesis Espiritista codificado, escrito y publicado por Allan Kardec. No puede venir ningún Espíritu luego de la muerte de Allan Kardec (Marzo 31 de 1869), a dar nuevas Revelaciones Espíritas, porque ya esa puerta se cerró con la "Eterna Verdad" revelada en los libros codificados como una "Inspiración Divina". Veamos los ítems #13 y # 14 del Libro de Génesis. Es decir, los que andan diciendo que el Espiritismo tiene que ser actualizado con los adelantos tecnológicos, porque es y debe ser progresivo, eso no es el Espiritismo Verdadero, porque las enseñanzas del Espiritismo son "Verdades Eternas" que ya están actualizadas y no tienen nada que ver con los adelantos de la Ciencia. Lo que es progresivo es la "Elaboración", que nunca se detendrá, pero no a costas de cambiar las enseñanzas del Espiritismo.
¿Porque el hombre ha
de cambiar los ingredientes espirituales de la tercera revelación espirita, que no le pertenecen; porque esto lo constituye la inspiración de Dios a la humanidad, y pretender cambiarlo por opiniones
personales, o justificar el resultado de su elaboración, que le fue requerida
para propagar el Espiritismo?
Ese afán
de cambiar lo que no le pertenece al hombre, indica que nunca interpretó el
mensaje espiritual de Dios a la humanidad. Leyó muy rápido el ítem # 13 del capítulo
I de Génesis Espiritual. Creyó, que la codificación no estaba completa. O no
interpretó, o simplemente quiere justificar actualizar el Espiritismo y
modificar lo específico que no tiene permiso de cambiar, por sus propias ideas,
alejado de los propósitos del Espiritismo para moralizar la humanidad y hacer
que se active el adelantamiento espiritual de los individuos.
Tenemos
muchísimos ejemplos de grandes organizaciones que ya cambiaron a su
conveniencia, términos específicos del Espiritismo.
Un ejemplo importante es haber cambiado el termino “Reencarnación”, por “Palingenesia”, para evitar
que se interprete que venimos a sufrir en las reencarnaciones, y que el
concepto de “Palingenesia” sirve mejor a la idea de no sufrir por culpas
cometidas. Esto se hizo sin el consentimiento de los Espíritus, según había establecido
Allan Kardec en la introducción del Libro de Génesis. Esto lo vemos en la
siguiente declaración de la CEPA de Brasil, a continuación.
DECLARACIÓN FINAL DEL CONGRESO XXI ESPÍRITA
PANAMERICANO CARTA DE LOS SANTOS
Declaración Final del XXI Congreso de la CEPA
Los participantes del XXI Congreso Espírita
Panamericano de CEPA, que tuvo como tema central “Perspectivas Contemporáneas
de la Teoría Espírita de la Reencarnación”, realizado en la ciudad de Santos,
São Paulo, Brasil, del 5 al 9 de septiembre de 2012, emiten la presente
Declaración, a partir de propuestas, ideas y conceptos expuestos y debatidos en
el referido evento:
DECLARACIÓN FINAL DEL XXI CONGRESO ESPÍRITA
PANAMERICANO
CARTA DE SANTOS
Los participantes del XXI Congreso Espírita
Panamericano de CEPA, que tuvo como tema central “Perspectivas Contemporáneas
de la Teoría Espírita de la Reencarnación”, realizado en la ciudad de Santos,
São Paulo, Brasil, del 5 al 9 de septiembre de 2012, emiten la presente
Declaración, a partir de propuestas, ideas y conceptos expuestos y debatidos en
el referido evento:
1.
Las estadísticas demuestran que la creencia en
la reencarnación o su aceptación como hipótesis científico-filosófica gana
expansión en todos los continentes, independientemente de las tradiciones
culturales y religiosas de sus respectivos pueblos y naciones.
2.
Episodios cada vez más frecuentes de recuerdos
espontáneos de probables vidas pasadas, especialmente en niños, así como el uso
de la hipnosis regresiva y experiencias mediúmnicas
que acceden a presuntas vidas anteriores de la actual existencia física,
ofrecen hoy un rico manantial de estudios aptos para fortalecer de forma
fáctica la teoría reencarnacionista.
3.
La aceptación de la hipótesis palingenésica,
especialmente a partir de la perspectiva racional y filosófica, apoyada en
indicios y/o evidencias que se verifican en el campo de la ciencia
experimental, vienen al encuentro de las propuestas fundamentales del Espiritismo,
enunciadas en las obras básicas de Allan Kardec y en obras complementarias de
filósofos, científicos, estudiosos, escritores y pensadores que, después de él,
vienen desarrollando una teoría espírita con una perspectiva progresista, laica
y librepensadora.
4.
Como resultado de esta seria y fecunda labor,
es posible, en el presente estadio cultural de la humanidad, presentar la teoría reencarnacionista espírita como un nuevo paradigma
filosófico y científico que merece la valoración, el estudio, la
profundización de la investigación y la aplicación práctica en todas las áreas
del conocimiento y del hacer humano.
5.
Para que la teoría espírita de la
reencarnación pueda, efectivamente, ser asimilada como un nuevo paradigma
filosófico y científico, entretanto, será necesario ofrecerlo a la cultura
humana, no como un dogma religioso, sino como un conocimiento capaz de dotar al
individuo y a la sociedad de responsabilidad personal y colectiva sobre el
progreso individual y social.
6.
Resáltese que, a partir de la visión
genuinamente espírita, la reencarnación no es un fin en sí misma. Al contrario,
es un medio idóneo, necesario, insustituible, incluido en un proceso
multifacético, dinámico, ya que es parte integrante de los mecanismos de la
evolución, principio científico consagrado por la modernidad;
7.
A la luz de la filosofía espírita, la
rencarnación puede ser vista como un poderoso instrumento de búsqueda de la
justicia social, reduciendo, progresivamente, las desigualdades y las
injusticias sociales. Éstas, jamás deben ser interpretadas
como consecuencias de una presunta voluntad divina, sino como
resultado del orgullo, del egoísmo y del menosprecio de las leyes naturales. La
propuesta ética espírita combate estos vicios humanos y contribuye con la
construcción de una sociedad más justa y solidaria.
8.
A diferencia de antiguas creencias, como la
metempsicosis, o de algunas concepciones todavía vigentes en doctrinas
reencarnacionistas que se dicen inspiradas en el cristianismo, en el hinduismo
o en otras concepciones religiosas del mundo actual, la palingenesia espírita defiende que el espíritu reencarna para progresar
y no para pagar culpas. Por esto, la visión reencarnacionista
espírita es esencialmente pedagógica, ejerciendo un importante rol en la
progresiva educación del espíritu inmortal.
9.
Plenamente identificados con las propuestas
contemporáneas de preservación de los recursos naturales indispensables para la
vida saludable presente y futura, los espíritas deben promover constantes
esfuerzos en pro de una teoría espírita reencarnacionista sustentable, capaz de
contribuir a la concientización de la Humanidad en el sentido de evitar el
consumismo excesivo y la falsa prosperidad.
10.
La visión palingenésica espírita, en
fin, libera al espíritu del dogmatismo religioso y de cualquier postura
sectaria. Construidas a partir de las propuestas contenidas en la obra de
Allan Kardec y de sus interlocutores espirituales, y permanentemente
perfeccionable por la contribución progresista y librepensadora que resulta del
intercambio entre la Humanidad encarnada y desencarnada, es, al entender de los
espíritas aquí reunidos, eficiente instrumento de autoconocimiento, de
educación y de progreso ético individual y colectivo. Identificada con las
leyes naturales, especialmente con los valores de Justicia, Amor y Caridad, que
la sintetiza, la reencarnación, tal como fue sistematizada en la teoría
espírita, contiene, de esta forma, elementos de convicción científica,
filosófica y ética de carácter universal. Gracias a su visión
reencarnacionista, basada en la evolución y el progreso, puede el espiritismo
ofrecer a la humanidad, en este momento histórico, un nuevo paradigma capaz de
acercar culturas y hermanar pueblos, en favor del Progreso, la Paz y la
Fraternidad.
Santos, São Paulo,
Brasil, 09 de septiembre de 2012
Centre Barcelonès de
Cultura Espirita © 2016
______________________
Específicamente
el articulo # 8, lee así:
8.
A diferencia de antiguas creencias, como la
metempsicosis, o de algunas concepciones todavía vigentes en doctrinas
reencarnacionistas que se dicen inspiradas en el cristianismo, en el hinduismo
o en otras concepciones religiosas del mundo actual, la palingenesia espírita defiende que el espíritu reencarna para progresar
y no para pagar culpas. Por esto, la visión reencarnacionista
espírita es esencialmente pedagógica, ejerciendo un importante rol en la
progresiva educación del espíritu inmortal.
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Este
cambio de la CEPA, nunca obtuvo el aval de los Espíritus que dictaron Los
Libros Codificados, y se constituye una “Opinión Personal”, aislada, de la cual
el Espiritismo no es responsable. Ningún
Espiritista Verdadero, deberá asumir que este cambio doctrinario impulsado por
la CEPA, ha sido cambiado en los postulados del Espiritismo. Los nuevos adeptos tienen la oportunidad de
vetar esto, rechazándolo y no patrocinando las Casas Espiritas, que persistan
en este cambio doctrinario. Frank Montañez,
Espiritista por Convicción.
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Libro de Genesis Espiritual de Allan Kardec
Capítulo VII
Las penas futuras según el
Espiritismo
La carne es débil • Bases de la doctrina espírita acerca de las
penas futuras • Código penal de la vida futura.
Código penal de la vida futura
El espiritismo no viene, pues, con su
autoridad específica, para formular un código fantasioso. Su ley, en lo que
respecta al porvenir del alma, ha sido deducida de la observación de los
hechos, y puede resumirse en los siguientes puntos:
1º.) El alma o Espíritu sufre en la
vida espiritual las consecuencias de todas las imperfecciones de las que no se
desembarazó durante la vida corporal. Su estado, feliz o desdichado, es
inherente a su grado de pureza o de imperfección.
2º.) La felicidad absoluta es inherente
a la perfección, es decir, a la completa purificación del Espíritu. Toda
imperfección es, al mismo tiempo, causa de sufrimiento y de privación de goces,
del mismo modo que toda cualidad adquirida es causa de goces y de atenuación de
los padecimientos.
3º.) No existe una sola imperfección del alma que no implique
consecuencias funestas e inevitables, como no hay ninguna buena cualidad que no
sea fuente de un goce. Así, la suma de las penas es proporcional
a la suma de las imperfecciones, como la de los goces es proporcional a la suma
de las cualidades. El alma que tiene diez imperfecciones, por ejemplo, sufre más
que aquella que sólo tiene tres o cuatro. Cuando de esas diez imperfecciones
sólo le queden la mitad o la cuarta parte, sufrirá menos, y cuando hayan
desaparecido por completo, no sufrirá más
y será absolutamente feliz. Lo mismo
sucede en la Tierra: quien tiene varias enfermedades sufre más que quien sólo
tiene una o no tiene ninguna. Por la misma razón, el alma que posee diez
cualidades tiene más goces que la que tiene menos.
4º.) En virtud de la ley del progreso,
toda alma tiene la posibilidad de adquirir el bien que le falta, así como de
despojarse de lo que tiene de malo, conforme a su voluntad y sus esfuerzos. De
ahí resulta que el porvenir está abierto a todas las criaturas. Dios no repudia
a ninguno de sus hijos: los recibe en su seno a medida que alcanzan la
perfección, y así deja a cada uno el mérito de sus obras.
5º.) El sufrimiento es inherente a la
imperfección, así como el goce lo es a la perfección, de modo que el alma es
portadora de su propio castigo o su propia recompensa dondequiera que se encuentre,
sin necesidad de un lugar circunscripto. El Infierno está donde existen almas
que sufren, así como el Cielo se encuentra en todas partes donde hay almas
felices.
6º.) El bien y el mal que hacemos son
el resultado de las cualidades, buenas o malas, que poseemos. No hacer el bien
cuando podemos es, por lo tanto, el resultado de una imperfección. Si toda imperfección
es una fuente de sufrimiento, el Espíritu debe sufrir no sólo por el mal que
hizo, sino además por todo el bien que habría podido hacer y no hizo durante la
vida terrenal.
7º.) El Espíritu sufre por el mal que
hizo, de manera que, como su
atención se mantiene constantemente dirigida hacia las consecuencias de ese mal, él comprende mejor sus inconvenientes y es impulsado a
corregirse.
8º.) Dado que la justicia de Dios es
infinita, tanto el bien como el mal son considerados rigurosamente. De ese
modo, así como no existe una sola mala acción, un solo pensamiento malo que no dé
lugar a consecuencias fatales, tampoco hay una sola acción buena, un solo
impulso bondadoso del alma, un solo ínfimo mérito que se pierda, incluso en los seres más
perversos, puesto que esas acciones constituyen un indicio de su progreso.
9º.) Toda falta cometida, todo mal
realizado constituye una deuda contraída que deberá pagarse. Si no lo es en una
existencia, lo será en la siguiente o en las siguientes, pues todas las
existencias son solidarias entre sí. Aquel que salda su cuenta en una existencia
no tendrá necesidad de pagar una segunda vez.
10º.) El Espíritu sufre la consecuencia
de sus imperfecciones, ya sea en el mundo espiritual o en el corporal. Todas
las miserias, todas las vicisitudes que se padecen en la vida corporal tienen origen
en nuestras imperfecciones, son expiaciones de faltas cometidas tanto en la
presente como en anteriores existencias. Por la naturaleza de los padecimientos
y las vicisitudes de la vida corporal, se puede deducir la naturaleza de las
faltas cometidas en una existencia anterior, así como las imperfecciones que
las originaron.
11º.) La expiación varía según la
naturaleza y la gravedad de la falta; de modo que la misma falta puede
determinar expiaciones diferentes, según las circunstancias atenuantes o
agravantes en que fue cometida.
12º.) No existe una regla absoluta ni
uniforme en cuanto a la naturaleza y la duración del castigo. La única ley
general es que toda falta será penada y toda buena acción será recompensada según su valor.
13º.) La duración del castigo está
subordinada al mejoramiento del Espíritu culpable. No se le prescribe ninguna
condena por un tiempo determinado. Lo que Dios exige para poner término
a los padecimientos es una mejora
auténtica, efectiva, y un sincero regreso al bien.
De ese modo, el Espíritu es siempre el
árbitro de su propio destino. Puede prolongar sus padecimientos si persiste en
el mal, o atenuarlos y abreviarlos si se esfuerza en la práctica del bien. Una
condena por un tiempo determinado tendría el doble inconveniente de hacer que
el Espíritu continúe sufriendo en vano después de que ha mejorado, o de
librarlo del sufrimiento cuando todavía permanece en el mal. Dios, que es
justo, sólo castiga el mal mientras el
mal existe, y suprime el castigo cuando el mal no existe más.21 O
bien, si se prefiere, dado que el mal moral es de por sí la causa del
sufrimiento, este persistirá mientras aquel subsista, o disminuirá de
intensidad a medida que el mal desaparezca.
21
Véase, en el capítulo VI, § 25, la cita
del libro de Ezequiel. (N. de Allan Kardec.)
14º.) Dado que la duración del castigo
depende del mejoramiento del Espíritu, el culpable que nunca mejorara sufriría
para siempre. Para él, la pena sería eterna.
15º.) Una condición inherente a la
inferioridad de los Espíritus es que estos no vislumbran la finalización del
estado en que se encuentran, y creen que sufrirán para siempre. Eso hace que
los castigos les parezcan eternos22.
22 Perpetuo es sinónimo de eterno.
Se dice: ‘el límite de las nieves perpetuas’; ‘el hielo eterno de los polos’.
También se dice: ‘el secretario perpetuo de la Academia’, lo que no significa que
lo sea para siempre, sino únicamente por un tiempo ilimitado. Eterno y perpetuo se emplean, pues, en el sentido de indeterminado. En esta acepción, se puede afirmar que las penas son
eternas si con ello se quiere expresar que no tienen una duración limitada. Son
eternas para el Espíritu que no les ve un término. (N. de Allan Kardec.)
16º.) El arrepentimiento es
el primer paso hacia el mejoramiento; pero no es suficiente, pues aún son
necesarias la expiación y la reparación. Arrepentimiento, expiación y reparación son las tres condiciones necesarias para borrar las huellas
de una falta y sus consecuencias.
El arrepentimiento atenúa los dolores
de la expiación, y abre a través de la esperanza el camino hacia la
rehabilitación. No obstante, sólo la reparación puede anular el efecto, al destruir la causa.
De lo contrario, el perdón
sería una gracia y no una anulación de las faltas cometidas.
17º.) El arrepentimiento puede
producirse en todas partes y en cualquier momento. Si es tardío, el culpable
sufrirá durante mucho más tiempo. La expiación consiste en los padecimientos
físicos y morales que son la consecuencia de la falta cometida, sea en la vida presente
o después de la muerte, en la vida espiritual, o bien en una nueva existencia
corporal, hasta que los últimos vestigios de la falta hayan desaparecido. La
reparación consiste en hacer el bien a aquel a quien se había hecho daño. Quien
no repara sus errores en esta vida, por debilidad o mala voluntad, en una
existencia posterior volverá a ponerse en contacto con las mismas personas a
quienes perjudicó, y en condiciones elegidas por él mismo, a fin de
demostrarles su dedicación y hacerles tanto bien como mal les haya hecho. No
todas las faltas acarrean un perjuicio directo y efectivo. En ese caso, la
reparación se verifica si se lleva a cabo lo que debía hacerse y no se hizo, si
se cumplen los deberes que se descuidaron o despreciaron, y las misiones en las
que se fracasó; si se practica el bien que compense el mal que se hizo, es
decir, cuando se es humilde si se ha sido orgulloso, amable si se ha sido
cruel, caritativo si se ha sido egoísta, benévolo si se ha sido perverso,
trabajador si se ha sido ocioso, útil si se ha sido inútil, mesurado si se ha
sido disoluto, ejemplar si se ha sido rebelde, etc. Así progresa el Espíritu, aprovechando
su propio pasado.23
23
La necesidad de la reparación es un
principio de rigurosa justicia, y se puede considerar como la verdadera ley de
rehabilitación moral de los Espíritus. Hasta el momento, es una doctrina que
ninguna religión ha proclamado. Con todo, algunas personas la rechazan porque
encuentran más cómodo librarse de sus malas acciones con un simple
arrepentimiento, mediante la ayuda de algunas fórmulas que sólo cuestan unas
pocas palabras. Como creen que con eso han cumplido, sólo más adelante verán
que no era suficiente. Podríamos preguntarles si el principio del que se valen
también ha sido consagrado por la ley humana, y si la justicia de Dios puede
ser inferior a la de los hombres. Más aún, les preguntaríamos si se darían por
satisfechas en caso de que un individuo que abusó de su confianza se limitara a
decirles que lo lamenta infinitamente. ¿Por qué retrocederían ante una
obligación que todo hombre honesto se impone como deber, y que cumple en la
medida de sus fuerzas?
18º.) Los Espíritus imperfectos son
excluidos de los mundos felices, en los que perturbarían la armonía. Permanecen
en los mundos inferiores, donde expían sus faltas mediante las tribulaciones de
la vida, y se purifican de sus imperfecciones hasta que merezcan encarnar en
mundos más adelantados, moral y físicamente. Si se puede concebir un lugar de
castigo circunscripto, ese lugar se encuentra en los mundos de expiación, pues
alrededor de esos mundos pululan los Espíritus imperfectos desencarnados, a la espera
de nuevas existencias que, al permitirles reparar el mal que han hecho, los
ayuden a progresar.
19º.) Como el Espíritu conserva siempre
el libre albedrío, en algunas ocasiones su mejoramiento es lento, y muy tenaz
su obstinación en el mal. En ese estado puede persistir durante años y siglos. No
obstante, llega por fin un momento en el que su obstinación en desafiar la justicia
de Dios se doblega ante el sufrimiento, y en el que reconoce, a despecho de su
soberbia, el poder superior que lo domina. Entonces, a partir de que se
manifiestan en él los primeros indicios de arrepentimiento, Dios le hace
vislumbrar la esperanza. Ningún Espíritu se halla en la condición de no mejorar
nunca. De otro modo, estaría fatalmente destinado a una eterna inferioridad,
así como excluido de la ley del progreso, que rige providencialmente a todas
las criaturas.
20º.) Sea cual fuere el grado de
inferioridad y la perversidad de los Espíritus, Dios nunca los abandona.
Todos tienen un ángel de la guarda que vela por ellos, que vigila los
movimientos de sus almas y se esfuerza por infundirles buenos pensamientos, así
como el deseo de progresar y reparar, en una nueva existencia, el mal que han
cometido. Sin embargo, el guía protector a menudo interviene de una manera
encubierta, y no ejerce ninguna presión. El Espíritu debe progresar por efecto de su propia voluntad, y no por algún tipo de coacción. Procede bien o mal en
virtud de su libre albedrío, sin que sea fatalmente impulsado
en un sentido u otro. Si persiste en el mal, sufrirá las consecuencias tanto
tiempo como siga en ese camino. A partir del instante en que dé un paso en
dirección al bien, experimentará de inmediato sus efectos bienhechores.
Cuando
la perspectiva de reparación sea inculcada en la creencia de las masas,
constituirá un
freno mucho más poderoso que el del Infierno y las penas eternas, porque atañe
a la vida
en su plena actualidad, y porque el hombre comprenderá la razón de ser de las
circunstancias penosas que atraviesa. (N. de Allan Kardec.)
OBSERVACIÓN –
Sería un error suponer que, en virtud de la ley del progreso, la certeza de que
tarde o temprano se alcanzará la perfección y la felicidad podría estimular al
Espíritu a perseverar en el mal, toda vez que se arrepintiera posteriormente.
En primer lugar, porque el Espíritu inferior no divisa el término de su
situación. En segundo lugar, porque el Espíritu, como es el artífice de su
propia desdicha, acaba por comprender que de él depende hacerla cesar; que será
tanto más desdichado cuanto más tiempo persevere en el mal, y que el
sufrimiento nunca cesará si él mismo no le pone un límite. Por consiguiente,
aquella suposición constituiría un cálculo equivocado, de cuyas consecuencias
el Espíritu sería la primera víctima. Por otra parte, de acuerdo con el dogma
de las penas irremisibles, si al Espíritu le está vedada definitivamente toda esperanza,
no tendrá ningún interés en retornar al bien, pues no le significaría ningún
beneficio. Ante esa ley fracasa también
la objeción basada en la presciencia divina. Es cierto que, al crear un alma,
Dios sabe si esta, en virtud de su libre albedrío, elegirá o no el camino del
bien, y sabe que será castigada si comete el mal; pero sabe también que ese
castigo temporario es un medio para hacer que comprenda su error y para conducirla al
camino del bien, al que tarde o temprano ingresará. En cambio, según la
doctrina de las penas eternas, Dios sabe que esa alma fracasará, de modo que es
condenada por anticipado a torturas que no tendrán fin.
21º.) Cada uno es responsable de sus
propias faltas. Nadie padece a consecuencia de las faltas ajenas, a no ser que
las haya causado, sea porque las provocó mediante el ejemplo, o porque no las
impidió cuando pudo haberlo hecho. Así, por ejemplo, el suicida siempre es
castigado; pero aquel que, por su crueldad, empujó a alguien a la desesperación
y luego al suicidio, sufre una pena aún mayor.
22º.) Aunque la diversidad de las penas
sea infinita, hay algunas que son inherentes a la inferioridad de los
Espíritus, y cuyas consecuencias, salvo ciertos detalles, conservan alguna
similitud. Sobre todo para quienes se apegan a la vida material en detrimento
del progreso espiritual, la pena más inmediata consiste en la lentitud con que
el alma se separa del cuerpo, en la angustia que acompaña a la muerte y al
despertar en la otra vida, y en el tiempo que dura la turbación, que puede
prolongarse durante meses e incluso años. Por el contrario, en quienes tienen
la conciencia limpia, porque desde la vida corporal se identificaron con la
vida espiritual y se desligaron de los objetos materiales, la separación es
rápida y sin conmociones, el despertar es apacible y la turbación resulta casi
nula.
23º.) Un fenómeno muy frecuente entre
los Espíritus de cierta inferioridad moral consiste en la creencia de que aún
están vivos. Esa ilusión puede prolongarse por años, durante los cuales habrán
de experimentar todas las necesidades, todos los tormentos y todas las
perplejidades inherentes a la vida corporal.
24º.) Para el criminal, la presencia
incesante de sus víctimas y de las circunstancias del crimen constituye un
suplicio cruel.
25º.) Algunos Espíritus están sumergidos
en densas tinieblas; otros se encuentran en un aislamiento absoluto en el
espacio, atormentados por la ignorancia de su situación y del destino que les
aguarda. Los más culpables padecen torturas mucho más agudas, debido a que no
vislumbran el término de las mismas. Muchos están privados de ver a los seres
que aman. En general, todos soportan con relativa intensidad los males, los
dolores y las privaciones que causaron a los demás, hasta que el arrepentimiento y el deseo de reparar atenúen los tormentos y les permitan
descubrir la posibilidad de que ellos mismos pongan un término a esa situación.
26º.) Los suplicios son variados. El
orgulloso sufre al ver ubicados por encima de él, en la gloria y rodeados de
todas las atenciones, a aquellos a quienes había despreciado en la Tierra, mientras
que él es relegado a los últimos puestos. El hipócrita se ve traspasado por la
luz que devela sus más secretos pensamientos, que todo el mundo lee, sin que él
pueda ocultarlos o disimularlos. El sensual siente el acoso de todas las
tentaciones, de todos los deseos, sin que pueda saciarlos. El avaro ve cómo es
dilapidada su fortuna, sin que pueda impedirlo. El egoísta padece el abandono de
quienes lo rodean y sufre lo mismo que otros sufrieron por su culpa: tiene sed,
pero nadie le da de beber; tiene hambre, pero nadie le da de comer; no tiene
una mano amiga que se acerque a estrechar la suya; ninguna voz compasiva le
brinda consuelo. Sólo pensó en
sí mismo durante la vida, de modo que nadie piensa en él ni lo extraña después
de la muerte.
27º.) La única manera de evitar o
atenuar las consecuencias que esos defectos generan en la vida futura consiste
en desprenderse de ellos cuanto antes, desde la vida presente, así como en
reparar aquí mismo el mal practicado, para no tener que hacerlo más tarde y de
manera más difícil. Cuanto más nos demoremos en combatir esos defectos, tanto
más penosas serán las consecuencias, y más rigurosa será la reparación que
debamos llevar a cabo.
28º.) La situación del Espíritu, a
partir de que ingresa a la vida espiritual, es la que él mismo preparó para sí
durante la vida corporal. Más tarde se le concederá otra encarnación para que
expíe y repare mediante nuevas pruebas. Con todo, el mayor o menor beneficio
que extraiga de esa encarnación dependerá de su libre albedrío. Si no supo
aprovecharla, tendrá que recomenzar otra, y cada vez en condiciones más
penosas. Así pues, podemos decir
que quien sufre mucho en la Tierra tenía mucho que expiar. Por su parte, quienes gozan de una felicidad aparente, a
pesar de sus vicios y su inutilidad, habrán de pagarla muy caro en una
existencia posterior. En ese sentido, Jesús manifestó: “Bienaventurados los afligidos,
porque ellos serán consolados”. (Véase El Evangelio según el Espiritismo, capítulo V.)
29º.) No cabe duda de que la
misericordia de Dios es infinita, pero no es ciega. El culpable, a quien Él
perdona por un tiempo, no ha sido exonerado, de modo que deberá padecer las consecuencias
de sus faltas hasta que haya satisfecho a la justicia. Por misericordia infinita debemos entender que Dios no es inexorable, pues siempre
deja abierta la puerta que conduce al bien.
30º.) Dado que las penas son
temporarias y están subordinadas al arrepentimiento y a la reparación, que dependen de la libre voluntad
del hombre, constituyen al mismo tiempo castigos y remedios que ayudan
a curar las heridas del mal. Los Espíritus castigados no son, pues, esclavos
condenados a trabajos forzados, sino enfermos internados en un hospital, que
padecen enfermedades que muchas veces son la consecuencia de su propia
negligencia, las cuales requieren tratamientos dolorosos. La curación será
tanto más rápida cuanto más estrictamente cumplan las prescripciones del médico
que los asiste con solicitud. Si los enfermos, por su propio descuido, permiten
que sus padecimientos se prolonguen, el médico nada tendrá que ver con eso.
31º.) A las penas que el Espíritu sufre
en la vida espiritual vienen a sumarse las de la vida corporal, que son la
consecuencia de las imperfecciones del hombre, de sus pasiones, del mal empleo de
sus facultades, y la expiación de sus faltas presentes y pasadas. En la vida
corporal, el Espíritu repara el mal que ha realizado en existencias anteriores,
y pone en práctica las resoluciones que adoptó en la vida espiritual. Así se
explican las miserias y vicisitudes que, a primera vista, parecen carentes de
justificación, cuando en realidad son justas, pues han sido determinadas en el
pasado y sirven para nuestro adelanto.24
24 Véase
el capítulo V, “El Purgatorio”, § 3 y siguientes; y más adelante, en la Segunda
Parte, el capítulo VIII, “Expiaciones Terrestres”. Véase también El Evangelio
según el Espiritismo,
capítulo V, “Bienaventurados los afligidos”. (N. de Allan Kardec.)
32º.) Hay quienes plantean esta pregunta:
¿No habría dado Dios una prueba mayor de amor a sus criaturas si las hubiese
creado infalibles y, por consiguiente, exentas de las vicisitudes inherentes a
la imperfección?
En ese caso, habría sido necesario que
Él creara seres perfectos, que no tuvieran que adquirir nada, tanto en
conocimientos como en moralidad. No cabe duda de que Dios habría podido hacerlo,
pero si no lo hizo se debe a que, en su sabiduría, dispuso que el progreso
constituyera una ley general. Los hombres son imperfectos y, como tales, están
sujetos a vicisitudes más o menos penosas. Ese es un hecho que debemos admitir,
pues es real. Inferir de ahí que Dios no es bueno ni justo significaría
rebelarse contra Él. Sería una injusticia que Dios creara algunos seres
privilegiados, más favorecidos que otros, para que gocen sin ningún esfuerzo de
la felicidad que estos solamente alcanzan mediante el trabajo, o que nunca
alcanzan. En cambio, Su justicia resplandece en la igualdad absoluta que
preside la creación de todos los Espíritus.
Todos tienen el mismo punto de partida.
Ninguno de ellos, en su formación, resulta más favorecido que los otros;
ninguno recibe en su marcha ascendente facilidades excepcionales. Los que
llegan a la meta han pasado, igual que los demás, por la serie de las pruebas y
de la inferioridad. Admitido esto, ¿qué
puede ser más justo que la libertad de acción concedida a cada uno? El camino
de la felicidad está abierto para todos. Todos tienen la misma meta, y poseen
las mismas condiciones para alcanzarla. La ley, grabada en las conciencias, se
les enseña a todos. Dios hizo que la felicidad sea el premio al trabajo y
no un favor, a fin de que cada uno tenga su mérito. Todos son libres de
trabajar o de no hacer nada en favor de su adelanto. El que trabaja mucho y con
rapidez recibe antes la recompensa. El que se extravía
en el camino o pierde el tiempo retarda
la llegada, y de ello no puede responsabilizar a nadie más que a sí mismo. La
acción del bien y la del mal son voluntarias y facultativas. Puesto que es
libre, el hombre no es impulsado fatalmente hacia una ni hacia otra.
33º.)
A pesar de la diversidad de clases y grados de sufrimiento de los Espíritus, el
código penal de la vida futura puede resumirse en estos tres principios:
1. El sufrimiento es inherente a la
imperfección.
2. Toda imperfección, así como toda
falta que de ella deriva, es portadora de su propio castigo, a través de sus
consecuencias naturales e inevitables, así como la enfermedad deriva de los
excesos, y el tedio de la ociosidad, sin que haya necesidad de una condena especial
para cada falta e individuo.
3. Como todo hombre puede liberarse de
las imperfecciones mediante su voluntad, también puede anular los males que
derivan de ellas, y de ese modo asegurarse la felicidad futura.
Esta es la justicia divina: a cada uno
según sus obras, tanto en el Cielo como en la Tierra.
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Código Penal - waplog - Vídeo
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Esta bella Filosofía con su educación bien
comprendida logrará el adelantamiento Moral de la humanidad.
Partiendo de la premisa que soy Espiritista Verdadero porque
creo en una “Verdad Eterna”
expresada en la tercera revelación espirita, contenida en los libros
codificados, debo decir que el contenido espiritual no ha sufrido cambio
alguno. Y cuando leemos en el Libro de Los médiums que la Mediúmnidad es:
[…] un don que Dios les concedió únicamente para su adelanto moral.
Eso lo encontramos en el Libro
de Los Médiums en el ítem #197.
Médiums seguros – Los que, más allá de la facilidad de ejecución, merecen la
mayor confianza, tanto por su propio carácter como por la naturaleza elevada de
los Espíritus que los asisten, y porque se encuentran menos expuestos a ser
engañados. Veremos más adelante que esa seguridad no depende, en modo alguno,
de los nombres más o menos respetables que los Espíritus se atribuyen cuando se
manifiestan.
“Es indiscutible, bien lo percibís, que al exponer de esta manera las cualidades y los defectos de los médiums, se suscitarán contrariedades e incluso la animosidad de algunos. Pero ¿qué importa? La Mediúmnidad se difunde cada vez más, y el médium que tome a mal estas reflexiones demostrará una sola cosa: que no es un buen Médiums, es decir, que lo asisten Espíritus malos. Por lo demás, como ya he dicho, todo esto es pasajero, y los malos médiums, los que abusan o hacen mal empleo de sus facultades, sufrirán lamentables consecuencias, conforme ya ha sucedido con algunos. Aprenderán, a expensas de sí mismos, cuánto cuesta haber aplicado a favor de sus pasiones terrenales un don que Dios les concedió únicamente para su adelanto moral. Si no podéis hacer que vuelvan al camino del bien, lamentaos, porque os puedo asegurar que Dios los reprueba.”
Erasto
“Este cuadro es de suma importancia, no sólo para los médiums sinceros, que al leerlo procurarán de buena fe preservarse de los escollos a que están expuestos, sino también para todos aquellos que se valen de los médiums, porque les suministrará la medida de lo que racionalmente pueden esperar. Este cuadro debería estar constantemente a la vista de quienes se ocupan de las manifestaciones Mediúmnicas, del mismo modo que la escala espírita, de la cual es el complemento. Esos dos cuadros resumen todos los principios de la doctrina espírita, y contribuirán, más de lo que imagináis, para conducir al espiritismo por su verdadero camino.”
Sócrates
Entonces,
la Mediúmnidad no tiene el propósito de ser utilizada para intervenir con el
libre pensar de los demás, y tampoco para hacer psicográfias a las personas
sobre comunicaciones con seres desencarnados. Eso seria adivinación y no contribuiría
con el adelantamiento moral del que realiza la psicografia, porque intervendría
con el libre albedrío de los demás.
Es
muy noble pensar que se está dando un consuelo a otro, en darle las
comunicaciones con el espíritu desencarnado. Pero ¿Qué ayuda a la persona que
recibe el mensaje y cree ciegamente en ese mensaje? ¿Qué diferencia esta
actividad de las que hacen los adivinos, los agoreros o los adivinos?.
El
Espiritismo no vino a que se utilizara la Mediúmnidad, sino únicamente para el
adelanto moral de cada persona. Todos somos Médiums. Debemos utilizar esa Mediúmnidad para nuestras propias
comunicaciones con nuestros Espíritus guías, para moralizar, Espíritus
desencarnados, para ayudar en las desobsesiónes subyugantes.
Pero utilizar la Mediúmnidad, solo para obtener fama, para obtener
beneficios económicos, ya eso se sale del propósito definido en el ítem #197.
Dios, no dio dones mediúmnicos exclusivos a nadie, cada
cual debe desarrollar su propio don, para su propio adelanto Moral.
Los Espiritistas de Brasil, nunca leyeron los Libros Codificados, quisieron asumir que no había que leer los Libros Codificados que
tienen la tercera revelación espirita para la humanidad, que nunca ha cambiado
desde que fue dada por Espíritus Puros y perfectos a Allan Kardec, con el propósito
de convertir el Espiritismo a uno cristiano y católico. Le dijeron a todos que el único que podía comunicarse
con el mundo Espiritual era Chico Xavier con sus mentores o guías espirituales.
Todo el mundo creyó por más de 80 años que el único que tenía
el privilegio de comunicarse con los Espíritus, era Chico Xavier, y fue ahí que
se estructuró un misticismo de adoración e idolatría a la figura de Chico
Xavier, y luego a la de Divaldo Franco.
Ellos se alejaron de los Postulados del Espiritismo, introdujeron
conceptos no avalados por los Espíritus, e instituyeron “Opiniones Personales”,
en sustitución de conceptos específicos en el Espiritismo. Sutilmente,
introdujeron clandestinamente a Jean Baptiste Roustaing, con sus perniciosas y apócrifas
enseñanzas de “Caída del Espíritu”, “La revelación de la revelación, losmensajes mediúmnicos de un solo médium, Madam Colignon”, el cuerpo fluídico de Jesús,Larvas Espirituales para justificar la “Caída del Espíritu” y el invento de quealgunos solo reencarnaban.
A toda esta sarta de mentiras, se unieron Chico Xavier y
sus Espíritus mentores, Emmanuel y André Luiz. Sin embargo el Espíritu Erasto advirtió
que una falange de Espíritus se encargaría de atacar el Espiritismo con
palabras bonitas, pero disfrazadas del propósito mayor de introducir ideas apócrifas
en el Espiritismo. (ver Carta de Esasto a los Espiritistas de Burdeux,Francia).
Hoy día tenemos que enfrentar a los mismo espiritistas que
ciegamente creen en Chico Xavier, y Divaldo Franco con sus ideas equivocadas
del Espiritismo.
Las Psicográfias son utilizadas como instrumentos de engaños
y de manipulación a los que son ignorantes a la existencia de reglas espirituales,
inviolables, y que sean fácilmente engañados por “Lecturas Frías”, por farsas psicográfias
que se desenmascaran, cuando mencionan la famosas colonias espirituales de
Nosso Lar que nunca existieron. Ninguna psicografia es confiable, cuando los
mensajes contienen conceptos no avalados por los Espíritus.
Todos los engañados son los que nunca leyeron ni
interpretaron correctamente el mensaje de los Libros Codificados, porque la
Federación Espírita de Brasil, Chico Xavier y Divaldo Franco nunca llevaron a
nadie a leer los Libros codificados, porque había surgido una nueva
espiritualidad dirigida por Cristo a través de Chico Xavier y Divaldo Franco, esto es falso y pernicioso, porque ningun espiritu de la Codificación Espirita lo avaló.
Un Misticismo, es una mentira bien contada con propósitos de
vender libros que sostuvieran sus organizaciones. TODOS, discuten con una fe
ciega la veracidad de Chico Xavier y Divaldo Franco, pero cuando le preguntas
si leyeron alguna vez los Libros Codificados, ye sorprendes en ver que nunca lo
hicieron, fueron victimas del misticismo mas grande de la historia del
Espiritismo. Ya Jesus de Nazareth, no el Cristo de Chico, Divaldo y la FEB, es
un Espíritu Puro y Perfecto no sujeto a nuevas encarnaciones. Será a Dios que deberán rendir cuentas. La advertencia
ya la dio Erasto cuando dijo:
En
el Libro de Los Médiums, ítem #197:
“Aprenderán, a expensas de sí mismos, cuánto cuesta haber aplicado a favor de sus pasiones terrenales un don que Dios les concedió únicamente para su adelanto moral. Si no podéis hacer que vuelvan al camino del bien, lamentaos, porque os puedo asegurar que Dios los reprueba.”
Erasto
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A continuación algunas fotos de Chico Xavier y sus actividades, supervisando las supuestas Materializaciones de Espíritus de Uberaba, en Brasil (desde el año 1951, hasta el año 1966, o sea 15 años de fraudes en materializaciones de espiritus falsas. pero sin que Chico lo dijera ni lo admitiera. Esto se descubrió el año 1970. Este hecho fue corroborado y verificado con Otilia Odiogo, una de las protagonistas y Waldo Vieira, tambien participe de estos hechos, y que lo reconocio en el año 2009). Júzguelo usted mismo.
A continuación algunas fotos de Chico Xavier y sus actividades, supervisando las supuestas Materializaciones de Espíritus de Uberaba, en Brasil (desde el año 1951, hasta el año 1966, o sea 15 años de fraudes en materializaciones de espiritus falsas. pero sin que Chico lo dijera ni lo admitiera. Esto se descubrió el año 1970. Este hecho fue corroborado y verificado con Otilia Odiogo, una de las protagonistas y Waldo Vieira, tambien participe de estos hechos, y que lo reconocio en el año 2009). Júzguelo usted mismo.
Chico Xavier copiando de libros y periódicos, para sus libros |
Sesiones de psicografias de Chico Xavier |
Sesiones de psicografias de Chico Xavier |
Hermano de Chico Xavier con su hermano Andre Luis en 1952 |
Amauri Pena Xavier, Murió en 1958, sobrino y supuesto sucesor de Chico Xavier, pero denunció a Chico de impostor |
Todo los implementos para organizar las falsas materializaciones de Uberaba. Chico Xavier participo en estos ritos de Materializaciones falsas desde el 1951 hasta 3l 1966, fue descubierto en 1970 |
Chico Xavier, participó activamente en los ritos de materializaciones falsas en Uberaba, 1951 -1966 |
Chico Xavier, supervisó activamente en los ritos de materializaciones falsas en Uberaba, 1951 -1966 |
Esta foto muestra la Materialización
falsa del Presidente Kennedy y
el de su hermana, que a ese tiempo,
aún estaba viva. |
Indumentaria utilizada en preparación a las farsas materializaciones. |
Chico Xavier, supervisó activamente en los ritos de materializaciones falsas en Uberaba, 1951 -1966 |
Falsa Materialización del Espiritu del Presidente Kennedy y su hermana, una grotesca copia de las fotos de ellos. |
Supuesta materialización de Emmanuel en el 1954, incluso lo que dijo Emmanuel como imposición no es característica de un Espiritu realmente "Superior. |
Libros de Chico Xavier, cedió los derechos de autor a la FEB, luego de los escándalos de plagio y la acusación de Amauri Pena Xavier en el 1958 |
Revista Cruceiro, denunciando Fraude de Chico Xavier, en Materializaciones Farsas en Uberaba, 1951- 1966, Descubierto en 1970 |
Chico Xavier y Divaldo Franco |