Jesús el nacido en Nazaret, es uno sólo, ni era el Espíritu de Verdad, ni tampoco el Cristo Nacido en Belén, simplemente, Jesús es Jesús el Nazareno...
Mí pregunta es ¿Porqué los Espiritualistas andan haciendo vídeos diciendo que Jesús es el Espíritu de Verdad?.
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Roberto sera https://youtube.com/channel/UC1d4aBle8gUKcG6ieP3SDYA
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TEMA : Jesús no era el Espíritu de Verdad... éste hecho está muy bien establlecido y definido en el Libro de Génesis Espiritista, codificado y escrito por Allan Kardec, en capitulo XVII, Ítem # 39... Frank Montañez Soy Espírita, en YouTube..., en YouTube
Frank Montañez Soy Espírita, okp21💞
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TEMA : Jesús no era el Espíritu de Verdad... éste hecho está muy bien establlecido y definido en el Libro de Génesis Espiritista, codificado y escrito por Allan Kardec, en capitulo XVII, Ítem # 39... Frank Montañez Soy Espírita, en YouTube..., en YouTube
Libro de Génesis Espiritista, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec el 6 de enero de 1868. Antes de comenzar a citar los ítems del capítulo XVII, Mencionaré las alteraciones y modificaciones que Pierre Gaétan Leymarie hizo en la 5ta Edición, 2nda Revisión falsificafa del libro de Genesis...
“Pero cuando Él, el Espíritu de Verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.”
Dejo en claro en el contenido en éste artículo : "Jesús el nacido en Nazaret, no era el Espíritu de Verdad"...
Desde siempre Jesús el Nazareno y el Espíritu de Verdad eran 2 diferentes Espíritus. De acuerdo a las enseñanzas del Espiritismo, todo Espíritu encarnado, tiene que tener un Espíritu Protector y Guía, un Espíritu Superior que guía y protege al Espíritu encarnado.
(Nota añadida por Frank Montañez : "Entonces, ésto está de acuerdo a lo que dice el Libro de Génesis Espiritista, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec el 6 de enero del año 1868, capitulo XV, ítem #2), pues Jesús es por hipótesis un Espíritu Superior")
También el Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo enseña que Dios, no se comunica, sino con Espíritus desencarnados Puros y Perfectos, por lo tanto, las comunicacion de Jesús el Nazareno con Dios, era con su Espíritu Protector y Guía, El Espíritu de Verdad. .
Entonces Jesús el Nazareno que era un Espíritu Superior, cuándo reencarnó, tendría que tener un Espíritu Protector y Guía, ese tenía que ser el Espíritu de Verdad.
En el orden Espiritista, los Espíritus Puros y Perfectos se comunican con los Espíritus Protectores y Guias de orden superior 👆, encarnados que son los Espíritus de sus protegidos, en éste caso, Jesús el Nazareno, tenia su Espíritu Protector y Guía, y era el Espíritu de Verdad.
CARÁCTERES DE LA REVELACIÓN ESPÍRITA. Capítulo 1, ítem #10 dice:
#10. —Los Espíritus puros son los únicos que reciben directamente la Palabra de Dios con encargo de trasmitirla. Pero se sabe ahora que no todos los Espíritus son perfectos ni mucho menos, y que los hay que revisten falsas apariencias; lo cual ha hecho decir a SanJuan: «No creais a todo Espíritu; más ver antes si son de Dios.» (Epís. 1.a cap. IV n.° 4.).
Entonces, Jesús se comunicaba con su Espíritu Protector y Guía, El Espíritu de Verdad.
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En el contenido de este artículo, la referencia del Ítem #30, Capítulo Primero del Libro de Génesis, enfatiza que no pueden existir clasificaciones especiales o consideraciones exclusivas para los Espíritus Puros.
Sólo los que han divinizado a Jesús, al darle atributos que no tenía y que solo tienen los Espíritus Puros y Perfectos, sino atributos de Dios. Los que divinizaron a Jesús, han querido inferir que el Espíritu de Verdad y Jesús son el mismo Espíritu, pero no existe sustento, ni bíblico, ni espiritual para esa aseveración o consideración.
Emmanuel y sus 12 contradicciones...
http://soyespirita.blogspot.com/2017/02/lunes-11-de-julio-de-2016-kardec-versus.htmlJesús no lo dijo todo a sus discípulos que no estaban preparados para la información Espiritista que hoy conocemos por conducto de los contenidos de Los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec. .
- Jesús no era el Espíritu de Verdad, el Libro de Génesis, cap XVII, lo explica claramente, veamos, especificamente el ítem #37 - #39... :
Es evidente que sí en la época en que hablaba Jesús, los hombres no se encontraban en el estado de comprender las cosas que le quedaban por decir, no es de creer que a vuelta de pocos años pudieran haber adquirido las nociones necesarias. Para la inteligencia de ciertas partes del Evangelio, sí se exceptúan los preceptos de la moral, eran precisos conocimientos que sólo el progreso de las ciencias podía suministrar, y que debían ser producto del tiempo y del trabajo de varias generaciones. Sí el nuevo Mesías hubiera venido poco tiempo después de Cristo, habría encontrado el terreno así mismo poco bien dispuesto y no habría adelantado más que él. Ahora bien, desde Cristo hasta nuestros días no se ha producido ninguna gran revelación que haya completado el Evangelio, ni elucidado sus puntos oscuros; indicio cierto de que el enviado no ha llegado aún.
#39. — Cuál debe ser ese enviado? Al decir Jesús: «Y yo rogaré a mi Padre y os dará otro Consolador», indica claramente que no ha de ser él mismo; pues de otro modo hubiera dicho: Volveré a completar lo que os he enseñado. Luego añade: «Para que more siempre con vosotros y estará en vosotros» no puede entenderse de una individualidad encarnada que no podría morar eternamente con nosotros y menos aún residir en nosotros, pero se comprende muy bien de una doctrina que, al efecto, cuando uno se la ha asimilado, puede estar eternamente en nosotros. El Consolador es, pues, en el concepto de Jesús, la personificacion de una doctrina soberanamente consoladora, cuyo inspirador debe ser el Espíritu de Verdad.
Añado además, el ítem #40, del capitulo XVII, que establece que el Espiritismo no es cristiano solamente...
El Génesis - Capítulo XVII -
#40. —El Espiritismo realiza como se ha demostrado (Véase el Capítulo I, § 30) todas las condiciones del Consolador prometido por Jesucristo. No es una doctrina individual, una concepcion humana, nadie puede llamarse su creador. Es el producto de la ensoñanza colectiva de los Espíritus a que preside el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio; lo completa y lo esclarece por medio de las nuevas leyes que revela, unidas a las de la ciencia, hace comprender lo que era ininteligible y admitir la posibilidad de lo que el escepticismo considera como inadmisible. Ha tenido sus precursores y sus profetas que han hecho presentir su advenimiento y por su potencia moralizadora prepara el reinado del bien en la tierra.
La doctrina de Moisés, incompleta, ha quedado circunscrita al pueblo judío; la de Cristo más completa se ha extendido por toda la tierra con el cristianismo, pero no ha convertido a todo el mundo: el Espiritismo más completo aún, teniendo raices por todas partes y en todas las creencias, convertirá a la humanidad. (1).
(1) Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de la individualidad fundadora: se dice el Mosaismo, el Cristianismo, el Mahometismo; el Budismo, el Cartesianismo, el Furierismo, el San-simonismo, etc. La palabra Espiritismo, por el contrario, no recuerda ninguna personalidad; envuelve una idea general que indica al mismo tiempo el carácter y el origen múltiple de la doctrina.
Veamos el ítem No. 30. "El espiritismo, que parte de las propias palabras de Cristo, como éste partió de las de Moisés, es una consecuencia directa de la doctrina cristiana. A la idea vaga de la vida futura agrega la revelación de la existencia del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y con eso determina en forma precisa la creencia; le da un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento. Define los lazos que unen el alma al cuerpo, y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte. Mediante el espiritismo el hombre sabe de dónde viene, hacia dónde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre transitoriamente, y ve por todas partes la justicia de Dios. Sabe que el alma progresa sin cesar, a través de una serie de existencias sucesivas, hasta que haya alcanzado el grado de perfección que la aproxima a Dios. Sabe que todas las almas, como tienen un mismo punto de origen, son creadas iguales, con la misma aptitud para progresar, en virtud de su libre albedrío; que todas son de la misma esencia, y que no existe diferencia entre ellas, salvo en cuanto al progreso realizado; que todas tienen el mismo destino y alcanzarán la misma meta, más o menos rápidamente, conforme a su trabajo y buena voluntad. Sabe que no existen criaturas desheredadas, ni más favorecidas unas que otras; que Dios no privilegió la creación de ninguna de ellas, ni a nadie dispensó del trabajo impuesto a las otras para que progresen; que no hay seres perpetuamente consagrados al mal y al sufrimiento; que aquellos a los que se designa con el nombre de demonios son Espíritus imperfectos y que todavía están atrasados, que practican el mal en el estado de Espíritus como lo practicaban cuando eran hombres, pero que adelantarán y se perfeccionarán; que los ángeles o Espíritus puros no son seres aparte en la Creación, sino Espíritus que llegaron a la meta, después de haber recorrido palmo a palmo el camino del progreso; que de tal modo no hay creaciones múltiples ni diferentes categorías entre los seres inteligentes, sino que toda creación es el resultado de la gran ley de unidad que rige el universo; sabe, por último, que todos los seres gravitan hacia un fin común, que es la perfección, sin que unos sean favorecidos a expensas de otros, pues todos son hijos de sus propias obras.… todas las características del Consolador que Jesús prometió. No es una doctrina individual, una concepción humana; nadie puede considerarse su creador. Es el fruto de la enseñanza colectiva de los Espíritus, enseñanza que conduce el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio, sino que lo completa y lo explica. Con la ayuda de las nuevas leyes que revela, conjugadas con las que la ciencia ya ha descubierto, conduce a la comprensión de lo que era ininteligible y hace que se admita la posibilidad de aquello que la incredulidad consideraba inadmisible. Tuvo sus precursores y profetas, que presagiaron su llegada. Por su poder moralizador, el espiritismo prepara el reinado del bien sobre la Tierra. La doctrina de Moisés, incompleta, quedó circunscripta al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la Tierra mediante el cristianismo, pero no convirtió a todos; el espiritismo, más completo aún, con raíces en todas las creencias, convertirá a toda la humanidad.98 "
98 Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de su fundador. Se dice: el mosaísmo, el cristianismo, el mahometismo, el budismo, el cartesianismo, el furierismo, el sansimonismo, etc. La palabra espiritismo, por el contrario, no alude a ninguna personalidad; implica una idea general que al mismo tiempo indica el carácter y la fuente múltiple de la doctrina. (N. de Allan Kardec.)
Génesis, capítulo 1, item #26.—En tanto, Cristo dijo: «muchas cosas de las que os digo, no podeis comprenderlas ahora, y tendría muchas otras que deciros que tampoco comprenderíais, y por eso os hablo en parábolas. Pero más tarde os enviaré el Consolador, el Espíritu de la verdad que restablecerá todas las cosas y os las explicará.-»
Sí Cristo no ha dicho todo lo que hubiera podido decir, es porque ha creído deben quedar ciertas verdades teladas hasta que los hombres se encontrarán en estado de comprenderlas. Según sus palabras mismas, su enseñanza no era completa, puesto que anuncia la venida de aquel que debe completarla. Preveía, pues, que no se comprenderían bien sus palabras, que se apartarían los hombres de su enseñanza, en una palabra, que se desharía lo que él había hecho, pues que toda cosa había de ser restablecida, y no se restablece sino lo que se ha deshecho.
#27.—¿Por qué llama al nuevo Mesías Consolador?
Éste nombre significativo y sin ambigüedad, es toda una revelación. Preveía que los hombres tendrían necesidad de consuelos, lo que implica la insuficiencia de los que encontrarían en la creencia que iban a formarse. En ningún caso, quizás, se explicó el Cristo con más claridad y más explícitamente que en éstas últimas palabras, en que pocas personas han fijado la atención, tal vez porque se ha evitado a propósito aclararlas y desentrañar su sentido profético.
#28. —Sí Cristo no ha podido desenvolver su enseñanza de una manera completa, es porque los hombres carecían de los conocimientos necesarios que no podían adquirir sinó con el tiempo, y sin los cuáles no podian comprenderla: hay en ella cosas que hubieran parecido absurdas y sin sentido en el estado de los conocimientos de entonces.
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Por lo tanto, los mismos Espíritus así lo indicaron. Queda muy claro que Jesús el Nazareno no es el Espíritu de Verdad, y nunca se pretendió que fueran lo mismo. Lo mismo ocurre con que no hubo aclaracion evidente, en que los Espíritus no aclararon que Jesús el nacido en Nazaret, no era el Cristo nacido en Belen, Israel 🇮🇱. Por que se necesitaba de la ELABORACIÓN del hombre.
"En una palabra , lo que caracteriza la revelación espírita es que el origen es divino, que la iniciativa pertenece a los Espíritus, y que la ELABORACIÓN es el producto del trabajo del hombre." (Libro de Génesis, capitulo 1, ítem #13).
(Genesis espiritista, capítulo 1, ítem #14, que dice: "
#14. —Como asunto de ELABORACIÓN, el Espiritismo procede exactamente lo mismo que las ciencias positivas, es decir, que aplica el método experimental y analítico. Se presentan hechos de un orden nuevo que no pueden esplicarse por medio de las leyes comunes: los observa, los compara, los analiza, y remontando de los efectos a las causas, inquiere la ley a que obedecen, y luego deduce las consecuencias e investiga sus aplicaciones útiles. No establece a priore ninguna teoría preconcebida el Espiritismo : no sienta como hipótesis, ni la existencia ni la intervención de los Espíritus, ni el perispíritu, ni la reencarnación, ni ninguno de los principios fundamentales de la doctrina.
Ha deducido la existencia de los Espíritus cuando esta existencia ha resultado con evidencia de la observación de los hechos, y lo mismo ha sucedido respecto a los demás principios. No son los hechos los que han venido a confirmar la teoría; más la teoría ha venido a resultar, como consecuencia indeclinable para explicar y resumir los hechos. Puede por tanto, decirse con toda exactitud que el Espiritismo es una ciencia de observación y no el producto de la imaginación de una alucinación.
El Espiritismo lo constituyen los libros codificados escritos por Allan Kardec. Estos 5 libros fueron validados espiritualmente por Allan Kardec a través del Método Kardec a partir del año 1856 hasta 1868. Y son el resultado de lo que los Espiritistas llamamos la Tercera Revelación Espírita."
http://soyespirita.blogspot.com/2015/09/jesus-no-era-el-espiritu-de-verdad.html
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Ver mí vídeo 📹 sobre éste tema : "Jesús no era el Espíritu de Verdad – Soy Espírita" en YouTube
Por lo tanto, los mismos Espíritus así lo indicaron.
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Pero Divaldo Pereira Franco va por el mundo diciendo que “El Espíritu de la Verdad, que es Jesús, viene a enseñar que nacer es volver a vivir, nacer es reencarnar y viene a la tierra por medio del espiritismo a construir una humanidad nueva.” Aquí está la prueba a continuación :.
Durante el período histórico conocido como la Pax Augusta es cuando, en una noche tranquila y fría de abril, en los montes de Judea nace Jesús, el extraordinario pacificador de la humanidad. En aquel momento la Tierra recibe al ser más formidable y extraordinario que el pensamiento pueda concebir. En una gruta de piedra nace un niño que es el Rey de la humanidad. Viene a predicar las enseñanzas de amor y a cambiar la estructura de la realidad. Diecinueve siglos después Ernesto Renan, Inmortal de la academia de Francia, tendrá la oportunidad de decir que Jesús es tan grande que no cupo en la historia, su nacimiento dividió la historia antes y después de Él. Por doce años Jesús vive como un niño normal en la aldea de Belén. A esta edad se produce su primera visita al templo donde es encontrado dialogando con los rabinos, para asombro de todos. Retorna entonces al anonimato en Nazareth. Cerca de la edad de treinta años, reunido en una sinagoga un sábado, se acerca al atril y comienza a leer un fragmento de un pergamino, es dominado por una fuerza extraña y su rostro desprende luz, su voz habla, como en una canción, de la grandiosidad de Dios. Dice: “Mi Reino no es de este mundo. Yo vengo en nombre de Dios para anunciar una nueva era para la humanidad. Aquellos que tienen oídos que oigan, aquellos que sienten y que experimentan el placer de la nueva era”. Entonces, en el Público se levanta un psicópata y comienza decir: “Jesús de Nazaret, nosotros sabemos quién tú eres”. Él lo mira y dice: “Cállate, porque todavía no ha llegado mi momento”. Era la revelación divina y es ahora cuando este Jesús sintoniza con el pensamiento Crístico. A partir de ese momento es el hijo excelente de Dios, el Mesías.
El Cristo se desplaza a las playas de Cafarnaúm que es una ciudad modesta, de comerciantes y pobres. Es en el mar de Galilea, entre cerca de dos mil embarcaciones donde Jesús nos ofrece las mayores enseñanzas sobre el amor, en primer lugar, amar a Dios y amar al prójimo, pero amarle, como a uno mismo porque, aquel que no se ama a sí mismo no puede amar a otros. En segundo lugar, enseña que no debemos hacer al otro lo que no queremos que nos haga a nosotros. A Jesús lo matamos, como siempre hemos hecho con los padres del conocimiento, con los profetas. ¿Qué hicimos con Sócrates? ¿Qué hemos hecho con los genios de la humanidad? Nietzsche nos dice que toda nueva idea produce al menos una de tres reacciones en la cultura: primero es negada, luego ridiculizada y por último es aceptada. Matamos a Jesús, pero Él volvió a demostrarnos que la muerte no es el fin. La ciencia de entonces lo llamó milagro, pero no lo es, es un fenómeno natural porque la vida es indestructible. Después de una profunda persecución, en un primer momento, por parte de las autoridades religiosas judías y luego de las romanas, a los millones de hombres y mujeres que creyeron y comenzaron a vivir las ideas de Jesús, el cristianismo sufre su primera gran transformación cuando es convertida por el Emperador Constantino en religión oficial del estado. Es desde entonces que los perseguidos pasan a ser los perseguidores de aquellos que permanecen en el politeísmo o cualquier otra religión. Los templos de los antiguos dioses se transforman en catedrales.
Dejamos el sentimiento cristiano puro, adulterando la enseñanza de Jesús de un Dios que puede ser hallado en cualquier lugar, adorando imágenes y estatuas. En nombre de Jesús se han destruido culturas, religiones, poblaciones, etc., sin embargo, Jesús nunca impuso, simplemente expuso sus enseñanzas. El mensaje de Jesús es de amor, es simple y la vida cristiana es hermosa y simple. Nosotros gustamos de cosas complicadas y preferimos creer en sistemas que no alcanzamos a entender. Las cruzadas y la inquisición demuestran lo mucho que se alejó el cristianismo de Cristo. En el siglo XIX una nueva luz se arrojó sobre la humanidad a fin de recuperar lo que del cristianismo se había perdido. Entre 1857 y 1869 Allan Kardec publica las obras que marcan el retorno de Jesús a la humanidad, de sus enseñanzas. El espiritismo constituye la tercera revelación, el consolador prometido por Jesús. El espiritismo consiguió matar a la muerte y liberarnos del miedo a ella, nos enseña que nadie muere, la inmortalidad es un regalo de Dios. El Espíritu de la Verdad, que es Jesús, viene a enseñar que nacer es volver a vivir, nacer es reencarnar y viene a la tierra por medio del espiritismo a construir una humanidad nueva. Nosotros somos esta humanidad invitada a cambiar la tierra, a transformar al mundo, a hacer que las criaturas despierten para el sentido profundo de la vida. DOCTRINA
El Consolador prometido que habla la Biblia, es el Espiritismo a través del Espíritu de Verdad, según indicaron los Espíritus, cuyo inspirador es el Espíritu de Verdad.
Cristo
3. Jesús no vino a destruir la ley; es decir, la ley de Dios; vino a darla en cumplimiento, esto es, a desarrollarla, a darle su verdadero sentido, y a apropiarla al grado de adelantamiento de los hombres; por esto se encuentra en esa ley el principio de los deberes para con Dios y el prójimo, que son la base de la doctrina. En cuanto a las leyes de Moisés propiamente dichas, por el contrario, las modificó profundamente, ya en el fondo, ya en la forma; combatió constantemente los abusos de las prácticas exteriores y las falsas interpretaciones y no pudo hacerlas sufrir una reforma más radical que reduciéndolas a estas palabras:
"Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo", añadiendo:
"Esta es toda la ley y los Profetas".
"El cielo y la tierra no pasarán sin que todo sea cumplido hasta un tilde", Jesús quiso decir, que era menester que la ley de Dios recibiese su cumplimiento: es decir, que fuese practicada por la tierra en toda su pureza, con todo su desarrollo y todas sus consecuencias; pues ¿de qué serviría haber establecido esta ley, si quedase subsistente el privilegio de algunos hombres o de un solo pueblo? Siendo todos los hombres hijos de Dios, son, sin distinción, objeto de una misma solicitud."
4. Pero la misión de Jesús no fué simplemente la de un legislador moralista sin más autoridad que su palabra; vino a cumplir las profecías que anunciaron su venida; recibía su autoridad de la naturaleza excepcional de su espíritu y de su visión divina, vino a enseñar a los hombres que la verdadera vida por está en la tierra, sino en el reino de los cielos; a enseñarles el camino que conduce a ella, los medios para reconciliarse con Dios, y hacer presentir la marcha de las cosas futuras, para el cumplimiento de los destinos humanos. Sin embargo, no lo dijo todo, y sobre muchos puntos se limitó a dejar el gérmen de verdades que El mismo declara que no podían ser comprendidas; habló de todo, pero en términos más o menos explícitos, porque para entender el sentido oculto de aquellas palabras, era preciso que ideas nuevas y conocimientos nuevos vinieran a dar la clave, y estas ideas no podían venir antes de cierto grado de madurez del espíritu humano. La ciencia debía contribuir poderosamente al nacimiento y al desarrollo de estas ideas; luego era preciso dar a la ciencia el tiempo para progresar.
5. El Espiritismo es la nueva ciencia que viene a revelar a los hombres, con pruebas irrecusables, la existencia y la naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corporal; nos lo presenta, no como una cosa sobrenatural, sino, al contrario, como una de las fuerzas vivas y que incesantemente obran en la naturaleza, como el origen de una multitud de fenómenos incomprensibles hasta ahora y relegados, por esta razón, al dominio de lo fantástico y de lo maravilloso. A estas relaciones es a las que Cristo hace alusión en diferentes circunstancias; y por esto muchas de las cosas que dijo han sido ininteligibles o falsamente interpretadas. El Espiritismo es la clave con que todo se explica fácilmente.
6. La ley del Antiguo Testamento está personificada en Moisés, y la del Nuevo en Cristo; el Espiritismo es la tercera revelación de la ley de Dios, pero no está personificado en ningún individuo, porque es producto de la enseñanza dada, no por un hombre, sino por los espíritus, que son las "voces del cielo" en todas las partes de la tierra y por multitud de innumerables intermediarios; es, en cierto modo, un ser colectivo que comprende el conjunto de los seres del mundo espiritual, viniendo cada uno a traer a los hombres el tributo de sus luces para hacerles conocer aquel mundo y la suerte que en él les espera.
7. Así como Cristo dijo: "No vengo a destruir la ley, sino a cumplirla", el Espiritismo dice también: "No vengo a destruir la ley cristiana, sino a cumplirla". No enseña nada contrario a lo que enseñó Cristo, pero desarrolla, completa y explica, en términos claros para todo el mundo, lo que se dijo bajo la forma alegórica; viene a cumplir en los tiempos predichos lo que Cristo anunció, y a preparar el cumplimiento de las cosas futuras. Es, pues, obra de Cristo, que el mismo preside, así como a la regeneración que se opera y prepara el reino de Dios en la tierra como igualmente lo anunció.
# 38. ¿Cuándo vendrá ese nuevo revelador? Es evidente que, si en la época en que Jesús hablaba, los hombres no se encontraban en estado de comprender las cosas que a Él le quedaban por decir, no sería en unos pocos años que podrían adquirir los conocimientos necesarios para ello. A fin de que se comprendieran ciertas partes del Evangelio, con excepción de los preceptos de moral, se necesitaban conocimientos que sólo el progreso de las ciencias podía otorgar, y que debían ser obra del tiempo y de muchas generaciones. Por consiguiente, si el nuevo Mesías hubiese venido poco tiempo después de Cristo, habría encontrado el terreno en las mismas condiciones, es decir, poco propicio, y no hubiera podido hacer más de lo que hizo Jesús. Ahora bien, desde aquella época hasta nuestros días, no se ha producido ninguna revelación importante que haya completado el Evangelio y elucidado sus partes ininteligibles, indicio seguro de que el Enviado aún no ha aparecido.
# 39. ¿Quién habrá de ser ese enviado? Al decir: “Rogaré a mi Padre y Él os enviará otro Consolador”, Jesús indicó claramente que ese Consolador no sería Él mismo, pues de lo contrario hubiese dicho: “Volveré para completar lo que les he enseñado”.
Sólo agrega: A fin de que permanezca eternamente con vosotros, y él estará en vosotros. Sería imposible que esta expresión se refiriera a una individualidad encarnada, puesto que no podría permanecer eternamente con nosotros, ni menos aún estar en nosotros; pero se comprende a la perfección si se refiere a una doctrina que, en efecto, cuando la hayamos asimilado podrá estar eternamente en nosotros. El Consolador es, pues, según el pensamiento de Jesús, la personificación de una doctrina soberanamente consoladora, inspirada por el Espíritu de Verdad.
No. 30. El espiritismo, que parte de las propias palabras de Cristo, como este partió de las de Moisés, es una consecuencia directa de la doctrina cristiana. A la idea vaga de la vida futura agrega la revelación de la existencia del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y con eso determina en forma precisa la creencia; le da un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento. Define los lazos que unen el alma al cuerpo, y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte. Mediante el espiritismo el hombre sabe de dónde viene, hacia dónde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre transitoriamente, y ve por todas partes la justicia de Dios. Sabe que el alma progresa sin cesar, a través de una serie de existencias sucesivas, hasta que haya alcanzado el grado de perfección que la aproxima a Dios. Sabe que todas las almas, como tienen un mismo punto de origen, son creadas iguales, con la misma aptitud para progresar, en virtud de su libre albedrío; que todas son de la misma esencia, y que no existe diferencia entre ellas, salvo en cuanto al progreso realizado; que todas tienen el mismo destino y alcanzarán la misma meta, más o menos rápidamente, conforme a su trabajo y buena voluntad. Sabe que no existen criaturas desheredadas, ni más favorecidas unas que otras; que Dios no privilegió la creación de ninguna de ellas, ni a nadie dispensó del trabajo impuesto a las otras para que progresen; que no hay seres perpetuamente consagrados al mal y al sufrimiento; que aquellos a los que se designa con el nombre de demonios son Espíritus imperfectos y que todavía están atrasados, que practican el mal en el estado de Espíritus como lo practicaban cuando eran hombres, pero que adelantarán y se perfeccionarán; que los ángeles o Espíritus puros no son seres aparte en la Creación, sino Espíritus que llegaron a la meta, después de haber recorrido palmo a palmo el camino del progreso; que de tal modo no hay creaciones múltiples ni diferentes categorías entre los seres inteligentes, sino que toda creación es el resultado de la gran ley de unidad que rige el universo; sabe, por último, que todos los seres gravitan hacia un fin común, que es la perfección, sin que unos sean favorecidos a expensas de otros, pues todos son hijos de sus propias obras.… todas las características del Consolador que Jesús prometió. No es una doctrina individual, una concepción humana; nadie puede considerarse su creador. Es el fruto de la enseñanza colectiva de los Espíritus, enseñanza que conduce el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio, sino que lo completa y lo explica. Con la ayuda de las nuevas leyes que revela, conjugadas con las que la ciencia ya ha descubierto, conduce a la comprensión de lo que era ininteligible y hace que se admita la posibilidad de aquello que la incredulidad consideraba inadmisible. Tuvo sus precursores y profetas, que presagiaron su llegada. Por su poder moralizador, el espiritismo prepara el reinado del bien sobre la Tierra. La doctrina de Moisés, incompleta, quedó circunscripta al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la Tierra mediante el cristianismo, pero no convirtió a todos; el espiritismo, más completo aún, con raíces en todas las creencias, convertirá a toda la humanidad.98
98 Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de su fundador. Se dice: el mosaísmo, el cristianismo, el mahometismo, el budismo, el cartesianismo, el furierismo, el sansimonismo, etc. La palabra espiritismo, por el contrario, no alude a ninguna personalidad; implica una idea general que al mismo tiempo indica el carácter y la fuente múltiple de la doctrina. (N. de Allan Kardec.)
Queda muy claro que Jesús el Nazareno no es el Espiritu de Verdad, y nunca se pretendió que fueran lo mismo.
“Pero cuándo El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.”
Saludos Frank. Referente a este tema el cual Jesús no era el Espíritu de Verdad, comparto tu opinión. Además añado que Juan 16:13 Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir.
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