Te invito a ver y compartir mí vídeo sobre éste...
Mistificaciones ✅✅ según el Espiritismo Verdadero moralizador y el Consuelo de los afligidos, Soy Espírita - Buscar con Google
Záfate de las ✅ Mistificaciones o engaños en el Espiritismo…Lee los Libros Codificados… Ref : [ssb, quitar sb]. ✅
https://soyespirita.blogspot.com/2015/08/las-mistificaciones-en-el-espiritismo.html
Nunca serás ✅ engañado en el Espiritismo, sí lees los libros Codificados por Allan Kardec. Pronto te darás cuenta tú mismo que existen "Mistificaciones" o Engaños en el Espiritismo. Darás gracias a Dios en no haber sido engañado en tú Adelantamiento Moral, Intelectual e Individual del Espíritu encarnado.
El primer indicio será reconocer que los que predican un Espiritismo Religioso o racionalista, nunca mencionan el concepto “Moral”, en sus predicas, dando lugar a muchas “Mistificaciones”.
Te invito a leer el Ítem # 303 del Libro de Los Médiums y verás cómo evitar ser engañado, en el Capítulo XXVII:
Ítem # 303. Sí bien es desagradable equivocarse, peor todavía es ser objeto de una mistificación. Por otra parte, se trata de uno de los inconvenientes de los que resulta más fácil preservarse. Los medios para frustrar las tretas de los Espíritus embusteros ya han sido expuestos en las instrucciones precedentes, razón por la cuál poco agregaremos al respecto. Veamos las respuestas que nos han dado los Espíritus en relación con el tema:
1. Las Mistificaciones son uno de los escollos más desagradables del espiritismo práctico. ¿Existe algún medio para preservarnos de ellas?
“Me parece que podrás hallar la respuesta en todo lo que se te ha enseñado. En efecto, hay un medio sencillo para preservarse: no pedir al espiritismo más de lo que puede y debe darte. Su objetivo es el mejoramiento Moral de la humanidad. Mientras no te apartes de ése objetivo, nunca serán engañados, pues no existen dos maneras de comprender la verdadera Moral, aquélla que todo hombre provisto de buen sentido puede admitir.
“Los Espíritus acuden a instruirlos y a guiarlos en el camino del bien, y no en el de los honores y las riquezas, como tampoco acuden para servir a vuestras pasiones mezquinas. Sí nunca se les pidiera nada fútil, o que exceda sus atribuciones, nadie daría acceso a los Espíritus embusteros. De ahí deberás inferir que sólo es objeto de mistificación aquél que lo merece.
“El rol de los Espíritus no consiste en informarles acerca de las cosas de su mundo, sino en guiarlos con seguridad en aquéllo que les pueda ser útil para el otro. Cuándo les hablan de las cosas de la Tierra es porque lo juzgan necesario, y no porque ustedes se lo piden. Sí consideran a los Espíritus como sustitutos de los adivinos y los hechiceros, sin duda serán engañados.
“Sí los hombres no tuvieran más que dirigirse a los Espíritus para saberlo todo, ya no poseerían Libre 🆓 Albedrío, y se apartarían del camino que Dios ha trazado a la humanidad. El hombre debe actuar por sí mismo. Dios no envía a los Espíritus para que le allanen la ruta material de la vida, sino para prepararles la del porvenir.”
[1a] – Pero hay personas que, aunque no pregunten nada, son engañadas de manera infame por Espíritus que se presentan en forma espontánea, sin que se los haya llamado.
“No preguntan nada, pero dejan que se les hable, lo que viene a ser lo mismo. Sí recibieran con reserva y desconfianza todo lo que se aparta del objetivo esencial del Espiritismo, los Espíritus frívolos no las convertirían en sus víctimas con tanta facilidad.”
2. ¿Por qué Dios permite que personas sinceras, que aceptan el espiritismo de buena fe, sean engañadas? ¿No podría éso tener el inconveniente de hacer que su creencia vacile?
“Sí su creencia vacila por éso, entonces su fe no es demasiado sólida. Los que renuncian al espiritismo por una simple contrariedad, demuestran que no lo han comprendido ni se han dedicado a su aspecto serio. Dios permite las mistificaciones para poner a prueba la perseverancia de los verdaderos adeptos, así como para castigar a los que hacen del espiritismo un objeto de entretenimiento.”
(Así lo expresó el : El Espíritu de Verdad)
_______________________
“El que engaña, lo hace por ignorancia o con propósito. Sí es por ignorancia, pagará su ineptitud, pero sí engaña a sabiendas, su castigo será el doble.”
Soy Frank Montanez, Espírita por Convicción y no por Imposición, SEPC, en la búsqueda de la teoria de la Verdad, no puede existir ningún vestigio de la mentira, pues éso invalidaría ésa Verdad, tan apreciada.
Es aquí el lugar en el Libro de los Médiums, en que se explica el concepto de las "Mistificaciones", que significan engaños, o la tergiversación de la verdad...
Según la definición del diccionario de la Academia Española...
mistificar
Tb. mixtificar.
Del fr. mystifier; la forma mixtificar, con infl. de mixto.
1. tr. Engañar, embaucar.
2. tr. Falsear, falsificar, deformar.
Etimología de MISTIFICACIÓN
La palabra mistificación es la acción o efecto del verbo místificar, que es definido por el DL: E como engañar, embaucar, falsear, falsificar o y deformar, y tiene una variante mixtificar por una errónea identificación popular con mixto, del latín mixtus (mezclado), cómo sí mistificar se tratara de elaborar una mezcla falseada. Pero no es ése su origen, ni su sentido es simplemente el de un engaño o falseamiento cualquiera.
Practicar una mistíficacíón o mistificar es algo más sutil. Es reinterpretar una realidad o parte de unos datos reales dándole la apariencia de otra cosa, incluso que a veces no "puede ser comprendida" por una sana percepción directa de los hechos y es en teoría "interpretable" según unos parámetros propios de iniciados unas veces, propios de una doctrina previamente asumida o multitud de factores similares. Por poner unos ejemplos extremos, místificación es cuándo Galileo mostró sus postulados con las imágenes de un telescópico a sus inflexibles jueces v ellos reinterpretaron ésa realidad por la teoría de los "Engaños del Maligno".
Mistificación es cuándo el "Padrecito Stalin" no estaba cometiendo evidentes crímenes horribles e injustas deportaciones a Siberia de gente sin un delito demostrable, sino "defendiendo la revolución de sus criminales enemigos". Mistíficación es cuándo en partidos políticos, sectas religiosas y demás organizaciones similares, el líder o el sumo sacerdote "siempre tiene razón" por muchas barbaridades que cometa, porque todos sus actos tienen una segunda explicación doctrinaria que "no está al alcance de cualquiera", pero que puede desgranarse y argumentarse con míl razones aparentemente verosímíles.
Éstas y otras cosas. Pero la mistifición es mucho más común que todo ésto y a veces está mucho más presente en la vida cotidiana, a veces para generar engaños "verosímiles" en otros, y en otras ocasiones para servir al autoengaño, de manera que uno mísmo crea sus propias mistíficaciones.
Y es que el verbo mistificar es adaptación del francés myst/mier, un cultísmo acuñado en francés en el s. XVIII con el elemento -ifier, del latín -ificare, dado en compuestos con el verbo facére (hacer), vinculado a la raíz indnpt lrn129B +d!@- (poner, establecer). Su primera raíz viene del latín mysta o mystes (el que está iniciado en los misterios religiosos), traducción al idioma "Latín" del vocablo religioso griego püatrlq ("mystes"), que significa "iniciado", y del que deriva la palabra fiuatñpLov ("mystérion", culto religioso mistérico que sólo podían practicar o entender sus iniciados), que también es prestada al latín como myster/um y de ahí nuestra palabra misterio. La palabra Liúatrlq se deriva del verbo fiúu ("myo", cerrar los ojos, aunque en origen cerrar los labios) que se vincula a una raíz indoeuro129B *my-l (sonido hecho con los labios cerrados), que también encontramos en palabras latinas como mulas (mudo) o el verbo muss/tare (musitar, murmurar).
Aunque para las religiones de éste mundo signifique una minimización de las mentiras o engaños, en el Espiritismo Verdadero Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo, significa "ENGAÑOS, MENTIRAS ....
https://soyespirita.blogspot.com/2019/08/identidad-de-los-espiritus-como.html
Ley de Afinidad... los Espíritus, Libro de Los Médiums
La IDENTIDAD DE LOS ESPÍRITUS, Pruebas posibles de identidad. Distinción de los buenos y de los malos Espíritus. Cuestiones sobre la naturaleza y la identidad de los Espíritus. Pruebas posibles de identidad.
Ítem # 255. La cuestión de la identidad de los Espíritus es una de las más controvertidas entre los mismos adeptos del Espiritismo; en efecto, los Espíritus no nos traen una prueba de notoriedad, y se sabe con cuánta facilidad algunos de ellos toman nombres supuestos; después de la obsesión, es también una de las más grandes dificultades del Espiritismo práctico; por lo demás, en muchos casos, la identidad absoluta es una cuestión secundaria y sin importancia real. La identidad del Espíritu de los personajes antiguos es la más difícil de comprobar y muchas veces imposible, concretándonos a la apreciación puramente moral.
Nota de Frank Montañez, añadida a éste ítem : "Es aquí precisamente que podemos ver cómo los Espíritus alertaron en los Libros Codificados por Allan Kardec con relación a descubrir a los malos Espíritus "IMPOSTORES", que han utilizado el ardid de vidas pasadas. Ésto es precisamente, lo que viola la Ley Natural del "Olvido del Pasado". Entonces, es obvio que éstos Espíritus, se han valido de utilizar vidas pasadas para hacer creer que han sido Espíritus de renombre del pasado. Estos son Secretos de Dios. Veamos el Libro de los Médiums y el de Los Espíritus…
Ítem # 256. A medida que los Espíritus se purifican y se elevan en la jerarquía espírita, las características distintivas de su personalidad se borran, en cierto modo, en la uniformidad de la perfección. Con todo, no por éso dejan de conservar su individualidad. Ésto es lo que sucede con los Espíritus Superiores y con los Espíritus Puros. En ésa situación, el nombre que tuvieron en la Tierra, en una de las mil existencias corporales efímeras por las que pasaron, es algo absolutamente irrelevante. Notemos, además, que los Espíritus son atraídos, los unos hacía los otros, por la semejanza de sus cualidades, y que de ése modo forman grupos o familias por simpatía. Por otra parte, sí consideramos la cantidad inmensa de Espíritus que, desde el origen de los tiempos, deben de haber alcanzado las categorías más elevadas, y sí la comparamos con la restringida cantidad de hombres que dejaron un nombre ilustre en la Tierra, comprenderemos que, entre los Espíritus superiores que pueden comunicarse, la mayoría debe de tener nombres que no conocemos. Sin embargo, como necesitamos nombres para fijar nuestras ideas, ellos pueden adoptar el de un personaje conocido, cuya naturaleza se identifique mejor con la de ellos. De ésa manera, nuestros ángeles de la guarda se dan a conocer, la mayoría de las veces, con el nombre de alguno de los santos que veneramos y, en general, con el de aquél que nos inspira mayor simpatía. De ahí se deduce que, si el ángel de la guarda de una persona se manifiesta diciendo que es San Pedro, por ejemplo, no habrá ninguna prueba material de que sea precisamente el apóstol de ése nombre. Tanto podrá ser él como un Espíritu completamente desconocido, pero perteneciente a la familia de Espíritus de la que también forma parte San Pedro.
Item § 48. Sistema uniespiritista o monoespiritista. Una variedad del sistema optimista, consiste en la creencia de que un sólo Espíritu se comunica con los hombres, y que éste Espíritu es Cristo, quién es el protector de la Tierra. Cuándo se ven comunicaciones de la más baja trivialidad, de una grosería irritante, llenas de malevolencia y de maldad, habría profanación e impiedad en suponer que pudiesen dimanar el Espíritu del bien por excelencia. Además, sí aquéllos que lo creen no hubiesen tenido jamás sino comunicaciones irreprochables, se concebiría su ilusión; pero la mayor parte conviene en haberlas tenido muy malas, lo que explican diciendo, que es una prueba que el buen Espíritu les hace sufrir, dictándoles cosas absurdas; de éste modo, mientras los unos atribuyen todas las comunicaciones al diablo, quién puede decir cosas buenas para tentar, otros creen que sólo Jesús se manifiesta, y que puede decir cosas malas para probar. Entre éstas dos opiniones tan inversas, ¿quién fallará? El buen sentido y la experiencia. Decimos la experiencia, porque es imposible que los que profesan ideas tan exclusivas lo hayan visto todo como debe verse. Cuándo se les oponen los hechos de identidad que atestiguan la presencia de parientes, amigos o conocidos por las manifestaciones escritas, visuales u otras, responden que es siempre el mismo Espíritu, el diablo según los unos, Cristo según los otros, que toma todas las formas; pero no nos dicen por qué no pueden comunicarse los otros Espíritus, ni con qué objeto el Espíritu de verdad vendrá a engañarnos presentándose bajo falsas apariencias, a burlarse de una pobre madre, haciéndole creer mintiendo, que él es el hijo por quien llora.
La razón rehúsa admitir que el Espíritu Santo se rebaje, ejecutando semejante comedia. Por otra parte, negar la posibilidad de cualquiera otra comunicación, ¿no es quitar al Espiritismo lo que tiene de más dulce: el consuelo de los afligidos? Digamos sencillamente que dicho sistema es irracional, y no puede sostener un examen severo.
49. Sistema multi espiritista o poli - espiritista. Todos los sistemas que hemos examinado, sin exceptuar los que son en sentido negativo, se apoyan en algunas observaciones, pero incompletas o mal interpretadas. Si una casa es de color encarnado por un lado, y blanca de otro, aquel que no la haya visto sino de un lado afirmará que es encarnada, el otro dirá que es blanca: los dos se engañarán y tendrán razón; pero el que haya visto la cosa por ambos lados dirá que es encarnada y blanca, y sólo él estará en lo verdadero. Lo mismo sucede en cuanto a la opinión que se forma del Espiritismo: puede ser verdadera bajo ciertos aspectos, y falsa si se generaliza lo que es sólo parcial, si se toma por regla lo que es sólo la excepción, por el todo lo que no es sino la parte. Por esto decimos que el que quiera estudiar seriamente esta ciencia, debe ver mucho y largo tiempo; sólo el tiempo le permitirá coger los detalles, observar los matices delicados, notar una multitud de hechos característicos que serán para él rayos de luz; pero si se detiene en la superficie, se expone a formar un juicio prematuro, y por consiguiente erróneo. He aquí las consecuencias generales que se han deducido de una observación completa, y que forman ahora la creencia, se puede decir, de la universidad de los espiritistas, porque los sistemas restrictivos sólo son opiniones aisladas.
1.º Los fenómenos espiritistas se producen por inteligencias extracorporales, o sea por los Espíritus.
2.º Los Espíritus constituyen el mundo invisible; están por todas partes; cubren los espacios hasta lo infinito, los hay sin cesar alrededor nuestro, con los cuales estamos en contacto.
3º Los Espíritus reaccionan incesantemente sobre el mundo físico y sobre el mundo moral, y son una de las potencias de la Naturaleza.
4º Los Espíritus no son seres aparte en la creación; son las almas de aquellos que han vivido sobre la Tierra o en otros mundos, y que han dejado su envoltura corporal; de donde se sigue que las almas de los hombres son Espíritus encarnados, y que muriendo venimos a ser Espíritus.
5º Hay Espíritus de todos los grados de bondad y de malicia, de saber y de ignorancia.
6º Todos están sometidos a la ley del progreso, y todos pueden llegar a la perfección; pero como tienen su libre albedrío, llegan en un tiempo más o menos largo, según sus esfuerzos y su voluntad.
7º Son dichosos o desgraciados, según el bien o el mal que han hecho durante su vida, y el grado de adelantado a que han llegado. La dicha perfecta y sin mezcla sólo pertenece a los Espíritus que llegan al supremo grado de perfección.
8º Todos los Espíritus, en circunstancias dadas, pueden manifestarse a los hombres; el número de los que pueden comunicarse es indefinido.
9º Los Espíritus se comunican por el intermediario de médiums, que les sirven de instrumentos y de intérpretes.
10º Se reconoce la superioridad o inferioridad de los Espíritus en su lenguaje: los buenos sólo aconsejan el bien y no dicen sino cosas buenas: todo atestigua en ellos la elevación; los malos engañan y todas sus palabras llevan el sello de la imperfección y de la ignorancia. Los diferentes grados que recorren los Espíritus están indicados en la Escala Espiritista (Libro de los Espíritus, lib. II, cap. I, n.º 100). El estudio de esta clasificación es indispensable para apreciar la naturaleza de los Espíritus que se manifiestan, sus buenas y malas cualidades.50. Sistema del alma material. Consiste únicamente en una opinión particular sobre la naturaleza íntima del alma. Según esta opinión, el alma y el periespíritu no serían dos cosas distintas o, por mejor decir, el periespíritu no sería otro que la misma alma, depurándose gradualmente por las diversas transmigraciones, como el alcohol se depura por las diversas destilaciones, mientras que la Doctrina Espiritista no considera al periespíritu sino como la envoltura fluídica del alma o del Espíritu. Siendo el periespíritu una materia, aunque muy etérea, el alma sería de este modo de una naturaleza material más o menos esencial, según el grado de su depuración. Este sistema no invalida ninguno de los principios fundamentales de la Doctrina Espiritista, porque nada cambia el destino del alma; las condiciones de su felicidad futura son siempre las mismas; el alma y el periespíritu forman un todo, bajo el nombre de Espíritu, como el germen y el perispermo lo forman bajo el nombre de fruto; toda la cuestión se reduce a considerar el todo como homogéneo en lugar de formarse de dos partes distintas. Como se ve, de eso no se deduce ninguna consecuencia, y no hubiéramos hablado de ello si no hubiésemos encontrado personas inclinadas a ver una nueva escuela en lo que en definitiva sólo es una simple interpretación de palabras. Esta opinión, muy restringida por cierto, aunque fuese más general,
51. Esta es la respuesta de un Espíritu con respecto a este asunto:
“Lo que algunos llaman periespíritu no es sino lo que otros denominan envoltura material fluídica. Para hacerme comprender de una manera más lógica, diría que ese fluido es la perfectibilidad de los sentidos, la extensión de la vista y de las ideas. Estoy hablando aquí de los Espíritus elevados. En el caso de los Espíritus inferiores, los fluidos terrenales todavía son completamente inherentes a ellos; por consiguiente, se trata de materia, como veis. De ahí los padecimientos del hambre, del frío, etc., padecimientos que los Espíritus superiores no pueden experimentar, visto que los fluidos terrenales están purificados alrededor del pensamiento, es decir, del alma. Para progresar, el alma necesita siempre de un agente. Sin un agente, ella no sería nada para vosotros, o, mejor dicho, no podríais concebirla. El periespíritu, para nosotros, los Espíritus errantes, es el agente por medio del cual nos comunicamos con vosotros, ya sea indirectamente mediante vuestro cuerpo o vuestro periespíritu, ya sea directamente con vuestra alma. A eso se debe la infinita variedad de médiums y de comunicaciones. Resta ahora el punto de vista científico, es decir, conocer la esencia misma del periespíritu. Esa es otra cuestión. Comprended primero moralmente 9. Sólo falta una discusión acerca de la naturaleza de los fluidos, lo que por ahora es inexplicable. La ciencia todavía no sabe bastante al respecto, pero lo logrará si se dispone a marchar con el espiritismo. El periespíritu puede variar y cambiar hasta lo infinito. El alma es el pensamiento: no cambia de naturaleza. A este respecto no avancéis más, porque se trata de un punto que no puede ser explicado.
¿Acaso supones que, al igual que vosotros, no he investigado yo también? Vosotros investigais el periespíritu; nosotros, ahora, investigamos el alma. Guardad, pues.”
LAMENNAIS
9 Es decir, por vías no empíricas; independientemente del método científico, que se basa en la observación y la experimentación. (N. del T.)
Como se ve, Espíritus que consideramos adelantados no han conseguido todavía sondear la naturaleza del alma. ¿Cómo podríamos hacerlo nosotros? Por lo tanto, es perder el tiempo querer escrutar el principio de las cosas que, conforme se ha dicho en El Libro de los Espíritus (§§ 17 y 49), forma parte de los secretos de Dios. Pretender investigar, con la ayuda del espiritismo, lo que no se encuentra aún al alcance de la humanidad, es desviarlo de su verdadero objetivo, y hacer como el niño que quiere saber tanto como un anciano. Lo esencial es que el hombre aplique el espiritismo a su perfeccionamiento moral. Lo demás es tan sólo una curiosidad estéril y a menudo orgullosa, cuya satisfacción no lo hará avanzar ni un paso. El único medio de progresar consiste en hacernos mejores. Los Espíritus que han dictado el libro que lleva su nombre demostraron su sabiduría al mantenerse, en lo que respecta al principio de las cosas, dentro de los límites que Dios no nos permite superar, dejando a los Espíritus sistemáticos y presuntuosos la responsabilidad de las teorías prematuras y erróneas, más seductoras que consistentes, que un día caerán ante la razón, como tantas otras surgidas de los cerebros humanos. Ellos sólo dijeron exactamente lo que era necesario para que el hombre comprenda el porvenir que le aguarda y, de esa manera, alentarlo a la práctica del bien. (Véase, a continuación, Segunda parte, Cap. I, “Acción de los Espíritus sobre la materia”.)
Libro de Los Espíritus, CAPÍTULO II, ítem 17, 49…ELEMENTOS GENERALES DEL UNIVERSO
Conocimiento del principio de las cosas. -Espíritu y materia.
-Propiedades de la materia. -Espacio universal
CONOCIMIENTO DEL PRINCIPIO DE LAS COSAS
17. ¿Es dado al hombre conocer el principio de las cosas?
«No; Dios no permite que se revele todo al hombre en la tierra».
49. Si el germen de la especie humana se encontraba entre los elementos orgánicos del globo, ¿por qué no se forman hombres espontáneamente, como al principio?
«El principio de las cosas es uno de los secretos de Dios; pero puede decirse, no obstante, que una vez diseminados los hombres por la tierra, han absorbido en si mismos los elementos necesarios a su formación para transmitirlos según las leyes de la reproducción. Lo mismo ha sucedido en las diferentes especies de seres vivientes».
Se juzga a los Espíritus como a los hombres, por su lenguaje; si un Espíritu se presenta bajo el nombre de Fenelón, por ejemplo, y dice trivialidades o puerilidades, es muy cierto que no puede ser él; pero si dice cosas dignas del carácter de Fenelón y que este mismo no desmintiera, hay en este caso, sino una prueba material, al menos toda la probabilidad moral que pueda ser él. Sobre todo en este caso la identidad real es una cuestión accesoria; desde el momento que el Espíritu sólo dice cosas buenas, poco importa el nombre del que las da. Se objetará, sin duda, que el Espíritu que tomase un nombre supuesto, aún cuando sólo fuese para decir cosas buenas, no por eso dejaría de cometer un fraude y en tal caso no puede ser un Espíritu bueno. Aquí es en donde hay matices delicados bastante difíciles de comprender, y que trataremos de desenvolver.
# 256. A medida que los Espíritus se purifican y se elevan en la jerarquía, los carácteres distintivos de su personalidad se borran de cierto modo en la uniformidad de perfección y, sin embargo, no dejan de conservar su individualidad; esto tiene lugar en los Espíritus Superiores y en los Espíritus Puros. En esta posición, el nombre que tenía en la tierra, en una de las mil existencias corporales "efímeras" por las cuales pasaron, es una cosa enteramente insignificante. Notemos también que los Espíritus son atraídos los unos hacia los otros por la semejanza de sus cualidades, y que de este modo forman grupos o familias simpáticas. Por otra parte, si se considera el número inmenso de Espíritus que desde el origen de los tiempos deben haber llegado al primer puesto, y sí se compara con el número tan corto de hombres que dejaron un gran nombre sobre la tierra, se comprenderá que entre los Espíritus superiores que pueden comunicarse, la mayor parte no debe tener nombre para nosotros; pero como necesitamos nombres para fijar nuestras ideas, pueden tomar el de un personaje conocido, cuya naturaleza se identifica del mejor modo con la suya; por esto nuestros ángeles guardianes se dan a conocer muy a menudo con el nombre de uno de los santos que nosotros veneramos y generalmente con el de aquel por quién tenemos más simpatía. De esto se sigue que si el ángel de la guarda de una persona toma el nombre de San Pedro, por ejemplo, no hay ninguna prueba material que éste sea, precisamente, el apóstol de este nombre; lo mismo puede ser el que un Espíritu enteramente desconocido, perteneciendo a la familia de los Espíritus de los que San Pedro forma parte; de aquí se sigue que cualquiera que sea el nombre bajo el cual se evoca a su ángel de la guarda vendrá al llamamiento que se le hace, porque se le atrae por el pensamiento, siéndole indiferente elnombre. Lo mismo sucede siempre que un Espíritu superior se comunica espontáneamente bajo el nombre de un personaje conocido; nada prueba que éste sea el Espíritu de aquél personaje; pero sí no dice nada que desmienta la elevación de carácter de éste último, hay "presunción" que sea él y en todo caso puede decirse que sí no lo es, debe ser un Espíritu del mismo grado y quizás enviado por él. En resumen, la cuestión del nombre es secundaria, pudiendo ser el nombre considerado como un simple indicio del lugar que ocupa el Espíritu en la escala espiritista. La posición es otra cuando un Espíritu de un orden inferiorse reviste de un nombre respetable para dar autoridad a sus palabras, y esto sucede con tanta frecuencia que no podríamos prevenimos bastante contra esta clase de substituciones; porque a favor de estos nombres prestados y sobre todo con la ayuda de la fascinación, ciertos Espíritus sistemáticos, más orgullosos que sabios, procuran acreditar las ideas más ridículas. La cuestión de identidad es, pues, como lo hemos dicho, poco menos que indiferente cuando se trata de instrucciones generales, puesto que los mejores Espíritus pueden substituirselos unos a los otros sin que esto tenga consecuencias. Los Espíritus Superiores forman, por decirlo así, un todo colectivo, cuyas individualidades, con pocas excepciones, nos son completamente desconocidas. Lo que nos interesa no es su persona, sino su enseñanza; pues desde el momento que esta enseñanza es buena, poco importa que el que la da se llame Pedro o Pablo; se le juzga por su calidad y no por su título. Si un vino es malo, el rótulo no lo hará mejor. En cuánto a las comunicaciones íntimas, ya es otra cosa, porque es el individuo, su misma persona, la que nos interesa, y con razón en éste caso procuramos asegurarnos sí el Espíritu que viene a nuestro llamamiento es realmente el que se desea.
Nota añadida por Frank Montañez a éste contenido : "No hay duda que éstos Espíritus han demostrado ser presuntuosos y orgullosos, de modo que está descripción no deja dudas del carácter de éstos Espíritus llamados Mentores y Benefactores. Son además, Espíritus religiosos y se adjudican atributos que no tienen. En ningún lugar en el contenido de los Libros Codificados por Allan Kardec, se indica que los Espíritus son benefactores.
# 257. La identidad se puede comprobar con mucha más facilidad, cuándo se trata de Espíritus contemporáneos cuyo carácter y costumbres se conocen, porque no habiendo tenido aún tiempo de despojarse de sus costumbres, precisamente se dan a conocer por las mismas y decimos en seguida que son una de las señales más ciertas de identidad. El Espíritu puede, sin duda, dar las pruebas sobre la pregunta que se le ha hecho, pero no lo hace nunca sino cuándo le conviene, y generalmente ésto le hiere; por lo que debe evitarse. Dejando su cuerpo, el Espíritu no se ha despojado de su susceptibilidad, y se incomoda de toda pregunta que tiene por objeto ponerle a prueba. Se hacen "tales preguntas que no se atreverían hacérselas sí se presentaba vivo" por temor de faltar a la educación; ¿por qué, pues, ha de tenérsele menos respeto después de la muerte? Si un hombre se presenta en un salón diciendo su nombre, ¿se le irá a decir a quema ropa que pruebe que es tal, exhibiendo sus títulos bajo el pretexto de que hay impostores? Éste hombre tendría, seguramente, el derecho de recordar al preguntador las reglas de buena crianza. Ésto es lo que hacen los Espíritus, no contestando o retirándose. Pongamos un ejemplo por comparación. Supongamos que el astrónomo Arago, cuándo vivía, se hubiese presentado en una casa que no le conocieron y que se le apostrofase de este modo: Decís que sois Arago, pero como no os conocemos, hacednos el favor de probárnoslo contestando a nuestras preguntas; resolved tal problema de astronomía; decidnos vuestros nombres, apellidos, los de vuestros hijos, lo que hicistes tal día, a tal hora, etc. ¿Qué hubiera contestado? ¡Pues bien! como Espíritu hará lo que hubiera hecho viviendo, y los otros Espíritus hacen lo mismo.
Libro de los Espíritus...
Item # 258. Mientras que los Espíritus se niegan a contestar a preguntas pueriles y descabelladas, que se hubiera tenido reparo en hacérselas cuándo vivían, ellos mismos dan a menudo, y espontáneamente, pruebas irrecusables de su identidad, por su carácter, que se revela en su lenguaje, por el empleo de las palabras que le eran familiares, por la cita de diferentes hechos, particularidades de su vida, algunas veces desconocidas de los asistentes, y cuya exactitud ha podido probarse. Además las pruebas de identidad resaltan de una multitud de circunstancias imprevistas, que no siempre se presentan al primer golpe de vista, sino continuando la lo más conversación. Conviene, pues, esperarlas sin provocarlas, observando con cuidado todas aquéllas que pueden desprenderse de la naturaleza de las comunicaciones. (Véase el hecho referido número 70).
#70. A bordo de un buque de la marina imperial francesa, en estación en los mares de la China, toda la tripulación, desde los marineros hasta el estado mayor, se ocupaba en hacer hablar a las mesas. Se tuvo la idea de evocar al Espíritu de un teniente de este mismo buque, muerto hacía dos años. Vino, y después de diversas comunicaciones que llenaron a todos de asombro, dijo lo que sigue, por medio de golpes. "Os suplico encarecidamente que paguéis al capitán la suma de… (indicaba la cantidad) que le debo, y que siento no haberle podido reembolsar antes de mi muerte." Nadie conocía el hecho; elmismo capitán había olvidado este crédito, por cierto muyinsignificante; pero examinando sus cuentas, encontró elasiento de la deuda del teniente, y cuya cantidad era exactamente la indicada. Dígasenos de qué pensamiento provenía el reflejo de esta indicación.
#71. Se perfeccionó el arte de comunicar por los golpes alfabéticos, pero el medio era siempre muy largo. Sin embargo se obtienen comunicaciones de cierta extensión así como interesantes revelaciones sobre el mundo de los Espíritus. Estos indicaron otros medios, y a ellos debemos el de las comunicaciones escritas. Las primeras comunicaciones de este género tuvieron lugar adaptando un lápiz al pie de una mesita ligera colocada sobre una hoja de papel. La mesita, puesta en movimiento por la influencia del médium, se puso a trazar carácteres, luego palabras y frases. Se simplificó sucesivamente este medio sirviéndose de mesitas tan grandescomo la mano, hechas expresamente; después de cestitas, decajas de cartón y, en fin, de simples tablitas. La escritura eratan corriente, tan rápida y tan fácil como con la mano; pero sereconoció más tarde que todos estos objetos no eran más, endefinitiva, que apéndices, verdaderos lapiceros de los cuales no había necesidad, teniendo por sí mismo el lápiz; la mano, arrastrada por un movimiento voluntario, escribía bajo laimpulsión dada por el Espíritu y sin el concurso de la voluntad,ni del pensamiento del médium. Desde entonces las comunicaciones de ultratumba no tuvieron más límites que la correspondencia habitual entre vivos. Volveremos sobre estosdiferentes medios que explicaremos en detalle; los hemos bosquejado rápidamente para demostrar la sucesión de los hechos que han conducido a acreditar en estos fenómenos laintervención de inteligencias ocultas, o de otro modo, de losEspíritus.
Item § 259. El medio que se emplea algunas veces con buen resultado para asegurar la identidad, cuando el Espíritu que se comunica es sospechoso, consiste en hacerle afirmar, "en nombre de Dios Todopoderoso", que es el mismo que se nombra. Sucede a menudo que el que toma un nombresupuesto retrocede ante un sacrilegio, y después de haberempezado a escribir: "Yo afirmo, en nombre de…", se para y traza con cólera líneas insignificantes, o rompe el lápiz; si esmás hipócrita, evade la cuestión por una restricción mental,escribiendo por ejemplo: "Os certifico que digo la verdad"; o bien: "Atestiguo en nombre de Dios, que soy yo el que oshablo", etc. Pero los hay que no son tan escrupulosos y juran todo lo que se quiere. Uno de ellos se comunicó a un médium diciendo que era "Dios" y el médium, muy honrado por tan alto favor, no vaciló en creerle. Evocado por nosotros no se atrevió a sostener tal impostura, y dijo: Yo no soy Dios, pero soy, su hijo. Entonces, ¿sois Jesús? Esto no es probable porque Jesús está colocado muy alto para emplear un subterfugio. ¿Os atrevéis, pues, a afirmar, en nombre de Dios que sois Cristo? Yo no digo que sea Jesús; yo digo que soy el hijo de Dios,porque soy una de sus criaturas. Debe deducirse de esto que si rehúsa un Espíritu el afirmar su identidad en nombre de Dios, es siempre una prueba manifiesta de que el nombre que ha tomado es una impostura, pero que la afirmación sólo es una presunción y no una prueba cierta.
Item § 260. Puede también colocarse entre las pruebas de identidad la semejanza de escritura y de la firma, pero como por otra parte no es dado a todos los Médiums el obtener este resultado, ésto no es siempre una garantía suficiente; en el mundo de los Espíritus hay tantas falsedades como en éste; no es, pues, sino una presunción de identidad, que no adquiere valor sino por las circunstancias que la acompañan. Lo mismo sucede con todas las señales materiales que algunos dan como talismanes inimitables por los Espíritus mentirosos. Para los que se atreven a jurar a Dios en falso o falsificar una firma, un signo material cualquiera que sea, no puede ofrecerles mayor obstáculo. La mejor de todas las pruebas de identidad está en el lenguaje y en las circunstancias casuales.
Item § #261. Sin duda se dirá que si un Espíritu puede imitar una firma, del mismo modo puede imitar el lenguaje. Esto es verdad; nosotros hemos visto que tomando descaradamente elnombre de Cristo, y para engañar, simulaban el estilo evangélico y prodigaban a diestra y a siniestra éstas palabras bien conocidas: "En verdad, en verdad yo os lo digo"; pero cuándo se estudiaba el conjunto "sin prevenciones", cuándo se escudriñaba el fondo de los pensamientos, la importancia de las expresiones; cuándo al lado de las bellas máximas de caridad se veían recomendaciones pueriles y ridículas, hubiera sido preciso estar "fascinado" para engañarse. Sí; ciertas partes de la forma material del lenguaje pueden ser imitadas pero no el pensamiento; jamás la ignorancia imitará el verdadero saber, y jamás el vicio imitará la verdadera virtud; siempre habrá algo que hiera el oído; entonces es cuándo el Médium, así como el que evoca, tienen necesidad de toda la perspicacia y de todo su criterio para distinguir la verdad de la mentira. Deben persuadirse que los Espíritus perversos son capaces de todas las estratagemas, y cuándo más elevado es el nombre bajo el cual se manifiestan, más debe inspirar desconfianza. ¡Cuántos Médiums han habido que han tenido comunicaciones apócrifas firmadas por Jesús, María o de un santo venerado! Distinción de los buenos y de los malos Espíritus.
Ítem § 262. Sí la identidad absoluta de los Espíritus es, en muchos casos, una cuestión accesoria y sin importancia, no sucede lo mismo con la distinción de los buenos o malos Espíritus; su individualidad puede sernos indiferente, su cualidad no lo es jamás. En todas las comunicaciones instructivas es en dónde debe concentrarse más la atención, porque ésta sola es la que puede darnos la medida de la confianza que debemos tener con el Espíritu que se manifiesta, cualquiera que sea el nombre que tome. ¿El Espíritu que se manifiesta, es bueno o malo? ¿A qué grado de la escala espiritista pertenece? Aquí está la cuestión principal. (Véase "Escala Espiritista", Libro de los Espíritus, número 100).
Ítem § 263. Hemos dicho que los Espíritus deben ser juzgados del mismo modo que los hombres: por el lenguaje que emplean. Supongamos que un hombre reciba veinte cartas de personas a las que no conoce. Por el estilo, por las ideas, por una cantidad de indicios, en definitiva, sabrá si esas personas son instruidas o ignorantes, gentiles o mal educadas, superficiales, profundas, frívolas, orgullosas, serias, livianas, sentimentales, etc. Con los Espíritus sucede lo mismo. Debemos considerarlos como corresponsales a quienes nunca hemos visto, y preguntarnos qué pensaríamos acerca del saber y del carácter de un hombre que dijera o escribiese tales cosas. Se puede establecer, como regla invariable y sin excepción, que el lenguaje de los Espíritus siempre tiene relación con el grado de elevación que estos han alcanzado. Los Espíritus auténticamente superiores no sólo dicen nada más que cosas buenas, sino que también lo hacen en términos que excluyen de un modo absoluto las trivialidades. Por mejores que fuesen esas cosas, si estuvieran opacadas por una sola expresión que revele bajeza, eso sería una señal indudable de inferioridad, y con más razón si el conjunto de la comunicación afectará al decoro, debido a su grosería. El lenguaje siempre revela su origen, ya sea por el pensamiento que traduce, o por la forma, de modo que si un Espíritu quiere engañarnos acerca de su pretendida superioridad, bastará con que conversemos durante algún tiempo con él para juzgarlo.
Frank Montañez,Soy Espírita por Convicción.
Item § 473. ¿Puede un espíritu revestir momentáneamente la envoltura de una persona viva, es decir, introducirse en un cuerpo animado y obrar en vez y en lugar del que en él está encarnado?
Item § 474. Si no hay posesión propiamente dicha, es decir, cohabitación de los dos espíritus en un mismo cuerpo, ¿puede el alma estar bajo la dependencia de otro espíritu, de modo, que esté subyugada u obsesada hasta el punto de hallarse su voluntad hasta paralizada en cierto modo?
Ésta muy claro que la incorporación de Espíritus es un intento de posesionar al Espíritu que habita en un cuerpo, y éso es contrario a las enseñanzas del Espiritismo. Aunque la Incorporación de Espiritus no es una enseñanza en el Espiritismo. De hecho no existe la Mediúmnidad de Incorporación de Espíritus como Capacidad Mediumnica en el Espiritismo y no tiene nada que ver con la Mediúmnidad de Psicofonía o Médium Parlante. NO es una capacidad aceptada en el Libro de Los Médiums, sencillamente, porque los Buenos Espiritus NUNCA incorporan Espiritus en contra del Libre Albedrio del Médium.
Los ignorantes Espiritualistas, al no haberse dedicado a educar sus espíritus, leyendo los Libros Codificados, acceden a esta actividad que requiere afinidad del Espíritu, e interviene con el Libre Albedrio.
La Federación Espírita de Brasil FEB y el Consejo Espírita Internacional CEI se han atribuido el derecho a cambiar las enseñanzas del Espiritismo, sin tener ningún mandato de los Espíritus y en contra de las "Eterna Verdad" expuestas y publicadas por Allan Kardec en los libros codificados.
Los adeptos del Espiritismo Moralizador y Consolador, el Espiritismo Verdadero, deben saber que estos cambios doctrinarios, no fueron autorizados por los Espíritus y éstas organiciones de Espiritualistas, actúan sin ningún respeto a las creencias del Espiritismo, sin embargo le dicen a todos que son representantes del Espiritismo y no es así.
Éstos conceptos específicos, son considerados como "Opiniones Personales", aisladas, de lo cuál el Espiritismo no se hace responsable. Vea lo que es una Opinión Personal" en la introducción del Libro de Génesis Espiritual escrito y publicado por Allan Kardec el 6 de enero del año 1868, en París Francia.
Los Espiritistas Verdaderos no tenemos que seguir ninguna directriz de estos falsos Espiritistas, que hasta han Falsificado el Libro de Génesis original, y han notificado que seguirán haciendo publicaciones Falsas. Vea la Carta Publicada el 29 de enero del año 2018. Esta Carta descaradamente dice que la Federación Espírita de Brasil FEB, seguirá publicando los libros que fueron traducidos por el Dr. Guillón Riveiro de Brasil, que se ha demostrado que son traducciones apócrifas en contra de las enseñanzas del Espiritismo.
Los buenos Espíritus no incorporan, ni tratan de posecionar un cuerpo ya habitado por otro Espíritus, para tratar de dar un mensaje.
Todos éstas interferencias con las verdaderas enseñanzas del Espiritismo son apócrifas, y no tienes que adoptar ninguna. Todos los fundamentos del Espiritismo están en los contenidos de los libros codificados por Allan Kardec originales publicados desde el año 1857, por Allan Kardec. De modo que mantente firme leyendo los Libros Codificados y podrás mantenerte firme en tu adelanto espiritual.
La Incorporación de Espíritus sólo se da cuándo los Espíritus son compatibles o afines. Un Espíritu inferior e impuro que busca una incorporación, siempre lo hace en Médiums Naturales que no están moralizados, por éso el Espiritismo enseña que los Médiums Naturales se deben convertir en Médiums Facultativos, según el Libro de Los Médiums. Cuando usted tiene argumentos a este tema, y dice ser Espiritista, debe saber qué es Espiritismo y qué no es Espiritismo.
_____________________
- Regresiones, desde una Perspectiva Espírita, es conocer el pasado, y eso provoca un Crimen y una existencia nula, ni el futuro es aceptado en el Espiritísmo
- Notemos, además, que los Espíritus son atraídos, los unos hacia los otros, por la semejanza de sus cualidades, y que de ese modo forman grupos o familias por simpatía.
Por ley de afinidad espiritual los Espíritus inferiores e impuros buscan a Médiums que no están Moralizados aún y que pueden incorporar sin permiso, convirtiendo al Médium involuntario o Natural, su presa fácil y los convierten en Médiums en Trance o Inconscientes. Esto es en contra de las enseñanzas del Espiritismo. Que también está en contra de las Manifestaciones Espontáneas que el Libro de Los Médiums, artículo #269 explica.
55. Los médiums de efectos físicos son particularmente más aptos para provocar fenómenos materiales, como movimientos, golpes, etc., con el auxilio de mesas u otros objetos. cuando esos fenómenos revelan un pensamiento u obedecen a una voluntad, son efectos inteligentes que, por eso mismo, denotan una causa inteligente: es uno de los modos por los cuales los Espíritus se manifiestan. Por medio de un número convenido de golpes se obtienen las respuestas por sí o por no, o bien la designación de las letras del alfabeto que sirven para formar palabras o frases. Ese modo primitivo es muy lento y no se presta a comunicaciones extensas. Las mesas parlantes fueron el comienzo de la ciencia espírita; pero hoy, que se poseen medios de comunicación tan rápidos y completos como los que existen entre los vivos, casi nadie recurre a ellas, a no ser accidentalmente y como experimentación.
56. de todos los medios de comunicación, la escritura es al mismo tiempo el más simple, rápido y cómodo, y el que permite comunicaciones de mayor extensión; es también la facultad que se encuentra con más frecuencia en los médiums.
57. Para obtener la escritura se emplearon, al principio, intermediarios materiales, como cestas, tablillas, etc., provistas de un lápiz. (véase El libro de los médiums, cap. XIII, § 152 y siguientes.) Más tarde se reconoció la inutilidad de esos accesorios y la posibi- lidad de que los médiums escribieran directamente con la mano, como en las circunstancias ordinarias.
58. El médium escribe bajo la influencia de los Espíritus, que se sirven de él como de un instrumento; su mano es llevada por un movimiento involuntario que, la mayor parte de las veces, no consigue dominar. ciertos médiums no tienen conciencia alguna de lo que escriben; otros la tienen más o menos vaga, aunque el pensamiento les sea extraño. Esto es lo que distingue a los médiums mecánicos de los médiums intuitivos o semimecánicos. La ciencia espírita explica el modo de transmisión del pensamiento del Espíritu al médium, así como el rol de este último en las comunicaciones. (véase El libro de los médiums, cap. Xv, § 179 y siguientes; cap XIX, § 223 y siguientes.)
59. El médium posee solamente la facultad de comunicarse, pues la comunicación efectiva depende de la voluntad de los Espíritus. Sí estos no quieren manifestarse, el médium no obtendrá nada; es como un instrumento sin un músico que lo toque como los Espíritus sólo se comunican cuando quieren o pueden, no están sujetos al capricho de nadie; ningún médium tiene el poder de hacer que se presenten contra su voluntad. Esto explica la intermitencia de la facultad aún en los mejores médiums, así como las interrupciones que a veces experimentan durante muchos meses. Sería, pues, un error equiparar la mediumnidad a un talento. El talento se adquiere con el trabajo; quien lo posee es siempre dueño de él, mientras que el médium nunca lo es de su facultad, pues ella depende de una voluntad ajena.
60. Los médiums de efectos físicos, que obtienen con regularidad y a voluntad la producción de ciertos fenómenos -si se admite que no existe engaño-, están en relación con Espíritus de baja categoría que se complacen en ese tipo de exhibiciones, y que tal vez se dedicaron a ese oficio cuando vivían en la Tierra; pero sería absurdo suponer que Espíritus un tanto elevados se diviertan poniendo en escena esos espectáculos. (véase, en el capítulo I, el diálogo acerca de Médiums y hechiceros.)
61. La oscuridad necesaria para la producción de ciertos efectos físicos se presta, sin duda, a la sospecha, pero no prueba nada contra la realidad de esos fenómenos. Se sabe que en química ciertas combinaciones no se pueden producir con luz; que muchas composiciones y descomposiciones tienen lugar por la acción del fluido luminoso. Ahora bien, todos los fenómenos espíritas son el resultado de la combinación de los fluidos propios del Espíritu con los del médium. dado que esos fluidos son materia, no es para sorprenderse que en ciertas circunstancias la presencia del fluido luminoso sea un impedimento para esa combinación.
Supuesto Animismo... los Espiritualistas lo llaman ASIMISMO... Asimilación Fluídica
62. Las comunicaciones inteligentes también se realizan por la acción fluídica del Espíritu sobre el médium. Es preciso que el fluido de este último se identifique con el del Espíritu. La facilidad de las comunicaciones depende del grado de afinidad que existe entre los dos fluidos. Así, cada médium es más o menos apto para recibir la impresión o el impulso del pensamiento de tal o cual Espíritu. Puede ser un buen instrumento para uno y pésimo para otro. de ahí resulta que si se encuentran juntos dos médiums igualmente bien dotados, el Espíritu podrá manifestarse por medio de uno y no por el otro.
63. Es, pues, un error suponer que basta con ser médium para recibir con la misma facilidad comunicaciones de cualquier Espíritu. no existen médiums universales para las evocaciones, como tampoco los hay con aptitud para producir todos los fenómenos. Los Espíritus buscan preferentemente los instrumentos que vibren al unísono con ellos. Imponerles el primer médium que tengamos a mano sería lo mismo que obligar a un pianista a que toque el violín, en la suposición de que como sabe música puede tocar cualquier instrumento.
64. Sin la armonía, que sólo puede resultar de la asimilación fluídica, las comunicaciones son imposibles, incompletas o falsas. Pueden ser falsas porque, en vez del Espíritu que se desea, no faltan otros dispuestos a aprovechar la ocasión de manifestarse, y que se preocupan poco por decir la verdad.
65. La asimilación fluídica es, algunas veces, absolutamente imposible entre ciertos Espíritus y determinados médiums. Otras veces, y es el caso más común, sólo se establece gradualmente, con el tiempo. Esto explica la mayor facilidad con que los Espíritus se manifiestan a través de un médium al que están más habituados, y también por qué las primeras comunicaciones demuestran casi siempre una cierta molestia y son menos explícitas.
66. La asimilación fluídica es necesaria tanto en las comunicaciones por tiptología como por escritura, puesto que en ambos casos se trata de la transmisión del pensamiento del Espíritu, cualquiera sea el medio material empleado.
67. como no se puede imponer un médium al Espíritu que se quiere evocar, conviene dejar que éste elija a su instrumento. En todos los casos es necesario que el médium se identifique previamente con el Espíritu a través del recogimiento y la oración, por lo menos durante algunos minutos, e incluso muchos días antes si fuera posible, de modo de provocar y activar la asimilación fluídica. de esa manera se atenúa la dificultad.
68. cuando las condiciones fluídicas no son propicias para la comunicación directa entre el Espíritu y el médium, ésta puede establecerse por intermedio del guía espiritual de este último. En ese caso el pensamiento sólo llega de segunda mano, es decir, después de haber atravesado dos medios. Se comprende entonces la importancia de que el médium esté bien asistido, porque si lo está por un Espíritu obsesor, ignorante u orgulloso, la comunicación será forzosamente alterada. En esto las cualidades personales del médium desempeñan inevitablemente un rol importante, por la naturaleza de los Espíritus que atrae hacia sí. Los médiums más indignos pueden tener poderosas facultades, pero los más seguros son los que añaden a ese poder las mejores simpatías en el mundo espiritual. Ahora bien, esas simpatías no están garantizadas en modo alguno por los nombres más o menos imponentes de los Espíritus, o por los que ellos
adoptan para firmar las comunicaciones, sino por la naturaleza constantemente buena de las comunicaciones que se reciben.
69. Sea cual fuere el modo de comunicación, la práctica del espiritismo desde el punto de vista experimental presenta numerosas dificultades, y no está exenta de inconvenientes para quien no tiene la experiencia necesaria. ya sea que se experimente por sí mismo o que simplemente se observen las experiencias de otros, lo esencial es saber distinguir las diferentes naturalezas de los Espíritus que pueden manifestarse, conocer la causa de todos los fenómenos, las condiciones en que se producen, los obstáculos que pueden oponerse a ellos, a fin de que no se pida lo imposible. no es menos necesario conocer todas las condiciones y todos los escollos de la mediumnidad, la influencia del ambiente, de las disposiciones morales, etc. (véase El libro de los médiums, Segunda Parte.).
Curso Espirita, publicó el siguiente artículo ...
https://cursoespirita.com/animismo-o-espiritismo/
¿Animismo o Espiritismo? por Ernesto Bozzano
El Consejo Director del Congreso Espírita Internacional, de Glasgow, me escribió invitándome a participar en él personalmente, ofreciéndome el cargo honorífico de vicepresidente de tal Congreso y rogándome le enviase un resumen de mi obra en torno al tema: Animism or Spiritualism: Which explains the facts? (¿Animismo o Espiritismo? ¿Cuál de los dos explica el conjunto de los hechos?) Formidable encargo, puesto que se trataba de resumir la mayor parte de mi obra de cuarenta años. Pero, de súbito, el tema se me presentó teóricamente muy importante. Acepté entonces, sin dudar, la invitación y, como escaso era el tiempo y vasta la tarea, me puse a reunir todas mis publicaciones sobre el tema: libros, monografías, opúsculos, artículos, lanzándome sin demora al trabajo.Del resumen quedó excluida una importante sección de mi obra, porque el desarrollo del tema exigía que yo impugnase, basándome en hechos, la inefable objeción anti-espirítica según la cual, no pudiéndose asignar límites a las facultades supra normales de la telepatía, de la telemnesia, de la telestesia, tampoco será nunca posible demostrar experimentalmente, y por lo tanto científicamente, la existencia y la supervivencia del espíritu humano. Como se sabe, esa gratuita objeción se refiere exclusivamente a los casos de identificación espirítica, basada en los informes personales proporcionados por los difuntos que se comunican, casos que perderían todo el valor demostrativo siempre que resultase fundada la referida objeción, por cuanto, entonces, serían explicables en masa con los poderes de la subconsciencia, los cuales llegarían a extraer los aludidos informes de las subconsciencias de los vivos, que, aunque distantes, hubiesen conocido a los mencionados difuntos (telemnesia). En esas condiciones, si yo quisiera eliminar preventivamente toda posibilidad de crítica a las conclusiones expuestas en el presente trabajo, se haría necesario no tener en cuenta mis investigaciones sobre casos de identificación espirítica de la naturaleza indicada, y tampoco mis laboriosos esfuerzos de análisis comparado acerca de los mensajes en que los difuntos describen el ambiente en que se encuentran.Así es como he procedido, llegando de este modo a hacer emerger, basada en los hechos, una verdad metapsíquica que si bien evidentísima, era míseramente olvidada por los propugnadores de la objeción en causa. Aludo al hecho de que las pruebas de identificación espirítica, fundadas en las informaciones personales proporcionadas por los difuntos que se comunican, lejos de ser las únicas que se pueden conseguir para la demostración experimental de la supervivencia, no son más que simples unidades de prueba, entre las múltiples pruebas que se pueden extraer del conjunto de los fenómenos metapsíquicos, pero sobre todo de las manifestaciones supra normales de orden extrínseco, las cuales, al no depender de nadie, resultan asimismo independientes de los poderes de la subconsciencia. Tales, por ejemplo, los casos de apariciones de difuntos aún en el lecho de muerte y los de las apariciones de los difuntos poco después de la muerte, al igual que otras importantes categorías de fenómenos metapsíquicos que he reunido y comenté en el extensísimo y resolutivo Capítulo 5 del presente trabajo.En otros términos: procediendo de ese modo, logré demoler la única hipótesis de que disponían los opositores para, en cierta forma, neutralizar la interpretación del alto mediumnismo, hipótesis que, aunque absurda e insostenible, parecía embarazosa, visto que por ser indemostrable se convertía en irrefutable. No obstante se verá que, por el contrario, llegué igualmente a demolerla estribándome en los hechos, de suerte que, a la cuestión que me fue propuesta: ¿Animismo o Espiritismo?, ¿Cuál de los dos explica el conjunto de los hechos?, se me hizo fácil contestar, en los términos siguientes:
Ni uno ni otro logran, por separado, explicar el conjunto de los fenómenos supra normales. Ambos son indispensables a tal fin, y no pueden separarse, puesto que son efectos de una causa única y esta causa es el espíritu humano que, cuando se manifiesta, en momentos fugaces, durante la encarnación, determina los fenómenos anímicos; y cuando se manifiesta mediúmnicamente durante la existencia desencarnada, determina los fenómenos espiríticos.
Ésta, y únicamente ésta, es la solución legítima del gran problema, dado que se presenta como resultante matemática de la convergencia de todas las pruebas que advienen de la recopilación metapsíquica contemplada en su conjunto.
Considero, por tanto, haber producido una labor proficua a servicio de la causa de la Verdad, labor cuyo desarrollo se revela prácticamente más formidable que todo cuanto había imaginado, pues no tardé en apercibirme de que las argumentaciones y los comentarios sobre los casos, en la forma especial dada por mí, no se adaptaron a un trabajo de síntesis, general. De suerte que tuve que volver a manipularlos, a manipularlos nuevamente un poco por todas partes. Ahora bien, rehacer es más difícil que hacer.Como quiera que fuese, ahora que he concluido, mucho me alegra que el Consejo Director del Congreso de Glasgow me haya llevado a resumirme a mí mismo, por cuanto la síntesis de muchas publicaciones mías, largas, breves, de ocasión, condensadas en un libro de pequeño porte, resume incontestable la solución espírita del misterio del ser.
Añadir un comentario