El Alma es Inmortal, inmaterial y eterna, nunca jamás será destruida por la muerte física, sino que seguirá con su progreso del Espíritu mediante la reencarnación.
Volverá a vivir en un nuevo cuerpo material que cuándo muere se lo comen los guzanos y se convierte en polvo o cenizas cuándo son cremados.
El siguiente es el enlace de éste contenido...
El apego a las cenizas es un rechazo a la vida del Espíritu y perder el tiempo en rezos, en oraciones de letanías, cuándo podemos conversar con los Espíritus todo el tiempo. No se entierran los Espíritus en cenizas, ni se les apriciona en cajas o depósitos de cenizas. El que sigue haciendo éso, no ha dejado las supersticiones, la ignorancia y no sabe que todos somos Espíritus libres...
Éste artículo fue revisado y actualizado en: 12/20/2015, 10/19/2020
Cada vez que
reencarna el Alma Inmortal, mejora poco a poco hasta llegar a la pureza y perfección del Espíritu. El cuerpo físico es sólo una envoltura temporal en cada
Reencarnación o existencia. Cuándo ése cuerpo de una vida se deteriora por el envejecimiento
o porque sufre alguna enfermedad física y deja de tener vida, ése cuerpo
material se desecha, o se entierra y se separa del Alma, es decir, el vínculo que los une se rompe. A ésta separación del Alma del cuerpo, pasa por el proceso del "Tránsito".
El Tránsito : ¿Qué significa el Tránsito en el Espiritismo? ¿El ALMA sufre o no en el tránsito desde el cuerpo encarnado hacía el mundo espiritista como Espíritu desencarnado? Es decir cuándo se emancipa el Alma en el momento de la muerte física del cuerpo. Éstas preguntas serán contestadas en éste siguiente enlace.
Sí el cuerpo fallece en lo físico,
se convierte en polvo como ocurre, no importa que se convierta en polvo en unos meses o años, antes o
después, por lo tanto la cremación lo que hace es acelerar el proceso de
convertir ése cuerpo en polvo. Ése cuerpo no se volverá a usar jamás para nada.
Tenemos al Espiritu, inferior llamado Emmanuel, que es un Espíritu Impuro Inventado por Chico Xavier, que se contadice, mistifica y se impone en el Espiritismo, es por eso que toda opinión vertida por éste espiritu, no tiene ninguna credibilidad en el Espiritismo, por ser un Espíritu NO EVOLUCIONADADO y un Espíritu Malo.
En el libro “El Consolador”, psicografiado por Chico Xavier, cuando le preguntaron sí el Espíritu desencarnado puede sufrir con la incineración de los elementos cadavéricos, la respuesta fue la siguiente:
“En la incineración, se hace menester ejercer la Caridad con los cadáveres, aplazando por más horas el acto de la destrucción de las vísceras materiales, pues, de cierto modo, existen siempre muchos ecos de sensibilidad entre el Espíritu desencarnado y el cuerpo donde se extinguió el tonus vital, en las primeras horas siguientes al desenlace, en vista de los fluidos orgánicos que aún solicitan el alma para las sensaciones de la existencia material.
Chico Xavier, al ser preguntado en el programa Pinga Fogo en cuánto a la incineración de cuerpos que sería implantada en Brasil, respondió:
“Ya oímos a Emmanuel a ese respecto, y él dijo que la incineración es legítima para todos aquellos que la desean, desde que haya un período de espera, por lo menos de 72 horas para el suceso en cualquier horno crematorio, lo que se podrá confirmar con el depósito de los restos humanos en ambiente frio”.
Richard Simonetti, otro Espiritualista Católico Cristiano, (ya fallecido en el año 2018), sin ningún mérito para exponer una opinión católica, en su trabajo “¿Quién tiene miedo de la muerte?” registra que, “en los hornos crematorios de São Paulo, se espera el plazo legal de 24 horas, no obstante la ley permite que el cadáver permanezca en la cámara frigorífica el tiempo que la familia desee”, observando que los “Espiritas acostumbran a pedir tres días”, pero, “hay quién pide siete”. Ésta es simplemente una costumbre católica y religiosa, no conforme con las creencias del Espiritismo Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo 🌍, el Verdadero Espiritismo.
Se dice que, con el desencarne, los lazos que unen al cuerpo físico con el periespíritu se deshacen lentamente, al comenzar por las extremidades y terminando en los órganos principales, cerebro y corazón. Así, la desunión total solamente ocurre con el rompimiento definitivo del último cordón fluídico que aún une al cuerpo. Afirman aún, que aunque el Espíritu estuviera unido al cuerpo no sufriría dolores, porque el cadáver ya no transmite sensaciones al Espíritu, pero transmite impresiones extremamente desagradables, más allá del trauma resultante de la desunión violenta.
Kardec, en la cuestión 164 de El Libro de los Espíritus, hace la siguiente indagación:
164. ¿Todos los espíritus experimentan con la misma intensidad y duración la turbación,
que sigue a la separación del alma y el cuerpo?
La respuesta de los Espíritus fue la siguiente:
«No, puesto que depende de su elevación. El que está ya purificado se reconoce inmediatamente; porque se ha separado de la materia, durante la vida del cuerpo, al paso que el hombre carnal, cuya conciencia no es pura, conserva por mucho más tiempo la impresión de la materia».
El Cristianismo y el Espiritismo enseñan ésto mismo.
"VIII. Si el alma es inmaterial, debe pasar después de ésta vida a un mundo igualmente invisible e inmaterial, del mismo modo que el cuerpo, cuándo se descompone vuelve a la materia. Sólo que conviene mucho distinguir bien el alma pura, verdaderamente inmaterial, que se alimenta como Dios de la ciencia y de los pensamientos, del alma más o menos manchada de impurezas materiales, que la impiden elevarse hacia lo divino y la retienen en los lugares de su morada terrestre."
Para entender el comportamiento del Alma al desencarnar lo vemos en el ítem #257, Libro de los Espíritus a continuación.
La pregunta es: ¿A dónde van las Almas de los fallecidos o desencarnados después de salir del cuerpo?, ésto está definido ya, según el Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo 🌍, el Verdadero Espiritismo, en términos del Espiriritu y lo decide el grado de Adelantamiento Moral adquirido al momento de la muerte física, en lo adelantado que se pueda estár a ése momento de la muerte, que ya están definidos en el comportamiento que implica los pensamientos e intensiones hacía el bien común de todos sus semejantes que haya realizado en su vida.
El proceso de cremación no está definido en los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec, pero la lógica nos indica que el cuerpo sin Alma, es una masa de carne sin vida. El Alma sale inmediatamente del cuerpo físico, sus arraigos son meramente de tipo MORAL, no son físicos.
Hacer que los familiares esperen a que un cuerpo se descomponga y hacerlos esperar la cremación, por conceptos no avalados por los Espíritus es simplemente un error doctrinario. El Espiritismo no es una religión, y no se basa en conceptos religiosos, ni establece tiempo en cuánto a esperar o no, al momento que se produce la muerte fisica.
Hacer que los familiares esperen a que un cuerpo se descomponga y hacerlos esperar la cremación, por conceptos no avalados por los Espíritus es simplemente un error doctrinario. El Espiritismo no es una religión, y no se basa en conceptos religiosos, ni establece tiempo en cuánto a esperar o no, al momento que se produce la muerte fisica.
Esperar 72 hrs es exponer a riesgos de salud a los mismos familiares, y no es algo que los profesionales funerarios puedan estár de acuerdo, con razón.
Dejemos que el proceso de enterramiento o por cremación se den sin imposición de requisitos que el Espiritismo no ha indicado en ninguno de los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec.
Los Espiritualistas Religiosos Cristianos, tienen una opinión no avalado por el contenido de los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec, es lo que sostiene el Espiritismo.
En el libro “El Consolador”, psicografiado por Chico Xavier, cuando le preguntaron sí el Espíritu desencarnado puede sufrir con la incineración de los elementos cadavéricos, la respuesta fue la siguiente:
“En la incineración, se hace menester ejercer la Caridad con los cadáveres, aplazando por más horas el acto de la destrucción de las vísceras materiales, pues, de cierto modo, existen siempre muchos ecos de sensibilidad entre el Espíritu desencarnado y el cuerpo donde se extinguió el tonus vital, en las primeras horas siguientes al desenlace, en vista de los fluidos orgánicos que aún solicitan el alma para las sensaciones de la existencia material.
Chico Xavier, al ser preguntado en el programa Pinga Fogo en cuánto a la incineración de cuerpos que sería implantada en Brasil, respondió:
“Ya oímos a Emmanuel a ese respecto, y él dijo que la incineración es legítima para todos aquellos que la desean, desde que haya un período de espera, por lo menos de 72 horas para el suceso en cualquier horno crematorio, lo que se podrá confirmar con el depósito de los restos humanos en ambiente frio”.
Richard Simonetti, otro Espiritualista Católico Cristiano, (ya fallecido en el año 2018), sin ningún mérito para exponer una opinión católica, en su trabajo “¿Quién tiene miedo de la muerte?” registra que, “en los hornos crematorios de São Paulo, se espera el plazo legal de 24 horas, no obstante la ley permite que el cadáver permanezca en la cámara frigorífica el tiempo que la familia desee”, observando que los “Espiritas acostumbran a pedir tres días”, pero, “hay quién pide siete”. Ésta es simplemente una costumbre católica y religiosa, no conforme con las creencias del Espiritismo Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo 🌍, el Verdadero Espiritismo.
Se dice que, con el desencarne, los lazos que unen al cuerpo físico con el periespíritu se deshacen lentamente, al comenzar por las extremidades y terminando en los órganos principales, cerebro y corazón. Así, la desunión total solamente ocurre con el rompimiento definitivo del último cordón fluídico que aún une al cuerpo. Afirman aún, que aunque el Espíritu estuviera unido al cuerpo no sufriría dolores, porque el cadáver ya no transmite sensaciones al Espíritu, pero transmite impresiones extremamente desagradables, más allá del trauma resultante de la desunión violenta.
Kardec, en la cuestión 164 de El Libro de los Espíritus, hace la siguiente indagación:
164. ¿Todos los espíritus experimentan con la misma intensidad y duración la turbación,
que sigue a la separación del alma y el cuerpo?
La respuesta de los Espíritus fue la siguiente:
«No, puesto que depende de su elevación. El que está ya purificado se reconoce inmediatamente; porque se ha separado de la materia, durante la vida del cuerpo, al paso que el hombre carnal, cuya conciencia no es pura, conserva por mucho más tiempo la impresión de la materia».
Veamos qué nos dijeron los espíritus en el Libro El Evangelio Según El Espiritismo, en su introduccion, sección VIII, dónde nos habla de las impurezas del alma que son las que determinan dónde residirán las almas de los desencarnados en el momento que transitan hacía el mundo espiritista.
"VIII. Si el alma es inmaterial, debe pasar después de ésta vida a un mundo igualmente invisible e inmaterial, del mismo modo que el cuerpo, cuándo se descompone vuelve a la materia. Sólo que conviene mucho distinguir bien el alma pura, verdaderamente inmaterial, que se alimenta como Dios de la ciencia y de los pensamientos, del alma más o menos manchada de impurezas materiales, que la impiden elevarse hacia lo divino y la retienen en los lugares de su morada terrestre."
EL EVANGELIO SEGÚN
EL ESPIRITISMO
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Esto explica que el Alma se queda retenida en los entornos y no en el cuerpo físico ya fallecido cuando los arraigos materiales fueron y aún son preponderantes. Porque los espíritus inferiores o no moralizados permanecen cerca de lo que fueron sus moradas terrestres. Esto puede explicar en resumen que cuando un alma encarnada se moraliza al desencarnar va a un lugar completamente diferente a dónde se ubican aquellas que al no ser moralizadas desencarnan y no pueden elevarse por causa de sus impurezas materiales que le impiden elevarse hacía lo divino.
Los apegos materiales no son de tipo físicos al cuerpo ya fallecido, sino que los apegos son al pensamiento materializado que no está listo aún listo a desprenderse totalmente de su arraigo a las cosas materiales de su encarnación. Pero son arraigos morales, no físicos.
El apego es conceptual en vez de físico. Cuándo ésa Alma Desencarnada se le Moraliza, ella misma debe arrepentirse, y reconocer que los apegos al concepto material, lo que lograron fue detener su Adelantamiento Individual de su Espíritu, pues ése apego modificó su comportamiento y sus intensiones en sus acciones, por éso desencarnó siendo materialista más que espiritista, y éso causa un peso MORAL que se debe reconocer y lograr arrepentimiento para llegar a la luz que significa es el conocimiento espiritual. Es desarraigamiento material que incluye sus apegos al cuerpo físico que falleció, y que cuándo se crema o incinera ya no es necesario seguir pensando en algo que ya sería polvo, eventualmente. No afecta en nada el estado del Alma desencarnada o Espíritu lo que ocurra con el cuerpo.
Para entender el comportamiento del Alma al desencarnar lo vemos en el ítem #257, Libro de los Espíritus a continuación.
Ensayo teórico acerca de la sensación en los Espíritus
Libro de los Espíritus...
#257. El cuerpo es
el instrumento del dolor. Sí no constituye su causa primera, es al menos su
causa inmediata. El alma tiene la percepción de ése dolor. Dicha percepción es el efecto.
El recuerdo del dolor que el alma conserva puede ser muy penoso, pero no puede
tener una acción física. En efecto, ni el frío ni el calor pueden desorganizar los tejidos del
alma. El alma no puede helarse ni quemarse. ¿No vemos a diario que el recuerdo o la
aprensión de un mal físico producen el mismo efecto que la realidad? ¿Y que
incluso ocasiona la muerte? Todo el mundo sabe que las personas a quienes se
les amputó un miembro sienten dolor en ése miembro que ya no existe. Por cierto,
dicho miembro no es la sede del dolor, ni siquiera su punto de partida. El
cerebro ha conservado la impresión, éso es todo.
Podemos creer, pues, que hay
algo análogo en los padecimientos del Espíritu después de la muerte. Un estudio más
profundo del periespíritu, que desempeña un papel tan importante en todos los
fenómenos espíritas –las apariciones vaporosas o tangibles, el estado del Espíritu
en el momento de la muerte, la idea tan frecuente en él de que aún sigue vivo,
el cuadro tan conmovedor de los suicidas y los ajusticiados, el de las personas
que se dejaron cautivar por los goces materiales, y tantos otros hechos–, ha
venido a arrojar luz sobre esa cuestión y ha dado lugar a explicaciones cuyo
resumen presentamos aquí.
El periespíritu es el lazo que une al Espíritu con la materia del cuerpo. Es extraído del medio circundante, del fluido universal. Participa a la vez de la electricidad, del fluido magnético y, hasta cierto punto, de la materia inerte.
Podríamos decir que es la quintaesencia de la materia. Es el principio de la vida orgánica, pero no el de la vida intelectual, que es propia del Espíritu. Es, además, el agente de las sensaciones exteriores. En el cuerpo, dichas sensaciones se encuentran localizadas en los órganos que les sirven de conductos. Una vez destruido el cuerpo, las sensaciones son generales. Por esa razón el Espíritu no dice que le duele la cabeza más que los pies. Por otra parte, es preciso no confundir las sensaciones del periespíritu –que ha recobrado su independencia– con las del cuerpo. Sólo podemos tomar éstas últimas como un término de comparación, y no como analogía.
El periespíritu es el lazo que une al Espíritu con la materia del cuerpo. Es extraído del medio circundante, del fluido universal. Participa a la vez de la electricidad, del fluido magnético y, hasta cierto punto, de la materia inerte.
Podríamos decir que es la quintaesencia de la materia. Es el principio de la vida orgánica, pero no el de la vida intelectual, que es propia del Espíritu. Es, además, el agente de las sensaciones exteriores. En el cuerpo, dichas sensaciones se encuentran localizadas en los órganos que les sirven de conductos. Una vez destruido el cuerpo, las sensaciones son generales. Por esa razón el Espíritu no dice que le duele la cabeza más que los pies. Por otra parte, es preciso no confundir las sensaciones del periespíritu –que ha recobrado su independencia– con las del cuerpo. Sólo podemos tomar éstas últimas como un término de comparación, y no como analogía.
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Recordemos que la Reencarnación es en la carne por un Espíritu, en un nuevo cuerpo, y no en el cuerpo previo a la desencarnación anterior, no es lo mismo que la Resurrección en la CARNE 🍖 del Espíritu en el mismo cuerpo ya destruido, podrido y hecho polvo. Éso último no es posible, porque el Espíritu no renace, el Espíritu es Inmortal, nunca muere ni renace... sólo puede reencarnar en un nuevo cuerpo...!!!
La Vida Eterna, es la Vida del Espíritu Puro y Perfecto, el cuál es ETERNO.
Erradicar el Egoísmo es el motivo de las reencarnaciones de Espíritus en la carne...
El planeta tierra, es de Pruebas y Expiación, por lo tanto, el Egoísmo es y seguirá siendo la razón de las REENCARNACIONES en la carne de los Espíritus... Todos los Espíritus que reencarnan tienen que luchar contra el Egoísmo ..., luego del Espíritu alcanzar el estado de la pureza y perfección, ya no reencarnará nunca más.
El Libre Albedrío ADELANTA el Espíritu, sí se viola el libre pensar se detiene el ADELANTO del Espíritu... Pierdes el tiempo de tú existencia.
Libro de Obras Póstumas, ítem 16, página 6...
16. A medida que el Espíritu adelanta en su destino, las ideas se desarrollan en él lo mismo que en el niño, y con las ideas, el Libre Albedrío, ésto es, la libertad de obrar y seguir tal o cuál camino para su perfeccionamiento, siendo ésto uno de los esenciales atributos del Espíritu.
17. El objeto final de todos los Espíritus es de llegar a la perfección de que son susceptibles, siendo el resultado de éste perfeccionamiento el gozar de la suprema dicha, a la que llegan más o menos pronto, según sea el uso que hacen de su Libre Albedrío .
NOTA IMPORTANTE, ES UNA COMPARACIÓN Y NO UNA ANALOGÍA.
_____________________
Desprendido del cuerpo, el Espíritu puede
sufrir, pero ese sufrimiento no es el del cuerpo, aunque tampoco se trata de un
sufrimiento exclusivamente moral, como el remordimiento, puesto que se queja del frío y del calor.
Tampoco sufre más en invierno que en verano. Hemos visto
Espíritus que pasaban a través de las llamas sin experimentar nada penoso.
La temperatura, pues, no les causa la menor impresión. Por consiguiente, el
dolor que sienten no es un dolor físico propiamente dicho, sino un vago
sentimiento íntimo, del que el Espíritu mismo no siempre se da perfecta cuenta,
precisamente porque el dolor no está localizado ni es producido por agentes
exteriores.
Es más bien un recuerdo que una realidad, pero un recuerdo tan penoso como aquella. Sin embargo, como veremos, a veces hay algo más que un recuerdo. La experiencia nos enseña que en el momento de la muerte el periespíritu se desprende del cuerpo con mayor o menor lentitud.
Durante los primeros instantes el Espíritu no se explica su situación. No cree estar muerto. Se siente vivo. Ve su cuerpo a un lado, sabe que es el suyo, pero no comprende por qué se encuentra separado de él. Ese estado continúa mientras existe un lazo entre el cuerpo y el periespíritu. Un suicida nos decía: “No, no estoy muerto”. Y añadía: “Sin embargo, siento que los gusanos me devoran”. Ahora bien, de seguro los gusanos no devoraban el periespíritu, y menos aún el Espíritu; sólo devoraban el cuerpo. Pero como la separación del cuerpo y el periespíritu no era completa, de ahí resultaba una especie de repercusión moral que le transmitía la sensación de lo que sucedía en el cuerpo.
Tal vez repercusión no sea la palabra adecuada, pues podría dar lugar a creer en un efecto demasiado material. Era más bien la vista de lo que sucedía en su cuerpo, al cual lo ligaba su periespíritu, lo que producía en él una ilusión que tomaba por realidad. Así pues, no se trataba de un recuerdo, puesto que en vida nunca había sido devorado por gusanos. Era un sentimiento actual67.
Es más bien un recuerdo que una realidad, pero un recuerdo tan penoso como aquella. Sin embargo, como veremos, a veces hay algo más que un recuerdo. La experiencia nos enseña que en el momento de la muerte el periespíritu se desprende del cuerpo con mayor o menor lentitud.
Durante los primeros instantes el Espíritu no se explica su situación. No cree estar muerto. Se siente vivo. Ve su cuerpo a un lado, sabe que es el suyo, pero no comprende por qué se encuentra separado de él. Ese estado continúa mientras existe un lazo entre el cuerpo y el periespíritu. Un suicida nos decía: “No, no estoy muerto”. Y añadía: “Sin embargo, siento que los gusanos me devoran”. Ahora bien, de seguro los gusanos no devoraban el periespíritu, y menos aún el Espíritu; sólo devoraban el cuerpo. Pero como la separación del cuerpo y el periespíritu no era completa, de ahí resultaba una especie de repercusión moral que le transmitía la sensación de lo que sucedía en el cuerpo.
Tal vez repercusión no sea la palabra adecuada, pues podría dar lugar a creer en un efecto demasiado material. Era más bien la vista de lo que sucedía en su cuerpo, al cual lo ligaba su periespíritu, lo que producía en él una ilusión que tomaba por realidad. Así pues, no se trataba de un recuerdo, puesto que en vida nunca había sido devorado por gusanos. Era un sentimiento actual67.
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67 [Recomendamos al lector ahondar en el sentido de las palabras
“sentimiento” (sentiment) y “sensación” (sensation), especialmente en lengua francesa.
El sentimiento se distingue de la sensación por el hecho de que es provocado
por una idea o representación (en el ejemplo: la imagen de los gusanos) y no
está localizado en una parte especifica del cuerpo.]
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Vemos, de este
modo, las deducciones que pueden extraerse de los hechos cuando se los observa
con atención. Durante la vida, el cuerpo recibe las impresiones exteriores y
las transmite al Espíritu por intermedio del periespíritu, que constituye,
probablemente, lo que se denomina fluido nervioso. Cuando
está muerto, el cuerpo no siente nada más, porque en él ya no hay Espíritu ni
periespíritu. Desprendido del
cuerpo, el periespíritu experimenta la sensación, pero como esta ya no le llega
por un conducto limitado, es una sensación general. Ahora bien, como el periespíritu sólo es
en realidad un agente de transmisión –puesto que la conciencia pertenece al Espíritu–,
de ahí resulta que, si pudiera existir un periespíritu sin Espíritu, aquel no
sentiría más que lo que siente el cuerpo cuando está muerto. Del mismo modo, si el
Espíritu no tuviera periespíritu, sería inaccesible a toda sensación penosa.
Esto sucede a los Espíritus completamente purificados. Sabemos que cuanto
más se purifican, más etérea se torna la esencia del periespíritu, de donde se
sigue que la influencia material disminuye a medida que el Espíritu progresa,
es decir, a medida que el periespíritu se vuelve menos denso. Se dirá, no obstante, que las sensaciones agradables son
transmitidas al Espíritu mediante el periespíritu, del mismo modo que las
sensaciones desagradables. Ahora bien, si el Espíritu puro es
inaccesible a éstas, debe serlo también a las otras. Ésto es así, sin duda, en
lo que respecta a las sensaciones que provienen únicamente de la influencia de
la materia que conocemos. El sonido de nuestros instrumentos, el perfume de
nuestras flores, no le causan ninguna impresión. Sin embargo, hay en él
sensaciones íntimas de un encanto indefinible, acerca de las cuales no podemos formarnos
ninguna idea, porque somos en relación con ellas como ciegos de nacimiento
respecto a la luz: sabemos que existen, pero ¿de qué modo? Ahí se detiene
nuestra ciencia. Sabemos que en el Espíritu
hay percepción, sensación, audición, visión; que esas facultades son atributos
de todo su ser, y no de una parte de este, como en el hombre.
Pero, volvemos a preguntarnos, ¿de qué manera? No lo sabemos. Los propios
Espíritus no pueden explicárnoslo, porque nuestro lenguaje no ha sido hecho
para expresar ideas que no poseemos, así como en el idioma de los salvajes no
existen términos para expresar nuestras artes, ciencias y doctrinas
filosóficas. Al
decir que los Espíritus son inaccesibles a las impresiones de nuestra materia,
nos referimos a los Espíritus muy elevados, cuya envoltura etérea no tiene
analogía en la Tierra. No sucede lo mismo
con aquellos cuyo periespíritu es más denso. Estos Espíritus perciben nuestros
sonidos y olores, pero no por medio de una parte limitada de su persona, como
cuando estaban vivos. Podríamos decir que las vibraciones moleculares se hacen sentir en la totalidad de
su ser y llegan así a su sensorio común68, que es el propio Espíritu, aunque de una
manera diferente y quizás también con una impresión diferente, lo que produce
una modificación en la percepción.
68
[Sensorium commune: El autor recurre a esta expresión de la lengua francesa que
alude al sensorio o sentido común. Dicha facultad, en el hombre, ha sido objeto
de estudio desde muy antiguo. Aristóteles fue uno de los primeros en referirse
a ella (Véase su obra “Acerca del Alma”: De Anima, III 1).]
Si bien escuchan el sonido de nuestra voz, nos comprenden
sin el auxilio de la palabra, tan sólo mediante la transmisión del pensamiento. En apoyo de lo que decimos, viene el hecho
de que esa penetración es tanto más fácil cuanto más desmaterializado está el
Espíritu. En lo que respecta a la visión, la de los Espíritus es independiente
de nuestra luz. La facultad de ver es un atributo esencial del alma, para la
cual no existe la oscuridad. No obstante, esa facultad es más amplia y
penetrante en los Espíritus que están más purificados. Así
pues, el alma o Espíritu posee en sí la facultad de todas las percepciones.
Durante la vida corporal, tales percepciones se hallan obstruidas por la
densidad de los órganos. En la vida extra corporal lo están cada vez menos, a
medida que la envoltura semi material se clarifica. Esa envoltura, extraída del
medio circundante, varía según la naturaleza de cada mundo. Al pasar de un
mundo a otro, los Espíritus cambian de envoltura como nosotros cambiamos de
ropa cuando pasamos del invierno al verano o del polo al ecuador. Así pues, los
Espíritus más elevados, cuando vienen a visitarnos, se revisten con el
periespíritu terrestre69, y entonces
sus percepciones se producen como en los Espíritus comunes.
69 [“revêtent le périsprit terrestre”, es decir, se revisten con los
fluidos del medio circundante, con los cuales se conforma el periespíritu. Véanse
los §§ 94, 150 y 187.]
No obstante, todos
ellos, tanto los inferiores como los superiores, sólo escuchan y sienten lo que
quieren. Como no tienen órganos sensitivos, pueden a voluntad hacer que sus
percepciones se activen o se anulen. Sólo se ven obligados a escuchar una cosa:
los consejos de los Espíritus buenos. Aunque la vista siempre se mantiene
activa, ellos pueden hacerse invisibles recíprocamente. De
acuerdo con la categoría a la que pertenecen, pueden ocultarse de los que son
inferiores a ellos, pero no de los superiores. En los primeros
momentos que siguen a la muerte, la vista del Espíritu siempre está turbada y
es confusa. Se aclara a medida que este se desprende, y puede adquirir la misma
claridad que tenía en vida, con independencia de su penetración a través de los
cuerpos que para nosotros son opacos. En cuánto a la extensión de la vista a
través del espacio ilimitado, así como en el porvenir y en el pasado, la misma
depende del grado de pureza y elevación del Espíritu.
Se nos dirá: “Esa
teoría no es muy tranquilizadora. Pensábamos que, una vez liberados de nuestra
densa envoltura, instrumento de nuestros dolores, no sufriríamos más. Pero
ahora nos informáis que nuestros padecimientos continuarán; no importa de qué
modo, pues aún así sufriremos”.
Así es, por desgracia.
Todavía podremos padecer, y mucho, y por un tiempo muy prolongado, pero también podremos
dejar de sufrir desde el instante mismo en que abandonemos esta vida corporal.
Los padecimientos
de la Tierra a veces son independientes de nosotros. No obstante, muchos son la
consecuencia de nuestra voluntad. Remontémonos a su origen y veremos que la
mayor parte de ellos es el resultado de causas que habríamos podido evitar.
¿Cuántos males,
cuántas enfermedades debe el hombre a sus excesos, a su ambición, en una
palabra: a sus pasiones? El hombre que siempre haya vivido con sobriedad, sin
abusar de nada, que siempre haya sido sencillo en sus gustos y modesto en sus
deseos, se ahorrará muchas tribulaciones. Lo mismo sucede con el Espíritu, pues
los padecimientos que soporta siempre son la consecuencia del modo como vivió
en la Tierra. Sin duda, ya no tendrá gota ni reumatismo, pero sí otros pesares
que no son menores. Hemos
visto que sus padecimientos son el resultado de los lazos que existen todavía
entre él y la materia.
Cuanto más
desprendido está de la influencia de la materia –dicho de otro modo, cuanto más
desmaterializado se halla–, menos sensaciones
penosas experimenta. Ahora bien, de él depende liberarse de dicha influencia desde
esta vida. Tiene libre albedrío y, por consiguiente, la
opción de hacer o dejar de hacer. Domina sus pasiones animales, no tenga odio
ni envidia, celos ni orgullo, no se deje dominar por el egoísmo, purifique su
alma mediante los buenos sentimientos, practique el bien, no atribuya a las
cosas de este mundo más importancia de la que merecen. Entonces, incluso con su
envoltura corporal, ya estará purificado, ya estará desprendido de la materia, y cuándo abandone esa envoltura
no sufrirá más su influencia. Los padecimientos físicos que
haya experimentado no dejarán en él
ningún recuerdo penoso; no le quedará al respecto ninguna impresión
desagradable, porque sólo habrán afectado al cuerpo y no al Espíritu. Se
sentirá feliz de haberse liberado, y la paz de su conciencia lo eximirá de todo padecimiento
moral. Hemos interrogado a miles de Espíritus, que han
pertenecido a todas las categorías de la sociedad, a todas las posiciones
sociales. Los hemos estudiado en todos los períodos de su vida espírita, desde
el instante mismo en que abandonaron su cuerpo. Los hemos seguido paso a paso
en ésa vida de ultratumba para observar los cambios que se operaban en ellos,
en sus ideas y sensaciones. Desde ese punto de vista, han sido los hombres más comunes
los que nos proporcionaron los elementos de estudio más valiosos. Ahora bien, siempre
hemos observado que los padecimientos guardan relación con la conducta, cuyas
consecuencias los Espíritus sufren, y que esa nueva existencia es la fuente de
una felicidad inefable para los que han seguido el camino del bien.
En conclusión, si sufren, es porque así lo han querido. Sólo deben culparse a
sí mismos, tanto en el otro mundo cómo en éste.
Ver "El ALMA sufre o no en el Tránsito, cuándo ocurre la muerte Fisica Parte 1 de 2, Soy Espírita" en YouTube, Meg Cathey,
https://youtu.be/0PXNoI9qNrI 👌ok♥️ _____________________________
https://youtu.be/0PXNoI9qNrI 👌ok♥️
Ver "El ALMA sufre o no en el Tránsito, cuándo ocurre la muerte Fisica Parte 2 de 2, Soy Espírita" en YouTube, Meg Cathey,
https://youtu.be/3sXUUTdF8iw 👌ok♥️______________________________
https://youtu.be/3sXUUTdF8iw 👌ok♥️
Ver "Cómo saber sí mí familiar fallecido está bien en el Mundo de los Espíritus, Soy Espírita" en YouTube, frank5028,
https://youtu.be/v8_0F1EQe_E 👌ok♥️_______________________________
https://youtu.be/v8_0F1EQe_E 👌ok♥️
Ver "Programa #20, El Alma después de la Muerte, Ítem #149 #153a Soy Espírita" en YouTube, Mickey Owsley,
https://youtu.be/vc_4TEAX1Os 👌ok♥️_______________________________
https://youtu.be/vc_4TEAX1Os 👌ok♥️
Ver "La Reencarnación - Soy Espírita" en YouTube, Frank Montañez,
https://youtu.be/in7mPDFF2vI 👌ok♥️ ________________________________
https://youtu.be/in7mPDFF2vI 👌ok♥️
Ver "Resurrección de La Carne, ¿Es o No Posible? -- Soy Espírita" en YouTube, Frank Montañez,
https://youtu.be/3alFfPSED8Y 👌ok♥️________________________________
https://youtu.be/3alFfPSED8Y 👌ok♥️
En
136. ¿Es independiente el alma del principio vital?
- El cuerpo no es sino la envoltura, sin cesar lo estamos repitiendo.
136 a. ¿Puede el cuerpo existir sin el alma?
- Si, y sin embargo, tan pronto el cuerpo cesa de vivir, el alma lo deja. Antes del nacimiento no hay todavía una unión definitiva entre el alma y el cuerpo. Luego que esta unión se ha establecido, la muerte del cuerpo rompe los lazos que lo unen al alma y ésta abandona a aquél. La vida orgánica puede animar un cuerpo sin alma, pero esta última no puede habitar un cuerpo privado de vida orgánica.
136 b. ¿Qué sería nuestro cuerpo sí no existiera el alma?
- Una masa de carne sin inteligencia, todo lo que queráis, excepto un ser humano.
137. Un mismo Espíritu ¿puede encarnar en dos cuerpos diferentes a la vez?
- No: el Espíritu es indivisible y no puede animar simultáneamente a dos seres distintos. (Véase, en El libro de los Médiums, el Capítulo “Bicorporeidad y transfiguración”).
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- Habiéndose roto los vínculos que la retenían, ella se desprende.
155 a. La separación ¿se lleva a efecto de manera instantánea, por una transición brusca? Entre la vida y la muerte ¿hay una línea de demarcación netamente trazada?
- No. El alma se desprende en forma gradual, no escapa como un pájaro cautivo que ha sido devuelto súbitamente a la libertad. Los dos estados se tocan, confundiéndose. Así, el Espíritu se desprende poco a poco de sus ataduras: éstas se sueltan, no se quiebran.
Veamos lo que comentó Allan Kardec:
Durante la vida el Espíritu se halla ligado al cuerpo por su envoltura semi-material, o periespíritu. La muerte destruye sólo al cuerpo y no a ésa segunda envoltura,
"la cuál se separa del cuerpo cuándo cesa en éste la vida orgánica".
La observación ha probado que en el proceso de la muerte el desprendimiento del periespíritu no se opera súbitamente por completo. Sólo se realiza en forma gradual y en un plazo muy variable, según los individuos. En algunos es bastante rápido, y se puede afirmar que tal proceso de liberación, se cumple en unas pocas horas. Pero en otros –sobre todo en aquellos cuya vida ha sido enteramente material y sensual- el desprendimiento es mucho menos rápido y en ocasiones se prolonga por días, semanas y hasta meses,
"lo que no implica que haya en el cuerpo la menor vitalidad ni la posibilidad de un retorno a la vida",
sino que persiste una simple afinidad entre el cuerpo y el Espíritu, afinidad que siempre se halla en relación con la preponderancia que el Espíritu dio a la materia en el transcurso de la vida. En efecto, es razonable pensar que cuanto más se haya identificado el Espíritu con la materia tanto más laborioso le será el separarse de ella, mientras que la actividad intelectiva y moral y la elevación de pensamientos operan un principio de desprendimiento, incluso durante la vida del cuerpo, y cuando llega la muerte, la separación es rápida.
Este es el resultado de los estudios hechos sobre todos los individuos observados en el momento de la muerte. Esas observaciones prueban, inclusive, que la afinidad que en algunas personas subsiste entre el alma y el cuerpo es a veces sobremanera penosa, por cuanto el Espíritu puede sentir el horror de la descomposición de la materia. Este caso es excepcional y propio de ciertos géneros de vida y de algunos tipos de muerte. Se presenta en ciertos suicidas.
Comentario de Frank Montañez
Claramente el Evangelio según El Espiritismo y el Libro de Los Espíritus indican que la separación del Alma del cuerpo se opera rápidamente. También se indica que el Alma: la cual se separa del cuerpo cuándo cesa en éste la vida orgánica y lo que impide el Alma a elevarse no es su cuerpo orgánico ya fallecido, sino los apegos materiales en concepto y ésto le impiden elevarse hacía lo divino y la retienen en los lugares de su morada terrestre."
En éste punto se tiende a tener puntos encontrados cuándo se habla de la Turbación del Alma, dónde El Libro de Los Espíritus se refiere a los lazos que se van soltando en ocasiones lentamente dependiendo de los apegos que se tenían de lo material (No del cuerpo Físico sino del concepto Material). Pero ésos apegos se refieren al concepto de materialismo, desde el punto de vista de orientación espiritual.
Se es materialista o se es espiritual, y el cuerpo físico ya no tiene vida orgánica, y ya no logrará recobrar la vida, pues el Alma ya no regresará a este cuerpo ya desechado.
Éste cuerpo material sin vida, no es lo que determina sí el alma sigue siendo materialista o espiritual. Su composición material sigue siéndolo, aunque sea cremado, lo que ocurre es que la materia se transforma su estado físico (Carne y agua, vulgarmente hablando) se convierte en polvo luego de la descomposición natural o más rápidamente cuando se es cremado.
La materia nunca se destruye, pero puede transformarse. Los lazos que la unen al Alma desencarnada ya no existen, ni volverán a existir.
Los lazos referidos no son en términos del lazos con el cuerpo ya sin vida sino los lazos que se tenían con los pensamientos y actitudes materialistas.
Sin embargo, el desprendimiento lento de la materia como concepto, y sus lazos, se refieren al concepto materialista y no a la materia del cuerpo. No se debe confundir la materialidad del cuerpo, con el concepto materialista en pensamiento e intenciones que se tenía antes de desencarnar el Alma contrario a la espiritualidad.
Un Alma desencarnada con apegos materiales es desde el punto de vista del concepto que modifica el comportamiento a lo que es el materialismo que se vivía como concepto de vida. Cuando una persona en vida con su Alma encarnada, pero con apegos materiales, se refiere al comportamiento y no a la composición del Cuerpo.
El cuerpo seguirá su curso de descomposición, no importa su forma, pues esa materia nunca se destruye. Los “Apegos Materiales” son conceptos de ver la vida que afectan el comportamiento del Alma desencarnada. La composición del cuerpo no afecta las intensiones del alma, pues la conciencia materialista no es determinada por el cuerpo, sino por la conciencia de lo que el materialismo significa. Al momento que esa Alma Desencarnada tome conciencia de que el bien común se aleja del materialismo, es ése el momento que el Alma continua con su proceso evolutivo.
Los apegos materiales, no se refieren al cuerpo físico, sino al concepto materialista del Alma, cuando estaba encarnada. Sí el cuerpo está en descomposición y los gusanos están descomponiéndolo o sí el cuerpo aceleradamente se convierte en polvo, en nada cambiaran las intenciones materialistas de esa Alma Desencarnada. Sólo modifica la esenciamaterialista, la educación que obtenga esa Alma Desencarnada va a modificar sus intensiones, y ésto sólo lo logra el proceso de moralización y no la composición del cuerpo sin vida, sea que está en descomposición o ya se haya cremado. Quiero añadir, que al momento de romperse el vinculo del Alma Desencarnada con el cuerpo sin vida, no tiene límite de tiempo, como se ha dicho que hay que esperar 72 hrs, pues no tiene sentido sí se espera o no para llevar a cabo la cremación. Los lasos materiales que se refinen, no son lazos con el cuerpo físico, sino lazos de comportamiento materialista, o moral.
Claramente el Evangelio según El Espiritismo y el Libro de Los Espíritus indican que la separación del Alma del cuerpo se opera rápidamente. También se indica que el Alma: la cual se separa del cuerpo cuándo cesa en éste la vida orgánica y lo que impide el Alma a elevarse no es su cuerpo orgánico ya fallecido, sino los apegos materiales en concepto y ésto le impiden elevarse hacía lo divino y la retienen en los lugares de su morada terrestre."
En éste punto se tiende a tener puntos encontrados cuándo se habla de la Turbación del Alma, dónde El Libro de Los Espíritus se refiere a los lazos que se van soltando en ocasiones lentamente dependiendo de los apegos que se tenían de lo material (No del cuerpo Físico sino del concepto Material). Pero ésos apegos se refieren al concepto de materialismo, desde el punto de vista de orientación espiritual.
Se es materialista o se es espiritual, y el cuerpo físico ya no tiene vida orgánica, y ya no logrará recobrar la vida, pues el Alma ya no regresará a este cuerpo ya desechado.
Éste cuerpo material sin vida, no es lo que determina sí el alma sigue siendo materialista o espiritual. Su composición material sigue siéndolo, aunque sea cremado, lo que ocurre es que la materia se transforma su estado físico (Carne y agua, vulgarmente hablando) se convierte en polvo luego de la descomposición natural o más rápidamente cuando se es cremado.
La materia nunca se destruye, pero puede transformarse. Los lazos que la unen al Alma desencarnada ya no existen, ni volverán a existir.
Los lazos referidos no son en términos del lazos con el cuerpo ya sin vida sino los lazos que se tenían con los pensamientos y actitudes materialistas.
Sin embargo, el desprendimiento lento de la materia como concepto, y sus lazos, se refieren al concepto materialista y no a la materia del cuerpo. No se debe confundir la materialidad del cuerpo, con el concepto materialista en pensamiento e intenciones que se tenía antes de desencarnar el Alma contrario a la espiritualidad.
Un Alma desencarnada con apegos materiales es desde el punto de vista del concepto que modifica el comportamiento a lo que es el materialismo que se vivía como concepto de vida. Cuando una persona en vida con su Alma encarnada, pero con apegos materiales, se refiere al comportamiento y no a la composición del Cuerpo.
El cuerpo seguirá su curso de descomposición, no importa su forma, pues esa materia nunca se destruye. Los “Apegos Materiales” son conceptos de ver la vida que afectan el comportamiento del Alma desencarnada. La composición del cuerpo no afecta las intensiones del alma, pues la conciencia materialista no es determinada por el cuerpo, sino por la conciencia de lo que el materialismo significa. Al momento que esa Alma Desencarnada tome conciencia de que el bien común se aleja del materialismo, es ése el momento que el Alma continua con su proceso evolutivo.
Los apegos materiales, no se refieren al cuerpo físico, sino al concepto materialista del Alma, cuando estaba encarnada. Sí el cuerpo está en descomposición y los gusanos están descomponiéndolo o sí el cuerpo aceleradamente se convierte en polvo, en nada cambiaran las intenciones materialistas de esa Alma Desencarnada. Sólo modifica la esenciamaterialista, la educación que obtenga esa Alma Desencarnada va a modificar sus intensiones, y ésto sólo lo logra el proceso de moralización y no la composición del cuerpo sin vida, sea que está en descomposición o ya se haya cremado. Quiero añadir, que al momento de romperse el vinculo del Alma Desencarnada con el cuerpo sin vida, no tiene límite de tiempo, como se ha dicho que hay que esperar 72 hrs, pues no tiene sentido sí se espera o no para llevar a cabo la cremación. Los lasos materiales que se refinen, no son lazos con el cuerpo físico, sino lazos de comportamiento materialista, o moral.
Luego de mil años, cuándo ésas moléculas ya se unieron a través del tiempo en otros cuerpos con otras moléculas en diferentes cuerpos y en cuerpos de otros animales. Pues las moléculas se dispersan a través de los años en los torrentes de los ríos, al mar y hasta las arenas del Sahara.
Ése polvo de los cuerpos fallecidos que son
moléculas transformadas de fallecidos, se unieron a través del tiempo a la
materia orgánica del planeta, se absorben por alimentos que adquieren nutrientes de la tierra, y por miles de otros
seres humanos que consumiendo alimentos que fueron creados con moléculas de
esos cuerpos y la carne animal para poder vivir, es imposible que puedan volver a su estado
original.
Concilio de Nicea I, Constantino aparece aquí junto a Obispos |
Además, el pensar que la resurrección es lo
correcto, que pasaría con Lázaro que supuestamente resucitó y la biblia habla
de una sola resurrección, o que pasaría con la hija de Jairo. O con el mismo
Jesús que ya resucitó según la Biblia, pues porque vendría Jesús nuevamente sí
ya resucitó, entonces la Biblia se equivoca una vez más con conceptos que no se
pueden probar ni sustentar. Además implica que el Alma Inmortal se queda en un
estado contemplativo hasta que se produzca una resurrección. Éso no tiene
lógica espiritual.
El Espiritismo cree en la Inmortalidad del Alma, por lo tanto en la reencarnación para mejoramiento espiritual. Concluyo diciendo,
que la opción de la Cremación es una muy viable considerando lo costoso de los
servicios funerarios. El cuerpo al morir físicamente, el Alma Inmortal se
desprende y continua con su proceso evolutivo y rompe con el vinculo que la une al cuerpo.
Esa ruptura se logra al momento de la muerte física. al llegar la muerte corporal el Alma Inmortal desencarnada se desprende al romperse el vínculo que los unía.
Esa ruptura se logra al momento de la muerte física. al llegar la muerte corporal el Alma Inmortal desencarnada se desprende al romperse el vínculo que los unía.
Reflexión Final
El proceso de cremación
no está definido en los libros codificados. Pero la lógica nos indica que el
cuerpo sin Alma, es una masa de carne sin vida. El Alma sale
inmediatamente del cuerpo físico, sus arraigos son meramente de tipo moral, no
son físicos. Hace que los familiares esperen a que un cuerpo se descomponga al
hacer esperar la cremación, por conceptos no avalados por los Espíritus es
simplemente una error doctrinario. El
Espiritismo no es una religión, y no se basa en conceptos religiosos.
Esperar 72 hrs es
exponer a riesgos de salud a los mismos familiares, y no es algo que los
profesionales funerarios puedan estár de acuerdo.
El Espiritismo, es una filosofía noble, que sólo conduce a al ser humano que se encuentre con su Alma Inmortal encarnada y enseña como adelantarla para su progreso espiritual. Los religiosos, sólo buscan justificación a lo que nunca han podido probar por Dogmas. ¿Qué difícil es poder ver que el Bien Común le hace bien al ser humano?.
Los Apegos Materiales del alma desencarnada, no se refieren al cuerpo orgánico sin vida, sino al concepto de lo que significa el ser materialista o ser espiritual. Por lo tanto, sí el cuerpo se descompone naturalmente en polvo o se acelera el proceso mediante la cremación, no modifica en nada los apegos que esa Alma Desencarnada experimenta al desprenderse del cuerpo orgánico sin vida.
El Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo, ha sido tergiversado, vejado, malinterpretado y todo, porque los intereses de los materialistas y los orgullosos no han querido que el Espiritismo que representa libertad espiritual, pueda seguir logrando el progreso de la Humanidad mediante sus enseñanzas en Bien Común que es en contra de estos flagelos de la humanidad, egoísmo, orgullos, codicia y materialismo. El Espiritismo no es ser hechicero, brujo o adivino. Tampoco se hacen Rituales de ningún tipo. No se le desea mal a nadie y se cumple fielmente con el Bien Común o lo que es la Moral.
Jesús dijo: "No le hagas a nadie lo que no te gustaría te hicieran a ti". de éso se trata nuestra Filosofía Espirita, pues es lo que hace Adelantar el Espíritu.
Es tiempo de dejar la religiosidad, los
dogmas y abrir los ojos al Bien Común, y Bien Común es una forma de describir El
Espiritismo. La Cremación es algo que solo convierte el
cuerpo fallecido en polvo más rápido de lo que ocurre en un entierro, donde el
cuerpo se descompone y finalmente se convierte en polvo. Dejemos al lado los
conceptos religiosos y pensemos con lógica y razón. El cuerpo, la envoltura son
solo pasajeros, el Alma es Inmortal y perdura por siempre.
Termino, con información del tema de la Reencarnación de la carne...
Recordemos que la Reencarnación es en la carne por un Espíritu, no es lo mismo que la Resurrección en la CARNE 🍖 del Espíritu. Éso último no es posible, porque el Espíritu no renace, el Espíritu es Inmortal, nunca muere ni renace... sólo puede reencarnar en un nuevo cuerpo...!!!
La Vida Eterna, es la Vida del Espíritu Puro y Perfecto, el cuál es ETERNO.
Erradicar el Egoísmo es el motivo de o la razón de las reencarnaciones de Espíritus en la carne...
El planeta tierra, es de Pruebas y Expiación, por lo tanto, el Egoísmo es y seguirá siendo la razón de las REENCARNACIONES en la carne de los Espíritus... Todos los Espíritus que reencarnan tienen que luchar contra el Egoísmo ..., luego del Espíritu alcanzar el estado de la pureza y perfección, ya no reencarnará nunca más.
El Libre Albedrío ADELANTA el Espíritu, sí se viola el libre pensar se detiene el ADELANTO del Espíritu... Pierdes el tiempo de tú existencia.
Libro de Obras Póstumas, ítem 16, página 6...
16. A medida que el Espíritu adelanta en su destino, las ideas se desarrollan en él lo mismo que en el niño, y con las ideas, el libre albedrío, ésto es, la libertad de obrar y seguir tal o cuál camino para su perfeccionamiento, siendo ésto uno de los esenciales atributos del Espíritu.
17. El objeto final de todos los Espíritus es de llegar a la perfección de que son susceptibles, siendo el resultado de éste perfeccionamiento el gozar de la suprema dicha, a la que llegan más o menos pronto, según sea el uso que hacen de su libre albedrío.
Libertad de Conciencia, es ejercer el Libre Albedrío ...
¿Reencarnación en la Carne, o Resurrección del Espíritu?, ¿Qué dice el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo, sobre la Reencarnación y la Resurrección de la CARNE 🍖? ... ¿Qué significa la Reencarnación en la Carne de un Espíritu? ; ¿Es lo mismo que decir la Resurrección en la CARNE 🍖 del Espíritu, según el Espiritismo?
__________________________
Así lo afirmó el libro de los Los Médiums:
#153.¿En qué sentido se debe entender la vida eterna?
- Es la vida del Espíritu, el cual es eterno. La del cuerpo, en cambio, es transitoria, pasajera. Cuando el cuerpo muere, el alma regresa a la vida eterna.
#153a. -¿No sería más exacto llamar vida eterna a la de los espíritus puros, a la de los que, habiendo llegado a la cumbre de la perfección, no han de sufrir más pruebas?
«Esa más bien es la dicha eterna, pero ésta es cuestión de palabras. Llamad a las cosas del mundo como queráis, con tal de que os entendáis».
__________________________
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El gran dilema, es saber que el que tiene la capacidad para reencarnar es el Espíritu con razocinio, y lo puede hacer en la carne 🍖, en seres humanos y nunca en el reino animal, ni en las plantas.
Dr. Ian Stevenson...
La ciencia ha tratado de descubrir sí la Reencarnación existe. Tenemos de ejemplo al Dr. Ian Stevenson de la Universidad de Virginia, que dedicó mas de 40 años al Estudio de la reencarnacion en niños. Debo enfatizar que el Dr. Ian Stevenson no era Espiritista. Lo mensiono en éste contenido como referencia cientifica, y no como un apoyo de la Ciencia a las creencias del Espiritismo.
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Frank Montañez
“Soy Espírita”
Director de la Página
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