El Espíritu Santo, según el Espiritismo Verdadero, no existe como el "Sistema de un sólo Espíritu que se comunica con los hombres" , y "El Espiritismo lo que tiene de más dulce: es el consuelo de los afligidos."
El siguiente es el enlace de éste contenido :...
https://soyespirita.blogspot.com/2022/02/es-imposible-que-exista-un-solo.html
¿Qué significa para el Espiritismo, un Sistema Restrictivo, de un SÓLO "Espíritu Santo".?. Éso no puede existir. Ya que resulta imposible que exista un sólo Espíritu, aunque lo llamen Santo... El "Espíritu Santo" según las creencias Espiritualistas de un Espíritu ÚNICO, no es conforme con las enseñanzas y creencias del Verdadero Espiritismo, que es además, Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo; porque está en total desacuerdo con las enseñanzas del Espiritismo. El Espiritismo no está de acuerdo con éste modo de pensar, de los Religiosos de FE CIEGA...
Los sistemas restrictivos no son más que opiniones aisladas, que el Espiritismo no puede, ni se hace responsable.
Todos somos Espíritus Encarnados o desencarnados, por tanto es imposible que exista un sólo Espíritu, aunque lo llamen Santo...
============================
Te invito a ver y compartir mí vídeo sobre éste tema : "Qué es el Espíritu Santo, según el Espiritismo Verdadero, el item #48, Capítulo IV, del Libro de Los Médiums, tiene la respuesta, Soy Espírita," en YouTube, por frank5028, okp22TEMA : "Qué es el Espíritu Santo, según el Espiritismo Verdadero, el item #48, Capítulo IV, del Libro de Los Médiums, tiene la respuesta, Soy Espírita,"...
También comparto el siguiente TEMA : "Pruebas, Expiaciones y Misiones, explicadas según el Espiritismo, Soy Espírita",...
También comparto el siguiente TEMA : "Soy Espírita por Convicción... "¿Que es Ser Espírita?, ¿Qué significa ése término? ¿Porque Soy Espírita?¿Porque Soy Espiritista? Quiero ser Espiritista...
Te invito a leer en el Libro de Los Médiums, el ítem #48, que habla del "Sistema uniespiritista o monoespiritista".
Nota de Frank Montañez en éste tema : El Libro de Los Médiums, en el tema de los "Sistemas" que describe al Espíritu Santo según las creencias de los Espiritualistas religiosos cristianos y yo lo comparo con lo que los seguidores dicen de Joaquín Trincado Mateos, el supuesto Juez del Universo, un sólo juez, separado de Dios omnipotente un dios falso, según sus creencias. ... La creencia de que un sólo Espíritu se comunica con los hombres, y que éste Espíritu es Cristo, es en completa contradicción a las enseñanzas y creencias del Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo. La razón rehúsa admitir que el Espíritu Santo se rebaje, ejecutando semejante comedia.
#48. Sistema uniespiritista o monoespiritista. Una variedad del sistema optimista, consiste en la creencia de que un sólo Espíritu se comunica con los hombres, y que éste Espíritu es Cristo, quién es el protector de la Tierra. Cuándo se ven comunicaciones de la más baja trivialidad, de una grosería irritante, llenas de malevolencia y de maldad, habría profanación e impiedad en suponer que pudiesen dimanar el Espíritu del bien por excelencia. Además, sí aquellos que lo
creen no hubiesen tenido jamás sino comunicaciones irreprochables, se concebiría su ilusión; pero la mayor parte conviene en haberlas tenido muy malas, lo que explican diciendo, que es una prueba que el buen Espíritu les hace sufrir, dictándoles cosas absurdas; de éste modo, mientras los unos atribuyen todas las comunicaciones al diablo, quién puede decir cosas buenas para tentar, otros creen que sólo Jesús se manifiesta, y que puede decir cosas malas para probar. Entre éstas dos opiniones tan inversas, ¿quién fallará? El buen sentido y la experiencia. Decimos la experiencia, porque es imposible que los que profesan ideas tan exclusivas lo hayan visto todo cómo debe verse.
Cuándo se les oponen los hechos de identidad que atestiguan la presencia de parientes, amigos o conocidos por las manifestaciones escritas, visuales u otras, responden que es siempre el mismo Espíritu, el diablo según los unos, Cristo según los otros, que toma todas las formas; pero no nos dicen por qué no pueden comunicarse los otros Espíritus, ni con qué objeto el Espíritu de Verdad vendrá a engañarnos presentándose bajo falsas apariencias, a burlarse de una pobre madre, haciéndole creer, mintiendo, que él es el hijo por quién llora.
La razón rehúsa admitir que el Espíritu Santo se rebaje, ejecutando semejante comedia. Por otra parte, negar la posibilidad de cualquiera otra comunicación, ¿no es quitar al Espiritismo lo que tiene de más dulce o piadoso: el consuelo de los afligidos? Digamos sencillamente que dicho sistema es irracional, y no puede sostener un examen severo.
Texto original del idioma francés - 52 PREMIERE PARTIE. — CHAI.. IV. SYSTÈMES. 53
(48. Système unispirite ou monospirite. Une variété du système optimiste consiste dans la croyance qu'un seul Espi'it se communique aux hommes, et que cet Esprit est le Christ, qui est le protecteur de la terre. Quand on voit des communications de la plus basse trivialité, d'une grossièreté révoltante, empreintes de malveillance et de méchanceté, il y aurait profanation et impiété à supposer qu'elles pussent émaner de l'Esprit du bien par excellence. Encore si ceux qui le croient n'avaient jamais eu que des communications irréprochables, on concevrait leur illusion; mais la plupart conviennent en avoir eu de très mauvaises, Ce qu'ils expliquent en disant que c'est une épreuve que le bon Esprit leur fait subir en leur dictant des choses absurdes : ainsi, tandis que les uns attribuent toutes les communications au diable, qui peut dire de bonnes choses pottr tenter, d'autres pensent que Jésus seul se manifeste et qu'il peut dire de mauvaises choses pour éprouver. Entre ces deux opinions si inverses, qui prononcera? Le bon sens et l'expérience. Nous disons l'expérience , parce qu'il est impossible que ceux qui professent des idées aussi exclusives aient tout vu et tout bien vu. - -• Quand on leur objecte les faits d'identité qui attestent la présence de parents, amis ou connaissances par les manifestations écrites, visuelles ou autres , ils répondent que c'est toujours le même Esprit , le diable selon les uns , le Christ selon les autres, qui prend toutes les formes ; mais ils ne nous disent pas pourquoi les autres Esprits ne peuvent pas se communiquer, dans quel but l'Esprit de vérité viendrait nous tromper en se présentant sous de fausses apparences, abuser une pauvre mère en lui faisant croire mensongèrement qu'il est l'enfant qu'elle pleure.
La raison se refuse à admettre que l'Esprit-Saint entret ous s'abaisse à jouer une pareille comédie. D'ailleurs, nier la possibilité de toute autre communication, n'est-cepas ôter au spiritisme ce qu'il a de plus suave : la conso lation des affligés? Disons tout simplement qu'un pareil système est irrationnel et ne peut soutenir un examen sérieux.
_____________________________
49. Sistema multiespírita o poliespírita – Todos los sistemas a que hemos pasado revista, sin exceptuar los de sentido negativo, se basan en algunas observaciones, pero que son incompletas o han sido mal interpretadas. Sí una casa fuera roja por un lado y blanca por el otro, el que la haya visto de un sólo lado afirmará que es roja, y otro dirá que es blanca. Ambos estarán equivocados y tendrán razón. Sin embargo, aquel que haya visto la casa de ambos lados, dirá que es roja y blanca, y será el único que estará en lo cierto.
Lo mismo sucede con la opinión que las personas se forman acerca del espiritismo: puede ser verdadera en relación con ciertos aspectos, y falsa sí se generaliza lo que es parcial, sí se toma como regla lo que constituye una excepción, y cómo el todo lo que sólo es una parte. De ahí que digamos que quién desee estudiar con seriedad ésta ciencia, debe observar mucho y durante largo tiempo. Sólo el tiempo le permitirá captar los detalles, advertir los sutiles matices, observar una cantidad de hechos característicos que serán para él otros tantos rayos de luz. En cambio, si se detiene en la superficie, se expone a formarse un juicio prematuro y, por consiguiente, erróneo.
Aquí están las consecuencias generales que se han deducido de una observación completa, y que en la actualidad constituyen la creencia, podríamos decir, de la universalidad de los espíritas, puesto que los sistemas restrictivos no son más que opiniones aisladas:
1.º Los fenómenos espíritas son producidos por inteligencias extracorporales, es decir, por Espíritus.
2.º Los Espíritus constituyen el mundo invisible; están en todas partes; pueblan los espacios hasta lo infinito. Algunos están siempre alrededor nuestro, y nos mantenemos en contacto con ellos.
3.º Los Espíritus ejercen una acción incesante sobre el mundo físico y sobre el mundo moral, y son una de las potencias de la naturaleza.
4.º Los Espíritus no son seres aparte en la creación, sino las almas de los que han vivido en la Tierra o en otros mundos, y que se han despojado de la envoltura corporal. Por consiguiente, las almas de los hombres son Espíritus encarnados; y nosotros, al morir, volvemos a ser Espíritus.
5.º Hay Espíritus de todos los grados de bondad y de maldad, de saber y de ignorancia.
6.º Todos están sometidos a la ley del progreso, y todos pueden llegar a la perfección. Sin embargo, como tienen libre albedrío, llegan a ella en un tiempo más o menos prolongado, conforme a los esfuerzos y la voluntad de cada uno.
7.º Son felices o desdichados de acuerdo con el bien o el mal que han hecho durante la vida, así como con el grado de adelanto al que han llegado. La felicidad perfecta y sin mezcla sólo es patrimonio de los Espíritus que alcanzaron el grado supremo de la perfección.
8.º Todos los Espíritus, en determinadas circunstancias, pueden manifestarse a los hombres; el número de los que pueden comunicarse es indefinido.
9.º Los Espíritus se comunican a través de los médiums, que les sirven de instrumento y de intérpretes.
10.º Se reconoce la superioridad o la inferioridad de los Espíritus por su lenguaje. Los buenos sólo aconsejan el bien y sólo dicen cosas buenas: todo en ellos pone de manifiesto su elevación. Los malos engañan, y sus palabras llevan el sello de la imperfección y la ignorancia. Los diferentes grados por los que pasan los Espíritus se hallan indicados en la “Escala Espírita” (El Libro de los Espíritus, Libro segundo, Cap. I, § 100). El estudio de ésa clasificación es indispensable para evaluar la naturaleza de los Espíritus que se manifiestan, así como sus buenas y sus malas cualidades.
50. Sistema del alma material – Consiste tan sólo en una opinión particular acerca de la naturaleza íntima del alma. Según ésta opinión, el alma y el periespíritu no serían dos cosas distintas, o, mejor dicho, el periespíritu sería el alma misma, que se purifica gradualmente por medio de las diversas transmigraciones, así como el alcohol se depura mediante diversas destilaciones. La doctrina espírita, en cambio, sólo considera al periespíritu como la envoltura fluídica del alma o del Espíritu. Según aquella opinión, dado que el periespíritu es materia, aunque muy etérea, el alma sería de una naturaleza material más o menos esencial, de acuerdo con su grado de purificación.
Éste sistema no invalida ninguno de los principios fundamentales de la doctrina espírita, puesto que en nada modifica el destino del alma: las condiciones de su felicidad futura son siempre las mismas. Cómo el alma y el periespíritu forman un todo bajo la denominación de Espíritu, a ejemplo de la semilla y el perisperma, que también forman un todo con el nombre de fruto, toda la cuestión se reduce a considerar el todo como homogéneo, en vez de que esté constituido por dos partes diferentes.
Como se ve, ésta cuestión no conduce a ninguna consecuencia, y no nos habríamos ocupado de ella sí no fuera porque encontramos personas inclinadas a ver una nueva escuela en lo que no es, en definitiva, más que una simple interpretación de palabras. Aunque ésta opinión, por lo demás muy restringida, se encontrará más generalizada, no constituiría una escisión entre los espíritas, del mismo modo que las teorías de la emisión y de las ondulaciones de la luz no dividen a los físicos. Los que pretendieran formar un grupo aparte, por una cuestión tan pueril, sólo probarían con ello que conceden más importancia a lo accesorio que a lo principal, y que son inducidos a la des unión por Espíritus que no pueden ser buenos, ya que los Espíritus buenos jamás infunden la acrimonía y la cizaña.
Por éso convocamos a los verdaderos espíritas a que se mantengan en guardia contra semejantes sugestiones, y a que no den a ciertos detalles más importancia de la que merecen. Lo esencial es el fondo.
No obstante, nos sentimos en la obligación de decir algunas palabras acerca de los principios en que se apoya la opinión de los que consideran al alma y al periespíritu como cosas distintas. Ésa opinión se basa en la enseñanza de los Espíritus, que nunca discrepan al respecto. Nos referimos a los Espíritus esclarecidos, pues entre los Espíritus en general hay muchos que no saben más que los hombres, y hasta saben menos que éstos.
En cambio, la teoría contraria es una concepción humana. Nosotros no hemos inventado ni imaginamos el periespíritu para explicar los fenómenos. Su existencia nos ha sido revelada por los Espíritus, y la observación nos la ha confirmado (Véase El Libro de los Espíritus, § 93).
Se apoya también en el estudio de las sensaciones de los Espíritus (Véase El Libro de los Espíritus, § 257) y, sobre todo, en el fenómeno de las apariciones tangibles que, según la otra opinión, implicaría la solidificación y la disgregación de las partes constitutivas del alma y, por consiguiente, su desorganización.
139
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS ENSAYO TEÓRICO SOBRE LA SENSACIÓN EN LOS ESPÍRITUS...
257. El cuerpo, instrumento del dolor, es, si no su causa primera, por lo menos, su causa inmediata. El alma tiene la percepción del dolor, percepción que es el efecto. El recuerdo que de él conserva, aunque puede ser muy penoso, no puede tener acción física. El frío y el calor no pueden, en efecto, desorganizar los tejidos del alma, que no puede helarse, ni abrasarse. ¿Por ventura no vemos cada día que el recuerdo o temor de un mal físico produce el mismo efecto que la realidad, ocasionando hasta la muerte?
Todos sabemos que las personas a quienes se ha amputado un miembro continúan sintiendo el dolor en él, aunque no exista el miembro.
Ciertamente que no está localizado el dolor en aquél miembro ni que de él parte, sino que es el cerebro el que conserva la impresión. Puede creerse, pues, que sucede algo análogo en los sufrimientos del espíritu después de la muerte.
Un estudio más profundo del periespíritu, que tan importantes funciones desempeña en todos los fenómenos espiritistas, las apariciones vaporosas o tangibles, el estado del espíritu en el acto de la muerte, la idea tan frecuente de que vive aún, el sorprendente espectáculo de los suicidas, de los ajusticiados, de las personas que se han entregado a los goces materiales y otros muchos hechos, han venido a hacer luz en éste asunto, dando lugar a las explicaciones cuyo resumen pasamos a dar.
___________________
PERIESPÍRITU, Gran Revelación del concepto y/o tema del "PERIESPÍRITU", ¿Que significa el Periespíritu en el Espiritismo?
“S o y . E s p í r i t a”:
https://soyespirita.blogspot.com/2020/10/periespiritu-que-significa-el.html
PERIESPÍRITU
93. ¿El espíritu propiamente dicho no tiene envoltura alguna, o cómo se pretende, está rodeado de una sustancia?
«El espíritu está envuelto en una sustancia, aunque vaporosa para tí, muy grosera aún para nosotros; pero suficientemente ligera empero, para poderse sostener en la atmósfera y trasladarse dónde quiere».
Así cómo el germen del fruto está rodeado del periespermo, así también el espíritu propiamente dicho está rodeado de una envoltura, que por comparación puede llamarse periespíritu.
94. ¿De dónde toma el espíritu la envoltura semimaterial?
«En el fluido universal de cada globo, y por ésta razón no es igual en todos los mundos. Al pasar de uno a otro mundo, el espíritu cambia de envoltura, como vosotros de vestido».
94a.-¿De modo que cuándo los espíritus que habitan en los mundos superiores vienen al nuestro, toman un periespíritu más grosero?
«Ya lo hemos dicho, es preciso que se vistan a vuestro modo».
95. ¿La envoltura semimaterial del espíritu afecta formas diferentes, y puede ser perceptibles ?
«Sí, la forma que plazca al espíritu, y así es cómo se os aparece de vez en cuándo, ora en sueños, ora estando despiertos, y como puede tomar una forma visible y hasta palpable».
Además, habría que admitir que ésta materia, que puede ser percibida por nuestros sentidos, es el propio principio inteligente, lo que no es más racional que confundir al cuerpo con el alma, o la vestimenta con el cuerpo. En cuánto a la naturaleza íntima del alma, nada sabemos.
Cuándo se afirma que el alma es inmaterial, éso se debe entender en un sentido relativo, no en sentido absoluto, pues la inmaterialidad absoluta sería la NADA. Ahora bien, el alma o Espíritu es algo. (Véase El Libro de los Espíritus, § 95).
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS,
ENSAYO TEÓRICO SOBRE LA SENSACIÓN EN LOS ESPÍRITUS...
#257.
[(...) El Periespíritu es la quinta esencia de la materia. Es el principio de la vida orgánica; pero no el de la intelectual, ya que ésta reside en el espíritu.]
El periespíritu es el lazo que une el espíritu a la materia del cuerpo; lo tomamos del medio ambiente, del fluido universal, y participa a la vez de la electricidad, del fluido magnético y hasta cierto punto de la materia inerte. Pudiera decirse que es la quinta esencia de la materia. Es el principio de la vida orgánica; pero no el de la intelectual, ya que ésta reside en el espíritu. Es, por otra parte, el agente de las sensaciones externas. Semejantes sensaciones están localizadas, en el cuerpo, en los órganos que les sirven de conductos.
Destruido el cuerpo, las sensaciones se hacen generales, y he aquí por qué no dice el espíritu que la cabeza le duela más que los pies. Es preciso, además, no confundir las sensaciones del periespíritu independiente ya, con las del cuerpo,
[nota añadida de Frank Montañez a éste tema: Entonces, la enfermedad del cuerpo, no está en el Periespíritu]
que sólo podemos tomar como término de comparación y no cómo analogía.
Desprendido el cuerpo, el espíritu puede sufrir, pero éste sufrimiento no es el del cuerpo, y sin embargo, no es un sufrimiento exclusivamente moral como el remordimiento, puesto que se queja de frío y de calor. La temperatura no les impresiona, puesto que no sufren más en invierno que en verano y puesto que hemos visto a algunos atravesar las llamas, sin experimentar sufrímiento alguno.
El dolor que sienten no es, pues, físico propiamente dicho, sino un vago sentimiento íntimo del que no siempre se da perfecta explicación el mismo espíritu, precisamente porque el dolor no está localizado, ni es producido por agentes externos. Es más bien un recuerdo de la realidad; pero recuerdo tan penoso como ésta. A veces, sin embargo, es más que un recuerdo, según vamos a ver.
La experiencia nos enseña que, en el acto de la muerte, el periespíritu se desprende más o menos lentamente del cuerpo.
Durante los primeros momentos, el espíritu no se explica su situación; no se cree muerto; se siente vivo; ve su cuerpo a un lado, sabe que le pertenece y no comprende que esté separado de él. Semejante estado dura mientras existe un lazo entre el cuerpo y el periespíritu.
Un suicida nos decía: «No, no estoy muerto», y añadía: «Y, sin embargo, siento cómo me roen los gusanos». Ciertamente que los gusanos no roían el periespíritu y menos aún el espíritu, sino el cuerpo. Pero como no era aún completa la separación del cuerpo y del periespíritu, resultaba una especie de repercusión moral que le transmitía la sensación de lo que en el cuerpo se realizaba. Quizá repercusión no sea la palabra, porque podría dar la idea de un efecto demasiado material, y más bien la vista de lo que ocurría en su cuerpo, al que le ligaba el periespíritu, le producía una ilusión que tomaba por la misma realidad. Así, pues, no era un recuerdo, porque, durante la vida, no había sido roído de gusanos, sino el sentimiento de su estado actual. De éste modo se comprenderán las deducciones que pueden hacerse de los hechos, cuándo atentamente se les observa.
Durante la vida, el cuerpo recibe las impresiones externas y las transmite al espíritu por mediación del periespíritu, que probablemente constituye lo que se llama fluido nervioso. Muerto el cuerpo, nada siente, porque carece de espíritu y de periespíritu. Éste, separado del cuerpo, experimenta la sensación; pero, cómo no la recibe por conducto limitado, se hace general la sensación. Luego, como en realidad no es más que un agente de transmisión, pues que el espíritu es el que siente, resulta que, sí pudiese existir un periespíritu sin espíritu, no sería más sensible que el cuerpo después de muerto, del mismo modo que, sí el espíritu careciese de periespírítu, seria inaccesible a las sensaciones penosas, lo cuál tiene lugar en los espíritus totalmente purificados. Sabemos que, mientras más se purifican, más etérea se hace la esencia del periespíritu, de dónde se sigue que la influencia material disminuye a medida que el espíritu progresa, es decir, a medida que el mismo periespíritu se hace menos grosero.
Pero, se dirá, las sensaciones gratas, como las desagradables, son transmitidas al espíritu por el periespíritu, y sí el espíritu puro es inaccesible a las unas, debe serlo igualmente a las otras. Indudablemente que sí, respecto de las que provienen únicamente de la materia que conocemos. El sonido de nuestros instrumentos y el perfume de nuestras flores no le causan impresión alguna, y, sin embargo, existen en él, sensaciones íntimas y de un indefinible encanto del cuál ninguna idea podemos formarnos; porque en éste punto somos como los ciegos de nacimiento respecto de la luz. Sabemos que existe; pero, ¿de qué modo? Hasta aquí llega nuestra ciencia. Sabemos que existen en ellos percepciones, sensaciones, audición y visión; que éstas facultades son atributos de todo el ser, y no de una parte de éste, como sucede en el hombre; pero volvemos a preguntarlo: ¿por qué medio? No lo sabemos.
Los mismos espíritus no pueden explicarlo, porque nuestro idioma no está creado de modo que con él se expresen ideas de que carecemos, como en el de los salvajes no se encuentran términos para expresar las de nuestras artes, ciencias y doctrinas filosóficas.
Al decir que los espíritus son inaccesibles a las impresiones de nuestra materia, queremos hablar de espíritus muy elevados cuya envoltura etérea no tiene análoga en la tierrá. No sucede lo mismo en los espíritus que tienen más denso el periespíritu, los cuáles perciben los sonidos y olores terrestres, pero no por una parte limitada de su individuo, como cuándo vivían. Podría decirse que las vibraciones moleculares se hacen sentir en todo el ser, llegando así al sensorio común, que es el mismo espíritu, aunque de un modo diferente y quizá con diferente impresión, lo que produce una modificación en la percepción. Oyen el sonido de nuestra voz y nos entienden sin embargo, sin el auxilio de la palabra, por la sola transmisión del pensamiento.
Y viene en apoyo de lo que decimos el hecho de que la penetración es tanto más fácil cuánto más desmaterializado está el espíritu. En cuánto a la vista es independiente de nuestra luz. La facultad de ver es atributo esencial del alma, para la cuál no existe oscuridad; pero es más vasta y penetrante en los que están más purificados. El alma o espíritu tiene, pues, en sí mismo la facultad de todas las percepciones. Durante la vida corporal están entorpecidas por la imperfección de nuestros órganos, y en la extracorporal disminuye semejante entorpecimiento, a medida que se hace más transparente la envoltura semimaterial.
Ésta envoltura que tomamos en el medio ambiente, varía según la naturaleza de los mundos. Al pasar de uno a otro, los espíritus cambian de envoltura como nosotros de vestido,
al pasar del invierno al verano, o del polo al ecuador. Cuándo los espíritus más elevados vienen a visitarnos, revisten, pues, el Periespíritu terrestre, realizándose entonces sus percepciones como las de los espíritus vulgares; pero todos ellos, así los inferiores, como los superiores, no oyen y sienten más que lo que quieren. Sin tener órganos sensitivos, pueden a su gusto hacer que sus percepciones sean nativas o nulas, y sólo se ven obligados a oír una cosa: los consejos de los espíritus buenos. La vista es siempre activa en ellos; pero mutuamente pueden hacerse invisibles los unos a los otros. Según el lugar que ocupan, pueden ocultarse a los que les son inferiores; pero no a los superiores. En los momentos subsiguientes a la muerte, la vista del espíritu está siempre turbada y confusa, aclarándose a medida que se desprende y puede adquirir la misma lucidez que durante la vida, independientemente de su penetración a través de los cuérpos que son opacos para nosotros.
En cuánto a su extensión a través del espacio indefinido, así para el porvenir cómo para el pasado, depende del grado de pureza y elevación del espíritu.
Toda ésta teoría, se dirá, no es muy tranquilizadora. Nosotros creíamos que una vez desprovistos de nuestra grosera envoltura, instrumento de nuestros dolores, no sufririamos
más, y ahora nos venís Con que aún habremos de sufrir, puesto que poco importa que sea de éste o de aquél modo, sí al fin y al cabo sufrimos. ¡Ah! Sí, aún podemos sufrir, y mucho y por mucho tiempo; pero también podemos dejar de sufrir, hasta desde el momento de terminar ésta vida corporal.
Las sufrimientos de la tierra son a veces independientes de nosotros; pero en muchas ocasiones son consecuencia de nuestra voluntad. Remontémonos a su origen, y se verá que el mayor número es consecuencia de causas que hubiésemos podido evitar. ¿Cuántos males, cuántas dolencias no debe el hombre a sus excesos, a su ambición, a sus pasiones, en una
palabra? El hombre que siempre viviese sobriamente, que hubiese sido siempre sencillo en sus gustos modesto en sus deseos, se evitaría no pocas tribulaciones. Lo mismo sucede al espíritu, cuyos sufrimientos son siempre producto del modo cómo ha vivido en la tierra.
Ciertamente no padecerá de gota y reumatismo; pero tendrá otros sufrimientos que no le van en zaga. Hemos visto que éstos son resultados de los lazos que aún existen entre él y la
materia; que mientras más se desprende de ella, o de otro modo, que míentras más desmaterializado está, menos sensaciones penosas expenmenta, dependiendo de él, por lo
tanto, librarse de semejante influencia desde esta vida. Tiene su libre albedrío, y, por consiguiente, la elección de hacer o dejar de hacer. Que domine sus pasiones animales; que
no tenga odio, ni envidia, ni celos, ni orgullo; que no se deje dominar por el egoísmo; que purifique su alma con buenos sentimientos; que prac tique el bien y que no dé a las cosas de éste mundo más importancia de la que merecen, y entonces, hasta bajo la envoltura corporal, estará purificado y desprendido de la materia, y al separarse de ella no sufrirá su influencia.
Los padecimientos físicos que haya experimentado no le dejarán recuerdo alguno penoso, no le quedará de ellos impresión alguna desagradable; porque sólo al cuerpo, y no al espíritu, habrán afectado. Se considerará feliz al verse libre de aquelía envoltura, y la tranquilidad de la conciencia le emancipará de todo sufrimiento moral. Hemos interrogado sobre el particular a mil y mil, que han pertenecido a todos los órdenes sociales, a todas las posiciones de la sociedad; los hemos estudiado en todos los períodos de su vida espiritista, desde el acto de la muerte; paso a paso los hemos seguido en la vida de ultratumba para observar los cambios
que en ellos se operan, así en sus ideas como en sus sensaciones, y sobre semejante asunto, no son los hombres vulgares los que nos han proporcionado los puntos de estudio menos preciosos. Y siempre hemos observado que los sufrimientos están en relación de la conducta,
cuyas consecuencias experimentan, y qué aquella nueva existenciá es origen de inefable dicha para los que han seguido el buen camino, de dónde se deduce que los que padecen, es porque así lo han querido y que sólo a ellos debe culpárse, así en éste cómo en el otro mundo.
____________________
51. Ésta es la respuesta de un Espíritu con respecto a éste asunto:
Primera Parte – Capítulo IV
“Lo que algunos llaman periespíritu no es sino lo que otros denominan envoltura material fluídica. Para hacerme comprender de una manera más lógica, diría que ese fluido es la perfectibilidad de los sentidos, la extensión de la vista y de las ideas. Estoy hablando aquí de los Espíritus elevados. En el caso de los Espíritus inferiores, los fluidos terrenales todavía son completamente inherentes a ellos; por consiguiente, se trata de materia, como veis. De ahí los padecimientos
del hambre, del frío, etc., padecimientos que los Espíritus superiores no pueden experimentar, visto que los fluidos terrenales están purificados alrededor del pensamiento, es decir, del alma. Para progresar, el alma necesita siempre de un agente. Sin un agente, ella no sería nada para vosotros, o, mejor dicho, no podríais concebirla. El periespíritu, para nosotros, los Espíritus errantes, es el agente por medio del cuál nos comunicamos con vosotros, ya sea indirectamente mediante vuestro cuerpo o vuestro periespíritu, ya sea directamente con vuestra alma. A éso se debe la infinita variedad de médiums y de comunicaciones. Resta ahora el
punto de vista científico, es decir, conocer la esencia misma del periespíritu. Ésa es otra cuestión. Comprended primero moralmente (Nota#9).
Nota #9. Es decir, por vías no empíricas; independientemente del método científico, que se basa en la observación y la experimentación. (N. del T.)
Sólo falta una discusión acerca de la naturaleza de los fluidos, lo que por ahora es inexplicable. La ciencia todavía no sabe bastante al respecto, pero lo logrará sí se dispone a marchar con el espiritismo. El periespíritu puede variar y cambiar hasta lo infinito. El alma es el pensamiento:
no cambia de naturaleza. A éste respecto no avancéis más, porque se trata de un punto que no puede ser explicado.
¿Acaso suponéis que, al igual que vosotros, no he investigado yo también? Vosotros investigáis el periespíritu; nosotros, ahora, investigamos el alma. Aguardad, pues.”
LAMENNAIS
Libro de Los Médiums, tema los "Sistemas" ... describe al Espíritu Santo y yo lo comparo con Joaquín Trincado Mateos, el supuesto Juez del Universo un dios falso... Sistemas, Recuerda que el Espiritismo no es una Teoría)...
51. Ésta es la respuesta de un Espíritu con respecto a éste asunto:
Primera Parte – Capítulo IV
“Lo que algunos llaman periespíritu no es sino lo que otros denominan envoltura material fluídica. Para hacerme comprender de una manera más lógica, diría que ese fluido es la perfectibilidad de los sentidos, la extensión de la vista y de las ideas. Estoy hablando aquí de los Espíritus elevados. En el caso de los Espíritus inferiores, los fluidos terrenales todavía son completamente inherentes a ellos; por consiguiente, se trata de materia, como veis. De ahí los padecimientosdel hambre, del frío, etc., padecimientos que los Espíritus superiores no pueden experimentar, visto que los fluidos terrenales están purificados alrededor del pensamiento, es decir, del alma. Para progresar, el alma necesita siempre de un agente. Sin un agente, ella no sería nada para vosotros, o, mejor dicho, no podríais concebirla. El periespíritu, para nosotros, los Espíritus errantes, es el agente por medio del cuál nos comunicamos con vosotros, ya sea indirectamente mediante vuestro cuerpo o vuestro periespíritu, ya sea directamente con vuestra alma. A éso se debe la infinita variedad de médiums y de comunicaciones. Resta ahora el punto de vista científico, es decir, conocer la esencia misma del periespíritu. Ésa es otra cuestión. Comprended primero moralmente (Nota#9).
Nota #9. Es decir, por vías no empíricas; independientemente del método científico, que se basa en la observación y la experimentación. (N. del T.)
Sólo falta una discusión acerca de la naturaleza de los fluidos, lo que por ahora es inexplicable. La ciencia todavía no sabe bastante al respecto, pero lo logrará sí se dispone a marchar con el espiritismo. El periespíritu puede variar y cambiar hasta lo infinito. El alma es el pensamiento: no cambia de naturaleza. A éste respecto no avancéis más, porque se trata de un punto que no puede ser explicado.
¿Acaso suponéis que, al igual que vosotros, no he investigado yo también? Vosotros investigáis el periespíritu; nosotros, ahora, investigamos el alma. Aguardad, pues.”
LAMENNAIS...
_______________________________
Como se ve, Espíritus que consideramos adelantados no han conseguido todavía sondear la naturaleza del alma. ¿Cómo podríamos hacerlo nosotros? Por lo tanto, es perder el tiempo querer escrutar el principio de las cosas que, conforme se ha dicho en El Libro de los Espíritus (§§ 17 y 49), forma parte de los Secretos de Dios. Pretender investigar, con la ayuda del espiritismo, lo que no se encuentra aún al alcance de la
humanidad, es desviarlo de su verdadero objetivo, y hacer como el niño que quiere saber tanto como un anciano. Lo esencial es que el hombre aplique el espiritismo a su perfeccionamiento moral. Lo demás es tan sólo una curiosidad estéril y a menudo orgullosa, cuya satisfacción no lo hará avanzar ni un paso. El único medio de progresar consiste en hacernos mejores. Los Espíritus que han dictado el libro que lleva su nombre demostraron su sabiduría al mantenerse, en lo que respecta al principio de las cosas, dentro de los límites que Dios no nos permite superar, dejando a los Espíritus sistemáticos y presuntuosos la responsabilidad de las teorías prematuras y erróneas, más seductoras que consistentes, que un día caerán ante la razón, como tantas otras surgidas de los cerebros humanos. Ellos sólo dijeron exactamente lo que era necesario para que el hombre comprenda el porvenir que le aguarda y, de ésa manera, alentarlo a la práctica del bien. (Véase, a continuación, Segunda parte, Cap. I, “Acción de los Espíritus sobre la materia”.)
Añadir un comentario