Cambios no autorizados por los Espíritus alLibro de Génesis, en el Ítem #68 fue remunerado como Ítem#67, eliminado así el Ítem #68. Y ¿Porque esto tuvo lugar? Fue para beneficiar a los "Roustanquistas".
Vea éste vídeo sobre éste tema:
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"Esta nueva obra constituye un paso adelante en el terreno de las consecuencias y las aplicaciones del espiritismo. Conforme lo indica su título, tiene como objetivo el estudio de tres puntos hasta ahora diversamente interpretados y comentados: la génesis, los milagros y las predicciones, en sus relaciones con las nuevas leyes que se deducen de la observación de los fenómenos espíritas.
Dos elementos, o si se quiere, dos fuerzas rigen el universo: el elemento espiritual y el elemento material. De la acción simultánea de esos dos principios resultan fenómenos especiales, que se tornan naturalmente inexplicables si se prescinde de uno de ellos, del mismo modo que la formación del agua sería inexplicable si no se tomara en cuenta uno de sus elementos constituyentes: el oxígeno o el hidrógeno.
Al demostrar la existencia del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo material, el espiritismo proporciona la explicación de una inmensidad de fenómenos que no se han comprendido, y que por eso mismo han sido considerados inadmisibles por parte de cierta clase de pensadores. Ésos hechos abundan en las Escrituras, pero sus comentadores no han conseguido llegar a una solución racional, pues ignoraban la ley que los rige. Ubicados en dos campos opuestos, han girado siempre dentro del mismo círculo de ideas: los unos menospreciando los datos positivos de la ciencia, los otros sin considerar el principio espiritual.
Esa solución se encuentra en la acción recíproca del espíritu y la materia. Es verdad que ella quita a la mayoría de esos hechos su carácter sobrenatural. Pero ¿qué vale más: admitirlos como resultado de las leyes de la naturaleza, o rechazarlos por completo? Su rechazo absoluto acarrea la negación de la base misma del edificio, mientras que, admitidos de ese modo, apenas suprimiendo lo accesorio, la base queda intacta. Por eso el espiritismo conduce a tantas personas a la creencia en verdades que no hace mucho consideraban meras utopías.
Esta obra es, pues, como ya lo hemos dicho, un complemento de las aplicaciones del espiritismo, desde un punto de vista especial. Los materiales estaban listos, o al menos elaborados desde hace mucho tiempo, pero aún no había llegado el momento de que fueran publicados. Era preciso, en primer lugar, que las ideas que debían servirles de base llegaran a la madurez y, además, que se tomara en cuenta la oportunidad de las circunstancias. El espiritismo no tiene misterios ni teorías secretas; todo en él debe ser dicho con claridad, a fin de que todos puedan juzgarlo con conocimiento de causa. No obstante, cada cosa debe llegar a su tiempo, para que llegue con seguridad. Una solución dada a la ligera, antes de que la cuestión se elucide por completo, sería más una causa de retroceso que de avance. En la que aquí tratamos, la importancia del asunto nos imponía el deber de evitar toda precipitación.
Antes de que entremos en materia, nos ha parecido necesario definir claramente los roles respectivos de los Espíritus y de los hombres en la elaboración de la nueva doctrina. Esas consideraciones preliminares, que apartan de ella toda idea de misticismo, constituyen el objeto del primer capítulo, titulado: Caracteres de la revelación espírita. Solicitamos que se atienda con seriedad ese punto, porque en cierto modo allí está el nudo de la cuestión.
Sin perjuicio de la parte que toca a la actividad humana en la elaboración de esta doctrina, la iniciativa pertenece a los Espíritus, pero no constituye la opinión personal de ninguno de ellos. La doctrina no es, ni puede dejar de ser, más que el resultado de la enseñanza colectiva y concordante de los Espíritus. Sólo bajo esta condición podemos denominarla doctrina de los Espíritus. De lo contrario, sería apenas la doctrina de un Espíritu, y sólo tendría el valor de una opinión personal.
Generalidad y concordancia en la enseñanza, tal es el carácter esencial de la doctrina espírita, la condición misma de su existencia, de donde resulta que todo principio que no haya recibido la consagración del control de la generalidad no puede ser considerado parte integrante de esa misma doctrina, sino una simple opinión aislada cuya responsabilidad el espiritismo no puede asumir.
Esa concordancia colectiva de la opinión de los Espíritus, sometida además al criterio de la lógica, constituye la fuerza de la doctrina espírita y asegura su perpetuidad. Para que ella cambiara, sería necesario que la universalidad de los Espíritus cambiara de opinión, y que ellos acudieran un día para decir lo contrario de lo que dijeron anteriormente. Dado que la doctrina tiene su fuente de origen en la enseñanza de los Espíritus, para que desapareciera sería necesario que los Espíritus dejaran de existir. Eso es también lo que hará que el espiritismo prevalezca sobre los sistemas personales, pues estos no poseen raíces en todas partes. El Libro de los Espíritus ha visto consolidado su prestigio porque es la expresión de un pensamiento colectivo general. En abril de 1867 cumplió su primer decenio. En ese lapso, los principios fundamentales, cuyas bases había asentado, fueron sucesivamente completados y desarrollados en virtud de la enseñanza progresiva de los Espíritus. Ninguno ha sido desmentido por la experiencia.
Todos, sin excepción, han permanecido en pie, más vivos que nunca, mientras que de las ideas contradictorias que algunos han intentado oponerle, ninguna prevaleció, precisamente porque entodas partes se enseñaba lo contrario. Ese es un resultado característico que podemos proclamar sin vanidad, pues jamás nos hemos atribuido el mérito de ello. Los mismos escrúpulos han regido la redacción de nuestras demás obras, de modo que con absoluta verdad pudimos incluir en sus títulos la expresión según el espiritismo, porque estábamos seguros de su conformidad con la enseñanza general de los Espíritus. Lo mismo ocurre con esta, que por motivos semejantes podemos presentar como complemento de las precedentes, con excepción, sin embargo, de algunas teorías aún hipotéticas, que hemos tenido cuidado de indicar como tales, y que deben ser consideradas "simples opiniones" personales, hasta tanto sean confirmadas o rechazadas, a fin de que no pese sobre la doctrina espírita la responsabilidad de ninguna de ellas.
Asimismo, los lectores asiduos de la Revista Espírita ya deben de haber notado, bajo la forma de esbozos, la mayoría de las ideas desarrolladas en esta obra, conforme lo hemos hecho con las anteriores.
A menudo la Revista representa para nosotros un terreno de ensayo, destinado a sondear la opinión de los hombres y de los Espíritus sobre algunos principios, antes de admitirlos como partes constitutivas de la doctrina.
Comentario atribuido a Allan Kardec...
https://soyespirita.blogspot.com/2013/12/existe-un-mundo-material-al-que-van-los.html
Estados de Conciencias...
Hoy es más difícil adulterar los libros codificados, pero la propagación de "Nosso Lar y el UMBRAL" [Libro y Película], si es preocupante, y muy serio, porque demuestran un mundo Espiritual que no es lo que el Espiritismo enseña.
Se ha tratado de hacer ver que las enseñanzas de Roustaing son correctas, cuando no lo son para el espiritismo. De eso se trata la Educación Espirita, que tengamos en claro que Jean Baptiste Roustaing, fue desautorizado por Allan Kardec, por el Espíritu Erasto y por el Espíritu de Verdad. Se consideró por Allan Kardec y los Espíritus que Roustaing presentaba información Mediúmnica apócrifa. Así se hizo constar en la carta de Erasto y en las Revistas Espiritas.
67. ¿A qué se redujo el cuerpo carnal? Este es un problema cuya solución no se puede deducir, hasta nueva orden, excepto por hipótesis, ante la falta de elementos suficientes para afirmar una convicción. Esta solución, por otra parte, es de importancia secundaria y no añade nada a los méritos de Cristo, ni a los hechos que demuestran, de manera perentoria, su superioridad y su misión divina. No puede pues, haber más que opiniones personales sobre la manera como se realizó la desaparición, opiniones que solo tendrían valor si fuesen sancionadas por una lógica rigurosa y por la enseñanza general de los espíritus; ahora, hasta la presente, ninguna de las que fueron formuladas recibió la sanción de ese doble control. Si los espíritus aún no resolvieron la cuestión por la unanimidad de sus enseñanzas, es porque aún no ha llegado el momento de hacerlo, o porque aún faltan conocimientos con la ayuda de los cuales se podrá resolver personalmente. Entretanto, si la hipótesis de un robo clandestino fuera apartada, se podría encontrar por analogía, una explicación probable en la teoría del doble fenómeno del transporte y de la invisibilidad (El Libro de los Médiums, cap. IV y V) (10).