Allan Kardec - Busto de Bronce |
En el Espiritismo, la Moral se define como Bien Común. Jesús es el que nos legó este noble comportamiento. Veamos que nos dice el Libro de Los Espíritus.
Libros de Los Espíritus:
III.- Facultades morales e intelectuales
361. ¿De dónde le vienen al hombre sus cualidades morales, sean buenas o malas?
- Son las del Espíritu que se halla encarnado en él. Cuanto más puro es el Espíritu, tanto más inclinado al bien es el hombre.
361 a. De ello parecería resultar que el hombre de bien sea la encarnación de un Espíritu bueno, y el individuo vicioso, la de un Espíritu malvado…
- Sí, pero di más bien que es un Espíritu imperfecto, de otro modo se podría creer en Espíritus siempre malos, a los que llamáis demonios.
362. ¿Cuál es el carácter de las personas en quienes encarnan los Espíritus traviesos y frívolos?56
- Atolondrado, juguetón, y a veces malévolo.
56 En el original: “Esprits follets et légers”. Algunos traducen aquí por “duendes”, porque en fracés Esprit follet significa asimismo “duende”. Pero, en el presente caso, el agregado del adjetivo légers (frívolos) y la misma secuencia del tema parecen justificar esta traducción. [N. de J. H. Pires.]El Libro de los Espíritus
363. Los Espíritus ¿tienen pasiones ajenas a la humanidad?
- No. Si así fuese, vosotros también las tendríais.
364. ¿Es un mismo Espíritu el que da al hombre sus cualidades morales y las de la inteligencia?
- Seguramente 57, es el mismo, y esto en virtud del grado que ha alcanzado. El hombre no tiene en sí dos Espíritus.
57 El original francés dice : « Assurément c'est le même, et cela en raison du degré auquel il est parvenu. L'homme n'a pas deux Esprits en lui. » Assurément, equivale a « asegurar », de ahí que el sentido literal es « Seguramente », Salvador Gentile (edición de Mensaje Fraternal) utiliza el equivalente « Ciertamente ». Tal es el sentido afirmativo y no dubitativo, que pudiera traslucirse de la traducción. [N. del copista.]365. ¿Por qué hombres muy inteligentes –lo que denota en ellos un Espíritu superior- son a veces, al mismo tiempo, profundamente viciosos?
- Porque el Espíritu encarnado no es lo bastante puro y el hombre cede a la influencia de otros Espíritus que son peores aún. El Espíritu progresa por una marcha ascendente insensible, pero su adelanto no se verifica en forma simultánea en todos los sentidos. En un período puede avanzar en conocimientos. En otro, en moralidad.
366. ¿Qué pensar de la opinión según la cual las diversas facultades intelectuales y morales del hombre serían el producto de otros tantos Espíritus diferentes encarnados en él, cada uno de los cuales poseería una aptitud especial?
- Al reflexionar, se llega a la conclusión de que es absurda. El Espíritu debe poseer todas las aptitudes. Para poder progresar necesita una voluntad única. Si el hombre fuera una amalgama de Espíritus, esa voluntad no existiría y no habría en él individualidad, ya que a su muerte todos esos Espíritus serían como un montón de pájaros volando de la jaula. El hombre se queja a menudo de no comprender ciertas cosas, y es curioso ver cómo multiplica las dificultades, mientras que tiene a mano una explicación enteramente simple y natural. Una vez más es tomar el efecto por la causa. Aquéllos creían en tantos dioses como fenómenos hay en el Universo, pero entre ellos mismos las personas sensatas sólo veían en tales fenómenos efectos cuya causa era un Dios único.
Comentario de Allan Kardec: El mundo físico y el moral nos ofrecen a este respecto numerosos puntos de comparación. Se ha creído en la multiplicidad de la materia en tanto se detenían los observadores en la apariencia de los fenómenos. Hoy en día, comprendemos que esos fenómenos tan variados pueden muy bien no ser sino modificaciones de una única materia elemental. Las diversas facultades son manifestaciones de una misma causa, que es el alma o Espíritu encarnado, y no de muchas almas, así como los diferentes sonidos del órgano constituyen el producto de una misma especie de aire, y no significan que haya tantas clases de aire como sonidos existen. De esta hipótesis resultaría que cuando un hombre adquiere o pierde ciertas aptitudes o tendencias, ello se debería a otros tantos Espíritus que vienen a él o de él se marchan, lo cual lo convertiría en un ser múltiple, carente de individualidad y, en consecuencia, sin responsabilidad. Además, esto se contradice con los ejemplos tan numerosos de manifestaciones mediante las cuales los Espíritus prueban su personalidad e identidad.
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