Ahora bien quiero compartir algunas referencias de del Significado de la Biblia en los libros de nuestra Codificación Espírita.
El Libro de los Espíritus - NOTICIA DE LA OBRA 1
1 Esta “Noticia de la obra” corresponde al opúsculo intitulado “El libro de los Espíritus frente a la cultura de nuestro tiempo”, del mismo autor. [N. del copista]
Por J. Herculano Pires
La Biblia es la primera codificación de la primera revelación cristiana, el código hebraico en el que se fundieron los principios sagrados y las grandes leyendas religiosas de los pueblos antiguos. La gran síntesis de los esfuerzos de la antigüedad en dirección al Espíritu. No hay que asombrarse de que se presente ella muchas veces contradictoria e inspirando temor al hombre moderno. El evangelio constituye la codificación de la segunda revelación cristiana, la que brilla en el centro de la tríada de esas revelaciones, teniendo en la imagen de Cristo el sol que ilumina a la otras dos y que arroja luz sobre el pasado y el futuro, estableciendo entre ambas la necesaria conexión. Pero, así como en la Biblia se anunciaba ya el Evangelio, también en éste aparecía la predicción de un nuevo código: el del Espíritu de Verdad, según puede comprobarse en el Capítulo 14 del Evangelio según San Juan. Y ese nuevo código nació de las manos de Allan Kardec, bajo la orientación del Espíritu de Verdad, en el momento exacto en que el mundo se preparaba para entrar en una fase superior de su desarrollo.
Hegel nos muestra en sus lecciones de estética las monstruosas creaciones del arte oriental –figuras gigantescas, con dos cabezas y muchos brazos y piernas, y otras formas diversas- como la primera tentativa de lo Bello para dominar la materia y lograr expresarse a través de ella. La materia grosera se resiste a la fuerza del ideal, desfigurándolo en sus representaciones. Pero termina siendo domeñada y entonces aparecen en el mundo las formas equilibradas y armoniosas del arte clásico. No obstante, una vez alcanzado el máximo equilibrio posible, lo Bello rompe por sí mismo dicho equilibrio en las formas románticas y modernas del arte, buscando superar su rudo instrumento material para expresarse mejor y más libremente. Pues bien, esa grandiosa teoría hegeliana nos parece perfectamente aplicable al proceso de las revelaciones cristianas: porque de las formas aterradoras e incongruentes de la Biblia pasamos al equilibrio clásico del Evangelio, y de éste a la liberación espiritual del Libro de los Espíritus.
Cada fase de la evolución humana se cierra con una síntesis conceptual de todas sus realizaciones. La Biblia es la síntesis de la antigüedad, como el Evangelio constituye el compendio del mundo grecorromano-judaico, y El Libro de los Espíritus la síntesis del mundo moderno. Pero cada una de esas sumas no trae consigo sólo los resultados de la evolución operada, porque contiene además los gérmenes del porvenir. Y en la síntesis evangélica debemos considerar, sobre todo, la presencia del Mesías como una intervención directa de lo Alto para la reorientación del pensamiento terreno. Gracias a esa intervención los principios evangélicos pasan directamente, sin necesidad de readaptaciones o modificaciones, en su pureza primitiva, a las páginas del presente libro, como las vigas maestras de la edificación de la nueva Era.
Sin embargo, El Libro de los Espíritus no es tan sólo la piedra fundamental o el hito inicial de la nueva codificación. Porque constituye su propio esbozo, su núcleo central y al mismo tiempo el andamiaje o estructura general de la Doctrina. Si se le examina en relación con las restantes obras de Kardec que completan la codificación, se comprueba que todos esos libros tienen su punto de partida en el contenido de aquél. Podemos definir las diversas zonas del texto que corresponden a cada una de aquellas obras.
Así como en la Biblia existe el núcleo central del Pentateuco, y en el Evangelio el de la enseñanza moral de Cristo, en El Libro de los Espíritus podemos localizar una parte que se refiere a él mismo, a su propio contenido: es el conjunto de los Libros Primero y Segundo, hasta el Capítulo Cinco. Este núcleo representa, dentro del esquema general de la codificación que hallamos en la obra, la parte que le corresponde a él mismo. En cuanto a los demás, comprobamos lo siguiente:
PRIMERO: El Libro de los Médiums, secuencia natural de El Libro de los Espíritus, que trata con especialidad el aspecto experimental de la Doctrina, tiene su fuente en el Libro Segundo, a partir del Capítulo Seis y hasta el final. Toda la materia que esta parte contiene es reorganizada y ampliada en El Libro de los Médiums,en especial lo referente al Capítulo Nueve: “Intervención de los Espíritus en el mundo corpóreo”.
SEGUNDO: El Evangelio según el Espiritismoes una derivación natural del Libro Tercero, donde se estudian las leyes morales, tratando sobre todo la aplicación de los principios de la moral evangélica, así como los problemas religiosos de la adoración, la plegaria y la práctica de la caridad. Incluso encontrará el lector en esa parte las primeras formas de “Instrucciones de los Espíritus”, comunes en El Evangelio…, con la transcripción completa de comunicaciones firmadas que versan sobre asuntos evangélicos.
TERCERO: El Cielo y el Infierno deriva a su vez del Libro Cuarto, “Esperanzas y Consuelos”, en que se examinan los problemas relativos a las penas y goces terrenales y futuros, inclusive con la discusión del dogma de la eternidad de las penas y el análisis de otros dogmas, entre ellos el de la resurrección de la carne y los del Paraíso, Infierno y Purgatorio.
CUARTO: El Génesis, los Milagros y las Profecíasse relacionan con los Capítulos Dos, Tres y Cuatro del Libro Primero, y Capítulos Nueve, Diez y Once del Libro Segundo, así como con ciertos fragmentos de capítulos del Libro Tercero, que tratan problemas genésicos y de la evolución física de la Tierra. Por su amplio sentido, que abarca al propio tiempo las cuestiones de la formación y desarrollo del globo terrestre, y las atinentes a pasajes evangélicos y de la Sagrada Escritura, El Génesis…,se ramifica de una manera más difusa que los restantes libros de la codificación, dentro de la estructura de la otra Máter.
QUINTO: Los pequeños libros de introducción al estudio de la Doctrina, como El principiante Espírita 2 y ¿Qué es el Espiritismo?, que no se incluyen propiamente en la codificación, están asimismo relacionados de una manera directa con El Libro de los Espíritus,derivando de su “Introducción” y “Prolegómenos”.
2 Título se da a una edición brasileña del Capítulo II del libro ¿Qué es el Espiritismo?, publicado separadamente. [Nota de la Editora.]
- Así pues, la codificación se nos presenta como un todo homogéneo y consecuente. A la luz de ese estudio se desmoronan las tentativas de separar uno u otro libro del bloque de la codificación, como posible expresión de una forma diferente de pensamiento. Y nótese que los vínculos señalados aquí de un modo tan sólo formales pueden y deben ser aclarados en profundidad por un estudio minucioso del contenido de las diversas partes de El Libro de los Espíritus, en confrontación con las restantes obras. Tal estudio exigiría también un análisis de los textos primitivos, como la primera edición de El Libro de los Espíritus y la primera del de los Médiums y del Evangelio…, pues, conforme se sabe, todos esos libros fueron ampliados por Kardec luego de publicada la primera edición de cada uno, siempre con la asistencia y orientación de los Espíritus.
En un estudio más amplio y profundo sería posible mostrar el desarrollo de ciertos temas que, sólo planteados en El Libro de los Espíritus, encuentran solución en obras ulteriores. Es lo que se comprueba, por ejemplo, con los lazos entres Cristianismo y Espiritismo, que se definen por completo en El Evangelio…, o con el controvertido problema del origen del hombre, que tiene su explicación definitiva en El Génesis…, e incluso con las cuestiones de la Mediúmnidad, solucionadas en El Libro de los Médiums, y las teológicas y bíblicas, en El Cielo y el Infierno.
- Conviene aclarar, empero, que la ampliación de todos esos temas no significa, en ningún caso, que se modifiquen los principios asentados en el presente libro. A veces, ciertos asuntos que sólo afloran en El Libro de los Espíritus son desarrollados de tal manera en otras obras que, al leer éstas, El Libro de los Espíritus 8 tenemos la impresión de encontrar novedades. Pero lo cierto es que en aquél sólo han sido señalados en una forma sintética. Es lo que sucede, por ejemplo, con el problema de la evolución general, definida por León Denis en aquella frase célebre: “El alma duerme en el mineral, sueña en el vegetal, en el animal se agita y en el hombre despierta”. Véase, al respecto, la definición del parágrafo 540 del presente libro, que expresa: “C´est ainsi que tout sert, tout s´enchaîne dans la nature, depuis l´atome primitif jusqu´á l´archange, qui lui même a comencé par l´atome. ¡Admirable loi d´harmonie dont votre esprit borné ne peut encore saisir l´ensemble!” [“Así pues, todo sirve, todo se eslabona en la Naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo. ¡Admirable ley de la armonía, cuyo conjunto no puede aprehender aún vuestro Espíritu limitado!”]
Esta rápida apreciación de la estructura de El Libro de los Espíritus, en sus vínculos con las demás obras de la codificación, nos parece suficiente para mostrar que constituye, como dijimos al principio, en andamiaje o estructura filosófica del Espiritismo. Contiene él, según Kardec declaró en su frontispicio, “los principios de la Doctrina Espírita”.Por tanto, es su tratado filosófico. Aun cuando no haya sido elaborado en un lenguaje técnico y no observe los rigores de la exposición filosófica minuciosa, es todo un complejo y amplio sistema de filosofía en que en él se expone.
Al evaluarlo desde este punto de vista debemos tomar en cuenta que Kardec no era un filósofo, sino un educador, un especialista en pedagogía, discípulo emérito de Pestalozzi. De ahí el aspecto más bien didáctico que propiamente de exposición filosófica que imprimió al libro.
En segundo lugar, la obra no fue en rigor escrita por él mismo, sino elaborada sobre la base de las respuestas que ofrecían los Espíritus a sus preguntas, en el transcurso de sus sesiones Mediúmnicas con las niñas Boudin y Japhet, y más tarde con otros médiums. En tercer término, el libro no se destinaba a formar una escuela filosófica, a conquistar los medios especializados, sino tan sólo a divulgar los principios de la Doctrina de una manera amplia, convocando a los hombres en general al estudio de una realidad superior a todas las elucubraciones del intelecto. En cuarto lugar, el mismo Kardec tuvo el cuidado de advertir, en los “Prolegómenos”, que evitaba los prejuicios del sectarismo, según com-probamos en este fragmento, donde se refiere a la enseñanza de los Espíritus: “Ce livre est le recueil de leurs enseignements; il a été par l´ordre et sous la dictée d´Esprits superieurs pour établir les fondements d´une philosophie rationelle, degagée des prejugés de l´esprot de systeme”. [“Este libro es la recopilación de sus enseñanzas. Ha sido escrito por orden y bajo el dictado de Espíritus superiores para asentar los cimientos de una filosofía racional, libre de los prejuicios del sectarismo.”]
Conforme se ve, el propósito del libro no consistió en crear una nueva escuela filosófica, lo cual implicaría toda una rígida sistematización. Tal propósito se halla en contra del pensamiento de los modernos filósofos, como vemos, por ejemplo, en Ernest Cassirer, quien en su Antropología Filosófica, al referirse a la inconveniencia de los sistemas, expresa:“Cada teoría se convierte en un lecho de Procusto, en que los hechos empíricos son forzados a adecuarse a un padrón preconcebido”. A su vez, Max Sheller comenta: “Disponemos de una antropología científica, otra filosófica y una tercera teológica, que se ignoran mutuamente”. Kardec eludió precisamente eso, tanto más cuanto que el “espíritu de sistema” (o sectarismo) constituiría la misma negación de los objetivos de la Doctrina.
En cuanto a la cuestión del lenguaje técnico, no debemos echar al olvido que el libro se destinaba al gran público y no sólo a los especialistas. A propósito de esto podemos recordar el ejemplo de Descartes, quien escribió en francés su Discurso del Método, cuando el latín era el idioma oficial de la filosofía, porque deseaba darle mayor divulgación. A un cuando Kardec hubiese sido un filósofo especializado, el lenguaje técnico no hubiera servido a sus propósitos en esta obra.
En lo tocante al método didáctico, no sería este el primer libro de filosofía que haya acudido a él. Es posible recordar, por ejemplo, la Ética, de Spinoza. Kardec inicia el presente libro con la definición de Dios, igual que lo hace Spinoza en aquél, y si no sigue la forma geométrica de exposición, por medio de definiciones, axiomas, proposiciones y escolios (comentarios), obedece sin embargo a la forma lógica, por medio de preguntas y respuestas, intercalando glosas y explicaciones. Hay, además, curiosas similitudes de estructura, de posición, de vinculaciones históricas y de principios, entre esos dos libros –el de los Espíritus y la Ética-, lo que reclama un estudio más profundizado. Como existen asimismo semejanzas entre lo que se puede denominar la revolución cartesiana y el Espiritismo, a partir de los famosos sueños de Descartes y su convicción de haber sido inspirado por el Espíritu de Verdad. El Libro de los Espíritus 10 Yvonne Castellan, en un breve y fallido, a veces altamente injusto, pero en parte simpático estudio de la Doctrina, al referirse a El Libro de los Espíritus señala que: “El sistema es completo, y comprende una moral y una metafísica muy penetrada por consideraciones físicas o genéticas”3. En un análisis más serio hubiera descubierto la autora que la estructura es más compleja de lo que ella supuso. 3El Espiritismo, Yvonne Castellan, Compañía General Fabril Editora, S.A., Buenos Aires, 1962. [Nota de la Editora]
El libro comienza con la metafísica, pasando luego a la cosmología, la psicología, los problemas propiamente espíritas del origen y naturaleza del Espíritu y sus lazos con el cuerpo, así como los problemas de la vida post-mortem, para llegar, con las leyes morales, a la sociología y a la ética, y concluir con el Libro Cuarto con las consideraciones de índole teológica acerca de las penas y goces futuros y la intervención de Dios en la vida humana. Todo un vasto sistema, sin las exigencias opresoras o los prejuicios del “espíritu de sistema”, es una estructura libre y dinámica, en que las cuestiones son planteadas para su debate.
Acordándonos de los inicios del Cristianismo podemos decir que el Espiritismo tiene sobre él una ventaja, en lo que toca al problema filosófico. La simplicidad del Libro de los Espíritus no llega al punto de obligarnos a que adaptemos a nuestros principios sistemas antiguos, como aconteció con San Agustín y Santo Tomás, en relación con Platón y Aristóteles, para crear la llamada filosofía cristiana. El Espiritismo posee ya su propio sistema, en la forma ideal que el futuro consagrará, y cuyas ventajas hemos visto antes.
Por otra parte, es curioso observar que El Libro de los Espíritus encuadra dentro de una de las formas clásicas y más fecundamente libres de la tradición filosófica: el diálogo. Por todo esto se comprueba que Kardec, sin ser lo que se puede denominar un filósofo profesional, tenía mucha razón al afirmar, en el Capítulo Seis de la“Conclusión”, y refiriéndose al Espiritismo: “Sa force est Dans sa philosophie, Dans l´appel qu´il fait à la raison, au bon sens”.
[“Su fuerza reside en sus filosofía, en el llamado que hace a la razón y el buen sentido”.]
Veamos 2 comentarios en el libro de Génesis de la Codificación Espírita:
CAPÍTULO IV
Papel de la Ciencia acerca del Génesis
6. La biblia cuenta hechos que el razonamiento científico actual no puede aceptar u otros que nos son extraños y que rechazamos porque se refieren a costumbres que no armonizan con las nuestras. Sin embargo, seríamos parciales si no reconociésemos que encierra cosas grandes y hermosas. La biblia esconde verdades sublimes tras sus numerosísimas alegorías. Si hurgamos en ellas el absurdo desaparece y surge la verdad.
8. Si la biblia fuese una revelación divina, ¿debemos pensar que Dios se equivocó? Si no lo es, ya no posee más autoridad, y la religión se derrumbaría por carecer de base.
Se presenta esta opción: o bien la ciencia está equivocada, o bien está en lo cierto. Si tiene razón su opinión, la contraria no podrá ser verdadera, así como no hay revelación que pueda prevalecer sobre la autoridad de los hechos. Dios, que es todo verdad, no puede inducir a los hombres al error, ni a sabiendas ni ignorándolo, pues entonces no sería Dios. Si los hechos contradicen las palabras que se le atribuyen, deducimos por lógica que Él no las ha pronunciado o que han sido mal comprendidas.
Teoría de la incrustación
4. Mencionamos esta teoría a título exclusivamente informativo, ya que no se apoya en hechos científicos, pero ha tenido una cierta repercusión últimamente, seduciendo a algunas personas. Se halla resumida en la siguiente carta:
Se encontrará una disertación completa acerca de la naturaleza del Sol y de los cometas, de acuerdo a los últimos descubrimientos de la ciencia, en la obra de Camille Flammarion. Etudes et lectures sur l´Astronomie (Estudios y conferencias sobre Astronomía). [N. de A. Kardec.]
Para ampliar el tema y al respecto de la ley de decrecimiento del calor, consultar: Lettres sur les révolutions du globe, por el doctor Bertrand, antiguos alumno de la Escuela Politécnica. Esta obra, científica actual y escrita con sencillez y sin espíritu sectario, ofrece un estudio geológico de gran interés. [N. de A. Kardec.]
“Dios, según la biblia, creó al mundo en seis días, cuatro mil años antes de la era cristiana. Pero los geólogos lo ponen en duda, en razón de que los fósiles y los millares de caracteres, indudablemente vetustos, hacen remontar el origen de la Tierra a millones de años. Mas, sin embargo, ambas, las Escrituras y la Geología han dicho la verdad, y será un sencillo campesino3 quien las pondrá de acuerdo, enseñándonos que nuestra Tierra es un planeta incrustativo muy moderno, pero compuesto por materiales sumamente antiguos.
7. De la Obsesión y de la Posesión
61. El Espiritismo está fundado en la observación de hechos, resultado de las relaciones entre el mundo visible y el invisible. Estos hechos, como están en la naturaleza, se han producido en todas las pocas; y donde sobre todo abundan, es en los libros sagrados de todas las religiones, porque han servido de base a la mayor parte de las creencias.
Si la Biblia y los Evangelios ofrecen tantos pasajes obscuros, es por falta de comprensión, los cuales han sido interpretados en sentidos tan diferentes; el Espiritismo es la clave que debe facilitar su comprensión.
Deseo de todo corazón que puedas evaluar lo que he presentado, cuyo único propósito es darte opciones adicionales a las que tienes hoy día. Si, debes tener opciones porque Dios nos dio el Libre Albedrio para que decidiéramos el paso por la vida, tomando decisiones en bien común que es la Moral que Jesús nos lego. Si no tuviéramos Libre Albedrio, como podriamos decidir por hacer el bien en lugar de hacer el mal. El merito ante Dios de nuestras decisiones en Moral o bien común es valorado a tal punto que vas a activar tu crecimiento espiritual para llegar a la Pureza espiritual.