Éso es lo más difícil lograr hacer, cuándo te dispones hacer bien las cosas. Cuándo deseas hacer el bien a los demás, deberás enfrentarte a una realidad, “Amar a los que te aborrecen, a los que te desean mal, a tús enemigos, aprender a dar la otra mejilla, amar a los que te odian o aborrecen, pagar bien por mal".
No vale de nada que trates de cambiar y no enfrentes a tús enemigos.
Ver "La Moral - El Bién y el Mal y que le dijo Jesús a la Humanidad - Soy Espírita" en YouTube, frank5028, okp21
frank5028, okp21,
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TEMA : La Moral - El Bién y el Mal y que le dijo Jesús a la Humanidad - Soy Espírita, en YouTube...
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Te invito a ver y compartir mí vídeo sobre éste tema : "Escala Espírita, Activando La Moral Programa #12 Item #93 #99 Soy Espirita.wmv ," en YouTube, por Mickey Owsley, okp21 TEMA : Escala Espírita, Activando La Moral Programa #12 Item #93 #99 Soy Espirita.wmv
"Carleen Branstetter, okp21"...
"Carleen Branstetter, okp21"...
Carleen Branstetter, okp21 ♥️
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Ufff, ¿Dar la otra Mejilla, amar a los enemigos, pagar bien por mal, amar a los demás cómo me gustaría me amen a mí, ser mejor hoy que ayer?, Éso no va conmigo, éso es una utopia, éso no es posible, Frank...
Mí contestación a éste comentario irresponsable ha sido :
"Por éso tú Espíritu no adelanta, no progresa y no expia las faltas del pasado, porque dedicas tú tiempo al desquite, a desearle mal a los que te hicieron algún mal, por éso sufres, porque cada minuto de tú existencia lo dedicas en odiar a los demás y tomar venganzas, a los que te hirieron en una mejilla ...
Soy Espírita por Convicción... : Amar a tú enemigo... Significa también "Dar la otra mejilla", ¿Cómo Amar a tú enemigo? ¿Es posible doblegar tú orgullo y amar aquél que desea mal para tí ?
Nadie que no haya erradicado su Egoísmo, la Soberbia y el Orgullo en sus comportamientos, será capaz de amar a sus enemigos. Aunque todos tienen la capacidad de Amar a los demás, hasta a sús Enemigos, no lo hacen porque son vengativos, Egoístas, Orgullosos, Materialista y Soberbios. ... EMPIEZA A CORREGIR ÉSE mal COMPORTAMIENTO Y ÉSE MODO DE PENSAR Y TODO TE IRÁ BIEN EN EL RESTO DE ÉSTA EXISTENCIA...
El Orgulloso y Egoísta, no podrá AMAR a su Enemigo, hasta que no doblegue su Egoísmo, Orgullo, Soberbia y su modo de ver el bien común ...
¿Cómo puedo amar a un Enemigo? Sí aunque lo ame yo, él no me ama, ¿Es posible doblegar mí orgullo y amar aquél que desea mal para mí?. ¿Es posible aprender a dar la otra mejilla?
¡CLARO QUE PUEDES, y debes hacerlo, SIEMPRE!!!
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El ejemplo más patente y contundente, fue Jesús el nacido en Nazareth, él nos enseñó a dar la otra mejilla. No todos están dispuestos a dar la otra mejilla, por éso han existido las guerras, porque las provocan los que no están dispuestos a perdonar a los Enemigos. El que no perdona al que lo agrede en una mejilla, demuestra la intolerancia, el Orgullo y Egoismo que rodea su vida. Aunque tú no quieras dar la otra mejilla, habemos quién estemos dispuesto hacerlo. No confundas las Indulgencias con criticas. La indulgencia es descubrir a los mentirosos y a los Hipócritas, éso no es criticar éso es justicia, decirte quién es mentiroso e hipocrita. Así lo enseña el Espiritismo Verdadero.
Los brujos, Hechiceros, Adivinos, Santeros, nunca aconsejan dar la otra mejilla, porque para ellos la mejor respuesta a cuándo te agreden es la venganza, y peor aún cobrar dinero por ése mal consejo.
Éstos que cobran dinero por ésos malos consejos, debemos descubrirlos para que no sigan engañando a los demás...
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Te invito a dar la otra mejilla, a perdonar a los enemigos, a pagar bien por mal, a no hacerle a otros lo que no te gustaria te hagan a tí, a Amar a los demás cómo desearias que te amen a tí, ésas son las enseñanzas de Bien Comun...
Cada uno que viola estás sencillas reglas de la Moral Espírita enseñadas por Jesús, pagará en sufrimientos futuros a través de las expiaciones de cada falta o mal pensamiento hacía los demás, de éso se trata la Moral Espírita... ésas son las enseñanzas del Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo.
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En ocasiones son nuestros propios amigos o familiares, tus hermanos, tu papá, tu mamá o tú hijo. Es un reto que no debe postergarse nunca. Pero te sorprenderás saber cómo Jesús consideraba esto, y que en realidad no es tan difícil amar a los que nos desean mal. No podrás adelantar tú Espíritu, sí no amas a los que te desean mal, debes devolver Bien por Mal; SIEMPRE, y lo más difícil, Dar la otra Mejilla... eso sí es difícil y lamentablemente la mayoría lo evita.
Esta es una ley Espiritista justa y sabia, porque sí logras vencer tus instintos y tus intenciones son de bien común, lograrás traspasar de una vez y por todas el primer escollo en la nueva vida de tú Espíritu, dedicada al Bien Común, libre de Egoísmos, orgullos, codicias, venganzas y todos los flagelos que afectan la sociedad y a toda la humanidad umanidad, durante todas las existencias.
Es entonces, que habiendo derrotado el Egoísmo, es que ningún mal Espíritu podrá acusarte, molestarte u obsesionarte.
Pues el Libro de los Espíritus hace mención al mal y a lo que caracteriza a los Espíritus Impuros en repetidas ocasiones. Sólo lea la sección #100 en adelante para percatarse como se clasifican los Espíritus Impuros para darse cuenta que la maldad y el mal sí esta en nuestra Libros 📚 Codificados por Allan Kardec y es necesario identificar un mal comportamiento para poder identificar los Espíritus Imperfectos. ¿Cómo puede un espíritu encarnado adelantar su Espíritu sí no puede distinguir el bien del mal, y para poder hacer esa distinción, el Mal Existe y se manifiesta en todo momento que puede.
Ítem # 97.¿Hay entre los Espíritus un número determinado de órdenes o grado de perfección?
- Su número es ilimitado, porque no existe entre tales órdenes una línea de demarcación trazada como una barrera, de manera que es posible multiplicar o restringir a voluntad las divisiones. Con todo, si se consideran los caracteres generales, se puede reducir la cantidad a tres órdenes principales.
Es posible ubicar en la primera categoría a aquellos que han llegado a la perfección: los Espíritus Puros. Los del segundo orden han alcanzado la mitad de la escala: la preocupación de éstos es el deseo del bien. Los del último grado se hallan aún en lo bajo de la escala: son los Espíritus imperfectos. Se caracterizan por la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones que retrasan su desarrollo.
Ítem # 99. Los Espíritus del tercer orden, ¿son todos esencialmente malvados?
- No, los hay que no hacen ni bien ni mal. Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se hallan satisfechos cuando encuentran ocasión de practicarlo. Están, después, los Espíritus frívolos o traviesos, más revoltosos que ruines, que disfrutan más bien con los enredos que con la maldad y encuentran placer en engañar y causar pequeñas contrariedades, las que los divierte. Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones. En la última, la que está al pie de la escala, se hallan los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la tendencia al mal. Los de la segunda, en cambio, se distinguen por el predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo de realizar el bien: éstos son los Espíritus buenos. Y la primera comprende a los Espíritus puros, aquellos que han alcanzado el grado supremo de la perfección.
Ítem # 102. Décima clase: Espíritus impuros.- Son propensos al mal y éste constituye el objeto de sus preocupaciones. En cuánto Espíritus, dan consejos pérfidos, alientan la discordia y la desconfianza y adoptan todos los disfraces para engañar mejor. Se apegan a las personas de carácter lo bastante débil para ceder a sus sugestiones, y hacen esto a fin de empujarlas hacía su perdición, satisfechos de poder retrasar su progreso haciéndolas sucumbir ante las pruebas que sufren. Durante las comunicaciones se les reconoce por su lenguaje: trivialidad y grosería de las expresiones, tanto entre los Espíritus como entre los hombres, denotan siempre inferioridad moral, si no intelectiva. Sus comunicaciones denuncian la bajeza de sus inclinaciones, y sí quieren inducir a engaño expresándose de una manera sensata no pueden prolongar mucho tiempo su comedia y terminan siempre por dejar traslucir su origen. Algunos pueblos han hecho de ellos sus divinidades maléficas y otros los designan con los nombres de demonios, genios malos o Espíritus del mal.
Los seres vivientes a quienes animan, cuando se han encarnado, son propensos a cuantos vicios engendran las pasiones viles y degradantes: sensualidad y crueldad, bellaquería e hipocresía, avidez y sórdida avaricia. Practican el mal por el mero placer de hacerlo, casi siempre sin motivos para ello, y por odio al bien escogen las más de las veces a sus víctimas entre las personas honradas. Son plagas para la humanidad, sea cual fuere su clase social a que pertenezcan, y su barniz de civilizados no les exime del oprobio y la ignominia.
- Su número es ilimitado, porque no existe entre tales órdenes una línea de demarcación trazada como una barrera, de manera que es posible multiplicar o restringir a voluntad las divisiones. Con todo, si se consideran los caracteres generales, se puede reducir la cantidad a tres órdenes principales.
Es posible ubicar en la primera categoría a aquellos que han llegado a la perfección: los Espíritus Puros. Los del segundo orden han alcanzado la mitad de la escala: la preocupación de éstos es el deseo del bien. Los del último grado se hallan aún en lo bajo de la escala: son los Espíritus imperfectos. Se caracterizan por la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones que retrasan su desarrollo.
Ítem # 99. Los Espíritus del tercer orden, ¿son todos esencialmente malvados?
- No, los hay que no hacen ni bien ni mal. Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se hallan satisfechos cuando encuentran ocasión de practicarlo. Están, después, los Espíritus frívolos o traviesos, más revoltosos que ruines, que disfrutan más bien con los enredos que con la maldad y encuentran placer en engañar y causar pequeñas contrariedades, las que los divierte. Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones. En la última, la que está al pie de la escala, se hallan los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la tendencia al mal. Los de la segunda, en cambio, se distinguen por el predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo de realizar el bien: éstos son los Espíritus buenos. Y la primera comprende a los Espíritus puros, aquellos que han alcanzado el grado supremo de la perfección.
Ítem # 102. Décima clase: Espíritus impuros.- Son propensos al mal y éste constituye el objeto de sus preocupaciones. En cuánto Espíritus, dan consejos pérfidos, alientan la discordia y la desconfianza y adoptan todos los disfraces para engañar mejor. Se apegan a las personas de carácter lo bastante débil para ceder a sus sugestiones, y hacen esto a fin de empujarlas hacía su perdición, satisfechos de poder retrasar su progreso haciéndolas sucumbir ante las pruebas que sufren. Durante las comunicaciones se les reconoce por su lenguaje: trivialidad y grosería de las expresiones, tanto entre los Espíritus como entre los hombres, denotan siempre inferioridad moral, si no intelectiva. Sus comunicaciones denuncian la bajeza de sus inclinaciones, y sí quieren inducir a engaño expresándose de una manera sensata no pueden prolongar mucho tiempo su comedia y terminan siempre por dejar traslucir su origen. Algunos pueblos han hecho de ellos sus divinidades maléficas y otros los designan con los nombres de demonios, genios malos o Espíritus del mal.
Los seres vivientes a quienes animan, cuando se han encarnado, son propensos a cuantos vicios engendran las pasiones viles y degradantes: sensualidad y crueldad, bellaquería e hipocresía, avidez y sórdida avaricia. Practican el mal por el mero placer de hacerlo, casi siempre sin motivos para ello, y por odio al bien escogen las más de las veces a sus víctimas entre las personas honradas. Son plagas para la humanidad, sea cual fuere su clase social a que pertenezcan, y su barniz de civilizados no les exime del oprobio y la ignominia.
No hay ninguna duda de la existencia del Bien y el Mal. El hecho de que el diablo ni Satanás existan no elimina la posibilidad del Mal a través de los Espíritus Impuros.
No hay tal guerra entre el Diablo y Dios, no se trata de eso. Solo los religiosos definen el Bien y el Mal, como una guerra entre un ángel caído que se rebeló, y que quiso ser igual a Dios y en contra de lo establecido por Dios. Falso de toda falsedad. Pues el plan de Dios a la humanidad no fue ilustrar el concepto del bien y el mal como una lucha sin lógica. Dios es todo poderoso y no necesita sustentar su deidad con una figura maligna como la del Diablo o Satanás o la existencia del Infierno donde el castigo eterno de los malos no tiene una puerta al arrepentimiento. Sería como encontrar una falla al plan perfecto de Dios.
Pero es el concepto del que es parte del plan divino, y está expuesto en el Libro de los Espíritus como parte de la Ley Divina o Natural de Dios. Porque encarnamos con el propósito supremo de hacer el bien y no hacer lo malo. Dios nunca contemplo que el mal fuera parte del plan divino. Pero los hombres fueron los que motivados por sus orgullos y egoísmos lograron que el mal existiera. El hombre es desdichado porque se ha apartado de ello haciendo el mal.
Esta reflexión tiene el propósito de que podamos entender el plan de Dios hacia la humanidad para lograr su progreso, y esto se hará sólo cuando el hombre se disponga hacer el bien, pero hacer el bien común que es la moral que Jesús nos enseñó.
Vea nuestro vídeo sobre este tema de La Moral...
Vea nuestro vídeo sobre este tema de La Moral... https://youtu.be/oiE2oIo4hqE Libro Tercero Libro de Los Espíritus LEYES MORALES CAPÍTULO I LEY DIVINA O NATURAL ¿Qué es la ley Natural de Dios? 614. ¿Qué se debe entender por la ley Natural? - La ley natural es la ley de Dios. Es la única verdadera para la felicidad del hombre. Le indica lo que debe hacer o no hacer, y sólo es desdichado porque de ella se aparta. 615. ¿Es eterna la ley de Dios? - Es eterna e inmutable, como Dios mismo. 616. ¿Ha podido Dios prescribir a los hombres, en una época lo que les hubiera prohibido en otra? - Dios no puede equivocarse. Son los hombres los que están obligados a cambiar sus leyes, por ser ellas imperfectas. Pero las leyes de Dios son perfectas. La armonía que rige al universo material y al http://www.youtube.com/embed/oiE2oIo4hqE moral está basada sobre las leyes que Dios estableció de toda eternidad.
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Libro Tercero
Libro de Los Espíritus
LEYES MORALES
CAPÍTULO I
LEY DIVINA O NATURAL
614. ¿Qué se debe entender por la ley natural?
- La ley natural es la ley de Dios. Es la única verdadera para la felicidad del hombre. Le indica lo que debe hacer o no hacer, y sólo es desdichado porque de ella se aparta.
615. ¿Es eterna la ley de Dios?
- Es eterna e inmutable, como Dios mismo. 86
86. El mundo corporal, ¿podría dejar de existir, o no haber existido jamás, sin alterar la esencia del mundo espírita?
“Sí; son independientes. No obstante, su correlación es incesante, pues reaccionan sin cesar uno sobre otro.”
87. Los Espíritus, ¿ocupan una región determinada y circunscrita en el espacio?
“Los Espíritus están en todas partes. Los espacios infinitos se encuentran poblados por ellos hasta lo infinito. Algunos están incesantemente a vuestro lado, os observan y actúan sobre vosotros sin que lo sepáis, pues los Espíritus son uno de los poderes de la naturaleza y los instrumentos de que Dios se sirve para el cumplimiento de sus designios providenciales. Sin embargo, no todos van a todas partes, pues hay regiones vedadas a los menos adelantados.”
616. ¿Ha podido Dios prescribir a los hombres, en una época lo que les hubiera prohibido en otra?
- Dios no puede equivocarse. Son los hombres los que están obligados a cambiar sus leyes, por ser ellas imperfectas. Pero las leyes de Dios son perfectas. La armonía que rige al universo material y al universo moral está basada sobre las leyes que Dios estableció de toda eternidad.
II.- Conocimiento de la ley natural
619. ¿Ha dado Dios a todos los hombres los medios de conocer su ley?
- Todos pueden conocerla, pero no todos la comprenden. Los que la comprenden mejor son los hombres de bien y los que quieren buscarla. No obstante, todos la comprenderán algún día, porque es preciso que el progreso se cumpla.
621. ¿Dónde está escrita la ley de Dios?
- En la conciencia. (En la mente)
622. ¿Ha dado Dios a ciertos hombres la misión de revelar su ley?
- Por cierto que sí. En todo tiempo ha habido hombres que recibieron esa misión. Son Espíritus superiores que encarnan con el objeto de hacer adelantar a la humanidad.
623. Los que han pretendido instruir a los hombres en la ley de Dios, ¿no se engañaron en algunas ocasiones, extraviándolos a menudo con falsos principios?
619. ¿Ha dado Dios a todos los hombres los medios de conocer su ley?
- Todos pueden conocerla, pero no todos la comprenden. Los que la comprenden mejor son los hombres de bien y los que quieren buscarla. No obstante, todos la comprenderán algún día, porque es preciso que el progreso se cumpla.
621. ¿Dónde está escrita la ley de Dios?
- En la conciencia. (En la mente)
622. ¿Ha dado Dios a ciertos hombres la misión de revelar su ley?
- Por cierto que sí. En todo tiempo ha habido hombres que recibieron esa misión. Son Espíritus superiores que encarnan con el objeto de hacer adelantar a la humanidad.
623. Los que han pretendido instruir a los hombres en la ley de Dios, ¿no se engañaron en algunas ocasiones, extraviándolos a menudo con falsos principios?
- Aquellos que no estaban inspirados por Dios, y que por ambición se atribuyeron una misión que no les había sido concebida, seguramente han podido hacer que los hombres se extraviaran. Sin embargo, como en definitiva eran hombres geniales, incluso en medio de los errores que enseñaban se encuentran muchas veces grandes verdades.
624. ¿Cuál es la característica del auténtico profeta?
- El profeta verdadero es un hombre de bien inspirado por Dios. Se puede reconocerlo en sus palabras y en sus actos. Dios no puede servirse de los labios del mentiroso para enseñar la Verdad.
625. ¿Cuál ha sido el arquetipo más perfecto que Dios haya otorgado al hombre para servirle de guía y modelo?- Ved a Jesús.
627. Puesto que Jesús ha enseñado las genuinas leyes de Dios, ¿qué utilidad tiene la enseñanza que imparten los Espíritus? ¿Deben éstos enseñarnos algo más?
- La palabra de Jesús solía ser frecuentemente alegórica y en forma de parábolas, porque hablaba conforme a los tiempos y lugares. Ahora es necesario que la Verdad se torne inteligible para todo el mundo. Hay que explicar bien y desarrollar esas leyes, visto que existen tan pocas personas que las comprendan, y menos todavía que las practiquen. Nuestra misión consiste en impresionar los ojos y los oídos, para confundir a los orgullosos y desenmascarar a los hipócritas: esos que simulan las apariencias de la virtud y de la religión para ocultar sus propias torpezas. La enseñanza de los Espíritus ha de ser clara y sin equívocos, a fin de que nadie pueda pretextar ignorancia y que cada cual esté en condiciones de juzgarla y evaluarla con su propia razón. Estamos encargados de preparar el Reino de Dios cuyo advenimiento anunció Jesús. Por eso es necesario que no pueda cada cual interpretar la ley de Dios con arreglo a sus pasiones, ni falsear el sentido de una ley que es toda ella amor y caridad.
624. ¿Cuál es la característica del auténtico profeta?
- El profeta verdadero es un hombre de bien inspirado por Dios. Se puede reconocerlo en sus palabras y en sus actos. Dios no puede servirse de los labios del mentiroso para enseñar la Verdad.
625. ¿Cuál ha sido el arquetipo más perfecto que Dios haya otorgado al hombre para servirle de guía y modelo?- Ved a Jesús.
627. Puesto que Jesús ha enseñado las genuinas leyes de Dios, ¿qué utilidad tiene la enseñanza que imparten los Espíritus? ¿Deben éstos enseñarnos algo más?
- La palabra de Jesús solía ser frecuentemente alegórica y en forma de parábolas, porque hablaba conforme a los tiempos y lugares. Ahora es necesario que la Verdad se torne inteligible para todo el mundo. Hay que explicar bien y desarrollar esas leyes, visto que existen tan pocas personas que las comprendan, y menos todavía que las practiquen. Nuestra misión consiste en impresionar los ojos y los oídos, para confundir a los orgullosos y desenmascarar a los hipócritas: esos que simulan las apariencias de la virtud y de la religión para ocultar sus propias torpezas. La enseñanza de los Espíritus ha de ser clara y sin equívocos, a fin de que nadie pueda pretextar ignorancia y que cada cual esté en condiciones de juzgarla y evaluarla con su propia razón. Estamos encargados de preparar el Reino de Dios cuyo advenimiento anunció Jesús. Por eso es necesario que no pueda cada cual interpretar la ley de Dios con arreglo a sus pasiones, ni falsear el sentido de una ley que es toda ella amor y caridad.
628. ¿Por qué la Verdad no ha sido puesta siempre al alcance de todo el mundo?
- Precisa que cada cosa venga a su debido tiempo. La Verdad es como la luz: hay que habituarse a ella poco a poco, de lo contrario deslumbra.
¿Qué ES EL BIEN, O QUE ES HACER EL BIEN?
Si consideras que hacer bien no es solo que a ti te beneficie, eso es bien a medias según nuestra Filosofía Espírita, el bien que se realiza debe ser SIEMPRE, Bien Común, o sea lo que tu consideras es bien, debe serlo también para los demás, pues si solo te beneficia a tí eso es egoísmo, pero si beneficia tanto a tí como a los demás, eso es bien común.
Se es bueno o se es malo en las acciones, sí; porque creo que lo que hay en lo profundo del corazón siempre es bien. Pero como lo más fácil es hacer el mal, y satisfacer por consiguiente sus egoísmos y orgullo, pues esto mismo imposibilita reconocer que es un ser bueno. Pero esto es solo mi opinión, veamos lo que dijeron los Espíritus de La Codificación Espírita en lo que sin lugar a dudas es la base de la Filosofía Espírita que no es otra cosa definida como bien común.
Porque tanto marullo en desarrollar nuestras vidas en todo lo contrario al bien. Si hacer el bien sería lo que aliviaría todas las cosas en la vida. Pero se le da más énfasis al mal que es lo que corrompe, lo que nos atrasa espiritualmente. Si las reglas del juego es hacer mal para de ahí lograr hacer el bien, pues esta reflexión es para definir esto.
III.- El bien y el mal
629. ¿Qué definición se puede dar de la Moral?
- La Moral es la regla para conducirse bien, vale expresar, la distinción entre el bien y el mal. Se basa en la observancia de la ley de Dios. El hombre se comporta bien cuando hace todo con miras al bien de todos, porque en tal caso está observando la ley de Dios.
630. ¿Cómo podemos distinguir el bien del mal?
- El bien es todo aquello que está de acuerdo con la ley de Dios, y el mal, todo lo que de ella se aparta. Así pues, realizar el bien es conformarse a la ley de Dios. Hacer el mal, infringir dicha ley.
631. ¿Tiene el hombre, de por sí, los medios para distinguir lo que está bien de aquello otro que está mal?
- Sí, cuando cree en Dios y quiere saberlo. Dios le ha concedido la inteligencia para discernir lo uno de lo otro.
629. ¿Qué definición se puede dar de la Moral?
- La Moral es la regla para conducirse bien, vale expresar, la distinción entre el bien y el mal. Se basa en la observancia de la ley de Dios. El hombre se comporta bien cuando hace todo con miras al bien de todos, porque en tal caso está observando la ley de Dios.
630. ¿Cómo podemos distinguir el bien del mal?
- El bien es todo aquello que está de acuerdo con la ley de Dios, y el mal, todo lo que de ella se aparta. Así pues, realizar el bien es conformarse a la ley de Dios. Hacer el mal, infringir dicha ley.
631. ¿Tiene el hombre, de por sí, los medios para distinguir lo que está bien de aquello otro que está mal?
- Sí, cuando cree en Dios y quiere saberlo. Dios le ha concedido la inteligencia para discernir lo uno de lo otro.
Esto es la Moral de Jesús
632. El hombre, sujeto como está al error, ¿no puede equivocarse en la evaluación del bien y el mal, y creer que hace bien cuando en realidad está haciendo mal?
- Jesús os lo dijó: Ved lo que quisierais que se os hiciese o no se os hiciese. Todo está allí. No os equivocaréis.
633. La regla del bien y el mal, que podríamos denominar de reciprocidad o de solidaridad, no se puede aplicar a la conducta personal del hombre para consigo mismo. ¿Encuentra él en la ley natural la regla de esa conducta y un guía seguro?
- Cuando coméis en exceso, esto os daña. Pues bien, Dios os está dando la medida de lo que necesitáis. Si la rebasáis, sois castigados. Lo mismo ocurre con todo. La ley natural traza al hombre la frontera de sus necesidades. Cuando la traspone, es castigado mediante el sufrimiento. Si el hombre escuchara en todas las cosas esa voz que le dice basta, evitaría la mayor parte de los males que acusa a la Naturaleza.
634. ¿Por qué está el mal en la índole de las cosas? Me refiero al mal moral. ¿No podía Dios crear a la humanidad en mejores condiciones?
632. El hombre, sujeto como está al error, ¿no puede equivocarse en la evaluación del bien y el mal, y creer que hace bien cuando en realidad está haciendo mal?
- Jesús os lo dijó: Ved lo que quisierais que se os hiciese o no se os hiciese. Todo está allí. No os equivocaréis.
633. La regla del bien y el mal, que podríamos denominar de reciprocidad o de solidaridad, no se puede aplicar a la conducta personal del hombre para consigo mismo. ¿Encuentra él en la ley natural la regla de esa conducta y un guía seguro?
- Cuando coméis en exceso, esto os daña. Pues bien, Dios os está dando la medida de lo que necesitáis. Si la rebasáis, sois castigados. Lo mismo ocurre con todo. La ley natural traza al hombre la frontera de sus necesidades. Cuando la traspone, es castigado mediante el sufrimiento. Si el hombre escuchara en todas las cosas esa voz que le dice basta, evitaría la mayor parte de los males que acusa a la Naturaleza.
634. ¿Por qué está el mal en la índole de las cosas? Me refiero al mal moral. ¿No podía Dios crear a la humanidad en mejores condiciones?
- Ya te lo hemos dicho. Los Espíritus fueron creados simples e ignorantes (ver párrafo 115).
115 Tenemos en esta respuesta, de una manera clara y precisa, una exposición sucinta de lo que podemos denominar la dinámica espírita del perfeccionamiento humano. Por medio de las caídas y de las advertencias, de los riesgos corridos y de la ayuda de los buenos Espíritus, el hombre de buena voluntad irá venciendo sus malas inclinaciones y preparándose, ya en esta existencia, para una vida mejor en el futuro. Muy al contrario de desalentarnos, nuestras caídas deben ser transformadas en peldaños de la escala de nuestro mejoramiento espiritual. Conforme se advertirá, la “auto-salvación” de que nos acusan algunos religiosos no es más que el desarrollo de la voluntad y de la razón del Ser, bajo la dispensa de la gracia de Dios y mediante sus mensajeros, los Espíritus buenos. [N. de J. H. Pires.]
115 Tenemos en esta respuesta, de una manera clara y precisa, una exposición sucinta de lo que podemos denominar la dinámica espírita del perfeccionamiento humano. Por medio de las caídas y de las advertencias, de los riesgos corridos y de la ayuda de los buenos Espíritus, el hombre de buena voluntad irá venciendo sus malas inclinaciones y preparándose, ya en esta existencia, para una vida mejor en el futuro. Muy al contrario de desalentarnos, nuestras caídas deben ser transformadas en peldaños de la escala de nuestro mejoramiento espiritual. Conforme se advertirá, la “auto-salvación” de que nos acusan algunos religiosos no es más que el desarrollo de la voluntad y de la razón del Ser, bajo la dispensa de la gracia de Dios y mediante sus mensajeros, los Espíritus buenos. [N. de J. H. Pires.]
Dios deja al hombre que escoja el camino: tanto peor para él si opta por el malo… En tal caso, su peregrinaje será más largo. Si no hubiera montañas, el hombre no podría comprender que es posible ascender y descender, y si no hubiese rocas no comprendería que existen cuerpos duros. Precisa que el Espíritu coseche experiencia, y para esto hace falta que conozca el bien y el mal. Por eso existe la unión del Espíritu con el cuerpo (ver párrafo 119).
119. ¿No podría Dios eximir a los Espíritus de las pruebas que han de sufrir para llegar al primer orden?
- Si hubieran sido creados perfectos no tendrían méritos para disfrutar de los beneficios de esa perfección. ¿Dónde residiría el mérito, de no existir la lucha? Por otra parte, la desigualdad que entre ellos existe es necesaria a su personalidad. Además, la misión que cumplen en los diferentes grados está dentro de las miras de la Providencia, a los fines de mantener la armonía del Universo.
Kardec Comentó: Puesto que en la vida social todos los hombres pueden llegar a los primeros puestos de la función pública, cabría preguntar por qué el soberano de un país no asciende a general a cada soldado raso, por qué todos los empelados subalternos de la administración no pasan a ser funcionarios superiores y por qué, en suma, todos los escolares no se convierten en maestros. Ahora bien, una diferencia existe entre la vida social y la espiritual, y es que la primera es limitada y no permite siempre al individuo ascender todos los peldaños, al paso que la segunda no tiene límites, ofreciendo a cada cual la posibilidad de elevarse hasta el primer rango.
119. ¿No podría Dios eximir a los Espíritus de las pruebas que han de sufrir para llegar al primer orden?
- Si hubieran sido creados perfectos no tendrían méritos para disfrutar de los beneficios de esa perfección. ¿Dónde residiría el mérito, de no existir la lucha? Por otra parte, la desigualdad que entre ellos existe es necesaria a su personalidad. Además, la misión que cumplen en los diferentes grados está dentro de las miras de la Providencia, a los fines de mantener la armonía del Universo.
Kardec Comentó: Puesto que en la vida social todos los hombres pueden llegar a los primeros puestos de la función pública, cabría preguntar por qué el soberano de un país no asciende a general a cada soldado raso, por qué todos los empelados subalternos de la administración no pasan a ser funcionarios superiores y por qué, en suma, todos los escolares no se convierten en maestros. Ahora bien, una diferencia existe entre la vida social y la espiritual, y es que la primera es limitada y no permite siempre al individuo ascender todos los peldaños, al paso que la segunda no tiene límites, ofreciendo a cada cual la posibilidad de elevarse hasta el primer rango.
Elección de las pruebas
258. En el estado errante, antes de comenzar una nueva existencia Corporal, ¿tiene el Espíritu conciencia y previsión de lo que habrá de sucederle durante la vida?“Él mismo escoge la clase de pruebas que quiere sufrir. En eso consiste su libre albedrío.”
[258a] – Entonces, ¿no es Dios quien le impone las tribulaciones de la vida como castigo?
“Nada sucede sin el permiso de Dios, pues es Él quienha establecido las leyes que rigen el universo. ¡Preguntad,pues, por qué ha hecho tal ley en vez de otra! Al dar alEspíritu la libertad de elegir, Dios le deja la responsabilidad completa de sus actos y de las consecuencias de estos. Nada obstaculiza su porvenir. Puede optar por seguir el camino del bien o el del mal. Pero si sucumbe, le queda un consuelo: no todo terminó para él, pues Dios, en su bondad, le deja la libertad para que recomience lo que hizo mal. Por otra parte, es necesario distinguir lo que es obra de la voluntad de Dios, de lo que es obra de la voluntad del hombre. Si un peligro os amenaza, no habréis sido vosotros quienes lo crearon, sino Dios. No obstante, vuestra fue la voluntad de exponeros a ese peligro, porque habéis visto en él un medio para vuestro progreso, y Dios lo ha permitido.”
259. Si el Espíritu elige la clase de pruebas que deberá sufrir, ¿se sigue de ahí que todas las tribulaciones que experimentamos en la vida fueron previstas y elegidas por nosotros?
“Todas no es la palabra, porque no se puede decir que vosotroshabéis elegido y previsto todo lo que os sucede enel mundo, hasta las más mínimas cosas. Elegisteis la clasede pruebas; los detalles son consecuencia de la posición enque os encontráis y, a menudo, de vuestras propias acciones.Si el Espíritu, por ejemplo, quiso nacer entre malhechores,sabía a qué tentaciones se exponía, pero ignorabacada uno de los actos que llevaría a cabo. Esos actos sonel efecto de su voluntad y de su libre albedrío. El Espíritusabe que al elegir un camino tendrá que sufrir determinadotipo de lucha. Conoce, pues, la naturaleza de las vicisitudescon las que se encontrará, pero ignora si un acontecimientose producirá antes que otro. Los pormenores nacende las circunstancias y de la fuerza de las cosas. Sólo sepueden prever los acontecimientos importantes, aquellosque influyen en el destino. Si sigues un camino escarpado,sabes que habrás de tomar grandes precauciones, porquetienes posibilidades de caer. No obstante, no sabes en quépunto caerás, y existe la posibilidad de que no caigas sieres suficientemente prudente. Si al pasar por la calle tecae una teja en la cabeza, no creas que estaba escrito, comovulgarmente se dice.”
260. ¿Cómo es posible que el Espíritu quiera nacer entre personas de mala vida?
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx“Es preciso que sea enviado a un medio en el que puedasufrir la prueba que ha pedido. ¡Así es! Tiene que haberanalogía. Para luchar contra el instinto de la delincuencia,es necesario que el Espíritu se encuentre entre personasde esa clase.”
[260a] – Si en la Tierra no hubiera personas de mala vida, el Espíritu no encontraría aquí el medio necesario para sufrir ciertas pruebas.
“¿Acaso deberíamos quejarnos por ello? Es lo que sucedeen los mundos superiores, donde el mal no tiene acceso.Por esta razón en esos mundos sólo hay Espíritus buenos.Haced que pronto suceda lo mismo en vuestra Tierra.”
261. El Espíritu, en las pruebas que debe sufrir para alcanzar la perfección, ¿debe experimentar las diversas clases de tentaciones; debe pasar por todas las circunstancias que pueden excitar en él el orgullo, la envidia, los celos, la avaricia, la sensualidad, etc.?
“Por cierto que no, pues sabéis que hay Espíritus quesiguen, desde el comienzo, un camino que los exime demuchas pruebas. Con todo, el que se deja llevar por el camino del mal corre todos los peligros que hay en él. Si unEspíritu, por ejemplo, pide riqueza, se le podrá conceder.Entonces, conforme a su carácter, podrá volverse avaro opródigo, egoísta o generoso, o bien se entregará a todoslos goces de la sensualidad. Sin embargo, eso no quieredecir que deba pasar forzosamente por toda esa serie deinclinaciones.”
262. ¿De qué modo el Espíritu, que en su origen es simple, ignorante y carece de experiencia, puede elegir una existencia con conocimiento de causa, y ser responsable de esa elección?
“Dios suple su inexperiencia al señalarle el camino que debe seguir, como haces tú con un niño desde la cuna. No obstante, poco a poco lo deja ser dueño de elegir, a medida que su libre albedrío se desarrolla. En ese caso, si no escucha los consejos de los Espíritus buenos, suele extraviarse y seguir el camino del mal. A esto se lo puede llamar la caída del hombre.”
[262a] – Cuando el Espíritu goza de su libre albedrío, la elección de la existencia corporal, ¿depende siempre, en forma exclusiva, de su voluntad, o bien la voluntad de Dios puede imponerle esa existencia como expiación?
“Dios sabe esperar; no apresura la expiación. Sin embargo,Él puede imponerle una existencia a un Espíritu cuandoeste, por su inferioridad o su mala voluntad, no es aptopara comprender lo que sería más saludable para sí mismo,y cuando ve que esa existencia puede servir para queel Espíritu se purifique y progrese, al mismo tiempo queencuentra en ella una expiación.”
263. El Espíritu, ¿hace su elección inmediatamente después de la muerte?
“No, muchos creen en la eternidad de las penas; lo cual,como ya se os ha dicho, es un castigo.”
264. ¿Qué es lo que dirige al Espíritu en la elección de las pruebas que desea sufrir?
“El Espíritu elige las pruebas que pueden ser para él unaexpiación –por la naturaleza de sus faltas– y que lo hacenadelantar más deprisa. Así pues, algunos se imponen unavida de miseria y privaciones para tratar de soportarla convalor. Otros quieren probarse mediante las tentaciones dela fortuna y el poder, mucho más peligrosas, por el abusoy el mal uso que se puede hacer de ellos, así como por las pasiones malas que fomentan. Otros, por último, quierenprobarse mediante las luchas que habrán de sostener encontacto con el vicio.”
265. Si algunos Espíritus eligen el contacto con el vicio como prueba, ¿los hay que lo eligen por simpatía y por el deseo de vivir en un medio acorde con sus gustos, o para poder entregarse sensualmente a inclinaciones materiales?
“Los hay, es cierto, pero sólo son los Espíritus cuyo sentidomoral aún se encuentra poco desarrollado. La prueba vienepor sí misma y la sufren por más tiempo. Tarde o tempranocomprenden que la satisfacción de las pasiones brutales genera en ellos consecuencias deplorables, que habrán de sufrir durante un tiempo que les parecerá eterno. Dios podrádejarlos en ese estado hasta que hayan comprendido su falta y por sí mismos pidan rescatarla mediante pruebas útiles.”
266. ¿No parece natural que se elijan las pruebas menos penosas?
Xxxxxxxxxxxxxxxxxx“A vosotros sí os parece natural; al Espíritu, no. Cuando está desprendido de la materia, cesa la ilusión y piensa de otro modo.”
El hombre, en la Tierra y bajo la influencia de las ideas carnales, sólo ve el lado penoso de esas pruebas. Por eso le parece natural elegir lasque desde su punto de vista pueden combinarse con los goces materiales. En cambio, en la vida espiritual compara esos goces fugaces y groseros con la felicidad inalterable que entrevé y, a partir de ese momento, ¿qué le hacen algunos dolores pasajeros? De ese modo, el Espíritu puede elegir la más ruda de las pruebas y, por consiguiente,la existencia más penosa, con la esperanza de llegar más rápido a un estado mejor, así como el enfermo suele elegir el remedio más desagradable para curarse lo antes posible. Quien pretende vincular su nombre al descubrimiento de un país desconocido, no elige un camino lleno de flores. Conoce los peligros que corre, pero tambiénsabe que lo aguarda la gloria en caso de que tenga éxito. La doctrina de la libertad en la elección de nuestras existencias y de las pruebas que debemos sufrir deja de parecer extraordinaria si consideramos que los Espíritus, desprendidos de la materia, evalúan las cosas de una manera diferente a como nosotros lo hacemos. Divisan elobjetivo, que para ellos es mucho más serio que los goces fugaces del mundo. Después de cada existencia, al ver el paso que han dado, comprenden cuánto les falta purificarse aún para alcanzar dicho objetivo. Por ese motivo, se someten de manera voluntaria a las vicisitudes dela vida corporal, y piden por sí mismos las que puedan hacerlos llegar más rápidamente. Así pues, no hay razón para el asombro cuando se ve que el Espíritu no prefiere la existencia más placentera. En su estado de imperfección, no podría disfrutar esa vida exenta de amarguras. Como la entrevé, procura mejorar para alcanzarla. Por otra parte, ¿no tenemos a diario, ante nuestros ojos, ejemplos de elecciones semejantes? El hombre que trabaja durante parte de su vida, sin tregua ni descanso, para reunir aquello que le proporcione Bbienestar, ¿qué hace sino imponerse una tarea con miras a un porvenir mejor? El militar que se ofrece para una misión peligrosa, el viajero que enfrenta desafíos no menos difíciles en interés de la ciencia o de su propia fortuna, ¿qué hacen sino someterse a pruebas voluntarias que deben proporcionarles honor y ganancias si logran superarlas? ¿A cuántas cosas no se somete o se expone el hombre con miras a su interés o su gloria? Los concursos, ¿no son también pruebas voluntariasa las que se somete para avanzar en la carrera que eligió? No se alcanza una posición social importante en las ciencias, las artes o la industria, si no se pasa por la serie de posiciones inferiores que son otras tantas pruebas. En ese sentido, la vida humana es el calco de la vida espiritual, pues en esta vida encontramos, en pequeño, las mismas peripecias que en la otra. Así pues, si en la vida solemos elegir las más rudas pruebas con miras a un objetivo más elevado, ¿por qué el Espíritu, que ve más lejos que el cuerpo y para el cual la vida corporal no es más que un incidente fugaz, no habría de elegir una existencia penosa y difícil si ella lo conducirá a la felicidad eterna? Los que dicen que –si el hombre pudiera elegir su existencia– pedirían ser príncipes o millonarios, son como los miopes que sólo ven lo que tocan, ocomo esos niños golosos que, cuando se les pregunta qué profesión les gusta más, responden: pastelero o confitero. El viajero que se encuentra en medio del valle oscurecido por la niebla, no ve la extensión ni los extremos del sendero. En cambio, cuando llega a la cima de la montaña, abarca el camino recorrido y el que le queda por recorrer. Divisa su objetivo, los obstáculos queaún no superó, y planea con mayor seguridad los medios necesarios para llegar a la meta. El Espíritu encarnado es como el viajero al piede la montaña. Pero una vez liberado de los lazos terrenales, domina el paisaje como quien se encuentra en la cúspide. Para el viajero, elobjetivo es el reposo después del cansancio. Para el Espíritu, es la dicha suprema después de las tribulaciones y las pruebas. Los Espíritus manifiestan que en el estado errante buscan, estudian, observan para hacer su elección. ¿Acaso no tenemos un ejemplo de ese hecho en la vida corporal? ¿No solemos buscar durante años lacarrera que luego elegimos libremente, porque consideramos que es la más adecuada para hacernos avanzar en nuestro camino? Sifracasamos en una, buscamos otra. Cada carrera que emprendemos constituye una etapa, un período de la vida. ¿No empleamos cadadía para planear lo que haremos al día siguiente? Ahora bien, ¿qué son para el Espíritu las diversas existencias corporales, sino etapas, períodos, días de su vida espírita que, como sabemos, es su vidanormal, puesto que la vida corporal sólo es transitoria y pasajera?
267. El Espíritu, ¿podría hacer su elección durante el estado corporal?
“Su deseo puede influir, lo cual depende de la intención. Noobstante, cuando es Espíritu suele ver las cosas de un modomuy diferente. En todos los casos es el Espíritu el que elige.Con todo, vuelvo a repetírtelo, el Espíritu puede hacer suelección en la vida material, pues siempre hay momentos enque se independiza de la materia en que habita.”
[267a] – Muchas personas desean grandeza y riquezas, y por cierto no las buscan como expiación ni como prueba.
“No cabe duda. La materia desea esa grandeza para disfrutar de ella. El Espíritu la desea para conocer sus vicisitudes.”
268. Hasta que llega al estado de pureza perfecta, ¿debe el Espíritu sufrir pruebas de modo constante?
“Sí, pero no son pruebas tal como vosotros las entendéis.Vosotros llamáis pruebas a las tribulaciones materiales.Ahora bien, cuando el Espíritu llega a ciertogrado –aunque todavía no sea perfecto– ya no tiene quesufrir esas pruebas. No obstante, siempre tiene deberesque lo ayudan a perfeccionarse y no le resultan penososen modo alguno, aunque más no sea el de ayudar aotros a perfeccionarse.”
269. El Espíritu, ¿puede equivocarse respecto a la eficacia de la prueba que ha elegido?
“Puede elegir una que sea superior a sus fuerzas, en cuyocaso sucumbe. También puede elegir una que no le aproveche en absoluto, como, por ejemplo, si busca un género de vida ociosa e inútil. Sin embargo, en ese caso, cuando vuelve al mundo de los Espíritus, se percata de que no ganó nada y pide recuperar el tiempo perdido.”
270. ¿A qué obedecen las vocaciones de determinadas personas y su voluntad de seguir una carrera con preferencia a otras?
“Me parece que vosotros mismos podéis responder esapregunta. ¿No es la consecuencia de cuanto hemos dichoacerca de la elección de las pruebas y del progreso cumplidoen una existencia anterior?”
271. En el estado errante, cuando el Espíritu estudia las diversas condiciones en que podría progresar, ¿cómo piensa hacerlo si nace, por ejemplo, en un pueblo de caníbales?
“Los Espíritus que ya están adelantados no nacen entrecaníbales, pero sí lo hacen Espíritus de la misma naturalezaque los caníbales, o inferiores a ellos.”
Sabemos que nuestros antropófagos no se encuentran en el último grado de la escala. Hay mundos en los que el embrutecimiento y la ferocidad no tienen analogía en la Tierra. Esos Espíritus son, pues, inferiores a los más inferiores de nuestro mundo. Nacer entre nuestros salvajes es para ellos un progreso, así como sería un progreso para nuestros antropófagos ejercer entre nosotros una profesión que los obligara a derramar sangre. Si no ponen la mira en algo más elevado es porque su inferioridad moral no les permite comprender un progreso más completo. El Espíritu sólo puede adelantar en forma gradual. No puede atravesar de un salto la distancia que separa a la barbarie de la civilización. Y en esto vemos una de las necesidades de la reencarnación, que está en un todo de acuerdo con la justicia de Dios. De lo contrario, ¿qué sería de los millones de seres que mueren a diario en el último estado de degradación, si no tuvieran los medios de alcanzar un nivel superior? ¿Por qué Dios los habría desheredado de los favores que concede a los demás hombres?
272. Los Espíritus que vienen de un mundo inferior a la Tierra, o que pertenecen a un pueblo muy atrasado, como los caníbales por ejemplo, ¿podrían nacer en nuestros pueblos civilizados?
“Sí. Algunos de ellos se extravían al querer elevarse demasiado. No obstante, en ese caso, se sienten desubicados entre vosotros, porque tienen costumbres e instintos que entran en conflicto con los vuestros.”
Esos seres nos ofrecen el triste espectáculo de la ferocidad en medio de la civilización. Volver a encarnar entre caníbales no será para ellos un retroceso, pues no harán más que retomar el lugar que les es propio, y tal vez obtengan allí un mayor beneficio para sí mismos.
273. Un hombre que pertenece a una raza civilizada, ¿podría, por expiación, reencarnar en una raza salvaje?
“Sí, pero eso depende del género de expiación. Un amo queha sido duro con sus esclavos podrá a su vez ser esclavo ysufrir los malos tratos que infligió. El que daba órdenes enuna época puede, en una nueva existencia, obedecer a aquellos mismos que se sometían a su voluntad. Si abusó de su poder, se trata de una expiación, y Dios puede imponérsela. Por otra parte, un Espíritu bueno también puede elegir una existencia en la que influya sobre esos pueblos, para hacerlos adelantar. En ese caso, se trata de una misión.”
635. La diversidad de posiciones sociales crea nuevas necesidades, que no son las mismas para todos los hombres. La ley natural parecería, pues, no ser una regla uniforme…
- Esas diferentes posiciones existen en la Naturaleza, y según la ley del progreso. Ello no impide la unidad de la ley natural, que se aplica a todo.
Kardec Comenta: Las condiciones de existencia del hombre cambian según los tiempos y lugares. De esto resultan para él necesidades diferentes y posiciones sociales apropiadas a tales necesidades. Puesto que esa diversidad está en el orden de las cosas, es conforme a la ley de Dios, y dicha ley no deja de ser por ello una en su principio. Cabe a la razón distinguir las necesidades reales de aquellas otras que son ficticias o producto de convencionalismos.
636. El bien y el mal ¿son absolutos para todos los hombres?
- La ley de Dios es la misma para todos. Pero el mal depende, en especial, de la voluntad de hacerlo que se tenga. El bien es siempre bien, y el mal sigue siendo mal, sea cual fuere la posición en que el hombre es encuentre. La diferencia reside en el grado de responsabilidad.90
NOTA de Frank Montañez : "(No apoyo ningún comentario de Herculano Pires, que mutila las enseñanzas del Espiritismo.)"
637. El salvaje que cede a su instinto al nutrirse de carne humana ¿es culpable?
- He dicho que el mal depende de la voluntad. Pues bien, el hombre es cada vez más culpable, a medida que va sabiendo mejor lo que hace.
Las circunstancias dan al bien y al mal una gravedad relativa. El hombre comete a menudo faltas que, por ser el resultado de la posición en que lo colocó la sociedad, no por ello son menos reprensibles. Pero su responsabilidad está proporcionada a los medios que posee de comprender el bien y el mal. Así pues, el hombre esclarecido que comete una simple injusticia es más culpable, a los ojos de Dios, que el ignorante salvaje que se entrega a sus instintos.
638. El mal parece ser, a veces, una consecuencia de la fuerza de las circunstancias. Tal es, por ejemplo, en ciertos casos, la necesidad de destrucción, incluso de destrucción de un semejante. ¿Se puede entonces afirmar que haya infracción a la ley de Dios?
- No deja de ser el mal porque sea necesario. Pero esa necesidad desaparece conforme el alma se va depurando al pasar de una existencia a otra. Y entonces el hombre es más culpable de él, cuando lo comete, por el hecho de que lo comprende mejor.
639. El mal que hacemos ¿no es con frecuencia el resultado de la posición en que nos han puesto los demás hombres? Y en tal caso, ¿cuáles son los más culpables?
- El mal recae sobre aquel que lo ha causado. De esta manera, el hombre que es llevado al mal por la posición en que sus semejantes lo han colocado, es menos culpable que estos últimos, que han sido su causa. Porque cada cual será penado no sólo por el mal que haya hecho, sino además por el que haya provocado.
640. El que no hace mal, pero se beneficia con el mal cometido por otro, ¿tiene el mismo grado de culpabilidad?
- Es como si lo ejecutara él mismo. Beneficiarse con él equivale a participar de él. Quizá hubiera retrocedido ante la acción directa, pero si al encontrarla hecha la utiliza, es porque la aprueba y la hubiera realizado él mismo si hubiese podido, o si se hubiera atrevido.
641. El deseo del mal, ¿es tan reprensible como el mal mismo?
- Según. Hay virtud en resistir voluntariamente al mal cuyo deseo se experimenta, sobre todo cuando se tiene la posibilidad de satisfacer dicho deseo. Pero, si lo que falta es sólo la ocasión, entonces se es culpable.
642. ¿Basta con no hacer el mal para ser grato a Dios y asegurarse tal situación en el porvenir?
- No. Hay que realizar el bien, dentro del límite de las propias fuerzas. Porque cada cual responderá de todo el mal que haya hecho a causa del bien que él no realizó.
643. ¿Hay personas que, debido a la posición en que se hallan, no tengan posibilidad de practicar el bien?
- No existe nadie que no pueda hacer bien. Sólo el egoísta no encuentra jamás ocasión para ello. Basta estar en relación con otros hombres para hallar oportunidades de realizar el bien, y cada día de la vida concede esta posibilidad a quienquiera no esté cegado por el egoísmo. Porque practicar el bien no es sólo ser caritativo, sino además útil, en la medida del poder que se tenga, cada vez que nuestra ayuda pueda resultar necesaria.
644. El medio en el cual ciertos hombres se hallan ubicados ¿no es para ellos el motivo principal de muchos vicios y delitos?
- Sí, pero incluso en ello hay una prueba escogida por el Espíritu en estado de libertad. Él ha querido exponerse a la tentación a fin de ganarse el mérito de resistirla.
645. Cuando el hombre está en cierto modo sumergido en la atmósfera del vicio, ¿no se torna el mal, para él, en una fuerza que lo arrastra, casi irresistiblemente?
- “Fuerza que lo arrastra”, sí, pero “irresistiblemente”, no. Porque aun en medio de esa atmósfera viciosa encuentras a veces grandes virtudes. Éstas son la expresión de Espíritus que han tenido la fortaleza de resistir y a quienes, al mismo tiempo, les ha cabido la misión de ejercer una buena influencia sobre sus semejantes.
646. El mérito del bien que se realiza ¿está subordinado a ciertas condiciones? Dicho de otro modo, ¿hay diversos grados en el mérito del bien?
- El mérito del bien reside en la dificultad. No lo hay cuando se practica el bien sin trabajo y sin que cueste nada. Dios tiene más en cuenta al pobre que comparte su único mendrugo, que al rico que sólo da lo que le sobra. Jesús lo dijo, a propósito del óbolo de la viuda.
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Reflexión Final:
La Moral Espírita esta basada en la Regla de Oro de Las enseñanzas de Jesús y esta muy bien definido el Bien y el Mal en este artículo. Pero pregunto: ¿Por qué tanto problema en no hacer el bien y sí; el mal?. ¿Qué hace que tu comportamiento pueda no ser en bien, sino en el mal?
No hay duda de que cuando se hace el mal, la persona no está aún moralizada, camina por la vida sin importarle los verdadero valores que nos distinguen de los animales, el que hace practica la sensualidad desfrenadamente, el que por su avaricia viola los derechos de los demás, el que lo material es lo más importante en su vida y por eso es inmoral.
No importa si el que actúa en materialismo pertenezca a una organización religiosa, el materialismo sigue siendo contrario a lo espiritual. Entonces se constituye en un Mercader Espiritual, como los que sacó del templo Jesús.
El no ser materialista, no es tan difícil no serlo, porque esto no indica que tengas que renunciar a tus bienes materiales que con mucho esfuerzo hayas logrado, lo que hace la diferencia son las intensiones de tu corazón. Si el obtener bienes materiales conlleva el no hacer el bien común, entonces ese materialismo estará acompañado de egoísmo, orgullo, codicia y avaricia. Entonces el ser materializado logrará detener su crecimiento espiritual, hasta que no se modifique esta conducta.
No hay de otra, o se es bueno o malo, se es moral o inmoral, materialista o espiritual. Podras diferenciar entre el Bien y el mal si sabes el dignificado de cada termino. No se puede saber que estas realizando el bien si no conoces lo que es hacer el mal. Tú decides que quieres ser.
Termino con lo siguiente:
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO
Para volver a entrar completamente en la gracia del Señor, aplicaos, desde hoy en adelante, no sólo a no hacer el mal, sino a hacer el bien, y sobre todo a reparar el mal que habéis hecho; entonces habréis satisfecho a la justicia de Dios; cada buena acción borrará una de vuestras faltas pasadas.
El primer paso está dado; cuanto más avanzareis, tanto más fácil y agradable os será el camino. Perseverad, pues, y un día tendréis la dicha de contaros entre los espíritus Buenos y felices.
REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTA REFLEXIÓN
- El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
- El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
- Obras Póstumas, Allan Kardec
- Génesis – Allan Kardec
- El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec
- El Libro de Los Médiums – Allan Kardec
- WIKIPEDIA
Frank Montañez
Director de la Página
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"Hacer juicio de lo que no se conoce, es la mejor receta a la ignorancia y la superstición."
Frank Montañez, SEPC Soy Espírita por Convicción
Frank Montañez, SEPC Soy Espírita por Convicción
Muy interesante todo lo que se publico en este articulo me es de mucha ayuda espiritual muchisima gracias nunca es tarde para aprender
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