Los Espiritistas Verdaderos no somos Adivinos del Futuro, ni patrocinamos Falsas Profecías del porvenir. Una vez más vemos a Espiritualistas de Brasil promoviendo Falsas Profecías, éso no es Espiritismo...
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Soy Frank Montañez Soy Espírita por Convicción, no soy un Brujo🧙♂️, ni Hechicero 🧙♂️, y menos un Adivino 🔮 del futuro... Soy Espírita por Convicción... porque considero que el Espiritismo Verdadero que es Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo contiene la "Eterna Verdad Absoluta" del Mundo Espiritista.
Evalualo tú mismo...
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La Adivinación no tiene cabida en las enseñanzas del Espiritismo Verdadero que es Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo. La Adivinación es prohibida en el Espiritismo Verdadero, porque éso es revelar los "Secretos de Dios", sin su permiso.
[Referencia : "Es prohibido revelar los Secretos de Dios, lee el Libro de los Médiums, libro codificado, escrito y publicado por Allan Kardec en el año 1861, lo encuentras en el ítem #300].
http://soyespirita.blogspot.com/2015/08/conocer-el-futuro-es-revelar-los.html
Libro de los Médiums, Ítem #300. ¿Para qué sirve la enseñanza de los Espíritus –alegarán algunas personas–, sí no nos ofrece mayor certeza que la enseñanza humana?
"La respuesta es fácil. No aceptamos con la misma confianza la enseñanza de todos los hombres y, entre dos doctrinas, preferimos aquélla cuyo autor nos parece más ilustrado, más capaz y juicioso, y menos accesible a las pasiones. De la misma manera se debe proceder con los Espíritus. Sí bien entre ellos los hay que no están por encima de la humanidad, muchos son también los que la han superado, y que pueden ofrecernos instrucciones que en vano buscaríamos entre los hombres más instruidos. Debemos dedicarnos, pues, a distinguirlos entre la multitud de los Espíritus inferiores, en caso de que queramos ilustrarnos. El conocimiento en profundidad del espiritismo nos conduce a que hagamos ésa distinción. No obstante, ésas instrucciones tienen un límite, porque sí no es dado a los Espíritus saberlo todo, con más razón debe ser así en el caso de los hombres.
Por consiguiente, hay cuestiones sobre las cuáles sería inútil interrogar a los Espíritus, ya sea porque se les prohíbe revelarlas, o porque ellos mismos las ignoran, de modo que al respecto sólo pueden darnos su opinión personal. Ahora bien, son precisamente ésas opiniones personales las que los Espíritus orgullosos presentan como verdades absolutas.
Insisten, sobre todo, en aquéllo que debe permanecer oculto, como el futuro y el principio de las cosas, a fin de dar la impresión de que están en conocimiento de los "Secretos de Dios". Por ésa razón, son ésos los puntos sobre los cuáles existen más contradicciones. (Véase el capítulo precedente.)... "✅
Entonces cuándo ves a Chico Xavier profetizando una Tercera Guerra Mundial desde el año 1969, y a Divaldo Pereira Franco el 8 de marzo del 2022, profetizando una Tercera Guerra Mundial, que no se cumplió, es que te das cuenta que son Adivinos del Futuro, sin el don de la preciencia, según lo explica el Capítulo 16 del Libro de Génesis Espiritista, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec el 6 de enero del 1868.
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LAS PROFECÍAS SEGUN EL ESPIRITISMO.
CAPÍTULO XVI.
Teoría de la presciencia.
1. —¿Cómo es posible el conocimiento de lo futuro?
Se comprende la precision de los sucesos que son la consecuencia del estado presente, pero no de los que no tienen con éste relación alguna, y menos aún de los que se atribuyen a la casualidad. Las cosas futuras no existen, se dice; están aún en la nada; cómo saber entónces, que han de suceder? Sin embargo, los ejemplos de predicciones realizadas son numerosos, de lo que se deduce que existe aquí un fenómeno cuya claveno se tiene. Puesto que no hay efecto sin causa, ésta causa es la que nos proponemos buscar por medio del Espiritismo, clave ya de tantos arcanos. Y esperamos que nos la dará, demostrándonos que el hecho mismo de las predicciones no sale de las leyes naturales.
Tomemos para comparación, un ejemplo en las cosas usuales, que nos ayude a comprender el principio que nos proponemos esclarecer.
2. —Supongamos a un hombre colocado en la cimade una alta montaña que domina la vasta extension deuna llanura. En ésta situación, el espacio de una legua será poca cosa, y podrá abarcar fácilmente de una mirada todos los accidentes del terreno, desde el principio al fin del camino. El viajero que sigue éste camino por vez primera, sabe que andando llegará a su fin, lo cuál es una simple prevision del resultado de su marcha; pero los accidentes del terreno, las subidas y bajadas, los rios que habrá de atravesar, los bosques que hallará a su paso, los precipicios en que puede caer, los ladrones apostados en el camino que acecharán su paso, las posadas dónde podrá descansar, todo ésto y otras muchas cosas, son independientes de la persona del viajero, y constituyen para él lo desconocido, su porvenir, porque su vista no pasa del pequeño círculo que le rodea. En cuánto a la duración, la mide por el tiempo que invierte en recorrer el camino; quitadle las señales que le sirven de punto de mira, y no podrá apreciar la duración. Respecto al hombre que ocupa la cima de la montaña y que sigue con la vista al viajero, todo aquéllo es para él conocido y como presente.
Supongamos que éste hombre desciende de su atalaya y alcanzando al viajero le dice: «En tal momento encontrarás tal cosa, podrás ser asaltado por malhechores y socorrido por los celadores o guardias prepuestos a la seguridad pública.»
Éste hombre le predice lo futuro: más éste futuro lo es para el viajero, mientras que para el hombre de la montaña es lo presente.
3. —Sí salimos ahora del círculo de las cosas materiales y entramos por el pensamiento en el dominio de la vida espiritual, veremos reproducirse éste fenómeno en una escala mucho mayor.
Los Espíritus desmaterializados son como el hombre de la montaña; el espacio y la duración se borran para ellos. Más la extensión la penetración de su vista son proporcionadas a su grado de purificación y a su elevación en la jerarquía espiritual; son respecto a los Espíritus inferiores, como el hombre provisto de un poderoso telescopio al lado de aquél que no tiene más que sus propios ojos. Éstos últimos tienen una vista muy limitada, no sólo porque no pueden alejarse mucho del globo a que están sujetos, sino porque lo denso de su perispíritu vela las cosas lejanas como lo hace la niebla respecto a los ojos del cuerpo.
Se comprende, por lo tanto, que según sea el grado de perfeccionamiento, un espíritu puede abrazar un período de algunos años, de algunos siglos, de algunos miles de años; porque ¿qué es un siglo comparado con la eternidad? Los acontecimientos no se desarrollan sucesivamente ante él, como los incidentes del viaje para un caminante; ve simultáneamente el principio y el fin del período; todos los sucesos que en éste período son lo futuro para el hombre de la tierra,son para él lo presente. Podría. pues, venir a decirnos: Tal cosa sucederá en tal época, porque vé ésa cosa como el hombre de la montaña veía lo que espera al caminante en el curso de su marcha. Sí no lo hace es porque el conocimiento de lo futuro sería nocivo al hombre coartando su albedrío, paralizándole en el trabajo que debe consumar para su adelantamiento, pues el bien y el mal que le esperan, estando5 en lo desconocido, son para él la prueba y la ocasión de su adelantamiento.
Sí tal facultad, aunque restringida, puede existir en la críatura ¿en qué grado es preciso que exista en el Creador que abraza lo infinito? Para él no existe el tiempo; el principio y el fin de los mundos son lo presente. En éste inmenso panorama ¿qué es la duración de la vida de un hombre, de un pueblo, de un globo?.
Sin embargo, como el hombre debe concurrir al progreso general, y ciertos acontecimientos deben resultar de su cooperación, puede ser útil en ciertos casos que esté prevenido acerca de éstos acontecimientos, a fin de que prepare los medios y se disponga para entrar en juego cuándo la oportunidad llegue; y por éso permite Dios a veces que se levante una punta del velo, siempre con un objeto útil, nunca para satisfacer una vana curiosidad. Ésta misión puede confiarse no a todos los Espíritus indistintamente, puesto que los hay que no conocen el porvenir mejor que los hombres, sino a algunos suficientemente avanzados para eso; siendo de notar que ésta clase de revelaciones sobrevienen siempre expontáneamente, y nunca o muy raras veces al ménos, en respuesta a una pregunta directa.
5. —Ésta misión puede también confiarse a ciertos hombres, y he aquí de qué manera: "Aquel a quién se confia el cuidado de revelar una cosa oculta, puede recibir, sin saberlo, la inspiración de los Espíritus que la conocen, y entonces lo transmite, sin poderse dar cuenta de ello. Se sabe además, que, ya durante el sueño ya en estado de vigilia, en los éxtasis de doble vista, el alma se desprende y posee en grado más o ménos elevados las facultades del estado del Espíritu. Sí es un Espíritu avanzado, sí sobre todo ha recibido como los profetas una mision especial para ello, goza en los momentos de emancipacion del alma, de la facultad de abrazar por sí mismo un período más o menos extenso, y vé como presentes lus sucesos de éste período. Puede entonces revelaros en el acto mismo, o bien conservar la memoria de ellos al despertar. Sí éstos sucesos deben permanecer secretos, perderá la memoria de su visión, o no le quedará de ellos sino una vaga intuición, suficiente para guiarle instintivamente.
Por éso se ve desarrollarse providencialmente ésta facultad en ciertas ocasiones, en los peligros inminentes, en las grandes calamidades, en las revoluciones, la mayor parte de las sectas perseguidas han tenidosus videntes; así es como se ve a los grandes capitanes marchar resueltamente contra el enemigo seguros de la victoria; vénse también hombres de genio, como Cristóbal Colón, proseguir una empresa, prediciendo por decirlo así, el momento en que han de conseguir realizarla; es que han visto el objeto que se proponen alcanzar, y que no es desconocido para su Espíritu.
El don de la predicción o de profecía no es, pues, más sobrenatural que muchos otros; procede de las propiedades del alma y de la ley de las relaciones entre el mundo visible y el invisible que el Espiritismo viene a revelar. ¿Pero cómo admitir la existencia de un mundo invisible sino se admite la existencia del alma, o sino se admite la individualidad de ésta, despues de la muerte? El incrédulo que niega la presciencia es consecuente consigo mismo; falta saber sí lo es él mismo con la ley natural. (sugiero que sigas leyendo el Capitulo XVI, del Libro de Génesis Espiritista).
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En Resumen, sí la profecía no se cumple es porque Dios ni los buenos Espíritus lo comunicaron es en realidad un Falso Profeta del futuro...
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