El Libro de Los Espíritus, Libro tercero.- nos habla del Libre Albedrío, y evitar las demarcaciones falsas y perniciosas....
Ítem § 841. ¿Se debe, por respeto a la libertad de conciencia, dejar que se propaguen doctrinas perniciosas, o bien se puede, sin atentar aquella libertad, procurar atraer al camino de la verdad a los que están fuera de él por falsos principios?
«Ciertamente que se puede y se debe; pero enseñad, a ejemplo de Cristo, por medio de la dulzura y de la persuasión, y no de la fuerza, lo cual sería peor que la creencia de aquél a quién se quisiera convencer. Sí es permitido imponer algo es el bien y la fraternidad; pero no creemos que el medio de hacerlos admisibles sea el de obrar con violencia: la convicción no se impone.»
Ítem § 842. Teniendo todas las doctrinas la pretensión de ser la única expresión de la verdad, ¿en qué señales puede reconocerse la que tiene derecho de presentarse como tal?
«Será la que haga más hombres de bien y menos hipócritas, es decir, que practiquen la ley de amor y de CARIDAD en su mayor pureza y en su más alta aplicación. En ésto conocerás que una doctrina es buena; porque toda la que produjese la consecuencia de sembrar la desunión y establecer una demarcación entre los hijos de Dios, no puede menos de ser falsa y perniciosa.»
Las grandes diferencias entre Jesús nacido en Nazareth y el Cristo nacido en Belén, Israel...
El propósito de Jesús no fue tampoco el ser el "Cristo", un insulto para Jesús en su tiempo.
¿Por qué se usa el nombre de Jesús y Cristo indistintamente refiriéndose a uno mismo, Jesús de Nazareth?
Jesús no debe ser llamado Cristo, en el Espiritismo Moralizador y el Consuelo de los afligidos . Muchos al comenzar a leer éste escrito, saltarán en argumentos, sin tal vez dejarme expresar mí posición al respecto. En los Libros codificados el uso de la palabra “Jesús” y “Cristo” se utilizaron indistintamente. Lo podemos ver claramente en el Libro del Cielo y el Infierno, escrito por Allan Kardec. Primero es importante destacar que el lenguaje de los Espíritus es enfocado a la comprensión aquéllos que querían interpretar a los Espíritus, cuándo se publicaba el Libros de los Espíritus y demás libros.
Entonces, en el tiempo de Allan Kardec, la prioridad era que se conociera la nueva revelación, sin que el lenguaje utilizado fuera un impedimento. Y precisamente la distinción entre Jesús y Cristo, no era tan importante, para que comenzara una discusión sin sentido a la nueva revelación, así evitarían extravíos.
El lenguaje de los Libros Codificados no tiende a confundir o a iniciar incendios de discusiones vanas y vacías. Se tuvo especial interés en lograr las menos contradicciones posibles. Jesús de Nazareth, era conocido como el Cristo y eso evitaba discusiones. No había sentido lógico para dar un paso en falso con la nueva revelación.
Veamos varios ejemplos en el Libro el Cielo y el Infierno el uso de la palabra “Jesús” y “Cristo” se utilizaron indistintamente.
Libro del Cielo y el Infierno:
Primera Parte - Capítulo V
#10. Así pues, ¿por qué Cristo no hizo mención del Purgatorio?
Porque la idea no existía, de modo que no había palabras para representarla. Recurrió a la palabra infierno, la única en uso, como término genérico para designar sin distinción las penas futuras. Si al lado de la palabra infierno hubiese colocado otra equivalente a purgatorio, no habría podido precisar su verdadero sentido sin tratar una cuestión reservada al futuro. De hecho, habría consagrado la existencia de dos lugares específicos para el castigo. El Infierno, en su acepción general, sugiere la idea de castigo, e implícitamente incluye la de purgatorio, que no es más que un modo de penalidad. Estaba reservado al futuro ilustrar a los hombres acerca de la naturaleza de las penas y, por consiguiente, reducir el Infierno a su justo valor. Si transcurridos seis siglos, la Iglesia consideró que era necesario suplir el silencio de Jesús acerca del Purgatorio, se debe a que consideró que el Maestro no lo había dicho todo. ¿Por qué no habría de ocurrir con otros aspectos lo mismo que con éste ?
Ya aquí hemos visto como la palabra “Jesús’ y "Cristo”, Allan Kardec las usa indistintamente en el mismo tema que discute y en el mismo inciso.
Origen de la doctrina de las penas eternas, mismo capítulo (Primera Parte - Capítulo VI), Libro el Cielo y el Infierno.
#5. Con todo, Cristo no pudo revelar a sus contemporáneos todos los misterios del porvenir. Él mismo lo dijo: “Todavía tengo muchas cosas para deciros, pero no las comprenderíais; por eso os hablo en parábolas”. En cambio, fue muy explícito en lo que respecta a la moral, es decir, a los deberes del hombre para con su prójimo, porque supo darse a entender haciendo vibrar la cuerda sensible de la vida material. En cuanto a las demás cuestiones, se limitó a sembrar bajo la forma alegórica los gérmenes que deberían desarrollarse más adelante.
La doctrina de las penas y las recompensas futuras pertenece a este último orden de ideas. Sobre todo, en relación con las penas, Cristo no podía provocar un quiebre brusco en relación con las ideas pre concebidas. Había venido para señalar a los hombres nuevos deberes. Ya era mucho que pudiera sustituir el odio y la venganza por la caridad y el amor al prójimo, el egoísmo por la abnegación. Además, racionalmente no podía debilitar el miedo al castigo que se reservaba a los prevaricadores, sin debilitar al mismo tiempo la noción del deber. Dado que prometía el reino de los Cielos a los buenos, ese reino estaba vedado a los malos. ¿Adónde irían estos? Era necesario contraponer algo cuya naturaleza impresionara las inteligencias todavía muy rudimentarias, de modo que pudieran identificarse con la vida espiritual. No debemos perder de vista que Jesús se dirigía al pueblo, a la parte menos ilustrada de la sociedad, que necesitaba imágenes que de alguna manera fueran palpables, en lugar de las ideas sutiles. Por eso Jesús no entró en detalles superfluos sobre el particular. En aquella época bastaba con oponer un castigo a la recompensa.
6. Si bien Jesús amenazó a los culpables con el fuego eterno, también los amenazó con que serían arrojados a la Gehena. Pero, ¿qué era la Gehena? Un lugar de los alrededores de Jerusalén, un basural en el que se arrojaban los desperdicios de la ciudad. ¿Se debería interpretar también eso al pie de la letra? Se trataba de una de esas imágenes enérgicas de las que Jesús se valía para impresionar a las masas. Lo mismo sucede con el fuego eterno. Si ese no hubiera sido su pensamiento, habría estado en contradicción consigo mismo al exaltar la clemencia y la misericordia de Dios, pues la clemencia y la inexorabilidad son opuestos que se anulan.
Así pues, cometeríamos una extraña equivocación en lo relativo al sentido de las palabras de Jesús, si le atribuyéramos la sanción del dogma de las penas eternas, cuando toda su enseñanza proclama la mansedumbre del Creador.
En la Oración Dominical Jesús nos enseña a decir: “Perdona, Señor, nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”. Si el culpable no debiera esperar ningún perdón, sería inútil que lo pidiera. Pero ese perdón, ¿es incondicional? ¿Es una gracia, una remisión pura y simple de la falta cometida? No; la magnitud de ese perdón está subordinada al modo según el cual se haya perdonado, lo que equivale a decir que no seremos perdonados si por nuestra parte no perdonamos a los demás. Al convertir el olvido de las ofensas en una condición absoluta, Dios no podía exigir al hombre débil lo que Él, omnipotente, no hacía. La Oración Dominical es un protesto cotidiano en contra de la eterna venganza de Dios.
7. Para hombres que sólo poseían una noción confusa de la espiritualidad del alma, la idea del fuego material no les resultaba chocante, puesto que formaba parte de la creencia común tomada del Infierno de los paganos, casi universalmente difundida. Del mismo modo, en la eternidad de las penas no había nada que causara el repudio de un pueblo que desde muchos siglos antes estaba sometido a la legislación del terrible Jehová. Por su parte, en el pensamiento de Jesús el fuego eterno no era más que un símbolo, y poco le importaba que hubiera sido tomado al pie de la letra, en tanto sirviese de freno a las pasiones humanas. Además, Él sabía que el tiempo y el progreso se encargarían de explicar su sentido alegórico, sobre todo porque, según su predicción, el Espíritu de Verdad acudiría para esclarecer a los hombres acerca de todas las cosas. La característica esencial de las penas irrevocables es la ineficacia del arrepentimiento. Ahora bien, Jesús nunca dijo que el arrepentimiento no fuera a contar con la gracia del Padre. Por el contrario, siempre que se le presentó la oportunidad, nos mostró a un Dios clemente, misericordioso, dispuesto a recibir al hijo pródigo que regresara al hogar paterno. Sólo lo mostró inflexible con el pecador obstinado. Con todo, si bien llevaba el castigo en una mano, con la otra siempre ofrecía el perdón al culpable sinceramente arrepentido. Esta no es, por cierto, la característica de un Dios despiadado. También es oportuno destacar que Jesús nunca pronunció contra nadie, ni siquiera contra los mayores culpables, una condena irremisible.
8. Todas las religiones primitivas, como reflejo del carácter de los pueblos, tuvieron dioses guerreros, que combatían en las primeras filas de los ejércitos. El Jehová de los hebreos les facilitaba mil modos de exterminar a los enemigos, y los recompensaba con la victoria o los castigaba con la derrota. Según la idea que tenían acerca de Dios, se lo honraba o apaciguaba con la sangre de animales o de hombres; de ahí los sacrificios sangrientos que representaban un rol tan importante en la totalidad de las religiones de la antigüedad. Los judíos habían abolido los sacrificios humanos. Los cristianos, a pesar de las enseñanzas de Cristo, durante largo tiempo creyeron que honraban al Creador cuando arrojaban a las llamas y torturaban a miles de seres a los que denominaban herejes. Esos actos eran, bajo otro aspecto, verdaderos sacrificios humanos, puesto que los promovían para mayor gloria de Dios, y con el acompañamiento de ceremonias religiosas. Aun hoy invocan al Dios de los ejércitos antes del combate, y lo glorifican cuando consiguen la victoria, la mayoría de las veces fundados en las causas más injustas y anticristianas.
9. ¡Cuán lentamente se despoja el hombre de sus prejuicios, de sus hábitos e ideas primitivas! ¡Cuarenta siglos nos separan de Moisés, y en la presente generación cristiana aún se observan resabios de las antiguas costumbres bárbaras, consagradas o al menos aprobadas por la religión actual! Fue necesaria la poderosa opinión de los no ortodoxos, de los que son considerados herejes, para acabar con las hogueras y hacer que se comprendiese la auténtica grandeza de Dios. No obstante, aunque ya no hay hogueras, todavía siguen vigentes las persecuciones materiales y morales. ¡A tal punto continúa arraigada en el hombre la idea de un Dios cruel! Imbuido de sentimientos que le han inculcado desde la infancia, ¿podrá el hombre sorprenderse de que el Dios que le presentan, honrado mediante actos bárbaros, condene a torturas eternas y presencie sin compadecerse el sufrimiento de los culpables? Por cierto, precisamente los filósofos –los impíos, como algunos pretenden– fueron quienes se escandalizaron al ver el nombre de Dios profanado por actos indignos de sus atributos. Han sido ellos quienes lo mostraron a los hombres en la plenitud de su grandeza, pues lo despojaron de las pasiones y mezquindades humanas que una creencia poco ilustrada le atribuía. Gracias a ellos la religión ganó en dignidad lo que perdió en prestigio exterior, pues si todavía quedan hombres apegados a la forma, muy superior es el número de los que son sinceramente religiosos, de corazón y de sentimientos. Con todo, al lado de estos, ¡cuántos se detuvieron en la superficie y fueron llevados a negar la Providencia! Por no haber sabido conciliar a tiempo las creencias religiosas con el progreso de la razón humana, se condujo a algunos al deísmo, a otros a la incredulidad absoluta, y a otros al panteísmo, es decir, que el hombre se convirtió a sí mismo en dios, pues no encontraba uno que fuera suficientemente perfecto.
Ahora bien, ¿Por qué esto ocurrió que lo podamos sustentar por lo dicho por los mismos Espíritus. Veamos el libro de Los Espíritus.
1014. ¿Cómo se explica que Espíritus que revelan su superioridad a través del lenguaje hayan respondido a personas muy serias, acerca del Infierno y el Purgatorio, conforme a la idea que vulgarmente se tiene de ellos?
“Hablan un lenguaje que sea comprensible para las personas que los interrogan. Cuando esas personas están demasiado imbuidas de ciertas ideas, los Espíritus no quieren contrariarlas de un modo demasiado brusco, a fin de no herir sus convicciones. Si un Espíritu le dijera a un musulmán, sin tomar ninguna precaución oratoria, que Mahoma no es un profeta, sería muy mal recibido.”
[1014a] – Se entiende que así ocurre con los Espíritus que quieren instruirnos. Sin embargo, ¿cómo se explica que algunos Espíritus interrogados acerca de su situación hayan respondido que sufren los tormentos del Infierno o del Purgatorio?
“Cuándo los Espíritus son inferiores y no están completamente desmaterializados, conservan en parte sus ideas terrenales y expresan sus impresiones con los términos que les son familiares. Se encuentran en un medio que sólo les permite sondear el porvenir de un modo parcial. Por esa causa, algunos Espíritus errantes, o cuyo desprendimiento son recientes, suelen hablar como lo habrían hecho si estuvieran vivos. La palabra infierno puede traducirse en el sentido de una vida de pruebas extremadamente penosa, con la incertidumbre acerca de una vida mejor. En el caso de purgatorio, también como una vida de pruebas, pero con la conciencia de un porvenir mejor. Cuándo experimentas un dolor intenso, ¿no te dices a ti mismo que sufres como un condenado? No son más que palabras, y siempre con sentido figurado.”
Aclarado ésto en los libros Codificados por Allan Kardec, evaluemos lo que significa la palabra “Cristo” en el cristianismo.
A continuación lo que Wikipedia no dice sobre este tema.
- Es el título que en el cristianismo se le da a Jesús de Nazaret, en otras palabras, así le llaman los cristianos.
- Los «cristianos» llaman a Jesús “Cristo” porque ellos creen y confiesan que Jesús es el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento,[4]
- El Cristianismo, por lo cual le llamaban «Jesús Cristo», que quiere decir, «Jesús, el Mesías» (en hebreo: Yeshua Ha'Mashiach), o bien, en su uso recíproco: «Cristo Jesús» («El Mesías Jesús»).
- El título «Cristo» también se encuentra dentro del nombre personal «Jesucristo»,[5] y se menciona como un sinónimo de Jesús de Nazaret en la fe cristiana, que lo considera «Salvador» y «redentor» de los hombres, el «Verbo» (o Palabra) de Dios encarnado,[6] y «el Hijo unigénito de Dios».[7]
- Los cristianos aguardan el regreso a la tierra de Cristo en el fin de los tiempos.
- La Cristología, un área de la teología, se ocupa principalmente de estudiar la naturaleza divina de la persona de Jesucristo, según los evangelios canónicos y los demás escritos del Nuevo Testamento.
- Cristo, el ungido, Cristo y bordón, por Carl Bloch. La palabra «ungir» ―del latín únguere― significa ‘elegir a alguien para un puesto o un cargo muy notable’ (como sumo sacerdote o rey).[3] La concepción hebrea del ungido o entronizado proviene de la antigua creencia que establece que untar a una persona u olear un objeto con aceite otorga cualidades extraordinarias, incluso sobrenaturales, cuando estas provienen de una autoridad divina.
Pero Jesús era repudiado por los Judíos. Veamos a Juan 10:31
[ Los judíos amenazan a Jesús ] Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
31 Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedreáis? 33 Los judíos le contestaron: No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: “Yo dije: sois dioses”? 35 Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar), 36 ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: “Blasfemas”, porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”? 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; 38 pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre. 39 Por eso procuraban otra vez prenderle, pero se les escapó de entre las manos. 40 Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.
- En el Israel de la antigüedad, la costumbre de ungir a una persona otorgaba la potestad para ejercer algún cargo importante. El término Cristo no solo se utilizaba con los sacerdotes[12] que eran mediadores entre Dios y la humanidad, sino también con los reyes teocráticos[13] que eran representantes de Dios y adquirían de esa manera dignidad sacerdotal. Más tarde se aplicó a los profetas[14] e incluso se vinculó con los patriarcas.[15]
- Sin embargo, en la transformación del concepto mesiánico, el uso del término se restringió al redentor y restaurador de la nación judía.[16] [17]
- En el Nuevo Testamento, la palabra Cristo se utiliza como nombre común y como nombre propio. En ambas acepciones aparece con o sin artículo definido, en solitario o asociada a otros términos o nombres. Cuando se usa como nombre propio y, muchas veces, en los otros casos, designa a Jesús de Nazaret, el esperado Mesías de los judíos.
- De esta manera, para las confesiones cristianas, Jesucristo es el mesías, aquel que el Antiguo Testamento anunciaba que llegaría como plan de salvación de Dios para la humanidad.
- Otras religiones, sobre todo los musulmanes,[18] judíos ortodoxos, conservadores, y reformistas,[19] lo consideran solamente como un gran profeta o predicador de su pueblo ―el pueblo judío― y el fundador de la religión cristiana, a quien sus seguidores consideran el hijo encarnado de Dios.
- Cristianismo-creencia cristiana afirma que Dios se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazaret (en hebreo: Yahshua), siendo el Hijo de Dios hecho hombre y, por tanto, el Mesías anunciado por los profetas en las escrituras, y ansiosamente esperado por Israel. Escrituras.[20].
- De hecho, Jesús mismo afirmó ser el Cristo.[20] En el Evangelio de Juan, cuando Jesús habla con la mujer Samaritana, se registra el siguiente evento: “Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas. Le dice Jesús: Yo Soy, el que hablo contigo.”(Juan 4:25-26).
- A raíz de esto, se narra a los samaritanos diciendo: «nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.» (Juan 4:42), En el Evangelio de Marcos también se narra a Jesús afirmando ser el Mesías, cuando los sacerdotes del templo estaban interrogándolo: El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?. Y Jesús le dijo: YO SOY; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la Potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia: ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron ser culpado de muerte.(Marcos 14:61-64), Versión Reina-Valera, (1569). Pero el libro de Mateo lo expresa diferente. Un indicio de que los hombre que escribieron la Biblia, no se pusiero de acuerdo, y pusieron palabras en la boca de Jesús que no eran las que el dijo. Veamos el Libro de Mateos 26:57-64. Nota de Frank: [NO ES CIERTO]
LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE HECHA POR CAIFAS: “Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos….Entonces el sumo sacerdote le dijo: “Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.”. Jesús le dijo: “Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo”. Mateo 26:57-64 . En realidad, según el Libro de Mateo, Jesús solo indico que eso lo había dicho Caifás. ¡Qué barbaridad, crucificaron y mataron un hombre justo, por lo que dijo aquel corrupto de Caifás!
- El cristianismo surgió como una comunidad, la Iglesia, inspirada en las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Según san Lucas (en Hechos de los Apóstoles 11:26), los discípulos de Jesús fueron llamados «cristianos» por primera vez en Antioquía de Siria.
- La misión que los unía era la prédica de estas enseñanzas por todo el mundo, prédica inicialmente llevada a cabo por sus discípulos directos, llamados apóstoles.
- Según los Evangelios, Dios preparó un pueblo, prefigurado en el pueblo de Israel, conducido por Moisés y los profetas y al que Cristo encabeza como jefe y salvador.
- Con este pueblo, Cristo realizaría una nueva alianza. El fin de este pacto es que todos conozcan a Dios Padre y a Jesucristo su Hijo y en Él tengan vida eterna (según el Evangelio de Juan 3.16).
- Según el cristianismo, Jesús de Nazaret es el Cristo (el Mesías), Hijo de Dios hecho hombre (según el Evangelio de Mateo),[21] concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María.
- Después de la crucifixión, al tercer día resucitó y posteriormente subió al Cielo; y se espera su regreso al final de los tiempos en lo que se llama la «segunda venida de Cristo».
- El cristianismo explica que el sufrimiento de Jesús era necesario.[22] Frecuentemente se cree que el padecimiento de Jesús se desarrolló en la cruz, en realidad su padecimiento comenzó desde el huerto de Getsemaní.[23] En este pasaje se describe como Jesús lleno de angustia oraba intensamente, su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
- Otras alusiones en la Biblia - El apóstol Pablo escribiendo sus Epístolas, obra de Valentín de Boulogne o de Nicolás Tournier. En el Libro de Daniel se afirma que el mesías príncipe sería cortado, y no tendría nada.[24] [25] La antigua versión de Reina-Valera traduce ‘será muerto y nada tendrá’ y en el margen de la paráfrasis ‘será echado de la posesión’. Esto se cumplió cuando, en lugar de ser aceptado como Mesías por los judíos, fue rechazado, cortado, y no recibió ninguno de los honores mesiánicos que le pertenecían, aunque, con su muerte, echó los cimientos de su futura gloria en la Tierra, obrando la redención eterna para los salvos.
- En la Primera Carta a los Corintios San Pablo de Tarso escribió que así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, así es el Cristo: la cabeza y los miembros en el poder y la unción del Espíritu forman un solo cuerpo.[26]
- En el Libro de Juan, este título es relacionado con el de Mesías, «llamado el Cristo».[27]
- Habiendo sido rechazado como mesías en la tierra, él ha sido hecho, ya resucitado de los muertos, Señor y Cristo,[28] y así se cumplen los consejos de Dios con respecto a él y al hombre en él. Se revela que los santos habían sido escogidos en Cristo desde antes de la fundación del mundo. Todas las cosas en el cielo y en la tierra tienen que ser encabezadas en el Cristo,[29] ya que el Cristo es la cabeza del cuerpo de la Iglesia.[30]J
- Jesús se da a conocer - El primer acto público de Jesús (tras la breve aparición en el templo de Jerusalén a los doce años) es su bautismo de manos de san Juan el Bautista, seis meses mayor que Jesús y que preparó el camino de este hablando al pueblo sobre la misión de Cristo.
- Jesús inició rápidamente su Magisterio ante el pueblo. No ante los reyes o sumos sacerdotes, sino ante aquellos de quien es el Reino primeramente: los más desposeídos. La gente sencilla a la que Dios quiso llegar antes. Jesús les habló de amor. Del amor de Dios hacia ellos y de la venida del Reino al que llegaríamos por nuestras buenas acciones y no por nuestra hipocresía. En el Libro de Juan: “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os tenéis amor unos a otros”. Jesús[31
- Durante su vida pública Jesucristo ganó muchos adeptos, que a la postre no lo seguirían sino que lo condenarían. Los Evangelios recuerdan a Jesús en medio de la gente, sanando enfermos y demostrando la piedad y el amor de Dios a su pueblo. Cristo es el Poder de Dios hecho carne. El poder sobre el mal, sobre la enfermedad e incluso, y por encima de todo, el poder sobre la muerte. Nos muestran a Jesús sintiéndose grato en presencia de niños y mujeres.
- En aquéllos tiempos, los niños y las mujeres eran considerados poco más que estorbos, pero Jesús se acercó a ellos demostrando que el reino es de todos por igual, sean hombres, mujeres, niños o ancianos. La igualdad de los hombres ante Dios es proclamada por Jesús no solo con palabras, sino con gestos como este.
- Una vez se dio a conocer al pueblo de Dios, Jesús acudió a las sinagogas y al Templo para enseñar la Palabra de Dios a los sacerdotes. Las castas religiosas judías le recibieron con temor, ya que sus enseñanzas ponían a Dios por encima de todo e incluso por encima de ellos.
- En el Templo de Jerusalén Jesús se enfureció al ver un negocio (mercado) montado allí y derribó los puestos de los mercaderes. Dios y el negocio no casan bien, y eso es algo que san Lucas no se cansa de repetir tanto en su Evangelio como en los Hechos de los Apóstoles.
- Los sacerdotes le presentaron a una mujer que había cometido adulterio, por lo que iba a morir lapidada. Jesús la protegió y les dijo que aquel que estuviera libre de pecado tirara la primera piedra. Uno de los pilares del Mensaje de Cristo es que el hombre no debe juzgar el corazón de sus semejantes, ya que es algo que está reservado única y exclusivamente a Dios. Solo Dios es juez de los sentimientos humanos.
- Salvación - El Sermón del Monte (1877), por Carl Bloch. La palabra salvador, a su vez, era el título calificativo que los judíos aplicaban a sus sacerdotes, reyes, y profetas, ya que estos debían ser ungidos con aceites como parte del rito que los consagraba a su labor.
- Los seguidores de Jesús de Nazaret, considerando que este era el Mesías prometido por las profecías mesiánicas de la Tanaj, le aplicaron este título a su líder, llamándole Cristo Jesús o el Salvador.
- A mediados del siglo II -unos cien años después de la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret—se les comenzó a conocer por cristianos en Antioquía, ya que se decían seguidores del Cristo.
- Según algunas confesiones cristianas, como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, la Iglesia anglicana o las principales iglesias protestantes, la Salvación es una venida de Dios. Sustentan éste punto de vista en las palabras del Apóstol Pedro: «Por el contrario, creemos que tanto ellos como nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús».[32] Ésta gracia se obtiene a través de la fe y el obrar cristiano, según católicos y ortodoxos, o exclusivamente por la fe, según los protestantes, es decir, en creer o confiar que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador y el Único Perdonador de pecados.
- En la carta de Pablo a los romanos se explica lo que es la salvación,[33] pero con más precisión en la carta del apóstol Pablo a los Efesios: «Cristo, con su muerte y su Resurrección, es quién elimina la deuda del pecado humano y vehicula en su persona esa gracia redentora».[34] Para el cristianismo la salvación está disponible para todos los que creen y actúan en consecuencia.
- Cristo en las distintas religiones - La figura de Cristo es una figura muy importante en el contexto religioso mundial ya que casi todas las religiones poseen una opinión respecto a Jesús de Nazaret como el Cristo/Mesías.
- Cristo en el judaísmo - Cristo predicando en Cafarnaúm (1878-79), obra de Maurycy Gottlieb. Museo Nacional, Varsovia, Polonia. La teología ortodoxa del judaísmo —y muy especialmente aquella del judaísmo ultraortodoxo— rechaza la idea que Jesús sea Dios, o un mediador de Dios, o parte de una Trinidad; tampoco acepta que Jesús sea el Mesías profetizado por los hebreos.[35]
- El judaísmo considera que : Considera que Jesús de Nazaret ha influido enormemente en su pueblo, pero también que le ha causado daño.[36]
- La creencia en la llegada del mesías es importante para el judaísmo, pero el judaísmo no acepta a Jesús como el Mesías y por ello los judíos aún esperan su primera llegada (a diferencia de los cristianos que aguardan la segunda).[37]
- Según la escatología judía, la venida del Mesías se acompaña de una serie de eventos específicos, eventos que el judaísmo sostiene no han ocurrido: 1)El retorno de todos los judíos a la Tierra Prometida, 2)la reconstrucción del Templo de Jerusalén, 3)La era de la paz y entendimiento entre todos los hombres del mundo (Isaías 2:4),[38] en la cual «el conocimiento de Dios» llenará la Tierra (Isaías 11:9; Habacuc 2:14).[39] Dado que ninguno de estos eventos tuvo lugar durante la vida de Jesús, el judaísmo sostiene que Jesús no fue el Mesías y que las profecías hebreas aún no se han cumplido. Jesús, por su parte, afirmaba practicar la religión judía[40] y aseveraba promoverla;[41] y que realmente reafirmaba haber nacido en su seno.[42],
- El judaísmo prohíbe adorar una persona dado que considera tal acto como una forma de idolatría. Para el judaísmo, la creencia central es la absoluta unidad o indivisibilidad y singularidad de Dios.
- La divinidad judía no presenta rasgos humanos, por lo tanto su representación en términos visuales así como la pronunciación de su nombre son expresamente prohibidas por el judaísmo.[n 2] Sin embargo, existen también posiciones alternativas y hasta el día de hoy ellas se hacen sentir dentro del judaísmo.[n 3] Según Clive Lawton, esto se debe a que, dentro del judaísmo, «el no estar de acuerdo no es un crimen» y, a raíz de ello, la polémica es frecuente en el debate que en él tiene lugar: Lawton describe tal debate como esencialmente dialéctico y afirma que una de las bases del judaísmo es el intercambio de las más diversas ideas y opiniones.[n 4]
- Pese a la posición propia de la ortodoxia judía y sus fundamentos teológicos, parte considerable del pueblo hebreo sí reconoció en Jesús el tan esperado Mesías y, consecuentemente, abrazó el cristianismo a lo largo de toda la historia.[n 5]
- Existe además una reciente y pequeña secta llamada «judaísmo mesiánico» que considera que Jesús es el Mesías. Esta secta acepta la visión judía de que durante la vida de Jesús no ocurrió ninguno de los eventos a los que se refiere la escatología judía, pero a su vez cree que Jesús es la respuesta a y el cumplimiento de las profecías mesiánicas. En este último sentido, el judaísmo mesiánico tiende a acercarse al cristianismo. Sin embargo, el si el judaísmo mesiánico es una secta o no del judaísmo es un tema que provoca controversia.[43]
- La religión cristiana se inició en el seno del judaísmo como uno de tantos movimientos mesiánicos, centrado en la persona de Jesús de Nazaret. Sus seguidores extendieron su culto por todo el mundo basándose en la idea de que Jesús había resucitado.
- Los seguidores de Cristo en el mundo actual no forman un conjunto único y uniforme, sino que se agrupan en distintas confesiones, como las iglesias católica, ortodoxa, anglicana, luterana, bautista, anabaptista, menonita, presbiteriana, metodista, etc. Y aún los hay que no reconocen un vínculo con algún grupo.
- La fe en Cristo de la mayoría de estas comunidades puede sintetizarse en esta antiquísima profesión de fe: Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Credo Apostólico.
- Existe un movimiento llamado ecumenismo, el cual trata de buscar la unidad de todos los seguidores de Cristo. A este respecto, dentro de la Iglesia católica, el Concilio Vaticano II, en su decreto Unitatis redintegratio, ha expresado, refiriéndose a la división de los cristianos, «abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la difusión del Evangelio por todo el mundo».[44]
- Antes de su realización, el papa Juan XXIII creó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Esta llamada ha sido continuada por los papas siguientes.[n 6
- Cristo en el catolicismo - Para el catolicismo, Cristo es el Hijo de Dios hecho hombre para la salvación del género humano, y esa es la «Buena Nueva»: Dios ha enviado a su Hijo.[45] Hijo de Dios hecho hombre: para la Iglesia católica esto significa que la segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, se hizo hombre en el seno de María. Cristo, siendo una sola Persona divina, es perfecto Dios y perfecto hombre. Esta doctrina encuentra sus antecedentes en distintos textos de la Sagrada Escritura, entre los que se puede citar: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Juan 1:1. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. Juan 1:14. Tomás respondió: «¡Señor mío y Dios mío!». Juan 20:28. A ellos también pertenecen los patriarcas, de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. Romanos 9:5. Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor». Filipenses 2:6-11. ...mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13.
Se han producido dentro de la Iglesia católica distintos debates referidos a cómo deben interpretarse estas afirmaciones. Su posición oficial ha quedado fijada en las decisiones de los distintos Concilios:
El Primer Concilio de Nicea, en el año 325, el primer concilio ecuménico que la Iglesia católica pudo realizar terminadas las persecuciones que padeció sus primeros 300 años, profundizó los textos bíblicos citados, afirmando que Jesucristo es consustancial al Padre (de la misma sustancia que el Padre), es decir, verdadero Dios.
El Primer Concilio de Constantinopla, en el año 381, continuó con la profundización de la doctrina, redactando el Credo Niceno-Constantinopolitano: Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma sustancia del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Los Concilios siguientes han continuado precisando la doctrina:
- El Concilio de Éfeso (año 431), definió que el Cristo histórico es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre, y como consecuencia necesaria, María es madre de Dios.[46]
- El Concilio de Calcedonia (año 451), precisó y formuló la existencia de las dos naturalezas divina y humana en la Persona única de Cristo.[47]
Éstas precisiones han surgido como respuesta a distintas doctrinas que fueron apareciendo. Por ejemplo:
- El apolinarismo: en Cristo el espíritu estaba sustituido por el Logos divino, con lo que implícitamente negaba la naturaleza humana completa del Redentor.
- El arrianismo: Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la Creación, coronación gloriosa de toda la creación. Entonces, Jesús fue un ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo.
- El nestorianismo: afirmaba que en el Verbo existen dos personas: la divina (Cristo, hijo de Dios) y la humana (Jesús, hijo de María). Por tanto, María no es Madre de Dios, es madre de Cristo.
- El monotelismo: afirmaba que en Cristo existían dos naturalezas (como en el catolicismo), pero sólo la voluntad divina.
En todas ellas, la Iglesia ha visto en el fondo la negación de la redención, porque creían que era necesario que Cristo fuera Dios, para poder redimir; que fuera hombre, para poder padecer; y que fuera una sola persona, para poder referir la divinidad y la humanidad «en concurrencia inefable y misteriosa en la unidad».[50]
Para la Iglesia católica, Cristo, en el mundo actual, es «Lumen Gentium», «Luz de los pueblos».[51] Por ello san Juan Pablo II, en la homilía de comienzo de su pontificado, exclamaba: «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!».[52]
Más recientemente, el Papa Francisco ha expresado: "Jesús es Dios, pero se ha abajado a caminar con nosotros. Es nuestro amigo, nuestro hermano. El que nos ilumina en nuestro camino. Y así lo hemos acogido hoy. Y ésta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.
Nacido de María Virgen
El Catecismo de la Iglesia católica destaca que «los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra».[54]
La Iglesia católica resalta el papel de María en la concepción virginal de Cristo, en su relación de fe hacía Él y en la redención por él obrada. Los Padres de la Iglesia abordaron la íntima unión de Cristo y María en la obra de la redención.
Por ejemplo:
Adán, en efecto, fue recapitulado en Cristo, para que ésto que es mortal fuera engullido en la inmortalidad, y Eva en María, para que una virgen convertida en abogada de una virgen disolviese y anulase con su obediencia de virgen la desobediencia de una virgen.
Por un lado, la Iglesia católica sostiene que Dios ha preparado a María para tal misión, «en atención a los méritos de Cristo Jesús», preservándola del pecado original, en lo que se denomina su Inmaculada Concepción[55] y concediéndole multitud de gracias, las que ella misma reconoció diciendo: «Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas»[56] y a las que ella correspondió con absoluta fidelidad y entrega.[n 7]
Por otro, ha visto en el sí de María, al aceptar el ofrecimiento del ángel a ser madre de Jesús, el sí de la humanidad, que aceptaba a través de ella la salvación que traería Cristo.[n 8]
Por el hecho de ser madre de Cristo, que según se ha visto la Iglesia católica enseña que es la segunda Persona de la Santísima Trinidad que se hizo hombre sin perder su condición divina, la Iglesia la llama Madre de Dios.[57]
Los evangelios detallan los hechos de la vida de Cristo más sobresalientes, sin embargo, en los mismos no pasa desapercibida la discreta presencia de María: el Hijo de Dios se hace hombre luego de su consentimiento;[58] los pastores y los magos encuentran al Niño Prometido junto a ella;[59] Cristo hace su primer milagro a su pedido;[60] está firme al pie de la Cruz, junto a su Hijo.[61] La Iglesia ha visto en las palabras de Jesús: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» y a Juan: «Hijo, ahí tienes a tu madre»[62] la entrega de María como madre de todos los cristianos, representados en la persona de Juan, por lo que es llamada «Madre de la Iglesia».[63] Y ella, que «conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón»,[64] perseveraba en la oración junto a la Iglesia naciente, según cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles.[65] El Apocalipsis habla de una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza y que da a luz un hijo varón que derrotará al dragón infernal.[66]
En la misma promesa del Redentor, contenida en el libro del Génesis, se habla de una mujer, de la que nacería el vencedor de la serpiente:
Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón.
A éste respecto comenta san Alfonso María de Ligorio: «ya desde el principio de la Humanidad, Dios predijo a la serpiente infernal la victoria y el dominio que había de ejercer sobre él nuestra reina al anunciar que vendría al mundo una mujer que lo vencería […] ¿Y quién fue esta mujer su enemiga sino María, que con su preciosa humildad y vida santísima siempre venció y abatió su poder? «En aquella mujer fue prometida la Madre de nuestro Señor Jesucristo», dice san Cipriano. Y por eso argumenta que Dios no dijo «pongo», sino «pondré», para que no se pensara que se refería a Eva».[67]
San Agustín, comentando el pasaje donde una mujer le dice a Jesús: «dichoso el vientre que te llevó» y el Señor contestó: «mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen»,[68] dice que esto significa que María, no solamente escuchó la palabra y la cumplió[69] sino que es más feliz por haber concebido a Cristo en su mente mediante la fe, que por haberlo llevado en su seno.[70] A través de ella, la misma «Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros».[71]
Por esta elección de Dios y su correspondencia por parte de María, ha visto la Iglesia en ella un modelo de perfecta cristiana, y un camino para llegar a Cristo. [n 9] [n 10] [n 11]
Cristo y la Iglesia
En el Evangelio de Mateo, Jesús habla de «su Iglesia».[72] La palabra «iglesia» viene del griego ecclesia, que significa ‘asamblea’. San Pablo de Tarso dice que la iglesia es el cuerpo de Cristo.[73]
La Iglesia católica afirma ser ella la iglesia fundada por Cristo,[74] exhibiendo entre otros argumentos, la sucesión apostólica: todos los obispos católicos han sido ordenados por otro obispo, y así, remontándose hacia atrás, se llegará a uno de los apóstoles elegidos por Cristo. Dice así san Ireneo de Lyon:
Pero la tradición de los apóstoles está bien patente en todo el mundo y pueden contemplarla todos los que quieran contemplar la verdad. En efecto, podemos enumerar a los que fueron instituidos por los apóstoles como obispos sucesores suyos hasta nosotros.
Según la Iglesia, solo en ella puede encontrarse la plenitud total de los medios de salvación dados por Cristo.[75] Sin embargo, ella misma enseña que fuera de sus límites visibles, hay muchos elementos de santificación y de verdad.[76]
Cristo y el papa
Según el catolicismo, dentro de la sucesión apostólica que concierne a todos los obispos, está la del Obispo de Roma, el papa, sucesor de san Pedro hasta nuestros días. (Véase Lista de papas). La Iglesia católica afirma que Cristo constituyó jefe de su Iglesia a San Pedro y en él a sus sucesores:
Enseñamos, pues, y declaramos que, según los testimonios del Evangelio, el primado de jurisdicción sobre la Iglesia universal de Dios fue prometido y conferido inmediata y directamente al bienaventurado Pedro por Cristo Nuestro Señor. Porque solo a Simón —a quien ya antes había dicho: Tú te llamarás Cefas [Ioh. 1, 42]—, después de pronunciar su confesión: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, se dirigió el Señor con estas solemnes palabras:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella, y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y cuanto atares sobre la tierra, será atado también en los cielos; y cuanto desataras sobre la tierra, será desatado también en el cielo [Mt. 16, 16 ss]. [Contra Richer, etc.; v. 1503]. Y solo a Simón Pedro confirió Jesús después de su resurrección la jurisdicción de pastor y rector supremo sobre todo su rebaño, diciendo: «Apacienta a mis corderos». «Apacienta a mis ovejas» [Jn. 21, 15 ss].
La Iglesia enseña que el papa es el «principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles».[78] Por esto, san Ambrosio de Milán pudo decir: «allí donde está Pedro, allí está la Iglesia».[79]
Con referencia a esto, continúa san Ireneo de Lyon en la cita que se transcribió en la sección referida a Cristo y la Iglesia:
Sería muy largo en un escrito como el presente enumerar la lista sucesoria de todas las Iglesias. Por ello indicaremos cómo la mayor de ellas, la más antigua y la más conocida de todas, la Iglesia que en Roma fundaron y establecieron los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo, tiene una tradición que arranca de los apóstoles y llega hasta nosotros, en la predicación de la fe a los hombres (cf. Rom. 1, 8), a través de la sucesión de los obispos. […] En efecto, con esta Iglesia (de Roma), a causa de la mayor autoridad de su origen, ha de estar necesariamente de acuerdo toda otra Iglesia, es decir, los fieles de todas partes; en ella siempre se ha conservado por todos los que vienen de todas partes aquella tradición que arranca de los apóstoles.
Y san Cipriano de Cartago:
El Señor habla a san Pedro y le dice: «Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Y aunque a todos los apóstoles confiere igual potestad después de su resurrección y les dice: «Así como me envió el Padre, también os envío a vosotros. Recibid el Espíritu Santo. Si a alguno perdonareis los pecados, le serán perdonados; si alguno se los retuviereis, le serán retenidos», sin embargo, para manifestar la unidad estableció una cátedra, y con su autoridad dispuso que el origen de esta unidad empezase por uno. Cierto que lo mismo eran los demás Apóstoles que Pedro, adornados con la misma participación de honor y potestad, pero el principio dimana de la unidad. A Pedro se le da el primado, para que se manifieste que es una la Iglesia de Cristo.
La Palabra de Cristo y su interpretación en la Iglesia católica
Para la Iglesia, las enseñanzas de Dios están contenidas en la Biblia y en la transmisión oral de la predicación de los apóstoles, llamada Tradición Apostólica. A su vez, estas enseñanzas han llegado a los hombres de todos los tiempos a través del Magisterio de la Iglesia, ejercido por los obispos, sucesores de los apóstoles, en comunión con el sucesor de San Pedro, el Papa.
La interpretación de la Palabra en la Iglesia católica no es libre. Tratándose de la Sagrada Escritura, por ejemplo, la Iglesia enseña que debe hacerse “estando atentos a los que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que de Dios quiso manifestarnos mediante sus palabras”.[80]
Esta interpretación es realizada por la Iglesia, “columna y fundamento de la verdad”, como dice San Pablo.[81] Y fue ejercida desde el comienzo, por los mismos apóstoles: “El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido…”.[82]
La Iglesia primitiva no tenía Nuevo Testamento. La misma inclusión de los libros sagrados en el canon bíblico, ha sido un acto del Magisterio eclesiástico.[n 12] El resto de las confesiones cristianas han heredado la Biblia (el Nuevo Testamento al menos) tal como quedó fijado por la Iglesia católica.
Ya desde el comienzo del cristianismo, surgieron opiniones divididas respecto a las enseñanzas transmitidas por Jesucristo. Por ejemplo el apóstol San Juan dice, refiriéndose a los disidentes: “ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros”.[83]
La Iglesia entiende que Dios, al revelar su palabra a través de Cristo, constituyó al mismo tiempo una autoridad presente en todos los tiempos, encargada de interpretarla sin equivocarse, a fin de mantener “la pureza de la fe transmitida por los apóstoles”, de otra manera no habría modo de saber sin que quede lugar a dudas cuál es la interpretación correcta. Esta capacidad de la Iglesia de interpretar sin equivocarse la palabra de Cristo, la Iglesia la llama “infalibilidad”, y ella entiende que la ha recibido de Cristo, conjuntamente con la misión de difundir su palabra.[84]
”El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074).
Catecismo de la Iglesia católica, 891
La gracia de Cristo en los sacramentos
Algunos párrafos del Catecismo de la Iglesia católica donde se explica la doctrina acerca de los sacramentos:
Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales el Espíritu Santo distribuye la gracia de Cristo, que es la Cabeza, en la Iglesia que es su Cuerpo.
Catecismo de la Iglesia católica, 774
"Sentado a la derecha del Padre" y derramando el Espíritu Santo sobre su Cuerpo que es la Iglesia, Cristo actúa ahora por medio de los sacramentos, instituidos por él para comunicar su gracia. Los sacramentos son signos sensibles (palabras y acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan eficazmente la gracia que significan en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo.
Catecismo de la Iglesia católica, 1113
"Adheridos a la doctrina de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento unánime de los Padres", profesamos que "los sacramentos de la nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor Jesucristo" (DS 1600-1601).
Catecismo de la Iglesia católica, 1114
La eucaristía como actualización del sacrificio de Cristo
Artículo principal: Eucaristía Especial mención merece la eucaristía. La Iglesia católica cree que la eucaristía o Santa Misa fue instituida por Cristo cuando en la Última Cena dijo: “Tomad y comed: esto es mi cuerpo”, “Tomad y bebed, esto es mi sangre”, “haced esto en conmemoración mía”.[85] Ella cree que en cada eucaristía se hace presente (“se re-presenta”) el sacrificio que Cristo hizo en la cruz de una vez para siempre, se perpetúa su recuerdo a través de los siglos y se aplica su fruto.[86] Y que el sacrificio de la cruz y el sacrificio de la eucaristía son un único sacrificio, ya que tanto en uno como en otro, Cristo es el sacerdote que ofrece el sacrificio y la víctima que es ofrecida. Se diferencian sólo en la forma en que se ofrece el sacrificio. En la cruz Cristo lo ofreció en forma cruenta, y por sí mismo, y en la Misa en forma incruenta y por ministerio de los sacerdotes.[87] Por esto san Juan Pablo II pudo decir que en la eucaristía “está inscrito de forma indeleble el acontecimiento de la pasión y muerte del Señor. No sólo lo evoca sino que lo hace sacramentalmente presente. Es el sacrificio de la Cruz que se perpetúa por los siglos”.[88]
La eucaristía como presencia real de Cristo en el mundo
La Iglesia cree que Cristo mismo está presente en la eucaristía. Esta presencia no la entiende como la que se da en una efigie, imagen, símbolo o recordatorio, sino que ella cree que está Él en persona, vivo y entero, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, de una forma “verdadera, real y sustancial”.[89]
Por ésto san Juan Crisóstomo pudo decir: “Cuánta gente dice hoy: ‘Querría ver a Cristo en persona, su cara, sus vestidos, sus zapatos’. ¡Pues bien, en la eucaristía es a él al que ves, al que tocas, al que recibes! Deseabas ver sus vestidos; y es él mismo el que se te da no sólo para verle, sino para tocarlo, comerlo, acogerlo en tu corazón”.[90]
Y san Juan Pablo II: “La Iglesia ha recibido la eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sean muy valiosos, sino como el don por excelencia, porque es don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación”.[91]
Cristo ha prometido la vida eterna a quienes lo reciben en este Sacramento:
El que come mí carne y bebe mí sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Cristo en el islam
Artículo principal: Isa (Jesús de Nazaret) En el Corán, la figura del ungido se aborda como «el hijo de Maryam, no es sino un mensajero (profeta), antes del cual han pasado otros enviados» (sura 5:75). De manera que aunque uno de los ungidos fue Jesús de Nazareth, ciertamente deja claro que no fue el único (como el resto de los profetas del islamismo), pero no es hijo de Dios (Alá), dado que Dios es solo uno y no tiene hijos ni puede ser asociado con otros dioses. Al respecto en un debate realizado en un programa televisado de la cadena SABC-TV, en 1983 bajo el título «El cristianismo y el islam», Panelistas en representación de la religión musulmana, declararon la siguientes palabras:
Nosotros los musulmanes creemos que Jesús fue uno de los mensajeros más poderosos de Dios, que él era el Cristo (al-Masīḥ), que él nació milagrosamente sin ninguna intervención masculina, que él dio vida a los muertos por permiso de Dios y que él curó esas personas que nacieron ciegos y los leprosos por permiso de Dios. De hecho, ningún musulmán es un musulmán si él o ella no cree en Jesús.
El profeta del islamismo, Mahoma, afirmó que Jesús fue enviado por Alá para ser el Mesías y que él profetizó su propia venida como sello de los profetas.[93] Aunque el Corán no lo menciona, un mesías llamado el Mahdi (el guiado por Alá) figura en la tradición islámica, tanto en el sunismo y el chiismo. El imán Mahdi es alguien que vendrá a la Tierra para traer paz y justicia y anunciará el segundo retorno de Cristo, restaurando la verdadera religión e instaurando una era de oro poco años antes del fin del mundo, un concepto más desarrollado en la secta chiita. En el Corán, Jesús está mencionado veinticinco veces. Por ejemplo:
- «Dimos a Jesús, hijo de María, las pruebas claras y le fortalecimos con el Espíritu Santo».[94]
- «¡María! Dios te anuncia la buena nueva de una Palabra que procede de Él. Su nombre es el Ungido, Jesús, hijo de María».[95]
- «El Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Dios».[96]
- «Hicimos que les sucediera Jesús, hijo de María, en confirmación de lo que ya había de la Torá».[97]
- «Y a Zacarías, a Juan, a Jesús y a Elías, todos ellos de los justos».[98]
En el islamismo, dado el estatus de profeta que tiene Jesús, tras pronunciar su nombre se dice «Isa, aleijis-salam» (‘Jesús, que la paz esté sobre él’). Este hecho suele ser desconocido fuera del ámbito del islamismo.
Cristo según los ahmadíes
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Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada, como revistas especializadas, monografías, prensa diaria o páginas de Internet fidedignas. Este aviso fue puesto el 30 de enero de 2012.
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Cristo recibe el nombre de Yuz Asaf. Creen que sobrevivió a la crucifixión y emigró a Cachemira.
Cristo en la fe bahai
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Los bahá'ís consideran a Cristo como una manifestación de Dios. Dios es uno y se ha manifestado a la humanidad a través de varios Mensajeros. Los bahá'ís denominan esto «revelación progresiva», que significa que Dios ha ido revelando a los hombres su voluntad según iban madurando y podían comprender mejor el propósito de Dios con la Humanidad. En esta visión, Dios se revela a través de varios mensajeros: Moisés, Jesús, Mahoma, El Báb y Bahá'u'lláh. En el Kitáb-i-Íqán, Bahá'u'lláh indica que estos mensajeros poseen dos naturalezas: una divina y otra humana. Examinando su naturaleza divina se puede ver que son, más o menos, lo mismo. Sin embargo, al examinar su naturaleza humana, son individuos con distinta personalidad. Por ejemplo, cuando Jesús dice «el Padre y Yo somos Uno», los bahá'ís toman esto de forma bastante literal, pero específicamente con respecto a su naturaleza como Manifestación. Esta naturaleza divina, según Bahá'u'lláh, significa que cualquier Manifestación de Dios puede decir que es el retorno de la anterior, aunque los bahá'ís creen que cada Manifestación con una función específica vuelve con un «nuevo nombre» y un propósito diferente o mayor. Los bahá'ís creen que Bahá'u'lláh es el retorno de Cristo.
Cristo en el budismo
Las perspectivas sobre Cristo en los budistas difieren. Algunos, incluyendo Tenzin Gyatso (el 14 Dalái Lama),[99] ven a Cristo como un bodhisattva que dedicó su vida al bienestar de la humanidad. El maestro zen del siglo XIV Gasan Jōseki indicó que las palabras de Cristo en el Evangelio fueron escritas por un hombre iluminado.[100]
La diferencia más plástica y expresiva entre Cristo y el Buda se ve en la contraposición del rostro sufriente del crucificado y la sonrisa pacificadora del iluminado (Buda). El budismo no acepta que el Iluminado sufriera en vida después de llegar a la iluminación. Buda estuvo por encima del sufrimiento, pues no en vano ahí radica la esencia del budismo, en la superación del sufrimiento. Pero budismo y cristianismo coinciden en que el sufrimiento es superado al final. Comparten la esperanza en la liberación del sufrimiento.
Como en el caso del hinduismo, el budismo admite pluralidad de iluminados, pluralidad de budas (Buda tuvo predecesores y sucesores). Aquí habría una diferencia fundamental con el cristianismo que mantiene que Cristo no es un caso más de acceso a la perfección. Y es que el budismo es una tradición cíclico-mística que busca una vía de liberación interior y el cristianismo es histórico-profético, cree en la acción de Dios en determinados acontecimientos.
Por último está el gran escollo para la comprensión religiosa del budismo. Buda calló sobre Dios, no se planteó esa cuestión por considerar que suponía otra forma de apego a la realidad material. Por encima del posible valor que pudiera suponer la búsqueda de Dios está el carácter radical de contingencia de toda la realidad y la necesidad de liberarse de ella para que cese el sufrimiento, condición metafísica de la existencia. Cristo habla de Dios con la confianza del chiquillo en su padre (Abba). Y propone que esa confianza sea más fuerte que la aparente victoria de la muerte. Desde esa confianza, el amor solidario y compasivo y el compromiso por evitar la parte de sufrimiento causada por la injusticia tiene sentido, es el sentido cristiano de la vida.
Cristo en el hinduismo
Cristo en el mandeísmo
Los mandeos, un grupo religioso gnóstico de Oriente Medio, ve a Juan Bautista como el mayor profeta de Dios, mientras que para ellos Cristo no es más que un falso profeta del falso dios judío Adonai del Antiguo Testamento.[101] e igualmente rechazan a Abrahán, Moisés y Mahoma.
Cristo en el maniqueísmo
Los maniqueos aceptan a Cristo como profeta, junto con Buda y Zoroastro.[102]
Cristo según la cienciología
El fundador de la cienciología, L. Ron Hubbard la describió como «la continuación anglicanizada occidental de muchas formas de sabiduría tempranas», y cita las enseñanzas de Jesucristo entre los sistemas de creencias que forman parte de esas «formas tempranas». Es reconocido como parte de su «legado religioso» y «es visto como uno de muchos buenos maestros».
Conclusión:
Un espiritista de Verdad, que tiene la responsabilidad de evaluar éste tema y pesar en el tamíz de la lógica y la razón. No anda olvidándose que Jesús no fue Dios, no vino a la redención de la raza humana, no era el Mesías Salvador ni redentor. Solo los religiosos cristianos presentaron a Jesús como Salvador de pecados y redentor con su sangre derramada en la crucifixión.
Jesús, no fundó ninguna iglesia, no era Cristiano, no fundo el cristianismo. Por lo tanto no hay porque estar discutiendo a lo que vino jesus ni que era Jesús.
Sencillamente Jesús fue un Mesías Divino, con mensaje moralizador para la humanidad. Y que demostró el progreso de los Espíritus, hasta llegar a su perfeccion y pureza espiritual que logro luego de la crucificcion y que se evidencio cuando su cuerpo desapareció del sepulcro cerrado y sellado por los romanos.
El Espiritismo no puede ser coparticipe de los cristianos en la evangelización del mundo porque él no era Dios, ni Salvador, ni redentor de la humanidad, Jesús era un Espíritu Superior a todos los que habitaban este mundo y logró su perfección luego de su sufrimiento y haber cumplido su misión que era y es, según el libro de los Médiums, ítem #303:
“Que es el mejoramiento moral de la humanidad”.
Los religiosos en el Espiritismo, nunca han leído los Libros Codificados, han querido destruir el Espiritismo, inconscientemente o a propósito, introduciendo y vinculando el catolicismo y el concepto de Jesús, redentor y salvador.
Los Espiritistas de Verdad, pueden fácilmente entender esto con lógica y fe razonada.
Entonces, el Espiritismo está muy claro en que Jesus el Nazareno es el Mesías Divino (Génesis espiritual,
El propósito de Jesús está claramente definido en el Libro de los Médiums que indica que su objetivo era el mejoramiento moral de la humanidad.
Precisamente ese propósito de decirnos que mediante el mejoramiento moral o sea de Bien Común, es lo correcto, y los propósitos de Dios para la humanidad. Fue eso lo que le costó la vida a Jesús en una infame crucifixión de hombres orgullosos y perversos como Ananías, Caifás y Poncio Pilato.
Decir que el Espiritismo es cristiano y que debemos cristianizar a través del Espiritismo, está en contra de los propósitos reales de Moralización a la humanidad. Es creerse exclusivos, es ser orgullosos, y es tergiversar los propósitos del Espiritismo. Repetir con vehemencia y como un robot, que el Espiritismo es cristiano y es para Cristianizar, no está avalado por los Espíritus de la Codificación, ni por el Espiritismo y resulta ser demarcatorio y pernicioso, pues toda demarcación en el Espiritismo es Falso y Pernicioso, vea: [Libro de Los Espíritus -
Ítem #842. Puesto que todas las doctrinas abrigan la pretensión de ser la única expresión de la verdad, ¿por qué signos podremos reconocer a aquella que tenga el derecho de presentarse como tal?
- Será la que haga más hombres de bien y menos hipócritas, vale decir, más hombres que practiquen la ley de amor y caridad en su mayor pureza y en su más amplia aplicación. Por ese indicio reconoceréis que una doctrina es buena, pues toda doctrina que tenga por resultado sembrar la discordia y establecer demarcaciones entre los hijos de Dios no puede ser sino falsa y perniciosa.].
Además, que las demarcaciones no te conducen a Dios, ni adelantan el espíritu, una pérdida de tiempo en una existencia.
Entonces, Jesús no perteneció a los cristianos, ni a los esenios, ni a los Judíos, ni a los Gnósticos; solo apareció para dar un mensaje Moral universal que es la definición de Bien Común a la humanidad y conforme a lo que expresa el Libro de Los médiums, Ítem #303.
Frank Montañez
Jesús no perteneció a ninguna religión o secta en su encarnación como hombre. El fue crucificado en el año 33, y los Cristianos fueron instituidos como religión, después del año 50 de la llamada era cristiana. No existe evidencia de que haya pertenecido, ni tan siquiera a los esenios, que había sido la creencia.
Comencemos y veamos en este articulo la relación de Jesús con los Esenios que muchos tratan de vincular a Jesús. Muchos tratan de vincular a Jesús con los Esenios, pero si Jesús hubiera sido esenio no hubiese asistido a la fiesta de dedicación que era claramente no aceptada por los esenios. El Evangelio de Juan, indicó que los judíos repudiaban a Jesus:
Juan 10:22-40
La Biblia de las Américas (LBLA)
Jesús, uno con el Padre
22 En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. 23 Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón. 24 Entonces los judíos le rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo claramente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí. 26 Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; 28 y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno.
Los judíos amenazan a Jesús
[ Los judíos amenazan a Jesús ] Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
31 Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedreáis? 33 Los judíos le contestaron: No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: “Yo dije: sois dioses”? 35 Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar), 36 ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: “Blasfemas”, porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”? 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; 38 pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre. 39 Por eso procuraban otra vez prenderle, pero se les escapó de entre las manos.
40 Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.
Cross references:
[ Los judíos amenazan a Jesús ] Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
Por lo tanto, Jesús no puede vincularse a ninguna religión, sería entonces, el mensaje de Jesús de algún modo tergiversado. Jesús, ha sido y será el portador del mensaje más trascendental que la humanidad ha recibido jamás. Nos toca a los que creemos en su mensaje, que lo dignifiquemos no relacionándolo con ninguna corriente de pensamientos religiosos que haya existido jamás.
Estudios divulgados entre 1995 y 2009, particularmente los relacionados con el profesor Norman Golb de la Universidad de Chicago [14] y la Dra. Rachel Elior de la Universidad Hebrea de Jerusalén, sugieren que los manuscritos del Mar Muerto o rollos de Qumrán no fueron escritos por los Esenios, sino por sacerdotes saduceos expulsados del templo de Jerusalén. Para Elior, los Saduceos, una secta descendiente del sumo sacerdote Sadoc que ungió a Salomón como rey, son los verdaderos autores de los rollos de Qumrán, los mismos que pertenecieron al Templo y se trasladaron al Mar Muerto con la intención de protegerlos. Rachel Elior también afirma que los Esenios fueron introducidos por el historiador Flavio Josefo, mientras que no existe mención alguna de los Esenios en los manuscritos del Mar Muerto; a la vez que no se encuentra testimonio histórico de los Esenios en fuentes hebreas o arameas. Considera atípico que personas que hubiesen coexistido en vida comunitaria de forma parca y frugal –contrario a la ley de la Torá– no aparezcan mencionados en fuentes hebreas o griegas.[15]
Nota de Frank:
(Ref: Libro de EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO)
Sinagoga, (del griego Sunagogué, asamblea, congregación). En Judea sólo había un templo (que era el de Salomón), en Jerusalén, en donde se celebraban las grandes ceremonias del culto. Los judíos acudían allí todos los años en peregrinación por las principales fiestas, tales como la de Pascua, la Dedicación, y los Tabernáculos. Con motivo de estas fiestas hizo Jesús muchos viajes a Jerusalén. Las otras ciudades no tenían templos, sino sinagogas, edificios en donde se reunían los judíos el día de sábado para hacer las oraciones públicas bajo la dirección de los ancianos y de los escribas, o doctores de la ley; había también lectura de libros sagrados, que se explicaban y comentaban; todos podían tomar allí la palabra, y así es que Jesús sin ser sacerdote, enseñaba en las sinagogas los días de sábado. Después de la ruina de Jerusalén y de la dispersión de los judíos, las sinagogas, en las ciudades que habitaban, les servían de templos para la celebración de culto.
La secta de Los saduceos no creían ni en la inmortalidad del alma, ni en los buenos y malos ángeles;, por lo tanto Jesús no podía ser parte de este grupo de modo alguno. Tambien se mencionan los Esenios, pero no existe indicación alguna de que Jesús fuera miembro de este grupo, a pesar de que ellos creían en los principios de moral que profesaban han hecho pensar a algunas personas que Jesús formó parte de esta secta antes de que empezara su misión pública. Lo que es cierto es que debió conocerla; pero nada prueba que se hubiese afiliado a ella y todo lo que se ha escrito sobre este asunto
es hipotético.
Saduceos. Secta judáica que se formó hacia el año 248 antes de J. C.; llamadaasí de Sadock, su fundador. Los saduceos no creían ni en la inmortalidad del alma, ni en los buenos y malos ángeles; sin embargo, creían en Dios, pero no esperando nada después de la muerte, no le servían sino con la mira de recompensas temporales, a lo que, según ellos, se limitaba su providencia; la satisfacción de los sentidos era también a sus ojos el objeto esencial de la vida. En cuanto a las escrituras, se atenían al texto de la antigua ley, no admitiendo ni la tradición ni ninguna interpretación; colocaban las buenas obras y la ejecución pura y simple de la ley, sobre las prácticas exteriores del culto; como se ve, eran los materialistas, los deístas y los sensualistas de la época. Esta secta era poco numerosa, pero contaba con personajes importantes, y vino a ser un partido político constantemente opuesto a los fariseos.
Esenienses o Esseneenses, secta judáica fundada hacia el año 150 antes de J. C.; en tiempo de los Macabeos, y cuyos miembros, que habitaban en una especie de monasterio, formaban entre sí una clase de asociación moral y religiosa. Se distinguían por sus costumbres dulces y virtudes austeras, enseñaban el amor a Dios y al prójimo, la inmortalidad del alma y creían en la resurrección. Vivían en el celibato, condenaban la esclavitud y la guerra, sus bienes eran comunes y se entregaban a la agricultura. Opuestos a los saduceos sensuales que negaban la inmortalidad, y a os fariseos rígidos por sus prácticas exteriores entre los cuales la virtud era aparente, no tomaron parte en ninguna de las querellas que dividían a estas dos sectas. Su género de vida se aproximaba a la de los primitivos cristianos, y los principios de moral que profesaban han hecho pensar a algunas personas que Jesús formó parte de esta secta antes de que empezara su misión pública. Lo que es cierto es que debió conocerla; pero nada prueba que se hubiese afiliado a ella y todo lo que se ha escrito sobre este asunto es hipotético (1).
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(l) "La muerte de Jesus", que se dice escrita por un hermano Esseniense, es un libro completamente apócrifo escrito con la mira de servir a una opinión y que en sí mismo encierra la prueba de su origen moderno.
¿Quienes fueron los Esenios?
Los esenios (del griego «Εσσηνοι», «Εσσαιοι» o «Οσσαιοι»; Essinoi, Esenios, Ossa) eran un movimiento judío, establecido probablemente desde mediados del siglo II a.C., tras la revuelta macabea y cuya existencia hasta el siglo I está documentada por distintas fuentes.[1] [2] Sus antecedentes inmediatos podrían estar en el movimiento hasideo, de la época de la dominación Seléucida (197 a 142 a. C.)
Sobre el origen de la palabra esenios se han tejido varias hipótesis: puede provenir de la palabra "santos" en griego «ὅσιος» ossa, o ser una referencia a "los piadosos" hasidei, en arameo hesé. Escritos árabes se refieren a ellos como magaritas, "de las cuevas".
Documentos
Durante mucho tiempo fueron sólo conocidos por las referencias de autores antiguos, tales como Plinio el Viejo [2] , Flavio Josefo,[1] Filón, Dión Crisóstomo, Hipólito de Ostia y Epifanio de Constancia, aunque para algunos estudiosos, los esenios eran un grupo de ascetas que vivían aislados en comunidades separadas, probablemente la mayoría de los varios miles de miembros de la secta vivían en pueblos y ciudades[1] y una importante comunidad esenia vivía en Jerusalén,[3] en cuyas murallas se encontraba la "puerta de los esenios,[4] que ha sido encontrada ya por los arqueólogos.[3
La Comunidad
Tras la revuelta Macabea (166-159 a. C.), que habían apoyado pero cuyos resultados finales no compartieron, se retiraron al desierto para "preparar el camino del Señor", bajo el mando de un nuevo líder, el Maestro de Justicia.Si alguien deseaba ser miembro de la comunidad (Yahad) debía ser instruido, aceptado y luego pasar dos años de prueba para ingresar definitivamente. A los que hacían el juramento y entraban en la comunidad se les exigía una vida entera de estudio de la Ley, humildad y disciplina. No volvían a jurar pues estaban obligados a decir siempre la verdad. Sus bienes pasaban a ser parte de toda la comunidad y, al igual que los frutos del trabajo personal, se distribuían según las necesidades de cada uno, dejando una parte para auxiliar a pobres, viudas, huérfanos, mujeres solteras de edad, desempleados, forasteros y esclavos fugitivos que, sin ser integrantes de la comunidad, requirieran ayuda. Se imponía también la observancia de un estricto código de disciplina, cuya base era la corrección fraterna mutua.[5] Por lo general, las mujeres no eran aceptadas dentro de la comunidad, y los hombres practicaban el celibato toda su vida,[6] aunque según Josefo, una parte de los esenios sí permitían el matrimonio[7] y entre las normas de Qumran se reconoce claramente la opción de casarse,[8] pero se exige monogamia estricta para todas las personas, incluso los reyes.[9
Administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el Maestro de justicia. Este personaje, del que se especula más gracias a los manuscritos del Mar Muerto, actuó hacia el 150 a. C. y se habría opuesto al Sumo Sacerdote Jonatán, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios. Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco. La arqueología muestra que la ocupación de Qumrán fue intensa del 103 al 76 a. C., durante los reinados de Aristóbulo I y Alejandro Janeo, quienes persiguieron cruelmente a sus opositores.
El esenismo no se limitó a Qumrán. Se sabe que en el siglo I en Jerusalén había un barrio esenio. Muchos esenios, unos 4.000, según Flavio Josefo, vivían en las ciudades, de una forma particular, pacifista, en comunidad de bienes, manifestando su doctrina. Según este autor, parte de los esenios no se casaban, pero otros por el contrario sí lo hacían. Entre estos últimos estaban los de Qumrán, que debían contraer matrimonio a la edad de 20 años.
La comunidad de Qumrán se auto sostenía con los trabajos agrícolas. En las ruinas es notable el número de depósitos de agua. Estos eran imprescindibles para las necesidades físicas de la comunidad en medio del desierto, pero también desempeñaban una parte importante de su ritual, que incluía numerosos lavados. Algunos han supuesto que, así como los terapeutas egipcios también, dentro de sus leyes y deberes los esenios eran vegetarianos, pero no hay absolutamente nada que indique tal cosa en los rollos de Qumran.
Se ha especulado con que Jesús de Nazaret y Juan el Bautista tenían relación con ellos o incluso pertenecían a la secta: "parece que Juan el Bautista y tal vez también Jesús y su familia fueron cercanos a esta comunidad. En cualquier caso, en los manuscritos de Qumrán hay múltiples puntos de contacto con el mensaje cristiano. No puede descartarse que Juan el Bautista viviera un tiempo en esta comunidad y haya recibido en ella, en parte, su formación religiosa".[10] Entre ellos se ha querido ver el germen del cristianismo y Renán llegó a escribir que "el cristianismo fue en gran medida el esenismo triunfante".[11] Quienes niegan la relación entre Jesús y los esenios citan una referencia en el evangelio de Juan 10:22-23, donde habla que Jesús asistió a la fiesta de la Dedicación o Jánuca, de la cual se cree que los esenios no participaban, por considerar dicha fiesta ilegal ya que no era ordenada por la Tanaj. Sin embargo, Jesús estaba en Jerusalén desde dos meses antes, cuando había ido a la Fiesta de las Tiendas (Juan 7:2-10).
Respecto a si Jesús perteneció a la congregación de los esenios o compartió sus puntos de vista, se sabe por los evangelios sinópticos que es posible que Jesús haya celebrado la Pascua en la fecha indicada en el calendario seguido en Qumran, ya que los mismos indican claramente que la última cena fue una celebración de Pascua (Mateo 26:17-19, Marcos 14:12-16, Lucas 22:7-15) y además que la unción de Betania ocurrió dos días antes de la fiesta de los panes sin levadura y la Pascua (Marcos 14:1-9), mientras que el evangelio de Juan indica que la unción de Betania fue seis días antes de la Pascua (Juan 12:1) y Jesús murió el día anterior a la Pascua oficial (Juan 16:31).[12] La Biblia sin embargo no menciona el término Esenio; tampoco se ha encontrado una fuente histórica en hebreo o arameo que designe a alguna comunidad o secta con el nombre griego de "Esenios" y los rollos de Qumran usan designaciones como "comunidad de los santos", "congregación de los pobres" y "asamblea de los numerosos".[13]
Existen Controversias en esto...
Estudios divulgados entre 1995 y 2009, particularmente los relacionados con el profesor Norman Golb de la Universidad de Chicago14] y la Dra. Rachel Elior de la Universidad Hebrea de Jerusalén, sugieren que los manuscritos del Mar Muerto o rollos de Qumrán no fueron escritos por los Esenios, sino por sacerdotes saduceos expulsados del templo de Jerusalén. Para Elior, los Saduceos, una secta descendiente del sumo sacerdote Sadoc que ungió a Salomón como rey, son los verdaderos autores de los rollos de Qumrán, los mismos que pertenecieron al Templo y se trasladaron al Mar Muerto con la intención de protegerlos. Rachel Elior también afirma que los Esenios fueron introducidos por el historiador Flavio Josefo, mientras que no existe mención alguna de los Esenios en los manuscritos del Mar Muerto; a la vez que no se encuentra testimonio histórico de los Esenios en fuentes hebreas o arameas. Considera atípico que personas que hubiesen coexistido en vida comunitaria de forma parca y frugal –contrario a la ley de la Tora– no aparezcan mencionados en fuentes hebreas o griegas.[15]
La autoría saducea de los rollos del Mar Muerto ha sido refutada por varios expertos,[16] ya que las reglas de Qumran y el Documento de Damasco exigen explícitamente la comunidad de bienes[17] como requisito de ingreso,[18] lo cual era opuesto a las prácticas saduceas. Los qumranitas se designaban como "los pobres", mientras los saduceos pertenecían a la crema de la sociedad rica y aristocrática.[19] Aunque los autores de los rollos encontrados reclaman su origen sacerdotal y por tanto un origen común con los Saduceos, también denuncian que el Templo fue contaminado por la corrupción de los sacerdotes que quedaron allí, por lo cual es imposible que fueran estos últimos al huir quienes hayan preservado los rollos. Durante los años de control saduceo del Templo, del 134 al 76 a. C., durante los gobiernos de Juan Hircano, Aristóbulo I y Alejandro Janneo, los autores de los rollos fueron severamente perseguidos, luego es claro que no eran saduceos sino sus contradictores.[19] La angelología,[16] así como insistencia de los diversos rollos en seguir el calendario solar del libro de los Jubileos y 1 Henoc excluye también la posibilidad de una autoría saducea.
Según The Interpreter’s Dictionary of the Bible, los esenios eran aún más exclusivos que los fariseos y “a veces podían ser más farisaicos que estos mismos”. Sin embargo, mientras los fariseos, para salvar una propiedad, permitían que un sábado se sacara de un pozo a una res accidentada ("vosotros" Mateo 12:11), pero se oponían a curar a las personas en sábado, los esenios en cambio se oponían a rescatar una vaca de un pozo el sábado,[20] pero a la vez si se trataba del accidente de una persona un sábado, exigían quitarse las ropas y rescatar con ellas a quien fuera que hubiera caído al agua, inmediatamente, el mismo sábado.[21] (Documento de Damasco XI:12-15)
Ahora bien, aunque Jesús nació en un hogar Judío, el era Judío por nacimiento, pero no fue reconocido por los mismos Judíos por las siguientes razones:
¿Por qué los judíos no creían en Jesús?
Durante 2.000 años, los judíos han rechazado al cristianismo. ¿Por qué, los judíos no aceptan a Jesús como su Mesías? ¿Por qué?:
- Jesús no cumplió las profecías mesiánicas.
- El cristianismo contradice la teología judía.
- Jesús no cumplió con los requisitos de Mesías.
- Los versículos bíblicos referentes a "Jesús" son traducciones incorrectas.
- La creencia judía está basada en una revelación nacional.
Es importante entender por qué los judíos no creen en Jesús. El propósito no es despreciar otras religiones, sino plantear y clarificar la posición judía. Cuanto más información haya para escoger, la gente podrá tomar mejores decisiones acerca de sus vidas espirituales. Veamos punto por punto las posturas de los Judíos en relación a Jesús
Jesús No Cumplió las Profecías Mesiánicas. ¿Qué es lo que el Mesías tiene que lograr?
La Biblia dice que debe:
- Construir el Tercer Templo (Ezequiel 37:26-28)
- Reunir a todos los judíos de regreso en la tierra de Israel (Isaías 43:5-6).
- Traer una era de paz mundial, acabar con el odio, la opresión, el sufrimiento y la enfermedad. Como está escrito: "Una nación no levantará espada contra otra nación; y tampoco los hombres estudiarán más cómo hacer guerra"(ver Isaías 2:4).
- Esparcir un conocimiento universal sobre el D-os de Israel - uniendo a toda la raza humana como una. Como está escrito:"Dios será Rey sobre todo el mundo - ese día, D-os será Uno y Su Nombre será Uno" (Zacarías 14:9).
- El hecho histórico es que Jesús no cumplió con ninguna de estas profecías mesiánicas.
- El Cristianismo Contradice la Teología Judía ¿Dios como tres?
La idea cristiana de la trinidad divide a Dios en tres entes separados: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19).
Esto contradice al Shemá, la base de la creencia judía: "Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es UNO" (Deuteronomio 6:4).
Los judíos declaran la unicidad de Dios cada día, escribiéndola en los marcos de sus puertas - las mezuzot, y atándola a sus brazos y a sus cabezas - los tefilín. Esta aseveración de la unicidad de Dios, son las primeras palabras que se le enseñan a un niño judío, y las últimas palabras que se dicen antes de morir.
En la ley judía, el adorar a una trinidad divina es considerado idolatría - uno de los pecados cardinales por los que un judío debe dar la vida antes de transgredirlo. Esto explica por qué durante las inquisiciones y durante toda nuestra historia, los judíos han preferido dar sus vidas antes que convertirse.
¿El Hombre Como Dios?
Los cristianos creen que Dios vino a la tierra en forma de un hombre, como Jesús dijo: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:30). Maimónides dedica la mayoría de su libro "La Guía de los Perplejos" a la idea fundamental de que Dios carece de cuerpo, es decir de una forma física. Dios es Eterno, está por encima del tiempo. Es Infinito, más allá del espacio. No pudo haber nacido y no puede morir. Decir que Dios asume una forma humana hace a Dios pequeño, destruyendo Su Unicidad y Divinidad, como dice la Torá: "Dios no es un mortal" (Números 23; 19). El judaísmo dice que el Mesías va a nacer de padres humanos, con atributos físicos como cualquier otra persona. No va a ser un semi-dios, y no va a poseer características sobrenaturales. De hecho, un individuo vive en cada generación con la capacidad de tomar el papel de Mesías (ver Maimónides- Leyes de Reyes 11:3).
¿Intermediario Para el Rezo?
Una idea básica del cristianismo es que el rezo debe ser dirigido a través de un intermediario - por ejemplo confesar los pecados a un cura. Jesús mismo es un intermediario, como él mismo dijo: "Ningún hombre venga hacia al Padre sino a través mío". En el judaísmo, el rezo es una cuestión totalmente privada, entre cada individuo y Dios. Como la Biblia dice: "Dios está cercano a todo aquel que lo llame verdaderamente" (Salmos 145: 18). Más aún, los Diez Mandamientos dicen: "No debes tener otros dioses delante de Mí", es decir que está prohibido poner un mediador entre Dios y el hombre. (Ver Maimónides - Leyes de idolatría - cap. 1).
Participación en el Mundo Físico.
El cristianismo comúnmente trata al mundo físico como algo malo que debe ser evitado. María, la mujer cristiana más sagrada es retratada como una virgen. Entre los curas y las monjas se maneja el celibato. Los monasterios están en lugares remotos y alejados. Por el contrario, el judaísmo cree que Dios creó el mundo físico para nuestro beneficio, no para frustrarnos. La espiritualidad judía se obtiene mediante la utilización del mundo físico de manera tal que lo eleva. Las relaciones íntimas en un contexto adecuado es uno de los actos más sagrados que una persona puede realizar. El Talmud dice que si una persona tiene la oportunidad de probar una fruta nueva y se rehúsa a hacerlo, tendrá que rendir cuentas de ello en el mundo venidero. Las escuelas rabínicas judías enseñan cómo vivir dentro del bullicio de la actividad comercial. Los judíos no se retiran de la vida, la elevan.
Jesús No Cumplió Con los Requisitos de Mesías.
Mesías como Profeta
Jesús no fue un profeta.
La profecía sólo puede existir cuando la tierra está habitada por una mayoría de judíos. Durante el tiempo de Ezrá (C. año 300 a.e.c.) la mayoría de los judíos se rehusaron a desplazarse de Babilonia hacia Israel, por ende la profecía terminó con la muerte de los últimos profetas - Jagai, Zacarías y Malají. Jesús apareció en la escena aproximadamente 350 años después de que la época de los profetas había terminado.
Descendiente de David.
El Mesías debe ser descendiente del Rey David por el lado paterno (Ver Génesis 49:10 e Isaías 11:1). De acuerdo al cristianismo que dice que Jesús fue producto de un nacimiento de una virgen, él no tuvo un padre - y por ende no pudo haber tenido la posibilidad de cumplir la profecía mesiánica de ser descendiente del rey David por el lado paterno!
Observancia de la Torá
El Mesías va hacer que el pueblo judío cumpla con todas las leyes de la Torá. La Torá plantea que todas las mitzvot permanecerán obligatorias para siempre y que cualquiera que venga a cambiar la Torá es inmediatamente identificado como un falso profeta (Deuteronomio 13; 1 - 4). A lo largo del nuevo testamento Jesús contradice a la Torá y dice que seis mandamientos ya no son aplicables (Juan 1:45 y 9:16, Acts 3:22 y 7:37).Los Versículos Bíblicos Referentes a "Jesús" son Traducciones Incorrectas. Los versículos bíblicos sólo pueden ser entendidos al estudiar el texto en su idioma original - lo que revela muchas discrepancias con la traducción cristiana.
Una Virgen Dio a Luz
La idea cristiana de que una virgen dio a luz ha derivado de un versículo en Isaías que describe a un "alma" dando a luz. La palabra hebrea "alma" siempre ha significado "una mujer joven", pero los teólogos cristianos vinieron siglos después a traducirla como "virgen". Esto está de acuerdo con la idea pagana de los mortales siendo absorbidos por dioses.
Crucifixión
El versículo en Salmos 22:17 dice: "Como un león ellos están en mis manos y pies". La palabra hebrea keari (como un león) es gramaticalmente similar a la palabra "clavado". Sin embargo, el cristianismo lee el versículo como una referencia al crucifijo: "Ellos perforaron mis manos y pies".
Un Sirviente que Sufre
Los cristianos declaran que en el libro de Isaías capítulo 53 el texto se refiere a Jesús. Pero en realidad, el profeta Isaías en el capítulo 53 de su libro continúa directamente el tema del capítulo 52 describiendo el exilio y la redención del pueblo judío. Las profecías están escritas en el singular puesto que los judíos ("Israel") son considerados como una unidad. La Torá está llena de ejemplos del pueblo judío considerado con un pronombre singular. Irónicamente las profecías de persecución de Isaías se refieren en parte al siglo XI cuando los judíos fueron torturados y matados por las cruzadas que actuaron en nombre de Jesús.
¿De dónde surgieron estas traducciones erróneas? Sn. Gregorio, el Arzobispo de Nanianuz del sig IV escribió: "Un poquito de jerga es todo lo que se necesita para imponerse sobre la gente. Cuanto menos comprendan, más admirarán".
La Creencia Judía Está Basada en una Revelación Nacional
De las 15.000 religiones que existieron en la historia de la humanidad, sólo el judaísmo basa sus creencias en una revelación nacional - es decir: Dios hablándole a todo el pueblo. Si Dios va a comenzar una religión, tiene sentido que se lo diga a todos, y no sólo a una persona. El judaísmo, único entre la mayoría de las religiones principales del mundo, no basa sus creencias en "declaraciones de milagros" para establecer su religión. De hecho la Biblia dice que Dpos algunas veces garantiza el poder de "milagros" a los charlatanes, para poder probar la lealtad de los judíos hacia la Torá (Deuteronomio. 13:4). Maimónides dice (Pilares de la Torá cap. 8):Los judíos no creyeron en Moshé, nuestro maestro, por los milagros que realizó. Cuando la creencia de una persona está basada en ver milagros, tiene dudas persistentes, porque es posible que los milagros fueron hechos a través de la magia o la brujería. Todos los milagros realizados por Moshé en el desierto ocurrieron porque fueron necesarios, y no como prueba de su profecía.¿Cuál fue entonces la base de la creencia judía?
[NOTA: No existe evidencia científica de los llamados milagros de Moises, nada sostiene esas historias de Milagros, sino un FE CIEGA, que no se puede probar. El Espiritismo no cree en los Milagros, porque son resultado del cumplimiento de las leyes naturales de Dios, nada insólito ocurre en lo que se les llama Milagros] .
Los científicos no han podido demostrar que ninguna de las historias en en el Libro de Génesis ha sido probada científicamente. El ÉXODO, nunca existió. no existe evidencia de eso.
(101 CONTRADICCIONES EN LA BIBLIA, El Éxodo nunca existió y Génesis son historias inventadas que no se pueden corroborar.)
La revelación en el Monte Sinai, que vimos con nuestros propios ojos y escuchamos con nuestros oídos, sin depender del testimonio de otros.
Como está escrito: "Cara a cara, Dios habló contigo.."La Torá también cita:
Dios no hizo este pacto con nuestros padres, sino con nosotros - que estamos todos vivos hoy" (Deuteronomio 5:3). El judaísmo no es "milagros". Es la experiencia personal de cada hombre, mujer y niño."
Judíos y Gentiles
El judaísmo no demanda que todos se conviertan a la religión judía. La Torá de Moshé es la verdad para la humanidad, sea la persona un judío o no. El rey Salomón le pidió a D-os contestar los rezos de los no-judíos que iban al Templo Sagrado (Reyes I 8:41-43). El profeta Isaías se refiere al Templo como la "Casa para las naciones". El servicio en el Templo durante Sucot presentaba 70 sacrificios animales correspondientes a las 70 naciones del mundo. (De hecho, el Talmud dice que si los romanos se hubieran dado cuenta del beneficio que obtenían del Templo, nunca lo hubieran destruido). Los judíos nunca han buscado convertir a la gente, puesto que la Torá prescribe un camino adecuado para los gentiles, llamado las "siete leyes de Noaj". Maimónides explica que cualquier ser humano, que con fe observa estas leyes morales básicas, gana un lugar propio en el cielo.
De manera que Jesus, apareció en la escena de la vida, cuando ya la religión Jadia ya había sido fundada, mucho tiempo antes. Jesus no fue aceptado por los Judíos, por lo tanto Jesus, tampoco era Judío.
"Jesús no era cristiano, ni esenio, ni Judío, ni Gnóstico; solo apareció para dar un mensaje Moralizador y Consolador a toda la humanidad..."
Frank Montañez
Este articulo ha tenido el propósito de aclarar que Jesús no pertenecía a ninguna secta, ni a ninguna religión, y que el propósito de encarnar como hombre obedecía a que era un Mensajero Divino, según lo indica el Libro de Génesis Espiritual, escrito por Allan Kardec.
Referencias
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- ↑ Saltar a: a b Plinio el viejo Historia Natural libro v - 73.
- ↑ Saltar a: a b Qumran - Centro de una secta judia del periodo del Segundo Templo y los Rollos del Mar Muerto Israel Ministry of Foreing Affairs.
- Volver arriba ↑ Flavio Josefo, Guerra de los Judíos 5,145.
- Volver arriba ↑ Documento de Damasco V:24-VI:1
- Volver arriba ↑ Plinio el Viejo, Historia Natural, 5,73; Flavio Josefo, Guerra de los Judíos II, 7, 2; Filón de Alejandría, Hypothetica 11,1
- Volver arriba ↑ Guerra de los Judíos 2,8,13
- Volver arriba ↑ Documento de Damasco VII: 7-8
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- Volver arriba ↑ García Martínez, Florentino (editor y traductor); Textos de Qumrán: 40; Editorial Trotta, Madrid, 1992 (6ª edición 2009).
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- Volver arriba ↑ Regla de la Comunidad 1QS V: 2
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Referencias bibliográficas
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- Vidal Manzanares, César (1995, Madrid). Los manuscritos del mar muerto. Alianza. ISBN 84-206-4664-4.
- Schonfield, Hugh J. (2005, Madrid). El Enigma de los Esenios: los orígenes del cristianismo y el misterio del verdadero maestro. EDAF. ISBN 978-84-414-1618-5.
- Vidal Manzanares, César (2006, Barcelona). Jesús y los manuscritos del mar muerto. Planeta. ISBN 84-08-06528-9.
Véase también