Hallan océano bajo superficie de luna de Saturno
abril 4, 2014 8:28 amPublicado en: ciencia, La buena noticia
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Un océano oculto bajo la superficie de una luna de Saturno, Encélado, podría alojar vida microbiana extraterrestre, anunciaron el jueves científicos de la NASA.
Las primeras mediciones fueron realizadas por la sonda Cassini bajo la superficie del polo sur de esta luna congelada.
La superficie del mar es más o menos equivalente a la del lago Superior en Estados Unidos, el segundo más grande de la Tierra, y su fondo está constituido por rocas, que podrían favorecer el desarrollo de pequeñas formas de vida.
Los astrónomos habían mencionado la posibilidad de la existencia de un océano subterráneo desde 2005, luego de que fuera detectado vapor escapando de varios agujeros cerca del polo sur de esta luna.
Los astrónomos habían mencionado la posibilidad de la existencia de un océano subterráneo desde 2005, luego de que fuera detectado vapor escapando de varios agujeros cerca del polo sur de esta luna.
“Estos chorros cerca del polo sur de Encélado contienen agua salada y moléculas orgánicas, los ingredientes químicos elementales para crear la vida”, explicó Linda Spilker, jefa del proyecto Cassini en la agencia espacial estadounidense.
“El hallazgo cambia nuestro punto de vista respecto a las ‘zonas habitables’ en el interior de nuestro sistema solar y en los sistemas planetarios pertenecientes a otras estrellas”, agregó.
La sonda Cassini detectó la forma del campo gravitacional de Encélado en el transcurso de tres sobrevuelos entre 2010 y 2012. Los datos recogidos durante estos pasajes de la sonda han sido estudiados de cerca para determinar con bastante precisión la composición de Encélado.
La misión Cassini está dirigida por la NASA y recibe cooperación de la agencia espacial italiana y la agencia espacial europea.
La sonda fue lanzada en 2004 y ha estudiado las lunas más grandes de Saturno.
Los últimos descubrimientos fueron publicados por la revista Science.
Los últimos descubrimientos fueron publicados por la revista Science.
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Este tema sobre la Reencarnación de los Espíritus en mundos diferentes, merece que lo evaluamos con detenimiento. Los Espiritistas sabemos que no sólo vivimos una vez, sino que reencarnamos, para lograr activación del adelanto espiritual de nuestras Almas encarnadas, luego de reconocer que hacer el bien es el propósito de nuestras encarnaciones. Reencarnamos para expiar las faltas cometidas del pasado y para activar nuestro adelanto espiritual.
Nos encontramos en cada encarnación, el rechazo or los orgullosos, Egoístas y Materialistas.
El rechazo de aquellos que se sienten superiores a otros. Los comportamientos de Xenofobia, son un claro indicio de inferioridad espiritual.
Cuando a los seres humanos les interesa más lo material y considera que meras palabras que apelan a la prosperidad material y desprecian a los que no pertenecen a su misma raza, mismo color de piel, mismo origen étnico o que simplemente no toleran otras costumbres o formas de pensar, son claros indicios de inferioridad espiritual.
La nacionalidad de los individuos, el origen étnico o sus costumbres, son meras circunstancias pasajeras de una existencia. La Reencarnación de los Espíritus en diferentes cuerpos y lugares, solo apelan a la adaptación y al cumplimiento de su proceso de mejoramiento y Expiación.
Cuando países civilizados, que han demostrado progreso material e intelectual, no guardan respeto por las personas, y no respetan su libre pensar o libertad de conciencia, eso solo da lugar al odio, al orgullo y al egoísmo.
ES una falta de valores fundamentales de progreso espiritual. Repetirán los mismos errores que se han cometido en la historia de la humanidad.
¿De qué sirve perseguir la prosperidad material, y seguir a líderes que no están preparados para asumir responsabilidades sociales de gran envergadura que requieran tener cordura y respeto por la vida de los demás. Este artículo habla sobre las encarnaciones de Espíritus en nuestro planeta tierra.
Ya sabemos que podemos reencarnar en cualquier país, y en cualquier mundo en cuerpos diferentes. Por lo tanto no perdamos el tiempo en compromisos políticos, Materialistas o conceptos humanos que no respetan la libertad de conciencia ni la vida de los individuos. Estamos grandecitos para poder saber que no debemos perder el tiempo en actividades que no promueven el libre albedrío y el adelanto de los Espíritus.
Frank Montañez
____________________En el Libro de Los Espíritus, tenemos esta información sobre este tema. Dedicamos los seres humanos en tantas cosas triviales, que no adelantan los Espíritus.
III.- Encarnación en los diferentes mundos
172. Nuestras diversas existencias corporales ¿se cumplen todas en la Tierra?
- No, no todas, sino en los distintos mundos. Las de la Tierra no son las primeras ni las últimas, y son de las más materiales y alejadas de la perfección.
173. En cada nueva existencia corpórea, ¿pasa el alma de un mundo a otro, o puede cumplir varias en un mismo globo?
- Puede encarnar muchas veces en un mismo globo, si no está lo bastante adelantada para pasar a un mundo superior.
173 a. Así pues, ¿podemos reaparecer varias veces en la Tierra.
- Ciertamente.
173 b. Y después de haber vivido en otros mundos ¿podemos volver aquí?
- Seguro. Es posible que hayáis vivido ya en otras partes y también en la Tierra.
174. Reencarnar en la Tierra, ¿constituye una necesidad?
- No. Pero si no adelantáis podréis ir a otro mundo que no sea mejor que la Tierra, o que sea aún peor.
175. ¿Existe una ventaja en volver a vivir aquí?
- Ninguna ventaja en particular, a menos de estar cumpliendo una misión. Entonces se adelanta, aquí como en otras partes.
175 a. ¿No seríamos más dichosos si permaneciéramos en el estado de Espíritus?
- ¡No, no! Se quedaría estacionario, y lo que se quiere es adelantar hacia Dios.
176. Tras haber encarnado en otros mundos, ¿pueden los Espíritus hacerlo en éste, si no encarnaron nunca aquí?
- Sí, como vosotros en los demás globos. Todos los mundos son solidarios. Lo que no se realiza en uno se cumple en otro.
176 a. De esta manera ¿hay hombres que están en la Tierra por primera vez?
- Los hay, muchos y en diversos grados.
176 b. ¿Se puede reconocer por cualquier indicio cuándo un Espíritu está por vez primera reencarnado en la Tierra?
- Eso no tendría ninguna utilidad.
177. Para llegar a la perfección y a la ventura suprema, que es la meta postrera de todos los hombres, ¿debe el Espíritu pasar por la serie de pruebas de todos los mundos que en el Universo existen?
- No, porque hay muchos mundos que están en el mismo grado y donde el Espíritu no aprendería nada nuevo.
177 a. ¿Cómo explicar entonces la pluralidad de sus existencias en un mismo globo?
- Tal vez se encuentre en cada ocasión en situaciones muy diferentes, que son para él otras tantas oportunidades para adquirir experiencia.
178. ¿Pueden los Espíritus volver a vivir corporalmente en un mundo relativamente inferior a aquel en que han residido ya?
- Sí, cuando deben realizar una misión para ayudar al progreso, y en tal caso aceptan con alegría las tribulaciones de esa existencia, porque les proporcionan un medio para adelantar.
178 a. ¿No puede ocurrir esto también por expiación, y no es posible que Dios envíe a Espíritus rebeldes a mundos inferiores?
- Los Espíritus pueden permanecer estacionarios, pero no retroceden, y entonces su castigo consiste en no seguir adelantando y en recomenzar las existencias mal empleadas en el medio que a su naturaleza conviene.
178 b. ¿Cuáles son los que deben recomenzar una misma existencia?
- Los que fallen en su misión o en sus pruebas.
179. Los Seres que habitan cada mundo ¿han llegado todos a un mismo grado de perfección?
- No, es como en la Tierra: los hay más o menos adelantados.
180. Al pasar de este globo a otro ¿conserva el Espíritu la inteligencia que en la Tierra tenía?
- Sin duda alguna. La inteligencia no se pierde, aunque acaso no posea los mismos medios de manifestarla. Esto depende de su superioridad y del estado del cuerpo que tome. (Véase “Influencia del Organismo”, parágrafo 367).
181. Los Seres que habitan los diferentes mundos ¿tienen cuerpos similares a los nuestros?
- Desde luego, poseen cuerpos, puesto que es necesario que el Espíritu esté revestido de materia para obrar sobre ella. Pero esa envoltura es más o menos material, según sea el grado de pureza a que hayan llegado los Espíritus, y es eso lo que constituye la diferencia entre los mundos que debemos recorrer. Porque hay muchas moradas en la casa de nuestro Padre y, en consecuencia, muchos grados. Unos lo saben y tienen conciencia de ello en la Tierra, al paso que otros no están en modo alguno en las mismas condiciones.
182. ¿Podemos conocer con exactitud el estado físico y moral de los diversos mundos?
- Nosotros, los Espíritus, no podemos responder sino conforme al grado en que vosotros os halláis. Vale decir que no debemos revelar esas cosas a todos, por cuanto todos no están en situación de comprenderlas, y esto los turbaría.
A medida que el Espíritu se purifica el cuerpo de que se halla revestido se va acercando igualmente a la naturaleza espírita. La materia se torna menos densa, ya no se arrastra penosamente por el suelo, las necesidades físicas son menos groseras, los seres vivos no tienen ya necesidad de destruirse unos a otros para nutrirse. El Espíritu es más libre y posee, para las cosas distantes, percepciones que nos son desconocidas; y lo que nosotros vemos con los ojos del cuerpo, él lo percibe mediante el pensamiento.
La purificación de los Espíritus se refleja en el perfecciona-miento moral de los seres en que se han encarnado. Las pasiones animales se debilitan, el egoísmo cede su lugar al sentimiento fraternal. Así pues, en los mundos superiores al nuestro no se conocen las guerras. Los odios y las discordias no tienen objeto allí, porque nadie piensa en dañar a sus semejantes. La intuición que poseen acerca de su porvenir, la seguridad que les otorga una conciencia libre de remordimientos, hacen que la muerte no les cause la menor aprensión. La ven llegar sin temor, como una mera transformación.
La duración de la vida, en los diversos globos, parece estar proporcionada al grado de superioridad física y moral de los mismos, y esto es perfectamente razonable. Cuanto menos material sea el cuerpo, tanto menos sujeto estará a las vicisitudes que lo desorganizan. Y cuanto más puro el Espíritu, menos pasiones lo minarán. Es ese un beneficio más de la Providencia, que de este modo quiere abreviar los sufrimientos.
183. Al pasar de un mundo a otro ¿pasa también el Espíritu por una nueva infancia?
- La infancia es dondequiera una transición necesaria, pero no en todas partes es tan torpe como entre vosotros.
184. ¿Puede el Espíritu escoger el nuevo mundo en que ha de residir?
- No siempre, pero le cabe solicitarlo, y podrá obtenerlo si lo ha merecido. Porque los mundos sólo son accesibles a los Espíritus de acuerdo con su grado de elevación.
184 a. Si el Espíritu no pide nada, ¿qué es lo que determina el mundo en que habrá de reencarnar?
- Su grado de elevación.
185. El estado físico y moral de los seres vivos ¿es perpetuamente el mismo en cada globo?
- No. También los mundos se encuentran sometidos a la ley del progreso. Todos han comenzado como el vuestro, en un estado inferior, y la misma Tierra experimentará una transformación similar. Se convertirá en un paraíso terrenal cuando los hombres se hayan hecho buenos.
De modo que las razas que en la hora actual pueblan la Tierra desaparecerán un día, siendo sustituidas por seres cada vez más perfectos. Esas razas transformadas sucederán a la de hoy, así como ésta ha reemplazado a otras más groseras todavía.
186. ¿Hay mundos en que el Espíritu, dejando de habitar un cuerpo material, sólo tiene ya por envoltura al periespíritu?
- Sí, y esa envoltura misma se torna tan etérea que para vosotros es como si no existiera. Se trata entonces del estado de Espíritus puros.
186 a. De ello parece resultar que no hay una demarcación neta entre el estado de las últimas encarnaciones y el de Espíritu puro.
- Tal demarcación no existe. Puesto que las diferencias se van borrando poco a poco, aquélla se torna imperceptible, como la noche que se esfuma ante las primeras claridades del alba.
187. La sustancia del periespíritu ¿es idéntica en todos los globos?
- No, es más o menos etérea. Al pasar de un mundo a otro, el Espíritu se reviste de la materia propia de cada uno de ellos, lo que se opera con la rapidez del relámpago.
188. Los Espíritus puros ¿habitan mundos especiales o se hallan en el espacio universal sin estar más ligados a un globo que a otro?
- Los Espíritus puros residen en ciertos mundos, pero no se encuentran confinados en ellos, como sucede a los hombres en la Tierra. Con más facilidad que los otros pueden trasladarse a todas partes. 42
42 Según los Espíritus, de todos los cuerpos celestes que integran nuestro sistema planetario está la Tierra entre aquellos cuyos habitantes se hallan menos adelantados en lo físico y en lo moral. Marte le sería aún inferior y Júpiter muy superior, desde todos los puntos de vista. El Sol no sería un astro habitado por seres corpóreos, sino un lugar de reunión de los Espíritus superiores, quienes irradian desde allí mediante el pensa-miento hacia los otros mundos, a los que dirigen por intermedio de Espíritus menos elevados, con los cuales se comunican sirviéndose del fluido universal. Como consti-tución física, el Sol sería un foco de electricidad. Todos los soles parecerían estar en una situación idéntica.
El volumen de cada mundo y la distancia que los separa del Sol no tienen ninguna relación necesaria con su grado de progreso, puesto que, a lo que parece, Venus se hallaría más adelantado que la Tierra, y Saturno, menos que Júpiter.
Muchos Espíritus que animaron a personas conocidas en la Tierra dijeron haber reencarnado en Júpiter*, uno de los mundos más cercanos a la perfección, y ha habido oportunidad de asombrarse al ver en ese globo tan adelantado a hombres que la opinión humana no consideraba en la Tierra como de la misma categoría. Esto no ha de sorpren-dernos en modo alguno. Primero, si se considera que ciertos Espíritus que habitaban aquel planeta han podido ser enviados a la Tierra para cumplir en ella una misión que, a nuestro entender, no los colocaba en el primer rango. Segundo, porque entre su existencia terrestre y la desarrollada en Júpiter han podido tener otras intermedias, en las cuales hayan mejorado. Y tercero, en suma, porque en aquel mundo, igual que en el nuestro, hay diferentes grados de desarrollo, y de uno a otro grado es posible que exista la distancia que separa entre nosotros al salvaje [aborigen] del hombre civilizado. Así pues, por el hecho de vivir en Júpiter no se inferirá que se esté en el nivel de los Seres más perfeccionados, como tampoco se deduce que alguien que vive en París deba hallarse al nivel de un sabio del Instituto.Las condiciones de longevidad no son tampoco en todas las partes las mismas que en la Tierra y la edad de los individuos no se puede comparar. Una persona que falleció algunos años atrás, al ser evocada manifestó que había encarnado seis meses antes en un mundo cuyo nombre nos es desconocido. Interrogada acerca de la edad que tenía entonces en ese mundo, respondió: “No puedo precisarla, porque no contamos el tiempo como vosotros. Además, la forma de vida no es la misma: nos desarrollamos aquí con mucha mayor rapidez. Por tanto, aunque no haga más de seis de vuestros meses que yo me encuentro aquí, puedo deciros que en lo tocante a la inteligencia tengo treinta años de la edad que contaba en la Tierra”.
Muchas respuestas análogas han dado otros Espíritus, y ello no tiene nada de inverosímil. ¿No vemos acaso en la Tierra a muchísimos animales que adquieren en pocos meses su desarrollo normal? ¿Por qué no ha de acontecer lo mismo con el hombre, en otras esferas? Subrayemos, por otra parte, que el desarrollo alcanzado por el hombre en nuestro mundo a la edad de treinta años quizá no es sino una especie de infancia si se le compara con el que debería alcanzar. Es preciso tener la visión muy limitada para considerarnos en todo los prototipos de la Creación, y es rebajar a la Divinidad creer que fuera de nosotros no haya más nada que crear. [N. de A. Kardec.]
* En la actualidad resulta chocante pensar en la posibilidad de vida en planetas como Júpiter, Marte o Venus, por carecer ellos de las condiciones ambientales necesarias. Pero hay que recordar al lector, que al igual que no vemos a los Espíritus, y sin embargo podemos dar testimonio de su realidad, un caso análogo ocurriría con los habitantes de dichos planetas, en donde la materia puede estar vibrando en distintas coordenadas vibratorias a las nuestras. Además puede tratarse de mundos transitorios, en donde la vida sólo sea espiritual y no física. (Véase la pregunta nº 236 y ss.)
Kardec recibió múltiples comunicaciones donde los Espíritus afirmaban vivir en Júpiter, entre ellas, famosas son las del espíritu de Mozart (Véase Revue Spirite año 1858 y 1859, meses de mayo), en donde da testimonio de su estancia en dicho planeta, dictando además una sonata como prueba de identidad; o de los dibujos a través del médium V. Sardou (Véase Revue Spirite, año 1858, mes de agosto) de las diferentes casas de los Espíritus que afirmaban habitar ahí, entre ellos el mismo Mozart, Zoroastro o Palissy. [N. del copista.]
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Espero este tema te ayude a enfocarte en lo importante en cada existencia, que es Adelantar tu Espíritu.
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