Vida en otros Planetas
Libro de los Espíritus, CAPÍTULO V
Libro de los Espíritus, CAPÍTULO V
CONSIDERACIONES
SOBRE LA PLURALIDAD DE EXISTENCIAS
222. El dogma de la reencarnación, dicen ciertas personas, no es nuevo; es una resurrección de la metempsicosis de Pitágoras. Nunca hemos dicho que la doctrina espiritista sea de moderna invención; siendo una de las leyes de la naturaleza, el espiritismo debe haber existido desde el origen de los tiempos, y siempre nos hemos esforzado en probar que de él se encuentran vestigios en la más remota antigüedad. Pitágoras, como ya se sabe, no es autor del sistema de la metempsicosis sino que lo tomó de los filósofos indios y egipcios entre los cuales existía desde tiempo inmemorial. La idea de la transmigración de las almas era, pues, una creencia vulgar, admitida por los hombres más eminentes. ¿Cómo había llegado a ellos?
¿Por revelación o por intuición? No lo sabemos; pero, como quiera que
sea, una idea que no tenga algún aspecto grave, no pasa a través de las edades,
ni es aceptada por las inteligencias superiores. La antigüedad de la doctrina
es, pues, más que una objeción, una prueba favorable. Hay, sin embargo, como
igualmente se sabe, entre la metempsicosis de
los antiguos y la moderna
doctrina de la reencarnación, la gran diferencia de que los espíritus rechazan
del modo más absoluto la transmigración del hombre en los animales y viceversa.
Al predicar el dogma de la pluralidad de existencias corporales, los
espíritus reproducen,
pues, una doctrina que nació en
las primeras edades del mundo, y que hasta nuestros días, se ha conservado en
lo íntimo del pensamiento de muchas personas, sino que nos la ofrecen bajo un
aspecto más racional, más conforme con las leyes progresivas de la naturaleza y
más en armonía con la sabiduría del Creador, descartándola de todos los
accesorios supersticiosos. Es circunstancia digna de notarse la de que no sólo
en este libro la han predicado en los tiempos que alcanzamos, sino que, desde
antes de su publicación, se han obtenido numerosas comunicaciones de la misma
naturaleza en comarcas distintas, comunicaciones que más tarde se han
multiplicado considerablemente. Acaso sería esta ocasión de examinar por qué
todos los espíritus parecen no estar conformes sobre este punto; pero lo
haremos más adelante.
Haciendo abstracción de la intervención de los espíritus, examinemos
esta materia bajo otro aspecto; prescindamos de ellos, por un instante;
supongamos que esta teoría no dimana
de ellos, y también que nunca se
haya hablado de espíritus. Coloquémonos, pues,
momentáneamente, en terreno
neutral, admitiendo como igualmente probables una y otra
hipótesis, es a saber: la
pluralidad y la unidad de existencias corporales, y veamos a qué lado nos
conducirán la razón y nuestro propio interés.
Ciertas personas rechazan la idea de la reencarnación por el único
motivo de que no les
conviene, y dicen que bastante
tienen con una sola existencia y que no quisieran empezar otra semejante.
Sabemos que la sola idea de aparecer nuevamente en la tierra basta a exasperar
la ira; pero nos contentamos con preguntar a esas personas, si creen que Dios
les haya tomado parecer y consultado su gusto para arreglar el universo. Luego,
pues, una de estas dos cosas: o la reencarnación existe, o no existe. Si
existe, en vano se la combatirá, les será preciso sufrirla, puesto que Dios no
les pedirá su consentimiento. Paréceme oír a un enfermo que dice: «Demasiado he
sufrido hoy, no quiero sufrir más mañana». Por mucho que sea su mal humor, no
dejará de ser preciso sufrir al otro día y en los sucesivos, hasta que esté
bueno. Por ella habrán de pasar, siéndoles en vano el rebelarse, como el
chiquillo que no quiere ir al colegio, o el prisionero a la cárcel. Semejantes objeciones
son demasiado pueriles, para que nos merezcan más serio examen. Les diremos, no
obstante, para tranquilizarles, que la doctrina espiritista sobre la
reencarnación no es tan terrible como creen, y no se horrorizarían tanto, si la
hubiesen estudiado a fondo, pues sabrían que la condición de la nueva
existencia depende de ellos; que será feliz o desgraciada según
lo que en la tierra haga, y que
pueden elevarse tanto, desde esta vida, que no abrigarán
temores de caer
nuevamente en el lodazal.
Suponemos que hablamos con personas que creen en un porvenir cualquiera
después de la
muerte, y no con aquellas cuya
perspectiva es la nada, o que quieren ahogar su alma en un
todo universal, sin
individualidad, como las gotas de agua en el océano, lo que a corta
diferencia es lo mismo. Si
creéis, pues, en un porvenir cualquiera, no admitiréis, sin duda, que sea el
mismo para todos, pues de lo contrario, ¿cuál seria la utilidad del bien? ¿Para
qué
violentarse? ¿Por qué, ya que lo
mismo daría, no satisfacer todas las pasiones y todos los
deseos, aunque fuese en perjuicio
de otro? ¿Creéis que semejante porvenir será más o menos feliz o desgraciado
según lo que hayamos hecho durante la vida, y desearéis, por consiguiente, que sea lo más
feliz posible, puesto que ha de ser eterno? ¿Tendréis, acaso, la pretensión de ser uno de los
hombres más perfectos que existen en la tierra y de que gozáis el derecho
palmario de merecer la felicidad suprema de los elegidos? No. Luego admitís que
hay hombres mejores que vosotros y que tienen derecho a mejor puesto, sin que
os contéis por ello entre los réprobos. Pues bien, colocaos por un instante con
el pensamiento en esa situación media, que será la vuestra, puesto que acabáis
de confesarlo, y suponed que alguno os diga: Sufrís, y no sois tan dichosos
como podríais serlo, al paso que tenéis a la vista seres que disfrutan de
completa dicha, ¿queréis cambiar vuestra posición por la suya? Sin duda responderéis:
¿y qué debo hacer para lograrlo? Poco menos que nada; volver a empezar lo que
habéis hecho mal y procurar hacerlo mejor. ¿Dudaríais en aceptarlo, aunque
fuese a costa de muchas existencias de pruebas? Pongamos una comparación más
prosaica. Si a un hombre que, sin ser un pordiosero, sufre no obstante,
privaciones a consecuencia de la medianía de sus recursos, se le dijese: He
allí una fortuna inmensa de la que puedes disfrutar, bastándote para ello
trabajar ruda-mente por espacio de un minuto; aunque fuese el más perezoso de
la tierra, diría sin titubear: Trabajemos un minuto, dos, una hora, un día, si
es preciso. ¿Qué es todo eso, si puedo concluir mi vida en la abundancia? Y, en
efecto, ¿qué es la duración de la vida corporal, comparada con la eternidad?
Menos que un minuto, menos que un segundo.
Hemos oído hacer este argumento: Dios, que es soberanamente bueno, no
puede condenar al hombre a empezar de nuevo una
serie de miserias y tribulaciones. ¿Y se le creerá por ventura más bueno, condenando al
hombre a un sufrimiento perpetuo por algunos momentos de error, que
ofreciéndole medios de reparar sus faltas? «Había dos fabricantes, cada uno de los
cuales tenía un obrero que podía aspirar a ser socio de su principal. Sucedió
que, en cierta ocasión, ambos obreros emplearon muy mal el día, mereciendo por
ello ser despedidos. El uno de los dos fabricantes despidió al obrero a pesar
de sus súplicas, el cual, no encontrando trabajo, murió de miseria. El otro
dijo al suyo: Has perdido un día, y me debes otro en recompensa: has hecho mal
tu tarea, y me debes reparación; te permito que vuelvas a empezarla; procura
hacerla bien y no te despediré, y podrás continuar aspirando a la posición superior
que te había prometido». ¿Hay necesidad de preguntar cuál de los dos
fabricantes ha sido más humano? Y Dios, que es la misma clemencia, ¿será más
inexorable que un hombre?
La idea de que nuestra suerte
queda eternamente decidida por algunos años de prueba, aun cuando no haya dependido siempre
de nosotros la consecución de la perfección en la tierra, tiene algo de desconsolador, al
paso que la idea contraria es eminentemente consoladora, pues no nos arrebata
la esperanza. Así, pues, sin decidirnos ni en pro ni en contra de la pluralidad
de las existencias, sin dar predilección a una u otra hipótesis, decimos que,
si se nos permitiese escoger, nadie habría que prefiriese un juicio sin
apelación. Ha dicho un filósofo, que si no existiese Dios, sería preciso
inventarío para dicha del género humano, y otro tanto pudiera decirse de la
pluralidad de existencias. Pero, según dejamos sentado, Dios no nos pide
nuestro consentimiento; no consulta nuestro gusto, y la pluralidad de existencias es o no es un hecho.
Veamos de qué parte están las probabilidades, y examinemos la materia bajo otro
aspecto, haciendo siempre abstracción de la enseñanza de los espíritus y considerándola
únicamente como estudio filosófico.
Es evidente que, si no existe la reencarnación, sólo tenemos una
existencia corporal y si nuestra actual existencia
corporal es la única, el alma de cada hombre debe de ser creada al nacer, a menos que no se admita
su anterioridad, en cuyo caso preguntaremos lo que era el alma antes del nacimiento, y si
el estado en que se encontraba no constituía una existencia, bajo una forma cualquiera. No
cabe término medio: o el alma existía, ó no existía antes que el cuerpo; si
existía, ¿cuál era su situación? ¿Tenía o no conciencia de si misma? Si no la
tenía, a corta diferencia es como si no existiese, y si tenía individualidad,
era progresiva o estacionaria. En uno y otro caso,
¿en qué grado se encontraba al ingresar en el cuerpo?
Admitiendo con la creencia vulgar
que el alma nace con el cuerpo, o lo que da lo mismo que anteriormente a su
encarnación no tiene más que facultades negativas, sentamos los siguientes problemas:
1. ¿Por qué el alma manifiesta
aptitudes tan diversas independientes de las ideas proporcionadas por la educación?
2. ¿De dónde proviene la aptitud
extra normal de ciertos niños de tierna edad para tal arte, o ciencia, mientras
otros no pasan de ser incapaces o medianías durante toda la vida?
3. ¿De dónde proceden las ideas
innatas o intuitivas de unos, de las cuales carecen otros?
4. ¿De dónde se originan en
ciertos niños esos instintos precoces de vicios o virtudes, esos innatos
sentimientos de dignidad o de bajeza que contrastan con la sociedad en que ha nacido?
5. ¿Por qué, haciendo abstracción
de la educación, están más adelantados unos hombres que otros?
6. ¿Por qué hay salvajes y
hombres civilizados? Si quitándoselo del pecho, cogéis un niño hotentote, y lo educáis en uno de
nuestros colegios de más fama, ¿haréis nunca de él un Laplace o un Newton?
¿Qué filosofía o teosofía preguntamos, puede resolver tales problemas?
No cabe vacilación: o las almas al nacer
son iguales, o desiguales. Si lo primero, ¿por qué esas aptitudes tan diversas?
Se dirá que depende del organismo; pues entonces esa es la doctrina más monstruosa
e inmoral. El hombre, por consiguiente, no es más que una máquina, juguete de
la materia; no es responsable de sus actos, y todo puede atribuirlo a sus
imperfecciones físicas.
Si son desiguales, es porque desiguales las creó Dios, y entonces, ¿por
qué conceder a unas esa superioridad innata? ¿ Está conforme semejante
parcialidad con su justicia y con el amor que igualmente profesa a sus
criaturas?
Admítase, por el contrario, una sucesión de anteriores existencias
progresivas, y todo queda explicado. Los hombres
nacen con la intuición de lo que ya han aprendido, y están más o menos adelantados según el
número de existencias que han recorrido, según estén más o menos lejanos del
punto de partida, absolutamente lo mismo que en una reunión de individuos de distintas edades,
tiene cada uno un desarrollo proporcionado al número de años que haya vivido,
viniendo a ser para la vida del alma las existencias sucesivas, lo que los años
para la vida del cuerpo. Reunid en un día mil individuos desde uno hasta
ochenta años; suponed que un velo cubre todos los días anteriores, y que en
vuestra ignorancia los creéis a todos nacidos en un mismo día. Naturalmente os
preguntaréis por qué los unos son pequeños y los otros son grandes, viejos los
unos y jóvenes los otros, e ignorantes éstos y aquéllos instruidos; pero, si se
descorre el velo que os oculta el pasado, si comprendéis que todos han vivido
más o menos tiempo, todo quedará explicado. Dios en su justicia no ha podido
crear almas más o menos perfectas; pero, dada la pluralidad de existencias, la
desigualdad que notamos nada contraria es a la más rigurosa equidad. Depende
todo de que sólo vemos el presente, sin fijarnos en el pasado. ¿Se basa este
raciocinio en un sistema, en una suposición gratuita? No; partimos de un hecho
patente, incontestable, cual es la desigualdad de aptitudes y el desarrollo
moral e intelectual, y vemos que semejante hecho es inexplicable por todas las teorías
aceptadas. al paso que la explicación es sencilla, natural y lógica, acudiendo
a otra teoría. ¿Es racional preferir la que no lo explica a la que lo explica?
Respecto de la sexta pregunta, se dirá que el hotentote es de raza
inferior; pero entonces preguntamos si el hotentote es o
no hombre. Si lo es, ¿por qué Dios lo ha desheredado a él y a toda su raza de
los privilegios concedidos a la raza caucásica? Si no lo es, la qué procurar hacerlo cristiano? La
doctrina espiritista es más expansiva que todo eso puesto que para ella no hay varias especies
de hombres, sino que el espíritu de éstos está más o menos
atrasado, siendo susceptible de
progresar. ¿No está esto más conforme con la justicia de Dios?
Acabamos de estudiar el alma en su presente y en su pasado. Si la
consideramos respecto de su porvenir, encontramos las
mismas dificultades.
1.Si únicamente nuestra
existencia actual es la que ha de decidir nuestra suerte futura, ¿cuál es en la otra vida la
posición respectiva del salvaje y del hombre civilizado? ¿Están al mismo nivel, o desnivelados en la
suma de felicidad eterna?
2.El hombre que ha trabajado toda
la vida para mejorarse, ¿ocupa el mismo lugar que aquel que se ha quedado atrás, no
por culpa suya, sino porque no ha tenido tiempo ni posibilidad para mejorarse?
3.El hombre que obra mal, porque
no ha podido instruirse, ¿es responsable de un estado de cosas ajeno a su voluntad?
4. Se trabaja por instruir,
moralizar y civilizar a los hombres, pero por uno que llegue a ilustrarse, mueren diariamente
millares antes de que la luz haya penetrado en ellos. ¿Cuál es su suerte? ¿Son tratados como
réprobos? En caso contrario, ¿qué han hecho para merecer el mismo lugar que los otros?
5. ¿Cuál es la suerte de los
niños que mueren en edad temprana antes de haber hecho mal ni bien? Si moran entre los
elegidos, ¿por qué esta gracia sin haber hecho nada para merecerla? ¿Por qué privilegio se
les libra de las tribulaciones de la vida?
¿Qué doctrina hay que pueda resolver estas cuestiones? Admitir las
existencias consecutivas, y todo se explica
conforme con la justicia de Dios. Lo que no ha podido hacerse en una existencia, se hace en
otra, y así es como nadie se sustrae a la ley del progreso, cómo cada cual será recompensado según
su mérito real, y cómo nadie queda excluido de la felicidad suprema, a la que puede
aspirar, cualesquiera que sean los obstáculos que en su
camino haya encontrado.
Estas cuestiones podrían multiplicarse hasta el infinito, porque los
problemas
psicológicos y morales que sólo
se resuelven por medio de la pluralidad de existencias son innumerables. Nosotros nos hemos
limitado a los más generales. Pero como quiera que sea, se dirá quizá que la doctrina de
la reencarnación no es admitida por la Iglesia, y que sería derribar la religión. No es nuestro
objeto tratar esta cuestión en este momento, bastándonos haber demostrado que aquella
teoría es eminente moral y racional. Lo que es moral y racional no puede ser
contrario a una religión que atribuye a Dios la bondad y la razón por
excelencia.
¿Qué hubiera sido de la religión,
si contra la opinión universal y el testimonio de la ciencia, se hubiese resistido a la
evidencia y hubiera echado de su seno a todo el que no creyera en el movimiento
del Sol, o en los seis días de la creación? ¿Qué crédito hubiese merecido y qué
autoridad hubiera tenido en los pueblos ilustrados una religión fundada en
errores
manifiestos, consagrados como
artículos de fe? Cuando se ha demostrado la evidencia, la Iglesia, procediendo con cordura,
se pone del lado de la evidencia. Si está probado que cosas que existen son
imposibles sin la reencarnación, y si sólo pueden explicarse ciertos 'puntos del
dogma por este medio, preciso será admitirlo, y reconocer que el antagonismo de
la doctrina de la reencarnación con los dogmas de la Iglesia no es más que
aparente. Más adelante demostraremos que acaso
la religión está menos lejos de ella de lo que se cree, y que no sufriría
menoscabo alguno, como no lo sufrió con el descubrimiento del movimiento de la Tierra
y de los períodos geológicos. que al principio pareció que desmentían los
textos sagrados. El principio de la
reencarnación se deduce, por otra parte, de muchos pasajes de las Escrituras y
se encuentra notoriamente formulado de un modo explícito en el Evangelio.
«Y al bajar del monte (después de
la transfiguración) les puso Jesús precepto, diciendo:
"No digáis a nadie lo que
habéis visto, hasta tanto que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los
muertos". Sobre lo cual le preguntaron los discípulos: "¿Pues, como
dicen los Escribas que debe venir primero
Elías?" A esto Jesús les respondió: "En efecto, Elías ha de
venir y entonces restablecerá
todas las cosas. Pero yo os declaro que Elías ya vino, y no le conocieron sino que hicieron con
él todo cuanto quisieron. Así también harán ellos padecer al Hijo del
Hombre". Entonces entendieron los discípulos que les había hablado de Juan
Bautista». (San Mateo, capitulo XVII, versículos 9, 10,11.)
Puesto que Juan Bautista era Elías, hubo, pues, reencarnación del
espíritu o del alma de Elías en el cuerpo de Juan
Bautista.
Por lo demás, cualquiera que sea la opinión que se tenga de la
reencarnación, ya se la acepte o no, no se dejará de
sufrirla, si existiese, a pesar de la creencia contraria. Lo esencial es que la
enseñanza de los espíritus es eminentemente cristiana; está basada en la inmortalidad del alma, en las
penas y recompensas futuras, en la justicia de Dios, en el libre albedrío del hombre y en la moral
de Cristo, y, por lo tanto, no es antirreligiosa.
Como lo prometimos, hemos raciocinado, haciendo abstracción de la
enseñanza espiritista, que no es autoridad
para ciertas personas. Si nosotros, como otros muchos, hemos adoptado la
opinión de la pluralidad de existencias, no es sólo porque procede de los espíritus, sino porque también
nos ha parecido más lógica y porque únicamente ella resuelve cuestiones hasta
ahora insolubles. Aunque nos hubiese sido sugerida por un simple mortal, la hubiéramos
aceptado del mismo modo, sin vacilar mucho tiempo en renunciar a nuestras propias
ideas. Demostrado un error, más pierde que gana el amor propio, obstinándose en
sustentar una idea falsa. De la misma manera, y aunque procedente de los
espíritus, la hubiésemos rechazado, a habernos parecido contraría a la razón,
como lo hemos hecho con muchas otras; porque sabemos por experiencia que no
debe aceptarse ciegamente todo lo que de ellos procede, como no debemos aceptar
todo lo que de los hombres proviene. Ante todo, su primer título es para
nosotros el de ser lógica, al cual se une el de estar confirmada por los hechos,
hechos positivos y por decirlo así, materiales, que el estudio atento y
razonado puede revelar a todo el que se tome el trabajo de observar con
paciencia y perseverancia, y en presencia de los cuales es imposible dudar.
Cuando semejantes hechos se hayan popularizado, como los de la formación y el
movimiento de la Tierra, será preciso rendirse a la evidencia, y los
impugnadores habrán hecho en vano el gasto de su oposición.
Reconozcamos, pues, en resumen, que la doctrina de la pluralidad de
existencias es la única que explica lo que, sin
ella, es inexplicable, que es eminentemente consoladora y conforme con las más rigurosa
justicia, y que es el áncora salvadora que Dios en su misericordia ha dado al hombre.
Las mismas palabras de Jesús no dejan duda sobre este particular. He
aquí lo que se lee en el capítulo III del Evangelio
de San Juan:
3. Jesús respondiendo a Nicodemo,
dice: «Pues en verdad, en verdad te digo, que quien no naciese de nuevo,
no
puede ver el reino de Dios».
4. Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede
nacer un hombre, siendo viejo? ¿Puede volver otra vez al seno de su madre para
renacer?»
5. «En verdad, en verdad te digo,
respondió Jesús, que quien no renaciera del agua y del espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios. Lo que ha nacido de la carne, carne es: mas lo que ha nacido del espíritu, es
espíritu. Por tanto, no extrañes que te haya dicho: os es preciso nacer otra
vez». (Véase más adelante el articulo Resurrección de la carne, número
1010.»
Veamos ahora lo que nuestra Filosofía Espirita tiene que decir con relación a la Reencarnación...
¿Qué es la Reencarnación según Nuestra
Filosofía Espírita?
Filosofía Espírita?
¿Por qué Reencarnamos?
¿Qué importancia tiene?
¿Qué son las faltas que se comenten?
¿Qué es la ley de Causa y Efecto?
¿Por qué paso por pruebas en la vida?
¿Qué es el Alma?
¿Por qué el Alma es Inmortal?
¿Qué Pasa con los niños después de la Muerte Orgánica?
En fin estas y otras interrogantes están definidas en esta reflexión. Quiero hacer una aclaración aquí. Debido a lo importante de este tema, he decidido copiar literalmente lo que los Espíritus Superiores le contestaron a Allan Kardec, el codificador en cuanto a este tema. Luce un poco extenso, pero si te interesa este tema, no es prudente resumir lo que dijeron los Espíritus Superiores. Tarde o temprano lo leerás en el Libro de Los Espíritus, pues te lo hacemos cómodo y servirá de motivación a continuar leyendo este hermoso Libro de Los Espíritus.
Toda la información aquí contenida ha sido sustraída del Libro de Los Espíritus, escrito por Allan Kardec en el 1857. Para los que por primera vez están expuestos a la codificacion que hizo Allan Kardec, podrán darse cuenta que se componen de preguntas realizadas por Allan Kardec a los Espíritus Superiores y las contestaciones dadas por ellos. Este Libro de Los Espíritus, contiene 1,019 preguntas con las respectivas respuestas y comentarios de Allan Kardec.
IX.- Primer orden: Espíritus Puros
112. Carácteres generales.- A estos Seres la influencia de la materia no los conturba. Superioridad intelectiva y moral absoluta, son las características distintivas que tienen con los Espíritus de los otros órdenes.
113. Primera y única clase.- Han recorrido todos los peldaños de la escala y se han despojado de la totalidad de las impurezas de la materia. Habiendo alcanzado el máximo de perfección de que es susceptible la criatura, no han de sufrir más pruebas ni expiaciones. Como no se hallan ya sujetos a la reencarnación en cuerpos perecederos, les corresponde la vida eterna en el seno de Dios.
CAPÍTULO IV
PLURALIDAD DE LAS EXISTENCIAS
I.- De la reencarnación
- Sufriendo la prueba de una nueva existencia.
166 a. ¿De qué manera realiza el alma esta nueva existencia? ¿Por su transformación como Espíritu?
- Al depurarse, el alma experimenta sin duda una transformación, pero para ello necesita la prueba de la vida corporal.
166 b. El alma ¿tiene, pues, muchas existencias corpóreas?
- Sí, todos tenemos muchas existencias. Los que afirmen lo contrario quieren manteneros en la ignorancia en que ellos mismos están: ese es su deseo.
166 c. De este principio parece resultar que el alma, tras haber dejado un cuerpo, toma otro. Dicho de otra manera, reencarna en un nuevo cuerpo. ¿Así hay que entenderlo?
Evidentemente.
167. ¿Cuál es el objetivo de la reencarnación?
- Expiación, mejoramiento progresivo de la humanidad. Sin esto, ¿dónde estaría la justicia?
168. El número de las existencias corporales ¿es limitado, o el Espíritu reencarna perpetuamente?
- Con cada nueva existencia el Espíritu da un paso más por la senda del progreso. Cuando se ha despojado de todas sus impurezas ya no tiene necesidad de las pruebas de la vida corporal.
169. El número de encarnaciones ¿es el mismo para todos los Espíritus?
- No, el que adelanta con rapidez se ahorra pruebas. No obstante, esas encarnaciones sucesivas son siempre muy numerosas, por cuanto el progreso es casi infinito.
170. ¿En qué se convierte el Espíritu después de su última encarnación?
- Espíritu bienaventurado, Espíritu puro.
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Hagamos un paréntesis y veamos vídeos publicados sobre la reencarnación, en la Consola de Soy Espírita, iremos añadiendo vídeos que se publiquen que resulten ser interesantes sobre este tema.
Vea la película completa en 11 partes de Jenny Cockell, sin interrupción, gracias a la consola de Soy Espirita...
MI VIDA EN EL MÁS ALLÁ , inspirada en una historia real de Jenny Cockell, cuando rastreo sus hijos de otra vida cuando era Mary Sutton…
Una historia basada en la vida real esta es la historia de Jenny Cockell, Mary Sutton del pasado
Mary Sutton del pasado, rastreo sus hijos hasta lograr encontrarlos.
Como parte de nuestras actividades de educación y divulgación de la Filosofía Espírita, presento una fascinante historia que prueba que La Reencarnación es real. Este ejemplo humano nos ayuda a continuar mejorándonos como seres humanos en búsqueda de nuestro desarrollo espiritual. Muchos escépticos o incrédulos no dan valor a este tema, porque no han vencido la negación. Allan Kardec dijo lo siguiente:
Como parte de nuestras actividades de educación y divulgación de la Filosofía Espírita, presento una fascinante historia que prueba que La Reencarnación es real. Este ejemplo humano nos ayuda a continuar mejorándonos como seres humanos en búsqueda de nuestro desarrollo espiritual. Muchos escépticos o incrédulos no dan valor a este tema, porque no han vencido la negación. Allan Kardec dijo lo siguiente:
“La mayor parte de los incrédulos tienen más fanfarronería que verdadera incredulidad, más duda que convicción, porque tienen miedo del que manifiesta al anonadamiento. El título de espíritu fuerte, lisonjea su amor propio. Además, los incrédulos absolutos están en ínfima minoría, sufren, a pesar suyo, el ascendiente de la opinión contraria, y son contenidos por una fuerza material. Pero si la incredulidad absoluta fuese un día la opinión de la mayoría, la sociedad quedaría disuelta. A esto tiende la propaganda de la idea del nihilismo”. El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo - Allan Kardec.
Este tema es uno central en nuestra filosofía, y para algunos siempre pondrán resistencia, y le buscaran razones para no creer en el, pero tarde o temprano no tendrán argumentos lógicos y razonables, e inevitablemente lo aceptaran. Esta es la historia basada en hechos reales de Jenny Cockell que rastreo los hijos de una vida pasada cuando era para entonces Mary Sutton, veamos pues la película en 11 cortos videos. Además les incluyo mi consola sobre el tema de la Reencarnación.
Vea nuestro articulo publicado sobre la Historia de Jenny Cockell y Mary Sutton aquí en este enlace.
Continuemos con las referencias a este tema en La Codificación Espírita: en el Libro de Los Espíritus.
II.- Justicia de la reencarnación
- En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar os lo repetimos: Un buen padre deja siempre a sus hijos una puerta abierta para el arrepentimiento. ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios? Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
·Allan Kardec Comenta: Todos los Espíritus tienden a la perfección y Dios les provee los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero, en su justicia, les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba.
·No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su muerte estuviera irremediablemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y no los hubiera tratado con imparcialidad.
·La doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el hombre muchas existencias sucesivas, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con hombres de una condición moral inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestras esperanzas, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos lo indica y los Espíritus así lo enseñan.
·El hombre que tiene conciencia de su inferioridad encuentra en la doctrina de la reencarnación una esperanza consoladora. Si cree en la justicia de Dios no puede esperar que será por siempre diferente de aquellos que han obrado mejor que él. El pensamiento de que esa inferioridad no lo deshereda para siempre del bien supremo, y que podrá conquistarlo por medio de nuevos esfuerzos, lo sostiene y reanima su valor. ¿Quién, al término de su carrera, no lamenta haber adquirido demasiado tarde una experiencia que ya no puede aprovechar? Pero esa experiencia tardía no está perdida, pues la aprovechará en una nueva existencia.
III.- Encarnación en los diferentes mundos
172. Nuestras diversas existencias corporales ¿se cumplen todas en la Tierra?
- No, no todas, sino en los distintos mundos. Las de la Tierra no son las primeras ni las últimas, y son de las más materiales y alejadas de la perfección.
173. En cada nueva existencia corpórea, ¿pasa el alma de un mundo a otro, o puede cumplir varias en un mismo globo?
- Puede encarnar muchas veces en un mismo globo, si no está lo bastante adelantada para pasar a un mundo superior.
173 a. Así pues, ¿podemos reaparecer varias veces en la Tierra?.
- Ciertamente.
173 b. Y después de haber vivido en otros mundos ¿podemos volver aquí?
- Seguro. Es posible que hayáis vivido ya en otras partes y también en la Tierra.
174. Reencarnar en la Tierra, ¿constituye una necesidad?
- No. Pero si no adelantáis podréis ir a otro mundo que no sea mejor que la Tierra, o que sea aún peor.
175. ¿Existe una ventaja en volver a vivir aquí?
- Ninguna ventaja en particular, a menos de estar cumpliendo una misión. Entonces se adelanta, aquí como en otras partes.
175 a. ¿No seríamos más dichosos si permaneciéramos en el estado de Espíritus?
- ¡No, no! Se quedaría estacionario, y lo que se quiere es adelantar hacia Dios.
176. Tras haber encarnado en otros mundos, ¿pueden los Espíritus hacerlo en éste, si no encarnaron nunca aquí?
- Sí, como vosotros en los demás globos. Todos los mundos son solidarios. Lo que no se realiza en uno se cumple en otro.
176 a. De esta manera ¿hay hombres que están en la Tierra por primera vez?
- Los hay, muchos y en diversos grados.
176 b. ¿Se puede reconocer por cualquier indicio cuándo un Espíritu está por vez primera reencarnado en la Tierra?
- Eso no tendría ninguna utilidad.
177. Para llegar a la perfección y a la ventura suprema, que es la meta postrera de todos los hombres, ¿debe el Espíritu pasar por la serie de pruebas de todos los mundos que en el Universo existen?
- No, porque hay muchos mundos que están en el mismo grado y donde el Espíritu no aprendería nada nuevo.
177 a. ¿Cómo explicar entonces la pluralidad de sus existencias en un mismo globo?
- Tal vez se encuentre en cada ocasión en situaciones muy diferentes, que son para él otras tantas oportunidades para adquirir experiencia.
178. ¿Pueden los Espíritus volver a vivir corporalmente en un mundo relativamente inferior a aquel en que han residido ya?
- Sí, cuando deben realizar una misión para ayudar al progreso, y en tal caso aceptan con alegría las tribulaciones de esa existencia, porque les proporcionan un medio para adelantar.
178 a. ¿No puede ocurrir esto también por expiación, y no es posible que Dios envíe a Espíritus rebeldes a mundos inferiores?
- Los Espíritus pueden permanecer estacionarios, pero no retroceden, y entonces su castigo consiste en no seguir adelantando y en recomenzar las existencias mal empleadas en el medio que a su naturaleza conviene.
178 b. ¿Cuáles son los que deben recomenzar una misma existencia?
- Los que fallen en su misión o en sus pruebas.
179. Los Seres que habitan cada mundo ¿han llegado todos a un mismo grado de perfección?
- No, es como en la Tierra: los hay más o menos adelantados.
180. Al pasar de este globo a otro ¿conserva el Espíritu la inteligencia que en la Tierra tenía?
- Sin duda alguna. La inteligencia no se pierde, aunque acaso no posea los mismos medios de manifestarla. Esto depende de su superioridad y del estado del cuerpo que tome. (Véase “Influencia del Organismo”, parágrafo 367).
IV.- Influencia del organismo
367. Al unirse al cuerpo ¿se identifica el Espíritu con la materia?
- La materia es tan sólo la envoltura del Espíritu, como la ropa es la envoltura del cuerpo. Al unirse al cuerpo, el Espíritu conserva los atributos de su naturaleza espiritual.
368. Las facultades del Espíritu ¿se ejercen con toda libertad después de su unión con el cuerpo?
- El ejercicio de las facultades depende de los órganos que le sirven de instrumentos. Aquéllas se debilitan por lo grosero de la materia.
368 a. Según esto, ¿sería la envoltura material un impedimento para la libre manifestación de las facultades del Espíritu, así como un vidrio opaco se opone al libre paso de la luz?
- En efecto, y muy opaco…
Es posible, incluso, comparar la acción de la materia grosera del cuerpo sobre el Espíritu, con la de una agua cenagosa que impide la libertad de movimientos del cuerpo en ella sumergido.
181. Los Seres que habitan los diferentes mundos ¿tienen cuerpos similares a los nuestros?
- Desde luego, poseen cuerpos, puesto que es necesario que el Espíritu esté revestido de materia para obrar sobre ella. Pero esa envoltura es más o menos material, según sea el grado de pureza a que hayan llegado los Espíritus, y es eso lo que constituye la diferencia entre los mundos que debemos recorrer. Porque hay muchas moradas en la casa de nuestro Padre y, en consecuencia, muchos grados. Unos lo saben y tienen conciencia de ello en la Tierra, al paso que otros no están en modo alguno en las mismas condiciones.
182. ¿Podemos conocer con exactitud el estado físico y moral de los diversos mundos?
- Nosotros, los Espíritus, no podemos responder sino conforme al grado en que vosotros os halláis. Vale decir que no debemos revelar esas cosas a todos, por cuanto todos no están en situación de comprenderlas, y esto los turbaría.
·Comentarios de Allan Kardec: A medida que el Espíritu se purifica el cuerpo de que se halla revestido se va acercando igualmente a la naturaleza espírita. La materia se torna menos densa, ya no se arrastra penosamente por el suelo, las necesidades físicas son menos groseras, los seres vivos no tienen ya necesidad de destruirse unos a otros para nutrirse. El Espíritu es más libre y posee, para las cosas distantes, percepciones que nos son desconocidas; y lo que nosotros vemos con los ojos del cuerpo, él lo percibe mediante el pensamiento.
·La purificación de los Espíritus se refleja en el perfeccionamiento moral de los seres en que se han encarnado. Las pasiones animales se debilitan, el egoísmo cede su lugar al sentimiento fraternal. Así pues, en los mundos superiores al nuestro no se conocen las guerras. Los odios y las discordias no tienen objeto allí, porque nadie piensa en dañar a sus semejantes. La intuición que poseen acerca de su porvenir, la seguridad que les otorga una conciencia libre de remordimientos, hacen que la muerte no les cause la menor aprensión. La ven llegar sin temor, como una mera transformación.
·La duración de la vida, en los diversos globos, parece estar proporcionada al grado de superioridad física y moral de los mismos, y esto es perfectamente razonable. Cuanto menos material sea el cuerpo, tanto menos sujeto estará a las vicisitudes que lo desorganizan. Y cuanto más puro el Espíritu, menos pasiones lo minarán. Es ese un beneficio más de la Providencia, que de este modo quiere abreviar los sufrimientos.
183. Al pasar de un mundo a otro ¿pasa también el Espíritu por una nueva infancia?
- La infancia es dondequiera una transición necesaria, pero no en todas partes es tan torpe como entre vosotros.
184. ¿Puede el Espíritu escoger el nuevo mundo en que ha de residir?
- No siempre, pero le cabe solicitarlo, y podrá obtenerlo si lo ha merecido. Porque los mundos sólo son accesibles a los Espíritus de acuerdo con su grado de elevación.
184 a. Si el Espíritu no pide nada, ¿qué es lo que determina el mundo en que habrá de reencarnar?
- Su grado de elevación.
185. El estado físico y moral de los seres vivos ¿es perpetuamente el mismo en cada globo?
- No. También los mundos se encuentran sometidos a la ley del progreso. Todos han comenzado como el vuestro, en un estado inferior, y la misma Tierra experimentará una transformación similar. Se convertirá en un paraíso terrenal cuando los hombres se hayan hecho buenos.
·Comentario de Allan Kardec: De modo que las razas que en la hora actual pueblan la Tierra desaparecerán un día, siendo sustituidas por seres cada vez más perfectos. Esas razas transformadas sucederán a la de hoy, así como ésta ha reemplazado a otras más groseras todavía.
186. ¿Hay mundos en que el Espíritu, dejando de habitar un cuerpo material, sólo tiene ya por envoltura al periespíritu?
- Sí, y esa envoltura misma se torna tan etérea que para vosotros es como si no existiera. Se trata entonces del estado de Espíritus puros.
186 a. De ello parece resultar que no hay una demarcación neta entre el estado de las últimas encarnaciones y el de Espíritu puro.
- Tal demarcación no existe. Puesto que las diferencias se van borrando poco a poco, aquélla se torna imperceptible, como la noche que se esfuma ante las primeras claridades del alba.
187. La sustancia del periespíritu ¿es idéntica en todos los globos?
- No, es más o menos etérea. Al pasar de un mundo a otro, el Espíritu se reviste de la materia propia de cada uno de ellos, lo que se opera con la rapidez del relámpago.
188. Los Espíritus puros ¿habitan mundos especiales o se hallan en el espacio universal sin estar más ligados a un globo que a otro?
- Los Espíritus puros residen en ciertos mundos, pero no se encuentran confinados en ellos, como sucede a los hombres en la Tierra. Con más facilidad que los otros pueden trasladarse a todas partes. Según los Espíritus, de todos los cuerpos celestes que integran nuestro sistema planetario está la Tierra entre aquellos cuyos habitantes se hallan menos adelantados en lo físico y en lo moral. Marte le sería aún inferior y Júpiter muy superior, desde todos los puntos de vista. El Sol no sería un astro habitado por seres corpóreos, sino un lugar de reunión de los Espíritus superiores, quienes irradian desde allí mediante el pensamiento hacia los otros mundos, a los que dirigen por intermedio de Espíritus menos elevados, con los cuales se comunican sirviéndose del fluido universal. Como constitución física, el Sol sería un foco de electricidad. Todos los soles parecerían estar en una situación idéntica.
El volumen de cada mundo y la distancia que los separa del Sol no tienen ninguna relación necesaria con su grado de progreso, puesto que, a lo que parece, Venus se hallaría más adelantado que la Tierra, y Saturno, menos que Júpiter.
Muchos Espíritus que animaron a personas conocidas en la Tierra dijeron haber reencarnado en Júpiter*, uno de los mundos más cercanos a la perfección, y ha habido oportunidad de asombrarse al ver en ese globo tan adelantado a hombres que la opinión humana no consideraba en la Tierra como de la misma categoría. Esto no ha de sorprendernos en modo alguno. Primero, si se considera que ciertos Espíritus que habitaban aquel planeta han podido ser enviados a la Tierra para cumplir en ella una misión que, a nuestro entender, no los colocaba en el primer rango. Segundo, porque entre su existencia terrestre y la desarrollada en Júpiter han podido tener otras intermedias, en las cuales hayan mejorado. Y tercero, en suma, porque en aquel mundo, igual que en el nuestro, hay diferentes grados de desarrollo, y de uno a otro grado es posible que exista la distancia que separa entre nosotros al salvaje [aborigen] del hombre civilizado. Así pues, por el hecho de vivir en Júpiter no se inferirá que se esté en el nivel de los Seres más perfeccionados, como tampoco se deduce que alguien que vive en París deba hallarse al nivel de un sabio del Instituto.
Las condiciones de longevidad no son tampoco en todas las partes las mismas que en la Tierra y la edad de los individuos no se puede comparar. Una persona que falleció algunos años atrás, al ser evocada manifestó que había encarnado seis meses antes en un mundo cuyo nombre nos es desconocido. Interrogada acerca de la edad que tenía entonces en ese mundo, respondió: “No puedo precisarla, porque no contamos el tiempo como vosotros. Además, la forma de vida no es la misma: nos desarrollamos aquí con mucha mayor rapidez. Por tanto, aunque no haga más de seis de vuestros meses que yo me encuentro aquí, puedo deciros que en lo tocante a la inteligencia tengo treinta años de la edad que contaba en la Tierra”.
Muchas respuestas análogas han dado otros Espíritus, y ello no tiene nada de inverosímil. ¿No vemos acaso en la Tierra a muchísimos animales que adquieren en pocos meses su desarrollo normal? ¿Por qué no ha de acontecer lo mismo con el hombre, en otras esferas? Subrayemos, por otra parte, que el desarrollo alcanzado por el hombre en nuestro mundo a la edad de treinta años quizá no es sino una especie de infancia si se le compara con el que debería alcanzar. Es preciso tener la visión muy limitada para considerarnos en todo los prototipos de la Creación, y es rebajar a la Divinidad creer que fuera de nosotros no haya más nada que crear. [N. de A. Kardec.]
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* En la actualidad resulta chocante pensar en la posibilidad de vida en planetas como Júpiter, Marte o Venus, por carecer ellos de las condiciones ambientales necesarias. Pero hay que recordar al lector, que al igual que no vemos a los Espíritus, y sin embargo podemos dar testimonio de su realidad, un caso análogo ocurriría con los habitantes de dichos planetas, en donde la materia puede estar vibrando en distintas coordenadas vibratorias a las nuestras. Además puede tratarse de mundos transitorios, en donde la vida sólo sea espiritual y no física. (Véase la pregunta nº 236 y ss.)
Kardec recibió múltiples comunicaciones donde los Espíritus afirmaban vivir en Júpiter, entre ellas, famosas son las del espíritu de Mozart (Véase Revue Spirite año 1858 y 1859, meses de mayo), en donde da testimonio de su estancia en dicho planeta, dictando además una sonata como prueba de identidad; o de los dibujos a través del médium V. Sardou (Véase Revue Spirite, año 1858, mes de agosto) de las diferentes casas de los Espíritus que afirmaban habitar ahí, entre ellos el mismo Mozart, Zoroastro o Palissy. [N. del copista.] Como ya señalemos en una nota anterior, el término “salvaje” no es usado en término despectivo, y basándonos en la R.A.E 4ª acepción de la vigésimo primera edición del Diccionario de la Lengua Española podemos leer: “Dícese de los pueblos que no se han incorporado al desarrollo general de la civilización y mantienen formas primitivas de vida”, y es así como se debe entender tal palabra aquí. [N. del copista.]
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VI.- Transmigración progresiva
- No, porque el Espíritu, igual que el hombre, tiene también su infancia. En su origen, los Espíritus sólo poseen una existencia instintiva y apenas si tienen conciencia de sí mismos y de sus actos. La inteligencia se desarrolla sólo poco a poco.
190. ¿Cuál es el estado del alma en su primera encarnación?
- El estado de la infancia en la vida corporal. Su inteligencia despunta apenas. El alma se ensaya para la vida.
191. Las de nuestros salvajes ¿son almas en estado de infancia?
- Infancia relativa, pues son almas ya desarrolladas, que poseen pasiones.
191 a. En consecuencia, ¿las pasiones constituyen un signo de desarrollo?
- De desarrollo, sí; pero no de perfección. Son un indicio de actividad y de la conciencia del yo, en tanto que en el alma primitiva la inteligencia y la vida se halla en estado de germen.
·Comentario de Allan Kardec: En su conjunto, la vida del Espíritu recorre las mismas fases que observamos en la existencia corporal. Pasa gradualmente del estado de embrión al de la infancia, para llegar, tras una sucesión de períodos, al estado de adulto, que es el de perfección, con la diferencia de que en la vida del Espíritu, no hay declinación ni decrepitud, como en la vida corporal acontece. Difiere, además, en que su existencia, que tuvo un comienzo, no tendrá un fin; en que necesita un tiempo inmenso, desde nuestro punto de vista, para pasar de la infancia espírita a un completo desarrollo, y su progreso se cumple no en una sola esfera, sino pasando por mundos diversos. La vida del Espíritu está integrada, pues, por un serie de existencias corporales, cada una de las cuales representa para él una oportunidad de progreso, del modo que cada vida corporal se compone de una serie de días, en cada uno de los cuales adquiere el hombre un poco más de experiencia e instrucción. Pero, así como en la vida humana existen jornadas que no aportan ningún fruto, así también en la del Espíritu hay existencias corporales que no dan provecho alguno, porque no supo aprovecharlas.
192. ¿Es posible ya, en esta vida, y por medio de una conducta perfecta, franquear todos los grados y convertirse en Espíritu puro, sin pasar por los grados intermedios?
- No, porque lo que el hombre considera perfecto está lejos de serlo. Hay cualidades que desconoce y no puede comprender. Podrá ser tan perfecto como lo permita su naturaleza terrena, pero ello no será la absoluta perfección. Sucede lo propio con un niño: por muy precoz que sea, ha de pasar por la juventud antes de llegar a la edad madura. Así también ocurre con el enfermo, que pasa por la convalecencia antes de recobrar por entero su salud. Además, el Espíritu debe progresar en conocimientos y en moralidad. Si sólo avanzó en uno de esos sentidos, precisa que adelante en el otro para alcanzar el punto más alto de la escala. Pero, cuanto más progrese el hombre en su vida presente, menos largas y penosas resultarán para él las pruebas que sigan.
192 a. ¿Puede el hombre asegurarse en esta vida una existencia futura menos llena de amargura?
- Por cierto que sí, le cabe abreviar la longitud y las dificultades del camino. Sólo el despreocupado se encuentra siempre en el mismo punto.
193. ¿Podrá un hombre, en sus nuevas existencias, descender a un punto más bajo que aquel en que se hallaba?
- En su posición social, sí; pero como Espíritu, no.
194. El alma de un hombre de bien ¿puede, en una nueva encarnación, animar el cuerpo de un malhechor?
- No, puesto que no le es posible degenerar.
194 a. El alma de un perverso ¿podría convertirse en la de un hombre de bien?
- Sí, si se ha arrepentido, y en tal caso se trata de una recompensa.
·Comentario de Allan Kardec: La marcha de los Espíritus es progresiva y jamás retrocede. Se elevan ellos de manera gradual en la jerarquía y no descienden del rango que han alcanzado. En sus diversas existencias corporales pueden descender en su condición humana, pero no como Espíritus. Así, el alma de un poderoso de la Tierra podrá más tarde animar el cuerpo del más humilde de los artesanos, y viceversa. Porque las categorías entre los humanos están, a menudo, en razón inversa de la elevación de los sentimientos morales. Herodes era rey, y Jesús, carpintero.
195. La posibilidad de mejorar en otra existencia ¿no puede inducir a ciertas personas a perseverar en un mal camino, por pensar que podrán siempre corregirse más tarde?
- El que así piense no cree en nada y la idea de un castigo eterno ya no le hace mella, porque su razón la rechaza, y tal idea lleva a la incredulidad acerca de todo. Si sólo se hubieran empleado medios racionales para conducir a los hombres no existirían hoy tantos escépticos. Un Espíritu imperfecto podrá pensar, en su vida corporal, como tú acabas de decirlo, pero una vez desprendido de la materia reflexionará de otra manera, y pronto comprenderá que ha hecho mal sus cálculos, y es entonces que adquirirá un concepto distinto para aplicar en una nueva existencia. Así se lleva a cabo el progreso, y he aquí por qué tenéis en la Tierra unos hombres más adelantados que otros. Unos tienen ya una experiencia que otros no poseen aún, pero que adquirirán poco a poco. De ellos depende acelerar su progreso o retardarlo indefinidamente.
·Comentario de Allan Kardec: El hombre que se halle en mala posición deseará cambiarla lo antes posible. El que esté persuadido de que las adversidades de esta vida son la consecuencia de sus imperfecciones, tratará de asegurarse una nueva existencia menos penosa. Y este pensamiento lo apartará más de la senda del mal que la idea del fuego eterno, en el cual no cree.
196. Puesto que no pueden los Espíritus mejorar si no es sufriendo las congojas de la existencia corpórea, ¿se deduce de ello que la vida material sería una especie de tamiz o depuratorio por el que deben pasar los Seres del Mundo Espírita para llegar a la perfección?
- Sí, eso es precisamente. Mediante tales pruebas mejoran, evitando el mal y practicando el bien. Pero sólo después de muchas encarnaciones o depuraciones sucesivas alcanzan, en un tiempo más o menos prolongado, según hayan sido sus esfuerzos, la meta a la cual tienden.
196 a. ¿El cuerpo es el que influye sobre el Espíritu para mejorarlo, o el Espíritu el que influye sobre el cuerpo?
- Tu Espíritu lo es todo. Tu cuerpo constituye una vestidura que entra en putrefacción: he ahí todo…
· Comentario de Allan Kardec: Hallamos una comparación material de los diversos grados de depuración del alma en el zumo de la uva. Contiene éste licor denominado espíritu o alcohol, pero debilitado por una cantidad de materias extrañas que alteran su esencia. Sólo alcanza la absoluta pureza tras varias destilaciones, en cada una de las cuales se va despojando de alguna impureza. El cuerpo es el alambique en el que debe entrar para depurarse. Las extrañas son las que desecha el periespíritu al purificarse, conforme el Espíritu se va acercando a la perfección.
V.- Suerte de los niños después de la muerte
197. El Espíritu de un niño muerto a temprana edad ¿está tan adelantado como el del adulto?
- A veces mucho más, porque puede haber vivido mucho y poseer mayor experiencia, sobre todo si ha progresado.
197 a. Así pues, ¿puede el Espíritu de un niño estar más evolucionado que el de su padre?
-Esto es muy frecuente. ¿No lo comprobáis vosotros mismos a menudo, en la Tierra?
198. Puesto que el niño muerto a tierna edad no ha podido hacer el mal, ¿pertenece su Espíritu a los grados superiores?
- Si no ha hecho el mal, tampoco hizo el bien, y Dios no lo exime de las pruebas que ha de padecer. Si es puro no será porque era niño, sino porque se hallaba más adelantado.
199. a. ¿Por qué muchas veces se ve interrumpida la vida en la niñez?
- La duración de la vida del niño puede ser, para el Espíritu en él encarnado, el complemento de una existencia interrumpida antes del término debido, y su muerte es a menudo una prueba o una expiación para los padres.
199 a. ¿En qué se transforma el Espíritu de un niño muerto a edad temprana?
- Recomienza una nueva existencia.
·Comentario de Allan Kardec: Si el hombre tuviera una sola vida, y si después de ella su suerte futura estuviese fijada para la eternidad, ¿cuál sería el mérito de la mitad de la especie humana que muere a tierna edad, para disfrutar sin esfuerzos de la dicha eterna, y con qué derecho sería liberada de las condiciones con frecuencia tan duras impuestas a la otra mitad? Semejante orden de cosas no podría estar de acuerdo con la justicia de Dios. Por medio de la reencarnación se establece la igualdad para todos. El porvenir pertenece a todos sin excepción y no hay favor para nadie. Los que llegan últimos sólo pueden atribuirlo a sí mismos. El hombre debe tener el mérito de sus acciones, así como le cabe la responsabilidad de ellas.
·Por otra parte, no es racional considerar a la infancia como un estado normal de inocencia. ¿No vemos niños dotados de los peores instintos en una edad en que la educación no ha podido todavía ejercer su influjo? ¿No conocemos otros que parecieran haber traído de nacimiento la astucia y la falsedad, la perfidia y el instinto mismo del robo y el crimen, no obstante los buenos ejemplos de que están rodeados? La ley civil les absuelve de sus delitos porque alega que han obrado sin discernimiento. Y tiene razón, pues en efecto actúan más por instinto que en forma deliberada. Pero ¿de dónde pueden proceder esos instintos tan diversos en niños de una misma edad, educados en idénticas condiciones y sometidos a iguales influencias? ¿De dónde proviene esa precoz perversidad, si no es de la inferioridad del Espíritu, puesto que la educación no ha intervenido para nada en ello? Los que son viciosos, lo son porque sus Espíritus han progresado menos y sufren entonces las consecuencias de esto, no por sus acciones de niño, sino por las de sus anteriores existencias, y de esta manera la ley es la misma para todos y la justicia de Dios a todos alcanza.
VI.- Sexos en los Espíritus
200. ¿Tienen sexo los Espíritus?
- No, en el sentido en que vosotros lo entendéis, por cuanto los sexos dependen del organismo. Hay entre ellos amor y simpatía, pero basados en la afinidad de sentimientos.
201. El Espíritu que ha animado el cuerpo de un hombre ¿puede en una nueva existencia animar el de una mujer, y viceversa?
- Sí, son los mismos Espíritus los que animan a hombres y mujeres.
202. Cuando se es Espíritu ¿se prefiere encarnar en el cuerpo de un hombre o en el de una mujer?
- Esto importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas por las que tenga que pasar.
· Comentario de Allan Kardec: Los Espíritus encarnan en hombres o mujeres, pues no poseen sexo. Como deben progresar en todos sentidos, cada sexo, así como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes particulares y la ocasión de cosechar experiencias. El que hubiera sido siempre hombre sólo sabría lo que saben los hombres.
VII.- Parentesco, filiación
203. ¿Transmiten los padres a sus hijos una porción de su alma, o sólo se limitan a darles la vida animal, a la cual, otra alma, brinda la vida moral?
- Sólo la vida animal, puesto que el alma es indivisible. Un padre torpe puede tener hijos talentosos, y a la inversa.
204. Ya que hemos tenido muchas existencias ¿re remonta el parentesco más allá de nuestras vida actual?
- No podría ser de otra manera. La sucesión de existencias corpóreas establece entre los Espíritus vínculos que se remontan a vuestras vidas anteriores. A menudo nace de ahí la simpatía entre vosotros, y también el que algunos Espíritus os parezcan extraños.
205. A los ojos de ciertas personas la doctrina de la reencarnación parece destruir los lazos de familia al hacerlos remontarse más allá de su actual existencia.
- Los amplía, no los destruye. Fundándose el parentesco en afectos anteriores, los vínculos que unen a los miembros de una misma familia son menos precarios. La doctrina de la reencarnación aumenta los deberes de la fraternidad, ya que en vuestro vecino o servidor puede encontrarse un Espíritu que ha estado unido a vosotros por los lazos de la sangre.
205 a. Sin embargo, disminuye la importancia que algunos atribuyen a la filiación, puesto que se puede haber tenido por padre a un Espíritu que haya pertenecido a otra raza, o que viviera en una situación completamente distinta.
- Es cierto, pero esa importancia se basa en el orgullo. Lo que la mayoría honra en sus antepasados son los títulos, el rango, la fortuna. Uno que se ruborizaría por haber tenido como abuelo a un honrado zapatero, se jactaría en cambio sí descendiera de un gentil-hombre libertino. Pero, por más que digan o hagan, no impedirán que las cosas sean como son, porque Dios no ha fundamentado sobre la vanidad de ellos las leyes de la Naturaleza.
206. Del hecho de que no haya filiación entre los Espíritus de los descendientes de una misma familia, ¿se podrá inferir que el culto de los antepasados sea una cosa ridícula?
- Con seguridad que no, porque se debe ser dichoso de pertenecer a una familia en la cual hayan encarnado Espíritus elevados. Aun cuando los Espíritus no proceden los unos de los otros, no por eso dejan de profesar afecto a los que están ligados a ellos por los lazos familiares, porque esos Espíritus a menudo han sido atraídos a tal o cual familia por simpatía o por vínculos anteriores. Pero creed que los Espíritus de vuestros antecesores no se sienten honrados en modo alguno por el culto que les profesáis sobre la base del orgullo. Su mérito no se transmitirá a vosotros sino en la medida en que os esforcéis por seguir los buenos ejemplos que os han dejado, y únicamente entonces vuestro recuerdo podrá no sólo resultarles agradable, sino también serles útil.
VIII.- Semejanzas físicas y morales
207. Los progenitores suelen transmitir con frecuencia a sus hijos una semejanza física. ¿Les transmiten también un parecido moral?
- No, puesto que se trata de almas o Espíritus diferentes. El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no procede del Espíritu. Entre los descendientes de las razas sólo existe consanguinidad.
207 a. ¿A qué se deben las semejanzas morales que existen a veces entre padres e hijos?
- Son Espíritus que simpatizan, atraídos por la similitud de inclinaciones.
208. Los Espíritus de los progenitores ¿no ejercen influencia sobre el del niño después del nacimiento de éste?
- Tienen una influencia muy grande. Como ya dijimos, los Espíritus deben coadyuvar a su mutuo progreso. Pues bien, los de los padres tienen por misión desarrollar el de sus hijos mediante la educación. Para el Espíritu del padre es esta una tarea: si falla, será culpable.
209. ¿Por qué padres buenos y virtuosos engendran niños de naturaleza perversa? Dicho de otro modo: ¿por qué las buenas cualidades de los progenitores no atraen siempre, por simpatía, a un Espíritu bueno para animar a su hijo?
- Un Espíritu malo puede solicitar padres buenos, con la esperanza de que sus consejos lo encaminarán por una senda mejor, y a menudo Dios se los concede.
210. ¿Pueden los padres, mediante sus pensamientos y plegarias, atraer hacia el cuerpo de su hijo a un Espíritu bueno más que a uno inferior?
- No, pero podrán mejorar al Espíritu del hijo que han engendrado y que les es confiado. Tal es su deber. Malos hijos constituyen una prueba para sus progenitores.
211. ¿A qué se debe la semejanza de carácter que existe a menudo entre dos hermanos, sobre todo en el caso de gemelos?
- Espíritus simpáticos, que se acercan por la afinidad de sus sentimientos y que se sienten dichosos de estar juntos.
212. En los hermanos siameses, cuyos cuerpos están unido el uno al otro y que poseen ciertos órganos en común, ¿hay dos Espíritus, o sea dos almas?
- Sí, pero la semejanza entre ambos hace muchas veces que parezcan sólo uno a vuestros ojos.
213. Puesto que los Espíritus encarnan en los hermanos gemelos por simpatía, ¿cuál es la causa de la aversión que en ciertos casos se advierte entre éstos?
- No, es regla que los gemelos sean Espíritus que simpatizan. Ciertos Espíritus malos pueden haber querido luchar juntos en el teatro de la vida.
214. ¿Qué pensar de las historias según las cuales algunos niños luchan en el mismo seno materno?
- Es una imagen. Para expresar que su odio era antiguo, se le ha hecho remontar hasta antes de su nacimiento. Por lo general, no toman suficientemente en cuenta las figuras poéticas.
215. ¿A qué se debe el carácter distintivo que se observa en cada pueblo?
- Los Espíritus tienen también familias, formadas por la afinidad de sus inclinaciones, más o menos depuradas, según sea su grado de elevación. Y bien, un pueblo es una gran familia en la que se reúnen Espíritus que simpatizan. La tendencia a unirse que tienen los miembros de esas familias da origen al parecido existente, que determina el carácter distintivo de los individuos de cada pueblo. ¿Crees por ventura que Espíritus buenos y humanitarios buscarán, para encarnar, un pueblo duro y grosero? No, los Espíritus simpatizan con las masas, así como con los individuos: mas siempre procurando su medio.
216. ¿Conserva el hombre, en sus nuevas existencias, huellas del carácter moral de sus vidas anteriores?
- Sí, puede suceder. Pero al mejorar, cambia. Su posición social podrá también no ser ya la misma. Si de amo como era se convierte en esclavo, sus inclinaciones serán completamente distintas y con trabajo le reconoceríais. Siendo el Espíritu el mismo en las diversas encarnaciones, sus manifestaciones pueden presentar ciertas analogías de una a otra, pero modificadas por los hábitos que su nueva posición le inculca, hasta que un perfeccionamiento notable haya mudado por entero su carácter, porque de orgulloso y ruin, que era antes, puede volverse humilde y humanitario, si se ha arrepen-tido.
217. ¿Conserva el hombre, en sus distintas encarnaciones, rasgos físicos del carácter de sus vidas precedentes?
- El cuerpo anterior es destruido y el nuevo no tiene ninguna relación con aquél. Sin embargo, el Espíritu se refleja en el cuerpo. Por cierto que el cuerpo sólo constituye materia, pero pese a ello es modelado de acuerdo con las cualidades del Espíritu, quien le imprime cierto carácter, en modo especial en el semblante, y con razón se ha dicho que los ojos son el espejo del alma. Esto es, que el rostro refleja con más particularidad al alma. Porque una persona excesivamente fea puede tener, sin embargo, algo que agrade cuando su cuerpo es la envoltura de un Espíritu bondadoso, sabio y humanitario, mientras que hay rostros muy bellos que no te hacen sentir nada y por los cuales incluso experimentas repulsión. Podrías creer que sólo los cuerpos bien constituidos son la envoltura de los Espíritus más perfectos, mientras que estás encontrando todos los días a hombres de bien bajo una apariencia exterior deforme. Sin tener un parecido pronunciado, la semejanza de gustos y tendencias puede, pues, dar lo que se llama “aire de familia” a algunos individuos.
- Comentario de Allan Kardec: Puesto que el cuerpo que reviste al alma en una nueva encarnación no tiene ninguna relación necesaria con el que ella ha dejado, ya que puede provenir de otro origen enteramente distinto, sería absurdo pensar en una sucesión de vidas de una semejanza que sólo es fortuita. Sin embargo, las cualidades del Espíritu modifican con frecuencia a los órganos que sirven a sus manifestaciones, e imprimen al rostro, e inclusive al conjunto de los modales, un sello distintivo. Así pues, bajo la más humilde de las envolturas es posible encontrar la expresión de la grandeza y de la dignidad, al paso que bajo el hábito del gran señor se ve en ocasiones la de la bajeza e ignominia. Algunas personas surgidas de la posición más ínfima adoptan sin esfuerzo los hábitos y modales del mundo elegante. Pareciera como si volviesen a encontrar allí su elemento; mientras que otras, a despecho de su nacimiento y educación, se hallan siempre desubicadas en ese medio. ¿De qué modo explicar este hecho, si no es como un reflejo de lo que ha sido antes el Espíritu?
IX.- Ideas innatas
218. El Espíritu encarnado ¿conserva alguna huella de las percepciones que ha tenido y de los conocimientos que adquirió en sus vidas anteriores?
- Le queda un vago recuerdo, que le da lo que denominamos ideas innatas.
218 a. ¿De manera que la teoría de las ideas innatas no es una quimera?
- No: los conocimientos adquiridos en cada existencia no se pierden. Una vez desprendido de la materia, el Espíritu siempre los recuerda. En el trascurso de la encarnación podrá en parte olvidarlos, en forma temporaria, pero la intuición que le queda de ellos coopera a su progreso. A no ser por esto debería recomenzar de continuo. En cada nueva existencia, el Espíritu toma como punto de partida el alcanzado en su vida precedente.
218 b. Así pues, ¿ha de existir una gran conexión entre dos existencias sucesivas?
- No siempre tan grande como podrías creerlo, por cuanto las situaciones son a menudo muy diferentes, y en el intervalo ha podido el Espíritu progresar. (Ver el párrafo 216).
219. ¿Cuál es el origen de las facultades extraordinarias de algunos individuos que, sin haber hecho estudios previos, parecen tener la intuición de ciertos conocimientos, como los idiomas, el cálculo matemático, etcétera?
- Recuerdo del pasado. Progreso anterior del alma, pero del cual el individuo mismo no tiene conciencia. ¿De dónde quieres que provengan? El cuerpo cambia, pero no el Espíritu, aunque mude de vestimenta.
220. Al cambiar de cuerpo, ¿se puede perder ciertas facultades intelectuales, por ejemplo, dejar de aficionarse a las artes?
- En efecto, si se ha manchado esa inteligencia o si se hizo mal uso de ella. Además, determinada facultad puede permanecer aletargada durante una existencia, porque el Espíritu quiere ejercer otra que no tiene relación con aquélla. Entonces queda en estado latente, para reaparecer más tarde.
221. ¿A un recuerdo retrospectivo debe el hombre, aun en estado salvaje, el sentimiento instintivo de la existencia de Dios y el presentimiento de la vida futura?
- Se trata de un recuerdo que ha conservado de lo que sabía como Espíritu antes de encarnar. Pero el orgullo sofoca a menudo ese sentimiento.
221 a. ¿A ese mismo recuerdo se deben ciertas creencias relativas a la Doctrina Espírita, que en todos los pueblos encontramos?
- Esta Doctrina es tan antigua como el mundo. De ahí que se la halle en todas partes, y esto constituye una prueba de que es verdadera. Al conservar la intuición de su estado como Espíritu, el Espíritu encarnado tiene la conciencia instintiva del Mundo Invisible, pero muchas veces ésta es falseada por los prejuicios, y la ignorancia mezcla a ella con la superstición. 44
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Lo que nos dice la Biblia con relación a la Reencarnación:
Juan el Bautista y Elías Reencarnado
La Biblia de las Américas (LBLA) nos dice:
Jesús hizó declaraciones que se refirió a Juan el Bautista con el profeta Elías
Gabriel fue el primero en señalar que en Juan el Bautista se cumplía la profecía de Malaquías. Juan habría de preceder al Señor para realizar una tarea especial de avivamiento y reforma. Jesús confirmó esto más tarde cuando dijo:
Mateo 11:10
10 Este es de quien está escrito:
"HE AQUÍ, YO ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIEN PREPARARA TU CAMINO DELANTE DE TI."
"HE AQUÍ, YO ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, QUIEN PREPARARA TU CAMINO DELANTE DE TI."
Mateo 11:12-14
12 Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza.
13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.
14 Y si queréis aceptarlo, él es Elías, el que había de venir.
13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.
14 Y si queréis aceptarlo, él es Elías, el que había de venir.
Mateo 17:10-13
10 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?
11 Y respondiendo El, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas;
12 pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos.
13 Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
11 Y respondiendo El, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas;
12 pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos.
13 Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
Marcos 9:13
13 Pero yo os digo que Elías ya ha venido, y le hicieron cuanto quisieron, tal como está escrito de él.
Lucas 9:18
La confesión de Pedro
18 Y mientras Jesús oraba a solas, estaban con El los discípulos, y les preguntó, diciendo: ¿Quién dicen las multitudes que soy yo?
Lucas 9:19
19 Entonces ellos respondieron, y dijeron: Unos, Juan el Bautista, otros, Elías (la forma griega de Elí), y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
Lucas 1:17
17 E irá delante de Él en el espíritu y poder de Elías PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.
Malaquías 3:1
Malaquías 3
El día del juicio
El día del juicio
1 He aquí, yo envío a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí. Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene --dice el SEÑOR de los ejércitos.
Malaquías 4:5
5 He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible.
5 He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible.
Malaquías 4:6
6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición.
“Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. Y si quereís recibirlo, él es aquel Elías que había de venir” (Mateo 11: 13,14).
"Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: '¿Por qué dicen pues los
escribas que es menester que Elías venga primero?' " Y respondiendo Jesús, les dijo: 'A la verdad, Elías vendrá primero y restituirá todas las cosas'. Mas os digo que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron en él todo lo que quisieron.
escribas que es menester que Elías venga primero?' " Y respondiendo Jesús, les dijo: 'A la verdad, Elías vendrá primero y restituirá todas las cosas'. Mas os digo que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron en él todo lo que quisieron.
Así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Los discípulos entonces
entendieron que les habló de Juan el Bautista.' " (Mateo 17: 10-13).
entendieron que les habló de Juan el Bautista.' " (Mateo 17: 10-13).
2 Reyes 2:11
11 Y aconteció que mientras ellos iban andando y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego y caballos de fuego que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino.
Esto indica la inmortalidad del Alma, cuando Elías aparece nuevamente. Elías reaparece en el monte de la transfiguración junto con Moisés (Mateo 17 y Mr. 9).
Palingenesia No se debe confundir con Reencarnación. NO ES LO MISMO
NO ES LO MISMO
No se debe confundir Palingenesia con Reencarnación. Palingenesia Procede de la palabras griegas palin (de nuevo) y génesis (nacer). Significa Renacer.
La reencarnación Espirita se refiere a reencarnar, manteniendo el Alma su individualidad en cada nueva reencarnación. Así continua evolucionando, siempre mejorando, nunca jamas retrogradando, la Palingenesia se refiere a renacer en cada existencia. , o sea en cada existencia nace una nueva Alma. Esto es una completa aberración en el Espiritismo
¡Cuidado no es lo mismo!. No debería haber ninguna confusión de estos 2 términos en el Espiritismo.
El Espiritismo se sostiene con los Libros Codificados (5 obras Básicas). Estos libros son los siguientes:
Las obras básicas de la Codificación Espirita son las siguientes, por orden cronológico de publicación:
· “El Libro de los Espíritus”, lanzado en París (Francia) el 18 de abril de 1857;
· “El Libro de los Médiums”, publicado en enero de 1861;
· “El Evangelio según el Espiritismo”, lanzado en abril de 1864;
· “El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo”, publicado en agosto de 1865; y
· “La Génesis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo”, lanzada en enero de 1868. Las fechas mencionadas se refieren, obviamente, a la primera edición de cada libro.
La palingenesia, habla de un volver a nacer y esto no se refiere necesariamente a la reencarnación donde el espíritu encarna en un nuevo cuerpo, sino a un volver a nacer en algo superior.
¡ CUIDADO ¡. La Palingenesia la están tratando de introducir en el Espiritismo como concepto, y esto no es lo mismo a “Reencarnación” término discutido ampliamente en el Libro de Los Espíritus.
En filosofía, la Palingenesia denota en un sentido más amplio la teoría (por ejemplo de los pitagóricos) de que el alma humana no muere con el cuerpo sino que nace otra vez en nuevas encarnaciones. Sería así equivalente a la metempsicosis. Plutarco (45–125 d. C.) hablaba de palingenesia con respecto a la transmigración de las almas (la reencarnación al estilo hindú)
Todo pretendido cambio a lo ya establecido en los Libros Codificados, se consideran como “Simples Opiniones”. Los Espiritistas defendemos la integridad del Los Libros Codificados. No se evoluciona el Espiritismo, cambiando su esencia lo dicho por los Espíritus a través de Espíritus Puros y perfectos y la participación de Espíritus Superiores a Allan Kardec.
Una Simple Opinión en el Espiritísmo:
https://www.youtube.com/watch?v=zJrRLgqeG6s
Libro de Génesis - Introducción, De la primera edición, publicada en enero de 1868
“A pesar de la intervención humana en la elaboración de esta Doctrina, la iniciativa pertenece a los espíritus, pero no a uno en especial, ya que es el resultado de la enseñanza colectiva y concordante de muchos espíritus, puesto que si se basara en la doctrina de un espíritu no tendría otro valor que el de una opinión personal. El carácter esencial de la Doctrina y su existencia misma se basan en la uniformidad y la concordancia de la enseñanza. Por tanto, todo principio no general no puede considerarse parte integrante de la Doctrina, sino una simple opinión aislada de la cual el Espiritismo no se responsabiliza.
Es esa concordancia colectiva de opiniones, sometidas a la prueba de la lógica, la que otorga fuerza a la Doctrina Espírita y asegura su vigencia. Para que cambiase, sería necesario que la totalidad de los espíritus mudasen de opinión, es decir, que llegase el día en que negasen lo dicho anteriormente. Ya que la Doctrina emana de la enseñanza de los espíritus, para que desapareciese sería necesario que los espíritus dejasen de existir. Y es por eso que esta Doctrina prevalecerá siempre sobre los demás sistemas personales, que no poseen, como ella, raíces por doquier. El Libro de los Espíritus ha consolidado su prestigio porque es la expresión de un pensamiento colectivo y general.”
Firmado por Allan Kardec.
Palingenesia
Palingenesia
Palingenesia \Pal`in*ge*ne"si*a\, n. [NL.] See {Palingenesis}. [1913 Webster]
The Collaborative International Dictionary of English. 2000.
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- Palingenesia — Saltar a navegación, búsqueda La palabra palingenesia es un término que corresponde a conceptos análogos en historia de la ley, filosofía, teología, política y biología.Procede de la palabras griegas palin (de nuevo) y génesis (nacer).
- Palingenesia — Palingenesia. Monographien und Texte zur klassischen Altertumswissenschaft (vormals Palingenesia. Schriftenreihe für klassische Altertumswissenschaft) ist eine altertumswissenschaftliche Schriftenreihe, die von Christoph Schubert herausgegeben… … Deutsch Wikipedia.
- palingenesia — ˌpalə̇njə̇ˈnēzh(ē)ə noun ( s) Etymology: Medieval Latin, from Greek, from palin again + genesia : palingenesis * * * ‖ palingenesia (ˌpælɪndʒɪˈniːsɪə) … Useful english dictionary.
- palingenesia — (Del gr. palin, otra vez + genesis, acción de engendrar.) ► sustantivo femenino 1 Retorno a la vida, renacimiento de los seres. 2 FILOSOFÍA Teoría religiosa y filosófica según la cual se produce una reaparición periódica de los mismos… … Enciclopedia Universal.
- PALINGENESIA — name equivalent to new birth, and applied both to regeneration and restoration, of which baptism in the former case is the symbol; in the Stoic philosophy it is preceded by dissolution, as in the rejuvenescence process of MEDEA(q.v.) … The Nuttall Encyclopaedia.
- Palingenesis — is a concept of rebirth or re creation, used in various contexts in philosophy, theology, politics, and biology. Its meaning stems from Greek palin, meaning again, and genesis, meaning birth. In biology, it is another word for recapitulation the… … Wikipedia.
- Hermetismo — Para el movimiento literario, véase Hermetismo (literatura). «Hermética» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Hermética (desambiguación). El hermetismo es un conjunto de creencias filosóficas y religiosas, basadas principalmente en… … Wikipedia Español.
- palingenésico — ► adjetivo De la palingenesia. * * * palingenésico, a adj. De [la] palingenesia. * * * palingenésico, ca. adj. Perteneciente o relativo a la palingenesia. * * * ► adjetivo Relativo a la palingenesia … Enciclopedia Universal.
- Álvaro d'Ors — Nacimiento … Wikipedia Español.
- palingénésie — * * * palingénésie [ palɛ̃ʒenezi ] n. f. • 1546; bas lat. palingenesia, du gr.; cf. palin et génésie ♦ Philos. Chez les stoïciens, Retour périodique éternel des mêmes événements. Adj. PALINGÉNÉSIQUE , 1665 . ♢ Didact. Renaissance des êtres ou des … Encyclopédie Universelle.
La palabra palingenesia es un término que corresponde a conceptos análogos en historia de la ley, filosofía, teología, política y biología. Procede de la palabras griegas palin (de nuevo) y génesis (nacer).
"Esta doctrina plantea que cada ser vivo cumple un ciclo de existencia, comprendido desde el nacimiento, pasando por su existencia, luego su muerte, hasta la reencarnación. En algunos casos también se la ha denominado «eterna recurrencia». La doctrina plantea que dicho ciclo se repite una y otra vez, asegurando la continuidad de los seres."
En filosofía
- En la India se habla de la reencarnación con el término sánscrito samsara (‘vagabundeo’ del alma de un cuerpo a otro).
- Los griegos la simbolizaban con el ave fénix.
- Esta doctrina puede rastrearse desde los estoicos, que usaban el término para referirse a la recreación del universo por el Demiurgo (dios creador), después de su absorción dentro de sí mismo.1
- Los neoplatónicos también admitían una palingenesia universal.
- En algunas teorías filosóficas, está relacionada con la ekpirosis, comprendiendo a la palingénesis como el renacimiento que sigue al fin de la existencia producido por una conflagración final.2 Así, Filón creía que Noé y sus hijos habían sido los impulsores de una renovación o renacimiento de la Tierra.1
- Cicerón (106–43 a. C.) utilizaba esta palabra para explicar su propio retorno desde el exilio.1
- En filosofía, la palingenesia denota en un sentido más amplio la teoría (por ejemplo de los pitagóricos) de que el alma humana no muere con el cuerpo sino que nace otra vez en nuevas encarnaciones. Sería así equivalente a la metempsicosis. Plutarco (45–125 d. C.) hablaba de palingenesia con respecto a la transmigración de las almas (la reencarnación al estilo hindú).
- Los druidas (sacerdotes galos) creían a su vez que después de un determinado número de revoluciones de siglos, el universo quedaría disuelto o destruido por el agua y el fuego y luego renacería de sus cenizas.[cita requerida]
- Robert Burton (1577-1640), en su Anatomy of Melancholy (Anatomía de la melancolía, 1628), escribió: «Los pitagóricos defendían la metempsicosis y la palingenesia, en que las almas van de un cuerpo a otro».
- El italiano Giambattista Vico (1668-1744) enseñó a su vez en su teoría de los círculos, una doctrina análoga.3
- En cambio el término tiene un sentido más estrecho en el sistema de Schopenhauer (1788-1860), quien lo aplicaba a su doctrina de que la voluntad no muere sino que se manifiesta otra vez fresca en nuevos individuos.
- De esta manera repudiaba la metempsicosis primitiva que creía en la reencarnación del alma individual.
Así, algunos diferencian la palingénesis de la reencarnación, diciendo que esta última implica la existencia de un alma eterna.
La palingénesis podría considerarse una doctrina paralela a la reencarnación, aunque algunos creen que en la palingénesis el alma nunca alcanza el nirvana que la liberaría de la reencarnación.
Nirvana (espiritualidad)
De Wikipedia, la enciclopedia libre
En la filosofía shramánica, nirvana es el estado de liberación tanto del sufrimiento (dukkha) como del ciclo de renacimientos.
Es un concepto importante en el hinduismo, jainismo y budismo y suele alcanzarse mediante diferentes prácticas y técnicas espirituales.
Etimología
Nirvana significa literalmente "apagado", como en una vela.1
En otros idiomas se dice:
- निर्वाण (nirvāṇa), en escritura devanagari (del sánscrito);
- णिव्वाण (nirvāṇa), en prákrito
- निब्बान, (nibbāna); en pali;
- 涅槃 (nièpán), en chino;
- 涅槃 (nehan), en japonés;
- นิพพาน (nibpan), en tailandés.
- 열반 (yŏlban), en coreano;
Definición
En el contexto religioso, este término pasa a aplicarse en las religiones surgidas en India como el hinduismo, budismo, jainismo, para así indicar un estado de cese de la actividad mental corriente y que significará una liberación espiritual, el estado de felicidad supremo. Dependiendo de cada contexto religioso, el nirvana tiene diferentes implicaciones. Las dos religiones más importantes respecto a su influencia en Occidente son la hinduista y la budista (fundada por el Buda Gautama).
En todas estas religiones, la palabra nirvana tiene connotaciones de quietud y paz. La persona que experimenta el nirvana se compara con un fuego apagado cuando su provisión de combustible se ha extinguido. En todas ellas también este combustible sería la falsa idea del Yo, que causa (y es causada por) el deseo, la necesidad, la conciencia, el nacimiento, la muerte, la codicia, el odio, la confusión, la ignorancia. Entonces el nirvana no sería un sitio ni un estado, sino una verdad absoluta que debe ser experimentada.
Según sus practicantes, la experiencia del nirvana es posible mediante:
- el trabajo y el estudio de uno mismo,
- las prácticas en sí (sin necesidad de un contenido religioso),[cita requerida]
- la metafísica.
Cada uno de estos senderos considera que es el único que permite alcanzar el nirvana y considera que los demás senderos son seudorreligiosos y dirigidos por maestros o gurús falsos.
El nirvana en el hinduismo
El nirvana es el estado transcendente libre de sufrimiento y de la existencia fenoménica individual; es la experiencia religiosa más identificada con el budismo. La palabra procede de un verbo que significa enfriarse oapagarse, como el final de una vela. La connotación es que sólo en el nirvana están extinguidas las llamas de la lujuria, el odio, la codicia y la ignorancia. En estado de nirvana se rompe el ciclo de la transmigración, que de otra manera sería eterno. Su naturaleza ha sido muy debatida por el pensamiento occidental, algunos de cuyos investigadores sostienen que implica una total aniquilación aunque otros lo interpretan como beatitud eterna. Ambos puntos de vista son problemáticos en ocasiones, ya que el nirvana es indescriptible y sólo puede conocerse desde su experiencia.
En el hinduismo se habla de la unión con el uno absoluto (Brahman), por tanto aunque el nirvana apunta a un mismo suceso de paz interior, no se debe considerar exactamente con las mismas consecuencias que en el budismo, ya que de hecho el budismo redefinió el concepto de nirvana según sus propios postulados. Cada una por tanto tiene su propio marco religioso.
El hinduismo utiliza el término nirvana en su contexto de mokṣa (liberación del samsara o del ciclo de nacimientos y muertes repetidos), en el que el alma o ātmān se fundirá con la divinidad o lo absoluto. Esta liberación es por tanto una fusión del alma con la divinidad.
A su vez dentro del hinduismo este concepto de liberación es concebido de manera diferente por los distintos credos (dárśanas) hindúes. Los vaishnavas (vishnuistas, o devotos del dios Vishnú) consideran que mokṣa no implica la fusión monista del alma dentro de Dios, sino la aceptación del alma para servirlo. Por eso en el vaishnavismo no se desea realmente abandonar la reencarnación, sino servir a Dios, aunque sea sufriendo en este mundo lejos de él.
El nirvana en el budismo
Siddhartha Gautama se refería al nirvana de la siguiente manera: «Hay, monjes, una condición donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo, ni sol ni luna. A eso, monjes, yo lo denomino ni ir ni venir, ni un levantarse ni un fenecer, ni muerte, ni nacimiento ni efecto, ni cambio, ni detenimiento: ese es el fin del sufrimiento.» (Udana, VIII, 2)
Como no se puede definir el nirvana con palabras, se lo suele delimitar por lo que no es:
- No es la existencia común a la que está sujeto el ser humano.
- No tiene principio ni fin (no se encuentra dentro del tiempo medible).
- No se puede generar o fabricar.
- No tiene dualidad, por lo que no puede ser descrito con palabras.
- No es un estado subjetivo de conciencia.
- No está condicionado a nada o por nada.
- No es ningún tipo de desarrollo o conversión.[cita requerida]
- No tiene partes o etapas que se puedan distinguir unas de otras.[cita requerida]
Buda Gautama redefinió la consecución del nirvana presente en el hinduismo mediante un proceso de meditación en el que se analiza el cuerpo y la mente como carentes de una individualidad intrínseca. En ese proceso existe un vacío de individualidad (śūnyatā) de todo lo presente en el cuerpo y mente del sujeto. Esta falta de una individualidad es también común en todos los fenómenos del universo.
Al igual que en el hinduismo, la realización del nirvana budista implica la liberación definitiva del sufrimiento de la existencia o de los diferentes estados de reencarnación a los que todos los seres están sujetos. Pero en el budismo esta idea será llevada hasta sus últimas consecuencias. La diferencia en el contexto hinduista es que esto ocurre por la unión a un absoluto (Brahman) a semejanza de lo que expone la mística de las religiones teístasoccidentales.
La afirmación de que el budismo considera el nirvana como lo opuesto al samsāra (el mundo tal como lo vivimos ahora) no es correcta desde el punto de vista de la doctrina budista, toda vez que dioses y hombres están sujetos al karma y Buda expresó la liberación final de dioses y hombres en medio del mundo de los fenómenos. Por lo tanto, se distanció de ese estado de absorción en la divinidad o unión a un absoluto como vía de liberación definitiva tal como estaba presente en el hinduismo.[cita requerida]
Śūnyatā es por tanto la naturaleza final de la realidad según el budismo y que Buda aplicó a cualquier estado de conciencia y existencia concebibles. En el budismo también aparece la idea de parinirvāṇa o liberación definitiva tras la muerte. El budismo mahāyāna de Asia Oriental entiende el nirvana no como un objetivo externo sino como el encuentro con la naturaleza más profunda de uno mismo, que solo necesita ser reconocida. Se refieren a él como hermandad budista, condición intrínseca, y vacío.
El nirvana en el jainismo
En el jainismo se refiere a la liberación de las ataduras del karma. Cuando un ser humano como un Tirthankara se libera de sus karmas finaliza su experiencia en el mundo logrando el nirvāṇa. Técnicamente, el final del período de vida es llamado nirvana en tanto que ha acabado la existencia terrenal y ha alcanzado la liberación. El Moksa sería entonces la liberación que sigue al nirvana. Así tendríamos un primer paso, el nirvana, que realiza el Arhat y que solo después y mediante el Moksa pasa a convertirse en siddha, el liberado.
Los jainas celebran el Diwali como el día en que Mahavira logró su nirvana. El Kalpasutra narra detalladamente el nirvana de Mahavira.2
En política
Flavio Josefo (38-101) utilizó este término para referirse a la restauración nacional del pueblo judío. En su estudio sobre el fascismo, el politólogo académico Roger Griffin (1948) utilizó la palabra palingénesis para referirse al fascismo (al que definió como un «ultranacionalismo palingenético»). La considera un elemento central de las ideologías fascistas, y la describe como «el núcleo mítico de la ideología fascista».
Los mejores ejemplos de esto se pueden encontrar tanto en la Italia fascista como en la Alemania nazi. Benito Mussolini (1883-1945) buscaba establecer una línea palingenética entre su régimen como una segunda encarnación del Imperio Romano, mientras que Adolf Hitler (1889-1945) veía su tercer Reich (la Alemania nazi) como la tercera encarnación palingenética del Sacro Imperio Romano Germánico (Primer Reich) y el Imperio Alemán de Otto Bismarck (Segundo Reich).
En biología
En la biología moderna (por ejemplo, en Haeckel y Fritz Müller), se utiliza el término palingénesis para denotar la reproducción exacta de los aspectos ancestrales de la herencia, como opuesto a la cetogénesis, en el cual las características heredadas son modificadas por el medio ambiente.
En geología
En la geología, la palingénesis es el fenómeno por el cual —en las zonas profundas de la litósfera— las rocas que ya se habían solidificado retornan al estado fundido.
Notas
1. ↑ Saltar a:a b c Según la Wikipedia en inglés.2. Volver arriba↑ George Boas: Dictionary of the history of ideas. EE. UU.: University of Virginia Library. Consultado el 21 de septiembre de 2007. Citado en la Wikipedia en italiano.3. Volver arriba↑ Según el Diccionario enciclopédico popular ilustrado Salvat. España: 1906-1914.Obtenido de «http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Palingenesia&oldid=70492615»
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Reflexión Final:
El tema de la Reencarnación en la Filosofía Espirita está bastante bien explicado en las preguntas y respuestas antes expresadas y sería el perder la esencia de lo que expresaron los Espíritus si interrumpiera la cadena de preguntas y respuesta para hacer comentarios o aclarar puntos. Por lo tanto lo incluí tal como aparece en el Libro de Los Espíritus, y que puedes obtener una copia gratuita en la sección de descargas. ( Descarga de Libros Digitales Gratis)
Lo que si deseo expresar que si debo añadir en otra reflexión como se diferencia el termino religioso de Resurrección de la Carne de lo que es la Reencarnación. Para lo cual lo voy a explicar en otra reflexión específicamente para este tema.
A manera de resumen de lo expresado por los Espíritus a Kardec sería lo siguiente:
1.El Alma es un Espíritu encarnado en cada ser humano, cuando el ser humano muere o desencarna, su Alma se emancipa, porque el Alma es Inmortal, nunca muere. Y este concepto lo vemos en la persona de Jesús que desencarnó y está vivo como un Espíritu Puro.
2.Ese espíritu desencarnado al terminar su presente existencia, en su estado espiritual continua su camino pero tiene que evaluar los resultados de su última existencia. La cual sirvió para pasar por pruebas ya de antemano determinadas por el mismo Espíritu para expiarla debido a su Karma (En nuestra Filosofía Espírita el Termino Karma no aparece, nosotros enseñamos que es la Ley de Causa y Efecto, pero significa los mismo en términos prácticos, usted utilice el termino que más le guste, conmigo no hay ningún problema). Se espera que su existencia haya sido terminada con un balance positivo en cuanto a faltas cometidas vs. buenas obras realizadas.
3.Si los resultados de esta última encarnación fueron con un balance positivo o sea se cometieron menos faltas en su estado de ignorancia inicial hasta descubrir por qué había encarnado y logró comenzar con su Transformación Moral que lo condujo a ser mejor ser humano, y esas acciones positivas fueron más que las faltas cometidas, entonces esa Alma activo su ascenso espiritual, que es el propósito en este proceso.
4.Entonces seguirá este espíritu reencarnando imponiéndose pruebas en próximas reencarnaciones.
5.Ya en su momento dejará de ser un Espíritu Errante y cesara su proceso reencarnatorio y continuará su asenso venciendo pruebas y circunstancias que lo conduzcan alcanzar un estado espiritual perfecto y así seguir su curso en otras esferas al cuidado de otros Espíritu Puros y la dirección de Dios.
6.Cuanto dure en una encarnación va a estar determinado por lo que tiene que aprender de cada encarnación. Puede morir joven o viejo, o vivir como hombre o mujer, hombre rico o pobre, esclavo o libre, blanco o negro, latino o caucásico, en fin en todo lo que necesite tener la experiencia para poder progresar hacia la perfección.
7.No es un proceso definido en tiempo, todo va a depender de cuán rápido puede activar su asenso espiritual mediante la transformación Moral. Esto acorta el tiempo necesario para reducir el número de reencarnaciones necesaria, hasta llegar al punto de no necesitar más reencarnar.
8. De manero que de lo que se trata amigo o amiga es de comenzar tu Transformación Moral lo antes posible. Esta información se te proporciona de una manera gratuita, solo se necesita tu voluntad que activa tu libre albedrío a conducirte seguro por este camino para lograr este objetivo.
8. De manero que de lo que se trata amigo o amiga es de comenzar tu Transformación Moral lo antes posible. Esta información se te proporciona de una manera gratuita, solo se necesita tu voluntad que activa tu libre albedrío a conducirte seguro por este camino para lograr este objetivo.
El Libro de Los Espíritus dice y concluyo este tema:
VII.- Duración de las penas futuras
1003. La duración de los sufrimientos del culpable en la vida futura ¿es arbitraria o está subordinada a alguna ley?
- Jamás obra Dios por capricho, y todo en el Universo está regido por leyes en las que se ponen de relieve su sabiduría y su bondad.
1004. ¿En qué se funda la duración de los padecimientos del culpable?
- En el tiempo preciso para su mejoramiento. Visto que el estado de dolor, así como el de felicidad, son proporcionales al grado de depuración del Espíritu, la duración y la índole de sus sufrimientos depende del tiempo que le ha llevado mejorarse. A medida que progresa y conforme se van purificando sus sentimientos, sus padecimientos disminuyen y cambian de naturaleza. SAN LUIS.
1005. Para el Espíritu sufriente ¿el tiempo transcurre en la misma medida que en su estado de encarnación?
- Más bien le parece más prolongado. El sueño no existe para él. Sólo para los Espíritus llegados a cierto grado de depuración el tiempo se esfuma, si así vale decirlo, ante lo infinito. (Ver párrafo 240).
- 240. ¿Tienen los Espíritus la misma noción del tiempo que nosotros? - No, y a esto se debe que no siempre nos comprendan cuando se trata de establecer fechas o épocas.
Los Espíritus viven fuera del tiempo, tal como entendemos nosotros a éste. Para ellos el transcurso del tiempo se anula, si así vale decirlo, y los siglos, que tan largos nos resultan a nosotros, para ellos constituyen sólo instantes que se diluyen en la eternidad, lo mismo que las desigualdades del suelo se borran y desaparecen para aquel que se eleve en el espacio.
1006. ¿Podrá ser eterna la duración de los sufrimientos del Espíritu?
- A no dudarlo, si fuera eternamente malo, esto es, si no hubiera de arrepentirse jamás ni de mejorar, entonces sí sufriría por toda la eternidad. Pero Dios no creó Seres que estuviesen perpetuamente destinados al mal. Sólo los ha creado simples e ignorantes, y todos deben progresar en un lapso más o menos prolongado, con arreglo a su voluntad. La voluntad puede ser más o menos tardía, así como hay niños que son más precoces que otros, más tarde o temprano llega por la necesidad irresistible que experimenta el Espíritu de salir de su estado de inferioridad y ser feliz. La ley que rige la duración de las penas es, pues, eminentemente sabia y benévola, puesto que subordina dicha duración a los esfuerzos que realice el Espíritu. No le quita jamás su libre albedrío. Si lo emplea mal, sufre las consecuencias de ello. SAN LUIS.
1007. ¿Hay Espíritus que no se arrepientan jamás?
- Los hay cuyo arrepentimiento es muy tardío. Pero pretender que nunca mejorarán equivaldría a negar la ley del progreso y decir que el niño no puede llegar a ser adulto. SAN LUIS.
1008. La duración de las penas ¿depende siempre de la voluntad del Espíritu? ¿No hay entre ellas algunas que le sean impuestas por un tiempo determinado?
- Sí, pueden serle impuestas ciertas penas por un lapso establecido, pero Dios, que sólo quiere el bien de sus criaturas, acoge siempre el arrepentimiento, y el deseo de mejorarse nunca es estéril. SAN LUIS.
- 131 “In articulo mortis”, locución latina que significa “antes de morir”. [N. del copista] Ya hemos visto a grandes rasgos de lo que este proceso reencarnatorias se trata.Al leer esta reflexión, tal vez por curiosidad, te lleva tomar decisiones serias en tu vida. Esta información está a tu alcance y siempre estará, porque Dios amante de sus hijos siempre deja una puerta abierta para que nadie se pierda sino que puedan alcanzar el camino seguro hacia su encuentro con Dios que es a través de llegar a ser un Espíritu Puro.
Arrepentimiento:
Todo progreso espiritual estará sujeto a que exista un arrepentimiento que haya sido como una decisión de su Libre Albedrío.
El Arrepentimiento a que nos referimos debe incluir el reconocer las malas acciones cometidas, los comportamientos desplegados en su vida orgánica que hayan sido contrarios al bien común o inmorales contra otros. Tan pronto esto ocurra, el comportamiento, los pensamientos, las intenciones y las acciones serán en Moral o bien común. Un arrepentimiento sincero y genuino provocará unos acontecimientos extraordinarios en el adelantamiento espiritual. Logramos que se arribe al arrepentimiento a través de la Educación Espírita, la lectura de los libros de La Codificación Espírita o a través de la educación de alguien que utilice la Codificación. Este Arrepentimiento puede tener lugar durante la vida orgánica o cuando el espíritu ya ha desencarnado que aun está presente en los entornos de donde vivía encarnado.
o 998. La expiación ¿se cumple en el estado corporal, o en el de Espíritu?
- Se cumple durante la existencia corpórea por medio de las pruebas a que se ha sometido el Espíritu, y en la vida espiritual, por los padecimientos morales propios de su estado de inferioridad.
- Nota de Frank: Aquí se refiere específicamente, cuando el Alma desencarnada aun esta en los contornos de donde vivía, y que por sus padecimientos morales o por estar aun impregnada de materialismo al no haberse desprendido por completo de lo material, se mantiene vagando por los entornos, como bien dice el Libro del Evangelio Según el Espiritismo.
o 999. El arrepentimiento sincero en el curso de la vida ¿es suficiente para borrar las culpas y obtener la gracia de Dios?
- El arrepentimiento ayuda al Espíritu a mejorarse, pero el pasado debe ser expiado.
- Nota de Frank: Aquí los espíritus claramente indican que no es suficiente decir que te arrepientes, pero las acciones malas cometidas hay que expiarlas, y esto se hace a través de la reencarnaciones.
Si luego de leer esto, sigues con el mismo modo de pensar de la vida, o si simplemente dices que esto son pamplinas, pues tú tienes el Libre Albedrio activado y tú decides si deseas continuar con una vida vacía sin sentido o comenzar a vivir plenamente lo que significa una vida de bien común y de progreso espiritual, tú tienes la decisión en tus manos hoy.
Te preguntarás ¿Qué necesito hacer ahora para lograr eso? Bien sencillo amigo o amiga que lee estas palabras, debes comenzar cuanto antes a cambiar tu vida mediante una Transformación Moral que incluye cambiar tus costumbres hacia modificar tus pensamientos y tus acciones hacia el bien común, y esto te preparara a erradicar de tu vida el egoísmo, el orgullo, la codicia, el materialismo, la vanidad y el tonto amor propio.
No basta el decir que eres buena persona, eso sería fácil o que ya fuiste salvo con pronunciar unas simples palabras que no significan nada en el mundo espiritual como es: “SOY SALVO SI HE CONFESADO CON MIS LABIOS QUE CREO”, Esto no es ni nunca será el modo de crecer en el mundo espiritual. Lo que si es necesario es lo que significa que mediante la EDUCACION DE COMO TRANSFORMARTE MORALMENTE Y EL QUERER APRENDER COMO LLEGAR A ESO, es que puedes activar tu crecimiento espiritual.
Sé inteligente, comienza ahora mismo a ver la vida no como una de constante sufrimiento e incertidumbre, empieza a preguntarte: ¿De dónde vengo? ¿Porque estoy aquí? ¿Hacia dónde voy cuando muera?
Pero si tu religiosidad que no puede darte las repuestas a estas preguntas es donde quieres permanecer, entonces si estarás destinado a continuar con el mismo vacío y la misma desilusión que ahora tienes.
TE INVITO A QUE CONSIDERES LA EDUCACIÓN GRATUITA QUE TE OFRECEMOS, Y SE QUE NO TE ARREPENTIRÁS.
Te puedo hablar de mí, nunca jamás a través de mis logros profesionales, de una vida sin vicios y dentro de la religión católica al principio, luego religiones evangélicas de los llamados fríos y calientes en el espíritu, nunca jamás fui feliz como hasta hoy. Si te motiva de algún modo saber que los intelectuales más sobresalientes de toda las épocas luego de conocerse esta filosofía al darles la primera oportunidad, nunca la desecharon y terminaron sus días siendo espiritas consumados, Abraham Lincoln, Francisco Madero Presidente de Méjico, Albert Einstein, Víctor Hugo, famoso dramaturgo francés, en fin innumerable es la lista, NO DESPRECIARON ESTA HERMOSA Y UNICA OPORTUNIDAD.
Si hombres que aportaron tanto a la humanidad no vacilaron en conocer esta filosofía y desencarnaron siendo felices, ¿porque tu no puedes comenzar ese cambio que te dará una nueva experiencia?
Espero que esta información sobre la Reencarnación haya sido de algún modo útil para ti.
Termino mi articulo, tratando de que se descorra este velo que no deja ver la realidad de las cosas a todos los que no desean dejar de creer en Dogmas erróneos sin logica, que no pasan la prueba de la razón. Pero abro la puerta a que poco a poco se pueda ir entendiendo que las cosas no son como nos las han querido atosigar, llegó el momento en que los orgullosos vean al Espiritismo Moral como la puerta al conocimiento del mundo espiritual y que poco a poco se ira descubriendo la verdad de las cosas. Estos argumentos los hago con toda sobriedad, sin ninguna fanfarria, estará sentado en mi blog, en las redes sociales hasta que tu lo leas y que utilizando tu lógica digas a tu interior es esto cierto o no.
La religiosidad a través de la historia de la humanidad ha demostrado ser un atraso espiritual a través de las edades de los tiempos. las cosas sencillas de entender han sido expuestas de tal modo que sean obligadas a creer como la tradición así lo requiere. Tienes una oportunidad única en dar un paso de avance en tu vida, tienes la oportunidad de decidir por tu Libre Albedrío que esta verdad expuesta aquí ante tus ojos hoy, pueda ser evaluada con cordura y que lo puedas hacer sin temor a que te declaren anatema, que digan que eres un Hereje, y que puedas tener temor que como consecuencia de eso te quemen en la hoguera.
Te propongo a que seas libre de dogmas, de rituales, de que creas que el Espiritismo Moral que te presento hoy, no es lo que te dijeron que era. Somos gente noble, con mucha capacidad de amar a nuestros semejantes, que no andamos por ahí, pidiendo dinero para sostener causas suntuosas. Que puedas evaluar que te traemos una verdad dada a nosotros por Espíritus Buenos y Elevados, enviados por Dios para que hoy se descorra un velo que ha ocultado estas verdades expuestas aquí hoy, y que si puedes darle la oportunidad a tu Alma Encarnada a comenzar a crecer espiritualmente, podrás sentir el verdadero propósito de la vida. Las tradiciones fueron establecidas por hombres egoístas que nunca tuvieron la intención de que tu actuaras en la vida utilizando tu propio Libre Albedrío, sino que han violado este gran privilegio por siglos.
Cuando te des cuenta de lo que te digo, me podrás decir que si teníamos razón. Cuando ese momento llegue, lograrás experimentar una gran felicidad y un deseo enorme de crecer espiritualmente.
6/01/14
- Moralización del Obsesado obteniendo su ascendencia Moral y luego al Obsesor moralizarlo.
- Fortalecimiento de la "Voluntad" del Obsesado para que pueda Rechazar al Obsesor.
- Oración Magnética Mental. (Grupales),
- Magnetización del Obsesado, mediante Pases Magnéticos.
- Educación Espirita.
Los postulados y la definición de la Filosofía Espirita antes expresada es nuestra razón de ser en esta red social. Por la naturaleza de este medio, muchas personas con diferentes corrientes de pensamiento y de diferente postura con relación al Espiritismo, pueden hacer comentarios a nuestras reflexiones. Esto nos llena de mucha satisfacción, porque ilustra claramente que el propósito de la existencia de esta página ha cometido su propósito al lograr cruzar barreras de idiomas y de pensamientos. Estamos muy claros en que nuestra filosofía es una de carácter Kardeciana y es la que promulga el deseo genuino de Dios en cuanto al comportamiento Moral de nuestra sociedad y de toda la raza humana, pero no tenemos ninguna conexión con otras corrientes de pensamiento sincretistas como lo son: Práctica de africanismo, indigenismos o ritualismos étnicos, Religiosos, folclóricos o sincréticos ni se hacen rezos, baños de plantas, consume de aguardiente o tabacos, inhalaciones toxicas, curaciones mágicas, maleficios o encantamientos y Santería.
Todos están bienvenidos a comentar nuestras reflexiones, pero en nada esto significa que patrocinemos estas corrientes diferentes de pensamientos.
Queremos ser un faro, donde aquellos que desean encontrar el puerto seguro, puedan libremente acercarse al dialogo y a la comprensión. Jesús nos enseño a no hacer acepción de persona alguna, somos llamados a la comprensión y a la tolerancia con todos aquellos que aunque tengan pensamientos diferentes, siguen siendo seres humanos en el proceso de encontrar el sendero de la verdad en su camino evolutivo.
REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTA REFLEXIÓN
- El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
- El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
- Obras Póstumas, Allan Kardec
- Génesis – Allan Kardec
- El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec
- El Libro de Los Médiums – Allan Kardec
Frank Montañez
Director de la Página
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