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El contenido de éste artículo discute las características de Jesús como Espíritu Superior y no como un Espíritu Puro y Perfecto, y menos como un Dios, perdonador de pecados del hombre, ni era el Mesías Prometido de los judios. Sólo los que consideran a Jesús como Dios o como el "Cristo Redentor de Pecados" o el Mesias, piensan que Jesús era Puro y Perfecto al momento de encarnar hace 21 siglos. Explicación (CAVIAR) de las Diferencias entre Jesús y Cristo, en los contenidos de los Libros Codificados por Allan Kardec. Ésta es la explicación dada por los Espíritus de lo que eran las diferencias entre Jesús nacido en Nazareth y Cristo nacido en Belén, en el libro de Génesis Espiritista, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec el 6 de enero de 1868, capítulo 1, §26 al §30, §49...
Jesús nacido en Nazareth no es el mismo Cristo (Título) nacido en Belén. Ni el mensaje ni la Misión de Jesús concuerdan con el mensaje y características de un personaje que sólo fue un título llamado el Cristo...
Frank Montanez, SEPC,
Soy Espírita por Convicción
15 de enero 2023...
https://soyespirita.blogspot.com/2022/09/esta-es-laexplicacion-de-lo-que-eran.html
Jesucristo, Jesus-Cristo, separado por un guión, según los Libros Codificados por Allan Kardec...
https://soyespirita.blogspot.com/2018/12/argumentos-para-establecer-las.html
Aquí te explico que Jesús el Nazareno era el MESÍAS DIVINO, pero no era el Mesías Prometido de los judíos. Tampoco Jesús el Nazareno era el Cristo, ni era un Agénere con cuerpo fluídico, que era según el docetismo, y como lo pretendió hacer creer Jean Baptiste Roustaing, un enemigo declarado de Allan Kardec y el Espiritismo, que fue denunciado por el Espíritu de Verdad y el Espiritu ERASTO.
Entonces, ¿qué ha convencido a tantos estudiosos, de que Jesús afirmó que era Dios, cuando Él nunca lo dijo?. Pues fueron los poderes mediúmnicos que distinguían a Jesús, que confundió a todos, porque no tenían el conocimiento ni la Revelación Espírita. Sin embargo, hoy sabemos que el Espíritu encarnado de Jesús, era un Espíritu Superior, no era un Espíritu Puro y Perfecto aún. (Libro de Génesis, Capitulo XV, item #2) a todos los que estaban encarnados, pero no era ni Dios y tampoco un Espiritu encarnado Puro y Perfecto aún. El era un Espíritu Superior.
[Ítem de Referencia: Libro de Génesis espiritual, escrito por Allan Kardec, capítulo #XV, Ítem #2. Sin prejuzgar acerca de la naturaleza de Cristo, cuyo examen no está incluido en el objeto de esta obra, y a partir de la hipótesis que lo considera apenas un Espíritu Superior , no podemos dejar de reconocer que Él es uno de los Espíritus del orden más elevado, que por sus virtudes se encuentra muy por encima de la humanidad terrestre. ]
Me gustaría aclarar sí se debe referir a Jesús como Cristo o como Jesús de Nazareth, pues se sabe que aparece en la Biblia, Jesús nacido en Nazareth, y el Cristo nacido en Belén. Existe una gran diferencia.
¿A qué vino Jesús a la tierra a encarnarse?, ¿A sufrir en la Cruz? NO, a corregir a Moisés, Soy Espírita.
Moisés nunca fue lo que se hizo creer al mundo, y los Espíritus dejaron por escrito, y con el mensaje de Jesús el Nazareno, que Moisés era un juez déspota. Nadie, se ha atrevido hablar con la Verdad de Moisés en más de 3,000 años, pero los Espíritus, sí; lo hicieron. Dios se encargó de alertarnos, y es precisamente en el libro de Génesis, que ha sido el objeto de ser FALSIFICADO por los seguidores de Jean Baptiste Roustaing. ¡Al buen entendedor pocas palabras bastan...!!!! Moisés fue un Déspota, según indicaron los Espíritus... Libro de Génesis CAPÍTULO 1. CARACTÉRES DE LA REVELACIÓN ESPIRÍTA.
#23.—La parte más importante de la revelación del Cristo, en el sentido de que es el principal distintivo y la piedra angular de toda su doctrina, es el nuevo punto de vista bajo que hace considerar a la divinidad. No es el Dios terrible, celoso y vengativo de Moisés; el Dios cruel e implacable que riega la tierra con sangre humana, y ordena la matanza y el exterminio de los pueblos, sin exceptuar a las mujeres, niños, ni ancianos, y que castiga a los que perdonan a las víctimas.
No es el Dios injusto que castiga a todo un pueblo por el pecado de su rey; que se venga del culpable en la persona del inocente, y que hiere a los hijos por las faltas de sus padres; sino un Dios clemente, soberanamente justo y bueno, lleno de mansedumbre y de misericordia, que perdona al pecador arrepentido y da a cada uno según sus merecimientos.
No es el Dios de un sólo pueblo privilegiado, el Dios de los ejércitos que preside los combates para sostener su propia causa contra el Dios de los otros pueblos ; sino el padre común del género humano que extiende su protección a todos sus hijos y los llama hacia él. No es tampoco el Dios que recompensa y castiga con sólo los bienes de la tierra, y que hace consistir la gloria y la felicidad en la dominación y esclavitud de los pueblos rivales y en la multiplicidad de su progenie; sino que dice a los hombres: «Tu verdadera patria no está en este mundo, sino en el cielo; allí es donde los humildes de corazón serán ensalzados, y abatidos los soberbios.»
No es el Dios que hace una virtud de la venganza y manda dar ojo por ojo, y diente por diente; sino el Dios de misericordia, que dice: «Perdona las injurias, si quieres que se te perdonen tus pecados: devuelve bien por mal; no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a tí.» No es ya el Dios mezquino y meticuloso que impone bajo las más rigorosas penas la manera con que quiere ser adorado, y que se ofende por la no observancia de una fórmula; si no el Dios grande que mira las intenciones y no se honra con las exterioridades. No es, en fin, el Dios que quiere ser temido; sino el Dios que desea ser amado.
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