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martes, 13 de febrero de 2018

Espíritu Fuerte es un término que el Libro de los Espíritus define a un Espíritu encarnado, como uno Orgulloso u Obstinado.

El llamado Espíritu Fuerte es la mejor definición del Espíritu encarnado que es siempre, "Orgulloso", "Egoísta", Soberbio" u "Obstinado"... ✅ Que Durante la vida, muchos se consideran espíritus fuertes[125] por orgullo, pero en el momento de la muerte dejan de ser tan fanfarrones.”

El siguiente es el enlace de éste contenido sobre el tema del Espiritu Orgulloso y Egoista... 
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Publicado  por 
Revisado y actualizado en: 11/25/20

El orgullo es el terrible adversario de la humildad. 


orgulloso

 (redireccionado de orgullosos)
También se encuentra en: Sinónimos.
orgulloso, a
1adj./ s. Que presume de sus valores y cualidades es tan orgulloso que se cree imprescindible. arrogante
2Que está satisfecho de sus acciones o de lo que considera propio está orgullosa de su trabajo. descontento
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L.
El Espíritu Fuerte es un término que el Libro de los Espíritus define a un Espíritu encarnado, como un Orgulloso y obstinado.  

Frecuentemente, nos preguntamos cómo el comportamiento de los Orgullosos parece    prevalecer, pero en realidad ésto es el comportamiento de los Espíritus Orgullosos que por su obstinación, se las tendrán que ver con Dios. Eso lo vemos contestado en el capítulo VII, ítem 1 al 12, del Libro del Evangelio Según el Espiritismo. (Incluido este extracto en este mismo artículo a continuación incluido), cuando se habla de los Pobres de Espíritu, que los orgullosos se refieren a los que son humildes y obedientes a la Ley de Dios y su Justicia. Ellos, los orgullosos creen que los que no han logrado riquezas mal habidas, no tienen la voluntad para obtener las cosas materiales, como ellos la obtienen y eso es precisamente el pensamiento de los Orgullosos.

Al momento de escribir éste artículo, tenemos al Presidente de Estados Unidos Presidente Donald Trump (2016 - 2020 ?????). Lo vemos en el siguiente vídeo, con un resumen de su comportamiento. Y éste es un excelente ejemplo de un espíritu encarnado llamado en el Espiritismo un "Espíritu Fuerte y Orgulloso", el cuál tendrá que lidiar por su terquedad el destino de los Espíritus Orgullosos.

¡Cuidado, éstos comportamientos pueden llegar a ser adoptados como normales y justificar 
a los orgullosos ǃ

Veamos lo dice el Espiritismo en los Libros Codificados por Allan Kardec... 

Libro de Los Espíritus, Libro cuarto – capítulo II

Ítem # 962. Dado que el alma transmite al hombre el sentimiento de las cosas espirituales, ¿por qué hay escépticos?
“Los hay menos de lo que creéis. Durante la vida, muchos se consideran espíritus fuertes[125] por orgullo, pero en el momento de la muerte dejan de ser tan fanfarrones.”

La responsabilidad de nuestros actos es la consecuencia de la vida futura. La razón y la justicia nos dicen que, en el reparto de la felicidad a que todo hombre aspira, los buenos y los malos no pueden ser confundidos. No es posible que Dios pretenda que algunos disfruten, sin haber trabajado, de los bienes que otros sólo alcanzan con esfuerzo y perseverancia.125 [Esprits forts: Véanse los §§ 9 y 148.]

La idea que Dios nos da de su justicia y de su bondad mediante la sabiduría de sus leyes no nos permite creer que el justo y el malo se encuentren ante Él en la misma categoría. Tampoco nos permite dudar de que algún día habrán de recibir, el uno la recompensa, y el otro el castigo, por el bien y el mal que hayan hecho. Por eso, el sentimiento innato que tenemos de la justicia nos da la intuición de las penas y de las recompensas futuras.

Item # 125. Los espíritus que han seguido el camino del mal, ¿podrán llegar al mismo grado de superioridad que los otros?
«Sí; pero las eternidades serán más largas para ellos».
 Por estas palabras las eternidades debe entenderse la idea que tienen los espíritus inferiores de que serán perpetuos sus sufrimientos, cuyo término no les es dado ver; idea que se renueva en todas las
pruebas en que sucumben.

9. ¿Dónde se ve, en la causa primera, una inteligencia suprema y superior a todas las inteligencias?
“Tenéis un proverbio que dice: Por la obra se conoce al autor. Pues bien, mirad la obra y buscad a su autor. El orgullo engendra la incredulidad. El hombre orgulloso no quiere nada por encima de él, y por eso se llama a sí mismo espíritu fuerte36. ¡Pobre ser, a quien un soplo de Dios puede abatir!”
36 [Esprit fort: Incrédulo. Persona que se jacta de no adherir a las ideas aceptadas por la mayoría, especialmente en materia de religión. (Véanse también los §§ 148 y 962.)].
El poder de una inteligencia se juzga por sus obras. Ningún ser humano puede crear lo que la naturaleza produce. Por consiguiente, la causa primera es una inteligencia superior a la humanidad. Sean cuales fueren los prodigios realizados por la inteligencia humana, ésta inteligencia también tiene una causa, y cuanto más grande sea lo que ella realice, tanto más grande será la causa primera. Ésa inteligencia superior es la causa primera de todas las cosas, independientemente del nombre con el cuál el hombre la designe.

Encarnación de los espíritus
Materialismo

Item # 147. ¿Por qué los anatomistas, los fisiólogos y, en general, quienes se dedican a las ciencias de la naturaleza son inducidos tan a menudo hacia el materialismo?
“El fisiólogo relaciona todo con lo que ve. Orgullo de los hombres que creen saberlo todo y no admiten que algo pueda rebasar su entendimiento. Su propia ciencia los hace presuntuosos: piensan que la naturaleza no puede ocultarles nada.”

Item # 148. ¿No es lamentable que el materialismo sea una consecuencia de estudios que, por el contrario, deberían mostrar al hombre la superioridad de la Inteligencia que gobierna el mundo? ¿Será preciso concluir de ahí que esos estudios son peligrosos?
“No es verdad que el materialismo sea una consecuencia de esos estudios: el hombre es quien infiere de ellos una conclusión falsa, pues puede abusar de todo, hasta de las mejores cosas. Por otra parte, la nada los asusta más de lo que tratan de aparentar. Los espíritus fuertes 54 suelen ser más fanfarrones que valientes. La mayoría de ellos sólo son materialistas porque no tienen nada con qué llenar ese vacío. Ante el abismo que se abre a sus pies, mostradles una tabla de salvación y de inmediato se aferrarán a ella.”
54 [Esprits forts: Véanse los §§ 9 y 962.]

A continuación el siguiente comentario pertenece al articulo 148...
Por una aberración de la inteligencia, hay personas que sólo ven en los seres orgánicos la acción de la materia, y atribuyen a ella todos nuestros actos. No han visto en el cuerpo humano más que una máquina eléctrica. No han estudiado el mecanismo de la vida más que en el funcionamiento de los órganos. Con frecuencia la han visto extinguirse por la ruptura de un hilo, y sólo vieron ése hilo. Buscaron, por si quedaba algo, y como sólo encontraron la materia que se había vuelto inerte, y no vieron al alma desprenderse ni pudieron atraparla, concluyeron que todo se basa en las propiedades de la materia y que, por lo tanto, después de la muerte el pensamiento ya no existe. Triste conclusión, si así fuese, porque entonces el bien y el mal no tendrían sentido. 

El hombre hallaría fundadas razones para pensar sólo en sí mismo y poner por encima de todo la satisfacción de sus goces materiales. Los lazos sociales se romperían, y los más puros afectos se destruirían para siempre. Por fortuna, estas ideas están lejos de ser generales; incluso podemos decir que se encuentran muy circunscritas y que sólo constituyen opiniones individuales, pues en ninguna parte se han erigido en doctrina. Una sociedad fundada en estas bases llevaría en sí el germen de su disolución, y sus miembros se destrozarían unos a otros como bestias feroces.  

El hombre tiene, instintivamente, la convicción de que para él no todo termina con la vida. La nada le infunde horror. En vano se ha resistido a la idea del porvenir. Cuando llega el momento supremo, pocos son los que no se preguntan qué será de ellos, pues la idea de dejar la vida para siempre tiene algo de aflictivo. En efecto, ¿quién podría encarar con indiferencia una separación absoluta, eterna, de todo lo que amó? ¿Quién podría ver sin pavor abrirse ante sí el abismo inmenso de la nada, donde se hundirían para siempre todas sus facultades y esperanzas, y decirse: “¡Y qué! Después de mí, nada, nada más que el vacío; todo acabará para siempre; unos días más y mi recuerdo se borrará de la memoria de los que me sobrevivan; pronto no quedará rastro alguno de mi paso por la Tierra; hasta el bien que hice será olvidado por los ingratos a quienes ayudé; y nada para compensar todo eso, ninguna perspectiva más que la de mi cuerpo roído por los gusanos”? ¿No tiene este cuadro algo de horroroso y glacial? La religión nos enseña que no puede ser así, y la razón nos lo confirma. No obstante, esa existencia futura, vaga e indefinida, no tiene nada que satisfaga nuestro afán por lo positivo. Es esto lo que en muchos engendra la duda. Tenemos un alma, de acuerdo; pero ¿qué es nuestra alma? ¿Tiene una forma, una apariencia determinada? ¿Es un ser limitado o indefinido? Algunos dicen que es un soplo de Dios, otros una chispa, otros una parte del gran Todo, el principio de la vida y de la inteligencia. Pero ¿qué nos enseña todo esto? ¡Qué nos importa tener un alma si, después de la muerte, ella se confundirá en la inmensidad como las gotas de agua en el océano! La pérdida de nuestra individualidad, ¿no es para nosotros lo mismo que la nada? Se dice además que el alma es inmaterial, pero una cosa inmaterial no puede tener proporciones definidas. Por lo tanto, para nosotros no es nada. La religión nos enseña también que seremos felices o desdichados según el bien o el mal que hayamos hecho. Pero ¿en qué consiste esa dicha que nos aguarda en el seno de Dios? ¿Será una beatitud, una contemplación eterna, sin otra ocupación más que cantarle alabanzas al Creador? Las llamas del Infierno, ¿son una realidad o un símbolo? La propia Iglesia las entiende en este último sentido. Pero ¿en qué consisten esos padecimientos? ¿Dónde está ese lugar de suplicios?

En una palabra, ¿que se hace, qué se ve en ese mundo que nos aguarda a todos? Se dice que nadie ha vuelto de él para dárnoslo a conocer. Eso es un error, y la misión del espiritismo consiste precisamente en instruirnos acerca de ese porvenir, en mostrárnoslo -haciendo que hasta cierto punto lo palpamos y lo veamos-, ya no mediante el razonamiento, sino con los hechos. Gracias a las comunicaciones espíritas, la existencia futura ya no es una presunción, una probabilidad sobre la cual cada uno discurre a su antojo, que los poetas embellecen con sus ficciones o siembran de imágenes alegóricas que nos engañan: es la realidad que se presenta ante nosotros, pues son los propios seres de ultratumba los que vienen a describirnos su situación y a decirnos lo que hacen, que nos permiten asistir -por decirlo así- a todas las peripecias de su nueva vida, y de ese modo nos muestran la suerte inevitable que nos está reservada según nuestros méritos y nuestras malas acciones. ¿Hay en esto algo antirreligioso? Muy por el contrario, ya que los incrédulos encuentran en eso la fe; y los tibios, la renovación de su fervor y su confianza. El espiritismo es, por consiguiente, el más poderoso auxiliar de la religión. Puesto que existe, Dios lo permite, y lo permite para reanimar nuestras debilitadas esperanzas y reconducirnos hacia el camino del bien mediante la perspectiva del porvenir.
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Capítulo VII
Libro del Evangelio según el Espiritismo
BIENAVENTURADOS LOS
POBRES DE ESPÍRITU

Lo que debe entenderse por pobres de espíritu. – El que se eleve será rebajado. – Misterios ocultos a los sabios y a los sagaces. – Instrucciones de los Espíritus: El orgullo y la humildad. – Misión del hombre inteligente en la Tierra.

Lo que debe entenderse por pobres de espíritu
Bienaventurados los pobres de espíritu
1. “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos.” (San Mateo, 5:3.).
2. La incredulidad se ha burlado de esta máxima: Bienaventurados los pobres de espíritu, así como de muchas otras cosas que no comprende. Por pobres de espíritu Jesús no alude a los hombres desprovistos de inteligencia, sino a los humildes. Él dice que el reino de los Cielos es para ellos y no para los orgullosos. Los hombres sabios y experimentados, según el mundo, por lo general tienen tan alta opinión de sí mismos y de su superioridad, que consideran que las cosas divinas son indignas de su atención. Como concentran la mirada en su propia persona, no pueden elevarla hasta Dios. Esa tendencia a creerse por encima de todo, con frecuencia sólo los conduce a negar aquello que, por no estar a su alcance, podría rebajarlos. Incluso niegan a la propia Divinidad, o bien, si consienten en admitir su existencia, refutan uno de sus más bellos atributos: su acción providencial sobre las cosas de este mundo, pues están persuadidos de que sólo ellos bastan para gobernarlo convenientemente. Toman su inteligencia para medir la inteligencia universal, y se consideran aptos para comprenderlo todo, razón por la cual no creen en la posibilidad de lo que no comprenden. Cuando han pronunciado una sentencia, no admiten la apelación.  Si se resisten a admitir el mundo invisible y un poder extrahumano, no es porque eso esté fuera de su alcance, sino porque su orgullo se subleva ante la idea de que haya algo por encima de lo cual no puedan colocarse, algo que los haría descender de su pedestal. Por ese motivo, sólo tienen sonrisas desdeñosas para todo lo que no pertenece al mundo visible y tangible. Se atribuyen suficiente experiencia y sabiduría como para creer en cosas que, según ellos, son buenas para las personas simples, y consideran pobres de espíritu a los que las toman en serio. Con todo, digan lo que digan, tendrán que ingresar, como los demás, en ese mundo invisible del que se mofan. Allí se les abrirán los ojos y reconocerán su error. Dios, que es justo, no recibe de la misma manera al que no ha reconocido su poder y al que se ha sometido humildemente a sus leyes, así como tampoco los retribuye con partes iguales. Al decir que el reino de los Cielos es para los simples, Jesús dio a entender que nadie será admitido en ese reino sin la simplicidad del corazón y la humildad del espíritu, y que el ignorante que posea esas cualidades será preferido al sabio que cree más en sí mismo que en Dios. En todas las circunstancias, Jesús coloca a la humildad en la categoría de las virtudes que aproximan a Dios, y al orgullo entre los vicios que de Él alejan. Esto es así por una razón muy natural: la humildad es un acto de sumisión a Dios, mientras que el orgullo constituye una rebelión contra Él. Más vale, pues, para su felicidad futura, que el hombre sea pobre de espíritu, en el sentido del mundo, y rico en cualidades morales.

El que se eleve será rebajado
3. En ese mismo momento los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: “¿Quién es el mayor en el reino de los Cielos?” Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “En verdad os digo, que si no cambiáis y os volvéis como niños, no entraréis en el reino de los Cielos. Cualquiera, pues, que se humille y se haga pequeño como este niño, ese será el mayor en el reino de los Cielos, y el ue recibe a un niño en mi nombre, tal como acabo de decir, a mí me recibe”. (San Mateo, 18:1 a 5.).
4. Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y lo adoró para dar a entender que quería pedirle algo. Él le dijo: “¿Qué quieres?” Dijo ella: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Pero Jesús le respondió: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo habré de beber?”. Ellos le dijeron: “Podemos”. Jesús les respondió: “Es cierto que beberéis el cáliz que yo beberé. Pero en lo que respecta a que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no me corresponde a mí concederlo, sino que es para aquellos a quienes mi Padre lo ha preparado”. Cuando los otros diez apóstoles oyeron eso, se llenaron de indignación contra los dos hermanos. Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que los príncipes de las naciones las dominan, y que los grandes las oprimen. No debe ser así entre vosotros. Por el contrario, aquel que quiera ser el mayor, sea vuestro servidor; y aquel que quiera ser el primero entre vosotros, sea vuestro esclavo; del mismo modo que el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar la vida por la redención de muchos”. (San Mateo, 20: 20 a 28.)
5. Jesús entró un día sábado en casa de uno de los principales fariseos, para comer; y los que estaban allá lo observaban. Entonces, notando cómo los invitados elegían los primeros lugares en la mesa, les propuso una parábola, y dijo: “Cuando seáis convidados a bodas, no toméis el primer lugar, para que no suceda que, habiendo entre los invitados una persona más importante que vosotros, aquel que os haya convidado venga a deciros: ‘Dad el lugar a este’, y entonces os veáis obligados a ocupar, llenos de vergüenza, el último lugar. Por el contrario, cuando seáis convidados, id a colocaros en el último lugar, a fin de que, cuando aquel que os convidó llegue, os diga: ‘Amigo, ven más cerca’. Entonces ese será para vosotros un motivo de gloria delante de los que estén con vosotros a la mesa. Porque todo el que se eleve, será rebajado; y todo el que se rebaje, será elevado”. (San Lucas, 14: 1 y 7 a 11.)
6. Éstas máximas son la consecuencia del principio de humildad que Jesús no cesa de presentar como condición esencial de la felicidad prometida a los elegidos del Señor, y que Él ha enunciado con estas palabras:  “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos”. Jesús toma un niño como el modelo de la simplicidad de corazón y dice: “Será el mayor en el reino de los Cielos aquel que se humille y se haga pequeño como un niño”, es decir, que no alimente ninguna pretensión de superioridad o infalibilidad.  Encontramos la misma idea fundamental en esta otra máxima: Aquél que quiera ser el mayor, sea vuestro servidor, así como en esta otra: Todo el que se rebaje, será elevado; y todo el que se eleve, será rebajado. El espiritismo viene a sancionar la teoría mediante el ejemplo, cuándo nos muestra que los grandes en el mundo de los Espíritus son los que eran pequeños en la Tierra, y que a menudo los muy pequeños en el mundo de los Espíritus son los que en la Tierra eran los más grandes y poderosos.  Sucede que los primeros se llevaron consigo, al morir, sólo aquello que hace la verdadera grandeza en el Cielo, y que jamás se pierde: las virtudes. En cambio, los otros tuvieron que dejar lo que constituía su grandeza terrenal, que no se puede llevar a la otra vida: la fortuna, los títulos, la gloria, la nobleza. Como no poseían otra cosa, llegan al otro mundo desprovistos de todo, como náufragos que perdieron hasta la ropa. Sólo conservan el orgullo, que hace que su nueva  posición sea aún más humillante, porque ven por encima de ellos, resplandecientes de gloria, a aquéllosa quienes oprimieron en la Tierra. El espiritismo nos muestra otra aplicación de ése principio en las encarnaciones sucesivas, mediante las cuáles los que ocuparon las más elevadas posiciones en una existencia, son rebajados a una ínfima condición en una existencia posterior, en caso de que hayan sido dominados por el orgullo y la ambición. Por consiguiente, sí no queréis ser obligados a descender, no busquéis el primer puesto en la Tierra, ni pretendáis poneros por encima de los otros. Buscad, por el contrario, el lugar más humilde y modesto, porque Dios sabrá daros uno más elevado en el Cielo, si lo merecéis.

Misterios ocultos a los sabios y a
los sagaces

7. Entonces Jesús dijo éstas palabras: “Os doy gloria, Padre mío, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y a los sagaces, y las revelaste a los simples y a los pequeños”. (San Mateo, 11:25.).           
8. Puede parecer extraño que1 Jesús dé gracias a Dios por haber revelado estas cosas a los simples y a los pequeños, que son los pobres de espíritu, y por haberlas ocultado a los sabios y a los sagaces, más aptos, aparentemente, para comprenderlas. Sucede que es preciso entender por los primeros a los humildes, que se humillan ante Dios y no se creen superiores a todo el mundo; y por los segundos a los orgullosos, envanecidos con su saber mundano, que se creen sagaces porque niegan o tratan a Dios de igual a igual, en caso de que no lo repudien. En la antigüedad,  sabio era sinónimo de científico. Por eso Dios les concede investigar los secretos de la Tierra, y revela los del Cielo a los simples y a los humildes que se inclinan ante Él.
9. Lo mismo sucede hoy con las grandes verdades que el espiritismo revela. Algunos incrédulos se admiran de que los Espíritus realicen tan pocos esfuerzos para convencerlos. Eso se debe a que estos últimos se ocupan de los que buscan la luz de buena fe y con humildad, de preferencia a los que suponen que poseen toda la luz e imaginan, al parecer, que Dios debería estar muy feliz de  conducirlos hacia Él, dándoles la prueba de su existencia. El poder de Dios se pone de manifiesto tanto en las cosas más pequeñas como en las más grandes. Él no pone la luz debajo del celemín, sino que la esparce a raudales por todas partes, de modo que solamente los ciegos no la ven. Dios no quiere abrirles los ojos a la fuerza, puesto que les place mantenerlos cerrados. Ya les llegará su hora, pero antes es preciso que experimenten las angustias de las tinieblas y reconozcan a Dios, y no al acaso, en la mano que hiere su orgullo. Dios emplea, para vencer a la incredulidad, los medios más convenientes según los individuos. No le corresponde al incrédulo prescribirle lo que debe hacer, y decirle: “Si quieres convencerme, debes proceder de esa o de aquella manera, en tal momento y no en tal otro, porque esa ocasión me conviene más”. Por consiguiente, no se asombren los incrédulos de que ni Dios ni los Espíritus, que son los agentes de su voluntad, se sometan a sus exigencias. Tendrían que preguntarse a sí mismos qué dirían si el último de sus servidores quisiera impartirles órdenes. Dios establece sus condiciones pero no se somete a las de los hombres. Escucha con bondad a los que se dirigen a Él con humildad, y no a los que creen que son más que Él.
10. Habrá quien se plantee esta pregunta: ¿No podría Dios advertir a los incrédulos mediante señales evidentes, ante las cuales hasta los más obstinados tendrían que inclinarse? No cabe duda de que podría, pero entonces, ¿dónde estaría el mérito de ellos y, por otra parte, para qué serviría eso? ¿No vemos todos los días a los que rechazan la evidencia, diciendo incluso: “Aunque viese, no creería, porque sé que es imposible”? Si se niegan a reconocer la verdad, es porque su espíritu aún no está maduro para comprenderla, ni su corazón para sentirla. El orgullo es la venda que les tapa la vista. ¿De qué sirve mostrarle la luz a un ciego? Así pues, es preciso que se cure antes la causa del mal. Por eso, como médico hábil que es, Dios castiga primero el orgullo. No abandona a sus hijos extraviados, porque sabe que tarde o temprano sus ojos se abrirán; pero quiere que sea por su propia voluntad. Entonces, doblegados por los tormentos de la incredulidad, se arrojarán por sí mismos en los brazos de Él y, tal como hacen los hijos pródigos, le pedirán perdón.
INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS
El orgullo y la humildad
11. ¡La paz del Señor sea con vosotros, queridos amigos! Vengo a infundiros valor para que sigáis en el camino del bien. A los pobres Espíritu que en otras épocas han habitado en la Tierra, Dios les confía la misión de esclareceros. Bendito sea Él, por la gracia que nos concede de poder contribuir a vuestro perfeccionamiento. ¡Que el Espíritu Santo me ilumine y me ayude, a fin de que mi palabra sea comprensible, y que me conceda la gracia de colocarla al alcance de todos! En cuanto a vosotros, encarnados, que estáis afligidos y buscáis la luz, ¡que la voluntad de Dios venga en mi ayuda para hacer que resplandezca ante vuestros ojos!. La humildad es una virtud muy postergada entre vosotros. Los grandes ejemplos que se os han dado no son tenidos en cuenta como correspondería. Sin embargo, sin humildad, ¿podéis ser caritativos para con el prójimo? ¡Oh! no, porque ese sentimiento nivela a los hombres; les dice que son hermanos, que deben ayudarse mutuamente, y los conduce al bien. Sin la humildad, os adornáis con virtudes que no tenéis, como si os pusierais un vestido para ocultar las deformidades de vuestro cuerpo. Acordaos de Aquel que nos salvó; recordad su humildad, que lo hizo tan grande y lo elevó por encima de los profetas. El orgullo es el terrible adversario de la humildad. Si Cristo prometía el reino de los Cielos a los más pobres, se debe a que los grandes de la Tierra se imaginan que los títulos y las riquezas son recompensas acordes con sus méritos, y que su esencia es más pura que la del pobre. Consideran que tienen derecho a esas cosas, razón por la cual, cuando Dios se las quita, lo acusan de cometer una injusticia. ¡Oh! ¡Escarnio y ceguera! ¿Acaso Dios os reconoce por el cuerpo? La envoltura del pobre, ¿no es de la misma esencia que la del rico? El Creador, ¿ha hecho dos  especies de hombres? Todo lo que Dios hace es grande y sabio. Nunca le atribuyas las ideas que vuestros cerebros orgullosos conciben. ¡Oh, rico! Mientras tú duermes en tus aposentos dorados, al resguardo del frío, ¿no sabes que miles de hermanos tuyos, que valen tanto como tú, yacen sobre la paja? El desdichado que padece hambre, ¿no es tu igual? Cuando escuchas eso tu orgullo se subleva, bien lo sé. Consentirás en darle una limosna, ¡pero jamás le estrecharías fraternalmente la mano! “¡Cómo! –pensarás– ¡Yo, de noble estirpe, uno de los grandes de la Tierra, seré igual a ese miserable cubierto de harapos! ¡Vana utopía de los que pretenden ser filósofos! Si fuésemos iguales, ¿por qué Dios lo habría colocado tan abajo y a mí tan arriba?” Es verdad que vuestras vestimentas no son semejantes. Con todo, si ambos se desnudaran, ¿qué diferencia habría entre vosotros? “La nobleza de la sangre”, dirás. Pero la química no ha encontrado diferencia alguna entre la sangre de un gran señor y la de un plebeyo, ni entre la del amo y la del esclavo. ¿Quién te garantiza que tú no has sido miserable y desdichado como él? ¿Que no has pedido limosna? ¿Que no se la pedirás un día a ese mismo al que hoy desprecias? ¿Acaso son eternas las riquezas? ¿No se acaban cuando se extingue el cuerpo, envoltura perecedera de tu Espíritu? ¡Oh! ¡Imprégnate de humildad! Pon finalmente la mirada en la realidad de las cosas de este mundo, en lo que da lugar al enaltecimiento o a la humillación en el otro. Piensa que la muerte no te respetará, como tampoco respetará a los demás hombres; que los títulos no te preservarán de su ataque; que ella puede herirte mañana, hoy, en cualquier momento. Y si te encierras en tu orgullo, ¡oh, cómo te  compadezco, porque serás digno de piedad! ¡Orgullosos! ¿Qué erais antes de ser nobles y poderosos?  Es posible que estuvieseis por debajo del último de vuestros criados. Inclinad, pues, vuestras altivas frentes, pues Dios puede bajarlas en el momento en que más las levantáis. Todos los hombres son iguales en la balanza divina. Sólo las virtudes los distinguen ante Dios. Todos los Espíritus son de la misma esencia, y todos los cuerpos son modelados con la misma arcilla. Vuestros títulos y vuestros nombres en nada os modifican; quedan en la tumba, y no son ellos los que os darán la felicidad prometida a los elegidos. La caridad y la humildad son sus títulos de nobleza. ¡Pobre criatura! Eres madre y tus hijos sufren: sienten frío, tienen hambre. Y tú acudes, doblada bajo el peso de tu cruz, a humillarte para conseguirles un pedazo de pan. ¡Oh, yo me inclino ante ti! ¡Cuán noble, santa y grande eres a mis ojos! Aguarda y ruega. La felicidad aún no es de este mundo. A los pobres y oprimidos que confían en Él, Dios les concede el reino de los Cielos. Y tú, jovencita, pobre niña entregada al trabajo y a las privaciones, ¿por qué esos tristes pensamientos? ¿Por qué lloras? Que tu mirada, piadosa y serena, se eleve hacia Dios: Él da alimento a las avecillas. Ten confianza en Él, que no te abandonará. La algarabía de las fiestas y los placeres del mundo agitan tu corazón. Quisieras también adornar tu cabello con flores y mezclarte con los felices de la Tierra. Piensas que podrías, como esas mujeres a las que ves pasar alegres y risueñas, ser rica también. ¡Oh! ¡Cállate, niña!. Si supieses cuántas lágrimas y dolores indescriptibles se ocultan bajo esos vestidos bordados, cuántos sollozos son ahogados por el ruido de esa alegre orquesta, preferirías tu humilde refugio y tu pobreza. Mantente pura ante Dios, si no quieres que tu ángel de la guarda se eleve hacia Él,  con el rostro oculto bajo sus blancas alas, y te deje con tus remordimientos, sin guía, sin amparo, en este mundo donde estarías perdida, mientras esperas tu castigo en el otro. Y vosotros, los que sufrís las injusticias de los hombres, sed indulgentes para con las faltas de vuestros hermanos, reconociendo que tampoco estáis exentos de culpas: en eso consiste la caridad, y también la humildad. Si sufrís por las calumnias, inclinad la frente ante esa prueba. ¿Qué os importan las calumnias del mundo? Si vuestra conducta es pura, ¿acaso Dios no puede recompensaros por ello? Soportar con valor las humillaciones de los hombres implica ser humilde y reconocer que sólo Dios es grande y poderoso. ¡Oh, Dios mío! ¿Será preciso que Cristo venga por segunda vez a la Tierra para enseñar a los hombres tus leyes, porque las olvidan? ¿Deberá Él expulsar otra vez del templo a los mercaderes que corrompen tu casa, destinada exclusivamente a la oración? ¡Oh, hombres! ¡Quién sabe si, en caso de que Dios os concediera la gracia de enviaros nuevamente a Jesús, no renegaríais de Él como lo hicisteis antes! ¡O si no lo llamaríais blasfemo, porque abatiría el orgullo de los fariseos modernos! Es posible que lo hicierais recorrer de nuevo el camino del Gólgota. Cuando Moisés subió al monte Sinaí para recibir los mandamientos de Dios, el pueblo de Israel, entregado a sí mismo, abandonó al verdadero Dios. Hombres y mujeres se desprendieron de su oro y sus alhajas para que se hiciera un ídolo, al que adoraron. Hombres civilizados, vosotros os comportáis del mismo modo que ellos. Cristo os confió su doctrina; os dio el ejemplo de todas las virtudes, pero lo habéis abandonado todo, tanto el ejemplo como los preceptos. Cada uno de vosotros contribuyó con sus pasiones, y os habéis hecho un Dios a la medida de vuestra voluntad: según algunos, terrible y sanguinario; según otros, indiferente a los intereses del mundo. El Dios que fabricasteis sigue siendo el becerro de oro que cada uno adapta a sus gustos y a sus ideas. Reflexionad, hermanos y amigos míos. Que la voz de los Espíritus conmueva vuestros corazones. Sed generosos y caritativos sin ostentación, es decir, haced el bien con humildad. Que cada uno derribe poco a poco los altares que habéis erigido al orgullo. En una palabra, sed verdaderos cristianos, y alcanzaréis el reino de la verdad. No dudéis más de la bondad de Dios, cuando Él os da tantas pruebas de ello. Los Espíritus venimos a preparar el camino para que las profecías se cumplan. Cuando el Señor os dé una manifestación más resonante de su clemencia, que el enviado celestial os encuentre formando una gran familia; que vuestros corazones afables y humildes sean dignos de oír la palabra divina que Él habrá de traeros; que el elegido no encuentre en su camino otra cosa que las palmas que vosotros hayáis dispuesto por vuestro retorno al bien, a la caridad, a la fraternidad, y entonces vuestro mundo se convertirá en el paraíso terrenal. Por el contrario, si permanecierais insensibles a la voz de los Espíritus enviados para purificar y renovar vuestra sociedad civilizada, rica en ciencias, pero tan pobre en buenos sentimientos, entonces,  ¡ay!, sólo nos quedará llorar y gemir por vuestro destino. Pero no, no sucederá de ese modo. Volved a Dios, vuestro Padre, y en ese caso nosotros, que habremos contribuido al cumplimiento de su voluntad, entonaremos el cántico de acción de gracias, para agradecer al Señor su inagotable bondad, y para glorificarlo por los siglos de los siglos. Así sea. (Lacordaire. Constantina, 1863.)
12. Hombres, ¿por qué os quejáis de las calamidades que vosotros mismos habéis acumulado sobre vuestras cabezas? Habéis despreciado la santa y divina moral de Cristo. No os asombréis, pues, de que la copa de la iniquidad haya desbordado por todas partes. El malestar se generaliza. ¿A quién acusar sino a vosotros mismos, que sin cesar procuráis aniquilaros unos a otros? No podéis ser felices si falta la mutua benevolencia. Pero ¿cómo puede la benevolencia coexistir con el orgullo? El orgullo: ahí está el origen de todos vuestros males. Aplicaos, pues, a destruirlo, si no queréis ver perpetuadas sus funestas consecuencias. Disponéis de un solo medio para hacerlo, pero que es infalible: adoptar como regla invariable de vuestra conducta la ley de Cristo, ley que habéis rechazado, o falseado en su interpretación. ¿Por qué tenéis en tan grande estima lo que brilla y fascina a la vista, en vez de lo que llega al corazón? ¿Por qué hacéis del vicio, que crece en la opulencia, el objeto de vuestras adulaciones, mientras que sólo dedicáis una mirada de desdén para el verdadero mérito, que permanece oculto en la oscuridad? Si un rico libertino, perdido en cuerpo y alma, se presenta dondequiera que sea, todas las puertas se le abren, todas las consideraciones son para él, mientras que se desdeña conceder un saludo protector al hombre de bien, que vive de su trabajo. Cuando la consideración que se otorga a las personas se mide conforme al peso del oro que poseen o según el nombre que llevan, ¿qué interés pueden tener ellas en corregir sus defectos?. Muy distinto sería si la opinión general fustigara al vicio dorado tanto como al vicio andrajoso. Pero el orgullo es indulgente para con todo lo que lo adula. “Siglo de codicia y de dinero”, diréis. Sin duda. No obstante, ¿por qué habéis permitido que las necesidades materiales prevalezcan sobre el buen sentido y la razón? ¿Por qué quiere cada uno elevarse por encima de su hermano? La sociedad sufre hoy las consecuencias de esa situación. No olvidéis que ese estado de cosas constituye siempre una señal de decadencia moral. Cuando el orgullo llega al límite, es indicio de una caída próxima, porque Dios castiga siempre a los soberbios. Si algunas veces los deja subir, es para darles el tiempo necesario para que reflexionen y se enmienden bajo los golpes que, de cuando en cuando, lanza a su orgullo como advertencia. Con todo, en vez de humillarse, se revelan. Entonces, cuando la medida está colmada, Dios los derriba por completo, y la caída les resulta tanto más terrible cuanto más alto han subido. Pobre raza humana, cuyo egoísmo ha corrompido todos los caminos. Ten valor, a pesar de todo. En su misericordia infinita, Dios te envía un poderoso remedio para tus males, un socorro inesperado para tu aflicción. Abre los ojos a la luz: aquí están las almas de los que ya no viven en la Tierra, que vienen a convocarte al cumplimiento de tus verdaderos deberes. Ellas te dirán, con la autoridad de la experiencia, cuán poca cosa son las vanidades y las grandezas de tu pasajera existencia, en comparación con la eternidad. Te dirán que, en el Más Allá, el más grande es quien ha sido el más humilde entre los pequeños de este mundo; que el que más ha amado a sus hermanos será también el más amado en el Cielo; que los poderosos de la Tierra, si abusaron de su autoridad, se verán obligados a obedecer a sus servidores; que, en definitiva, la caridad y la humildad, esas hermanas que siempre van tomadas de la mano, son los títulos más eficaces para obtener gracia ante el Eterno. (Adolfo, obispo de Argel. Marmande, 1862.)
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A los pobres Espíritu que en otras épocas han habitado en la Tierra, Dios les confía la misión de esclareceros. 


Ahora bien, después de haber leído este contenido extraído del Libro de los Espíritus y el Libro del Evangelio según el Espiritismo, te quedan dudas en cuanto a entender los comportamientos de los Egoístas cuyo espíritu fuerte u orgulloso parecen no poder ser vencidos. Pues, hoy sabemos que nunca prevalecerán sobre los buenos, todo es cuestión de tiempo.

No temas a los malos, a ellos se les vence por tú voluntad y tu deseo de hacer el bien.

sábado, 5 de julio de 2014

¿Qué definición tienen los Celos? En el Espiritismo es un comportamiento egoísta y de mucho orgullo.

En el Espiritismo, los celos son considerados como parte del Orgullo y el Egoísmo de los seres humanos. Los celos pueden ser controlados en la mente, pueden evitarse, y hasta erradicarse por medio de la voluntad, y con la ayuda de los Buenos Espíritus, que acuden a nuestra ayuda, a fin de evitar que seamos obsesionados. 
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Revisado y actualizado en :1/23/21


Esto se logra a través de obtener Educación Espírita y la comprensión de cómo los malos Espíritus utilizan los pensamientos para agredir a los que son muy débiles en sus Espíritus  y que no tienen educación ni experiencia.  Un ataque de celos, puede convertirse en un ataque de "Cólera", que podría ser un estado de inconsciencia o de locura instantánea. Pueden evitarse con apoyo moral o bien común

Luchar contra los Celos, es algo que debe tener preponderancia en nuestras vidas.  Saber manejar este tema, evitará muchos ratos desagradables en la vida.  Rechaza en todo momento lo que te pueda inducir a los celos.  La comunicación con la pareja, la educación Espírita y el apego a comportamientos morales, reducen la posibilidad de ser dominado por los celos

Veamos que nos dicen los profesionales de la salud con relación a este tema. 
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Los Celos, el Egoísmo y el materialismo es la raíz de todos los males. El Libro de os Espíritus, nos dan una explicación espiritual muy atinada.


”Los Espíritus pertenecen a diferentes clases: no son iguales en poder, como tampoco en inteligencia, saber o moralidad. Los del primer orden son los Espíritus superiores, que se distinguen de los demás por su perfección, sus conocimientos, su proximidad a Dios, la pureza de sus sentimientos y su amor al bien: son los ángeles o Espíritus puros.

Las otras clases se alejan cada vez más de dicha perfección. Los Espíritus de las categorías inferiores son propensos a la mayoría de nuestras pasiones: el odio, la envidia, los celos, el orgullo, etc. Se complacen en el mal. Los hay ni demasiado buenos ni muy malos. Son más enredadores y molestos que malvados, y las travesuras e inconsecuencias parecen ser su patrimonio: son los duendes o Espíritus frívolos.

”Los Espíritus no pertenecen perpetuamente al mismo orden. Todos mejoran al pasar por los diferentes grados de la jerarquía espírita. Ese mejoramiento tiene lugar por medio de la encarnación, impuesta a unos como expiación y a otros como misión.

La vida material es una prueba que deben sufrir repetidas veces hasta que hayan alcanzado la perfección absoluta; es una especie de tamiz o depurador del que salen más o menos purificados.

”Al abandonar el cuerpo, el alma regresa al mundo de los Espíritus del que había salido, y retoma una nueva existencia material después de un lapso relativamente prolongado, durante el cual permanece en estado de Espíritu errante.18 
18 Entre esta doctrina de la reencarnación y la de la metempsicosis, tal como la admiten algunas sectas, hay una diferencia característica que se explica en el curso de esta obra. (N. de Allan Kardec.) 
”Puesto que el Espíritu debe pasar por varias encarnaciones, resulta de ahí que todos hemos tenido muchas existencias, y que tendremos todavía otras, más o menos perfeccionadas, ya sea en la Tierra o en otros mundos.

”La encarnación de los Espíritus siempre ocurre en la especie humana. Sería un error creer que el alma o Espíritu puede encarnar en el cuerpo de un animal.

”Las diferentes existencias corporales del Espíritu son siempre progresivas, jamás retrógradas. No obstante, la rapidez del progreso depende de los esfuerzos que hacemos para alcanzar la perfección.

”Las cualidades del alma son las del Espíritu que está encarnado en nosotros; de modo que el hombre de bien es la encarnación de un Espíritu bueno, mientras que el hombre perverso es la de un Espíritu impuro, no Evolucionado o entendido.

”El alma tenía su individualidad antes de encarnar, y la conserva después de separarse del cuerpo.

”A su regreso al mundo de los Espíritus, el alma encuentra allí a los que conoció en la Tierra, y las existencias anteriores vuelven a su memoria con el recuerdo del bien y del mal que ha hecho.

”El Espíritu encarnado se halla sometido a la influencia de la materia. El hombre que supera esa influencia mediante la elevación y la purificación de su alma se acerca a los Espíritus buenos, con los cuales habrá de reunirse un día. El que se deja dominar por las malas pasiones y cifra todas sus alegrías en la satisfacción de los apetitos groseros se acerca a los Espíritus impuros, porque da preponderancia a la naturaleza animal.

Tercer orden de la Escala Espirita. Libro de Los Espiritus

– Espíritus imperfectos

101. Caracteres generales. – Predominio de la materia sobre el espíritu.
Propensión al mal. Ignorancia, orgullo, egoísmo y todas las pasiones malas que derivan de él. Tienen la intuición de Dios, pero no lo comprenden.
Acerca de los Espíritus
No todos son esencialmente malos. En algunos hay más frivolidad, inconsecuencia y malicia que verdadera maldad. Los hay que no hacen ni el bien ni el mal; pero sólo por el hecho de no hacer el bien denotan su inferioridad.  Otros, por el contrario, se complacen en el mal y están satisfechos cuando encuentran la ocasión de hacerlo. Pueden aliar la inteligencia a la maldad o a la malicia. No obstante, sea cual fuere su desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas y sus sentimientos más o menos abyectos. Sus conocimientos acerca de las cosas del mundo espírita son limitados, y lo poco que saben de él se confunde con las ideas y los prejuicios de la vida corporal. Sólo pueden darnos al respecto nociones falsas e incompletas. Con todo, el observador atento suele encontrar en sus comunicaciones, aunque imperfectas, la confirmación de las grandes verdades que enseñan los Espíritus superiores. Su carácter se revela en el lenguaje que usan. Todo Espíritu que en sus comunicaciones deje traslucir un pensamiento malo puede ser incluido en el tercer orden. Por consiguiente, todo pensamiento malo que se nos sugiera proviene de un Espíritu de ese orden. Ven la felicidad de los buenos, y esa visión es para ellos un tormento incesante, pues experimentan todas las angustias que la envidia y los celos pueden producir. Conservan el recuerdo y la percepción  de los padecimientos de la vida corporal, y esa impresión suele ser más penosa que la real. Sufren, pues, efectivamente, tanto por los males que soportaron como por los que hicieron soportar a otros. Además, como sufren durante mucho tiempo, creen que siempre habrán de sufrir. Dios, para castigarlos, quiere que así lo crean. Podemos dividirlos en cinco clases principales.
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104. Octava clase. ESPÍRITUS PSEUDOCIENTÍFICOS.
– Sus conocimientos son suficientemente amplios, pero creen saber más de lo que saben en realidad. Como han realizado algunos progresos desde diversos puntos de vista, su lenguaje tiene un carácter serio que puede engañar respecto a su capacidad y a sus luces. Sin embargo, la mayoría de las veces no es más que un reflejo de los prejuicios y de las ideas sistemáticas de la vida terrenal; una mezcla de algunas verdades con los errores más absurdos, entre los cuales se traslucen la presunción, el orgullo, los celos y la terquedad, de los que no han podido despojarse.
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Los padecimientos de la Tierra a veces son independientes de nosotros. No obstante, muchos son la consecuencia de nuestra voluntad. Remontémonos a su origen y veremos que la mayor parte de ellos es el resultado de causas que habríamos podido evitar.

¿Cuántos males, cuántas enfermedades debe el hombre a sus excesos, a su ambición, en una palabra: a sus pasiones? El hombre que siempre haya vivido con sobriedad, sin abusar de nada, que siempre haya sido sencillo en sus gustos y modesto en sus deseos, se ahorrará muchas tribulaciones. Lo mismo sucede con el Espíritu, pues los padecimientos que soporta siempre son la consecuencia del modo como vivió en la Tierra. Sin duda, ya no tendrá gota ni reumatismo, pero sí otros pesares que no son menores. Hemos visto que sus padecimientos son el resultado de los lazos que existen todavía entre él y la materia. Cuanto más desprendido está de la influencia de la materia –dicho de otro modo, cuanto más desmaterializado se halla–, menos sensaciones penosas experimenta. Ahora bien, de él depende liberarse de dicha influencia desde esta vida. Tiene libre albedrío y, por consiguiente, la opción de hacer o dejar de hacer. Domeñe sus pasiones animales, no tenga odio ni envidia, celos ni orgullo, no se deje dominar por el egoísmo, purifique su alma mediante los buenos sentimientos, practique el bien, no atribuya a las cosas de este mundo más importancia de la que merecen. Entonces, incluso con su envoltura corporal, ya estará purificado, ya estará desprendido de la materia, y cuando abandone esa envoltura no sufrirá más su influencia. Los padecimientos físicos que haya experimentado no dejarán en él ningún recuerdo penoso; no le quedará al respecto ninguna impresión desagradable, porque sólo habrán afectado al cuerpo y no al Espíritu. Se sentirá feliz de haberse liberado, y la paz de su conciencia lo eximirá de todo padecimiento moral. Hemos interrogado a miles de Espíritus, que han pertenecido a todas las categorías de la sociedad, a todas las posiciones sociales. Los hemos estudiado en todos los períodos de su vida espírita, desde el instante mismo en que abandonaron su cuerpo. Los hemos seguido paso a paso en esa vida de ultratumba para observar los cambios que se operaban en ellos, en sus ideas y sensaciones. Desde ese punto de vista, han sido los hombres más comunes los que nos proporcionaron los elementos de estudio más valiosos. Ahora bien, siempre hemos observado que los padecimientos guardan relación con la conducta, cuyas consecuencias los Espíritus sufren, y que esa nueva existencia es la fuente de una felicidad inefable para los que han seguido el camino del bien. En conclusión, si sufren, es porque así lo han querido. Sólo deben culparse a sí mismos, tanto en el otro mundo como en este.
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Tambien en el Libro de Los Espiritus... 

261. El Espíritu, en las pruebas que debe sufrir para alcanzar la perfección, ¿debe experimentar las diversas clases de tentaciones; debe pasar por todas las circunstancias que pueden excitar en él el orgullo, la envidia, los celos, la avaricia, la sensualidad, etc.?
“Por cierto que no, pues sabéis que hay Espíritus que siguen, desde el comienzo, un camino que los exime de muchas pruebas. Con todo, el que se deja llevar por el camino del mal corre todos los peligros que hay en él. Sí un Espíritu, por ejemplo, pide riqueza, se le podrá conceder. Entonces, conforme a su carácter, podrá volverse avaro o pródigo, egoísta o generoso, o bien se entregará a todos los goces de la sensualidad. Sin embargo, eso no quiere decir que deba pasar forzosamente por toda esa serie de inclinaciones. 
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Los Espiritas debemos estar en la busueda de la Perfección Moral.

No cabe duda de que se realizan loables esfuerzos para conseguir que la humanidad avance. Se alientan, se estimulan, se honran los buenos sentimientos, más que en ninguna otra época. Con todo, el gusano devorador del egoísmo es siempre la llaga social. Se trata de un mal real que repercute en todo el mundo y del que cada uno es víctima en mayor o menor medida. Es necesario, pues, combatirlo como se combate una enfermedad epidémica. Para eso debemos proceder como lo hacen los médicos: remontarnos a la fuente. Busquemos, pues, en todos los sectores de la organización social, desde la familia hasta los pueblos, desde la choza hasta el palacio, las causas, las influencias patentes u ocultas que estimulan, alimentan y desarrollan el sentimiento del egoísmo. Una vez que se conozcan las causas, el remedio aparecerá por sí mismo. Sólo restará combatirlas, si no todas a la vez, al menos por partes, y poco a poco se extirpará el veneno. Dado que esas causas son numerosas, el tratamiento será prolongado, pero no imposible. Por lo demás, no se conseguirá nada si no se extirpa el mal de raíz, es decir, por medio de la educación. Pero no se trata de esa educación que tiende a formar hombres instruidos, sino de la que tiende a formar hombres de bien. La educación, bien entendida, es la clave del progreso moral. Cuando se conozca el arte de orientar los caracteres, así como se conoce el de orientar las inteligencias, se los podrá enderezar como se hace con las plantas jóvenes. No obstante, ese arte requiere mucho tacto, mucha experiencia y una observación profunda. Es un grave error creer que basta tener ciencia para ejercerlo con provecho. Cualquiera que siga al hijo del rico, así como al del pobre, desde el instante de su nacimiento, y observe las influencias perniciosas que actúan en él a consecuencia de la debilidad, la incuria y la ignorancia de quienes los dirigen, y cuán a menudo fracasan los medios que se emplean para moralizarlo, no puede asombrarse de encontrar en el mundo tantos defectos. Hágase por la moral tanto como se hace por la inteligencia, y se verá que, si bien hay naturalezas refractarias, también las hay, y más de lo que se cree, que sólo requieren ser cultivadas para dar buenos frutos. (Véase el § 872.)
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Libro Tercero – Capítulo XII - Libro de Los Espíritus

#913. Entre los vicios, ¿cuál puede considerarse como radical? 
 «Muchas veces lo hemos dicho, el egoísmo; de él arrancan todos los males. Estudiad todos los vicios, y encontraréis que en el fondo de todos ellos reside el egoísmo. En vano los combatiréis, y no conseguiréis extirparlos hasta que no hayáis atacado el mal en su raíz, hasta que no hayáis destruido la causa. Dirigid, pues, todos vuestros esfuerzos hacia este objeto, porque él es el verdadero cáncer de la sociedad. Cualquiera que desee aproximarse desde esta vida a la perfección moral, debe arrancar de su corazón todo sentimiento de egoísmo; porque éste es incompatible con la justicia, con el amor y con la caridad; neutraliza todas las otras cualidades». 

#914. Fundándose el egoísmo en el sentimiento de interés personal, parece muy difícil extirparlo completamente en el corazón humano, ¿llegará a conseguirse? 
«A medida que los hombres se ilustran sobre las cosas espirituales, dan menos importancia a las materiales. Además es preciso reformar las instituciones que excitan y mantienen el egoísmo. Esto depende de la educación». 

#915. Siendo el egoísmo inherente a la especie humana, ¿no será siempre un obstáculo para el reino del bien absoluto en la tierra? 
«Cierto que el egoísmo es vuestro mal mayor, pero depende de la inferioridad de los espíritus encarnados en la tierra, y no de la misma humanidad. Luego; purificándose los espíritus en encarnaciones sucesivas, se desprenden del egoísmo como de sus otras impurezas. ¿No tenéis en la tierra ningún hombre que, libre de egoismo, practique la caridad? Hay más de los que vosotros creéis, pero vosotros no los conocéis; porque la virtud no busca el ruido de la publicidad. Y si hay uno, ¿por qué no ha de haber diez? Si díez, ¿por qué no mil? Y así sucesivamente». 

#916. Lejos de disminuir el egoísmo, crece con la civilización que parece excitarlo y mantenerlo. ¿Cómo pues, la causa destruirá el efecto? 
«Mientras más grande es el mal, más horrible se presenta, y preciso era que el egoísmo originase mucho mal, para que se conociese la necesidad de extirparlo. Cuando los hombres hayan sacudido el egoísmo que los domina, vivirán como hermanos sin hacerse mal, ayudándose mutuamente por el mutuo sentimiento de la solidaridad. Entonces el fuerte será apoyo del débil y no su opresor, y no se verán hombres faltos de lo necesario; porque todos practicarán la ley de justicia. Este es el reino del bien de cuya preparación están encargados los espíritus». (784). 

#917. ¿Qué medio hay para destruir el egoísmo?
«De todas las humanas imperfecciones, la más difícil de desarraigar es el egoísmo, porque deriva de la influencia de la materia de la cuál el hombre, que está muy prórimo aún a su origen, no ha podido emanciparse, y todo contribuye a sostener esa influencia; las leyes, la organización social y la educación. El egoísmo amenguará con el predominio de la vida moral sobre la material, y sobre todo con la inteligencia que os da el espiritismo de vuestro estado futuro real, y no desnaturalizado por ficciones alegóricas. Bien comprendido el espiritismo, y una vez identificado con las costumbres y creencias trastornará los hábitos, los usos y las relaciones sociales. El egoísmo se funda en la importancia de la personalidad, y el espiritismo bien comprendido, lo repito, hace ver las cosas desde tan alto que el sentimiento de la personalidad desaparece hasta cierto punto ante la inmensidad. Destruyendo semejante importancia, o por lo menos haciendo que se la considere tal cuál es, el espiritismo combate necesariamente el egoísmo


Lo que a menudo hace egoísta al hombre es el roce del egoísmo de los otros, porque siente la necesidad de estar a la defensiva. Viendo que los otros piensan en sí mismos y no en él, se ve arrastrado a pensar en él y no en los otros. Pero sea el principio de caridad y de fraternidad base de las instituciones sociales, de las relaciones legales de pueblo a pueblo y de hombre a hombre, y éste cuidará menos de su persona, viendo que otros piensan en ellá. Sentirá la influencia moralizadora del ejemplo y del contacto. En presencia de ese desbordamiento de egoísmo, necesítase una verdadera virtud para hacer abnegación de su personalidad en provecho de los otros, que a menudo nada lo agradecen. A los que poseen semejante virtud es a quienes está abierto el reino de los cielos, y a ellos sobre todo está reservada la dicha de los elegidos; porque en verdad os digo que el día de la justicia, todo el que sólo en sí mismo haya pensado será separado y sufrirá por su abandono. (785) FENELÓN».
 
Indudablemente se hacen laudables esfuerzos para hacer que la humanidad progrese; se alientan, se estimulan, le honran los buenos sentimientos más que en época alguna, y sin embargo el gusano roedor del egoísmo es siempre el cíncer social. Es un mal real que brota por todo el mundo, y del que todos somos más o menos víctimas. Preciso es, pues, combatirlo como se combate una enfermedad epidémica, y para ello es  necesario proceder como los médicos, remontarnos al origen. Búsquense en todas las partes de la organización social desde la familia a los pueblos, desde la caballa al palacio, todas las causas, todas las influencias patentes u ocultas, que excitan, mantienen y desarrollan el egoísmo, y una vez conocidas las causas, el remedio se presentará por si mismo. No se tratará más que de combatirlas, si no todas a la vez, parcialmente, a lo menos, y poco a poco se extirpará el veneno. La curación podrá ser larga, porque las causas son numerosas, pero no es imposible. Por lo demás no se conseguirá, si no se corta la raíz del mal por medio de la educación, no de esa que propende a hacer hombres instruidos, pero si de la que tiende a hacer hombres honrados. La educación, cuando se la entiende bien, es la clave del progreso moral, y cuando se conozca el arte de manejar los caracteres como se conoce el de manejar las inteligencias, se podrán enderezar como se enderezan los arbustos. Pero ese arte requiere mucho tacto, mucha experiencia y una observación profunda; es erróneo creer que basta tener ciencia para ejercerlo con provecho. Cualquiera que, desde el nacimiento, sigue así al hijo del rico, como al del pobre, y observa todas las perniciosas influencias que operan en él a causa de la debilidad, de la incuria y de la ignorancia de los que le dirigen, y cuán a menudo son improductivos los medios que para moralizarle se emplean, no puede admirarse de hallar tantos defectos en el mundo. Hágase para lo moral otro tanto que para la inteligencia, y se verá que, si hay naturalezas refractarias hay más de las que se creen, que no esperan más que una buena cultura para dar frutos buenos. (872)

El hombre pretende ser feliz, y ese sentimiento es natural. Por eso trabaja sin cesar para mejorar su posición en la Tierra. Además, busca las causas de sus males a fin de remediarlos. Cuando comprenda que el egoísmo es una de esas causas: la que engendra el orgullo, la ambición, la codicia, la envidia, el odio y los celos; la que lo hiere a cada instante, la que perturba las relaciones sociales, provoca las disensiones y destruye la confianza, la que lo obliga a mantenerse constantemente a la defensiva contra su vecino; la causa que, por último, hace del amigo un enemigo, entonces comprenderá también que ese vicio es incompatible con su propia felicidad y diremos también, con su propia seguridad. Cuanto más haya sufrido el egoísmo, tanto más sentirá la necesidad de combatirlo, así cómo combate la peste, los animales destructores y las demás calamidades. El hombre será inducido a ello por su propio interés. (Véase el § 784).

El egoísmo es la fuente de todos los vicios, del mismo modo que la caridad es la fuente de todas las virtudes. Destruir aquel, desarrollar esta, ese debe ser el objetivo de todos los esfuerzos del hombre, si quiere garantizar su dicha tanto en este mundo como en el porvenir.

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Veamos la descripción de los Celos según la ciencia...

De Wikipedia, la enciclopedia libre


Josef Burgwinkel y Tiana Lemnitz escenifican una escena de celos.

Los celos son una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada reste atención en favor de otra. También se conoce así, al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona.

Patología

La psicología actual explica que los celos son la respuesta natural ante la amenaza de perder una relación interpersonal importante para la persona celosa. Los celos parecen estar presentes en todas las personas, indistintamente de su condición socio-económica o forma de crianza y manifestarse en personalidades que aparentemente parecían seguras de sí mismas. Una característica que parece destacarse en las personas celosas es tener rasgos de egoísmo. Los celos también tienen relación con la vergüenza que es una respuesta natural del organismo. Muchas de ellas, una vez que los padecen, se sorprenden de si mismas ya que ni siquiera sospechaban que los padecieran. Los celos pueden ser sanos cuando lo que se demanda es algo que se debe hacer sobre una base de equidad en la pareja; sin embargo acudir a este tipo de conducta refleja carencias personales muy profundas.


Celos, obra de Julio Romero de Torres (1920).
El celo carnal se expresa cuando se hacen demandas inapropiadas y cuando ejercen sentimientos enfermizos porque las demandas no son satisfechas. Este sentimiento refleja una cierta inseguridad emocional por perder dominio o sentir menoscabo en una relación interpersonal. Los celos se manifiestan ante la aparición de una situación o persona que el yo-interno clasifica como mucho más dominante y competitiva. Los celos provocan que el sujeto que los padece, se sienta vulnerado y ejerza un sobredominio de la persona objeto del celo, atrapándola en una red de cirscuntancias opresivas tales como privarla de la libertad, aislarla, seguirla al trabajo, revisar sus relaciones externas, buscar una evidencia de traición etc.[1]
Además de las circunstancias causadas por el libre albedrío que todo el mundo tiene, es la cuestión principal de los celos de origen psicológico. Los estudios de Egene W. Mathes, de la Western Illinois University, quien realizó experimentos de campo para comprobar las hipótesis de Greg White respecto a los celos, la persona "celosa" (A) siente celos en su relación con la persona "celada" (B) al aparecer el "intruso" (C) - que puede ser otra persona o circunstancia - debido a dos razones fundamentales:
  1. la pérdida de la relación representaría la pérdida de las recompensas y beneficios que dicha relación reportaba: la persona celosa ya no podrá compartir momentos de buena calidad o gratos con la persona celada: ya no conversarán, jugarán, o dormirán juntas, por ejemplo.
  2. la pérdida merma la seguridad en sí mismo o autoestima: para la persona celosa (A), la persona celada (B) habría de elegir entre ella (A) y el "intruso" (C) y habría optado por el último (C), lo que sugeriría que (C) es más importante o mejor que (A).
Este "intruso" (C) puede ser otra persona (por ejemplo el nacimiento de un nuevo hermano en el contexto familiar), o alguna situación externa (por ejemplo cuando la esposa ingresa a trabajar por primera vez y dedica menos tiempo al hogar, o surge una buena amistad a (B).
Esta situación entre (A) y (B) puede ser creada también por el entorno de trabajo, amistades o familia, aunque no tengan un interés directo en la relación entre ambos (envidia).
Frecuentemente cuando hablamos de personas celosas nos encontramos un perfil definido por la pasión, la ansiedad, el neuroticismo e incluso algo de sadomasoquismo. Estas personas tienen un profundo sentimiento de abandono, que la otra persona se ha reído de ellos y sus sentimientos, que los han utilizado …todo esto les puede llevar del amor al odio en cuestión de segundos y el objeto de su amor pasa a ser el objeto de su actual odio. Cuando se llega a esta situación es cuando se pueden producir las agresiones físicas y psicológicas.

Celos patológicos


Glenn Ford caracteriza a un hombre dominado por los celos en el film Gilda con Rita Hayworth.
Los celos mal llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva; el sujeto que padece esta enfermedad "vive" en un estado de infelicidad, en función de sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias que confirman su inseguridad en la relación. Los celos patológicos pueden manifestarse indistintamente en hombres o mujeres.
Los celos causan mucha angustia e infelicidad y aún provocar el daño al ser objeto del celo, incluso hasta provocar una respuesta física de agresión desmedida terminando, en la reclusión (secuestro), en el asesinato o agresión física.[2] Este nivel de celo es muy difícil de curar y las personas que lo padecen tienen grandes posibilidades de llegar a situaciones extremas si no se someten a un especialista. Existen países como España que han tomado medidas en el asunto debido a la gran cantidad de casos de violencia doméstica causada por los celos. La cura está basada en la recuperación de la confianza en la relación de pareja y de la seguridad de si mismo reconociendo el espacio vital que toda pareja debe tener y que no debe ser invadido por el otro. La prevención está relacionada con el aprendizaje durante la infancia de los valores de la tolerancia, el respeto y el reconocimiento de los derechos del otro. Además también pueden prevenirlos una buena comunicación en la pareja. Una vez desarrollados los celos, la terapia psicológica puede ser muy útil si es que no hay una patología subyacente, como el alcoholismo. Si hay una patología subyacente, la terapia psicológica debe abordarla. En los casos de delirio, el enfoque es farmacológico.[3]

Tipos de celos

  • Celos de confraternidad: son los llamados celos de un hijo que va a tener un hermanito, al cual enfocan toda su atención sus padres, lo cual causa mucha incomodidad en el infante que ha estado acostumbrado a recibir el cariño sólo a él y será cuestión de tiempo para que acepte que su hermano y él obtendrán el mismo cariño; pero en ocasiones esos celos perduran hasta la adolescencia e incluso hasta la edad adulta y aquí se presenta un tipo de celos más cercano al odio, que puede conducir a malas actos en contra de los hermanos menores.
  • Celos juveniles: son presentes en relaciones juveniles en la adolescencia, a donde un adolescente empieza a buscar su pareja y cuando otro ya la ha conseguido tiene celos de esta persona al tener lo que él desea; por ejemplo un chico se enamora de una chica, pero a esta la corteja otro chico lo que despierta la rabia y celos del primer chico.
  • Celos amorosos: es el más común de todos, y al que la mayoría lo asocia, muchos filósofos, científicos, religiosos, grandes eruditos y neurólogos defienden la teoría de que "celos" es la envidia y el egoísmo de una persona atraída al sexo opuesto que está siendo pretendida por otro individuo de su mismo género, es decir celos es: hombre enamorado + mujer + otro hombre enamorado de la misma mujer = celos, o viceversa, mujer enamorada + hombre + otra mujer enamorada del mismo hombre = celos. Muchos concuerdan que los celos de los varones son más grandes que los de las mujeres, ya que su cerebro tiene más amplia la hipófisis, que controla este sentimiento, y la testosterona hace que su instinto de procreación y de protección hacia sus hembras lo hagan perder más fácilmente la cordura, e ingresar a los celos.

Celos sin pareja

En algunos casos se puede sentir celos sin estar en pareja; puede ser de un compañero/a de trabajo o escuela de quien se tenga cierta atracción. Es uno de los problemas sentimentales más comunes entre la adolescencia y la juventud.
Pero durante la preadolescencia se da un fuerte paso, es decir, se ponen en práctica los descubrimientos anteriores, aparecen las fantasías sexuales, los genitales se definen, etc; pasan a menudo períodos en que desean compañía y otros en los que prefieren la soledad y el aislamiento. Se es muy frágil en su relación con los demás, porque internamente no se siente seguro de casi nada. Su autoestima puede ser fácilmente herida, y necesita sentirse aceptado por sus seres queridos.

El miedo al rechazo o a la exclusión, y la búsqueda de aceptación por todos los medios son dos aspectos esenciales de este período, durante el cual se van a determinar muchas de sus conductas, que puede llegar a transgredir las normas impuestas por la familia. El modelo grupal sustituirá a los valores representados por los padres, a los que se enfrentará para poder seguir formando parte de su grupo de amigos.

Las relaciones amorosas ocupan buena parte de su tiempo y espacios mentales, ya que ser escogido y amado le produce una enorme gratificación personal y eleva su autoestima. Cuando vive situaciones de celos, exclusión y abandono, experimenta un enorme sufrimiento, aunque más adelante su capacidad de reacomodación emocional le permita volver a la carga y buscar otros acompañantes.

Búsqueda de pareja


JohnnyCashJuneCarterCash1969.jpgEl despertar de la sexualidad genital durante la pubertad, además de la integración de los aspectos masculinos y femeninos en sintonía con el sexo anatómico, y la asunción de la identidad sexual, favorece la capacidad de elegir un destinatario amoroso fuera de la familia Esto no quiere decir que se escoja la pareja definitiva, puesto que el adolescente todavía tiene que recorrer mucho camino para poder realizar una elección de tal envergadura. Por eso, los romances en esta época son buenos y necesarios para ir experimentando en las relaciones amorosas los aspectos personales y sociales más importantes. La atracción ha de ser recíproca, y no deben existir presiones ni culpabilidades. Confianza, sinceridad y diálogo compartido son aspectos fundamentales para una buena relación, en donde la complicidad y el compañerismo han de ser prioridades. Lo más frecuente es que, después de haber realizado algunos tanteos y aventuras, cada adolescente esté más capacitado para escoger la persona con la que prefiere compartir sus cosas más íntimas La primera experiencia suele ser confiada primeramente al mejor amigo o la mejor amiga; sólo cuando el adolescente se sienta más seguro en la relación surgirán las ganas de explicarlo a sus padres.
  • Tener pareja da una gran satisfacción personal en una época de crisis como la adolescencia, pero no debe constituir una obsesión para calmar angustias de soledad, ni ser un motivo de orgullo delante de los amigos.
  • Las confidencias de amor con los amigos suelen proporcionar seguridad, si no se pretende con ello dar envidia, celos o quedar bien ante los demás. Un buen amigo puede guardar bien un secreto, y a veces es más importante su opinión que la de los protagonistas de la historia
  • La madre puede ser una buena confidente y también una buena consejera para sus hijos, aunque suele ser preferible que no quiera estar al corriente absolutamente de todo, para que éstos no se sientan presionados o investigados
  • Cuando la pareja de un hijo o hija adolescente llega a casa, la expectación suele ser enorme; por lo que no hay que precipitar la ocasión. Hasta que las cosas no están bien claras entre los dos, los puntos de vista familiares suelen ser muy incómodos y parecen poco objetivos.

Punto vista de la antropología

La psicología evolucionista clásica admite que los celos son un fenómeno universal propio de la especie humana, con diferencias debidas al género de la persona basándose en el supuesto de la especia ha vivido siempre en contextos de emparejamientos monogámicos, certeza sobre la paternidad y dependencia material y simbólica (alimentación, seguridad, estatus) de la mujer con respecto al varón. Así, los celos de las mujeres deberían estar motivados por la «infidelidad» emocional del varón (una forma de reaccionar a la posibilidad de que el varón deje de ser su proveedor) y los celos del varón, por la «infidelidad» sexual de la mujer (una forma de reaccionar a la posibilidad de estar proveyendo a hijos que no tienen su carga genética)[4]

Van Sommers ofrece una mirada híbrida. En base al estudio de primates genéticamente cercanos a los humanos (2% de diferencia en el modelo cromosómico), que no parecen presentar comportamientos celosos, concluye que no hay un imperativo biológico para los celos y que estos son un producto meramente cultural. Pero, el hecho de que en todas las sociedades donde se dan relaciones sexuales «emocionalmente cargadas» se imponen los celos adultos y las dificultades que experimentaron individuos y grupos de nuestra sociedad que intentaron evadirlos, parecen indicar que hay raíces biológicas para los celos[5]
Existen unas pocas etnias en las que existen mecanismos sociales de minimización de los celos. En general son culturas no monogámicas en las que no se le da importancia a la paternidad biológica.
  • Pueblo Canela (Canela Ramkokamekrá y Canela Apanyekrá) en el noreste brasileño. Según William Crocker, hombres y mujeres debían ser generosos con sus bienes y con sus cuerpos. Entre ellos, negar pública o privadamente el deseo sexual de otro era considerado una actitud mezquina antisocial y maligna. Además se destaca que el contacto de estos pueblos con la sociedad occidental y sus artículos industrializados fue cambiando las costumbres y esto trajo aparejado deseos de posesividad sobre estos bienes y celos de los varones sobres las mujeres.[6]
  • Mosuo en el sur de China. Según Judith Stacey existen entre los mosuo normas culturales que parecen operar para suprimir la posesividad sexual. Los mosuo sienten celos y envidia pero saben que deben reprimirlos e ignorarlos en aras de mantener la armonía. Para ellos, el amante celoso es ridículo, casi como un ladrón, y la falta de generosidad, es deshonrosa.[7]

Celos en animales

Si bien los animales van a competir por recursos valiosos, como lo puede ser la atención de su amo o cuidador, los animales son incapaces de sentir celos propiamente tal. El designar la actitud de apropiación del animal hacia este tipo de actividades valiosas como celos, constituye una antropomorfización y es un error muy frecuente, sobre todo en los dueños de mascotas. El sentir celos, envidia, obsesión, amor, etc... implica procesos cognitivos que los animales no poseen.

Los animales están diseñados por la naturaleza para competir por recursos valiosos, y la máxima competencia viene de sus pares, pues estos cuentan con las mismas ventajas competitivas que él y se desempeñan en el mismo hábitat buscando cubrir las mismas necesidades. La atención y cariño del amo han sido, en términos evolutivos, fundamentales para el éxito adapativo y consecuente reproducción del animal. Por este motivo los perros y otros animales mascota están muy dispuestos a competir, incluso de forma agresiva por la atención y cariño del dueño.

Referencias

  1. Volver arriba Celos patológicos en la relación de pareja
  2. Volver arriba Los celos y los femicidios
  3. Volver arriba MONCLÚS, Enrique González:«Celos, celos patológicos y delirio celotípico» en Revista de Psiquiatría de La Facultad de Medicina de Barcelona, 2005; Vol. 32, no. 1 Pág :21
  4. Volver arriba BUSS, 1993 Citado por FERNÁNDEZ, Ana María y otros. Diferencias sexuales en los celos En Universitas Psychologica Bogotá Colombia 2 (2) 101-107 julio-diciembre 2003
  5. Volver arriba VAN SOMMERS, Peter Los celos. Reconocerlos Comprenderlos Asumirlos Editorial Paidós, 1989 - 254 páginas pág 103 [Vista previa en Google books http://books.google.com.ar/books?id=7JylEUk-ABgC]
  6. Volver arriba CROCKER. William H. Canela Apanyekrá/Relaciones entre los sexos junio, 2002 en Povos indígenas do Brasil/Pueblos indígenas en Brasil
  7. Volver arriba Judith Stacey Unhitched: Love, Marriage, and Family Values from West Hollywood to Western China NEW YORK UNIVERSITY PRESS 2001 ISBN 978-0-8147-8382-5 Disponible en [1]

Bibliografía

  • Clanton,Gordon; Smith, Lynn G. (1977). Jealousy. New Jersey: Prentice-Hall. ISBN 0-13-509356-2. 
  • Mathes, Eugene (1991). «A Cognitive Theory of Jealousy». The Psychology of Jealousy and Envy. New York: Guilford Press. ISBN 0-89862-555-6. 

Añadir lapiz de Edición


INFAMIA denuncia de Henri Sause 1 dic 1884

Vídeos publicados sobre el tema:Falsificación de Génesis

Vídeos publicados sobre el tema:Falsificación de Génesis Espiritista, 5ta Edición, 2nda Revisión del Libro de Génesis Espiritista... https://youtu.be/LahxKBMvd84
Ésta es mí contestación oficial sobre la Carta de la Federación Espírita de Brasil FEB, que publiqué é el 6 de abril del 2018. Y consta en el  artículo que contiene el siguiente Video.

Contestación oficial de mi parte a la Federación Espírita de Brasil FEB



5ta Edición, 2nda Revisión del Libro de Génesis Espiritista... https://youtu.be/fQyH70ypda4


5ta Edición, 2nda Revisión del Libro de Génesis Espiritista... Versión de Carleen Bransteter https://youtu.be/9AABq-nWY-M, Carleen Branstetter, 👌okp21 verificado... (11/29/2021).





Carta de la Federacion Espirita de Brasil FEB del 29 de enero del 2018

Carta de la Federación Espirita de Brasil FEB, 29 de de enero del 2018.

Esta carta de la FEB expresa excusas, como justificación para no hacer nada por 134 años desde que Henri Sausse hizo la denuncia de la Infamia el 1 de diciembre de 1884, en el Periodico "Le Espiritisme".

Todas las excusas son sólo válidas para los que nunca tuvieron compromiso con el Espiritismo, y que creyeron que el Espiritualismo moderno suplantaría las enseñanzas del Espiritismo unido a las enseñanzas apócrifas de Jean Baptiste Roustaing. Pero el Espiritismo, que no es Espiritualismo, no se puede sostener en la mentira. Es por eso que esta defensa por la integridad de la filosofía es muy válida.


Hoy, la Federación Espirita de Brasil FEB, sólo tiene dos (2) opciones.

  • Opción #1 - Corregir las alteraciones a los libros codificados y restaurar la integridad doctrinaria del Espiritismo, en próximas ediciones de traducciones. 
  • Opción #2 - NO HACER NADA, que automáticamente se convierte en la primera y única Opción.
Par saber que va a pasar, se debe evaluar el espíritu o las intenciones, que al menos las tenemos por escrito.

Y es por eso importante evaluar el contenido de la Carta de la FEB del 29 de enero del 2018, a fin de determinar si esas son las intenciones. El hacer las correcciones correspondientes, y cumplir con traducciones correctas, implicaría que sí estaban falsificadas las traducciones realizadas en todos los idiomas, incluyendo el idioma portugués, desde hace 146 años. Esto es poco probable y si esta fuera la opción a seguir, deberíamos estar muy pendientes a que eso se logre. Digamos que quieren hacer creer que esa es la opción, pues es solo cuestión de esperar a que todo se olvide, como ocurrió en el pasado. Hoy la Federación Espirita de Brasil FEB, no ha demostrado ningún interés en preservar la integridad doctrinaria del espiritismo moralizador y consolador, porque el interés real es que el Espiritismo, siga siendo considerado una religión Espiritualista que este de acuerdo a los libros publicados de Chico Xavier y Divaldo Pereira Franco, que son considerados como base fundamental de sus creencias espiritualistas.


Las que nadie se las cree, ni ellos mismos, tergiversa la verdad, y lo peor para ellos los incriminan en esta maldad infame de falsificar el libro de Génesis publicado por Allan Kardec el día 6 de enero del 1868. 


Los cogimos con las manos en la masa.



Creen que ya no tendrán que preocuparse. Están lejos de la verdad. Es ahora que los tenemos con las manos en la masa. Quedarán en ridículo, y la credibilidad mundial los juzgará. No os daremos cuenta pronto que están derrumbado y sin un plan B, por haber sido, malos, mentirosos, hipócritas e Infames. Quedarán en el ridículo mundial. 
Carta de la FEB 1-5 en Portugués y en español


####### Traducción al Español #######
Pagina 1

LA GÉNESIS

MILAGROS Y LAS PREDICCIONES
SEGÚN EL ESPIRITISMO
EDICIÓN FINAL

El propósito de las preguntas formuladas últimamente acerca de lo que sería la edición definitiva de la Génesis, milagros y las predicciones según el Espiritismo, Federación Espírita de Allan Kardec Brasileña, a través de su Consejo de administración, llega oficialmente al movimiento espírita expresa su entendimiento nacional sobre el tema.

Como todos saben, la primera edición de la obra salió a la luz, en París, el 6 de enero en 1868, seguido ese mismo año, la publicación de las segunda y terceros ediciones, absolutamente idénticas, simplemente reimpresiones de la primera edición. La 4 ª edición, que contiene en la cubierta y la portada el año 1868, se publicó sólo en la primavera de 1869, ya desencarnado el codificador, aunque manteniendo las mismas características de las tres primeras ediciones, con el cual no distingue en cualquier momento.

La 5ª edición de la génesis, milagros y las predicciones según el Espiritismo, a diferencia de cuatro primeras ediciones, no contiene el año de su lanzamiento, ni en la portada o en la portada, por lo que hasta hace poco no era posible conocer con precisión la fecha publicada. Hoy en día y que el sitio electrónico de la Biblioteca Nacional de Francia, realizar un seguimiento de la fecha exacta de su fecha de lanzamiento: 23 de diciembre de 1872, en el revisado, corregido y ampliado.

Como es conocido por todos, la quinta edición francesa, o que ella siguió y que son idénticos en todos los puntos, es el que ha servido de espejo a las traducciones en las diversas lenguas nacionales de los países del mundo, por haber sido la última edición revisada. Si he usado los traductores febianos Portugués, incluyendo el Dr. Guillón Ribeiro, siendo pertinente tener en cuenta que la primera edición brasileña de la obra, publicados en los años 80 del siglo XIX y traducido por Joaquim Carlos Travassos, Fortúnio, basado en la edición revisada, corregida y ampliada.

No es nuevo en la controversia que el último libro de la codificación espírita habría sido "adulterado" .

Después de la muerte de Allan Kardec, visto que suprime, modifica o agrega palabras, frases y párrafos completos que, en opinión de algunos, no fueron escritos por el autor y que tu desde 1884, 

1 


http://soyespirita.blogspot.com/2018/03/carta-de-la-federacion-espirita-de.html

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¿Cómo reconocer un “Espiritista Verdadero”, en el Espiritismo?

¿Cómo reconocer un “Espiritista Verdadero”, en el Espiritismo? 
Un Espiritista Verdadero es aquel que según el Libro de Obras Póstumas, de Allan Kardec lo describe así:

Breve Contestación a los Detractores del Espiritismo

“Solo reconoce por adeptos suyos a los que practican su enseñanza, es decir, a los que trabajan en su propio mejoramiento moral, esforzándose en vencer sus malas inclinaciones, en ser menos egoístas y orgullosos, más afables, más humildes, pacientes, benévolos, caritativos para con el prójimo y moderados en todas las cosa, pues este es el signo característico del espiritista verdadero…”

Un Espiritista Verdadero, no es el que cobra menos dinero. Esos son “Charlatanes”, infiltrados en el Espiritismo. Los “Charlatanes”, son los que cobran dinero en el Espiritismo.


Evaluar a un Espiritista, y saber si es uno Verdadero, se necesita tener conocimiento adquirido, mediante la lectura de los Libros Codificados de Allan Kardec, Así se puede verificar la autenticidad.

Mensajes en Fotos


Body

















1/15/16

Un RESUMEN sobre los recursos del Espiritismo para sanar las Obsesiones Espirituales seria:









  • Moralización del Obsesado obteniendo su ascendencia Moral y luego al Obsesor moralizarlo.



  • Fortalecimiento de la "Voluntad" del Obsesado para que pueda Rechazar al Obsesor.



  • Oración Magnética Mental. (Grupales),



  • Magnetización del Obsesado, mediante Pases Magnéticos.



  • Educación Espirita.


Los postulados y la definición de la Filosofía Espirita antes expresada es nuestra razón de ser en esta red social. Por la naturaleza de este medio, muchas personas con diferentes corrientes de pensamiento y de diferente postura con relación al Espiritismo, pueden hacer comentarios a nuestras reflexiones. Esto nos llena de mucha satisfacción, porque ilustra claramente que el propósito de la existencia de esta página ha cometido su propósito al lograr cruzar barreras de idiomas y de pensamientos. Estamos muy claros en que nuestra filosofía es una de carácter Kardeciana y es la que promulga el deseo genuino de Dios en cuanto al comportamiento Moral de nuestra sociedad y de toda la raza humana, pero no tenemos ninguna conexión con otras corrientes de pensamiento sincretistas como lo son: Práctica de africanismo, indigenismos o ritualismos étnicos, Religiosos, folclóricos o sincréticos ni se hacen rezos, baños de plantas, consume de aguardiente o tabacos, inhalaciones toxicas, curaciones mágicas, maleficios o encantamientos y Santería.



Las obsesiones se Curan según el Espiritismo.






Excelente recurso de información según El Espiritismo, en el siguiente Libro Gratuito:








Todos están bienvenidos a comentar nuestras reflexiones, pero en nada esto significa que patrocinemos estas corrientes diferentes de pensamientos.











Queremos ser un faro, donde aquellos que desean encontrar el puerto seguro, puedan libremente acercarse al dialogo y a la comprensión. Jesús nos enseño a no hacer acepción de persona alguna, somos llamados a la comprensión y a la tolerancia con todos aquellos que aunque tengan pensamientos diferentes, siguen siendo seres humanos en el proceso de encontrar el sendero de la verdad en su camino evolutivo.












REFERENCIAS PARA ESCRIBIR ESTA REFLEXIÓN



  • El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec

  • El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec

  • Obras Póstumas, Allan Kardec

  • Genesis

  • El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec

  • El Libro de Los Médiums – Allan Kardec











Frank Montañez

“Soy Espírita”

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NOTA Importante:




Si consideras que este articulo o reflexión es útil, y deseas citarnos en un artículo o nota que publiques en tu blog o en Facebook, por favor haz una mención de que obtuviste la información de un articulo nuestro ya publicado. Eso es actuar en Moral y bien común. No permitas que el atribuirte consciente o inconscientemente crédito por algo que copiaste de otro autor, afecte tu espiritualidad, y que cometas faltas que se han de acumulan a las que ya tienes.




Si me mencionas o no, no es importante para mí, pero sí; es una falta el atribuirte que la información publicada es de tu autoría al no hacer mención alguna del autor original, si no das el crédito al que originalmente lo creo, eso es propiedad intelectual y al no dar el crédito, constituye una falta de moralidad. Recomiendo que añadas al final de tu reflexión algo así:




Partes de esta reflexión ha sido tomada de un artículo publicado por Frank Montañez de “Soy Espírita” en su blog: www.soyespirita.blogspot.com




Nombre del Artículo:


Fecha Publicado:


Eso evitarás que actúes mal sin quererlo hacer, de eso se trata la Educación Espírita.






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Los invito a que descarguen los AUDIO Libros en mi blog. No hay escusas para no leer el Libro de los Espíritus y el de Los Médiums, pues pueden escucharlos narrados. Visita mi blog o simplemente dale clic al libro que ves listado a continuación.





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Espero estos enlaces te conduzcan a información que te ayude a lograr activar tu crecimiento espiritual, a través de la Transformación Moral.


________________________________________




NOTA ACLARATORIA:





Han notado que nuestras reflexiones se redactan para la Educación de nuestra filosofía, tal y como lo ilustran Los Espíritus de La Codificación Espirita dada a Allan Kardec. Muchas de estas enseñanzas lucen como que deben ser tratadas en la Casa Espírita y creo que sí; es esto correcto. Pero la mayoría de nuestros lectores no tienen acceso a Casa Espírita alguna, entonces no nos podemos quedar con las manos cruzadas esperando que Espíritus Impuros que sabiendo esta realidad se adelanten se introduzcan en los hogares de personas que con genuino interés se acercan a nuestra página buscando ayuda. Para ellos les sugiero considerar conformar un pequeño grupo de Estudios en su hogar. Así se deleitaran de las enseñanzas de los Espíritus. Estos dos enlaces te ayudaran a comenzar a conformar tu grupo de Estudio:





  • http://soyespirita.blogspot.com/2014/01/ley-de-sociedad-i-necesidad-de-la-vida.html

  • http://soyespirita.blogspot.com/2011/08/recomendaciones-para-los-nuevos-grupos.html













No demostramos compasión si no ayudamos a estas personas en estos lugares inaccesibles que no existe ninguna Casa Espírita cerca y tal vez nunca la habrá a no ser por nuestra educación por el Internet. Para muchos el desarrollo de la Mediúmnidad es tan serio que no han desarrollado aun Médiums en sus lugares de reunión. Pero eso no debe ser la norma, pues el mismo Allan Kardec nos apercibió de que esto era esencial en el desarrollo espiritual de las comunicaciones Mediúmnica.




Preferimos hacer accesible esta información para aquellos que genuinamente desean crecer espiritualmente, y yo soy el de pensar que si los deseos de estos nuevos allegados son encaminados al desarrollo de la Mediúmnidad, es preferible ayudarlos que dejarlos a expensas de Espíritus Impuros que aprovechándose del deseo más profundo de crecer espiritualmente intervengan para que esto no se logre.




Esta educación debe ser el detonador para el establecimiento de nuevos centros de reunión para nuevos allegados y esto cumple el propósito de la codificación y de la Ley de Progreso y Crecimiento espiritual a que todos tenemos derecho.









































Autenticidad de los libros Codificados por Allan Kardec según el Libro de Génesis, ¿Qué es una Opinión en el Espiritismo? y el propósito del Espiritismo con la Humanidad:





Ítem #10. Sólo los espíritus puros reciben la misión de transmitir la palabra de Dios, pues hoy sabemos que los espíritus están lejos de ser todo perfectos y que algunos intentan aparentar lo que no son, razón por la cual San Juan ha dicho: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” (Primera Epístola Universal de San Juan Apóstol 4:1).



De modo que nadie tiene la autoridad Espiritual ni Moral de realizar cambios a los libros codificados que no sean los dueños y autores originales; "Los Espíritus".




Veamos lo que dice la introducción del Libro de Génesis, comentado y firmado por Allan Kardec y lee como sigue: Introducción, De la primera edición, publicada en enero de 1868.


“A pesar de la intervención humana en la elaboración de esta





Doctrina, la iniciativa pertenece a los espíritus, pero no a uno en especial, ya que es el resultado de la enseñanza colectiva y concordante de muchos espíritus, puesto que si se basara en la doctrina de un espíritu no tendría otro valor que el de una "opinión personal". El carácter esencial de la Doctrina y su existencia misma se basan en la uniformidad y la concordancia de la enseñanza. Por tanto, todo principio no general no puede considerarse parte integrante de la Doctrina, sino una simple opinión aislada de la cual el Espiritismo no se responsabiliza.


Es esa concordancia colectiva de opiniones, sometidas a la prueba de la lógica, la que otorga fuerza a la Doctrina Espírita y asegura su vigencia. Para que cambiase, sería necesario que la totalidad de los espíritus mudasen de opinión, es decir, que llegase el día en que negasen lo dicho anteriormente. Ya que la Doctrina emana de la enseñanza de los espíritus, para que desapareciese sería necesario que los espíritus dejasen de existir. Y es por eso que esta Doctrina prevalecerá siempre sobre los demás sistemas personales, que no poseen, como ella, raíces por doquier. El Libro de los Espíritus ha consolidado su prestigio porque es la expresión de un pensamiento colectivo y general.”

Firmado por Allan Kardec.






El Libro de Génesis, escrito por Allan Kardec nos indica lo siguiente tambien:


Ítem #40. El Espiritísmo presenta, como ha sido demostrado (cap. I, n.º 30), todos los caracteres del Consolador prometido por Jesús. No es, en absoluto, una doctrina individual, una concepción humana; nadie puede decirse su creador (Pues sus creadores fueron los Espíritus). Es el fruto de la enseñanza colectiva de los espíritus presididos por el Espíritu de Verdad. No suprime nada del Evangelio: lo completa y aclara. Con la ayuda de las nuevas leyes que revela, en unión con las de la ciencia, hace comprender lo que era ininteligible y admitir la posibilidad de aquello que la incredulidad tenía inadmisible. Hubo precursores y profetas que presintieron su llegada. Por su poder moralizador, prepara el reino del bien sobre la Tierra.


La doctrina de Moisés, incompleta, terminó circunscrita al pueblo judío; la de Jesús, más completa, se extendió a toda la Tierra mediante el cristianismo, pero no convirtió a todos; el Espiritismo, más completo aún, con raíces en todas las creencias, convertirá a la Humanidad.1


1. Todas las doctrinas filosóficas y religiosas llevan el nombre de la individualidad fundadora, por lo que se dice: el Mosaísmo, el Cristianismo, el Mahometismo, el Budismo, el Cartesianismo, el Furierismo, el Sansimonismo, etc. La palabra Espiritismo, por el contrario, no involucra a ninguna persona en especial; pero sí define a una idea general que indica, al mismo tiempo, el carácter y la fuente múltiple de la Doctrina. [N. de A. Kardec.]






Claramente Allan Kardec y El Espíritu de verdad que dictó los Libros Codificados que el Espiritísmo, más completo aún, es con raíces en TODAS LAS CREENCIAS y la fuente múltiple de la doctrina, refiriéndose a que con Moisés la Doctrina fue incompleta y la de Jesús se extendió mediante el Cristianismo, pero no convirtió a todos, por lo tanto es hoy que el Espiritísmo ha de ser de todos, todas las doctrinas religiosas, "Mosaísmo, Cristianismo, Mahometismo, el Budismo, el Cartesianismo, el Furierismo, el Sansimonismo, y yo ando los Musulmanes, los Hinduistas, los Ateos, los Laicos, los de Joaquín Trincado, los Santeros, Umbanda, en fin a "TODOS", es más incluyo, hasta los extraterrestres, Todos adelantaran sus Espíritus mediante las enseñanzas del Espiritísmo.



En el libro de Obras Póstumas, Allan Kardec, luego de haber dedicado 13 años a la Codificación Espírita, y haber codificado y publicado los 5 Libros Básicos, dijo lo siguiente refiriéndose al Espiritismo:



EL ESPIRITÍSMO NO ES UNA RELIGIÓN Constituida…



El espiritismo es una doctrina filosófica que tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista y por esto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo, y que entre sus adeptos ninguno ha tomado ni recibido titulo de sacerdote o sumo sacerdote. Estas calificaciones son pura invención de la crítica.


Obras Póstumas – Allan Kardec







TODOS SOMOS MÉDIUMS





Libro de Los Mediums - Sobre los Médiums - X




Todos los hombres son médiums, todos tienen un Espíritu que los orienta hacia el bien, en caso de que sepan escucharlo. Ahora bien, poco importa que algunos se comuniquen directamente con él a través de una mediumnidad especial, y que otros sólo lo escuchen a través de la voz del corazón y de la inteligencia, pues no deja de ser su Espíritu familiar quien los aconseja. Llamadlo espíritu, razón o inteligencia: en todos los casos es una voz que responde a vuestra alma y os dicta buenas palabras. Sin embargo, no siempre las comprendéis. No todos saben proceder de acuerdo con los consejos de la razón, no de esa razón que se arrastra y repta más de lo que camina, que se pierde en la maraña de los intereses materiales y groseros, sino de esa razón que eleva al hombre por encima de sí mismo y lo transporta a regiones desconocidas. Esa razón es la llama sagrada que inspira al artista y al poeta, el pensamiento divino que eleva al filósofo, el impulso que arrebata a los individuos y a los pueblos. Razón que el vulgo no puede comprender, pero que eleva al hombre y lo aproxima a Dios más que ninguna otra criatura; entendimiento que sabe conducirlo de lo conocido a lo desconocido, y le hace realizar las cosas más sublimes. Escuchad, pues, esa voz interior, ese genio bueno que os habla sin cesar, y llegaréis progresivamente a oír a vuestro ángel de la guarda, que desde lo alto del cielo os tiende la mano. Repito: la voz íntima que habla al corazón es la de los Espíritus buenos, y desde ese punto de vista todos los hombres son médiums.




Channing






Libro de Los Mediums - Capt. XVII


Amigos míos, permitidme que os dé un consejo, dado que avanzáispor un terreno nuevo, y si seguís la ruta que os indicamos no osextraviaréis. Se os ha dicho una gran verdad, que deseamos recordaros: el espiritismo es sólo una moral, y no debe salirse de los límites de la filosofía, ni más ni menos, salvo que quiera caer en el dominio de la curiosidad.


Dejad de lado las cuestiones científicas, pues la misión de los Espíritus no es resolverlas, ahorrándoos el esfuerzo de las investigaciones.


"Tratad antes de mejoraros, pues de ese modo progresaréis realmente".


San Luis







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