Ver comentarios
Es muy importante conocer de los mismos Espíritus cómo ellos mismos se nos hacen visibles y tangibles. Espero que además de presentar éste tema, motive a leer El Libro de Los Mediums como un recurso importante en el tema de las comunicaciones con los Espíritus y las manifestaciones físicas.
Tambien se habla del tema de los Espíritus Glóbulos y la alucinaciones.
100. De todas las manifestaciones espiritistas, las más interesantes son, sin contradicción, aquellas por las cuales los Espíritus pueden hacerse visibles. Se verá por la explicación de éste fenómeno que, como los otros, nada tiene de sobrenatural. A continuación ponemos las respuestas que con este objeto han dado los Espíritus.
1. ¿Los Espíritus pueden hacerse visibles?
(1)Véase para más detalles sobre el estado del Espíritu durante el sueño. El libro de los Espíritus, cap. “Emancipación del alma”, núm. 409.
2. Los Espíritus que se manifiestan a la vista, ¿pertenecen más bien a una clase que otra?
3. ¿Es dado a todos los Espíritus el manifestarse visiblemente?
4. ¿Cuál es el fin de los Espíritus que se manifiestan visiblemente?
5. ¿Cómo puede darse este permiso cuando el fin es malo?
6. ¿Cuál puede ser el fin de los Espíritus que tienen mala intención haciéndose ver?
7. ¿Qué inconveniente habría en que la posibilidad de ver los Espíritus fuese permanente y general? ¿No sería esto un medio de quitar las dudas de los más incrédulos?
8. Sí la visión de los Espíritus tiene inconvenientes, ¿por qué se permite en ciertos casos?
9. ¿En los mundos más avanzados que el nuestro la visión de los Espíritus es más frecuente?
10. ¿Es racional asustarse por la aparición de un Espíritu?
11. Aquél a quién aparece un Espíritu, ¿podría tener una conversación con él?
12. ¿Los Espíritus que aparecen con alas, las tienen realmente o sólo son una apariencia simbólica?
13. Las personas que se ven en sueños, ¿son siempre aquellas cuyo aspecto tienen?
14. Los Espíritus burlones ¿no podrían tomar la apariencia de las personas que nos son queridas para inducirnos al error?- No toman apariencias fantásticas sino para divertirse a vuestra costa; pero hay cosas con las que no les es permitido divertirse.
15. Siendo el pensamiento una especie de evocación se comprende que provoque la presencia del Espíritu; pero, ¿cómo es que muchas veces las personas en las cuáles se piensa más, que se desea ardientemente volver a ver, nunca se presentan en sueño, mientras que se ven gentes indiferentes y en las cuáles no se piensa de ningún modo?
16. ¿Por qué ciertas visiones son más frecuentes en estado de enfermedad?
18. ¿Por qué las apariciones tienen más bien lugar por la noche? ¿No sería esto un efecto del silencio y de la obscuridad sobre la imaginación?
19. ¿La visión de los Espíritus se produce en estado normal o solamente en un estado extático?
21. ¿Cómo puede el Espíritu hacerse visible?
22. El Espíritu propiamente dicho ¿puede hacerse visible o bien no lo puede sino con la ayuda del periespíritu?
23. ¿Se podría decir que es por condensación del fluido del periespíritu que el Espíritu se hace visible?
24. Los Espíritus que aparecen ¿no pueden tocarse nunca y son siempre inaccesibles al tacto?
25. ¿Todos son aptos para ver los Espíritus?
Definición de Un Médium
26. ¿De qué proviene la facultad de ver los Espíritus durante la vigilia?27. ¿Se puede provocar la aparición de los Espíritus?
28. ¿Los Espíritus pueden hacerse visibles bajo otra apariencia que la forma humana?
29. ¿Qué pensaremos de la creencia que atribuye los fuegos fatuos a la presencia de almas o Espíritus?
El Libro de los Médiums... Nos habla de Manifestaciones físicas espontáneas.
Los llamados Aportes...
Segunda Parte – Capítulo V
P. 122 - 126
Fenómeno de aportes °17
§ 96. - Éste fenómeno no difiere de los que acabamos de mencionar, excepto por la intervención benévola del Espíritu que lo produce, por la naturaleza de los objetos de que éste se sirve, casi siempre atractivos, y por la manera suave e incluso delicada mediante la cuál son aportados.
°17 En francés: apports. En una de sus acepciones, el verbo aportar –de dónde deriva el sustantivo aporte– significa llevar, conducir, traer. Los investigadores franceses han utilizado éste término, adoptado también en otros idiomas, para referirse al fenómeno descrito por Allan Kardec y, más específicamente, al que consiste en la introducción de objetos en lugares cerrados. (N. del T.)
Consiste en el aporte espontáneo de objetos que no existen en el lugar donde están los observadores. Casi siempre se trata de flores, a veces
frutos, confituras, joyas, etc.
§97. - Digamos, para comenzar, que éste fenómeno es uno de los que más se prestan a la imitación y, por consiguiente, debemos estár prevenidos contra la superchería. Sabemos hasta dónde puede llegar el arte de la prestidigitación en lo relativo a experiencias de éste género. No obstante, aunque no tengamos que luchar con un profesional, podremos fácilmente ser engañados por una maniobra hábil e interesada. La mejor
de todas las garantías se encuentra, en primer lugar, en el carácter, en la honestidad notoria, en el absoluto desinterés de la persona que obtiene ésos efectos. En segundo lugar, en el
análisis atento de todas las circunstancias en que los hechos
se producen; y por último, en el conocimiento esclarecido del Espiritismo, el único que permitirá descubrir todo aquéllo que sea sospechoso.
§98. - La teoría del fenómeno de aportes, y de las Manifestaciones Físicas en general, se encuentra resumida de manera notable en la disertación siguiente, realizada por un Espíritu cuyas comunicaciones poseen un sello irrefutable de profundidad
y de lógica. Muchas de ellas aparecerán en el curso de ésta
obra. Se da a conocer con el nombre de Erasto, discípulo de san Pablo, y como Espíritu protector del médium que le sirvió de intérprete:
“Para la obtención de fenómenos de éste orden hace falta, necesariamente, que se disponga de médiums a los que llamaré sensitivos, es decir, dotados en el más alto grado de las facultades
mediúmnicas de expansión y de penetrabilidad, pues el sistema
nervioso de ésos Médiums, fácilmente excitable, les permite, por medio de ciertas vibraciones, proyectar alrededor suyo, con profusión, el fluido animalizado que les es propio.
”Las naturalezas impresionables, las personas cuyos nervios vibran ante el menor sentimiento, ante la más insignificante sensación, y a las que la influencia moral o física, interna o externa, sensibiliza, son sujetos muy aptos para convertirse en excelentes médiums para los efectos físicos de tangibilidad °18 y de aportes.
En efecto, el sistema nervioso de ésas personas, desprovisto casi totalmente de la envoltura refractaria que aísla ése sistema en la mayoría de los demás encarnados, las hace aptas para el desarrollo de éstos diversos fenómenos.
°18. - En francés: tangibilité. Estado propio de lo que es tangible. (N. del T.)
En consecuencia, con un sujeto de ésa naturaleza, y cuyas demás facultades no sean hostiles a la mediumnización, se obtendrán muy fácilmente los fenómenos de tangibilidad, los golpes en las paredes y en los muebles, los movimientos inteligentes, e incluso la suspensión en el espacio de la más pesada materia inerte. Con mayor razón se obtendrán ésos resultados sí, en vez de un Médium, pudiéramos contar con muchos otros, igualmente bien dotados.
”No obstante, de la producción de ésos fenómenos a la obtención del fenómeno de aportes hay una gran distancia, porque en éste caso no sólo el trabajo del Espíritu es más complejo, más difícil, sino que además el Espíritu solamente puede operar por medio de un único aparato Mediúmnico, es decir, que muchos Médiums no pueden colaborar
simultáneamente para la producción del mismo fenómeno.
Por el contrario, sucede incluso que la presencia de algunas personas antipáticas al Espíritu que opera obstaculiza radicalmente su acción. A éstos motivos que, como podéis ver,
no carecen de importancia, debéis agregar que los aportes han requerido siempre una mayor concentración y, al mismo tiempo, una mayor difusión de ciertos fluidos, que sólo pueden ser obtenidos con los Médiums mejor dotados, con aquellos, en suma, cuyo aparato electromediúmnico posea mejores condiciones.
”En general, los hechos de aportes son y continuarán siendo sumamente raros. No preciso demostraros por qué son y serán menos frecuentes que los otros hechos de tangibilidad: vosotros mismos lo deduciréis a partir de lo que os digo.
Además, ésos fenómenos son de tal naturaleza que, así como no todos los Médiums son aptos para producirlos, tampoco todos los Espíritus pueden lograrlos. En efecto, es preciso que entre el Espíritu y el Médium influido, exista cierta afinidad, cierta analogía, en una palabra, cierta semejanza que permita que la parte expansible del fluido periespirítico °19 del encarnado se mezcle, se una, se combine con el fluido del Espíritu que quiere hacer un aporte. Ésta fusión debe ser tal que la fuerza resultante de ella se convierta, sí así vale decirlo, en una, del mismo modo que una corriente eléctrica,
al actuar sobre el carbón, produce un sólo foco, una única claridad. Vosotros os preguntaréis: ¿para qué ésa unión, esa fusión?
°19 - Como se ve, cuándo se trata de expresar una idea nueva, para la cuál el lenguaje carece de términos, los Espíritus saben perfectamente crear neologismos. Las palabras electromediúmnico y periespirítico no son nuestras. Los que nos han criticado porque creamos los términos espírita, espiritismo, periespíritu, que no tenían términos análogos, podrán también hacer la misma crítica a los Espíritus. (N. de Allan Kardec.)
Sucede que, para producir ésos fenómenos, es necesario que las propiedades esenciales del Espíritu motor sean aumentadas con algunas de las propiedades del sujeto mediumnizado. El fluido vital, indispensable para la producción de todos los fenómenos Mediúmnicos, es un atributo exclusivo del encarnado y, por consiguiente, el Espíritu que opera se encuentra obligado a impregnarse de él. Sólo entonces puede, por medio de algunas propiedades de vuestro medio circundante, que vosotros no conocéis, aislar, volver invisibles y hacer que se muevan algunos objetos materiales, e incluso los propios encarnados.
”No se me permite, por el momento, revelaros las leyes particulares que rigen a los gases y a los fluidos que os circundan. Con todo, antes de que hayan transcurrido algunos años, antes de que una existencia humana se agote, la explicación de ésas leyes y de ésos fenómenos os será revelada, y veréis surgir y producirse una nueva variedad de Médiums, que caerán en un estado cataléptico particular cuándo sean mediumnizados.
Asimismo, vale señalar que muchos de los fenómenos que Allan Kardec nombra y define en éste libro, recibieron otras denominaciones por parte de los investigadores que lo sucedieron, quienes crearon su propia terminología.
En ésta versión hemos traducido fielmente los términos que el autor empleó en lengua francesa. (N. del T.)
”Ya ves de cuántas dificultades está rodeada la producción de aportes. Con toda lógica puedes concluir, tal como ya lo he dicho, que los fenómenos de ésa naturaleza son extremadamente raros, sobre todo porque los Espíritus se prestan muy poco a producirlos, pues éso requiere de parte de ellos un trabajo casi material, que les causa disgusto y fatiga. Por otro lado, y ésto es muy frecuente, sucede que el estado del Médium opone a los Espíritus una barrera infranqueable, a pesar de la energía y la voluntad que éstos tengan.
”Así pues, es evidente, y no me cabe duda de que vuestro razonamiento lo confirma, que los hechos tangibles, tales como golpes, movimientos y suspensiones de objetos, son
fenómenos simples, que se operan mediante la concentración y la dilatación de ciertos fluidos, y que pueden ser provocados y obtenidos mediante la voluntad y el trabajo de los Médiums aptos para ello, cuándo los secundan Espíritus amistosos y benévolos; en tanto que los hechos de aportes son múltiples, complejos, exigen el concurso de circunstancias especiales, sólo pueden ser realizados por un Único Espíritu junto con un Único Médium, y requieren, fuera de lo
necesario para la tangibilidad, una combinación muy particular para aislar y volver invisibles al objeto o a los objetos que serán aportados.
”Todos ustedes, Espíritas, comprendan mís explicaciones y entiendan perfectamente qué es ésa concentración de fluidos especiales que se requiere para lograr la locomoción y la tactilidad °20, de la materia inerte. Cree en ello, como crees en los fenómenos de la electricidad y el magnetismo, con los cuáles los hechos Mediúmnicos tienen gran analogía y son, por así decirlo, su consagración y desarrollo.
_____________________
°20. - En francés: tactilité. Facultad de sentir- mediante el tacto. (N. del T.)
En cuánto a los incrédulos y a los científicos –pues éstos son peores que aquéllos –, no me compete convencerlos, y no me ocupo de ellos. Un día se convencerán por la fuerza de la evidencia, pues es necesario que se inclinen ante el testimonio unánime de los hechos Espíritas, como ya se han inclinado ante tantos otros hechos que al principio habían rechazado.
”En resumen: los hechos de tangibilidad son frecuentes. En
cambio, los hechos de aportes son rarísimos, porque las condiciones que se requieren para la producción de éstos últimos son muy difíciles. Por consiguiente, ningún Médium puede decir que a tal hora o en tal momento obtendrá un aporte, pues muchas veces el Espíritu mismo se encuentra impedido de hacerlo. Debo añadir que ésos fenómenos son doblemente difíciles en público, porque ahí se encuentran, casi siempre, elementos enérgicamente refractarios, que
paralizan los esfuerzos del Espíritu y, con mayor razón, la acción del Médium. Por el contrario, sabed que ésos fenómenos se producen casi siempre en las reuniones particulares, de manera espontánea, la mayoría de las veces sin que los Médiums lo sepan, sin premeditación, y son muy raros cuándo éstos se hallan prevenidos. De ahí debéis concluir que existe un motivo legítimo de sospecha cada vez que un Médium se vanagloria de obtenerlos a voluntad, dicho de otro modo, de dar órdenes a los Espíritus cómo sí fuesen servidores, lo que es simplemente absurdo. Sostened incluso, como regla general, que los fenómenos Espíritas no se producen para constituir un espectáculo, ni para divertir a los curiosos. Sí algunos Espíritus se prestan a ésas cosas, sólo puede ser para la obtención de fenómenos simples, no para los que, como los de aportes y otros semejantes, exigen condiciones excepcionales.
”Recordad, Espíritas, que así cómo es absurdo rechazar sistemáticamente todos los fenómenos de ultratumba, tampoco es prudente aceptarlos ciegamente. Cuándo un fenómeno de tangibilidad, de aparición, de visibilidad o de aporte se manifiesta espontáneamente y de modo instantáneo, aceptadlo.
Con todo, nunca será demasiado repetiros que no aceptéis nada a ciegas. Someted cada hecho a un examen minucioso, profundo y severo, pues –creedlo– el Espiritismo, tan rico en fenómenos sublimes y grandiosos, no tiene nada para ganar con ésas insignificantes manifestaciones, que pueden ser imitadas por los prestidigitadores hábiles.
”Me diréis, por cierto, que ésos fenómenos son útiles para convencer a los incrédulos. Pero sabed que, sí no dispusierais de otros medios de convicción, hoy no contaríais ni con la centésima parte de los Espíritas que existen. Hablale al corazón, pues por ahí lograrás el mayor número de conversiones serias. En caso de que juzgues conveniente, para ciertas personas, el empleo de hechos materiales, al menos presentadlos en circunstancias tales que no puedan dar lugar a ninguna interpretación falsa y, sobre todo, no te apartes de las condiciones normales de ésos hechos, porque sí se los presenta en malas condiciones proporcionan argumentos a los incrédulos, en vez de convencerlos.”
ERASTO
_______________________
§ 99. - El fenómeno de aportes presenta una particularidad bastante singular: algunos Médiums sólo lo obtienen en estado sonambúlico, lo que se explica fácilmente. En el sonámbulo hay un desprendimiento natural, una especie de aislamiento
del Espíritu y del periespíritu, aislamiento que debe facilitar la combinación de los fluidos necesarios. Es el caso de los aportes de que hemos sido testigos. Las preguntas siguientes fueron dirigidas al Espíritu que los había producido, pero las
respuestas se resienten, a veces, por la deficiencia de sus conocimientos. Las hemos sometido al Espíritu Erasto, mucho más instruido desde el punto de vista teórico, quien las completó con observaciones muy acertadas. Uno es el artista, el
otro es el sabio. La comparación misma de esas dos inteli-
gencias constituye un estudio instructivo, porque demuestra
que no basta con ser Espíritu para comprenderlo todo.
1. ¿Podrías decirnos, por favor, por qué los aportes que tú haces
sólo se producen durante el sueño magnético del médium?
“Eso depende de la naturaleza del Médium. Los hechos que produzco cuando mi médium está dormido, podría producirlos también con otro Médium en estado de vigilia.”
2. ¿Por qué haces que se demore tanto el aporte de los objetos, y por qué excitas la codicia del médium, exacerbando su deseo de obtener el objeto prometido?
“Necesito ése tiempo para preparar los fluidos que sirven para el aporte. En cuanto a la excitación, casi siempre no es más que para divertir a las personas presentes y a la sonámbula.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– El Espíritu que respondió no sabe
más que éso. No comprende el motivo de esa codicia que él estimula instintivamente, sin darse cuenta de su efecto. Cree que divierte a las personas, mientras que en realidad provoca, sin sospecharlo, una mayor emisión de fluido. Es la consecuencia de la dificultad que el fenómeno presenta, dificultad siempre mayor cuando el fenómeno no es espontáneo, sobre todo con ciertos Médiums.
3. La producción del fenómeno,¿depende de la naturaleza especial del médium? ¿Podría ser producido, mediante otros médiums, con mayor facilidad y rapidez?
“La producción depende de la naturaleza del Médium, y sólo se obtiene con naturalezas adecuadas. En cuánto a la rapidez, nos es de gran ayuda el hábito de conectarnos a menudo con el mismo Médium.”
4. La influencia de las personas presentes, ¿contribuye en algo?
“Cuándo en ellas hay incredulidad, cuándo se oponen, pueden molestarnos mucho. Preferimos presentar nuestras pruebas a los creyentes y a las personas versadas en el Espiritismo. No obstante, no quiero decir con ésoque la mala
voluntad pueda paralizarnos por
completo.”
5. ¿Dónde has tomado las flores y los bombones que aportaste?
“Tomo las flores en los jardines, dónde las hay de mí agrado.”
6. ¿Y los bombones? ¿El confitero no habrá notado que le faltaban?
“Los tomo de dónde quiero. El confitero no ha notado nada, porque puse otros en su lugar.”
7. Pero los anillos son valiosos. ¿De dónde los sacaste? ¿No habrás causado perjuicio a aquél a quién se los quitaste?
“Los saqué de lugares que nadie conoce, para no causar un perjuicio a ninguna persona.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– Creo que el hecho fue explicado de
un modo insuficiente debido a la incapacidad del Espíritu que respondió. Sí, es probable que haya habido un perjuicio real, pero el Espíritu no quiso dar la impresión de que sustrajo algo. Un objeto sólo puede ser reemplazado por otro objeto idéntico, que sea de la misma forma y que tenga el mismo valor. Por consiguiente, sí un Espíritu tuviese la facultad de sustituir el objeto que tomó por otro igual, ya no habría razón para que se apoderara de aquél, puesto que podría utilizar el que le sirve de sustituto.
8. ¿Es posible aportar flores de otro planeta?
“No, éso no es posible para mí.”
– (A Erasto.) Otros Espíritus, ¿tendrían ése poder?
“No, éso es imposible, en virtud de la diferencia de medios circundantes.”
9. ¿Podrías aportar flores de otro hemisferio: de los trópicos, por ejemplo?
“Siempre que sea de la Tierra, puedo.”
10. En cuánto a los objetos que aportaste, ¿podrías hacer que
desaparezcan, y llevarlos de vuelta a su lugar?
“Así como los traje aquí, puedo llevarlos de vuelta, según mí
voluntad.”
11. ¿La producción del fenómeno de aportes, ¿no te causa algún esfuerzo, alguna dificultad?
“No nos causa ningún esfuerzo cuándo tenemos permiso para producirlos. Podría causarnos muchos inconvenientes en caso de que quisiéramos producir efectos sin haber sido autorizados.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– Él no quiere admitir su esfuerzo,
aunque éste sea real, ya que se ve forzado a ejecutar una operación,
por así decirlo, material.
12. ¿Cuáles son las dificultades que encuentras?
“Ninguna, excepto las malas disposiciones fluídicas que pueden ser contrarias a nosotros.”
13. ¿Cómo aportas el objeto? ¿Lo sostienes con las manos?
“No, lo envolvemos en nosotros mismo.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– El Espíritu no explica de modo claro
su operación, pues no envuelve el objeto con su propia personalidad.
Sin embargo, como su fluido personal es dilatable, penetrable y expansible, combina una parte de ése fluido con una parte del fluido animalizado del Médium y, en ésa combinación, oculta y transporta el objeto que eligió para el aporte. Así pues, no es exacto decir que envuelve el objeto en sí mismo.
14. ¿Aportarías con la misma facilidad un objeto de peso considerable, de cincuenta kilos, por ejemplo?
“El peso no es nada para nosotros. Aportamos flores porque éso puede resultar más agradable que un objeto pesado y voluminoso.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– Es exacto. Puede aportar objetos de cien o doscientos kilos, porque la gravedad que existe para vosotros
queda anulada para él. Pero en éste caso tampoco comprende lo que
sucede. La masa de los fluidos combinados es proporcional a la masa de los objetos. En una palabra, la fuerza debe ser proporcional a la
resistencia. De ahí se sigue que, cuándo el Espíritu sólo aporta una
flor o un objeto liviano, éso se debe casi siempre a que no encuentra en el Médium, o en sí mismo, los elementos necesarios para llevar a cabo un esfuerzo más considerable.
15. ¿Podemos atribuir a los Espíritus las desapariciones de algunos objetos, cuya causa se ignora?
“Éso sucede muy a menudo, más a menudo de lo que suponéis, y podría remediarse pidiéndole al Espíritu que devuelva el objeto desaparecido.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– Es verdad. Pero a veces lo que ha
sido sustraído no se recupera, pues ésos objetos que ya no encuentras en tú casa suelen ser llevados muy lejos. No obstante, como la sustracción de los objetos exige prácticamente las mismas condiciones fluídicas que se requieren para los aportes, sólo puede producirse con la ayuda de médiums dotados de facultades especiales. Por éso, cuándo alguna cosa desaparece, es más probable que se deba a un
descuido vuestro, antes que a la acción de los Espíritus.
16. ¿Es posible que algunos efectos considerados como fenómenos naturales se deban a la acción de determinados Espíritus?
“Vuestros días están llenos de ésos hechos, que no comprendes porque no piensas en ellos, pero que con un poco de reflexión percibiríais claramente.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– No atribuyáis a los Espíritus lo que es obra de la humanidad. Con todo, creed en su influencia oculta, constante, que genera alrededor de ustedes mil circunstancias, mil incidentes necesarios para el cumplimiento de sus actos, de tú existencia.
17. Entre los objetos aportados, ¿no habrá algunos que los propios Espíritus puedan fabricar, es decir, que sean producidos espontáneamente por las modificaciones que los Espíritus producen en el fluido o en el elemento universal?
“No por mí, pues no tengo permiso para éso. Sólo un Espíritu elevado es capaz de hacerlo.”
18. El otro día, ¿cómo introdujiste ésos objetos, ya que la habitación estaba cerrada?
“Los hice entrar conmigo, envueltos, por así decirlo, en mí sustancia. No puedo decir nada más, pues no es explicable.”
19. ¿Cómo hiciste para tornar visibles ésos objetos, que un momento antes eran invisibles?
“Quité la materia que los envolvía.”
OBSERVACIÓN DE ERASTO
– No es la materia propiamente dicha la que los envuelve, sino un fluido tomado, mitad del periespíritu del Médium, y mitad del Espíritu que opera.
20. (A Erasto.) ¿Es posible que un objeto sea aportado en un lugar completamente cerrado? En una palabra, ¿El Espíritu puede espiritualizar un objeto material, de modo que esté penetre la materia?
“Ésta cuestión es compleja. El Espíritu puede volver invisibles los objetos que aporta, pero no penetrables. No puede romper la agregación de la materia, porque implicaría la destrucción del objeto. Al volverlo invisible, el Espíritu puede aportarlo cuándo quiera, y desprenderlo sólo en el momento oportuno, para hacerlo aparecer. Las cosas suceden de otro modo con relación a los objetos que nosotros componemos. Como sólo
introducimos en ellos los elementos de la materia, y dado que ésos elementos son esencialmente penetrables, y que nosotros mismos penetramos y atravesamos los cuerpos más condensados con la misma facilidad con que los rayos solares atraviesan los vidrios, podemos perfectamente decir que hemos introducido el objeto en un lugar, por más cerrado que esté.
Pero éso sólo sucede en éste caso.”
NOTA – Respecto a la teoría de la formación espontánea de los objetos, véase más adelante el capítulo titulado: “Laboratorio del mundo invisible”. (Libro de los Médiums, Ítem § 126).
101. Las manifestaciones aparentes más ordinarias tienen lugar cuando se duerme, por los sueños; estas son las visiones. No puede entrar en nuestro cuadro el examen de todas las particularidades que pueden presentar los sueños; nosotros las resumimos diciendo que pueden ser una visión actual de cosas presentes o ausentes; una visión retrospectiva del pasado, y en algunos casos excepcionales un presentimiento del porvenir. Muchas veces son también cuadros alegóricos que los Espíritus hacen pasar por nuestra vista para darnos advertencias útiles y consejos saludables, si son buenos Espíritus; o para inducirnos en error y lisonjear nuestras pasiones si son Espíritus imperfectos.
La siguiente teoría se aplica a los sueños, como a los otros casos de apariciones. (Véase El libro de los Espíritus, núms. 400 y siguientes). Creeríamos hacer injuria al buen sentido de nuestros lectores procurando refutar lo que hay de absurdo y ridículo en lo que vulgarmente se llama la interpretación de los sueños.
102. Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, y cuando uno goza de plena y entera libertad de sus facultades. Generalmente se presentan bajo una forma vaporosa y diáfana, algunas veces vaga e indecisa; a menudo es en el primer momento una luz blanquecina cuyos contornos se dibujan poco a poco. Otras veces las formas son acentuadas con claridad y se distinguen las menores trazos del rostro, al punto de poder hacer de ellas una descripción muy precisa. Los ademanes y el aspecto son parecidos a los del Espíritu cuando vivía. Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo. De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo, por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca, aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente. Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras. En cuánto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia. Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarse como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc. Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena; los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos éstos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.
103. Hemos dicho que la aparición tiene algo de vaporoso; en ciertos casos se podría compararla a la imagen reflejada en un espejo sin alinde, y que a pesar de su limpieza no impide ver al través los objetos que están por detrás. Así, es generalmente, como los distinguen los médiums videntes; los ven ir y venir, entrar y salir de una habitación, circular entre los grupos de los vivos, teniendo el aire, al menos por lo que respecta a los Espíritus vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla, consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de las miríadas del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).
104. El Espíritu que quiere o puede aparecer, reviste algunas veces una forma más clara todavía, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y hacer creer que se tiene delante de sí un ser corporal. En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias.la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de un cuerpo vivo, lo que no impide el desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuándo se puede cogerla, palparla, y más aún cuándo ella misma os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han verificado en éstos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos (1) y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. Por los demás, como lo hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos, todo lo maravilloso desaparece cuándo se conoce la manera como se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de (1) Entre otros el Sr. Home. las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.
105. Por su naturaleza y en su estado normal el periespíritu es invisible, así como hay una porción de fluidos que sabemos que existen y que, sin embargo, no hemos visto jamás; pero pueden también, lo mismo que ciertos fluidos, sufrir modificaciones que le hagan perceptible a la vista, ya sea por una especie de condensación, ya por un cambio en la disposición molecular; entonces nos aparece bajo una forma vaporosa. La condensación (no es necesario tomar esta palabra a letra; sólo la empleamos a falta de otra y a título de comparación), la condensación, decimos, puede ser tal que el periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; pero puede instantáneamente volver a tomar su estado etéreo e invisible. Podemos darnos cuenta de este efecto por el del vapor, que puede pasar de la invisibilidad al estado nebuloso, luego líquido, luego sólido y viceversa. Éstos diferentes estados del periespíritu son el resultado de la voluntad del Espíritu y no de una causa física exterior como en nuestros gases. Cuándo nos aparece, es porque pone su periespíritu en el estado necesario para hacerle visible; para ésto su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero ésta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; por fin es menester que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o sólo se le permite en ciertas circunstancias, por motivos que no podemos apreciar.
106. Otra propiedad del periespíritu y que tiende a su naturaleza etérea, es la penetrabilidad. Ninguna materia le hace obstáculo; las atraviesa todas, como la luz atraviesa los cuerpos transparentes. Y por esto nada hay, por cerrado que esté, que pueda oponerse a la entrada de los Espíritus; estos van a visitar al prisionero en su calabozo tan fácilmente como al hombre que está en medio de los campos.
107. Las apariciones en estado de vigilia no son ni raras ni nuevas; las ha habido en todos tiempos; la historia refiere gran número de ellas; pero sin ir tan lejos, en nuestros días son muy frecuentes, y muchas personas las han tenido y en un principio las han tomado, por lo que se ha convenido en llamar alucinaciones. Son frecuentes sobre todo en los casos de muerte de personas ausentes, que vienen a visitar a sus parientes o amigos. Muchas veces no tienen objeto bien determinado, pero se puede decir que en general los Espíritus que aparecen de este modo son atraídos por la simpatía. Detengámonos a interrogar nuestros recuerdos, y veremos que hay pocas personas que no tengan conocimiento de algunos hechos de este género cuya autenticidad no podría ponerse en duda.
Veamos lo que nos tiene que decir el Libro de Los Mediums sobre estos sistemas de esferas o Glóbulos que no son Espíritus.
108. Añadiremos a las condiciones precedentes el examen de algunos efectos de óptica que han dado lugar al singular sistema de los Espíritus glóbulos. El aire no tiene siempre una limpieza absoluta y hay circunstancias en que las corrientes de las moléculas aeriformes y su agitación producida por el calor se hacen perfectamente visibles. Algunas personas han tomado esto por masas de Espíritus agitándose en el espacio; basta indicar esta opinión para refutarla. Pero he aquí otro género de ilusión no menos extravagante contra la cual conviene estar prevenido. El humor acuoso del ojo ofrece puntos apenas perceptibles que han perdido su transparencia. Estos puntos son como cuerpos opacos suspendidos en el líquido cuyos movimientos siguen. Estos producen en el aire ambiente y a distancia, por efecto del aumento y de la refracción, la apariencia de pequeños discos, variando de uno a diez milímetros de diámetro, y parecen mecerse en la atmósfera. Hemos visto personas que tomaban estos discos por Espíritus que les seguían y les acompañaban por todas partes, y en su entusiasmo tomar por figuras los matices de la irisación, lo que es casi tan racional como ver una figura en la luna. Una simple observación suministrada por estas mismas personas les conducirá sobre el terreno de la realidad. Estos discos o medallones, dicen ellos, no sólo le acompañan, sino que siguen todos sus movimientos; van a derecha e izquierda, suben, bajan o se detienen según el movimiento de cabeza. Eso no debe causar admiración, puesto que si el sitio de la apariencia está en el globo del ojo, debe seguir sus movimientos. Si fueran Espíritus sería preciso convenir que estarían demasiado sujetos a un papel muy mecánico para seres inteligentes y libres, tarea harto fastidiosa, aun para Espíritus inferiores, con más fuerte razón incompatible con la idea que nos formamos de los Espíritus superiores. Es verdad que algunos toman por Espíritus malos puntos negros o moscas amauróticas. Estos discos, lo mismo que las manchas negras, tienen un movimiento ondulatorio que no se aparta jamás de la amplitud de un cierto ángulo, y lo que contribuye a la ilusión es que no siguen bruscamente los movimientos de la línea visual. La razón de esto es muy sencilla. Los puntos opacos del humor acuoso, causa primera del fenómeno, hemos dicho que están como suspendidos y tienen siempre una tendencia a descender; cuando suben están incitados por el movimiento del ojo de abajo arriba; pero llegados a cierta altura, si se fija el ojo, los discos, después de detenerse descienden por sí mismos. Su movilidad es extrema, porque basta un movimiento imperceptible del ojo para hacerles cambiar de dirección y hacerles recorrer rápidamente toda la amplitud del arco en el espacio en que se produce la imagen. Hasta tanto que no se pruebe que una imagen posee un movimiento propio, espontáneo e inteligente, no puede considerarse sino como un simple fenómeno óptico o fisiológico. Lo mismo puede decirse con respecto de las lucecitas que se producen algunas veces en gavillas o manojos más o menos compactos por la contracción de los músculos del ojo y que son probablemente debidas a la electricidad fosforescente del iris, puesto que están generalmente circunscriptas a la circunferencias del disco de este órgano. Semejantes ilusiones no pueden ser otra cosa que el resultado de una observación incompleta. Cualquiera que haya estudiado seriamente la naturaleza de los Espíritus por todos los medios que da la ciencia práctica, comprenderá todo lo pueril de estas ilusiones. Tanto como combatimos las teorías atrevidas, por las cuales se atacan las manifestaciones, cuando estas teorías están basadas sobre la ignorancia de los hechos, otro tanto debemos procurar destruir las ideas falsas que prueban más entusiasmo que reflexión, y que por esto mismo hacen más mal que bien entre los incrédulos, ya tan dispuestos a buscar la parte ridícula.
Explicación de wikipedia
La aparición de orbes se debe al efecto de backscatter o retrodispersión de los flashes utilizados en cámaras fotográficas, en especial cámaras compactas, que lo tienen demasiado cerca del objetivo. No son más que partículas en suspensión desenfocadas, y su forma es circular debido a la difracción y la forma del objetivo; el fenómeno se produce más fácilmente con las cámaras compactas digitales, que tienen el flash más cerca del ojo de la cámara (más en el eje), mientras que en cámaras SLR los orbes aparecen con mayor dificultad. Ningún tipo de cámara (digital o no) es totalmente inmune a este fenómeno.Un gran número de fotos de "orbes" comparten algunas características comunes:
- Son tomadas con cámaras digitales compactas
- Se disparan en ambiente oscuro
- Se emplea flash
- Se obtienen en entornos con polvo, polen, insectos, nieve, o gotas finas o partículas líquidas en suspensión invisibles para el ojo humano.
Reconstrucción de dos condiciones posibles para la aparición de un orbe bajo el agua: (A) muy posible o (B) menos posible, dependiendo del aspecto de las partículas y el ángulo de posición del flash frente al lente (elementos no a escala).
Los orbs aparecen también en vídeo como imágenes esféricas luminosas que a veces dejan un trazo o rastro luminoso tras de si. Desde posturas pseudocientíficas se interpretan como plasmaciones de auras, ángeles, espíritus o energías.[1]
Ejemplos
Ejemplos de orbs reflejando partículas sólidas y líquidas:- Esferas de la lluvia con coma y aberración cromática
109. Como se ve, el periespíritu es el principio de todas las manifestaciones; su conocimiento ha dado la llave de una porción de fenómenos, ha hecho dar un paso inmenso a la ciencia espiritista, y que ésta entrase en una vía nueva, quitándole todo carácter maravilloso. Por conducto de los mismos Espíritus hemos encontrado la explicación de la acción del Espíritu sobre la materia, del movimiento de los cuerpos inertes, de los ruidos y de las apariciones, pues es preciso tener muy presente que ellos mismos son los que nos han puesto en el camino para todas estas investigaciones. Encontramos en el periespíritu la explicación de muchos otros fenómenos que nos quedan por examinar antes de pasar al estudio de las comunicaciones propiamente dichas. Se les comprenderá mejor cuanto más cuenta nos demos de las causas primeras. Si se comprende bien este principio, lo aplicaremos con facilidad a los diversos hechos que podrán presentarse al observador.
110. Estamos lejos de dar la teoría que presentamos como absoluta y como si fuese la última palabra; será, sin duda, completada o rectificada más tarde por nuevos estudios, pero por incompleta o imperfecta que sea aún hoy día puede siempre ayudar a darse cuenta de la posibilidad de los hechos por causas que nada tienen de sobrenatural; sí esto es una hipótesis, sin embargo, no se le puede negar el mérito de la racionalidad y de la probabilidad, y vale más que todas las explicaciones que dan los que niegan, para probar que todo es ilusión, fantasmagoría y subterfugio en los fenómenos espiritistas.
111. Los que no admiten el mundo incorporal e invisible, creen explicarlo todo con la palabra alucinación. La definición de esta palabra es conocida; esto es: un error, una ilusión de una persona que cree tener percepciones que no tiene realmente (del latín “hallucinari”; errar, formado de “ad lucem”); pero los sabios no han dado todavía la razón fisiológica, que nosotros sepamos. La óptica y la fisiología parece que no tienen ya secretos para ellos. ¿Cómo es que no han explicado aún la naturaleza y el origen de las imágenes que se presentan al Espíritu en ciertas circunstancias?
Quieren explicarlo todo por las leyes de la materia, conforme; que den, pues, por estas leyes una teoría de la alucinación; buena o mala, siempre sería una explicación.
112. La causa de los sueños no se ha explicado jamás por la ciencia; los atribuye a un efecto de la imaginación, pero no nos dice lo que es la imaginación ni cómo produce estas imágenes tan claras y tan limpias que nos aparecen algunas veces; esto es explicar una cosa que no conoce por otra que tampoco es conocida; la cuestión queda, pues, pendiente. Se dice que es un recuerdo de las preocupaciones de la víspera; pero aun cuando se admita esta solución, que no lo es, quedaría todavía por saber cual es este espejo mágico que conserva de este modo la impresión de las cosas. ¿Cómo se explican, sobre todo, estas visiones de cosas reales, que no se han visto jamás en estado de vigilia, y en las que nunca se ha pensado?
Sólo el Espiritismo podía darnos la llave de ese raro fenómeno, que pasa desapercibido a causa de su misma vulgaridad, como todas las maravillas de la naturaleza que pisoteamos. Los sabios han desdeñado ocuparse de la alucinación; que sea real o no, no deja de ser un fenómeno que la fisiología debe poder explicar, bajo pena de confesar su insuficiencia. Si algún día un sabio se empeña en dar, no una definición, entendámonos bien, sino una explicación fisiológica de ella, veremos si su teoría resuelve todos los casos; que no omita sobre todo los hechos tan comunes de apariciones de personas en el momento de su muerte; que diga de dónde viene la coincidencia de la aparición con la muerte de la persona. Si esto fuese un hecho aislado, se podría atribuir a la casualidad; pero como es muy frecuente, la casualidad no tiene estas reincidencias. Además, si aquel que ve la aparición tenía la imaginación afectada por la idea que la persona debía morir, podría pasar; pero la que aparece es lo más a menudo aquello en que menos se piensa: luego la imaginación no toma parte en esto para nada. Por la imaginación pueden explicarse menos aún las circunstancias de la muerte de la cual no se tiene ninguna idea. Los alucinacionistas dirán, acaso, que el alma (si es que la admiten), tiene momentos de sobre excitación en que sus facultades están exaltadas. Estamos acordes; pero cuando lo que ve es real, no es una ilusión. Si en su exaltación el alma ve una cosa que no está presente, es, pues, que se transporta; pero si nuestra alma puede transportarse hacia una persona ausente ¿por qué el alma de esa persona no puede transportarse hacia nosotros? Que en su teoría de la alucinación tomen en cuenta estos hechos y no olviden que una teoría a la cual se pueden oponer hechos contrarios, es
necesariamente falsa e incompleta. Esperando su explicación, vamos a ensayar emitir algunas ideas con este objeto.
113. Los hechos prueban que hay verdaderas apariciones de las cuales la teoría espiritista da buena cuenta, y que sólo pueden negar los que no admiten nada fuera del organismo; ¿pero al lado de las visiones reales hay alucinaciones en el sentido aplicado a esta palabra? Esto no es dudoso. ¿Cuál es su origen? Los Espíritus nos podrán en el camino, porque la explicación nos parece del todo completa en las respuestas hechas a las preguntas siguientes:
-¿Las visiones son siempre reales y no son alguna veces el efecto de la alucinación? ¿Cuándo se ve, en sueños o de otro modo, al diablo, por ejemplo, u otras cosas fantásticas que no existen, no es esto un producto de la imaginación?
Sí, algunas veces, cuando se está afectado por ciertas lecturas, o por historias de diabluras que impresionan, se recuerda, y se cree ver lo que no existe. Pero hemos dicho también que el Espíritu, bajo su envoltura semi material, puede tomar toda clase de formas para manifestarse. Un Espíritu burlón puede, pues, aparecer con cuernos y garras si le place, a fin de divertirse con la credulidad, como un buen Espíritu puede mostrarse con alas y una figura radiante.
– ¿Se pueden considerar como apariciones las figuras y otras imágenes que se presentan muchas veces cuando uno está medio dormido, o simplemente cuando se nos cierran los ojos? Desde que los sentidos se embotan, el Espíritu se desprende y puede ver de lejos o de cerca lo que no podría ver con los ojos.
Estas imágenes son muchas veces visiones, pero pueden ser también un efecto de las impresiones que la vista de ciertos objetos ha dejado en el cerebro, cuyas señales conserva como conserva la de los sonidos. El espíritu desprendido ve entonces en su propio cerebro estas señales qué se han fijado en él como sobre una plancha de daguerrotipo. Su variedad y su mezcla forman conjuntos extravagantes y fugitivos que se borran casi repentinamente a pesar de los esfuerzos que se hacen para retenerlos. Es preciso atribuir a una causa semejante ciertas apariciones fantásticas que no tienen nada de real, y que se producen muchas veces en estado de enfermedad. Es un hecho constante que la memoria es el resultado de las impresiones conservadas por el cerebro; ¿por qué singular fenómeno estas impresiones tan variadas y tan múltiples no se confunden? Este es un misterio impenetrable, pero que no es más extraño que el de las ondulaciones sonoras que se cruzan en el aire y no quedan menos claras. En un cerebro sano y bien organizado estas impresiones son claras y precisas; en un estado menos favorable se borran y confunden; de ahí la pérdida de memoria o la confusión de ideas. Esto parece, además, menos extraordinario, si se admite como en frenología un destino especial a cada parte, y aun a cada fibra del cerebro. Llegadas las imágenes al cerebro por los ojos, dejan en él una impresión que hace que se recuerde un cuadro como si se tuviese delante, pero esto es sólo cuestión de memoria, porque no se le ve; pues en cierto estado de emancipación, el alma ve en el cerebro y encuentra en él estas imágenes, aquellas sobre todo que le han afectado más, según la naturaleza de las preocupaciones o las disposiciones del Espíritu; así es como encuentra en él la impresión de las escenas religiosas, diabólicas, dramáticas, mundanas, figuras de animales raros, que ha visto en pintura en otra época o aun en cuentos, porque los cuentos dejan también impresiones.
De este modo el alma ve realmente pero sólo ve una imagen daguerrotipada en el cerebro. En el estado normal estas imágenes son fugitivas y efímeras, porque todas las partes cerebrales funcionan libremente, pero en el estado de enfermedad, el cerebro está siempre más o menos debilitado, el equilibrio no existe entre todos los órganos; algunos solamente conservan su actividad, mientras que otros están de algún modo paralizados; de ahí la permanencia de ciertas imágenes que no están ya borradas como en el estado normal por las preocupaciones de la vida exterior. Esa es la verdadera alucinación y la causa primera de las ideas fijas.
Como se ve, hemos dado cuenta de esta anomalía por una ley enteramente fisiológica bien conocida, la de las impresiones cerebrales, pero nos ha sido siempre preciso hacer intervenir el alma; pues si los materialistas no han podido dar todavía una solución satisfactoria de este fenómeno, consiste en que no quieren admitir el alma. También dirán que nuestra explicación es mala, porque ponemos por principio lo que se ha cuestionado. ¿Por quién? Por ellos, pero admitido por la inmensa mayoría desde que hay hombres sobre la tierra, y la negación de algunos no puede hacer ley. ¿Nuestra explicación es buena? La damos por lo que pueda valer a falta de otra, y si se quiere a título de simple hipótesis, esperándola mejor. Tal como es, ¿da razón de todos los casos de visión? Ciertamente que no, y desafiamos a todos los fisiologistas a que den una sola a su punto de vista exclusivo que los resuelva todos; porque cuando han pronunciado sus palabras sacramentales de sobre excitación y de exaltación no han dicho nada; luego si todas las teorías de la alucinación son insuficientes para explicar todos los hechos, es que hay otra cosa más que la alucinación propiamente dicha. Nuestra teoría sería falsa si la aplicábamos a todos los casos de visión, porque habría algunos de estos que vendrían a contradecirla; puede ser justa si se concreta a ciertos hechos.
- El Evangelio Según El Espiritismo, Allan Kardec
- El Libro de Los Espíritus, Allan Kardec
- Obras Póstumas, Allan Kardec
- Génesis – Allan Kardec
- El Cielo Y el Infierno – Allan Kardec
- El Libro de Los Médiums – Allan Kardec
hace aproximadamente 3 años 2013 o 2012 estaba yo en un hotel al que siempre voy en verano es una casa antigua que esta enfrente de varios edificios también antiguos en el cual uno de ellos fue demolido y en su lugar entre tanto escombro y tierra crecieron arboles y pasto,en fin la cuestión que era mediodía en verano mucho sol, estaba peinando cerca de la ventana de la habitación de ese hotel en cuestión de segundos vi dos esferas verdes brillantes ( en par) que cruzaron por detrás de mi dirigiéndose hacia la puerta de la habitación hacia el recibidor del hotel o casa hotel me quede pasmada, sorprendida y no lo puedo olvidar realmente, eran del tamaño de pelotas de golf y no soy una persona que sufre de alucinaciones. patricia
ResponderEliminarAños atras, estaba en la habitacion con mis papas leyendo el diario en su cama, yo estaba recostada por sus pies y atras de su cabeza habia un armario y del lado derecho una ventana a la calle. Cuando de repente, vi una pelota que parecia de baseball entro por la ventana y golpeo el armario a la altura de la cabeza de mi papa y luego cayo al piso golpeando antes la cama..mi papa tambien la vio cuando volo sobre su cabeza y mi mama escucho el golpe..enseguida me tire al piso a buscar la pelota y no habia nada..Mi papa y yo le dijimos a mi mama lo que vimos y ella nos hizo caer en cuenta que la ventana estaba cerrada y sobre ella maya metalica. Es decir nada pudo haber entrabado por ahi. Nos asustamos sin saber que habia sido. Me podrian ayudar y decir si eso era un orbe u otra cosa fuera de este mundo?..gracias
ResponderEliminar