La Religiosidad de Fe Ciega... es un Ostracismo Religioso, del que todo individuo que busca su Adelanto Moral, Intelectual e Individual del Espíritu debe desprenderse...
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El Espiritismo Verdadero nunca ha sido ni pretendió ser una Religión de nadie.
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Espiritismo Verdadero...
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Definición de Fe Ciega...
De la libertad de conciencia se desprende el derecho de libre examen en materia de fe. El Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y Consolador al Mundo, combate el principio de la fe ciega, pues ésta exige del hombre la abdicación de su propio juicio, y dice que toda fe impuesta carece de raíz. Por ésto inscribe ésta en el número de sus máximas: "Sólo es inquebrantable la fe, que en todas las edades de la humanidad, puede mirar cara a cara a la razón" (Comentario, atribuido a Allan Kardec).
LA FÉ RAZONADA y Fe Ciega, no significan lo mismo en el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo !!!
Definición de fe Ciega, que no puede ser igual a la Fe Razonada segun los Espíritus, ésto es... EDUCACIÓN ESPÍRITA, es CAVIAR...
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La Fe Ciega es abdicar, renunciar a la lógica, la razón y peor aún renunciar al Libre Albedrío..."
Es cierto, la Fe puede mover montañas, pero prefiero la Fe que CONMUEVE CORAZONES 💕 endurecidos sostenidos por Dogmas de fe ciega, que se tienen que creer con fe ciega. Ésos corazones ENDURECIDOS, los ayudamos a despertar de la fe ciega, tóxica."
Frank Montanez, SEPC, Soy Espírita por Convicción... 12/28/21...
La fe síncera y verdadera es siempre serena; dá la paciencia que sabe esperar, porque teniendo su punto de apoyo en la inteligencia y en la comprensión de las cosas, está cierta de llegar al fin; la fe dudosa, siente su propia debilidad: Cuándo está estimulada por el interés, se vuelve furibunda, y cree suplir la fuerza por la violencia. La calma en la lucha, es siempre una señal de fuerza y de confianza; la violencia, por el contrario, es una prueba de debilidad y de duda de sí mismo. (Evangelio según el Espiritismo, capítulo XIX, item #3).
https://soyespirita.blogspot.com/2020/05/definicion-de-fe-ciega-soy-espirita.html
Definición de Fe Razonada y Fe Ciega, según el Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo. El mundo regenerado, prevalecerá la Fe Razonada, sobre la Fe Ciega... Soy Espírita. (Mensaje Caviar de los Espíritus, Éste contenido tiene el Sello PEDV que es el Permiso y Protección del Espíritu De Verdad ✅🛑 porque es conforme a las enseñanzas y creencias del Espiritismo Verdadero Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo... Recuerda que no tienes que estár de acuerdo a mís argumentos, pero tengo derecho a expresarlos y tú aceptarlos o no... Los Espiritistas Verdaderos, cómo yo, amamos y practicamos todo el mensaje de Jesús el nacido en Nazareth...
))))))) Definición de fe Ciega ((((((((
De la libertad de conciencia se desprende el derecho de libre examen en materia de fe. El Espiritismo combate el principio de la fe ciega, pues ésta exige del hombre la abdicación de su propio juicio, y dice que toda fe impuesta carece de raíz. Por ésto inscribe ésta en el número de sus máximas: "Solo es inquebrantable la fe, que en todas las edades de la humanidad, puede mirar cara a cara a la razón".
Consecuente con sus principios, el Espiritismo no se impone a nadie, sino que quiere ser libremente y por convicción aceptado. Expone sus doctrinas y recibe a los que voluntariamente se unen a él.
No procura separar a nadie de sus convicciones religiosas; no se dirige a los que tienen una fe que les basta, sino a los que, no estando satisfechos de lo que se les ha dado, buscan algo mejor.
(l) En la actualidad la causa Espírita cuenta con miles de partidarios en todas las partes del mundo. (N. de la E.).
(((((( CAVIAR, CAVIAR, CAVIAR,))))))
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Allan Kardec advirtió que cualquier cambio deseado y que surgiera de un sólo Espíritu, es decir, una "Opinión Personal" o de cualquier comunicación de los Espíritus, surgida de una sesión Mediúmnica, debería cumplir con unos requisitos, para ser considerado como cambios en la doctrina. TODO, lo que no cumpliera con ésos requisitos se considerarían como “Simples Opiniones”.
Según expresado en el Libro de Génesis, Espiritista, codificado, escrito y publicado por Allan Kardec, el 6 de enero del año 1868, precisamente en la introducción del Libro. Veamos lo que dice la introducción del Libro de Génesis, comentado y firmado por Allan Kardec y lee como sigue:
Libro de Génesis - Introducción, De la primera edición, publicada en enero de 1868.
“A pesar de la intervención humana en la elaboración de esta Doctrina, la iniciativa pertenece a los espíritus, pero no a uno en especial, ya que es el resultado de la enseñanza colectiva y concordante de muchos espíritus, puesto que si se basara en la doctrina de un espíritu no tendría otro valor que el de una opinión personal. El carácter esencial de la Doctrina y su existencia misma se basan en la uniformidad y la concordancia de la enseñanza. Por tanto, todo principio no general no puede considerarse parte integrante de la Doctrina, sino una simple opinión aislada de la cuál el Espiritismo no se responsabiliza y es ésa concordancia colectiva de opiniones, sometidas a la prueba de la lógica, la que otorga fuerza a la Doctrina Espírita y asegura su vigencia. Para que cambiase, sería necesario que la totalidad de los espíritus mudasen de opinión, es decir, que llegase el día en que negasen lo dicho anteriormente.
Ya que la Doctrina emana de la enseñanza de los espíritus, para que desapareciese sería necesario que los espíritus dejasen de existir. Y es por eso que esta Doctrina prevalecerá siempre sobre los demás sistemas personales, que no poseen, como ella, raíces por doquier. El Libro de los Espíritus ha consolidado su prestigio porque es la expresión de un pensamiento colectivo y general.”
Nota de Frank Montanez, Allan Kardec nunca firmó sus notas, peroFrank Montanez que éstas son notas adjudicadas a Allan Kardec.
Sí eres Espírita y por supuesto creéis en lo dicho por los Espíritus de los Libros Codificados, debes creer las palabras de Allan Kardec. Esto se resume en lo siguiente: De existir o surgir un mensaje Mediúmnico, Psicográfico o la comunicación de un Espíritu Mentor de cualquier expositor de la Filosofía Espírita, luego del 1868 cuando se publicó el Libro de Génesis, e incluye cualquier época en el futuro, deberá ser considerada como“Opiniones”, según Allan Kardec, a menos que no sea una comunicación avalada por todos los Espíritus que fueron los responsables de dictar la Codificación Espírita.
Nada más coherente que ésta regla espiritual, ya que evita que el Mensaje del Espiritismo sea adulterado, cambiado o tergiversado en el presente y en el futuro. Sí usted está de acuerdo o no, eso también es una “Opinión” que hay que respetar.
Autenticidad de los libros Codificados por Allan Kardec según el Libro de Génesis, capítulo 1, ítem#10 :
# 10. Sólo los espíritus puros reciben la misión de transmitir la palabra de Dios, pues hoy sabemos que los espíritus están lejos de ser todo perfectos y que algunos intentan aparentar lo que no son, razón por la cual San Juan ha dicho: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” (Primera Epístola Universal de San Juan Apóstol 4:1).
De modo que nadie tiene la autoridad Espiritual ni Moral de realizar cambios a los libros codificados que no sean los dueños y autores originales; "Los Espíritus".
Dios no se puede equivocar en su mensaje, permitiendo que cualquier persona o cualquier espíritu encarnado o desencarnado pueda por sí mismo atribuirse tener la autoridad para realizar cambios, por la sola justificación de que Allan Kardec dejó la puerta abierta a la evolución del Espiritismo.
Allan Kardec dejó bien clara su posición y lo vemos precisamente en el extracto que acabo de compartir del Libro de Génesis, escrito por Allan Kardec.
Sugiero busques en Google la "Definición de Fe Razonada, Soy Espírita"...
Definición de Fe Razonada, Soy Espírita - Buscar con Google
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La fé ciega no es de éste siglo; pues precisamente el dogma de la fé ciega es el que hace hoy el mayor número de incrédulos, porque quiere imponerse y exige la abdicación de una de las más preciosas prerogativas del hombre: el razonamiento y el libre albedrío.
La fe divina y la fe humana.
LA FE TRASPORTA LAS MONTAÑAS. 291
Fe Ciega, es abdicar o negarse a su Libre Albedrío ... El Espiritismo no es una Religión de Fe Ciega... Y todo aquél que su fe es Ciega, y no Razonada, pierde sus luchas contra la maldad, las intenciones y las maquinaciones de los Malos y Orgullosos, de Espíritus Inferiores Encarnados y Desencarnados. Pero la buena NOTICIA 📰 es que puedes perder una lucha 🤼♂️, pero no todo está perdido, que tú FE sea Razonada, y vencerás todas tús Pruebas.
El espiritismo es una doctrina filosófica que tiene consecuencias religiosas como toda filosofía espiritualista y por ésto mismo toca forzosamente las bases fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura; pero no es una religión constituida, dado que no tiene culto, rito ni templo, y que entre sus adeptos ninguno ha tomado ni recibido títulos de sacerdote o sumo sacerdote. Éstas calificaciones son pura invención de la crítica.
Se es espiritista por el sólo hecho de simpatizar con los principios de la doctrina y de conformar a ella la conducta. Es una opinión como otra cualquiera, que cada uno ha de tener el derecho de profesar, como se tiene el de ser judío, católico, protestante, furierista, sansimoniano, volteriano, cartesiano, deísta y hasta materialista.
El Espiritismo proclama la libertad de conciencia como un derecho natural y la reclama para los suyos cómo para todo el mundo. Respeta todas las convicciones sinceras, pidiendo para sí la reciprocidad.
De la libertad de conciencia se desprende el derecho de libre examen en materia de fe. El Espiritismo combate el principio de la fe ciega, pues ésta exige del hombre la abdicación de su propio juicio, y dice que toda fe impuesta carece de raíz. Por esto inscribe ésta en el número de sus máximas:
"Sólo es inquebrantable la fe, que en todas las edades de la humanidad, puede mirar cara a cara a la razón".Consecuente con sus principios, el Espiritismo no se impone a nadie, sino que quiere ser libremente y por convicción aceptado. Expone sus doctrinas y recibe a los que voluntariamente se unen a él.
No procura separar a nadie de sus convicciones religiosas; no se dirige a los que tienen una fe que les basta, sino a los que, no estando satisfechos de lo que se les ha dado, buscan algo mejor.
(l) En la actualidad la causa Espírita cuenta con miles de partidarios en todas las partes del mundo. (N. de la E.)
Fe Razonada y Fe Ciega:
Fe Razonada, Poder de la fe, y la Fe Ciega, según el Libro del Evangelio según el Espiritismo, Capítulo XIX...
Libro del Evangelio según el Espiritismo, Capítulo XIX.
LA FE TRASPORTA LAS MONTAÑAS.
—Poder de la fe.
—La fé religiosa. Condicion de la fé Inalterable.
—Parábola de la higuera seca.
—Instrucciones de los Espíritus:
La fe madre de la esperanza y de la Caridad.—La fe divina y la fe humana.
LA FÉ RAZONADA.
* Es la que se apoya en los hechos y en la lógica, no deja en pos de sí ninguna oscuridad; se cree porque se está seguro, y no se está seguro hasta que se ha comprendido; ésta es la razón porque es inalterable, "porque no hay fe inalterable sino la que puede mirar frente a frente a la razón en todas las épocas de la humanidad". 3
LA FE TRASPORTA LAS MONTAÑAS.
Poder de la fe.
1 . Y cuándo llegó a dónde estaba la gente, vino a él un hombre, e hincadas las rodillas delante de él, le dijo: Señor, apiádate de mi hijo, que es lunático, y padece mucho: pues muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. —Y lo he presentado a tús discípulos, y no le han podido sanar. —Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y depravada! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os sufriré? Traedmelo acá. —Y Jesús lo increpó, y salió de él el demonio (mal Espíritu), y desde aquella hora fue sano el mozo. —Entónces se llegaron a Jesús los discípulos aparte y le dijeron: ¿Porqué nosotros no le pudimos lanzar?—Jesús les dijo: Por vuestra poca fé. Porque en verdad os digo, que sí tuvierais fe, cuánto un grano de mostaza, direis a éste monte: Pásate de aquí allá, y
se pasará; y nada os será imposible. (S. Mateo, cap. XVir v: de 14 á 19.)
2. En el sentido propio, es cierto que la confianza en nuestras propias fuerzas nos hace capaces de ejecutar cosas materiales que no se pueden hacer cuándo dudamos nosotros mismos; pero aquí es menester entender éstas palabras sólo en el sentido moral. Las
montañas que levanta la fe, son las dificultades, lasresistencias, en una palabra, la mala voluntad que hay entre los hombres aún en el momento en que se trata de las cosas mejores; las preocupaciones de la rutina, el interés material, el Egoísmo, el ciego fanatismo y las pasiones orgullosas, son otras tantas montañas que interceptan el camino de cualquiera que trabaje para el progreso de la humanidad. La fe robusta, dá la perseverancia, la energía (Se refiere a las intenciones) y los recursos que hacen vencer los obstáculos, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes; la que vacila dá la incertidumbre y la perplejidad, de la cuál se aprovechan aquellos a quienes se quieren combatir; no busca los medios de vencer, porque cree no poder vencer.
3. En otra acepción se llama fe a la confianza que se tiene en el cumplimiento de una cosa, la certeza de alcanzar un objeto; dá una especie de lucidez, que hace ver en el pensamiento el término hacia el cual uno se dirige y los medios de llegar a él, por manera que aquél que la posee marcha, por decirlo así, con seguridad. En ambos casos puede hacer alcanzar grandes cosas.
La fe síncera y verdadera es siempre serena; dá la paciencia que sabe esperar, porque teniendo su punto de apoyo en la inteligencia y en la comprensión de las cosas, está cierta de llegar al fin; la fe dudosa, siente su propia debilidad: Cuándo está estimulada por el interés, se vuelve furibunda, y cree suplir la fuerza por la violencia. La calma en la lucha, es siempre una señal de fuerza y de confianza; la violencia, por el contrario, es una prueba de debilidad y de duda de sí mismo.
4. Guardaos de confundir la fé con la presunción. La verdadera fé se aviene con la humildad; el que la posee pone su confianza en Dios más que en sí mismo, porque sabe que, simple instrumento de la voluntad de Dios, nada puede sin él, por ésto los buenos Espíritus vienen en su ayuda. La presunción, más bien es orgullo que fé, y el orgullo es siempre castigado más o menos tarde por los desengaños y las desgracias que sufre.
5. El poder de la fé recibe una aplicación directa y especial en la acción magnética, por ella el hombre obra sobre el flúido, agente universal; modifica sus cualidades, y le dá una impulsión por decirlo así, irresistible.
Por ésto el que tiene una gran fuerza fluídica normal, unido a una fé ardiente, puede por la sola voluntad dirigida al bien, operar esos fenómenos extraños de curaciones y otros que en otro tiempo pasaban por prodigios y sin embargo, sólo son consecuencias de una ley natural. Tal es el motivo porque Jesús dijo a sus apóstoles: sí no habeis curado, es porque no teniais fé.
La fé religiosa. Cóndición de la fe inalterable.
6. Bajo el punto de vista religioso, la fé es la creencia en los dogmas particulares, que constituyen las diferentes religiones; todas las religiones tienen sus artículos de fé. Bajo éste aspecto, la fé puede ser razonada y ciega.
La fé ciega no examinando nada, acepta sin comprobación lo mismo lo falso que lo verdadero, y choca a cada paso contra la evidencia y la razón; empujada hasta el exceso, produce el fanatismo.
Cuándo la fé se apoya en el error, se pierde pronto o tarde; la que tiene por base la verdad está asegurada para el porvenir, porque nada tiene que temer del progreso de las luces, toda vez que, lo que es verdad en la obscuridad, lo es también en pleno día. Todas las religiones pretenden estár en la exclusiva posesión de la verdad; preconizar la fé ciega sobre un punto de creencia, es confesar su impotencia en demostrar que se tiene razón.
7. Se dice vulgarmente que la fé no se impone; de aquí viene que muchas gentes digan que sí no tienen fé es por culpa suya. Sin duda que la fé no se obliga, y lo que es más justo aún: no se impone. Nó, no se impone, pero se adquiere, y no hay nadie a quién se rehuse el poseerla aún entre los más refractarios. Hablamos de verdades espirituales fundamentales, y no de tal o cuál creencia particular. No es la fé, la que debe ir a ellos, sino ellos ir al encuentro de la fé, y sí la buscan con sinceridad, la encontrarán.
Tened, pues, por seguro que los que dicen: «Quisiéramos creer pero no podemos,» lo dicen de boca y no con el corazón, porque diciendo ésto se tapan los oídos. Sin embargo, las pruebas abundan a su alrededor, ¿por qué rehusan verlas?
En los unos es indiferencia; en los otros es miedo de verse obligados a cambiar de costumbres; en la mayor parte es el orgullo que rehusa conocer un poder superior, porque les seria preciso inclinarse ante él.
En algunas personas, la fé parece de algún modo innata, sólo una chispa basta para desarrollarla. Ésta facilidad en asimilarse las verdades espirituales, es una señal evidente del progreso anterior; en los otros al contrario, sólo penetran con dificultad, señal muy evidente de una naturaleza muy atrasada. Los primeros han creído ya y comprendido; traen volviendo a nacer la intuición de lo que fueron: su educación estaba hecha, los segundos tienen que aprenderlo todo, su educación está por hacer; ella se hará y sí no se afirma en ésta existencia, se afirmará en otra.
La resistencia del incrédulo, es menester convenir que es menos por su culpa que por la manera como se le presentan las cosas. A la fé es preciso una base, y ésta base es la inteligencia perfecta de lo que se debe creer; para creer no basta ver, es necesario sobre todo comprender.
La fé ciega no es de éste siglo; pues precisamente el dogma de la fé ciega es el que hace hoy el mayor número de incrédulos, porque quiere imponerse y exige la abdicación de una de las más preciosas prerogativas del hombre: el razonamiento y el libre albedrío. Contra ésta fé se parapeta el incrédulo, y tiene razón de decir que no se impone; no admitiendo pruebas, deja en el espíritu un vacio, de dónde es que nace la duda.
La fé razonada, la que se apoya en los hechos y la lógica, no deja en pos de sí ninguna obscuridad; se crée, porque se está en lo cierto, y no se está en lo cierto hasta que se ha comprendido; ésta es la razón porque es inalterable; porque no hay fé inalterable sino la que puede mirar frente a frentea la razón en todas las edades de la humanidad. A éste resultado conduce el Espiritismo, por ésto triunfa de la incredulidad, siempre que no encuentra oposición sistemática é interesada.
A éste resultado conduce el Espiritismo, y por ésto vence a la incredulidad, siempre que no encuentra oposición sistemática e interesada.
**Extraído del libro "Evangelio según el Espiritismo"
Primera Parte
Razonada Profesión de Fe Espiritista
1. Dios
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De la libertad de conciencia se desprende el derecho de libre examen en materia de fe. El Espiritismo combate el principio de la fe ciega, pues ésta exige del hombre la abdicación de su propio juicio, y dice que toda fe impuesta carece de raíz. Por esto inscribe ésta en el número de sus máximas:
"Sólo es inquebrantable la fe, que en todas las edades de la humanidad, puede mirar cara a cara a la razón".Consecuente con sus principios, el Espiritismo no se impone a nadie, sino que quiere ser libremente y por convicción aceptado. Expone sus doctrinas y recibe a los que voluntariamente se unen a él.
Veamos a la referencia de la Fe Ciega en el Libro de Obras Póstumas de Allan Kardec.
El libro de Obras Póstumas: Pág.: 39 Versión Digital
"He aquí porque los espiritistas, cuya fe no es ciega, cual sus adversarios pretenden, sino fundada en la observación, no se preocupan ni inquietan de sus contradictores, ni tampoco de los que no abundan en sus ideas; ellos dicen que la doctrina, resultando de las mismas leyes de la naturaleza, en vez de apoyarse en la derogación de estas, no puede por menos de prevalecer en cuanto estas nuevas leyes se reconozcan."
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Libro de Obras Póstumas Pág.: 118 Versión Digital
"Cualquiera que sea la influencia que algún día haya de ejercer el Espiritismo en el porvenir de las sociedades, no quiere decirse que sustituirá su autocracia a otra, ni que impondrá leyes. Y esto porque, proclamando el derecho absoluto de la libertad de conciencia y del libre examen en materia de fe, quiere ser como creencia libremente aceptado, por convicción y no por violencia. Por su naturaleza, no puede ni debe ejercer ninguna presión: proscribiendo la fe ciega, quiere ser comprendido; para él no existen misterios, sino una fe razonada, apoyada en hechos y amante de la luz; y no rechaza ninguno de los descubrimientos de la ciencia, ya que ésta es la recopilación de las leyes de la naturaleza, y que siendo de Dios semejantes leyes, rechazar la ciencia sería lo mismo que rechazar la obra de Dios."
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Libro de Obras Póstumas Pág.:123 - Versión Digital
“Más para esto le es menester la fe, sin la que permanecer forzosamente en el atolladero del presente; no la fe ciega que huye de la luz, restringe las ideas, y mantiene, por lo tanto, el egoísmo; sino la fe inteligente, razonada, que quiere la claridad y no las tinieblas, que rasga valerosamente el velo de los misterios y dilata el horizonte; esta fe, elemento primero de todo progreso, que le da el Espiritismo; fe robusta, porque está fundada en la experiencia y en los hechos, porque le da pruebas palpables de la inmortalidad de su alma, le enseña de donde viene, a dónde va y por qué se halla en la tierra; por que fija, en fin, sus inciertas ideas sobre su pasado y su porvenir.”
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Libro de Obras Póstumas Pág. 132 - Versión Digital
"En vez de la fe ciega que anonada la libertad de pensar, dice: Sólo es inquebrantable la fe que en todas las edades de la humanidad puede mirar cara a cara a la razón. Una base es menester a la fe, y estas bases la perfecta inteligencia de lo que se cree; para creer no basta ver, es preciso sobre todo comprender". (El Evangelio según el Espiritismo). Con razón podemos, pues, considerar al Espiritismo como a uno de los más poderosos precursores de la aristocracia del porvenir, la aristocracia intelecto-moral.
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Obras Póstumas Pág. 141 - Versión Digital
El Espiritismo proclama la libertad de conciencia como un derecho natural y la reclama para los suyos como para todo el mundo. Respeta todas las convicciones sinceras, para sí la reciprocidad. De la libertad de conciencia se desprende el derecho de libre examen en materia de fe. El Espiritismo combate el principio de la fe ciega, pues ésta exige del hombre la abdicación de su propio juicio, y dice que toda fe impuesta carece de raíz. Por esto inscribe esta en el número de sus máximas: "Sólo es inquebrantable la fe, que en todas las edades de la humanidad, puede mirar cara a cara a la razón".
Consecuente con sus principios, el Espiritismo no se impone a nadie, sino que quiere ser libremente y por convicción aceptado. Expone sus doctrinas y recibe a los que voluntariamente se unen a él. No procura separar a nadie de sus convicciones religiosas; no se dirige a los que tienen una fe que les basta, sino a los que, no estando satisfechos de lo que se les ha dado, buscan algo mejor.
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Obras Póstumas Pág. 178 - Versión Digital
Por éstas palabras no entendáis un nuevo diluvio, ni un cataclismo, ni una revuelta general. Las convulsiones parciales del globo han tenido lugar en todas las épocas y se producen aún, porque tienden a su constitución; pero éstos no son los signos de los tiempos.
Y no obstante, todo lo que fue predicho en el Evangelio, debe cumplirse y se cumple en éste instante, como vosotros lo conoceréis más tarde; más no toméis los signos anunciados sino como figuras de las que es necesario buscar el Espíritu y no la letra. Todas las Escrituras contienen grandes verdades bajo el velo de la alegoría, y por esto los comentaristas que se han aferrado a la letra, se han equivocado. Les faltaba la clave para descifrar el sentido verdadero. Esta clave se halla en los descubrimientos de las ciencias y en las leyes del mundo invisible que os revela el Espiritismo. De hoy en adelante, con la ayuda de estos nuevos
conocimientos, lo que está oscuro se hará claro e inteligible.
Todo sigue el orden natural de las cosas, y las leyes inmutables de Dios no serán por ningún concepto interrumpidas. No veréis, por consiguiente, ni milagros, ni prodigios, ni nada sobrenatural en el sentido vulgar que se da a estas palabras.
¿No sentís un viento que sopla sobre la tierra y agita todos los Espíritus? El mundo está atento y como en expectativa de un presentimiento vago acerca la proximidad de la tormenta.
No creáis por esto que venga el fin del mundo material: la tierra ha progresado después de su transformación, debe progresar aún y no puede ser destruida; pero la humanidad ha llegado a uno de esos períodos de transformación, y la tierra va a elevarse en la jerarquía de los mundos.
No es, pues, el fin del mundo material lo que se prepara; es el fin del mundo moral, esto es, del viejo mundo, del viejo mundo de los prejuicios, del egoísmo, del orgullo y del fanatismo. Cada día se lleva algunos restos. Todo concluirá para él con la generación que se va, y la generación nueva elevará el nuevo edificio que las generaciones siguientes consolidaran y completaran.
De mundo de expiación, la tierra está llamada a ser un día un mundo de felicidad, y su habitación será una recompensa en lugar de ser un castigo. El reinado del bien debe suceder-al reinado del mal.
Para que los hombres sean felices sobre la tierra, se hace preciso que no sea poblada más que por Espíritus encarnados y desencarnados que sólo quieran el bien.
La tierra, hemos dicho ya, no debe ser transformada por un cataclismo que acabe súbitamente con una generación.
La actual desaparecerá gradualmente y la nueva le sucederá del mismo modo, sin que nada se altere en el orden ordinario de las cosas. Exteriormente todo pasar en su forma habitual con la sola y esenciadísima diferencia de que una parte de los Espíritus que en ella se encarnaban, no volverán a encarnarse. En el niño que nazca, en vez de encarnar un Espíritu atrasado y con tendencias al mal, encarnará un Espíritu adelantado y portador del bien. Se trata, por lo tanto, menos de una generación corporal que de una nueva generación de Espíritus; y aquellos que esperan ver operarse esta transformación por efectos sobrenaturales y maravillosos, sufrirán una decepción.
La época actual es de transición: los elementos de dos generaciones se confunden. Colocados en el punto intermedio, asistís a la partida de una y a la llegada de otra, y cada cuál se manifiesta en el mundo por los Carácteres que le son propios.
Las dos generaciones tienen ideas y puntos de vista diametralmente opuestos. En la naturaleza de las disposiciones morales, y, sobre todo, de las intuitivas e innatas, es fácil distinguir a cual de las dos pertenece cada individuo.
La nueva generación, debiendo fundar la era del progreso moral, se distingue por una inteligencia y una razón generalmente precoces, aunadas a un sentimiento innato del bien y de las creencias espiritualistas; todo lo cual es signo indubitable de cierto grado de progreso anterior. No se crea por esto que toda ella la compongan Espíritus eminentemente superiores, pero sí de aquellos que habiendo progresado lo bastante, están predispuestos a asimilarse todas las ideas progresivas y sean aptos para secundar el movimiento regenerador.
Se distingue, por el contrario, a los Espíritus atrasados, por su rebelión desde el primer instante contra Dios, negando la providencia y todo poder superior a la humanidad; y después, por la propensión instintiva a las pasiones degradantes, a los sentimientos antifraternales del orgullo, la malevolencia, los celos, la lujuria, en fin, por el predominio, por el deseo vehemente en ellos hacia todo lo que es material.
De estos vicios debe la tierra purgarse por el alejamiento de aquellos que rehúsan su enmienda y son incompatibles, por lo mismo, con el reino de la fraternidad y con los hombres de bien, que sufrirían con su contacto. La tierra será libertada y los hombres marcharán sin trabas hacia el porvenir mejor, que les está reservado en ese planeta como premio a sus esfuerzos y perseverancia, en tanto que una depuración más completa les abre la entrada en los mundos superiores.
Por esta emigración de los Espíritus no debéis entender que todos los retardatarios serán expulsados de la tierra y relegados a mundos inferiores.
Muchos, por el contrario, reencarnarán para ceder al empuje de las circunstancias y del ejemplo, porque su corteza era peor todavía que el fondo. Una vez sustraídos a la influencia de la materia y de los prejuicios del mundo corporal, la mayor parte, y de esto lograréis muchos ejemplos, verán las cosas de una manera totalmente diferente de cuando vivan. En esto serán ayudados por los Espíritus buenos que se interesan por su bien y que se prestan a mostrarles el falso camino que habían seguido. Por vuestras preces y vuestras exhortaciones podéis también contribuir a su mejoramiento, estableciendo de este modo la solidaridad perpetua entre los muertos y los vivos.
Para aquellos, pues, que puedan volver de nuevo, esta vuelta les será un bien, porque será una recompensa. ¿Qué importa lo que ellos hayan sido ni lo que hayan hecho, si están animados de mejores sentimientos? Lejos de ser hostiles a la sociedad y al progreso, serán auxiliares útiles porque pertenecerían a la nueva generación.
No habrá, pues, exclusión definitiva más que para los Espíritus profundamente rebeldes, para aquellos a quienes el orgullo y el egoísmo, más que la ignorancia, les tiene sordos a la voz del bien y de la razón. Y aun estos mismos no serán condenados a una inferioridad perpetua, sino que vendrá un día en que repudiarán su pasado y abrirán los ojos a la luz.
Rogad por estos endurecidos a fin de que se enmienden ahora que es tiempo, porque el día de la expiación se les aproxima.
Desgraciadamente, desconociendo la voz de Dios, la mayor parte de ellos persistirán en su ceguera, y su resistencia señalará el fin de su reinado por el de las luchas terribles. En su error correrán presurosos a su propia perdición. Apelarán a la destrucción que engendra multitud de males y de calamidades; y de este modo, sin quererlo, precipitarán el advenimiento de la nueva era, pero como la destrucción no será tan rápida como sus deseos, se multiplicarán los suicidios hasta en los niños, en una proporción desconocida. La locura no habrá arrebatado jamás tan gran número de hombres al libro, de los vivos aun antes de que estén muertos. Estas serán las verdaderas señales de los tiempos. Y todo se cumplirá por el encadenamiento de las circunstancias, sin que nada se derogue en las leyes de la naturaleza, tal como os lo llevamos dicho.
Entretanto, a través de la densa sombra que os envuelve y en medio de la grande tempestad que os amenaza, ¡ved aparecer los primeros fulgores de la era nueva! La fraternidad sienta sus fundamentos en todos los puntos del globo y los pueblos se tienden la mano; la barbarie se familiariza al contacto de la civilización; los prejuicios de razas y sectas, que han hecho derramar lagos de sangre, se extinguen; el fanatismo y la intolerancia pierden terreno, mientras que la libertad de conciencia se abre paso entre los buenos y se proclama como un derecho. Por todas partes las ideas fermentan: se ve el mal y se ensaya remediarlo, pero muchos caminan sin brújula y se engolfan en utopías. El mundo se halla empecinado en un inmenso trabajo de transformación que durará un siglo; en este trabajo, todavía confuso, se ve, no obstante, dominar una tendencia desde el principio: la de la unidad y uniformidad que predispone a la fraternidad.
Éstos serán los signos de los tiempos que han de venir, bien contrarios, por cierto, a los precedentes, pues mientras éstos son los de la agonía del pasado, aquellos son los primeros lamentos del niño que nace, los precursores de la aurora que lucirá sus galas en el siglo próximo, porque entonces la nueva generación estará en todo su apogeo. Mientras, el aspecto del siglo decimonono diferirá del aspecto del decimoctavo desde ciertos puntos de vista, como el siglo vigésimo diferir del actual por otros que le serán propios.
Uno de los carácteres distintivos de la nueva generación será la fe innata; no la fe exclusivista y ciega que divide a los hombres, sino la fe razonada que esclarece y fortifica, que une y confunde en un común sentimiento de amor a Dios y al prójimo. Con la generación que se extingue desaparecerán los últimos vestigios que la incredulidad y del fanatismo; contrarios por igual al progreso moral que al social.
El Espiritismo es el camino que conduce a la renovación, porque derroca los dos más grandes obstáculos que a ella se oponen: la incredulidad y el fanatismo. Como innato o en estado de intuición en el corazón de sus representantes, desenvuelve todos los sentimientos e ideas que corresponden a la nueva generación y da una fe sólida y esclarecida. La era nueva le verá engrandecer y prosperar por la fuerza misma de las cosas; viniendo a ser la base de todas las creencias y el punto de apoyo de todas las instituciones.
Pero hasta entonces, ¡que de luchas no habrá de sostener contra sus dos más encarnizados enemigos, la incredulidad y el fanatismo! Aunque parezca extraño, estos principios tan antitéticos, estos polos tan opuestos, se dan la mano para no ser vencidos en la lucha. Presienten el porvenir y su muerte, y no quieren dejar ondear sobre las ruinas del egoísta viejo mundo la bandera que ha de unir a todos los pueblos. En la divina máxima: Fuera de la caridad no hay salvación, ellos leen su propia condenación, porque es el símbolo de la nueva alianza fraternal proclamada por Cristo, símbolo que se les presenta como la sentencia fatal del festín de Baltasar. Y sin embargo, esta máxima les garantiza que no han de ser victimas de las represalias de aquellos a quienes hoy persiguen; esta máxima
debieran hacerla objeto de su culto. Pero no, una fuerza ciega les impele a rechazar lo único que pudiera salvarles.
¿Qué podrán contra el ascendiente de la opinión que les repudia? El Espiritismo saldrá triunfante de la lucha, no lo dudéis, porque está en las leyes de la naturaleza, y es por eso mismo imperecedero. Ved por que multitud de medios, la idea se esparce y penetra en todas partes; estos medios, creedlo, no son fortuitos, sino providenciales, y si al principio parece deben servirles de obstáculo, es precisamente porque así ayudan a su propagación.
Dentro de poco surgirán campeones acreditados que apoyarán su autoridad en su nombre y en su ejemplo e impondrán silencio a los detractores, quienes no osarán calificarles de locos. Éstos hombres harán sus estudios en el silencio y no se mostrarán hasta el momento propicio. Hasta entonces, es útil que permanezcan ignorados.
Dentro de poco veréis a las artes acudir al Espiritismo como una mina fecunda, y traducir sus pensamientos y los horizontes que descubre por la pintura, la música, la poesía y la literatura. Ya se os ha dicho que habrá un día para el arte espírita, como lo hubo para el arte pagano y para el arte cristiano, en que los más grandes genios se inspirarán en esta verdad. Pronto veréis los primeros resplandores y más tarde alcanzará el apogeo que debe alcanzar.
Espiritistas, el porvenir es vuestro y de todos los hombres de corazón, y de confianza. No os arredren los obstáculos, porque no hay ninguno que pueda
obstruir los designios de la Providencia. Trabajad sin interrupción y dad gracias a Dios por haberos colocado a la vanguardia de la nueva falange. Éste es un puesto de honor que habéis pedido y del que os haréis dignos por vuestro valor, vuestra perseverancia y vuestro desinterés. Aquellos que sucumban valerosamente en esta lucha contra la fuerza, obtendrán su galardón; a los que sucumban por debilidad o miedo, la confusión les rodeará en el mundo de los Espíritus. Las luchas son necesarias para fortificar el alma; el contacto del mal hace apreciar mejor las ventajas del bien. Sin las luchas que estimulan las facultades, el Espíritu se entregaría a una apatía funesta para su progreso. Las luchas contra los elementos desarrollan las fuerzas físicas e inteligentes; las luchas contra el mal desenvuelven las fuerzas morales.
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¿Qué son Las INDULGENCIAS, en el Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo.?
La INDULGENCIA no significa, Críticar, Calumniar o Juzgar a nadie en el Espiritismo...
Sugiero, que comiences a entender la diferencia entre lo que son críticas, calumnias, o juzgar, y lo que son INDULGENCIAS según el Espiritismo… A los que se hacen llamar que están en defensa del Espiritismo, pero que no lo son. Que no basan sus ideas personales, en conceptos que no están de acuerdo a los contenidos de los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec. Entonces, los que mistifican, mienten diciendo que son Espiritistas y no lo son, se convierten en los MENTIROSOS e HIPÓCRITAS, que el Espiritismo los identifica;... a ellos, ni se les critica, ni se le calumnian, ni se les juzga, sino que se les descubre, para que no engañen a otros...
Puedes leerlo en el Libro del Evangelio según el Espiritismo, Capitulo X, ítem#21. Te lo copio a continuación, así no pecas de ignorante, porque eso es lo que enseña el Espiritismo Verdadero. Asi dice el Item #21, y el ítem #903, del libro de los Espíritus...
21. "¿Hay casos en que sea útil el descubrir el mal de otro? "Esta pregunta es muy delicada, y aquí es cuando debe recurrirse a la caridad bien comprendida. Si las imperfecciones de una persona sólo dañan a ella misma, nunca hay utilidad en hacerlas conocer; pero sí pueden ocasionar perjuicio a otro es menester preferir el interés del mayor número al interés de uno sólo. Según las circunstancias, descubrir la hipocresía y la mentira, puede ser un deber, porque vale más que un hombre caiga que no que muchos vengan a ser su ludibrio y sus víctimas. En tal caso, se han de pesar las ventajas y los inconvenientes.
También en el Libro de Los Espíritus, se reafirma este tema de las indulgencias en el Ítem #903, Libro Tercero – Capítulo XII(San Luis. París, 1860).
903. ¿Somos culpables si estudiamos los defectos de los demás?
“Si lo hacéis para criticar y divulgar esos defectos sois muy culpables, pues eso implica falta de caridad. En cambio, si se trata de aprovechar ese estudio para evitarlos en vosotros mismos, en ocasiones puede ser útil. Con todo, no hay que olvidar que la indulgencia para con los defectos del prójimo es una de las virtudes que forman parte de la caridad. Antes de hacer un reproche a los demás por sus imperfecciones, ved si no se puede decir lo mismo de vosotros. Tratad, pues, de cultivar las cualidades opuestas a los defectos que criticáis en el prójimo, pues ese es el modo de haceros superiores. Si le reprocháis su avaricia, sed generosos. Si le echáis en cara su orgullo, sed humildes y modestos. Si lo culpáis por su rudeza, sed tiernos. Si lo acusáis de obrar con mezquindad, sed generosos en todas vuestras acciones. En una palabra, procurad que no se pueda aplicaros esta frase de Jesús: Ve una paja en el ojo de su prójimo, pero no ve una viga en el suyo.”
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Esta bella filosofía ya tiene en los Libros 📚 Codificados la información que Dios quería que tuviéramos a fin de activar el Adelantamiento Individual del Espíritu encarnado.
Entonces, todo aquél que engaña a los demás y también cobra dinero por eso se le llama CHARLATÁN, que es un embustero, y es un hipocrita. A esos los descubrimos, no los criticamos, no los calumniamos ni los juzgamos, los descubrimos como un acto de INDULGENCIA en el Espiritismo.
http://soyespirita.blogspot.com/2017/01/comience-entender-la-diferencia-entre.html
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