¿Porqué me pasa lo que me pasa? ¿Porqué sufro tanto? ¿Porqué me pasa a mí? No es lo mismo a Determinismo. Todas éstas preguntas tienen contestación basado en el Libre Pensar, es decir Libre Albedrío...
Dios dió Libre Albedrío, es decir el Libre Pensar a todos, y es decisión de cada cuál decidir qué hacer. Entonces, TODOS somos responsables por nuestras acciones, porque somos nosotros los que vamos a determinar qué pasará con nuestro espíritu cuándo desencarnemos, y no el determinismo ciego de las circumstancias previas o precedentes.
Es irresponsable, ceder el libre pensar a otros, es perder el tiempo en una existencia. Cuándo se le entrega el derecho de Libre Pensar a otro, a una organización religiosa, filosófica o a una organización laica, el Espíritu encarnado no adelanta. Los Espíritus adelantan su progreso, cuándo deciden sus acciones o determinan sus intenciones en la vida. Y sí ésas intenciones, ya no son basadas en el libre pensar, sino en la imposición de terceros, se pierde el tiempo. Decir que sea la Voluntad de Dios, tampoco es correcto, porque invalida el Libre Albedrío, el libre pensar. Nada significa, porque Dios nos dió el libre albedrío y nos nace responsables por las decisiciones que tomamos, por nuestra voluntad.
ELECCIÓN DE LAS PRUEBAS, según el Libro de Los Espíritus :
#258. En estado errante y antes de tomar una nueva existencia corporal, ¿tiene el espíritu conciencia y previsión de lo que le sucederá durante la vida?
«Elige por sí mismo el género de pruebas que quiere sufrir, y en esto consiste su libre albedrío».
#258a,- ¿No es, pues, Dios quién le impone como castigo las tribulaciones de la vida?
«Nada sucede sin el permiso de Dios; porque él estableció todas las leyes que rigen el universo. ¡Preguntad, pues, por qué ha hecho tal ley y no tal otra! Dejando al espíritu la libertad de elegir, le abandona toda la responsabilidad de sus actos y consecuencias; nada estorba su porvenir, y le pertenece así el camino del bien, como el del mal. Pero le queda, sí sucumbe, el consuelo de que no todo ha concluido para él y de que Dios, en su bondad, le deja en libertad de volver a empezar lo que ha hecho mal. Es preciso, por otra parte, distinguir lo que es obra de la voluntad de Dios y lo que procede de la del hombre. Sí os amenaza un peligro, no sois vosotros, sino Dios, quién lo ha creado; pero vosotros sois libres de exponeros a él; porque lo consideráis un medio de progreso, y Dios lo ha permitido».
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Según las leyes Naturales creadas por Dios y que fueron mencionadas por Jesús, nuestra forma de ser, nuestros pensamientos y nuestras acciones y también nuestras intensiones, deben ser en Moral, que no es otra cosa que todo lo que hagamos o pensemos sea en hacer el bien común. La Moral siempre se refiere a procurar el Bien de los demás.
Sí decides hacer algo que tú consideras está bien hecho, pero que lacera o es en detrimento a otras personas, éso no es actuar en Moral. Entonces todo lo que hacemos o pensamos se relaciona con ésta realidad.
https://soyespirita.blogspot.com/2011/02/libre-albedrio-y-la-moral.html
Según las leyes espirituales y que fueron mencionadas por Jesús, nuestra forma de ser, nuestros pensamientos y nuestras acciones y también nuestras intensiones, deben ser en Moral, que no es otra cosa que todo lo que hagamos o pensemos sea en hacer el bien común.
Sí pretendemos que nuestros propios hijos piensen igual a nosotros haciéndoles firmar juramentos de hombres, cuándo aún no están preparados lo suficiente para decidir por ellos mismos, le violamos su Libre Albedrío. Ésta es una práctica de hace cientos de años, con el recurso de catequismo católico, lo mismo los seguidores de Joaquín Trincado Mateos, unos Espiritualistas, que desde el año 1911, dicen haber creado el Espiritismo, mintiendo, y que hacen firmar a niños Juramentos donde los obligan a ser seguidores de su organización. El Espiritismo a través de Divaldo Pereira Franco, Espiritualista de Brasil, ha tratado de hacer lo mismo con el concepto apócrifo e impositivo de la Mentora, Joanna de Ángelis "ESPIRITIZAR"
Estas acciones de los hombres, violan el libre pensar de sus adeptos. Lo mismo ocurre con los iniciados, los "Numerarios" del OPUS Dei católico. Todo ésto que he mencionado, el propósito es la Dominación. Que el Espiritismo considera que TODAS las Religiones, son instrumentos de Dominación. (Libro de Génesis Espiritista, capítulo 1,item #8)
O sí le inculcamos nuestras creencias creyendo que los educamos, violamos por cierto el Libre Albedrío también el Libre Albedrío de cada cual, lo que pasará es que cuándo éstos pequeños crezcan, tomaran sus propias decisiones basados en su lógica y razón, y de hecho éso es lo que Dios quiere que cada cual haga, que tome sus propias decisiones para que de una u otra forma se expién las faltas cometidas mediante el hacer o decidir en el bien común.
De igual modo tratar de influenciar a otros mediante posiciones de poder, también laceran el Libre Albedrío.
Determinismo y libre albedrío coexisten en la vida en el Libro el Consolador de Chico Xavier. El Espíritu Emmanuel, erroneamente y en contradiccion a las enseñanzas y creencias del Espiritismo Verdadero, habla de coexistencia de dos conceptos contrarios, CUIDADO!!!!!
Determinismo y libre albedrío coexisten en la vida, uniéndose en el sendero de los destinos, para la elevación y redención de los hombres. (Así se expresa en ése libro apócrifo, psicografiado por Chico Xavier.
El primero es absoluto en las más bajas etapas evolutivas (Libre Albedrío) y el segundo (Determinismo) se amplía con los valores de la educación y de la experiencia. Conviene observar que sobre ambos flotan las determinaciones divinas, basadas en la ley del amor, sagrada y única, de la cuál la profecía (Nota de Frank Montañez :"Profecia son adivinaciones y sefue siempre el más elocuente testimonio.consideran falsas, cuando no se cumplen. Aqui veemos a Chico Xavier y Emmanuel hablando de adivinaciones en Profecias. Éstos dos conceptos han sido claramente definidos en los Libros Codificados, así como lo expone Emmanuel, lo expuso Baruch Spinoza, y no es lo que el Espiritismo expuso. Este modo de interpretar Libre Albedrío, es una Opinión personal y no representa el Espiritismo.)
¿No verificáis, actualmente, las realizaciones previstas por los emisarios del Señor hace dos y cuatro milenios, en el divino simbolismo de las Escrituras?
Establecida la verdad de que el hombre es libre en la pauta de su educación y de sus méritos, en la ley de las pruebas, nos cumple reconocer que el propio hombre, a medida que se torna responsable, organiza el determinismo de su existencia, agravándolo o suavizándolo en sus rigores, hasta poder elevarse definitivamente a los planos superiores del Universo.
Nota: Esto es una Opinión personal, aislada que el Espiritismo no se responsabiliza. Es claro indicado en el Libro de Los Espiritus, la diferencia entre Libre Albedrío y Determinismo.
De manera que logramos influir a los demás de una manera aceptable ante Dios y es por el buen comportamiento, el enseñar con ejemplos de que somos mejores seres humanos no haciéndole a nadie lo que no nos gustaría nos hicieran a nosotros mismos. Ese es un mensaje que no viola ningún derecho del ser humano y ocasiona que los demás decidan por el bien común en sus decisiones en la vida.
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Todos los psicópatas, los grandes asesinos, genocidas en la historia del planeta tierra han sido Espíritus encarnados, orgullosos, egoístas, materialistas que SIEMPRE han estado en contra del Libre Pensar, es decir del Libre Albedrío de los demás. A TODOS ellos, les interesa que nadie tenga su libre pensar.
Entonces, en denominador común es que los Egoístas no desean que nadie piense diferente, y el haber pensado diferente, le costó la vida a millones de personas, a sus sufrimientos, les costó muy caro no pensar igual.
“S o y . E s p í r i t a” comenta: "Libre Albedrío está de la mano de La Moral….¿Porqué me pasa lo que me pasa? ¿Porqué sufro tanto? ¿Porqué me pasa a mí? No es lo mismo a Determinismo. Todas estas preguntas tienen contestación basado en el Libre Pensar, es decir Libre Albedrío..."
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Ver "ASESINOS en serie sin remordimiento" en YouTube.
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No basta el decir que somos buenos, es también necesario modificar nuestra conducta y que el resultado sea algo bueno para ti y tus semejantes. Nuestro responsabilidad de expiar (Ley de Causa y Efecto) se nutre precisamente de todo lo que hacemos y pensamos, si ocasionas algún mal a alguien, entonces se convierten en Faltas que manchan nuestras Almas y por consiguiente, se necesita reencarnar para expiar o limpiar esa falta cometida.
Constantemente estamos preguntándonos ¿porqué ocurre esto?, ¿porqué tengo este problema?. Siempre buscamos un porque de lo que nos está ocurriendo en la vida. Algunos están tan interesados en saber el porqué de los problemas, que buscan en aquellos que creen saber más para obtener una respuesta. Sí la respuesta que se obtiene no es de nuestro agrado, usualmente seguimos en la búsqueda hasta encontrar algo que nos sea más cómodo aceptar.
Pero todos hemos pasado por este proceso de búsqueda. En mi caso me sumergí en la lectura de los Libros de la Codificación Espirita y no tardé mucho en conseguir las repuestas que necesitaba conocer.
Cuándo pasas por una situación que no tiene aparente solución es cuando te ves obligado a cuestionar ¿porque a mí?, ¿por qué me pasa esto?, pero cuándo descubres que todo lo que te pasa fué una decisión tuya, entonces tú sonrisa se pasma y dices, ¿cómo es posible que haya sido tan estúpido en decidir pasar por ésto? Pues tengo noticias para tí, nosotros mismos, somos los que decidimos lo que nos pasa en la vida.
Para lograr desmenuzar todo éste lío de pensamientos debo comenzar a explicar lo que es el Libre Albedrío, y me dirijo a buscar una definición fuera de nuestra filosofía, y encuentro en Wikipedia lo siguiente:
El Libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. Muchas autoridades religiosas han apoyado dicha creencia, mientras que ha sido criticada como una forma de ideología individualista por pensadores tales como Baruch Spinoza, Arthur Schopenhauer, Karl Marx o Friedrich Nietzsche. El concepto es comúnmente usado y tiene connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no-condicionado íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del agente fue inducida por su propia voluntad.
El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. Por ejemplo, en la ética puede suponer que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En la psicología, implica que la mente controla algunas de las acciones del cuerpo, algunas de las cuales son conscientes.
En el reino científico, el libre albedrío se puede percibir en las acciones del cuerpo, incluyendo al cerebro, no siendo determinadas enteramente por la causalidad física. La existencia del libre albedrío ha sido un tema central a través de la historia de la filosofía y la ciencia.
Vamos entonces a revisar sobre lo que nuestra filosofía espirita nos tiene que decir al respecto, y no te impacientes, que voy a llegar a donde tienes tus dudas. El Libro de Los Espíritus nos dice lo siguiente
NOTA: Cuándo presentamos extractos de los libros de la codificación, en éste caso del Libro de Los Espíritus, siempre aparece el número de la pregunta, se refiere a lo que Allan Kardec preguntó al Espíritu y luego inmediatamente lo que han contestaron los Espíritus a Kardec.
- Puesto que posee libertad de pensar, dispone asimismo de la libertad de actuar. A no ser por el Libre Albedrío, el hombre sería una máquina.
- Goza de la libertad de obrar tan pronto como tiene la voluntad de hacer. En los primeros períodos de la vida su libertad es casi nula. Se desarrolla más tarde, y cambia de objeto, junto con las facultades. Puesto que el niño tiene pensamientos acordes con las necesidades propias de su edad, aplica su libre albedrío a las cosas de que necesita.
845. Las predisposiciones instintivas que el hombre trae al nacer ¿no son un obstáculo para el ejercicio del Libre Albedrío?
- Esas predisposiciones instintivas son las del Espíritu antes de su encarnación. Según sea él más o menos evolucionado, pueden inducirlo a cometer actos reprensibles, y en esto será secundado por los Espíritus que simpatizan con tales predisposiciones; pero no hay fuerza que sea irresistible cuando se tiene voluntad de resistir. Recordad que querer es poder. (Ver parágrafo 361).
III.- Facultades morales e intelectuales
361. ¿De dónde le vienen al hombre sus cualidades morales, sean buenas o malas?
- Son las del Espíritu que se halla encarnado en él. Cuanto más puro es el Espíritu, tanto más inclinado al bien es el hombre.
361 a. De ello parecería resultar que el hombre de bien sea la encarnación de un Espíritu bueno, y el individuo vicioso, la de un Espíritu malvado…
- Sí, pero di más bien que es un Espíritu imperfecto, de otro modo se podría creer en Espíritus siempre malos, a los que llamáis demonios.
846. El organismo ¿no influye sobre los actos de la vida? Y si posee una influencia ¿se ejerce ésta a expensas del libre arbitrio?
- Ciertamente que el Espíritu es influido por la materia. Ésta puede obstarlo en sus manifestaciones. He aquí por qué, en aquellos mundos donde los cuerpos son menos materiales que en la Tierra, las facultades se desarrollan con mayor libertad: pero el instrumento no da la facultad. Por lo demás, aquí hay que distinguir las facultades morales de las del intelecto. Si un hombre tiene instintos criminales, con seguridad que es su propio Espíritu el que los posee y el que se los da, pero no sus órganos. Aquel que aniquile su pensamiento, ocupándose sólo de la materia, llega a ser semejante a un animal, y peor todavía, porque no piensa ya en precaverse contra el mal, y en esto precisamente falla, puesto que obra así por su voluntad. (Ver párrafos 367 y siguientes: “Influencia del organismo”).
IV.- Influencia del organismo
367. Al unirse al cuerpo ¿se identifica el Espíritu con la materia?
- La materia es tan sólo la envoltura del Espíritu, como la ropa es la envoltura del cuerpo. Al unirse al cuerpo, el Espíritu conserva los atributos de su naturaleza espiritual.
847. La alteración de las facultades ¿quita al hombre su libre arbitrio?
- Aquel cuya inteligencia se halle perturbada por cualquier causa deja de ser dueño de su pensamiento y, desde entonces, no posee ya libertad. Ese extravío constituye a menudo una punición para el Espíritu que, en una existencia anterior, puede que haya sido vano y orgulloso y haber hecho un uso inadecuado de sus facultades. Podrá reencarnar en el cuerpo de un idiota, así como el déspota en el de un esclavo y el mal rico en el de un mendigo. Pero el Espíritu sufre con ese constreñimiento, del que tiene perfecta conciencia. Allí es donde se ejerce la acción de la materia. (Ver los parágrafos 371 y siguientes).
Hablemos ahora del Idiotismo:
V.- Idiotismo, locura
371. ¿Es fundada la opinión según la cual los cretinos e idiotas59
-No: tienen un alma humana, con frecuencia más inteligente de lo que pensáis, y que sufre por la insuficiencia de los medios que dispone para comunicarse, del mismo modo que el mudo padece por no poder hablar. poseerían un alma de naturaleza inferior?
59 Al lector actual chocarán términos tales como imbécil, cretino o idiota, términos empleados no hasta hace mucho, para designar los diferentes grados de discapacidad mental. Los cuales no son sino el fruto de las sensibilidades propias de cada época, de ahí que veamos una continúa mutación hacia términos más suaves y eufemísticos. El Espiritismo, aporta la idea innovadora de que siendo el Espíritu el principio de la inteligencia, éste no puede manifestarse en su totalidad debido a la precariedad de su instrumento físico. [N. del copista.]
372. ¿Qué objeto se propuso la Providencia al crear seres desdichados, como los cretinos e idiotas?
- Son Espíritus en punición los que habitan cuerpos de idiotas. Esos Espíritus sufren por el constreñimiento que experimentan y la impotencia en que se haya para manifestarse mediante órganos no desarrollados o defectuosos.
848. La alteración de las facultades mentales por causa de la embriaguez ¿excusa los actos censurables que el hombre en tal estado cometa?
- No, por cuanto el ebrio se ha privado voluntariamente de su razón a fin de satisfacer brutales pasiones. En vez de una falta, está cometiendo dos.
849. ¿Cuál es, en el hombre en estado salvaje, la facultad dominante: el instinto o el libre albedrío?
- El instinto, lo que no le impide que obre con entera libertad en cuanto a ciertas cosas. Pero, igual que el niño, aplica esa libertad a sus necesidades, y ella se va desarrollando con la inteligencia. Por tanto tú, que eres más esclarecido que un salvaje, eres también más responsable que él por lo que haces.
850. La posición social ¿no es en ocasiones una valla para la entera libertad de acción?
- A no dudarlo, la sociedad humana tiene sus exigencias. Pero Dios es justo. Toma en cuenta todo, mas os deja la responsabilidad de los pocos esfuerzos que realizáis para superar obstáculos.
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Ya establecido bastante claro de que se trata, pasemos evaluar nuestras preguntas sobre porque nos pasan las cosas. Entonces entramos a evaluar lo que significa la Fatalidad o Razón de las cosas que nos pasa. Otra vez vamos al Libro de los Espíritus;
VI.- Fatalidad
851. ¿Existe una fatalidad en los acontecimientos de la vida, según el sentido que se da a esta palabra? Es decir, todos los sucesos que se producen ¿son determinados de antemano? En tal caso, ¿qué es del libre albedrío?
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Vemos una gigantesca ola producida por el tsunami de Japon, Marzo 2010 |
- La fatalidad sólo existe por la elección que ha hecho el Espíritu, al encarnar, aceptando afrontar tal o cual prueba. Al escogerla, se traza una especie de destino, que es la consecuencia misma de la situación en que se encuentra. Estoy hablando de las pruebas físicas, porque en lo que toca a las pruebas morales y a las tentaciones, el Espíritu, al conservar su libre albedrío respecto del bien y el mal, es siempre dueño de ceder o resistir. Un Espíritu bueno, viéndole flaquear, podrá acudir en su ayuda, pero no puede influir sobre él de manera de adueñarse de su voluntad. Un Espíritu malo, esto es, inferior, mostrándole y exagerándole un peligro físico puede conmoverlo y espantarlo. Pero la voluntad del Espíritu encarnado no deja por ello de estar libre de todo impedimento.
852. Hay personas a quienes parece perseguir una fatalidad, independientemente de su manera de obrar. ¿Está la desgracia en su destino?
- Se trata quizá de pruebas que deben soportar y que han elegido. Pero una vez más achacáis al destino lo que casi siempre es sólo una consecuencia de vuestra propia falta. En medio de los males que te afligen; trata de que tu conciencia sea pura y te sentirás casi consolado.
Comentario: Las ideas, justas o falsas, que nos formamos acerca de las cosas nos hacen triunfar o fracasar, según nuestro carácter y posición social. Encontramos más sencillo y menos humillante para nuestro amor propio atribuir nuestros fracasos a la mala suerte o al destino antes que a nosotros mismos. Si la influencia de los Espíritus contribuye a ellos en ocasiones, podemos siempre sustraernos a ese influjo rechazando las ideas que nos sugieran, cuando éstas sean malas.
853. Algunas personas se salvan de un riesgo mortal para caer enseguida en otro. Pareciera como si no pudiesen escapar a la muerte. ¿No hay en esto una fatalidad?
- Sólo es fatal, en el genuino sentido de la palabra, el instante de la muerte. Cuando ese momento ha llegado, bien sea por un medio o por otro, no podéis sustraeros a ella.
853 a. Así pues, cualquiera fuere el peligro que nos amenace, ¿no moriremos si no nos ha llegado la hora?
- No, no perecerás. Y tienes de ello miles de ejemplos. Pero cuando la hora de tu partida haya sonado, nada podrá impedirla. Dios sabe por anticipado con qué clase de muerte te irás de la Tierra, y con frecuencia lo sabe también tu Espíritu, porque le es revelado cuando opta por tal o cual existencia.
854. De la infalibilidad de la hora de la muerte, ¿se podrá inferir que las precauciones que adoptemos para evitarla sean inútiles?
- No, por cuanto las precauciones que tomáis os son sugeridas con miras a evitar una muerte que se cierne sobre vosotros. Constituyen uno de los medios para que no ocurra.
855. ¿Qué se propone la Providencia cuando nos hace correr riesgos que no tendrán consecuencia para nosotros?
- Cuánto tú vida se ve puesta en peligro, se trata de una advertencia que tú mismo has deseado a fin de desviarte del mal y hacerte mejor. Si escapas a ese riesgo y te encuentras aún bajo la influencia del peligro que has corrido, piensas con mayor o menor intensidad –según sea la acción más o menos poderosa de los buenos Espíritus- en mejorarte. Pero, si interviene el Espíritu malo (y digo malo sobreentendiendo el mal que todavía reside en él), piensas que podrás librarte en la misma forma de otros peligros y permites que tus pasiones se desencadenen de nuevo. Mediante los riesgos a que os veis sometidos os recuerda Dios cuán débiles sois y la fragilidad de vuestra existencia. Si examinamos la causa y la índole del peligro, veremos que casi siempre sus consecuencias hubieran sido el castigo de una falta cometida o de un deber descuidado. Dios os advierte de este modo para que reflexionéis y os enmendéis. (Ver párrafos 526 a 532). 115
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115 Tenemos en esta respuesta, de una manera clara y precisa, una exposición sucinta de lo que podemos denominar la dinámica espirita del perfeccionamiento humano. Por medio de las caídas y de las advertencias, de los riesgos corridos y de la ayuda de los buenos Espíritus, el hombre de buena voluntad irá venciendo sus malas inclinaciones y preparándose, ya en ésta existencia, para una vida mejor en el futuro. Muy al contrario de desalentarnos, nuestras caídas deben ser transformadas en peldaños de la escala de nuestro mejoramiento espiritual. Conforme se advertirá, la “auto salvación” de que nos acusan algunos religiosos no es más que el desarrollo de la voluntad y de la razón del Ser, bajo la dispensa de la gracia de Dios y mediante sus mensajeros, los Espíritus buenos. [N. de J. H. Pires.]
856. ¿Conoce de antemano el Espíritu el tipo de muerte por el que debe perecer?
- Sabe que la clase de vida que escogió lo expone a morir de tal manera más bien que de tal otra. Pero conoce asimismo las luchas que habrá de sostener para evitarlo, y que, si Dios lo permite, no sucumbirá.
857. Hay hombres que afrontan los peligros de las batallas con la persuasión de que no ha llegado su hora. ¿Tiene esa confianza algún fundamento?
- Muy a menudo el hombre tiene el presentimiento de su fin, como puede también tenerlo de que no morirá todavía. Ese presentimiento le viene de sus Espíritus protectores, los cuales quieren advertirle que se mantenga preparado para partir, o que levantan su coraje en los momentos en que más lo necesita. También puede provenirle de la intuición que tenga de la existencia que eligió, o de la misión que ha aceptado y que sabe deberá cumplir. (Véanse los parágrafos 411 y 522).
411. El Espíritu encarnado, en los instantes en que se halla desprendido de la materia y obra como Espíritu, ¿sabe cuándo morirá?
- Muchas veces lo presiente. En ocasiones tiene de ello muy clara conciencia, y es esto lo que en estado de vigilia la da la intuición del hecho. De ahí procede que ciertas personas prevean a veces su muerte con gran exactitud.
VII.- Presentimientos...
522. ¿Es siempre el presentimiento una advertencia del Espíritu protector?
- El presentimiento es el consejo íntimo y oculto de un Espíritu que os quiere bien. Está asimismo en la intuición de la elección que se ha hecho. Es la voz del instinto. Antes de encarnar, el Espíritu tiene conocimiento de las principales fases de su existencia, esto es, del género de pruebas a las que se compromete. Cuando éstas poseen un carácter evidente, guarda de ellas en su fuero interno una especie de impresión, y esa impresión, que constituye la voz del instinto, al revelarse cuando se acerca el instante, se convierte en presentimiento.
521. Ciertos Espíritus ¿pueden coadyuvar al progreso de las artes al proteger a los seres humanos que de ellas se ocupan?
- Hay Espíritus protectores especiales y que asisten a aquellos que los invocan, cuando los juzgan dignos de esto. Pero ¿qué queréis que hagan con los que creen ser lo que no son? No pueden lograr que los ciegos vean ni que los sordos oigan.
858. ¿A qué se debe que aquellos que presienten su muerte la teman, por lo general, menos que los otros?
- El que teme la muerte es el hombre y no el Espíritu. Y el que la presiente, piensa más como Espíritu que como hombre. Comprende su liberación, y la aguarda.
859. Si la muerte no puede evitarse cuando ha de llegarnos, ¿sucede lo mismo con todos los accidentes que sufrimos en el transcurso de la vida?
- Son con frecuencia cosas lo bastante insignificantes para que podamos preveniros de ellas, y en ocasiones hacer que las evitéis dirigiendo vuestro pensamiento. Porque no nos agrada el sufrimiento material. Pero esto es poco importante para la vida que habéis elegido. Realmente, la fatalidad sólo consiste en la hora en que debéis aparecer en la Tierra y la hora en que tenéis que marcharos de ella.
859 a. ¿Hay hechos que deban por fuerza suceder y que la voluntad de los Espíritus no pueda evitar?
- Sí, pero que tú, en el estado de Espíritu, has visto y presentido cuando hiciste tu elección. Mas no vayas a creer que cuanto sucede esté ya escrito, como dicen. Un acontecimiento suele ser a menudo la consecuencia de algo que tú has realizado mediante un acto de tu libre voluntad, de manera que si tú no hubieras hecho eso no se habría operado aquel acontecimiento. Si te quemas un dedo, se trata del resultado de tu imprudencia y también de la condición de la materia. Sólo los grandes dolores, los sucesos importantes, que pueden influir sobre lo moral, han sido previstos por Dios, porque resultan útiles para tu instrucción y purificación.
860. ¿Puede el hombre, por su voluntad y por sus actos, hacer que ciertos acontecimientos que debían suceder no ocurran, y a la inversa?
- Le es posible, si esa desviación aparente puede ajustarse a la vida que ha escogido. Por otra parte, para hacer el bien, como debe serlo y en cuanto es ese el único objetivo de la existencia, puede impedir el mal, sobre todo aquel que pudiera contribuir a un mal mayor.
861. El hombre que comete un homicidio ¿sabía, al elegir su vida, que se convertiría en criminal?
- No. Conocía que al optar por una existencia de luchas había posibilidades para él de dar muerte a un semejante, pero ignoraba si lo haría, porque casi siempre hay en el hombre deliberación antes de cometer el crimen. Ahora bien, el que delibera sobre algo es en todos los casos libre de hacerlo o de no hacerlo. Si el Espíritu supiera por anticipado que, ya en su condición de hombre, debía ser autor de un homicidio, estaría entonces predestinado a ello… Y sabed que no hay nadie que se halle predestinado al crimen, y que todo asesinato, como cualquier otro acto, es siempre el resultado de la voluntad y del libre albedrío.
Comentario de Kardec: Por otro lado, confundís continuamente dos cosas muy diversas: los sucesos materiales de la existencia y los actos de la vida moral. Si en ocasiones hay fatalidad, es en esos acontecimientos materiales cuya causa está fuera de vosotros y que son independientes de vuestra voluntad. En cuanto a los actos de la vida moral, ellos emanan siempre del hombre mismo, que en todos los casos tiene, por tanto, la libertad de elegir. Para esos actos, pues, no hay jamás fatalidad.
862. Existen personas a las cuales nada le sale bien y a quienes un genio malo parece perseguir en todas sus empresas. ¿No se puede llamar a esto fatalidad?
- Es fatalidad, si quieres denominarla así, pero resulta de la elección de la clase de existencia, porque tales personas han querido ser probadas mediante una vida de desilusiones, a fin de ejercitar su paciencia y su resignación. No obstante, no creas que esa fatalidad sea absoluta. Es a menudo el resultado del camino erróneo que han tomado y que no está en relación con su inteligencia y aptitudes. El que quiere cruzar a nado un río y no sabe nadar tiene muchas posibilidades de ahogarse. Así sucede en la mayoría de los acontecimientos de la vida. Si el hombre sólo iniciara empresas que estuviesen en relación con sus facultades, casi siempre obtendría buenos resultados. Lo que le pierde es su amor propio y su ambición, que lo desvían de su senda y le hacen tomar por una vocación lo que en realidad es el deseo de satisfacer ciertas pasiones. Fracasa y tiene la culpa, pero en lugar de atribuírselo a sí mismo prefiere acusar de ello a su mala estrella. Uno que hubiese sido un buen operario y que se hubiera ganado honradamente la vida, sería en cambio un mal poeta y moriría de inanición. Para todo el mundo habría lugar si cada cual supiera ocupar el que le corresponde.
863. Las costumbres sociales ¿no obligan muchas veces a un hombre a seguir un camino equivocado, y no está él sometido al contralor del qué dirán cuando escoge sus ocupaciones? Eso que llamamos respeto humano ¿no es un obstáculo para el ejercicio del libre arbitrio?
- Los hombres crean las costumbres sociales, no Dios. Y si a ellas se someten es porque les conviene, lo cual constituye un acto más de su libre albedrío, puesto que si lo desearan podrían liberarse de ellas. Entonces, ¿por qué se quejan? No deben acusar a las costumbres sociales, sino a su tonto amor propio, que les lleva a preferir morirse de hambre o inanición antes que apartarse de ellas. Nadie les toma en cuenta ese sacrificio que realizan en pro del qué dirán, en tanto que Dios sí les tomará en cuenta el sacrificio que hagan de su vanidad. Esto no significa que haya que desafiar sin necesidad al qué dirán, como hacen ciertas personas, que tienen más extravagancia que verdadera filosofía. Es tan desatinado dar motivo a que lo señalen a uno con el dedo o lo miren cual si se tratara de un ser exótico, como prudente descender por propia voluntad y sin murmurar cuando no puede uno mantenerse en lo alto de la escala.
NOTA: Aquí claramente se define lo que es La Anorexia Nerviosa de nuestros días. Mi opinión es que el reto será que dediquemos tiempo, recursos y esfuerzos para combatir estos ataque inmisericordes de los malos espíritus. Las obsesiones que ocasionan, logran doblegar a los seres humanos.
“Los espíritus me revelan que será necesaria el construir facilidades físicas para tratar estos trastornos de obsesiones espirituales. Nos va a tocar impulsar por medio de filántropos la construcción de estos Centros de Rehabilitación Espiritual, manejados por profesionales de la salud como Endontrinólogo, Psicólogos y Psiquiatras comprometidos con la filosofía Espírita que darían validez legal de operación a los países que los certificaran.”
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Psicografía por Frank Montañez, por Espíritu Sebastian, 9-15-11 (AK & ADS)
864. Si hay personas a las cuales la suerte parece ser contraria, otras en cambio dan la impresión de verse favorecidas por ella, por cuanto todo les sale bien. ¿A qué se debe esto?
- Con frecuencia es porque estas últimas saben hacer mejor las cosas. Pero también puede tratarse de una clase de pruebas. El buen éxito las embriaga, se confían a su destino y muchas veces pagan más tarde esos mismos triunfos mediante crueles reveses, que con prudencia hubieran podido evitar.
865. ¿Cómo explicar la suerte que favorece a algunas personas en circunstancias en que no intervienen de ningún modo ni la voluntad ni la inteligencia: en el juego, por ejemplo?
- Ciertos Espíritus han escogido de antemano determinados tipos de placer. La suerte que se les muestra propicia constituye una tentación. El que como hombre gane, perderá como Espíritu. Es una prueba para su orgullo y su codicia.
866. Así pues, la fatalidad que pareciera presidir los destinos materiales de nuestra vida, ¿sería también un efecto de nuestro libre albedrío?
- Tú mismo has elegido tu prueba. Cuanto más ruda sea y mejor la soportes, tanto más te elevarás. Aquellos que pasan su vida en medio de la abundancia y de la dicha humana son Espíritus cobardes que permanecen estacionarios. Por eso, el número de infortunados es muy superior al de los felices de este mundo, puesto que los Espíritus en su mayoría buscan la prueba, que les será más fructífera. Demasiado bien se les demuestra la futilidad de vuestras grandezas y placeres. Por otra parte, la vida más venturosa es siempre agitada y perturbada: no es sólo el dolor quien produce contrariedades. (Ver párrafos 525 y siguientes).
VIII.- Influencia de los Espíritus sobre los acontecimientos de la vida
525. ¿Ejercen los Espíritus influencia sobre los sucesos de la vida?
- Por cierto que sí, puesto que te aconsejan.
525 a. Ese influjo ¿lo ejercen de otro modo que por medio de los pensamientos que sugieren? Es decir, ¿tienen una acción directa en el cumplimiento o realización de las cosas?
- Sí, pero no obran nunca fuera de las leyes de la Naturaleza.
Comentario: Erróneamente nos imaginamos que la acción de los Espíritus sólo debe manifestarse mediante fenómenos extraordinarios. Querríamos que acudiesen en nuestra ayuda obrando milagros, y nos los representamos siempre como provistos de una varita mágica. No es así, de ningún modo. He ahí por qué su intervención se manifiesta ocultamente y lo que se hace con su concurso se nos imagina como un efecto natural. Así por ejemplo, ellos provocarán la reunión de dos personas que parecerán encontrarse por casualidad. Inspirarán a alguien la idea de pasar por determinado sitio, y llamarán su atención hacia tal punto, si esto debe traer el resultado que desean ellos obtener, de manera que el hombre, creyendo seguir sólo su propio impulso, sigue conservando su libre albedrío.
867. ¿De dónde proviene la expresión “nacer con buena estrella”?
- Antigua superstición, que relacionaba a las estrellas con el destino de cada individuo: alegoría que algunas personas toman tontamente al pie de la letra.
Veamos un resumen teórico del Libre Albedrío:
Libro Tercero – Capítulo X
Resumen teórico del móvil de las acciones del hombre
872. La cuestión del libre albedrío puede resumirse así: el hombre no es fatalmente conducido al mal; los actos que realiza no están escritos de antemano; los crímenes que comete no son el resultado de una sentencia del destino. El hombre puede, como prueba o expiación, elegir una existencia en la que sufrirá las incitaciones del crimen, ya sea por el medio en que se encuentre, o por las circunstancias que sobrevengan. No obstante, siempre es libre de obrar o de no obrar. Así pues, el libre albedrío existe, en el estado de Espíritu, en la elección de la existencia y de las pruebas; y en el estado corporal, en la facultad de ceder o resistir a las incitaciones a que nos hemos sometido voluntariamente. Compete a la educación combatir esas malas tendencias. Y lo hará con provecho cuando se base en el estudio profundo de la naturaleza moral del hombre. Mediante el conocimiento de las leyes que rigen a esa naturaleza moral se llegará a modificarla, así como se modifica la inteligencia mediante la instrucción, y el temperamento mediante la higiene.
El Espíritu, desprendido de la materia y en el estado errante, elige sus futuras existencias corporales según el grado de perfección que ha alcanzado, y en eso sobre todo consiste –como hemos dicho– su libre albedrío. Esa libertad no queda anulada por la encarnación. Si el Espíritu cede a la influencia de la materia es porque sucumbe ante las pruebas que él mismo eligió, y para que lo ayuden a superarlas puede invocar la asistencia de Dios y de los Espíritus buenos. (Véase el § 337.)
337. La unión del Espíritu a un cuerpo determinado, ¿puede ser impuesta por Dios?
“Puede ser impuesta, así como las diferentes pruebas, sobre todo cuando el Espíritu aún no es apto para hacer una elección con conocimiento de causa. Como expiación, el Espíritu puede ser obligado a unirse al cuerpo de un niño que, por su nacimiento y la posición que ocupará en el mundo, puede llegar a ser para él un motivo de castigo.”
Sin el libre albedrío el hombre no tiene culpa por el mal ni mérito por el bien. Esto es a tal punto admitido, que en el mundo siempre se censura o se elogia la intención, es decir, la voluntad. Ahora bien, quién dice voluntad, dice libertad. Por consiguiente, el hombre no puede valerse de su organización108 como excusa para justificar sus malas acciones, sin abdicar de su razón y de su condición de ser humano, para equipararse con los animales.
108 [Vease la nota del § 57.]
Si es así para el mal, lo mismo será para el bien. No obstante, cuando el hombre hace el bien pone mucho cuidado en que se le reconozca el mérito a él mismo, y se abstiene de atribuírselo a sus órganos, lo cual prueba que instintivamente no renuncia, a pesar de lo que opinan algunos sistemáticos 109, al más bello privilegio de su especie: la libertad de pensar.
109 [En frances, el adjetivo systématique es utilizado, en el caso que nos ocupa, en sentido despectivo.]
La fatalidad, tal como se la entiende vulgarmente, supone la decisión previa e irrevocable de todos los acontecimientos de la vida, cualquiera que sea su importancia. Si ese fuera el orden de las cosas, el hombre sería una máquina sin voluntad. Dado que se hallaría invariablemente dominado en todos sus actos por el poder del destino, ¿para qué le serviría la inteligencia? Tal doctrina, en caso de ser cierta, implicaría la destrucción de toda libertad moral.
Ya no habría responsabilidad para el hombre y, por consiguiente, dejarían de existir el bien y el mal, los crímenes y las virtudes. Dios, soberanamente justo, no podría castigar a su criatura por faltas cuya realización no dependería de ella, así como tampoco podría recompensarla por virtudes cuyo mérito no tendría. Semejante ley sería, además, la negación de la ley del progreso, pues el hombre que esperase todo de la suerte no intentaría nada para mejorar su posición, puesto que esta no sería ni mejor ni peor.
****La fatalidad no es, con todo, una palabra vana. Existe en la posición que el hombre ocupa en la Tierra y en las funciones que desempeña en ella, como consecuencia del tipo de existencia que su Espíritu eligió, ya sea una prueba, una expiación o una misión. El hombre sufre fatalmente todas las vicisitudes de esa existencia y todas las tendencias, buenas o malas, que le son inherentes; pero la fatalidad se detiene allí, porque depende de su voluntad que ceda o no a esas tendencias. El detalle de los acontecimientos está subordinado a las circunstancias que el propio hombre provoca con sus actos, y en los cuales pueden influir los Espíritus mediante los pensamientos que le sugieren. (Véase el § 459.)
Influencia oculta de los Espíritus en nuestros pensamientos y en nuestras acciones...
459. Los Espíritus, ¿influyen en nuestros pensamientos y en nuestras acciones?
“En ese aspecto su influencia es mayor de lo que creéis, pues muy a menudo son ellos quienes os dirigen.”
460. Además de nuestros propios pensamientos, ¿tenemos otros que nos son sugeridos?
“Vuestra alma es un Espíritu que piensa. No ignoráis que muchos pensamientos se os ocurren a la vez sobre un mismo asunto, y que a menudo son muy contradictorios. Pues bien, los hay siempre vuestros y nuestros. Eso os genera incertidumbre, porque tenéis en vosotros dos ideas que se combaten mutuamente.”
461. ¿De qué modo podemos distinguir nuestros propios pensamientos de aquellos que nos son sugeridos?
“Cuando se os sugiere un pensamiento, es como una voz que os habla. Vuestros propios pensamientos son, por lo general, los que se os ocurren primero. Por otra parte, esa distinción no reviste gran interés para vosotros, y con frecuenciaes útil no saberlo, pues de ese modo el hombre obra con mayor libertad. Si se decide por el bien, lo hace de buen grado. En cambio, si toma el camino del mal, mayor será su responsabilidad.”
462. Los hombres inteligentes y de genio, ¿toman siempre sus ideas de sí mismos?
“A veces las ideas proceden de su propio Espíritu. Sin embargo, a menudo les son sugeridas por otros Espíritus que los juzgan capaces de comprenderlas y dignos de transmitirlas. Cuando no las encuentran en sí mismos, apelan a la inspiración. En ese caso, se trata de una evocación que hacen sin sospecharlo.”
Si fuese útil distinguir con claridad los pensamientos propios de aquellos que nos son sugeridos, Dios nos habría proporcionado los medios para hacerlo, así como nos ha dado los medios que nos permiten distinguir el día de la noche. Cuando algo se nos presenta de modo impreciso es porque debe ser así para nuestro bien.
463. A veces se dice que lo que se nos ocurre primero siempre es bueno. ¿Es esto exacto?
“Puede ser bueno o malo, conforme a la naturaleza del Espíritu encarnado. Siempre es bueno en aquel que escucha las buenas inspiraciones.”
La fatalidad está, pues, en los acontecimientos que se presentan, dado que ellos son la consecuencia de la elección de la existencia que ha hecho el Espíritu. Tal vez no esté en el resultado de esos acontecimientos, pues del hombre depende modificar el curso de los mismos con su prudencia. Nunca hay fatalidad en los actos de la vida moral.
En la muerte el hombre sí se halla sometido de manera absoluta a la inexorable ley de la fatalidad, pues no puede librarse de la sentencia que fija el término de su existencia, ni del tipo de muerte que debe interrumpir su curso.
Según la doctrina vulgar, el hombre extrae de sí mismo todos sus instintos. Estos proceden de su organización física, de la cual él no es responsable; o de su propia naturaleza, en la que encuentra una excusa ante sus propios ojos diciendo que no es culpa suya ser como es. La doctrina espírita es, evidentemente, más moral.
Admite en el hombre el libre albedrío en toda su plenitud. Al decirle que si hace el mal cede a una mala sugestión extraña, le deja la responsabilidad completa, puesto que reconoce en él el poder de resistir, lo cual es evidentemente más fácil que si tuviera que luchar contra su propia naturaleza. Así, según la doctrina espírita, no hay incitación irresistible: el hombre puede siempre cerrar los oídos a la voz oculta que lo incita al mal en su fuero interior, así como puede cerrarlos a la voz material de quien le habla. Puede hacerlo mediante su voluntad, pidiéndole a Dios la fuerza necesaria y reclamando con ese fin la asistencia de los Espíritus buenos. Eso es lo que nos enseña Jesús en la sublime plegaria de La oración dominical, cuando nos hace decir: “No nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal”110.
110 [San Mateo 6:13. Véase el § 469.]
Esta teoría de la causa excitante de nuestros actos resulta evidentemente de toda la enseñanza que imparten los Espíritus. No sólo es sublime en cuanto a su moralidad, sino que –agregamos–eleva al hombre ante sí mismo. Lo muestra libre de sacudirse un yugo obsesor111, así como es libre de cerrar su casa a los inoportunos.
111 [Véase la nota del § 478.]
Ya no es una máquina que funciona mediante un impulso independiente de su voluntad, sino un ser de razón, que escucha, juzga y elige libremente entre dos consejos. Añadamos que, a pesar de esto, el hombre no se halla privado de su iniciativa; no deja de obrar por su propio impulso, puesto que en definitiva no es más que un Espíritu encarnado que conserva, bajo la envoltura corporal, las cualidades y los defectos que tenía como Espíritu.
Por consiguiente, la causa principal de las faltas que cometemos está en nuestro propio Espíritu, que todavía no alcanzó la superioridad moral que tendrá algún día, aunque no por eso carece de libre albedrío. La vida corporal le fue otorgada para que purgue sus imperfecciones mediante las pruebas que sufre en ella, y son precisamente esas imperfecciones las que lo tornan más débil y más accesible a las sugestiones de los otros Espíritus imperfectos, que se aprovechan de ellas para tratar de hacerlo sucumbir en la lucha que ha emprendido. Sí sale victorioso de esa lucha, se eleva.
Si fracasa, sigue siendo lo que era, ni mejor ni peor. Se trata de una prueba que deberá recomenzar, y eso puede durar mucho tiempo. Cuanto más se purifica, tanto más disminuyen sus puntos débiles y menos motivos da a los que lo incitan al mal. Su fuerza moral crece a causa de su elevación, y los Espíritus malos se alejan de él.
Todos los Espíritus, más o menos buenos, cuando están encarnados, constituyen la especie humana. Y como la Tierra es uno de los mundos menos adelantados, en ella se encuentran más Espíritus malos que buenos, por eso vemos aquí tanta perversidad.
Esforcémonos, pues, para no tener que volver a este mundo después de la actual estadía, y para que merezcamos ir a descansar en un mundo mejor, en uno de esos mundos privilegiados en los que el bien reina con exclusividad y donde sólo recordaremos nuestro paso por la Tierra como un período de exilio.
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El libre albedrío no puede confundirse con determinismo.porque entonces, seramos una máquina. Sin embargo se demuestra lo hermoso de la libertad de pensar. Protege ese privilegio que sólo tú puedes cuidar y cultivar. Los que te interfieren tu libre pensar, son de naturaleza egoísta.
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Determinismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-consecuencia, y por tanto, el estado actual determina" en algún sentido el futuro. Existen diferentes formulaciones de determinismo, que se diferencian en los detalles de sus afirmaciones. Para distinguir las diferentes formas de determinismo conviene clasificarlas acorde al grado de determinismo que postulan:
- El determinismo fuerte sostiene que no existen sucesos genuinamente aleatorios o azarosos, y en general el futuro es potencialmente predecible a partir del presente. El pasado también podría ser "predecible" si conocemos perfectamente una situación puntual de la cadena de causalidad.
- El determinismo débil sostiene que es la probabilidad lo que está determinado por los hechos presentes, o que existe una fuerte correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia de sucesos esencialmente aleatorios e impredecibles.
Cabe resaltar que existe una diferencia importante entre la determinación y la predictibilidad de los hechos. La determinación implica exclusivamente la ausencia de azar en la cadena causa-efecto que da lugar a un suceso concreto. La predictibilidad es un hecho potencial derivado de la determinación certera de los sucesos, pero exige que se conozcan las condiciones iniciales (o de cualquier punto) de la cadena de causalidad.
Podemos mirar el estado presente del universo como el efecto del pasado y la causa de su futuro. Se podría condensar un intelecto que en cualquier momento dado sabría todas las fuerzas que animan la naturaleza y las posiciones de los seres que la componen, si este intelecto fuera lo suficientemente vasto para someter los datos al análisis, podría condensar en una simple fórmula de movimiento de los grandes cuerpos del universo y del átomo más ligero; para tal intelecto nada podría ser incierto y el futuro así como el pasado estarían frente sus ojos. Laplace
Determinismo en Ciencias Sociales
Dado que las ciencias sociales estudian tanto la conducta individual, como la conducta de sistemas formados por diversos individuos, existen formas de determinismo que sostienen que el comportamiento global del sistema es determinista (sin afirmar nada sobre el determinismo de los individuos) y formas más radicales que sostienen el determinismo incluso a nivel de individuo. Algunos autores, como Marvin Harris que no son estrictamente deterministas, han planteado la posibilidad de un determinismo probabilista, por el cual no serían los hechos en sí mismos los que están determinados sino la probabilidad de que un sistema social evolucione en un sentido u otro.
Determinismo en los individuos
Nuevamente dentro de las formas determinismo, en relación a los individuos, existen posturas desde el determinismo probabilista hasta el determinismo fuerte que niega cualquier papel al azar. Desde el punto de vista humano, el determinismo individualista fuerte sostiene que no existe el libre albedrío. El determinismo sostiene que nuestra vida está regida o fuertemente determinada por circunstancias que escapan a nuestro control de modo que nadie es responsable, en última instancia, de lo que hace o deja de hacer.
- Determinismo psíquico, concepto acuñado por el psicoanálisis. El determinismo psíquico es un concepto del psicoanálisis que parte de que todo fenómeno psíquico tiene una causa y, por lo mismo, también la libre elección o decisión humana, en las que la causa es la fuerza del motivo más potente, o bien la situación interna psicológica determinada por todos los condicionamientos procedentes de la herencia, la biología, la educación, el temperamento y el carácter de la persona que decide o el inconsciente.
La mecánica clásica y la teoría de la relatividad son teorías que postulan leyes de evolución temporal, es decir, "ecuaciones de movimiento" de tipo deterministas. Ha habido autores como Karl Popper o Ilya Prigogine que han intentado rebatir este determinismo en la física clásica en base a argumentos tales como la existencia de sistemas con bifurcaciones, la flecha del tiempo, el caos, etc. Sin embargo, según López Corredoira, todo lo que están haciendo estos autores es básicamente confundir de manera inapropiada el determinismo con la predictibilidad.[1] El determinismo es inseparable de la mecánica clásica y la teoría de la relatividad, no así la predictibilidad pues, a pesar del hecho determinista en el modo en que las mecánicas clásica y relativista tratan la evolución temporal de los sistemas físicos, en la práctica existen muchas dificultades para lograr un conocimiento completo del estado físico de un sistema clásico o relativista.
La mayoría de científicos, consideran que la mecánica cuántica es una teoría no-determinista en la que el azar sí tiene un papel. Sin embargo, incluso en mecánica cuántica, el azar tiene un papel restringido. La interpretación común de la física cuántica postula una evolución determinista de la función de onda cuando no es observada o medida, junto con una "evolución" o colapso azaroso del estado de un sistema microscópicos cuando se realiza una medida sobre éste. Es sólo este segundo tipo de evolución la fuente de azar en mecánica cuántica. Debido a ese papel limitado, aunque la mayoría de físicos considera que el azar juega un papel importante en la escala atómica pero que a escala humana el mundo es prácticamente determinista (aunque existe la posibilidad de que un efecto cuántico amplificado introduzca el azar también a escalas mayores).
El determinismo fuerte en las ciencias naturales, en general es sinónimo de determinismo cosmológico, que afirma que el universo se rige por unas leyes físicas inquebrantables (incluso nosotros) por tanto, todo lo que acontece sucede así porque nunca podría haber sucedido de otra manera.
Determinismo religioso
- Determinismo teológico: si Dios lo sabe todo será porque él mismo ha determinado todas las cosas según su criterio, por lo que Dios es la causa de las acciones humanas. El protestantismo calvinista mantiene que el ser humano carece de libre albedrío y está predestinado. En contraste, el protestantismo en general se opone al determinismo, diciendo que si Dios es omnipotente también puede hacer al ser humano libre aunque sepa lo que vamos a hacer. Es decir, Dios y el hombre son conjuntamente los autores de los actos humanos.
Baruch Spinoza
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Baruch Spinoza
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Retrato de Baruch de Spinoza, cerca de 1665
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Nombre completo
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Benedict de Spinoza
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Nacimiento
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Defunción
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Baruch de Spinoza (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.
Spinoza acaba afirmando un determinismo (negación de la libertad humana) riguroso, aunque deja el resquicio de una definición poco alentadora y paradójica de libertad: la libertad humana aparece cuando el ser humano acepta que todo está determinado; la libertad no depende de la voluntad sino del entendimiento; el hombre se libera por medio del conocimiento intelectual.
En el campo de la filosofía Spinoza se declara monista, esto es, no cree en la existencia de un dualismo cuerpo-alma. Para Spinoza el hombre es cuerpo y mente, y todo en su conjunto es parte de una sustancia universal con infinitos modos e infinitos atributos, algo que da lugar a un «monismo neutral».
También es determinista, lo que supone que no cree en el libre albedrío: asegura que el hombre está determinado por leyes universales que lo condicionan mediante la ley de la preservación de la vida. Así, afirma que ser libre es regirse por la razón frente a la sumisión, por ejemplo, a la religión.
Baruch Spinoza comparó la creencia del hombre en el libre albedrío con una piedra que piensa que escogió el sendero al cual llegó por el aire y el lugar en el cual aterrizó. En la Ética escribió, "Las decisiones de la mente no son nada salvo deseos, que varían según varias disposiciones puntuales". "No hay en la mente un absoluto libre albedrío, pero la mente es determinada por el desear esto o aquello, por una causa determinada a su vez por otra causa, y ésta a su vez por otra causa, y así hasta el infinito." "Los Hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la esperanza."[6] [7]
Determinismo contra indeterminismo
El determinismo sostiene que cada situación se condiciona íntegramente y así es determinada por los estados de los propósitos que la precedieron.[4] El indeterminismo especula que esta proposición es incorrecta, ya que hay acontecimientos que no son determinados enteramente por acontecimientos previos. El determinismo filosófico es ilustrado a veces por el experimento mental del demonio de Laplace, el cual conoce todos los hechos acerca del pasado y presente y todas las leyes naturales que gobiernan el mundo, y utilizan este conocimiento para prever el futuro, hasta el más mínimo detalle —pero Laplace no representa el pensamiento científico moderno acerca del tema.[5]
El incompatibilismo mantiene que el determinismo no se puede reconciliar con el libre albedrío. Los incompatibilistas generalmente aclaman que una persona actúa libremente sólo cuando ésta es la única que origina la causa que desencadena una acción y que podría haber terminado auténticamente de otra manera. Ellos mantienen que si el determinismo es verdad cada elección es determinada por acontecimientos previos.[4]
Hay un punto de vista intermedio en que las condiciones pasadas podrían tener influencia, pero no determinan las acciones futuras. Las elecciones individuales son un resultado entre muchos resultados posibles, todos los cuales son inducidos pero no son determinados por el pasado. Incluso si el agente del albedrío espontáneamente se esfuerza en escoger entre las acciones disponibles, propiamente el agente no es el que origina la causa de la acción, porque nadie puede realizar las acciones que son imposibles, tal como volar con solo batir los brazos. Aplicado a estados interiores, esta perspectiva sugiere que uno puede escoger entre las opciones en que uno piensa, pero no puede escoger una opción inverosímil de realizar. Según esta opinión, las elecciones actuales pueden iniciar, determinar, o pueden limitar las elecciones futuras.
Arthur Schopenhauer, estando de acuerdo con Spinoza, escribió, "Todos creen a priori en que son perfectamente libres, aún en sus acciones individuales, y piensan que a cada instante pueden comenzar otro capítulo de su vida... Pero a posteriori, por la experiencia, se dan cuenta —a su asombro— de que no son libres, sino sujetos a la necesidad; su conducta no cambia a pesar de todas las resoluciones y reflexiones que puedan llegar a tener. Desde el principio de sus vidas al final de ellas, deben soportar el mismo carácter...”[8]
Reflexión Final
A manera de resumen, el Libre Albedrío es una condición fundamental en el ser humano. Dios lo determinó así a fin de que fuéramos nosotros mismos los responsables de nuestro caminar por la vida y con solo dotados de la intuición pudiéramos progresar espiritualmente por la escalera espiritual hasta llegar a la perfección de nuestro espíritu. No se nos ha revelado que pasaría después y cuanto tiempo requerirá para que esto ocurra. Parece ser que la vida misma será lo que debe preocuparnos por innumerable cantidad de años y de incontables existencias.
El Libre Albedrío deberá ser nuestro modo de vida siempre, cuando deja de ser nuestra prioridad, dejamos de progresar espiritualmente. Cuando los dogmas y los sistemas de vida y/o políticos tratan de usurpar esta ley universal, estamos de plano caminando la carretera de la vida de espaldas a Dios. Cuando la religiosidad toma control en las decisiones de los seres humanos, interfieren directamente con nuestro progreso espiritual.
Un ejemplo mencionado en el Libro de los Espíritus, nos ilustra que cuando las condiciones sociales pueden más que nuestra capacidad de tomar decisiones es la ocasión propicia para espíritus inmundos entonces tomar control de nuestras vidas. El ítem #863, ilustra las condiciones que describen la Anorexia Nerviosa, que tanto daño esta haciendo hoy día. Los intelectuales, los médicos y las ramas de la medicina que pueden y debieran lidiar con este trastorno, se quedan muy cortos en sus diagnostico de esta enfermedad. Aquí vemos como de una manera clara, espíritus impuros logran introducirse en la mentes y hacen lo mismo con otras obsesiones que subyugan al ser humano. No será hasta que nos demos cuenta que el mundo espiritual, orquestados por espíritus impuros pero astutos e inteligentes que están reinando por sus respetos.
Es por eso tan importante nuestro trabajo de divulgación que lograran hacer lo propio con el concurso de buenos y elevados espíritus. Para muchos esto que expreso no es importante, pues pueden mas sus falsas creencias religiosas y el escepticismo rampante que tendrán su némesis con la Transformación Moral de los individuos en su momento.
Tan importante es que tenemos todo el control necesario de nuestras decisiones siempre, tanto en la vida normal física como en el mundo espiritual. Es el mismo individuo que decide perder este control de sí mismo cuando cede esta prerrogativa de decisión al consultar con adivinos, o hechiceros o cualquier Médium que pretende adivinar el futuro, lo cual no agrada a Dios. El Libre Albedrio del ser humano, ha tratado de ser derrotado, cuando la religiosidad hasta ha determinado de herejes a los que opten por ejercer por su Libre Albedrío. Cuando el individuo pasa por alto esta responsabilidad y pretende que alguien más decida por el, lo que se supone es y debe ser su propia decisión a decidir, entonces su responsabilidad es una falta que también se acumula en su Causa y Efecto.
Podemos ser felices o infelices con solo decidirlo, pero si te ha tocado vivir una vida de incertidumbres y de angustias, debes comprender que han sido decisiones tomadas de antemano por ti mismo desde antes de reencarnar. Todo ha tenido un propósito, si pasas tu mismo esas pruebas ya impuestas por ti, podrás decir que pudiste vencer.
El problema mayor poder comprender lo que nos pasa y no es posible porque no puedes recordarlo, pues así lo determina Dios. Todo tiene lugar antes de encarnar, pero es posible que podamos verificar nos pasa o que estamos pasando con solo evaluar las circunstancias. Pero siempre debemos saber que lo que queremos saber lo decidimos así y la respuesta debe estar también en ti mismo.
Si analizas las circunstancias, puedes ver que esta prueba que estas pasando debes pasar por ella y si se te acaban las fuerzas entonces, tienes tus Espíritus protectores para asistirte, pero no están ahí para decidir por ti, sino para confortarte y darte confianza. Debes aprender a tomar la responsabilidad de decidir por ti todo lo que pasa en tu vida. Por eso es que tantas personas caminan perdidas en la vida, siempre están buscando quien les diga que hacer, pero las respuestas no las encuentras donde la mayoría se reúne. Las respuestas siempre están en nuestro interior.
Y se supone que así sea. Cuando eres niño, alguien decide por ti, pero en la adultez tú eres responsable de todos tus actos. Entonces porque no te dedicas a caminar en Moral, para que se vallan enderezando tus caminos.
No es fácil de digerir esta verdad pero así es. Y además tiene mucha lógica y es justo.
La próxima vez que te trates de cuestionar que pasa en tu vida debes pensar y analizar que propósito hay detrás de la prueba y descubrirás que es algo que necesitas vencer, si no lo haces en esta vida lo tendrás que repetir hasta lograrlo. Cuando las personas se encuentran con obstáculos en la vida y optan por quitarse la vida, lo que hacen es retrazar esta prueba para otra reencarnación, no teniendo ningún progreso espiritual en esta existencia.
Al fin y a la postre, siempre redundará en un bien en tu crecimiento espiritual si logras vencer las pruebas a las que te enfrentas continuamente. Si cuando las pruebas te doblegan y le hechas la culpa a Dios, nada has logrado. Porque las pruebas no tienen el propósito de probarle a Dios que tu puedes, porque Dios ya sabe lo que puedes dar, es a ti mismo al que debes mirar, por que fueron tu decisión y porque es ati al que benefician el poder superarlas.
Si cometes el grandísimo error de ir a buscar ayuda a un adivino, a un hechicero, a un adivino o a realizar un Ritual Religioso, sabes que nada lograrás en tu crecimiento espiritual y acumularás mas faltas en tu Karma, que tendrás que algún momento enfrentar y pagar. Es un poco patético y suena fuerte al oído de los que leen esta Reflexión, pero existe justicia en este proceso, diseñado por Dios, pues no se pueden quedar impunes los errores y las faltas que hacemos en contra de nuestros semejantes. Esto es así, por lo tanto no rindas tu Libre Albedrío o poder de decisión a otros que no pueden ni debe decidir por ti.
El Libre Albedrío NO es igual a lo que significa el Determinismo. No debe existir confusión en estos dos términos El Determinismo postula que no importa lo que ocurra con nuestras acciones, todo se determinara estrictamente como un resultado de causa y efecto. Tiende a la confusión y los que no tienen el conocimiento de lo que en si significa este termino lo confunden con el Libre Albedrío, pero El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-consecuencia, y por tanto, el estado actual determina" en algún sentido el futuro
Espero que esta Reflexión aclare un poco la realidad de este tema
Referencias:
- El libro de Los Espíritus, escrito por Allan Kardec,
- Wikipedia
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Revisado en: 5/5/16
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