Las Constelaciones Familiares, son sólo "Opiniones Personales", que han creado los Espiritualistas Religiosos contaminados con ideas Metafisica, con enseñanzas que no son de las Enseñanzas del Espiritismo Verdadero...
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS,
AFECTO DE LOS ESPÍRITUS HACÍA CIERTAS PERSONAS...
484. ¿Los espíritus aman preferentemente a ciertas personas?
«Los espíritus buenos simpatizan con los hombres de bien o susceptibles de mejorarse; los
espíritus inferiores con los hombres viciosos o que pueden llegar a serlo, y de aquí su
adhesión resultado de la semejanza de sensaciones».
485. ¿El afecto de los espíritus hacía ciertas personas es exclusivamente moral?
«El afecto verdadero no es nada carnal; pero cuándo un espíritu se aficiona a una
persona, no siempre es por afecto, y alguna parte puede tomar en ello un recuerdo de las
pasiones humanas».
486. ¿Los espíritus participan de nuestras desgracias y prosperidades? ¿Los que nos
aprecian se afligen por los males que experimentamos durante la vida?
«Los espíritus buenos hacen todo el bien posible y gozan de todas yuestras alegrías. Se
afligen por vuestros males, cuándo no los soportáis con resignación; porque entonces no os
producen resultado, pues venís a ser como el enfermo que rehusa por amarga la poción que ha
de salvarle».
487. ¿Cuáles de nuestros males afligen más a los espíritus, los físicos o los morales?
«Vuestro egoísmo y vuestra dureza de corazón, pues de ahí se origina todo. Se ríen de todos ésos males imaginarios que nacen del orgullo y de la ambición, y se regocijan por los que han de abreviar vuestro periodo de prueba».
Sabiendo los espíritus que no es más que transitoria la vida corporal, y que las tribulaciones que la acompañan son medios para llegar a mejor estado, deploran más las causas morales que de éste nos alejan, que los males fisicos que sólo son pasajeros.
Los espíritus se cuidan poco de las desgracias que afectan únicamente a nuestras ideas mundanas, como nosotros de los pesares pueriles de la infancia.
El espíritu que ve en las aflicciones de la vida un medio para nuestro progreso, las considera como la crisis momentánea que ha de salvar al enfermo. Compadece nuestros sufrimientos como nosotros los de un amigo; pero mirando las cosas desde más exacto punto de vista, las aprecia de distinto modo que
nosotros, y mientrds los buenos nos reaniman en sentido propicio a nuestro porvenir, los otros. para comprometerlo, nos excitan a la desesperación.
488. Nuestros amigos y parientes muertos antes que nosotros, ¿nos tienen más simpatías
que los espíritus que nos son extraños?
«Sin duda, y con frecuencia Os protegen como espíritus, con arreglo a su poder».
-¿Son sensibles al afecto que aún les conservamos?
«Muy sensibles; pero olvidan a los que los olvidan».
ÁNGELES GUARDIANES, ESPÍRITUS PROTECTORES, FAMILIARES
O SIMPÁTICOS
489. ¿Hay espíritus que se unen particularmente a un individuo para protegerle?
«Sí; el hermano espiritual, al que vosotros llamáis el espíritu bueno, o el buen genio».
490. ¿Qué debe entenderse por ángel guardián?
«El espíritu protector de un orden elevado».
491. ¿Cuál es la misión del espíritu protector?
«La de un padre respecto a sus hijos; llevar a su protegido al buen camino, ayudarle con
sus consejos, consolarle en sus aflicciones y sostenerle en las pruebas de la vida».
492. ¿El espíritu protector está unido al individuo desde el nacimiento de éste
«Desde el nacimiento hasta la muerte, y a menudo aun después de ésta, le sigue en la
vida espiritista y hasta en muchas existencias corporales; porque éstas no son más que fases
muy breves, comparadas con la vida del espíritu».
493. ¿Es voluntaria u obligatoria la misión del espíritu protector?
«El espíritu está obligado a cuidar de vosotros; porque ha aceptado esta tarea; pero elige
los seres que le son simpáticos. Para unos es un placer, para otros una misión o un deber».
-Uniéndose a una persona, ¿el espíritu renuncia a proteger a otros individuos?
«No; pero lo hace menos exclusivamente».
494. ¿El espíritu protector está fatalmente unido al ser a quien guarda?
«Sucede a menudo que ciertos espíritus abandonan su posición para cumplir diversas
misiones; pero entonces se verífica un cambio».
495. ¿El espíritu protector abandona a veces a su protegido cuando se muestra rebelde a
sus avisos?
«Se aleja cuando ve que son inútiles sus consejos, y que es más imperante el deseo de
sufrir la influencia de los espíritus inferiores; pero jamás le abandona del todo y siempre le
deja oir su voz. El hombre es quien entonces cierra el oído; pero el espíritu protector vuelve
apenas se le llama.
»Hay una doctrina que por su encanto y su dulzura, dehiera convertir hasta a los más
incrédulos. Esta doctrina es la de los ángeles guardianes. ¿No es acaso una idea muy
consoladora la de pensar que siempre tenéis a vuestro lado seres que os son superiores, que
allí están siempre para aconsejaros, fortaleceros y ayudaros a gravitar la áspera montaña del
bien, seres que son amigos más firmes que los más íntimos que podéis tener en la tierra? Allí
están por orden de Dios que los ha puesto a vuestro lado, y lo están por amor suyo,
cumpliendo respecto de vosotros una bella, pero penosa misión. Sí dondequiera que estéis
está vuestro ángel guardián: las cárceles. los hospitales, los lugares de depravación, la
soledad, nada os separa de ese amigo a quien no podéis ver, pero cuyos más dulces impulsos
siente vuestra alma y cuyos sabios consejos oye.
»¡Lástima que no conozcáis mejor esta verdad! Cuántas veces os ayudaría en vuestros
momentos de crisis y cuántas os libraría de los espíritus malos. Pero en el día supremo este
211
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ángel de bien os habrá de decir con frecuencia: "¿No te dije tal cosa, y no la hiciste? ¿No te
enseñé el abismo y te hundiste en él? ¿No dejé oír en tu conciencia la voz de la verdad, y tú
seguiste los consejos de la mentira?" ¡Ah!, in terrogad a vuestros ángeles guardianes y
estableced entre ellos y vosotros la tierna intimidad que entre los mejores amigos existe. No
intentéis ocultarles nada; porque tienen la mirada de Dios, y no podéis engañarlos. Pensad en
el porveríir; procurad adelantar en esta vida y vuestras pruebas serán más cortas y más felices
vuestras existencias. Adelante, ¡oh!, hombres; desechad de una vez pata siempre
preocupaciones y segundas intenciones; penetrad en el nuevo camino que se os abre.
¡Adelante! ¡Adelante! Tenéis guías, seguidlos; el objeto final no se os escapará, porque ese
objeto es el mismo Dios.
»A los que creen que es imposible que espíritus verdaderamente elevados se entreguen a
tan laboriosa y tan incesante tarea, les diremos que influimos en vuestras almas, a pesar de
que nos separen de vosotros millones de leguas; nada es para nosotros el espacio, y aunque
vivan en otros mundos, nuestros espíritus mantienen sus relaciones con los vuestros.
Gozamos de cualidades que no podéis compren der; pero sabed que Dios no os ha
abandonado solos en la tierra sin amigos y sostén. Cada ángel guardián tiene su protegido a
quien vigila como un padre a su hijo. Es feliz, cuando le ve seguir el buen camino, y gime.
cuando ve despreciados sus consejos.
»No temáis cansarnos con preguntas, sino que debéis estar, por el contrario, en continua
relación con nosotros y así seréis más fuertes y felices. Estas comunicaciones del hombre con
su espíritu familiar son las que hacen a todos los hombres médiums, médiums desconocidos
hoy; pero que manifestándose más tarde, se extenderán como el océano sin límites para
anonadar la incredulidad y la ignorancia. Instruid, hombres instruidos; educad a vuestros
hermanos, hombres de talento. No sabéis la obra que realizáis haciéndolo; realizáis la obra de
Cristo, la que Dios os impone. ¿Para qué os dio la inteligencia y la ciencia, sino para que
hagáis participes de ella a vuestros hermanos, a fin de que progresen en el camino de la dicha
y de la felicidad eterna?
SAN LUIS, SAN AGUSTÍN».
212
ALLAN KARDEC
La doctrina de los ángeles guardianes que vigilan a sus protegidos, a pesar de la distancia que
separa los mundos, nada tiene que deba sorprendernos y es, por el contrario, grande y sublime. ¿Acaso no
vemos en la tierra a un padre vigilar a su hijo, aunque esté de él alejado, y ayudarle con sus consejos por
medio de la correspondencia? ¿Qué habria, pues, de admirable en que los espíritus pudiesen guiar a los
que toman bajo su protección. desde uno a otro mundo, dado que la distancia que separa a los mundos es
menor para ellos que la que separa a los continentes de la Tierra? ¿Y no tienen además el fluido universal
que enlaza a todos los mundos y los hace solidarios; inmenso vehículo de la transmisión del pensamiento,
como, lo es para nosotros el, aire de la transmisión del sonido?
496. El espíritu que abandona a su protegido, ya que no le hace bien, ¿puede hacerle
mal?
«Los espíritus buenos nunca hacen mal, dejan que lo hagan los que ocupan su puesto, y
entonces acusáis de vuestras desgracias a la suerte, siendo así que vosotros tenéis la culpa».
497. ¿El espíritu protector puede dejar a su protegido a merced de un espíritu que podría
tenerle mala voluntad?
«Los espíritus malos se unen para neutralizar la acción de los buenos; pero si el protegido
lo quiere, devolverá toda su fuerza a su espíritu bueno. El espíritu bueno quizá ve en otra
parte una buena voluntad a quien ayudar, y aprovecha la ocasión esperando el momento de
regresar al lado de su protegido».
498. Cuando el espíritu protector deja que su protegido se extravíe en la vida, ¿es por
impotencia para luchar con los espíritus malévolos?
«No es porque no puede, sino porque no quiere; su protegido sale entonces de las pruebas
más perfecto e instruido, y el espíritu protector le asiste con sus consejos y con los huenos
pensamientos que le sugiere, los cuales por desgracia no siempre son oídos. Sólo la debilidad,
la incuria o el orgullo del hombre dan fuerza a los espíritus malos, y sólo procede su poder
sobre vosotros de que no les oponéis resistencia».
499. ¿El espíritu protector está constantemente con su protegido? ¿No hay circunstancias
en que, sin abandonarle, le pierde de vista?
«Las hay en que la presencia del espíritu protector no es necesaria a su protegido».
500. ¿Llega un momento en que el espíritu no ha menester de ángel guardián?
213
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
«Si; cuando llega al grado de poder conducirse por si mismo, cuando llega un momento
en que el discípulo no ha menester de maestro; pero no acontece esto en vuestro planeta».
501. ¿Por qué la acción de los espíritus en nuestra existencia es oculta, y por qué cuando
nos protegen, no lo hacen de un modo ostensible?
«Si contaseis con su apoyo, no obraríais por vosotros mismos y vuestro espíritu no
progresaría. Para que pueda adelantar necesita experiencia, y preciso es que a menudo la
adquiera a su costa. Es necesario que ejercite sus fuerzas, sin lo cual vendría a ser como el
niño a quien no se deja andár solo. La acción de los espíritus que os quieren bien, está
dispuesta de modo que deje siempre a salvo vuestro libre albedrío; porque, si no fueseis
responsables, no adelantaríais en el camino que ha de, conduciros a Dios. No viendo el
hombre a su sostenedor, se entrega a sus propias fuerzas; pero su guía le vigila empero, y de
vez en cuando le avisa que desconfíe del peligro».
502. El espíritu protector que consigue llevar a su protegido al buen camino,
¿experimenta algún bien para si mismo?
«Es un mérito que se le tiene en cuenta, ya para su propio adelanto, ya para su felicidad.
Es feliz cuando el éxito corona sus esfuerzos, y triunfa como un profesor con los progresos de
su discípulo».
-¿Es responsable si no triunfa?
«No; porque ha hecho todo lo que de él dependía».
503. El espíritu protector que ve que su protegido sigue un mal camino a pesar de sus
avisos, ¿experimenta sufrimiento y encuentra en ello una causa de turbación en su felicidad?
«Deplora sus errores y le compadece; pero semejante aflicción no tiene las angustias de
la paternidad terrestre, porque sabe que el mal tiene remedio y que lo que no hace hoy lo hará
mañana».
504. ¿Podemos saber siempre el nombre de nuestro espíritu protector o ángel guardián?
«¿Cómo queréis saber nombres que no existen para vosotros? ¿Creéis que no existen
entre los espíritus más que los que vosotros conocéis?»
-¿Cómo, pues, lo invocaremos, si no lo conocemos?
214
ALLAN KARDEC
«Dadle el nombre que queráis, el de un espíritu superior a quien tengáis simpatía y
veneración. El espíritu protector acudirá al llamamiento; porque todos los espíritus buenos
son hermanos y se auxilian».
505. Los espíritus protectores que toman nombres conocidos, ¿son siempre realmente los
de las personas que tenían aquellos nombres?
«No; pero espíritus que les son simpáticos y que vienen a menudo por orden suya.
Necesitáis nombres, y entonces toman uno que os inspire confianza. Cuando vosotros no
podéis cumplir personalmente una misión, enviáis un comisionado que haga vuestras veces».
506. Cuando estemos en la vida espiritista, ¿reconoceremos a nuestro espíritu protector?
«Sí; porque a menudo le conocíais antes de encarnaros».
507. ¿Todos los espíritus protectores pertenecen a la clase de espíritus superiores?
¿Pueden ser de los grados intermedios? Un padre, por ejemplo, ¿puede llegar a ser el espíritu
protector de su hijo?
«Puede serlo; pero la protección supone cierto grado de elevación y además un poder y
una virtud concedida por Dios. Un padre que protege a su hijo puede a su vez estar asistido
por un espíritu más elevado».
508. Los espíritus que han abandonado en buenas condiciones la tierra, ¿pueden siempre
proteger a los que aman y les sobreviven?
«Su poder es más o menos restringido, y la posición en que se encuentran no siempre los
deja en completa libertad de obrar».
509. Los hombres en estado salvaje o de inferioridad moral, ¿tienen igualmente sus
espíritus protectores, y en este caso son de orden tan elevado como los de los hombres muy
adelantados?
«Todo hombre tiene un espíritu que vela por él; pero las misiones son relativas a su
objeto. Vosotros no confiáis un niño que aprende a leer a un profesor de filosofía. El progreso
del espíritu familiar corresponde al del espíritu protegido. Teniendo un espíritu protector que
os vigila, podéis a vuestra vez llegar a ser el protector de un espíritu que os es inferior, y los
progresos que le ayudéis a realizar contribuirán a vuestro adelanto. Dios no pide al espíritu
más
215
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
de lo que le permiten sus fuerzas y el grado a que ha llegado».
510. Cuando el padre que vela por su hijo se reencarna, ¿continúa velando por él?
«Es más difícil; pero suplica, en un momento de emancipación, a un espíritu simpático
que le asÍsta en semejante misión. Por otra parte, los espíritus no admiten más misiones que
las que pueden cumplir hasta el fin.
»El espíritu encarnado, sobre todo en los mundos en que es material la existencia, está
demasiado ligado a su cuerpo para poderse consagrar del todo, es decir, asistirle
personalmente. Por esto los que no son bastante elevados están asistidos a su vez por espíritus
que les son superiores, de modo, que si uno falta por una causa cualquiera, es suplido por
otro».
511. Además del espíritu protector, ¿está unido un espíritu malo a cada individuo para
impelerle al mal y proporcionarle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
«Unido no es la palabra. Es cierto que los espíritus malos procuran separar del buen
camino, cuando se les presenta ocasión, pero cuando uno de ellos se aficiona a un individuo,
lo hace por si mismo; porque espera que se le escuchará. Entonces se traba lucha entre el
bueno y el malo, y vence aquél a quien e1 hombre deja que le domine».
512. ¿Podemos tener muchos espíritus protectores?
«Todo hombre tiene siempre espíritus simpáticos más o menos elevados que le aprecian y
se interesan por él, como también los hay que le asisten en el mal».
513. ¿Los espíritus simpáticos obran en virtud de una misión?
«A veces pueden tener una Inisión temporal; pero lo más frecuente es que son solicitados
únicamente por la semejanza de pensamientos y de sentimientos, así en el bien como en el
mal».
-¿Parece resultar de esto que los espíritus simpáticos pueden ser buenos o malos?
«Sí; el hombre encuentra siempre espíritus que simpati zan con él, cualquiera que sea su
carácter».
514. ¿Los espíritus familiares son los mismos que los simpáticos y protectores?
«Hay muchos matices en la protección y en la simpatía. Dadíes el nombre que queráis. El
espíritu familiar corresponde más bien al amigo del hogar».
216
ALLAN KARDEC
De las anteriores explicaciones y de las observaciones hechas sobre la naturaleza de los espirítus que
se unen al hombre, puede deducirse lo siguiente:
El espíritu protector, ángel guardián o genio bueno es el que tiene la misión de seguir al hombre
durante la vida y ayudarle a progresar. Siempre es de naturaleza relativamente superior a la del
protegido.
Los espíritus familiares se unen a ciertas personas por lazos más o menos duraderos con objeto de
serles útiles dentro de los limites de su poder, con frecuencia bastante limitado. Son buenos; pero a veces
poco adelantados y hasta un poco ligeros. Se ocupan gustosos de los pormenores de la vida íntima, y sólo
obran con permiso de los espíritus protectores o por orden suya.
Los espíritus simpáticos son aquellos que nos atraen afectos particulares y cierta semejanza de gustos
y sentimientos, así en el bien como en el mal. La duración de sus relaciones está siempre subordinada a las
circunstancias.
El mal genio es un espíritu imperfecto o perverso que se une al hombre con la mira de alejarle del
bien; pero obra por voluntad propia y no en virtud de una misión. Su tenacidad está en relación del
acceso más o menos fácil que halla. El hombre es libre siempre de escuchar su voz o de rechazarla.
515. ¿Qué pensar de esas personas que parecen unirse a ciertos individuos para
arrastrarlos fatalmente a su perdición, O para guiarlos por el buen camino?
«Ciertas personas ejercen, en efecto, en otras una especie de fascinación que parece
irresistible. Cuando esto se verifica para el mal, es que los espíritus malos se sirven de otros
malos para subyugar mejor. Dios puede permitirlo para probaros».
516. Nuestros espíritus, bueno y malo, ¿podrían encarnarse para acompañarnos durante la
vida de una manera más directa?
«Así sucede a veces; pero a menudo también encargan esta misión a otros espíritus
encarnados que les son simpáticos ».
517. ¿Hay espíritus que se unen a toda una familia para protegerla?
«Ciertos espíritus se unen a los miembros de una misma familia que viven juntos y
unidos por el afecto; pero no creáis en espíritus protectores del orgullo de razas».
518. Siendo atraídos los espíritus por sus simpatías hacia los hombres, ¿lo son
igualmente hacia las reuniones de individuos por causas particulares?
«Los espíritus acuden con preferencia a donde están sus semejantes, pues allí están más a
sus anchas y más seguros
217
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
de ser escuchados. El hombre atrae a los espíritus en razón de sus tendencias, ya esté solo, ya
forme un todo colectivo, como una sociedad, una ciudad o un pueblo. Hay, pues, sociedades,
ciudades y pueblos que están asistidos por espíritus más o menos elevados, según el carácter
y las pasiones que en ellos dominan. Los espíritus imperfectos se alejan de los que los
rechazan y resulta que el perfeccionamiento moral de los todos colectivos, como el de los
individuos, tiende a descartar a los espíritus malos y a atraer a los buenos, que excitan y
mantienen el sentimiento del bien de las masas, como pueden otros atizar las malas
pasiones».
519. Las aglomeraciones de individuos, como las sociedades, ciudades y naciones,
¿tienen sus espíritus protectores especiales?
«Sí; porque esas reuniones son individualidades colectivas que caminan hacia un fin
común y que han menester de una dirección superior».
520. Los espíritus protectores de las masas, ¿son de naturaleza más elevada que los que
se unen a los individuos?
«Todo es relativo al grado de adelanto de las masas como al de los individuos».
521. ¿ Pueden ciertos individuos cooperar al progreso de las artes, protegiendo a los que
las cultivan?
«Hay espíritus protectores especiales, y que asisten a los que los invocan, cuando los
consideran dignos; pero, ¿qué queréis que hagan por los que se creen ser lo que no son? No
hacen que los ciegos vean, ni que oigan los sordos».
Los antiguos habían hecho de los espíritus protectores divinidades especiales; las musas no eran
más que la personificación alegórica de aquéllos respecto de las ciencias y de las artes, como designaban
balo el nombre de lares y penates a los espíritus protectores de la familia. Entre los modernos, las artes,
las diferentes industrias, las ciudades y comarcas tienen también sus patronos protectores, que no son más
que espíritus superiores; pero bajo otros nombres.
Teniendo cada hombre sus espíritus simpáticos, resulta que en los todos colectivos la generalidad
de los espíritus simpáticos está en relación con la generalidad de los individuos; que los espíritus extraños
son atraídos por la identidad de gustos y de pensamientos, en una palabra, que esas reuniones, lo mismo
que los Individuos, están melor o peor rodeadas, asistidas e influidas según la naturaleza de los
sentimientos de la multitud.
En los pueblos las causas de atracción de los espíritus son las costumbres, los hábitos, el carácter
dominante y sobre todo las leyes; porque el carácter de la nación se refleja en sus leyes. Los hombres que
hacen imperar entre ellos la justicia, combaten la influencia de los malos espíritus. Donde quiera que las
leyes consagran cosas injustas, contrarias a la humanidad, están en minoría los espíritus buenos, y la
masa de los malos que afluyen mantiene a las naciones en semejantes ideas, y paraliza las buenas
influencias parciales que se pierden entre la multitud, como la espiga aislada entre las ortigas. Estudiando
las costumbres de los pueblos o de toda reunión de bombres, es, pues, fácil formarse una idea de la
población oculta que se inmiscuye en sus pensamientos y acciones.
ESPÍRITUS FAMILIARES, SEGÚN EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS.
Formación de los médiums
265
211. El escollo a que se enfrenta la mayoría de los médiums prin-
cipiantes consiste en relacionarse con Espíritus inferiores, y
deben considerarse dichosos cuando sólo se trata de Espíri-
tus frívolos. Es preciso que toda su atención se concentre en
impedir que esos Espíritus se arraiguen, pues en caso de que
eso suceda no siempre les resultará fácil desembarazarse de
ellos. Este punto es tan importante, sobre todo al comienzo,
que si no se tomaran las precauciones necesarias podrían
perderse los frutos de las más preciosas facultades.
El primer punto consiste en que el médium, animado de fe
sincera, se coloque bajo la protección de Dios y solicite la
asistencia de su ángel de la guarda, pues ese Espíritu siempre
es bueno. En cambio, los Espíritus familiares, dado que sim-
patizan con las cualidades del médium, tanto si son buenas
como si son malas, pueden ser frívolos o incluso malos.
El segundo punto es aplicarse con minucioso cuidado a
reconocer, mediante todos los indicios que provee la expe-
riencia, la naturaleza de los Espíritus que se comunican al
principio, de los cuales siempre es prudente desconfiar. Si
esos indicios son sospechosos, el médium debe dirigir un
ferviente llamado a su ángel de la guarda, y rechazar al Es-
píritu malo con todas sus fuerzas, demostrándole que no
conseguirá engañarlo, a fin de que se desanime. Por eso es
indispensable el estudio previo de la teoría, en caso de que se
quiera evitar los inconvenientes que son propios de la falta
de experiencia. En relación con este asunto se encontrarán
instrucciones perfectamente desarrolladas en los capítulos
“Acerca de la obsesión” e “Identidad de los Espíritus”. Aquí
nos limitaremos a manifestar que, además del lenguaje, se
pueden considerar pruebas infalibles de la inferioridad de
los Espíritus: los signos, figuras o emblemas inútiles o pue-
riles; la escritura extravagante, irregular, intencionalmente
deformada, de dimensiones exageradas, o que adopte for
Segunda Parte – Capítulo XVII
266
mas ridículas e inusuales. La escritura puede ser muy mala,
e incluso poco legible, sin que por eso tenga nada de extra-
ño, pues depende más del médium que del Espíritu. Hemos
visto médiums engañados de tal manera, que relacionaban
la superioridad de los Espíritus con el tamaño de los caracte-
res, y que atribuían gran importancia a la letra de imprenta,
como si fuera de molde, puerilidad que evidentemente es
incompatible con una auténtica superioridad.
§ 212. Así como es importante que el médium no caiga –sin pro-
ponérselo– bajo la dependencia de los Espíritus malos, más
importante todavía es que no se someta a ellos voluntaria-
mente. Un deseo incontrolable de escribir no debe hacer-
le creer que da lo mismo dirigirse al primer Espíritu que
aparezca, en la suposición de que, si no le conviene, podrá
desembarazarse de él más tarde. Sea cual fuere la razón, no
se solicita impunemente la asistencia de un Espíritu malo,
pues él puede exigir un pago muy alto por sus servicios.
Algunas personas, impacientes con el desarrollo de sus
facultades mediúmnicas, que a su juicio era muy lento,
tuvieron la idea de pedir la ayuda de un Espíritu cual-
quiera, aunque fuese malo, suponiendo que podrían des-
pedirlo inmediatamente después. Muchos recibieron la
asistencia que anhelaban, y escribieron enseguida. Pero
el Espíritu evocado, sin preocuparse por el hecho de que
lo hubieran convocado a falta de algo mejor, se mostró
menos dócil a la hora de irse que a la de llegar. Conoce-
mos algunas personas que, por la presunción de conside-
rarse suficientemente fuertes para apartarlos a voluntad,
fueron castigadas con años de obsesiones de todo tipo,
con las más ridículas mistificaciones, con una fascinación
persistente, y hasta con desgracias materiales y las más
crueles decepciones. El Espíritu, al principio, se mostró
abiertamente malo, y después actuó con hipocresía, a fin
de que se creyera en su conversión, o en el pretendido
poder de su subyugado para expulsarlo cuando quisiera.
Segunda Parte – Capítulo XVII
272
4. El Espíritu que se aparta, ¿no puede ser sustituido? En ese
caso, ¿cómo se explica la suspensión de la facultad?
“No faltan Espíritus que no piden otra cosa más que poder
comunicarse, y que siempre están dispuestos a sustituir a
los que se retiran. Sin embargo, cuando el que abandona al
médium es un Espíritu bueno, puede suceder que su aleja-
miento sea sólo transitorio, a fin de privarlo durante cierto
tiempo de toda comunicación, de modo que eso le sirva de
lección y le demuestre que su facultad no depende de él, ra-
zón por la cual no hay motivo para que se envanezca de ella.
Esa imposibilidad transitoria también sirve para dar al mé-
dium la prueba de que él escribe bajo una influencia extraña,
pues de lo contrario no se producirían intermitencias.
”Además, la interrupción de la facultad no siempre cons-
tituye un castigo, pues a veces demuestra la dedicación del
Espíritu hacia el médium, a quien aprecia. De esa manera,
El Espíritu cree conveniente proporcionarle un descanso
material, en cuyo caso no permite que otros Espíritus lo
sustituyan.”
5. No obstante, existen médiums muy meritorios, en el sen-
tido moral, que no experimentan ninguna necesidad de des-
canso, y que se sienten muy contrariados con esas interrup-
ciones, cuya finalidad no comprenden.
“Esas interrupciones sirven para poner a prueba su pacien-
cia y para determinar su grado de perseverancia. Por ese
motivo, en general, los Espíritus no establecen ningún plazo
para la suspensión de la facultad, pues desean verificar si el
médium se desanima. Muchas veces, también, es para darle
tiempo a que reflexione acerca de las instrucciones que ha
recibido. Mediante la reflexión acerca de nuestras enseñan-
zas reconocemos a los espíritas en verdad serios. No pode-
mos dar ese nombre a quienes, en realidad, sólo son aficio-
nados a las comunicaciones.”
6. En ese caso, ¿es necesario que el médium prosiga en sus
intentos para obtener la escritura?
Formación de los médiums
271
siempre están dotados, por más mecánicos que sean. A los que
poseen esa aptitud los designamos médiums polígrafos.
Pérdida y suspensión de la mediumnidad
220. La facultad mediúmnica se halla sujeta a intermitencias
y suspensiones transitorias, tanto en lo que se refiere a las
manifestaciones físicas, como a la escritura. Veamos las res-
puestas de los Espíritus a algunas preguntas planteadas so-
bre este asunto:
1. Los médiums, ¿pueden perder su facultad?
“Eso sucede con frecuencia, sea cual fuere el género de la
facultad. Pero también, muchas veces, es sólo una interrup-
ción transitoria, que cesa con la causa que la produjo.”
2. La causa de la pérdida de la mediumnidad, ¿se debe al
agotamiento del fluido?
“El médium, sea cual fuere la facultad de que esté dotado,
nada puede hacer sin el concurso de los Espíritus que sim-
patizan con él. Cuando no obtiene nada más, no siempre se
debe a que ha perdido la facultad. Sucede, muchas veces, que
los Espíritus no quieren o no pueden servirse más de él.”
3. ¿Cuál es la causa que puede determinar el abandono de un
médium por parte de los Espíritus?
“El uso que él hace de su facultad es lo que más influye en los
Espíritus buenos. Podemos abandonarlo cuando se vale de ella
para cosas frívolas o con propósitos ambiciosos; al igual que
cuando se niega a transmitir nuestras palabras, o a mostrar los
hechos que producimos, a los encarnados que apelan a él o que
tienen necesidad de ver para convencerse. Ese don de Dios no
se le concede al médium para su deleite, y menos aún para que
satisfaga sus ambiciones, sino para contribuir a su propio me-
joramiento y para dar a conocer la verdad a los hombres. Si el
Espíritu percibe que el médium ya no corresponde a sus propó-
sitos y no aprovecha las instrucciones ni los consejos que le da,
se aparta en busca de un protegido más digno.””