En el Espiritismo, la NADA no Existe. ¿Como se puede explicar que la NADA no existe, que la Generación Espontánea y la seleccion natural, es lo mismo?.
Stephen Hawking, además de no creer en DIOS, creía en la NADA… eso es lo que se le llama el *** Nihilismo***, que es creer que la NADA existe. Pero Stephen Hawking, también creía en la Generación Espontánea, dos (2), conceptos contrarios entre sí.
http://soyespirita.blogspot.com/2018/06/stephen-hawking-ademas-de-no-creer-en.html
_________________________
COMPARTE ESTE ENLACE DE FACEBOOK.
_________________________
Sí deseas compartir este contenido, comparte el siguiente enlace, copiandolo y pegandolo en tú página de Facebook.
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2961101913951699&id=100001557580199
EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO.
PRIMERA PARTE. DOCTRINA.
CAPÍTULO PRIMERO.
EL PORVENIR Y LA NADA.
1. —Vivimos, pensamos, obramos, hé aquí lo positivo; moriremos, esto no es menos cierto. ¿Pero dejando la tierra, adonde vamos? ¿Qué es de nosotros?
¿Estaremos mejor o peor? ¿Seremos, o no seremos?
Ser o no ser, tal es la alternativa; es para siempre o para nunca jamás; es todo o nada; o viviremos eternamente o todo se habrá concluido para siempre. Bien merece esto la pena de pensar en ello.
Todo hombre siente el deseo de vivir, de gozar, de querer, de ser feliz. Decid a uno que sepa que va a morir, que vivirá todavía, que su hora no ha llegado;
decidle sobre todo que será mas feliz que no ha sido, y su corazón palpitará de alegria. ¿Pero á qué estas aspiraciones de dicha sí un soplo puede desvanecerlas?
¿Hay acaso algo más aflictivo que el pensamiento de la absoluta destrucción? puros afectos, inteligencia, progreso, saber laboriosamente adquirido, todo esto sería perdido, aniquilado. ¿Qué necesidad habría de esforzarse en ser mejor, reprimirse para enfrenar sus
pasiones, fatigarse en adornar su inteligencia, sino debe recoger uno de esto fruto alguno, sobre todo con el pensamiento de que mañana quizá no nos sirva ya para nada? Si así sucediese, el destino del hombre sería cien veces peor que el del bruto, porque el bruto vive enteramente en el presente, en la satisfacción de sus apetitos materiales, sin aspiración al porvenir. Una intuición íntima dice que esto no es posible.
2. —Con la creencia en la nada, el hombre concentra forzosamente todos sus pensamientos sobre la vida presente; y no es posible, en efecto, preocuparse lógicamente de un porvenir en el cual no se creé. Esa preocupación exclusiva del presente conduce naturalmente a pensar en sí mismo ante todo; es pues el más poderoso estimulante del Egoísmo, y el incrédulo es consecuente consigo mismo cuando deduce esta conclusión: gocemos miéntras estamos aquí, gocemos lo más posible, puesto que con nosotros todo concluye; gocemos a prisa, porque ignoramos cuanto durará esto; y este otro argumento, mucho más grave para la sociedad: gozamos a pesar de todo; cada uno para sí; la dicha aquí es del más listo.
¿Si el respeto humano detiene a algunos, qué freno tendrán aquellos que nada temen? Dicen que la justiciahumana sólo alcanza a los torpes; y por esto discurrencuanto pueden para eludirla. Sí hay una doctrinamalsana y antisocial, seguramente es la del "nihilismo", porque rompe los verdaderos lazos de la solidaridad y de la fraternidad, fundamentos de las relacionessociales.
3. —Supongamos que, por una circunstancia cualquiera, todo un pueblo adquiere la certeza de que,dentro de ocho días, de un mes, de un año si se quiere, habrá desaparecido; que ni un sólo individuo sobrevivirá, y que no quedará ni huella del mismo después de la muerte; ¿qué hará durante este tiempo? ¿Trabajarápara su mejoramiento, e instrucción? ¿Se sujetará altrabajo para vivir? ¿Respetará los derechos, los intereses, la vida a su semejante? ¿Se semeterá a las leyes, a una autoridad, sea cual fuere, aún la más legitima:la autoridad paternal? ¿Se obligará a algún deber? Seguramente que no. Pues bién, lo que no sucede enmasa, la doctrina del "nihilismo" lo realiza cada día aisladamente. Sí las consecuencias no son tan desastrosas como pudieran serlo, es primeramente porquela mayor parte de los incrédulos, tienen más fanfarronería que verdadera incredulidad, más duda queConvicción, y porque tienen más miedo del que manifiestan, al anonadamiento; el título del espíritu fuertelisongea su amor propio: además, los incrédulos absolutos están en ínfima minoría; sufren a pesar suyo el
ascendiente de la opinión contraria y son contenidos por una fuerza material; pero sí la incredulidad absoluta fuese un día la opinión de la mayoría, la sociedad quedaria disuelta. A esto tiende la propaganda de laidea del "nihilismo" (1).
Sean cuales fueren las consecuencias, si el nihilismo fuese una verdad, habría que aceptarlo, y no serían ni sistemas contrarios, ni el temor del mal que
resultaría, los que podrán impedir que lo fuese. Nohay pues que hacerse ilusiones, el escepticismo, laduda, la indiferencia, aumentan cada día, a pesar delos esfuerzos de la religión; esto es positivo. Si la religión es impotente contra la incredulidad, es porque le falta algo para combatirla, por manera que sí quedase inactiva, en un tiempo dado, sería infaliblementevencida. Lo que la falta en este siglo de positivismo, enel que se quiere comprender antes de creer, es la sanción de esas doctrinas por hechos positivos; es también la concordancia de ciertas doctrinas con los datos positivos de la ciencia. Si esta dice blanco y los hechos dicen negro, hay que optar entre la evidenciay la fé ciega.
(1) Un jóven de diez y ocho años padecía de una enfermedad del corazón declarada incurable. La ciencia había dicho: puede morir dentro de ocho dias, como dentro de dos años; pero no pasará de ahí. El jóven lo sabía; inmediatamente abandonó los estudios y se entregó a todos los excesos. Cuando se le decía lo peligroso que era, en su situación, esa vida desordenada, contestaba: ¡qué me importa puesto que sólo he de vivir dos años! ¿A qué cansar mí imaginación? Yo disfruto de lo que me resta y quiero divertirme hasta el final; he aquí la consecuencia lógica del "nihilismo". Si este jóven hubiera sido espiritista, se habría dicho: la muerte sólo destruirá mí cuerpo, que dejaré como un vestido viejo, pero mí espíritu vivirá siempre. Yo seré en la vida futura lo que habré procurado ser en ésta: nada de cuanto pueda adquirir en cualidades morales e intelectuales será perdido, y redundará en provecho de mi adelantamiento; todos los defectos de que me despoje son un paso más hacía la felicidad; mi dicha o mí desgracia venideras dependen de la utilidad o inutilidad de mi existencia presente. Me interesa, pues, mucho aprovechar el poco tiempo que me queda, y evitar cuanto pueda debilitar mis fuerzas. De estas dos doctrinas, ¡cual es la preferible?
4. —En este estado de cosas, el Espiritismo viene aoponer un dique a la invasión de la incredulidad, nosólo con el raciocinio, no sólo con la perspectiva de lospeligros que trae consigo, más bien sí con hechos materiales, haciendo palpables al tacto y a la vista el alma y la vida futura.
Cada uno es libre, sin duda alguna, en su creencia,de creer alguna cosa o de no creer nada; pero aquellosque quieren hacer prevalecer en la mente de las masas de la juventud sobre todo, la negación del porvenir, apoyándose en la autoridad de su saber y del ascendiente de su posición, siembran en la sociedadgérmenes de turbación y de disolución, y contraenuna grave responsabilidad.
5.—Hay otra doctrina que dice no ser materialista,porque admite la existencia de un principio inteligente fuera de la materia, es la de la ABSORCIÓN en el TODO UNIVERSAL. Según esta doctrina, cada individuose apropia desde su nacimiento una partícula de este principio que constituye su alma, y le dá la vida, lainteligencia, y el sentimiento. A la muerte, esa almavuelve al centro común y se pierde en el infinito, como una gota de agua en el Océano.
Esta doctrina sin duda alguna es preferible al materialismo puro, pues es que admite algo, y el otro noadmite nada, pero las consecuencias son exactamentelas mismas. Que el hombre sea sumido en la NADA o en un depósito común, es igual para él; si en el primer caso, está destruido: en el segundo, pierde su individualidad; esto es, como sí no existiera; las relaciones sociales quedan destruidas. Lo esencial para él es la conservacion de su yo; sin esto, ¡qué leimporta ser o no ser! El porvenir para él es siemprenulo, y la vida presente, es la única cosa que le preocupa e interesa. Bajo el punto de vista de sus consecuencias morales, esta doctrina es tan malsana, tan desconsoladora, tan excitante al egoismo como el materialismo puro.
6.—Se puede además, formular contra esa doctrinala objeción siguiente: todas las gotas de agua procedentes del Océano se semejan y tienen propiedadesidénticas, como las partes de un mismo todo; ¿por quélas almas, si proceden de ese grande Océano de la inteligencia universal, se semejan tan poco ? ¿Porqué el genio al lado de la estupidez? ¿Las virtudesmás sublimes al lado de los vicios más vergonzosos?
¿La bondad, la dulzura, la mansedumbre, al lado dela maldad, de la crueldad y de la barbárie? ¿Cómo difieren tanto unas de otras, las partes de un todo homogéneo? Se dirá acaso que es la educación la que lasmodifica. Pero entonces ¿de dónde proceden las cualidades nativas, las inteligencias precoces, los instintos buenos y malos, independientes de toda educación, y muy a menudo poco en armonía con los centros enque se desarrollan?
La educación sin duda alguna, modifica las cualidades intelectuales y morales del alma; pero aquí surge otra dificultad. ¿Quién dá al alma la educación para hacerla progresar? Otras almas que, siendo de un mismo origen, no deben estar más adelantadas. Porotro lado, el alma, volviendo al TODO UNIVERSAL de donde salió, después de haber progresado durante lavida, lleva allí un elemento más perfecto; de lo quese deduce que ese todo, con el tiempo, debe encontrarse profundamente modificado y mejorado. ¿Cómose hace que incesantemente salgan almas ignorantes y perversas?
7. —En esa doctrina, el manantial universal de inteligencia, que provee las almas humanas es independiente de la divinidad; no es precisamente el panteísmo. El panteísmo propiamente dicho difiere porqueconsidera el principio universal de vida y el de inteligencia como constituyendo la Divinidad. Dios es a lavez espíritu y materia; todos los seres, todos los cuerpos de la naturaleza componen la Divinidad, de la queson moléculas y elementos constitutivos; Dios es el conjunto de todas las inteligencias reunidas; cada individuo, siendo una parte del todo, es Dios mismo; ningun ser superior e independiente manda al conjunto;el universo es una inmensa república sin jefe, o másbién, en ella cada uno es jefe con un poder absoluto.
8.—A este sistema se pueden oponer numerosas objeciones, de las que las principales son estas: no pudiéndose comprender la Divinidad sin perfecciones infinitas, se pregunta uno ¿cómo un todo perfecto puedecomponerse de partes tan imperfectas y que tienen necesidad de progresar? Estando cada parte sometida ala ley del progreso, resulta que el mismo Dios debeprogresar; si progresa sin cesar, debió ser en el principio, muy imperfecto. ¿Cómo un ser imperfecto, compuesto de voluntades e ideas tan divergentes, pudoconcebir leyes tan armoniosas, de tan admirable unidad, sabiduría y previsión que rigen el universo?
Sí todas las almas son porciones de la Divinidad, todas han contribuido a formar las leyes de la naturaleza,¿A qué se debe que estén murmurando sin cesar contra esas leyes, que ellas hicieron? Una teoría no puedeser aceptada como verdadera, más que con lacondicion de satisfacer la razón y dar cuenta detodos los hechos que abraza; sí solamente un hecho viene a desmentirla, es porque no está en loverdadero en absoluto.
9. —Bajo el punto de vista Moral, las consecuenciasson también ilógicas; por de pronto es para las almas,como en el precedente sistema, la absorción en un todo y la pérdida de la individualidad. Si se admite según la opinión de algunos panteistas, que conservansu individualidad, Dios no tiene ya una voluntad única; es un compuesto de millones de voluntades divergentes. Cada alma, pues, siendo parte integrante dela Divinidad, ninguna es dominada por una potenciasuperior; no asume, por consiguiente, ninguna responsabilidad por sus actos buenos o malos; no tiene interés alguno en hacer el bién, y puede hacer el mal impunemente, puesto que es señora soberana.
10. —Además de que estos sistemas no satisfacen nia la razón ni a las aspiraciones del hombre, se tropieza, como lo vemos, con dificultades insuperables,porque no pueden resolver todas las dudas de hecho que suscitan.
El hombree tiene, pues, tres alternativas: la nada, la absorcion, o la individualidad del alma antes y después de la muerte. La lógicanos conduce inevitablemente a esta última creencia; estambién la que ha sido el fundamento de todas las religiones desde que el mundo existe.
Si la lógica nos conduce a la individualidad del alma, nos trae también a ésta otra consecuencia: que lasuerte de cada alma debe depender de sus cualidadespersonales, porque sería irracional admitir que el almarezagada del salvage, y la del hombre perverso estuviesen al nivel de la del sabio, y del hombre de bien.
Según la justicia, las almas deben tener la responsabilidad de sus actos; pero para que sean responsables,es menester que sean libres de escoger entre el bien yel mal; sin el libre albedrío, hay fatalidad, y con la fatalidad, no cabe responsabilidad.
11.—Todas las religiones han admitido igualmenteel principio de la suerte feliz o desgraciada de las almas después de la muerte, es decir, de las penas y delos goces futuros que se reasumen en la doctrina delcielo y del infierno, que se encuentra en todas partes.
Pero en lo que difieren esencialmente, es en la naturaleza de esas penas y de esos goces, y sobre todo, enlas circunstancias que pueden merecer las unas y losotros. De aquí puntos de fé contradictorios que han hecho surgir diferentes cultos, y los deberes particularesimpuestos por cada uno de ellos para adorar a Dios, ypor este medio ganar el cielo y evitar el infierno.
12. —Todas las religiones han debido, en su origen, estar en proporcion o relación con el grado de adelantamiento moral e intelectual de los hombres; éstos demasiado materiales todavía para comprender el méritode las cosas puramente espirituales, han hecho consistir la mayor parte de los deberes religiosos en el cumplimiento de formas exteriores. Durante cierto tiempo, esas formas bastaron á su razon; más tarde, haciéndose la luz en su inteligencia, sienten el vacío que dejan las formas tras sí, y si la religión no llena este vacío, la abandonan y se vuelven filósofos.
13.—Si la religion, apropiada en el principio a los conocimientos limitados de los hombres, hubiese siempre seguido el movimiento progresivo del espíritu humano, no habría incrédulos, porque
está en la naturaleza del hombre la necesidad de creer, y creerá si se le dá un alimento espiritual en armonía con sus necesidades intelectuales.
Quiere saber de donde viene y a donde vá; si se le señala un fin que no corresponda ni a sus aspiraciones ni a la idea que se forma de Dios, ni a los datos positivos que le suministra la ciencia; si además se le imponen para alcanzarlo condiciones cuya utilidad su razón no admite, todo lo rechaza; el materialismo y el panteismo le parecen aún más racionales, porque en ellos se discute y se raciocina; es un raciocinio falso, es verdad, pero prefiere razonar en falso, a dejar de razonar.
Pero que se le presente un porvenir con condiciones lógicas, digno en todo de la grandeza, de la justicia y de la infinita bondad de Dios, y abandonará el materialismo y el panteismo, cuyo vacío siente en su fuero interno, y que admitió únicamente por no saber cosa mejor. El Espiritismo dá algo mejor, por esto es
acogido tan fervorosamente por todos aquellos a quienes atormenta la punzante incertidumbre de la duda, y que no encuentran ni en las creencias ni en las filosofías vulgares lo que buscan; tiene en su favor la lógica del raciocinio y la sanción de los hechos, y por esto se
le ha combatido inútilmente.
14.—El hombre tiene instintivamente la creencia en el porvenir; pero no teniendo hasta hoy ninguna base cierta para definirlo, su imaginación ha forjado
sistemas que han traido la diversidad de creencias. No siendo la doctrina espiritista sobre el porvenir una
obra de imaginacion más o menos ingeniosamente expresada, y sí el resultado de la observación de hechos materiales que se desarrollan hoy a nuestra vista, reunirá, como lo hace ya actualmente, las opiniones divergentes o flotantes, y traerá poco a poco, y por la fuerza natural de las cosas, la unidad de crencia sobre este punto, creencia que no tendrá por base una hipótesis, pero sí una certeza. La unificación hecha en lo relativo a la suerte futura de las almas,
será el primer punto de contacto entre los diferentes cultos, un paso inmenso hacia la tolerancia religiosa primero y más tarde, hácia la fusion.
Stephen Hawking, además de no creer en DIOS, creía en la NADA… eso es lo que se le llama el *** Nihilismo***, que es creer que la NADA existe. Pero Stephen Hawking, también creía en la Generación Espontánea, dos (2), conceptos contrarios entre sí.
http://soyespirita.blogspot.com/2018/06/stephen-hawking-ademas-de-no-creer-en.html
_________________________
COMPARTE ESTE ENLACE DE FACEBOOK.
_________________________
Sí deseas compartir este contenido, comparte el siguiente enlace, copiandolo y pegandolo en tú página de Facebook.
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2961101913951699&id=100001557580199
EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO.
PRIMERA PARTE. DOCTRINA.
CAPÍTULO PRIMERO.
EL PORVENIR Y LA NADA.
1. —Vivimos, pensamos, obramos, hé aquí lo positivo; moriremos, esto no es menos cierto. ¿Pero dejando la tierra, adonde vamos? ¿Qué es de nosotros?
¿Estaremos mejor o peor? ¿Seremos, o no seremos?
Ser o no ser, tal es la alternativa; es para siempre o para nunca jamás; es todo o nada; o viviremos eternamente o todo se habrá concluido para siempre. Bien merece esto la pena de pensar en ello.
Todo hombre siente el deseo de vivir, de gozar, de querer, de ser feliz. Decid a uno que sepa que va a morir, que vivirá todavía, que su hora no ha llegado;
decidle sobre todo que será mas feliz que no ha sido, y su corazón palpitará de alegria. ¿Pero á qué estas aspiraciones de dicha sí un soplo puede desvanecerlas?
¿Hay acaso algo más aflictivo que el pensamiento de la absoluta destrucción? puros afectos, inteligencia, progreso, saber laboriosamente adquirido, todo esto sería perdido, aniquilado. ¿Qué necesidad habría de esforzarse en ser mejor, reprimirse para enfrenar sus
pasiones, fatigarse en adornar su inteligencia, sino debe recoger uno de esto fruto alguno, sobre todo con el pensamiento de que mañana quizá no nos sirva ya para nada? Si así sucediese, el destino del hombre sería cien veces peor que el del bruto, porque el bruto vive enteramente en el presente, en la satisfacción de sus apetitos materiales, sin aspiración al porvenir. Una intuición íntima dice que esto no es posible.
2. —Con la creencia en la nada, el hombre concentra forzosamente todos sus pensamientos sobre la vida presente; y no es posible, en efecto, preocuparse lógicamente de un porvenir en el cual no se creé. Esa preocupación exclusiva del presente conduce naturalmente a pensar en sí mismo ante todo; es pues el más poderoso estimulante del Egoísmo, y el incrédulo es consecuente consigo mismo cuando deduce esta conclusión: gocemos miéntras estamos aquí, gocemos lo más posible, puesto que con nosotros todo concluye; gocemos a prisa, porque ignoramos cuanto durará esto; y este otro argumento, mucho más grave para la sociedad: gozamos a pesar de todo; cada uno para sí; la dicha aquí es del más listo.
¿Si el respeto humano detiene a algunos, qué freno tendrán aquellos que nada temen? Dicen que la justiciahumana sólo alcanza a los torpes; y por esto discurrencuanto pueden para eludirla. Sí hay una doctrinamalsana y antisocial, seguramente es la del "nihilismo", porque rompe los verdaderos lazos de la solidaridad y de la fraternidad, fundamentos de las relacionessociales.
3. —Supongamos que, por una circunstancia cualquiera, todo un pueblo adquiere la certeza de que,dentro de ocho días, de un mes, de un año si se quiere, habrá desaparecido; que ni un sólo individuo sobrevivirá, y que no quedará ni huella del mismo después de la muerte; ¿qué hará durante este tiempo? ¿Trabajarápara su mejoramiento, e instrucción? ¿Se sujetará altrabajo para vivir? ¿Respetará los derechos, los intereses, la vida a su semejante? ¿Se semeterá a las leyes, a una autoridad, sea cual fuere, aún la más legitima:la autoridad paternal? ¿Se obligará a algún deber? Seguramente que no. Pues bién, lo que no sucede enmasa, la doctrina del "nihilismo" lo realiza cada día aisladamente. Sí las consecuencias no son tan desastrosas como pudieran serlo, es primeramente porquela mayor parte de los incrédulos, tienen más fanfarronería que verdadera incredulidad, más duda queConvicción, y porque tienen más miedo del que manifiestan, al anonadamiento; el título del espíritu fuertelisongea su amor propio: además, los incrédulos absolutos están en ínfima minoría; sufren a pesar suyo el
ascendiente de la opinión contraria y son contenidos por una fuerza material; pero sí la incredulidad absoluta fuese un día la opinión de la mayoría, la sociedad quedaria disuelta. A esto tiende la propaganda de laidea del "nihilismo" (1).
Sean cuales fueren las consecuencias, si el nihilismo fuese una verdad, habría que aceptarlo, y no serían ni sistemas contrarios, ni el temor del mal que
resultaría, los que podrán impedir que lo fuese. Nohay pues que hacerse ilusiones, el escepticismo, laduda, la indiferencia, aumentan cada día, a pesar delos esfuerzos de la religión; esto es positivo. Si la religión es impotente contra la incredulidad, es porque le falta algo para combatirla, por manera que sí quedase inactiva, en un tiempo dado, sería infaliblementevencida. Lo que la falta en este siglo de positivismo, enel que se quiere comprender antes de creer, es la sanción de esas doctrinas por hechos positivos; es también la concordancia de ciertas doctrinas con los datos positivos de la ciencia. Si esta dice blanco y los hechos dicen negro, hay que optar entre la evidenciay la fé ciega.
(1) Un jóven de diez y ocho años padecía de una enfermedad del corazón declarada incurable. La ciencia había dicho: puede morir dentro de ocho dias, como dentro de dos años; pero no pasará de ahí. El jóven lo sabía; inmediatamente abandonó los estudios y se entregó a todos los excesos. Cuando se le decía lo peligroso que era, en su situación, esa vida desordenada, contestaba: ¡qué me importa puesto que sólo he de vivir dos años! ¿A qué cansar mí imaginación? Yo disfruto de lo que me resta y quiero divertirme hasta el final; he aquí la consecuencia lógica del "nihilismo". Si este jóven hubiera sido espiritista, se habría dicho: la muerte sólo destruirá mí cuerpo, que dejaré como un vestido viejo, pero mí espíritu vivirá siempre. Yo seré en la vida futura lo que habré procurado ser en ésta: nada de cuanto pueda adquirir en cualidades morales e intelectuales será perdido, y redundará en provecho de mi adelantamiento; todos los defectos de que me despoje son un paso más hacía la felicidad; mi dicha o mí desgracia venideras dependen de la utilidad o inutilidad de mi existencia presente. Me interesa, pues, mucho aprovechar el poco tiempo que me queda, y evitar cuanto pueda debilitar mis fuerzas. De estas dos doctrinas, ¡cual es la preferible?
4. —En este estado de cosas, el Espiritismo viene aoponer un dique a la invasión de la incredulidad, nosólo con el raciocinio, no sólo con la perspectiva de lospeligros que trae consigo, más bien sí con hechos materiales, haciendo palpables al tacto y a la vista el alma y la vida futura.
Cada uno es libre, sin duda alguna, en su creencia,de creer alguna cosa o de no creer nada; pero aquellosque quieren hacer prevalecer en la mente de las masas de la juventud sobre todo, la negación del porvenir, apoyándose en la autoridad de su saber y del ascendiente de su posición, siembran en la sociedadgérmenes de turbación y de disolución, y contraenuna grave responsabilidad.
5.—Hay otra doctrina que dice no ser materialista,porque admite la existencia de un principio inteligente fuera de la materia, es la de la ABSORCIÓN en el TODO UNIVERSAL. Según esta doctrina, cada individuose apropia desde su nacimiento una partícula de este principio que constituye su alma, y le dá la vida, lainteligencia, y el sentimiento. A la muerte, esa almavuelve al centro común y se pierde en el infinito, como una gota de agua en el Océano.
Esta doctrina sin duda alguna es preferible al materialismo puro, pues es que admite algo, y el otro noadmite nada, pero las consecuencias son exactamentelas mismas. Que el hombre sea sumido en la NADA o en un depósito común, es igual para él; si en el primer caso, está destruido: en el segundo, pierde su individualidad; esto es, como sí no existiera; las relaciones sociales quedan destruidas. Lo esencial para él es la conservacion de su yo; sin esto, ¡qué leimporta ser o no ser! El porvenir para él es siemprenulo, y la vida presente, es la única cosa que le preocupa e interesa. Bajo el punto de vista de sus consecuencias morales, esta doctrina es tan malsana, tan desconsoladora, tan excitante al egoismo como el materialismo puro.
6.—Se puede además, formular contra esa doctrinala objeción siguiente: todas las gotas de agua procedentes del Océano se semejan y tienen propiedadesidénticas, como las partes de un mismo todo; ¿por quélas almas, si proceden de ese grande Océano de la inteligencia universal, se semejan tan poco ? ¿Porqué el genio al lado de la estupidez? ¿Las virtudesmás sublimes al lado de los vicios más vergonzosos?
¿La bondad, la dulzura, la mansedumbre, al lado dela maldad, de la crueldad y de la barbárie? ¿Cómo difieren tanto unas de otras, las partes de un todo homogéneo? Se dirá acaso que es la educación la que lasmodifica. Pero entonces ¿de dónde proceden las cualidades nativas, las inteligencias precoces, los instintos buenos y malos, independientes de toda educación, y muy a menudo poco en armonía con los centros enque se desarrollan?
La educación sin duda alguna, modifica las cualidades intelectuales y morales del alma; pero aquí surge otra dificultad. ¿Quién dá al alma la educación para hacerla progresar? Otras almas que, siendo de un mismo origen, no deben estar más adelantadas. Porotro lado, el alma, volviendo al TODO UNIVERSAL de donde salió, después de haber progresado durante lavida, lleva allí un elemento más perfecto; de lo quese deduce que ese todo, con el tiempo, debe encontrarse profundamente modificado y mejorado. ¿Cómose hace que incesantemente salgan almas ignorantes y perversas?
7. —En esa doctrina, el manantial universal de inteligencia, que provee las almas humanas es independiente de la divinidad; no es precisamente el panteísmo. El panteísmo propiamente dicho difiere porqueconsidera el principio universal de vida y el de inteligencia como constituyendo la Divinidad. Dios es a lavez espíritu y materia; todos los seres, todos los cuerpos de la naturaleza componen la Divinidad, de la queson moléculas y elementos constitutivos; Dios es el conjunto de todas las inteligencias reunidas; cada individuo, siendo una parte del todo, es Dios mismo; ningun ser superior e independiente manda al conjunto;el universo es una inmensa república sin jefe, o másbién, en ella cada uno es jefe con un poder absoluto.
8.—A este sistema se pueden oponer numerosas objeciones, de las que las principales son estas: no pudiéndose comprender la Divinidad sin perfecciones infinitas, se pregunta uno ¿cómo un todo perfecto puedecomponerse de partes tan imperfectas y que tienen necesidad de progresar? Estando cada parte sometida ala ley del progreso, resulta que el mismo Dios debeprogresar; si progresa sin cesar, debió ser en el principio, muy imperfecto. ¿Cómo un ser imperfecto, compuesto de voluntades e ideas tan divergentes, pudoconcebir leyes tan armoniosas, de tan admirable unidad, sabiduría y previsión que rigen el universo?
Sí todas las almas son porciones de la Divinidad, todas han contribuido a formar las leyes de la naturaleza,¿A qué se debe que estén murmurando sin cesar contra esas leyes, que ellas hicieron? Una teoría no puedeser aceptada como verdadera, más que con lacondicion de satisfacer la razón y dar cuenta detodos los hechos que abraza; sí solamente un hecho viene a desmentirla, es porque no está en loverdadero en absoluto.
9. —Bajo el punto de vista Moral, las consecuenciasson también ilógicas; por de pronto es para las almas,como en el precedente sistema, la absorción en un todo y la pérdida de la individualidad. Si se admite según la opinión de algunos panteistas, que conservansu individualidad, Dios no tiene ya una voluntad única; es un compuesto de millones de voluntades divergentes. Cada alma, pues, siendo parte integrante dela Divinidad, ninguna es dominada por una potenciasuperior; no asume, por consiguiente, ninguna responsabilidad por sus actos buenos o malos; no tiene interés alguno en hacer el bién, y puede hacer el mal impunemente, puesto que es señora soberana.
10. —Además de que estos sistemas no satisfacen nia la razón ni a las aspiraciones del hombre, se tropieza, como lo vemos, con dificultades insuperables,porque no pueden resolver todas las dudas de hecho que suscitan.
El hombree tiene, pues, tres alternativas: la nada, la absorcion, o la individualidad del alma antes y después de la muerte. La lógicanos conduce inevitablemente a esta última creencia; estambién la que ha sido el fundamento de todas las religiones desde que el mundo existe.
Si la lógica nos conduce a la individualidad del alma, nos trae también a ésta otra consecuencia: que lasuerte de cada alma debe depender de sus cualidadespersonales, porque sería irracional admitir que el almarezagada del salvage, y la del hombre perverso estuviesen al nivel de la del sabio, y del hombre de bien.
Según la justicia, las almas deben tener la responsabilidad de sus actos; pero para que sean responsables,es menester que sean libres de escoger entre el bien yel mal; sin el libre albedrío, hay fatalidad, y con la fatalidad, no cabe responsabilidad.
11.—Todas las religiones han admitido igualmenteel principio de la suerte feliz o desgraciada de las almas después de la muerte, es decir, de las penas y delos goces futuros que se reasumen en la doctrina delcielo y del infierno, que se encuentra en todas partes.
Pero en lo que difieren esencialmente, es en la naturaleza de esas penas y de esos goces, y sobre todo, enlas circunstancias que pueden merecer las unas y losotros. De aquí puntos de fé contradictorios que han hecho surgir diferentes cultos, y los deberes particularesimpuestos por cada uno de ellos para adorar a Dios, ypor este medio ganar el cielo y evitar el infierno.
12. —Todas las religiones han debido, en su origen, estar en proporcion o relación con el grado de adelantamiento moral e intelectual de los hombres; éstos demasiado materiales todavía para comprender el méritode las cosas puramente espirituales, han hecho consistir la mayor parte de los deberes religiosos en el cumplimiento de formas exteriores. Durante cierto tiempo, esas formas bastaron á su razon; más tarde, haciéndose la luz en su inteligencia, sienten el vacío que dejan las formas tras sí, y si la religión no llena este vacío, la abandonan y se vuelven filósofos.
13.—Si la religion, apropiada en el principio a los conocimientos limitados de los hombres, hubiese siempre seguido el movimiento progresivo del espíritu humano, no habría incrédulos, porque
está en la naturaleza del hombre la necesidad de creer, y creerá si se le dá un alimento espiritual en armonía con sus necesidades intelectuales.
Quiere saber de donde viene y a donde vá; si se le señala un fin que no corresponda ni a sus aspiraciones ni a la idea que se forma de Dios, ni a los datos positivos que le suministra la ciencia; si además se le imponen para alcanzarlo condiciones cuya utilidad su razón no admite, todo lo rechaza; el materialismo y el panteismo le parecen aún más racionales, porque en ellos se discute y se raciocina; es un raciocinio falso, es verdad, pero prefiere razonar en falso, a dejar de razonar.
Pero que se le presente un porvenir con condiciones lógicas, digno en todo de la grandeza, de la justicia y de la infinita bondad de Dios, y abandonará el materialismo y el panteismo, cuyo vacío siente en su fuero interno, y que admitió únicamente por no saber cosa mejor. El Espiritismo dá algo mejor, por esto es
acogido tan fervorosamente por todos aquellos a quienes atormenta la punzante incertidumbre de la duda, y que no encuentran ni en las creencias ni en las filosofías vulgares lo que buscan; tiene en su favor la lógica del raciocinio y la sanción de los hechos, y por esto se
le ha combatido inútilmente.
14.—El hombre tiene instintivamente la creencia en el porvenir; pero no teniendo hasta hoy ninguna base cierta para definirlo, su imaginación ha forjado
sistemas que han traido la diversidad de creencias. No siendo la doctrina espiritista sobre el porvenir una
obra de imaginacion más o menos ingeniosamente expresada, y sí el resultado de la observación de hechos materiales que se desarrollan hoy a nuestra vista, reunirá, como lo hace ya actualmente, las opiniones divergentes o flotantes, y traerá poco a poco, y por la fuerza natural de las cosas, la unidad de crencia sobre este punto, creencia que no tendrá por base una hipótesis, pero sí una certeza. La unificación hecha en lo relativo a la suerte futura de las almas,
será el primer punto de contacto entre los diferentes cultos, un paso inmenso hacia la tolerancia religiosa primero y más tarde, hácia la fusion.