A partir de este momento, veamos información del Espiritismo a través de los Libros Codificados sobre las Curaciones mediante Los "Fluidos Cósmicos Universales y Vitales". Únete a mí a este estudio, interesantísimo.
La Génesis - Capítulo XIV, pág. 312
Curaciones
31. Como hemos visto, el fluido
universal es el elemento primitivo del cuerpo carnal y del
periespíritu, los cuales son simples transformaciones de aquel.
Por la identidad de su
naturaleza, ese fluido, condensado en el periespíritu, puede ofrecer
principios reparadores al cuerpo; el Espíritu, encarnado o
desencarnado, es el agente propulsor que infiltra en un cuerpo deteriorado
una parte de la sustancia de su envoltura fluídica.
La curación se opera mediante la
sustitución de una molécula nociva por otra molécula sana.
El poder curativo será proporcional a la
pureza de la sustancia inoculada; pero depende también de la energía de la
voluntad, que provoca una emisión fluídica más abundante y otorga al
fluido mayor fuerza de penetración. Depende, además, de las
intenciones de quien desee realizar la cura, sea hombre o Espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente impura son como
sustancias medicamentosas alteradas.
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Vídeo sobre los Milagros en una casa
Espirita.
minuto 45:54
Esta energía de la Voluntad,
es provocada por la acción del fluido cósmico a voluntad de la fuente (el
cuerpo físico) que es material.
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Libro de Los Médiums, pregunta
#131 que dice así:
Esta teoría nos da la solución de un
hecho muy conocido en magnetismo, pero hasta hoy sin explicación: el del
cambio de las propiedades del agua mediante la voluntad. El Espíritu actuante
es el del magnetizador, casi siempre asistido por un Espíritu no encarnado.
Aquel opera una transmutación con la ayuda del fluido magnético, que, como
hemos dicho, es la sustancia que más se aproxima a la materia cósmica, o
elemento universal. Ahora bien, si el magnetizador es capaz de operar una
modificación en las propiedades del agua, también puede producir un fenómeno
análogo en los fluidos del organismo. De ahí el efecto curativo de la acción
magnética convenientemente dirigida. Sabemos acerca del papel capital que desempeña
la voluntad en todos los fenómenos del magnetismo. Pero ¿cómo explicar la
acción material de un agente tan sutil? La voluntad no es un ser, no es una
sustancia. Ni siquiera es una propiedad de la materia más etérea. La voluntad
constituye el atributo esencial del Espíritu, es decir, del ser pensante. Con
la ayuda de esa palanca, el Espíritu actúa sobre la materia elemental y, por
medio de una acción consecutiva, reacciona sobre sus componentes, cuyas
propiedades íntimas pueden así ser transformadas. La voluntad es un atributo
del Espíritu encarnado tanto como del Espíritu errante. Ahí radica el poder
del magnetizador, poder que se sabe es proporcional a la fuerza de voluntad.
Así como el Espíritu encarnado puede actuar sobre la materia elemental, también
puede, dentro de ciertos límites, modificar las
propiedades de dicha materia, lo que
explica la facultad de curar mediante el contacto y la imposición de las
manos, facultad que algunas personas poseen en grado más o menos elevado.
(Véase, en el capítulo Acerca de los médiums,
los parágrafos referidos a los Médiums curativos. Véase también, en la
Revista Espírita, de julio de 1859, los artículos: “El zuavo de Magenta” y
“Un oficial del
ejército de Italia”18.)
18 Según puede leerse en el original de la Revue Spirite, el título de este artículo es “Un oficial superior muerto en Magenta”. (N. del T.) |
32. Los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos son
extremadamente variados, de acuerdo con las circunstancias. Algunas veces la acción es lenta y requiere un
tratamiento prolongado, como en el magnetismo común; otras veces es rápida
como una corriente eléctrica. Hay personas
dotadas de tal poder que en algunos enfermos producen curaciones instantáneas
por medio de la sola imposición de las manos, o incluso por un simple acto de
la voluntad. Entre los dos polos extremos de esa facultad hay infinitas
graduaciones. Todas las curaciones de ese tipo son variedades del magnetismo
y sólo difieren por la potencia y la rapidez de la acción. El principio es
siempre el mismo: el fluido desempeña el papel de agente terapéutico, y su
efecto se encuentra subordinado
a su calidad y a
circunstancias especiales.
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33. La acción magnética puede producirse
de muchas maneras:
1.º) Por el fluido del
magnetizador, en cuyo caso se trata del magnetismo propiamente dicho, o
magnetismo humano, cuya acción se encuentra subordinada a la potencia y,
sobre todo, a la calidad del fluido.
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2.º) Por el fluido de los
Espíritus, que actúan directamente y sin intermediarios sobre un encarnado,
ya sea para curarlo o calmar un sufrimiento, sea para provocar el sueño
sonambúlico espontáneo o para ejercer sobre el individuo alguna influencia
física o Moral. Se trata del magnetismo
espiritual, cuya calidad es proporcional a las cualidades del Espíritu.75
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75 Véanse ejemplos en la Revista Espírita, febrero de 1863; abril y septiembre de 1865. (N. de Allan Kardec.) |
3.º) Por el fluido que los
Espíritus derraman sobre el magnetizador, al cual este sirve de conductor. Se
trata del magnetismo mixto, semi espiritual o, si se prefiere,
humano-espiritual. Combinado con el fluido humano, el fluido espiritual le
transmite a aquel las cualidades que le faltan. En esas circunstancias,
algunas veces el concurso de los Espíritus es espontáneo, pero muy a menudo
es provocado por la evocación del magnetizador.
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34. La facultad de curar mediante la
influencia fluídica es muy común y puede desarrollarse con el ejercicio; pero
la de curar instantáneamente con la imposición de las manos es más rara, y su
apogeo puede ser considerado excepcional. No obstante, en épocas diferentes,
en el seno de casi todos los pueblos han aparecido individuos que la
poseyeron en grado sobresaliente.
En estos últimos tiempos han aparecido
muchos ejemplos notables, cuya autenticidad no puede ser cuestionada.
Dado que las curaciones de esta clase se
basan en un principio natural, y que el poder de producirlas no es un
privilegio, se deduce que estas no ocurren al margen de la naturaleza y que
sólo son milagrosas en apariencia.76
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76 Véanse los ejemplos de curaciones instantáneas relatadas en la
Revista Espírita: “El príncipe de Hohenlohe, médium curador”, diciembre de
1866; sobre las curas del Sr. Jacob, octubre
y noviembre de 1866 y de 1867;
“Simonet, médium curador de Bordeaux”, agosto de 1867;
“El alcalde Hassan, o la bendición de la sangre”, octubre de 1867; “El cura Gassner, médium curador”, noviembre de
1867. (N. de Allan Kardec.)
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Apariciones. Transfiguraciones
Libro de Génesis -Espiritual
35. En su estado normal, el periespíritu es invisible para nosotros; pero como está formado por materia etérea, el Espíritu puede, en ciertos casos y por un acto de su voluntad, producir en él una modificación molecular que lo vuelva momentáneamente visible. Así es como se producen las apariciones que, del mismo modo que los otros fenómenos, no ocurren al margen de las leyes de la naturaleza. Eso no tiene nada que sea más extraordinario que el vapor, que es invisible cuando está muy enrarecido y se vuelve visible cuando se condensa. Según el grado de condensación del fluido periespiritual, la aparición es algunas veces difusa y vaporosa; otras veces, más claramente definida; y otras, por último, tiene todas las apariencias de la materia tangible. Incluso puede llegar a ser realmente tangible, a tal punto que el observador se engañe sobre la naturaleza del ser que tiene delante de él. Las apariciones vaporosas son frecuentes; ese es el aspecto con el que se presentan muchos individuos, después de que han muerto, a las personas por quienes sienten afecto. Las apariciones tangibles son más raras, aunque de ellas hay muchos ejemplos,
perfectamente documentados. Si el
Espíritu desea darse a conocer,
imprimirá a su envoltura todas las
señales exteriores que tenía cuando estaba vivo.77
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77 Véase El Libro de los Médiums, Segunda Parte, Capítulos VI y VII. (N. de Allan Kardec.) |
36. Es de destacarse que las apariciones
tangibles sólo tienen la apariencia de la materia carnal, pero no sus
cualidades. Debido a la naturaleza fluídica que las caracteriza, no pueden
tener la misma cohesión de la materia, porque en realidad no poseen carne. Se
forman instantáneamente y desaparecen del mismo modo, o se evaporan por la
desagregación de las moléculas fluídicas. Los seres que se presentan en esas
condiciones no nacen ni mueren, contrariamente a lo que sucede con los demás
hombres. Se los ve y dejan de ser vistos sin que se sepa de dónde vienen,
cómo vinieron, ni hacia dónde van. Nadie podría matarlos, ni apresarlos, ni encarcelarlos,
puesto que no tienen un cuerpo carnal. Los golpes que acaso se les lanzaran,
caerían en el vacío. Ese es el carácter de los agéneres, con los
cuales se puede conversar sin que se sospeche acerca de lo que son. Con todo,
no permanecen largo tiempo entre los hombres ni pueden ser comensales frecuentes
de una casa, ni figurar entre los miembros de una familia. Además, los agéneres muestran
siempre en su persona, en sus actitudes, algo de extraño e insólito que
sugiere al mismo tiempo la materialidad y la espiritualidad; en ellos, la
mirada es vaporosa y penetrante a la vez, y carece de la nitidez propia de la
mirada a través de los ojos de la carne; su lenguaje, conciso y por lo
general sentencioso, nada tiene del brillo y la volubilidad del lenguaje
humano; su aproximación produce una sensación particular e indefinible de
sorpresa, que inspira una especie de temor, y quien se pone en contacto con
ellos, aun que los tome por individuos iguales a los demás, es inducido a
pensar involuntariamente: Este es un ser extraño.78
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78 Véanse ejemplos de apariciones vaporosas o tangibles y de agéneres en Revista Espírita, enero y octubre de 1858; enero, febrero, marzo, agosto y noviembre de 1859; abril y mayo de 1860; julio de 1861; abril de 1866; “El labrador Thomas Martin y Luis XVIII”, detalles completos, diciembre de 1866. (N. de Allan Kardec.) |
37. Como el periespíritu es
el mismo tanto en los encarnados como en los desencarnados, un Espíritu
encarnado, por un efecto absolutamente idéntico, puede aparecer, en un
momento en que se encuentre libre, en un punto distinto de aquel en que su
cuerpo descansa, con su fisonomía habitual y con todos los signos
característicos de su identidad. Ese fenómeno, del cual se conocen muchos
casos auténticos, fue el que llevó a que se creyera en la existencia de los hombres dobles.79
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79 Véanse ejemplos de apariciones de personas vivas en la Revista
Espírita, diciembre de 1858; febrero y agosto de 1859; noviembre de 1860. (N.
de Allan Kardec.)
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La Génesis - Capítulo XIV 316
38. Un efecto peculiar de los fenómenos
de ese tipo consiste en el hecho de que las apariciones vaporosas, e incluso
tangibles, no son percibidas por todas las personas indistintamente. Los
Espíritus sólo se muestran cuando quieren y ante quienes quieren. Por
consiguiente, un Espíritu podría aparecerse en una reunión ante uno solo o
muchos de los presentes, y no ser visto por los demás. Eso ocurre porque las
percepciones de ese tipo se producen por medio de la vista espiritual, y no
por intermedio de la vista carnal. Además, la vista espiritual no le es dada
a todas las personas; e incluso el Espíritu, por su sola voluntad y si fuera
conveniente, puede retirarla de aquel a quien él no quiera mostrarse, así
como puede conferirla momentáneamente si lo juzga necesario. Así pues, la
condensación del fluido periespiritual en las apariciones, incluso en los
casos de tangibilidad, no tiene las propiedades de la materia ordinaria; de
no ser así, las apariciones serían
perceptibles mediante los ojos del
cuerpo por parte de todas las personas presentes.80
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80 Sólo con suma reserva se deben recibir las narraciones de apariciones puramente individuales que, en ciertos casos, podrían no pasar del efecto de una imaginación sumamente excitada y, tal vez, de una invención con fines interesados. Conviene, pues, tomar en cuenta muy escrupulosamente las circunstancias, la sinceridad de la persona, así como su probable intención de abusar de la credulidad de individuos excesivamente confiados. (N. de Allan Kardec.) |
39. Dado que el Espíritu puede operar
transformaciones en la configuración de su envoltura periespiritual, y puesto
que esa envoltura se irradia en torno al cuerpo como una atmósfera fluídica,
puede producirse en la superficie misma del cuerpo un fenómeno análogo al de
las apariciones. La verdadera imagen del cuerpo puede desvanecerse más o
menos completamente bajo una capa fluídica, y asumir otra apariencia; o bien,
vistos a través de la capa fluídica modificada, como a través de un prisma,
los rasgos primitivos pueden adoptar otra expresión. Si el Espíritu encarnado
toma distancia de lo terrenal, y se identifica con las cosas del mundo espiritual,
la expresión de un semblante desagradable puede volverse bella, radiante y
hasta luminosa; si, por el contrario, el Espíritu es presa de bajas pasiones,
un rostro hermoso puede tomar un aspecto horrible. Así se producen las transfiguraciones,
que reflejan siempre las cualidades y los sentimientos que predominan en el
Espíritu. Ese fenómeno es, pues, el resultado de una transformación fluídica;
es una especie de aparición periespiritual que se produce sobre el cuerpo
mismo de una persona viva, y a veces en el momento de la muerte, en vez de
producirse a la distancia como en el caso de las apariciones propiamente
dichas. Lo que distingue a las apariciones de ese género es el hecho de que
son, por lo general, perceptibles por todos los presentes mediante los ojos
del cuerpo, precisamente porque se forman en torno a la materia carnal
visible, mientras que en las apariciones puramente fluídicas no existe
materia tangible.81
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81 Véase un ejemplo y la teoría de la transfiguración en la Revista Espírita, marzo de 1859 (El Libro de los Médiums, Segunda Parte, Capítulo VII). (N. de Allan Kardec.) |
Dios es representado como luz de
Conocimiento, nadie ha visto a Dios, pero lo caracteriza el ser el autor de
todo conocimiento. No vemos a Dios, pero la luz que ilumina nuestro ser
representa la noción de su existencia como conocimiento, Dios es conocimiento
y la luz que todos ven en el mundo espiritual, es un resplandor de Dios cuyo
significado es conocimiento. Frank Montañez, 21 de agosto de 2015,
Espíritu Sebastian.
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Dios es representado como luz de
Conocimiento, nadie ha visto a Dios, pero lo caracteriza el ser el autor de
todo conocimiento. No vemos a Dios, pero la luz que ilumina nuestro ser
representa la noción de su existencia como conocimiento, Dios es conocimiento
y la luz que todos ven en el mundo espiritual, es un resplandor de Dios cuyo
significado es conocimiento. Frank Montañez, 21 de agosto de 2015,
Espíritu Sebastian.
(Falta cita) |
Esto no terminará
jamás, aquí solo comienza mi estudio, ayúdame a seguir
añadiendo conocimiento. Sugiero que contribuyas con tus estudios y
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en ese Grupo de Estudio, engrosara la información actualizada. Puede ser
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