Definición de la Obsesión ..
"La obsesión es la acción persistente que un Espíritu Malo ejerce sobre un individuo. Presenta características muy diversas, que van desde la simple influencia moral sin signos exteriores notables, hasta la perturbación completa del organismo y de las facultades mentales. La obsesión anula las facultades mediúmnicas; en la Mediúmnidad Auditiva y Psicográfica, se pone de manifiesto por la obstinación de un Espíritu en querer manifestarse con exclusión de todos los demás."
¿Qué son Obsesiones en el Espiritismo Verdadero, que es Moralizador y el Consuelo de los afligidos al Mundo?
Es importante que se entienda que las Obsesiones, ninguna de ellas es una ENFERMEDAD🤒, NI DEL CUERPO NI 🤒 del Alma o del Espíritu, porque SIEMPRE en la subyugación la causa del mal es exterior, y es preciso librar al enfermo de un enemigo invisible, oponiéndole no remedios, sino una FUERZA MORAL SUPERIOR a la suya. En éste artículo puedes obtener las respuestas a las preguntas sobre las Obsesiones e información sobre el tema, y los enlaces que se incluyen, te ayudarán a expandir el tema con otros escrito y vídeos que he estado confeccionando a lo largo de 11 años de estudios profundos, que he documentado en vídeos y en artículos, con la ayuda de los Buenos Espíritus.
Sugiero que estudies conmigo y me ayudes a la Elaboración del tema. Notarás que se derrumban las falsas creencias con relación al tema de las Obsesiones. Las buenas noticias son que los Espíritus dejaron toda la información que se necesitaba en los contenidos de los Libros 📚 Codificados por Allan Kardec. Lo cual me lleva a sugerirte, que siempre verifiques tus dudas con los Libros 📚 Codificados. Notarás además, que los Espiritualistas nunca leyeron los Libros 📚 Codificados con objetividad. ¡Que ésta experiencia sea motivo a que tú leas sobre lo qué es y qué no es Espiritismo Moralizador y Consolador al Mundo, el Verdadero Espiritismo. No establezcas conjeturas, o adoptes el "Yo creo", con fe ciega. Recuerda que todas las Obsesiones pueden ser neutralizadas y erradicadas, no hablamos de curación de las Obsesiones, porque las Obsesiones no son enfermedades patológicas del Alma, sino que toda Obsesión es provocada por Espíritus Obsesores que obsesionan al Médium. Tampoco los Espíritus Obsesores tienen que obsesar a los que procuran el Bien Común...
https://soyespirita.blogspot.com/2019/03/que-es-una-obsesion-espiritual-como-se.html __________________________
Ésto es CAVIAR Espiritual, del tema de las Obsesiones en el Espiritismo. Te invito a compartir éste contenido con tus amigos y familiares, sólo copia el siguiente enlace y lo pegas en tú página de Facebook e INSTAGRAM, recuerda que todas las Obsesiones pueden ser neutralizadas y erradicadas, no hablamos de curación de las Obsesiones, porque las Obsesiones no son enfermedades patológicas del Alma. Tampoco los Espíritus Obsesores tienen que obsesar a los que procuran el Bien Común...
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Obsesión Espiritual
Subyugante...,
¿Qué es? ¡La OBSESIÓN Espiritual? ¿Puede ser erradicada o
CURADA permanentemente?, Si es posible,con sólo la Voluntad…!
La Obsesión sólo la provocan los Espíritus inferiores e impuros. Existen según el Espiritismo 4 formas en que se pueden dar las obsesiones.
1. Obsesor desencarnado obsesa a uno encarnado.
2. Obsesor desencarnado obsesa a un desencarnado.
3. Obsesor encarnado, obsesa a uno desencarnado.
4. Obsesor encarnado, obsesa a otro encarnado.
El modo de curar las obsesiones ya las he publicado.
¿Qué es una Obsesión espiritual Subyugante o Fascinante, cómo y de dónde surge y cómo puede erradicarse o curarse? En este artículo puedes obtener información sobre el tema, y los enlaces que se incluyen te ayudarán a expandir el tema con otros escrito y vídeos que he estado confeccionando a lo largo de 9 años de estudios profundos, que he documentado en vídeos y en artículos, con la ayuda de los buenos Espíritus. Sugiero que estudies conmigo y me ayudes a la elaboración del tema. Notarás que se derrumban falsas creencias con relación al tema de las Obsesiones. La buena noticia es que los Espíritus dejaron toda la información que se necesitaba en los contenidos de los Libros Codificados. Lo cual me lleva a sugerirte, que siempre verifiques tus dudas con los Libros codificados. Notarás además, que los Espiritualistas nunca leyeron los libros codificados con objetividad. Que esa experiencia sea motivo a que tu leas libros codificados y no establezcas conjeturas, o adoptes el "Yo creo".
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Serie de Vídeos y artículos sobre La Obsesión - Soy Espírita por Convicción... : Éstos son los enlaces, CAVIAR SOBRE LAS OBSESIONES...
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Debemos comenzar en establecer que las Obsesiones Espirituales, simples, fascinantes o subyugantes no son ni "Trastornos Mentales", como los llama la ciencia médica, ni son Enfermedades del Organismo, la mente o del Alma. Sencillamente porque no son de naturaleza patología u orgánica. Cuando nos referimos a la CURA o Auto CURA, no es en referencia a que sean enfermedades propiamente dichas, sino que para la mayoria, las enfermedades se curan, pero las Obsesiones Subyugantes, Fascinantes o Simples, no son Enfermedades, y no se curan, se erradican, se dominan, o se neutralizan.
La Obsesiones, son SIEMPRE ocasionadas por Espíritus INFERIORES, Espíritus Obsesores que surgen con deseos de venganza por situaciones que ocurrieron en la presente existencia o de previas existencias. Pueden ser tal vez con el sólo hecho y deseo de ocasionar mal a los obsesados. Es importante establecer que ninguna Obsesión es provocada por los Buenos Espíritus, ni provocadas por Dios. Entonces si no son enfermedades patológicas, es decir surgidas del organismo humano, el causante o los causantes son agentes externos, Espíritus Inferiores, Obsesores, no moralizados y enemigos a muerte de los Obsesados, que son los que son afectados por la Obsesiones.
(Nota de Frank Montañez añadida: "Aquí se diferencia la enfermedad patológica u orgánica con la subyugación ejercida por los espíritus maléficos sobre ciertos individuos, y tiene, a veces, las apariencias de la locura propiamente dicha. Entonces, el medio de curarla es obrando no en el enfermo, sino en el Espíritu Obsesor. El decir que se puede curar es en esencia el hecho de erradicarla. Para evitar confusiones en este tema, CURA o Auto CURA es lo mis que decir Erradicar o Auto erradicar para referirse a la CURA.)
70. Uno de los mayores escollos de la Mediúmnidad es la obsesión, es decir, el dominio que pueden ejercer ciertos espíritus sobre los médiums, imponiéndoseles con nombres apócrifos e impidiéndoles comunicar con otros espíritus. Es al mismo tiempo un escollo para el observador novicio e inexperto que, no conociendo los caracteres de este fenómeno, puede ser engañado por las apariencias, como el que, no sabiendo medicina, puede hacerse ilusiones sobre la causa y la naturaleza del mal. Si en este caso es inútil el estudio anticipado al observador, al médium le es indispensable, porque le proporciona medios de prevenir un inconveniente que podría tener para él consecuencias desagradables. Por esta razón no recomendaremos nunca bastante el estudio, antes de entregarse a la práctica. (El Libro de los Médiums, cap. XXIII.)
71. La obsesión presenta tres grados bien caracterizados: la obsesión simple, la fascinación y la subyugación. En la primera, el médium tiene conciencia perfecta de que no obtiene nada bueno; no se hace ilusión alguna sobre la naturaleza del Espíritu que se obstina en manifestársele y de quién desea deshacerse. Este caso no ofrece ninguna gravedad: es un sencillo contratiempo y el médium queda libre cesando de escribir momentáneamente. El Espíritu, cansado de que no se le oiga, acaba por retirarse. La fascinación obsesional es mucho más grave, porque el médium está completamente fascinado. El Espíritu que le domina se apodera de su confianza hasta paralizar su propio juicio respecto de las comunicaciones, y hasta hacerle encontrar sublime lo más absurdo. El carácter distintivo de este género de obsesión es el de provocar en el médium una excesiva susceptibilidad, haciéndole que no encuentre bueno, justo y verdadero, más que lo que él escribe, y rechazar, hasta tomar con desagrado, todo consejo u observación crítica. Le induce también a malquistarse con sus amigos antes de convenir en que es engañado, a concebir celos de los otros médiums, cuyas comunicaciones son juzgadas mejores que las suyas, a querer imponerse en las reuniones espiritistas, de las que se aleja cuando no puede dominar. Llega en fin a sufrir una dominación tal, que el Espíritu puede arrastrarle a las más ridículas y comprometedoras determinaciones.
72. Uno de los caracteres distintivos de los malos espíritus es el de imponerse; dan órdenes y quieren ser obedecidos. Los buenos no se imponen nunca: dan consejos, y si no se les escucha, se retiran. De esto resulta que la impresión de los malos espíritus es casi siempre penosa, fatiga y produce una especie de malestar; a menudo provoca una agitación febril, movimientos bruscos y desenfrenados; la de los buenos espíritus es, por el contrario, apacible, suave y produce un verdadero bienestar.
73. La subyugación obsesional, designada en otro tiempo con el nombre de posesión, es una coacción física producida siempre por espíritus de la peor especie y que puede hasta neutralizar el libre albedrío. Se limita, a menudo, a simples impresiones desagradables; pero provoca a veces movimientos desordenados; actos de insensatez, gritos y palabras incoherentes o injuriosas cuya ridiculez conoce de vez en cuando, aunque sin poder evitarlas, aquel que es víctima de semejante situación. Este estado difiere esencialmente de la locura patológica, con la cual se la confunde sin motivo, porque no presentan ninguna lesión orgánica, y siendo diferente la causa, los medios curativos deben ser otros. Aplicando gárgolas y tratamientos corporales, se logra hacer a menudo una verdadera locura de lo que era una causa moral.
74. En la locura propiamente dicha la causa del mal es interior. Es preciso, pues, procurar restablecer el organismo a su estado normal; en la subyugación la causa del mal es exterior, y es preciso librar al enfermo de un enemigo invisible, oponiéndole no remedios, sino una fuerza moral superior a la suya. La experiencia prueba que en semejante caso los exorcismos no han producido nunca ningún resultado satisfactorio, y que más bien han agravado que mejorado la situación. Indicando la verdadera causa del mal, sólo el Espiritismo puede dar los medios para combatirlos. Es preciso, en cierto modo, educar moralmente al espíritu Obsesor, y por consejos sabiamente dirigidos se logra hacerle mejor y renunciar voluntariamente a atormentar al enfermo, quedando así libre el paciente. (El Libro de los Médiums, núm. 279.)
279. El ascendiente sobre los Espíritus inferiores sólo se ejerce a través de la superioridad moral. Los Espíritus perversos reconocen la autoridad de los hombres de bien. En cambio, contra quien sólo les opone la energía de la voluntad, que es una especie de fuerza bruta, los Espíritus perversos luchan y suelen ser los más fuertes. En cierta ocasión, alguien trataba de dominar a un Espíritu rebelde mediante la exclusiva acción de su voluntad, y recibió la siguiente respuesta: Déjame en paz con esos aires de fanfarrón, pues no vales más que yo. ¿Qué se diría de un ladrón que predicase moral a otro ladrón? Algunos se asombran de que el nombre de Dios, invocado contra los Espíritus malos, por lo general no produzca ningún efecto. San Luis explicó la causa de ese hecho en la respuesta siguiente:
“El nombre de Dios sólo ejerce influencia sobre los Espíritus imperfectos cuando aquel que lo pronuncia puede valerse de ese nombre con autoridad, en función de las virtudes que posee. Cuando lo pronuncia alguien que no tiene ninguna superioridad moral, es una palabra como cualquier otra. Lo mismo sucede con las cosas sagradas, con las que se trata de dominar a esos Espíritus. El arma más poderosa se vuelve inofensiva en manos inexpertas o incapaces de manejarla.”
75. Ordinariamente la subyugación obsesional es individual; pero cuando una muchedumbre de malos espíritus se cierne sobre una población, puede tener un carácter epidémico. Un fenómeno de esta naturaleza tuvo lugar en tiempo de Cristo. Sólo una poderosa superioridad moral podía abatir aquellos seres malhechores, designados entonces con el nombre de demonios, y devolver la calma a sus víctimas. (1) 1. Una epidemia semejante se cebó durante muchos años en un lugar de la Alta Saboya.
76. Un hecho importante, que debemos considerar, es que la obsesión es independiente de la Mediúmnidad, y que se la encuentra en todos los grados, principalmente en el último, en una multitud de individuos que nunca han oído hablar de Espiritismo. En efecto, habiendo existido en todo tiempo los espíritus, han debido ejercer en todo tiempo la misma influencia. La Mediúmnidad no es una causa, sino una manera de manifestarse aquélla, por lo cual puede decirse con certeza, que todo el médium obsesado ha debido sufrir de algún modo, y a menudo en los actos más vulgares de la vida, los resultados de esta influencia, y que sin la Mediúmnidad se traduciría por otros efectos atribuidos a menudo a esas enfermedades misteriosas, que resisten a todas las investigaciones de la medicina. Por la Mediúmnidad el Espíritu malhechor descubre su presencia; sin la Mediúmnidad es un enemigo oculto del que no se sospecha.
77. Los que no admiten nada fuera de la materia no pueden admitir causas ocultas; pero cuando la ciencia haya salido de la vía materialista, reconocerá en la acción del mundo invisible que nos rodea y en medio del cual vivimos, una potencia que reacciona tanto sobre las cosas físicas como sobre las morales. Este será un nuevo sendero abierto al progreso y la clave de una multitud de fenómenos mal comprendidos.
78. Como la obsesión no puede ser nunca producto de un buen Espíritu, es punto esencial el de saber conocer la naturaleza de los que se presentan. El médium no instruido puede ser engañado por las apariencias, mientras que el que está prevenido espía las señales menos sospechosas, y el Espíritu concluye por alejarse cuando ve que nada consigue. El conocimiento anticipado de los medios de distinguir los buenos de los malos espíritus es, pues, indispensable al médium que no quiere exponerse a ser cogido en el lazo. No lo es menos para el simple observador, que puede por este medio apreciar el valor de lo que ve u oye. (El Libro de los Médiums, cap. XXIV.).
Una obsesión NO SÉ CURA CON 10 minutos de MÚSICA para meditar, ni dando Pases Magnéticos semanalmente, Ni con escribir en un papel 10 veces las razones por las cuales debes ser una persona perdonada. Eso sólo lo recomienda un religioso que no ha dejado la religión y cree que el Espiritismo es una religión.
Lamentablemente este ha sido en la vida real una recomendación de una casa Espírita, que sus dirigentes no han leído ninguno de los libros codificados, excepto algunas páginas del libro el Evangelio según el Espiritismo. Porque si hubiesen leído el Libro de Los Mediums, claramente identificarían que esto no es un procedimiento que los Espíritus nos han indicado y que sean los apropiados.
"El diablo, se dice, sólo asusta a los niños; es un freno para que se tranquilicen. En efecto, como el cuco y el hombre lobo, y cuando les han perdido el miedo se comportan peor que antes. A fin de obtener ese hermoso resultado no se tiene en cuenta la cantidad de epilepsias causadas por la conmoción de un cerebro delicado. no se debe confundir la locura patológica con la obsesión. Esta no proviene de ninguna lesión cerebral, sino de la subyugación que Espíritus malévolos ejercen sobre ciertos individuos, y que a veces tiene la apariencia de la locura propiamente dicha. Esta afección, muy frecuente, no depende de la creencia en el espiritismo, y ha existido en todos los tiempos. En ese caso, la medicación común es impotente, e incluso perjudicial. El espiritismo, al dar a conocer esta nueva causa de perturbación en el organismo, nos ofrece al mismo tiempo el único medio para derrotarla, al actuar no sobre el enfermo sino sobre el Espíritu obsesor. El espiritismo es el remedio y no la causa del mal. termino la cita. Entonces.: cierro cita.
Si logramos como Espiritistas de Verdad, llevar un mensaje contundente en definir esos llamados trastornos mentales, en sus etapas iniciales, evitando la medicación automática de psicotrópicos con educación Espírita y trabajando en fortalecer la VOLUNTAD del obsesado, mediante la educación Espírita, logramos aliviar estas Obsesiones en la gran mayoría de los afectados. Pero esta solución no es opción para los profesionales de la salud, pues al no necesitar usar drogas dañinas a la salud del paciente, no es rentable a sus intereses. Y es ahí donde el Espiritismo puede ayudar mucho.
Para los Obsesados.
Libro del Evangelio según el Espiritismo,
(Cap. X, n.° 6; cap. XII, números 5 y 6.)
Es más difícil ayudar a un enfermo mental ya medicado que alguien que presenta un cuadro de obsesión SUBYUGANTE en su etapa inicial, pero aunque es siempre reversible cuando media la “Voluntad” del obsesado. Es aquí en este escrito del Libro de Allan Kardec, que se demuestra la posición del Espiritismo en cuanto a las OBSESIONES SUBYUGANTES. Personalmente me consta el conocimiento de casos de los “Llamados trastornos mentales”, que con educación han logrado zafarse de las drogas psicotrópicas a veces a la fuerza por no haber recursos económicos del afectado para la medicación y otros por propia voluntad, y hoy están libres de esas enfermedades mentales inventadas para propósitos comerciales casi exclusivamente. Así que medicar primero y tratar después no es la estrategia, sino Educar primero para lograr la “Voluntad del obsesado” y luego tratar con lo que el Espiritismo ofrece que es en la auto cura de la obsesión. Y reitero, los llamados "Trastornos mentales", que resultan ser "Obsesiones Subyugantes", SI tienen Cura y auto-cura.
- Cada cual es responsable de controlarse ante cualquier circunstancia en cualquier momento en su vida, no importa cuál. (Tomar control de nuestras vidas es vital).
- Nadie podrá zafarse de una obsesión, sino lo haces tú mismo ejerciendo la Voluntad.
- Una oración de protección y de rechazo es útil, y confía que Dios te ampara.
- Establece poco a poco tu auto-control, con paciencia y confianza en ti mismo.
La contestación es Si es posible. Veamos que dijeron los Espíritus a Allan Kardec:
Pregunta de Allan Kardec al Espíritu:
Intervención de los Espíritus en el Mundo Corporal.
467. ¿Podemos liberarnos de la influencia de los Espíritus que nos incitan al mal?
• « Sí, porque esos Espíritus sólo se apegan a quienes los provocan con sus deseos o los atraen con sus pensamientos.”
468. Los Espíritus cuya influencia rechazamos por medio de la voluntad ¿renuncian a sus tentativas?
• « ¿Qué quieres que hagan? Cuando nada pueden hacer, ceden su puesto. Pero atisban, sin embargo, el momento favorable como el gato atisba al ratón».
469. ¿Por qué medio puede neutralizarse la influencia de los Espíritus malos?
• «Haciendo bien y poniendo toda vuestra confianza en Dios, rechazáis la influencia de los Espíritus inferiores y destruis el imperio que quieren tomar sobre vosotros. Guardaos de escuchar las sugerencias de los Espíritus que os suscitan malos pensamientos, que promueven discordias entre vosotros y que os excitan a todas las malas pasiones. Desconfiad sobre todo de los que exaltan vuestro orgullo; porque os atacan por el lado débil. He aquí por qué os hace decir Jesús en la oración dominical: ¡Señor! no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal».
470. Los Espíritus que tratan de inducirnos al mal y que de este modo ponen a prueba nuestra firmeza en el bien, ¿han recibido la misión de hacerlo? Y si es una misión la que están cumpliendo ¿les cabe la responsabilidad de ella?
• « - Ningún Espíritu recibe la misión de hacer el mal. Cuando lo acomete, es por su propia voluntad y, por tanto, sufre sus consecuencias. Dios puede permitirle que lo haga para probaros, pero no se lo ordena, y a vosotros toca rechazarlo.
471. Cuando experimentamos un sentimiento de angustia, de ansiedad indefinible, o de satisfacción interior sin causa conocida, ¿se debe esto únicamente a una disposición física? (Aquí Kardec se refiere a un estado depresivo)
• « - Casi siempre se trata de un efecto de comunicaciones que, sin saberlo, tenéis con los Espíritus, o que habéis mantenido con ellos durante el sueño.
472. Los Espíritus que quieren incitarnos al mal ¿lo hacen aprovechando las circunstancias en que nos hallamos, o a éstas pueden producirlas?
• « - Aprovechan las circunstancias existentes, pero a menudo también las provocan, empujándoos sin que lo sepáis hacia el objeto de vuestra codicia. Así por ejemplo, un hombre encuentra en su camino una suma de dinero. No creo que sean los Espíritus los que la han dejado en tal lugar, pero sí pueden inspirar al hombre la idea de ir hacia ese lado, y entonces ellos le sugieren que se apropie el dinero, en tanto otros Espíritus le están sugiriendo que lo devuelva a su legítimo dueño. Lo propio ocurre con todas las demás tentaciones.
473. ¿Puede un Espíritu revestir momentáneamente la envoltura corporal de una persona viva, es decir, introducirse en un cuerpo animado y obrar en lugar del que está encarnado?
• «El Espíritu no penetra en un cuerpo como tú en una casa. Se identifica con un Espíritu encarnado que tiene los mismos defectos y las mismas cualidades para obrar de común acuerdo, pero siempre es el encarnado quien obra como quiere, sobre la materia de que está revestido. Un Espíritu no puede sustituir al que está encarnado; porque el Espíritu y el cuerpo están ligados hasta el tiempo señalado para el término de la existencia material». Con la VOLUNTAD...
475. ¿Puede uno por sí mismo alejar a los malos Espíritus y emanciparse de su dominación?
• «Teniendo la necesaria firmeza de voluntad, siempre es posible, quien quiera que sea, liberarse de un yugo».
Resumen: Entonces; una Obsesión puede ser curada: HACIENDO EL BIEN Y CON LA VOLUNTAD.
- Se le exige al Espiritu que no somos un Juguete de sus Prensiones.
- Gastar su paciencia.
- Se le pide la ayuda al Espiritu protector.
- Es menester tratarle con severidad,
249. Los medios de combatir la obsesión varían según el carácter que reviste.
-El peligro, realmente, no existe para todo médium que está bien convencido de que debe habérselas con un Espíritu mentiroso, como esto tiene lugar en la obsesión simple; para él no es más que una cosa desagradable. Pero por lo mismo que esto le es desagradable con tanta más razón el Espíritu se encarniza con él para vejarle. Dos cosas esenciales deben hacerse en
- Primero, probar al Espíritu que uno no es su juguete, y que le es imposible el engañarnos;
- segundo, gastar su paciencia, mostrándose más paciente que él; si está bien convencido que pierde el tiempo, concluirá por retirarse, como lo hacen los importunos cuando no se les escucha. Pero no siempre basta esto, y el proceso puede ser largo porque los hay que son tenaces, y para ellos los meses y los años son poca cosa.
- En tal caso el médium debe hacer una evocación ferviente a su buen ángel guardián, lo mismo que a los buenos Espíritus que le son simpáticos, y rogarles que le asistan.
- Con respecto al Espíritu obsesor, por malo que sea, es menester tratarle con severidad, pero con benevolencia, y vencerle con buenos procederes, rogando por él.
- Si realmente es perverso, se burlará al principio; pero moralizándole con perseverancia, finalizará por enmendarse: es la empresa de una conversión, tarea muy a menudo penosa, ingrata, aun repugnante, pero cuyo mérito está en la dificultad, y que si se cumple bien queda siempre la satisfacción de haber llenado un deber de caridad y muchas veces el haber conducido al buen camino a un alma perdida.
- Conviene igualmente interrumpir toda comunicación escrita desde el momento que se reconoce que viene de un Espíritu malo que no quiere entender la razón, a fin de no darle el placer de ser escuchado. Aun en ciertos casos puede ser útil el dejar de escribir por algún tiempo; cada uno debe conducirse según las circunstancias. Pero si el médium escribiente puede evitar estas conversaciones, absteniéndose de escribir, no sucede lo mismo con el médium auditivo que el Espíritu obsesor persigue algunas veces a cada momento con sus palabras groseras u obscenas, y que ni siquiera tiene el recurso de taparse los oídos. Por lo demás es menester reconocer que ciertas personas se divierten con el lenguaje trivial de esta clase de Espíritus, que animan y provocan, riéndose de sus necesidades en lugar de imponerles silencio y moralizarles. Nuestros consejos no pueden aprovechar a los que quieren perderse.
Muchos que desean ayudar en la desobsesion, han leído de todo, pero no han leído el Libro de Los Mediums, que nos enseña cómo curar una obsesione.
Amigos ESPÍRITAS, UNA OBSESIÓN SÉ CURA CONFORMANDO TU COMPORTAMIENTO EN SER MEJOR HOY DE LO QUE FUISTE AYER. O sea haciendo y pensando en Bien Común y con la "VOLUNTAD".
"Si AYER MENTÍAS, HOY DECIDE YA NO MENTIR MAS, si AYER ODIABAS Y ABORRECÍAS A TUS ENEMIGOS, HOY AMAS A TUS ENEMIGOS, si AYER HACÍAS MAL, HOY NO LE HACES A NADIE LO QUE NO TE GUSTARÍA TE HAGAN A TI, entonces, ya estas en el proceso de moralización que se necesita para activar tu adelantamiento Espiritual."
Este comportamiento de Bien Común, te eleva en Moral sobre cualquier Espíritu Obsesor.
Inmediatamente que te vas moralizando haciendo el bien, rechazas a ese Espíritu Obsesor con "SEVERIDAD" de tu mente, le puedes decir:
"YA NO TE PERMITO QUE ESTES EN MI MENTE, NO TE DOY PERMISO Y EXIJO QUE TE RETIRES Y NO REGRESES MAS".Es ahí donde comienza tu curación de una obsesión.
A eso le añades la aplicación de Pases Magnéticos y por supuesto le pidas a DIOS PERMISO PARA QUE ASIGNE A BUENOS ESPÍRITUS QUE DONEN Y DERRAMEN de LOS BUENOS FLUIDOS CÓSMICOS UNIVERSALES, QUE ALIVIEN TU INTERIOR Y TE DEN BUENAS IDEAS EN TU MENTE.
NO PERMITAS "NUNCA" más que malos pensamientos toquen tu mente. Tienes derecho a NO ser molestado con voces estúpidas y perversas que atormenten tu mente.
Con solo practicar el Bien y con tu "V O L U N T A D", puedes vencer una obsesión. No es con música suave, ni con oraciones "RELIGIOSAS" que sé curan las Obsesiones.
Es tiempo de abrir los ojos, y comenzar a leer los libros Codificados, principalmente, el Libro de Los Espíritus y el Libro de Los Mediums.
No permitas que te falten el respeto con procedimientos no conformes al ESPIRITISMO.
COMPARTE ESTO EN TU MURO, BASTA YA DE OBSESIONES, QUE PODEMOS VENCER NOSOTROS MISMOS. TIENES TODO EL DERECHO DEL MUNDO A SER LIBRE DE OBSESIONES Y SER FELIZ.
Decide hoy, que no permitirás nunca más que alguien decida por ti, nunca más.
Toda obsesión comienza cuando se rinde la voluntad a un Espíritu Obsesor. Por lo tanto comienza a darle importante a preservar tu Libre Albedrío y tu Voluntad. Lucha por vencer la Obsesión, pues no solo te afectas tu, sino tus hijos también se afectan. La OBSESIÓN Espiritual Tiene CURA…
Como lo primero que hace ese espíritu fascinador en su estrategia de obsesión es evitar que se pueda entender esta condición y que la persona obsesada no pueda encontrar la manera fácil de salir de esa obsesión, pues al no considerar lo que dijeron los Espíritus Superiores sobre este tema son presa fácil de estos Malos Espíritus. Si pueden decir que se comunican con los espíritus, pero como no conocen que para poder dominar a los obsesores es la ascendencia Moral lo que los domina, no pueden protegerse efectivamente. La Moral es o no es, se es Moral o no, y la moral ni Allan Kardec estarán anticuados jamás, pues la verdad espiritual contenida en La Codificación Espírita, es y será actual siempre, se es malo o se es bueno, se es despiadado o se es piadoso, no existen términos medios. El que le diga que Kardec y La Codificación Espírita es algo anticuado, CUIDADO, porque ese pensamiento lo producen Espíritus que no desean ser descubiertos. Nada adelanta el espíritu, sino la Moral o Bien Común, y eso nunca necesitara de actualización ni cambio. A continuación que es una obsesión de fascinación.
La Obsesión - Que es la Obsesión
La Obsesión - Remedios y Cura - Parte I
La Obsesión - Remedios y Cura - Parte II
La Obsesión - Conclusión
El libro de Los Mediums dice:
237. En el número de escollos que presenta la práctica del Espiritismo, es menester poner en primera línea la obsesión, es decir, el imperio que algunos Espíritus saben tomar sobre ciertas personas. Esta nunca tiene lugar sino por Espíritus inferiores que procuran dominar; los Espíritus buenos no hacen experimentar ninguna contrariedad; aconsejan, combaten las influencias de los malos, y si no se les escucha se retiran. Los malos, por el contrario, se unen a aquellos sobre los cuales pueden hacer presa; si llegan a tomar imperio sobre alguno, se identifican con su propio Espíritu y le conducen como a un verdadero niño.La obsesión presenta caracteres diversos que es muy necesario distinguir, y que resultan del grado de opresión y de la naturaleza de los efectos que produce. La palabra obsesión es de algún modo un término genérico por el cual se designa esta especie de fenómeno cuyas principales variedades son: la obsesión simple, la fascinación y la subyugación.
Obsesor= Se refiere al Espíritu que trata de obsesar al Obsesado.
La obsesión es una condición de orden psíquico y emocional, que consiste en la perturbación de un Espíritu sobre una persona. La influencia negativa de un Espíritu Obsesor puede afectar la vida mental de cualquier ser humano, alterando sus emociones y raciocinio, llegando hasta alcanzar su cuerpo físico.
La influencia espiritual sólo es calificada como obsesión cuando se observa una perturbación constante. Si la influencia verificada es apenas esporádica, ella no se clasificará como una obsesión. ¿Solamente los Espíritus imperfectos provocan obsesiones?
El Espíritu obsesor, conociendo las debilidades morales del obsesado, va poco a poco obteniendo acceso al área mental, llegando en algunos casos a dominarlo. Si la obsesión se intensifica y no fuera tratada espiritualmente en su debido tiempo, ocurrirá un aumento de afinidad fluídica entre el obsesor y el obsesado, lo que puede acarrear el agravamiento de la condición.
a) Las causas Morales.
Son aquellas provocadas por la mala conducta del individuo en la vida cotidiana. Al andar mal con la vida y con las personas, estaremos sintonizando nuestro pensamiento con los Espíritus inferiores y los atraeremos hacia nosotros. De ese intercambio de influencias puede nacer una obsesión. Vicios mundanos, como el cigarrillo, la bebida en exceso, el orgullo, el egoísmo, la maledicencia, la violencia, la avaricia, la sensualidad enfermiza y la lujuria pueden unirnos a entidades espirituales infelices.
VÍDEO CLIP #4 – Los Tipos de Obsesión Parte 1
238. La obsesión simple tiene lugar cuando un Espíritu malhechor engaña a un médium, se mezcla contra su voluntad en las comunicaciones que recibe, le impide comunicarse con otros Espíritus y sustituye a aquellos que se evocan. No se está obseso por el sólo hecho de ser engañado por un Espíritu mentiroso; el mejor médium está expuesto a esto, sobre todo al principio, cuando aun la falta la experiencia necesaria, de la misma manera que entre nosotros las gentes más honradas pueden ser engañadas por los tunantes. Se puede, pues, ser engañado sin estar obseso; la obsesión está en la tenacidad del Espíritu, del cual no se puede desembarazar. En la obsesión simple, el médium sabe muy bien que tiene que habérselas con un Espíritu mentiroso, y éste no se oculta, no disimula sus malas intenciones y su deseo de contrariar. El médium reconoce sin pena la artimaña, y como está preparado, rara vez es engañado. Esta especie de obsesión es simplemente desagradable, y no tiene otro inconveniente que el oponer un obstáculo a las comunicaciones que se quisieron tener con espíritus formales o con aquellos por quienes se tiene afección. Se pueden colocar en esta categoría los casos de obsesión física, es decir, la que consiste en las manifestaciones ruidosas y obstinadas de ciertos Espíritus que hacen oír espontáneamente golpes u otros ruidos. Nos remitimos sobre este fenómeno al capítulo de las “Manifestaciones físicas espontáneas”. (Núm. 82).
CAPÍTULO V MANIFESTACIONES FÍSICAS ESPONTÁNEAS Ruidos, barahúndas, alborotos y perturbaciones – Objetos lanzados. – Fenómeno de los aportes
82. Los fenómenos, de los cuales acabamos de hablar, son provocados; pero algunas veces son, también, espontáneos, sin que participe para nada la voluntad; todo lo contrario, puesto que a menudo son muy importunos. Lo que excluye, por otra parte, el pensamiento de que puedan ser efectos de la imaginación sobrexcitada por las ideas espiritistas, es que tienen lugar entre personas que no han oído jamás hablar de ellas en el momento que menos lo esperaban. Estos fenómenos, que se podrían llamar Espiritismo práctico natural, son muy importantes, porque no puede haber sospechas de connivencia; por esto invitamos a las personas que se ocupan de los fenómenos espiritistas a que recojan todos los hechos de este género que viniesen a su conocimiento, y sobre todo a hacer constatar con cuidado su realidad por un estudio minucioso de las circunstancias, a fin de asegurarse que no se es juguete de una ilusión o de una mistificación.
239. La fascinación tiene consecuencias mucho más graves. Es una ilusión producida por la acción directa del Espíritu sobre el pensamiento del médium, y que de algún modo paraliza su juicio, con respecto a las comunicaciones. El médium fascinado no se cree engañado; el Espíritu tiene la maña de inspirarle una confianza ciega que le impide ver la superchería y comprender cuán absurdo es lo que escribe, aun cuando todo el mundo lo conozca; la ilusión puede ir hasta hacerle ver lo sublime en el lenguaje más ridículo. Se estaría en error si se creyera que este género de obsesión no puede alcanzar sino a personas sencillas, ignorantes y desprovistas de juicio; los hombres más discretos, más instruidos y más inteligentes bajo otros conceptos no están exentos de esto, lo que prueba que esta aberración es efecto de una causa extraña, de la que sufren la influencia. Ya hemos dicho que las consecuencias de la fascinación son mucho más graves; en efecto, a favor de esta ilusión que es el resultado, el Espíritu conduce aquel a quien ha logrado dominar como lo haría con un ciego, y puede hacerle aceptar las doctrinas más extravagantes y las teorías más falsas como si fuesen la única expresión de la verdad; aún más: puede excitarle a que haga acciones ridículas, de compromiso y aún perniciosas. Se comprende fácilmente toda la diferencia que hay entre la obsesión simple y la fascinación; se comprende también que los Espíritus que producen estos dos efectos deben diferir de carácter. En la primera, el Espíritu que se une a vosotros sólo es un ser importuno por su tenacidad, y se desea con impaciencia poderse desembarazar de él. En la segunda es otra cosa; para llegar a tales fines es necesario un Espíritu hábil, vivo y profundamente hipócrita, porque no puede chasquear y hacerse aceptar sino con ayuda de la máscara que sabe tomar y de un falso semblante de virtud; las grandes palabras de caridad, humildad y de amor de Dios son para él como credenciales; pero a través de todo esto deja penetrar las señales de inferioridad, que es necesario estar fascinado para no ver, teme también a todas las personas que ven demasiado claro; así es que su táctica es casi siempre la de inspirar a su intérprete el alejamiento de cualquiera que pudiera abrirle los ojos; por este motivo, evitando toda contradicción, siempre tiene la seguridad de tener razón.
La Subyugación: Se llega a sufrir una dominación tal que el Espíritu puede arrastrarle a las más ridículas y comprometedoras determinaciones. En ocasiones hay un dominio corporal.
240. La Subyugación es una restricción que paraliza la voluntad del que la sufre y le hace obrar a pesar suyo. En una palabra, es su verdadero yugo. La subyugación puede ser moral o corporal. En el primer caso, el subyugado es solicitado a tomar determinaciones muchas veces absurdas y comprometidas, que por una especie de ilusión las cree sensatas; es una especie de fascinación. En el segundo caso el Espíritu obra sobre los órganos materiales y provoca los movimientos involuntarios. Se traduce en el médium escribiendo por una necesidad incesante de escribir, aun en los momentos más inoportunos. Nosotros los hemos visto que, a falta de pluma o de lápiz, escribían con el dedo por todas partes en donde se encontraban, en las mismas calles, en las puertas y en las paredes. La Subyugación corporal va algunas veces más lejos; puede conducir a los actos más ridículos. Hemos conocido a un hombre que no era joven ni hermoso, que bajo el imperio de una obsesión de esta naturaleza se veía obligado por una fuerza irresistible a ponerse de rodillas ante una joven, con la cual no había tenido ninguna intención y pedirla en matrimonio. Otras veces sentía en las espaldas y en las piernas una presión enérgica, que los forzaba contra su voluntad a pesar de la resistencia que hacía al ponerse de rodillas y besar el suelo en los parajes públicos y en presencia de la multitud. Este hombre pasaba por loco entre sus relaciones; pero nosotros nos hemos convencido de que no lo era, porque tenía el pleno convencimiento del ridículo, de lo que hacía contra su voluntad, por lo que sufría horriblemente.
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Cómo lograr la erradicacion o neutralización:
1) Concientización - Se debe concientizar al obsesado de la situación de obsesión a que es objeto en que se encuentra para que, con su voluntad y Libre Albedrío pueda ayudarse en la mejoría y finalmente tomar control de sus vida nuevamente. Enfatizando que poniendo énfasis en su comportamiento hacia el bien, puede lograr ascendencia sobre el espíritu obsesor y así bloquear las malas insinuaciones que le atacan en su mente y que provocan el recurrir a tratamientos con fármacos.
2) VOLUNTAD – Lo más importante en este tratamiento es el deseo genuino de ser rescatado. Si no existe este elemento, se hace difícil lograr erradicar la obsesión de su vida. Tiene que desearlo ardientemente, desde lo más profundo de su Alma y esto se facilita grandemente cuando se hace conciencia en que su comportamiento en la vida le ayuda hacerle ver al obsesor que se tiene control de la voluntad y el pleno ejercicio del Libre Albedrío.
3) ORACIÓN - La Oración hacia DIOS para permiso para que espíritus Buenos y Elevados derramen de sus fluidos, que sale de un corazón lleno de ternura y amor sincero como consecuencia de esta transformación Moral es muy apropiada para establecer lazos con Espíritus Buenos que nos ayudan con esta tarea de desobsesión.
Pregunta al espíritu por Allan Kardec
479. ¿La oración es un medio eficaz de curar la obsesión?
«Para todo es un poderoso auxiliar la oración. Pero sabed que no basta murmurar algunas palabras para lograr lo que se desea. Dios asiste a los que practican y no a los que se limitan a pedir. Preciso es pues, que el obsesado haga por su parte, lo necesario para destruir la causa que en sí misma atrae a los Espíritus malos».
4) Re-educación - Es preciso orientar moralmente al obsesado sobre la posibilidad de mejoría de su conducta en la vida diaria. Que se esfuerce para evitar los vicios más groseros y que procure controlar sus malas tendencias. Esto incluye la lectura de los libros de la Codificación Espírita. Se recomienda leer primero. Esto es muy importante armonizar la lectura en esta parte de la re-educación, junto con el tratamiento. El Libro de Los Espíritus, luego El Libro de Los Médiums
5) Evangelización - Se debe mostrar al obsesado la necesidad de observar las enseñanzas morales del Evangelio de Jesús. Que frecuente de manera regular la Casa Espírita, hasta que su obsesión sea curada o esté bajo control.
6) Diálogo con el obsesor – Orientar moralmente al Espíritu Obsesor en las reuniones Mediúmnidad evocándolo a través de médiums preparados para esta tarea.
Para enfrentar al espíritu Obsesor, como un ejemplo sencillo, se les puede dirigir con las siguientes palabras: Nota:”Acuérdate de pedir protección primero, y procurar tener Ascendencia Moral para que ese Espíritu Obsesor se retire.”
“SE QUIÉN ERES, ERES UN ESPÍRITU QUE ME HAS PERSEGUIDO DESDE OTRAS EXISTENCIAS, DESEO QUE SEPAS QUE YA DECIDÍ QUE NO ME TOCARÁS MÁS. QUE ESTOY PROTEGIDO Y HE DECIDIDO QUE YA NO TIENES NINGÚN PODER NI INFLUENCIA SOBRE MI. AHORA TENGO AUTORIDAD MORAL PARA EXIGIR QUE NO ME TOQUES. POR LO TANTO TE HECHO FUERA Y JAMÁS PODRÁS TOCARME. AHORA PIDO POR TI A DIOS PARA QUE TE AYUDE A QUE PUEDAS LOGRAR ASCENDER EN EL MUNDO ESPIRITUAL, PORQUE TIENES TU TAMBIÉN DERECHO A CONTINUAR TU CAMINO. POR LO TANTO DEBES IRTE YA.”
Esto lo haces con Compasión y Caridad, a los espíritus inferiores no se les trata mal, sino con seguridad, pero con firmeza.
Entonces, lo próximo es enfrentar e instruir al Espíritu Obsesor con determinación y arrojo. No se debe tener miedo hacer esto, porque ya estamos fortalecidos por el conocimiento, la oración, La Moral, la voluntad de quererlo hacer y por nuestro derecho al Libre Albedrío.
Esta comunicación debe ser firme y con convicción de que estamos en lo correcto, de que entendemos que está pasando y que ya no somos ignorantes a esta realidad espiritual. Esto siempre debe ser de un modo de instruir a este espíritu inferior la necesidad que el también tiene para lograr la moralización. La oración que nuestro Amigo Ernesto se refiere y considero muy apropiada es coger el toro por los cuernos como vulgarmente decimos. Uno de los comentarios hechos aquí, también añade a que le pidamos perdón al espíritu Obsesor, y creo que es apropiado también hacer esto.
PARA MI, ES MUY IMPORTANTE HABLARLE A ESTE ESPÍRITU CON UN TONO AGRADABLE Y COMPASIVO. SABIENDO ESTO EL ESPÍRITU OBSESOR SE DARÁ CUENTA LAS BUENAS INTENCIONES Y LA TRANSFORMACIÓN MORAL QUE SE HA EFECTUADO EN LA PERSONA QUE HA ESTADO OBSESANDO. Esto hará que este espíritu desista, porque no hay razón de continuar perdiendo el tiempo.
7) Re equilibrio familiar - Cuando sea necesario, el equipo responsable por el tratamiento del Obsesado deberá orientar moralmente a su familia que, en algunos casos puede estar involucrada directa o indirectamente en el problema obsesivo.
8) Magnetización por medio de Pases Magnéticos, puedes asistir a una Casa Espirita y pedir que se le apliquen Pases. Otro recurso que tienes es el Magnetizarte tu mismo ( Puedes ver el Vídeo ya Publicado y lo encuentras en nuestro blog:
Este es mi Blog la seccion de Pases Magneticos
http://www.soyespirita.blogspot.com/p/pase-espirita.html.
Además ayuda el consumir agua fluidificada, que también puedes tu mismo magnetizarla. Para los amigos que no tienen acceso a un Centro Espirita, pueden hacer uso de esa herramienta, Enfatizamos la necesidad de que la persona que opta por magnetizarse ella misma deba haber comenzado exitosamente una transformación Moral y que cuyos resultados serán buenos fluidos cósmicos y espirituales.
9) Tratamiento Médico - En aquellos casos en que el proceso obsesivo se presenta con consecuencias en la salud física, el Obsesado deberá recibir asistencia de un profesional de la Salud habilitado, para tratamiento, para preservar la salud física.
10) Ascendencia Moral - Para conseguir buenos resultados en las tareas de Desobsesión, es preciso que el equipo de atención tenga ascendencia Moral sobre el Espíritu obsesor y eso únicamente es posible cultivando una vida Moral saludable.
Por una acción idéntica a la de un médium curandero en el caso de enfermedad, es menester expulsar el fluido malo, con la ayuda de un fluido mejor que en cierto modo produce el efecto de un reactivo. Esta es la acción mecánica, pero no basta; también y sobre todo es necesario obrar sobre el ser inteligente, al que es preciso tener el derecho de hablar con autoridad, y esta autoridad corresponde sólo a la superioridad moral; cuanto más grande es ésta, tanto mayor es la autoridad.
“En los casos de obsesión grave, se encuentra el obseso como envuelto e impregnado de un fluido pernicioso que neutraliza la acción de los fluidos saludables y los rechaza. Ahora bien, un mal fluido no podrá ser eliminado por otro fluido igualmente malo. Mediante una acción muy similar a la del médium curativo en los casos de enfermedad, hay que expulsar el fluido perjudicial con ayuda de un fluido mejor, que produzca en cierta manera el efecto de un reactivo. Ésta es la acción mecánica...” (Capítulo 28:81).
"NO ESTOY DE ACUERDO A DAR PASES MAGNÉTICOS AL OBSESADO CADA SEMANA, ESO ES INCORRECTO Y NO ESTÁ DEFINIDO EN LOS LIBROS CODIFICADOS. ES COMO TRATAR DE CORREGIR UN PERRO DÁNDOLE LATIGAZOS MAGNÉTICOS. LOS ESPIRITUALISTAS, NO ENTIENDEN QUE PARA HACER UNA DESOBSESIÓN SE REQUIERE UNA TRANSFORMACIÓN MORAL PRIMERO, ANTES DE DARLE LATIGAZOS MAGNÉTICOS AL ESPÍRITU OBSESOR INFERIOR CADA SEMANA." Frank Montañez... Soy Espirita con Convicción...
249. Los medios de combatir la obsesión varían según el carácter que reviste. El peligro, realmente, no existe para todo
médium que está bien convencido de que debe habérselas con un Espíritu mentiroso, como esto tiene lugar en la obsesión simple; para él no es más que una cosa desagradable. Pero por lo mismo que esto le es desagradable, con tanta más razón el Espíritu se encarniza con él para vejarle. Dos cosas esenciales deben hacerse en este caso. Primero, probar al Espíritu que uno no es su juguete, y que le es "imposible" el engañarnos; segundo, gastar su paciencia, mostrándose más paciente que él; si está bien convencido que pierde el tiempo, concluirá por retirarse, como lo hacen los importunos cuando no se les escucha. Pero no siempre basta esto, y puede ser largo porque los hay que son tenaces, y para ellos los meses y los años son poca cosa. En tal caso el médium debe hacer una evocación ferviente a su buen ángel guardián, lo mismo que a los buenos
Espíritus que le son simpáticos, y rogarles que le asistan. Con respecto al Espíritu obsesor, por malo que sea, es menester tratarle con severidad, pero con benevolencia, y vencerle con buenos procederes, rogando por él. Si realmente es perverso, se burlará al principio; pero moralizándole con perseverancia, finirá por enmendarse: es la empresa de una conversión, tarea muy a menudo penosa, ingrata, aún repugnante, pero cuyo
mérito está en la dificultad, y que sí se cumple bien queda siempre la satisfacción de haber llenado un deber de caridad y muchas veces el haber conducido al buen camino un alma perdida. Conviene igualmente interrumpir toda comunicación escrita desde el momento que se reconoce que viene de un Espíritu malo que no quiere entender la razón, a fin de no darle el placer de ser escuchado. Aún en ciertos casos puede ser útil el dejar de escribir por algún tiempo; cada uno debe conducirse según las circunstancias. Pero sí el médium escribiente puede evitar estas conversaciones, absteniéndose de escribir, no sucede lo mismo con el médium auditivo que el Espíritu obsesor persigue algunas veces a cada momento con sus palabras groseras u obscenas, y que ni siquiera tiene el recurso de taparse los oídos. Por los demás es menester reconocer que ciertas personas se divierten con el lenguaje trivial de esta clase de Espíritus, que anima y provocan, riéndose de sus necesidades en lugar de imponerles silencio y Moralizarles. Nuestros consejos no pueden aprovechar a los que quieren perderse.
250. No hay, pues, peligro, sino fastidio, para todo Médium que no se deja dominar, porque no puede ser engañado; todo lo contrario sucede en la "fascinación", porque entonces el imperio que toma el Espíritu sobre aquel de quién se apodera no tiene límites. Lo único que puede hacerse con él es procurar convencerle porque está supeditado, y hacer que su obsesión venga a ser simple; pero esto no es siempre fácil, y algunas veces es imposible. El ascendiente del Espíritu puede ser tal
que haga sordo al fascinado a toda clase de reflexiones y puede llegar hasta hacerle dudar, cuando el Espíritu comete
alguna grosera herejía científica, si no se engaña la ciencia. Como lo hemos dicho ya, generalmente acoge muy mal los
consejos; la crítica le fastidia, le irrita y le hace aborrecer a los que no toman parte en su admiración. Sospechar de su Espíritu es casi una profanación a sus ojos y esto es, precisamente, lo que quiere el Espíritu; porque lo que él desea es que doblen la rodilla ante su palabra. Uno de ellos ejercía una fascinación extraordinaria sobre una persona de nuestras relaciones; lo evocamos, y luego después de algunas farsas, viendo que no podía negar o disfrazar su identidad, concluyó por confesar que no era aquel cuyo nombre tomaba. Habiéndole preguntado por qué abusaba de esta persona, contestó estas palabras que pintan claramente el carácter de esta clase de Espíritus:
"Buscaba un hombre que pudiera conducir; lo he encontrado y me quedo con él". Pero si se le hace ver claro os echará fuera.
"¡Esto lo veremos!" Como no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, cuando se reconoce la inutilidad de toda tentativa para abrir los ojos del fascinado, lo mejor es dejarle en sus ilusiones. No puede curarse un enfermo que se obstina en conservar su enfermedad y se complace en ella.
251. La subyugación corporal quita a menudo al obcecado la energía necesaria para dominar al Espíritu malo; por esto es necesaria la intervención de una tercera persona, obrando sea por el magnetismo, sea por el imperio de su voluntad. En defecto del concurso del obcecado, esta persona debe tomar el ascendiente sobre el Espíritu; pero como este ascendiente no puede ser sino moral, sólo es dado el ejercerlo a un ser "moralmente superior" al Espíritu, y su poder será tanto más grande cuanto mayor será su superioridad moral, porque impone al Espíritu que se ve forzado a inclinarse ante él; por esto Jesús tenía tan grande poder para sacar lo que entonces llamaban demonios, es decir, los malos Espíritus obsesores.
Nosotros no podemos dar aquí sino consejos generales, porque no hay ningún proceder material, sobre todo ninguna fórmula, ni menos ninguna palabra sacramental que tenga el poder de echar a los Espíritus obsesores. Lo que le falta muchas veces al obcecado, es una fuerza fluídica suficiente; en este caso la acción magnética de un buen magnetizador puede serle útil y servirle de ayuda. Por otra parte, siempre es bueno tomar por la mediación de un médium seguro, los consejos de un Espíritu superior o de su ángel de la guarda.
252. Las imperfecciones morales del obcecado son, a menudo, un obstáculo para su libertad. He aquí un ejemplo
notable que puede servir de instrucción para todos: Hacía ya algunos años que varias hermanas eran víctimas de pillajes
muy desagradables. Dispersados sin cesar sus vestidos por todos los rincones de la casa, hasta por el tejado, cortados, rotos y acribillados de agujeros, por más que tuviesen buen cuidado de encerrarlos bajo llave. Estas señoras, relegadas en una pequeña localidad de provincia, nunca habían oído hablar de Espiritismo. Naturalmente su primer pensamiento fue que eran el blanco de burlas de mal género; pero esta persistencia y las precauciones que tomaban les quitaron esta idea. Después de mucho tiempo, con motivo de algunas indicaciones, creyeron oportuno dirigirse a nosotros para conocer la causa de estas desgracias y los medios de remediarlas si era posible. La causa no era dudosa; el remedio era más difícil. El Espíritu que semanifestaba por actos semejantes era evidentemente malévolo.
Se mostró en la evocación de una grande perversidad e inaccesible a todo buen sentimiento. La oración pareció, sin
embargo, ejercer una influencia saludable; pero después de algún tiempo de descanso, el pillaje empezó de nuevo. Aquí está el consejo que con este motivo dio un Espíritu Superior. "Lo mejor que pueden hacer estas señoras es rogar a sus Espíritus protectores que no las abandonen; no tengo otro consejo mejor
para darles; que examinen su conciencia para confesarse a símismas y ver si han practicado siempre el amor del prójimo y la caridad; no quiero decir la caridad que da y distribuye, sino la caridad de la lengua; porque desgraciadamente ellas no saben retener la suya, y no justifican, por sus actos piadosos, el deseo que tienen de quedar libres del que les atormenta. Les gusta mucho decir mal del prójimo, y el Espíritu que les obceca sevenga, porque le hicieron padecer mucho cuando vivía. Que repasen su memoria y verán muy pronto con quién tienen que habérselas. "Sin embargo, sí consiguen mejorarse, sus ángeles guardianes se les acercarán, y su sola presencia bastará para echar fuera al Espíritu malo que se ha apoderado de una de ellas sobre todo, porque su ángel de la guarda ha tenido que alejarse en vista de los actos reprensibles o de los pensamientos malos. Lo que les falta son fervientes oraciones por los que sufren, y sobre todo la práctica de las virtudes impuestas por Dios a cada uno, según su condición".
Sobre la observación que hicimos de que estas palabras nos parecían un poco severas, y que quizá sería necesario
endulzarlas para transmitirlas, el Espíritu añadió: "Yo debo decirlo que he dicho y del modo como lo digo, porque las personas en cuestión tienen la costumbre de creer que no hacen mal con la lengua, y hacen mucho. Por esto es menester impresionar su Espíritu de manera que sea para ellos una advertencia formal".
De esto se desprende una enseñanza de una gran importancia, y es que las imperfecciones morales dan lugar a los Espíritus obsesores, y que el medio más seguro de desembarazarse de ellos es el atraer a los buenos por la práctica del bien. Los Espíritus buenos tienen, sin duda, más poder que los malos, y su voluntad basta para alejarlos; pero no asisten sino a los que les secundan por los esfuerzos que hacen para mejorarse; de otro modo se alejan y dejan el campo libre a los Espíritus Malos que vienen a ser de este modo, en ciertos casos, instrumentos de castigo, porque los buenos les dejan obrar con este fin.
253. Por lo demás, es menester guardarse de atribuir a la acción directa de los Espíritus todos los disgustos que pueden ocurrir; estos disgustos son, a menudo, la consecuencia de la incuria o de la imprevisión. Un labrador nos hizo escribir que hacía doce años era la víctima de toda suerte de desgracias con respecto a su ganado; tan pronto se le morían las vacas como no daban leche; lo mismo le sucedía con los caballos, los carneros o los cerdos. Hizo muchos novenarios que no remediaron el mal, lo mismo que las misas que hizo celebrar, ni los exorcismos que hizo practicar. Entonces, según las preocupaciones de los campesinos, se persuadió que se había echado una maldición sobre sus animales. Creyéndonos, sin duda, dotados de un poder para conjurar, mayor que el del cura de su lugar, nos consultó. Aquí está la contestación que obtuvimos:
"La mortalidad o las enfermedades de los ganados de este hombre provienen de que sus cuadras están infestadas y no las hace reparar porque esto cuesta dinero' ".
254. Terminaremos este capítulo con las respuestas dadas por los Espíritus a algunas preguntas, viniendo en apoyo de lo que hemos dicho.
1. ¿Por qué ciertos médiums no pueden desembarazarse de los Espíritus malos que se unen a ellos, y cómo los Espíritus buenos que evocan no son bastante poderosos para alejar a los otros y comunicarse directamente?
"No es el poder el que falta al Espíritu bueno; muchas veces es el médium que no es bastante fuerte para secundarle; sun naturaleza se presta mejor a ciertas relaciones; su fluido se identifica más bien con un Espíritu que con otro; esto es lo que da mucho imperio a los que quieren mortificar."
2. ¿Nos parece, sin embargo, que hay personas muy meritorias, de una moralidad irreprochable, y con todo se ven imposibilitadas de comunicarse con los Espíritus buenos? "Esta es una prueba; ¿y quién os ha dicho que su corazón no esté manchado con un poco de mal, que el orgullo no domine un poco la apariencia de la bondad? Estas pruebas, mostrando al obcecado su debilidad, deben conducirle a la humildad. ¿Hay alguno sobre la Tierra que pueda llamarse perfecto? Habrá quién tenga todas las apariencias de la virtud, y aún puede tener muchos defectos ocultos, un antiguo germen de imperfección. Por ejemplo, vosotros decís de aquel que no hace mal y que es leal en sus relaciones sociales: es un hombre bueno y digno. ¿Pero sabéis vosotros si sus buenas cualidades están empañadas por el orgullo, si hay en él un fondo de egoísmo, si es avaro, celoso, rencoroso, maldiciente y cien otras cosas que vosotros no apercibís, porque vuestras relaciones con él no os han puesto en este caso? El medio más poderoso para poder combatir la influencia de los Espíritus malos es el acercarse todo lo posible a la naturaleza de los buenos."
3. La obsesión que se opone a que un médium obtenga las comunicaciones que desea, ¿es siempre una señal de ser indigno por su parte?
"Yo no he dicho que esta fuese una señal de poca dignidad, sino que puede ponerse un obstáculo a ciertas comunicaciones; lo que debe procurar es quitar el obstáculo que está en él; sin esto, sus oraciones y sus súplicas nada hacen. No basta que un enfermo diga a su médico: Dadme la salud, yo quiero estar bueno; el médico no puede nada sí el enfermo no hace lo que es necesario."
4. ¿La privación de comunicarse con ciertos Espíritus sería, acaso, una especie de castigo? "En ciertos casos esto podría ser un verdadero castigo, así como la posibilidad de comunicarse con ellos es una recompensa que debéis esforzaros en merecer." (Véase 'Pérdida y suspensión de la mediumnidad, número 220').
5. ¿Pueden combatirse las influencias de los Espíritus malos, moralizándoles? "Sí; esto es lo que no se hace y es lo que no debe olvidarse de hacer, porque a menudo es una tarea que se os ha dado y que vosotros debéis cumplir caritativa y religiosamente. Por sabios consejos puede excitárseles al arrepentimiento y activar su adelantamiento." ¿Cómo puede un hombre con relación a esto tener una influencia que no tienen los mismos Espíritus? "Los Espíritus perversos se aproximan más bien a los hombres que procuran atormentar, que a los Espíritus, de los que se alejan todo lo posible. En este contacto con los humanos, cuando encuentran quien los moraliza, en un principio no le escuchan, se ríen; después, si se les sabe conducir, concluyen por dejarse conmover. Los Espíritus elevados no pueden hablarles sino en nombre de Dios, y esto les asusta. El hombre no tiene, ciertamente, más poder que los Espíritus superiores, pero su lenguaje se identifica mejor con su naturaleza, y viendo el ascendiente que puede ejercer en los Espíritus inferiores, comprende mejor la solidaridad que existe entre el cielo y la tierra.
Por lo demás, el ascendiente que el hombre puede ejercer sobre los Espíritus está en razón de su superioridad moral. No domina a los Espíritus superiores, ni aún a aquellos que, sin ser superiores, son buenos o benévolos, pero puede dominar a los Espíritus que le son inferiores en moralidad." ('Véase número
279').
6. ¿La subyugación corporal, llevada hasta cierto grado, podría tener por consecuencia la locura? "Sí, una especie de locura cuya causa no es conocida de la gente, pero que no tiene relación con la locura ordinaria. Entre los que se tienen por locos hay muchos que no son más que subyugados, les sería necesario un tratamiento moral, mientras que se les vuelve verdaderamente locos con los tratamientos corporales. Cuando los médicos conozcan bien el Espiritismo, sabrán hacer esta distinción y curarán más enfermos que con los baños de chorro." ('221').
7. ¿Qué debemos pensar de aquellos que, viendo algún peligro en el Espiritismo, creen que el medio de evitarlo es prohibir las comunicaciones espiritistas? "Si pueden impedir a ciertas personas el comunicarse con los Espíritus, no pueden impedir las manifestaciones espontáneas, hechas a estas mismas personas, porque no pueden suprimir los Espíritus ni impedir su influencia oculta. Esto se parece a los niños que se tapan los ojos y creen que nadie les ve. Sería locura el querer suprimir una cosa que ofrece grandes ventajas, porque los imprudentes pueden abusar; el medio de evitar estos inconvenientes, es, al contrario, el hacer conocer el fondo de esta cosa."
Espíritus que se pueden evocar
274. Se pueden evocar todos los Espíritus a cualquier grado de la escala que pertenezcan; lo mismo los buenos que los malos; tanto los que hace poco que murieron como los que vivieron en los tiempos más remotos, a los hombres ilustres como a los más oscuros, a nuestros parientes, a nuestros amigos, lo mismo que a aquellos que nos son indiferentes; pero no se dice por esto que quieran o puedan venir siempre a nuestro llamamiento; independientemente de su propia voluntad o del permiso que puede serles negado por un poder superior, pueden estar impedidos por motivos que no siempre nos está permitido penetrar. Queremos decir que no hay impedimento absoluto que se oponga a las comunicaciones, salvo el que se dirá después; los obstáculos que pueden impedir a un Espíritu el manifestarse, casi siempre son individuales y dependen a menudo de las circunstancias.
275. Entre las causas que pueden oponerse a la manifestación de un Espíritu, las unas les son personales y las otras les son extrañas. Es menester colocar entre las primeras sus ocupaciones o las misiones que cumple y de las que no puede separarse para ceder a nuestros deseos; en este caso, su visita sólo queda aplazada. Hay, además, su propia situación. Bien que el estado de encarnación no sea un
obstáculo absoluto, puede ser un impedimento en ciertos momentos dados, sobre todo cuando la encarnación tiene lugar en mundos inferiores y cuando el mismo Espíritu está poco desmaterializado. En los mundos superiores, en aquellos en que los lazos del Espíritu y de la materia son muy sutiles, la manifestación es casi tan fácil que en el estado errante y en todos los casos más fácil que en aquellos en que la materia corporal es más compacta. Las causas extrañas tienen relación, principalmente, con la naturaleza del médium, con la de la persona que evoca, con el centro en el cual se hace la evocación, y finalmente con el fin que uno se propone. Ciertos médiums reciben más particularmente comunicaciones de sus Espíritus familiares, que pueden ser más o menos elevados; otros son aptos para servir de intermediarios para todos los Espíritus; esto depende de la simpatía o de la antipatía, de la atracción, o de la repulsión, que el Espíritu personal del Médium ejerce sobre el Espíritu extraño, que puede tomarle por intérprete con gusto o con repugnancia. Esto depende también, haciendo abstracción de las cualidades íntimas del médium, del desarrollo de la facultad medianímica. Los Espíritus vienen con más gusto, y sobre todo son más explícitos con un médium que no les ofrezca ningún obstáculo material. Por lo demás, lo mismo sucede en cuanto a las condiciones morales; cuanta más facilidad tiene un médium para escribir o para expresarse, más se generalizan sus relaciones con el mundo de los Espíritus.
276. Es menester tomar también en cuenta la facilidad que debe dar la costumbre de comunicarse con tal o cual Espíritu; con el tiempo, el Espíritu extraño se identifica con el del médium, y del mismo modo con el del que le llama. Dejando aparte la cuestión de simpatía, se establecen entre ellos relaciones fluídicas que hacen las comunicaciones más prontas; por esto la primera conversación no es siempre tan
satisfactoria como se podría esperar, y es también porque los mismos Espíritus piden que se les vuelva a llamar. El Espíritu que tiene costumbre de venir está como en su casa, familiarizado con sus oyentes y sus intérpretes; habla y obra más libremente.
277. En resumen, de lo que acabamos de decir resulta: que la facultad de evocar a cualquier Espíritu no implica para el Espíritu la obligación de estar a nuestras ordenes; que él pueda venir en un momento y no en otro, con tal médium o tal evocador que le plazca y no con tal otro; decir lo que él quiere sin que se le pueda obligar a decir lo que él no quiera, marcharse cuando le convenga; en fin, que por causas dependientes o no de su voluntad, después de haberse manifestado asiduo durante algún tiempo, de repente puede dejar de venir. Por todos estos motivos, cuando uno quiere llamar a un Espíritu nuevo, es necesario preguntar a su guía protector si la evocación es posible; en el caso de que no lo sea, generalmente da los motivos y entonces es inútil insistir.
278. Aquí se presenta una grande cuestión: la de saber si hay o no inconveniente en evocar a los Espíritus malos. Esto depende del objeto que uno se propone y del ascendiente que se puede tener sobre ellos. El inconveniente es nulo cuando se les llama con un objeto formal, instructivo y con el fin de mejorarles; por el contrario, es muy grande si es por pura curiosidad o diversión, o si uno se pone bajo su dependencia pidiéndoles algún servicio. Los Espíritus buenos, en tal caso, pueden darles el poder de hacer aquello que se les pide, dejando a salvo y para más tarde el castigar severamente al temerario que se hubiera atrevido a invocarles en su socorro y creerles con más poder que Dios. En vano se prometería hacer un buen uso para lo sucesivo, y despedir al servidor una vez obtenido el servicio; aún este servicio que se ha solicitado, por pequeño que sea, es un verdadero pacto hecho con un Espíritu malo, y éste no deja la presa fácilmente (número 212).
#212,
279. El ascendiente sólo se ejerce sobre los Espíritus inferiores por la "superioridad moral". Los Espíritus perversos reconocen a los hombres de bien por sus señores; frente a frente de aquellos que no les oponen sino la energía de la voluntad, (Es decir la de sus intensiones) especie de fuerza brutal, luchan y a menudo son los más fuertes. Uno que quería de este modo dominar a un Espíritu rebelde, por su voluntad, el Espíritu le contestó:
"Déjame tranquilo con tú aspecto de matamoros; tú, que no vales más que yo, ¿no se diría que un ladrón moraliza a otro ladrón?" Nos asombramos de que el nombre de Dios que se invoca contra ellos sea, a menudo, impotente; San Luis ha dado la razón en la respuesta siguiente: "El nombre de Dios no tiene influencia sobre los Espíritus imperfectos sino en la boca de aquel que puede servirse de él con autoridad por sus virtudes; en la boca del hombre que no tuviera sobre el Espíritu ninguna superioridad moral, es una palabra como otra cualquiera. Lo mismo sucede con las cosas santas que se les opone. El arma más terrible es inofensiva cuando está en manos inhábiles para poderse servir de ella o incapaces de llevarla".
Lenguaje que debe tenerse con los Espíritus...
280. El grado de inferioridad o superioridad de los Espíritus, naturalmente, indica el tono que conviene tenerse con ellos. Es evidente que cuanto más elevados están, más derecho tienen a nuestro respecto, a nuestras consideraciones y a nuestra sumisión. No les debemos menos deferencia que cuando vivían y además por otros motivos: en la Tierra hubiéramos considerado su rango y su posición social; en el mundo de los Espíritus nuestro respeto sólo se dirige a la superioridad moral. Su misma elevación les pone sobre las puerilidades de nuestras formas aduladoras. Por las palabras no es cómo podemos captar su benevolencia; es por la sinceridad de
sentimientos. Sería, pues, ridículo, darles los títulos que nuestros usos consagran a la distinción de las clases y que,
viviendo, podrían haber lisonjeado su vanidad; si realmente son superiores, no solamente no hacen caso de eso, sino que les disgusta. Un buen pensamiento les es más agradable que los honores más laudables; si fuese de otro modo no estarían más elevados que la humanidad. El Espíritu de un venerable
eclesiástico que en la Tierra fue un príncipe de la iglesia, hombre de bien, y que practicaba la ley de Jesús, respondió un día a uno que le evocaba, dándole el título de Monseñor: "Al menos deberías decir ex Monseñor, porque aquí no hay otro señor que Dios; debes saber que yo veo algunos aquí que en la Tierra se arrodillaban delante de mí y ante los cuales yo mismo me inclino ahora". En cuanto a los Espíritus inferiores, su
carácter nos traza el lenguaje que conviene tener con ellos. En el número los hay que, aunque inofensivos y aún benévolos, son ligeros, ignorantes y atolondrados; tratarles del mismo modo que a los Espíritus formales, como lo hacen ciertas personas, sería lo mismo que si nos inclináramos delante de un
aprendiz o de un asno cubierto con el birrete de doctor. En tono familiar es el más adecuado para ellos, y no se formalizan por esto; al contrario, se prestan a ello con gusto. Entre los
Espíritus inferiores los hay que son infelices. Cualesquiera que puedan ser las faltas que expían, sus sufrimientos son títulos tanto más grandes para nuestra conmiseración, pues ninguna
persona puede vanagloriarse de evadirse de esta palabra de Jesús: "Que el que esté sin pecado le eche la primera piedra".
La benevolencia que les manifestamos es un consuelo para ellos; a falta de simpatía, deben encontrar la indulgencia que quisiéramos que se tuviera por nosotros. Los Espíritus que
revelan su inferioridad por el cinismo de su lenguaje, sus
mentiras, la bajeza de sus sentimientos, la perfidia de sus
consejos, seguramente son menos dignos de nuestro interés
que aquellos cuyas palabras manifiestan su arrepentimiento; al
menos les debemos la piedad que concedemos a los más
grandes criminales, y el medio de reducirles al silencio es el de
manifestarse superior a ellos. No se dedican sino a la persona
que ellos creen que nada tienen que temer; porque los Espíritus
perversos reconocen a sus señores en los hombres de bien
como en los Espíritus superiores. En resumen, seria tanta
irreverencia el tratar de igual a igual a los Espíritus superiores,
como ridículo el tener una misma deferencia para todos sin
excepción. Tengamos veneración para los que lo merecen,
reconocimiento para los que nos protegen y nos asisten; para
todos los otros una benevolencia de la cual necesitaremos,
puede ser, nosotros mismos un día. Penetrando en el mundo
incorpóreo, aprendemos el modo de conocerle, y este
conocimiento debe arreglar nuestras relaciones con aquellos
que lo habitan. Los antiguos, en su ignorancia, les levantaron
altares; para nosotros sólo son criaturas más o menos perfectas
y no elevamos altares sino a Dios.
Utilidad de las evocaciones particulares
281. Las comunicaciones que se obtienen de los Espíritus muy superiores o de aquellos que han animado los grandes
personajes de la antigüedad, son preciosas por la alta
enseñanza que encierran. Estos Espíritus han adquirido un
grado de perfección que les permite abrazar una esfera de
ideas más extensa, penetrar los misterios que están fuera del
alcance vulgar de la humanidad y por consiguiente iniciarnos
mejor que los otros en ciertas cosas. No se sigue de esto que
las comunicaciones de los Espíritus de un orden menos
elevado sean inútiles; el observador saca de ellas más de una
instrucción. Para conocer las costumbres de un pueblo es
menester estudiar todos los grados de la escala. El que no lo
viera sino bajo una faz, lo conocería mal. La historia de un
pueblo no es la de los reyes y personajes sociales; para
juzgarle es preciso verle en la vida íntima, en sus costumbres
privadas. Así es que los Espíritus superiores son los personajes
del mundo de los Espíritus; su elevación misma les coloca de
tal modo sobre nosotros, que la distancia que nos separa nos
asusta. Los Espíritus más burgueses (permítasenos esta
expresión) nos hacen más palpables las circunstancias de su
nueva existencia. Entre ellos el lazo de la vida corporal con la
vida del Espíritu es más íntimo, la comprendemos mejor porque
nos toca de más cerca. Sabiendo por ellos mismos lo que son,
lo que piensan, lo que experimentan los hombres de todas las
condiciones y de todos los caracteres, los hombres de bien
como los viciosos, los grandes como los pequeños, los felices y
los infelices del siglo, en una palabra, los hombres que han
vivido entre nosotros, que hemos visto y conocido, cuya vida
real sabemos, sus virtudes y extravagancias, comprendemos
sus goces y sus sufrimientos, nos asociamos a ellos y sacamos
una enseñanza moral tanto más provechosa cuanto más íntima
son las relaciones entre ellos y nosotros. Nos ponemos más
fácilmente en el lugar de aquel que ha sido nuestro igual, que
no en el de aquel que sólo vemos a través de la ilusión de una
gloria celeste. Los Espíritus vulgares nos enseñan la aplicación
práctica de las grandes y sublimes verdades cuya teoría nos
enseñan los Espíritus superiores. Por lo demás, en el estudio
de una ciencia nada hay inútil: Newton encontró la ley de las
fuerzas del universo en el fenómeno más sencillo. La evocación
de los Espíritus vulgares tiene, por otra parte, la ventaja de
ponernos en relación con los Espíritus que sufren, que uno
puede aliviar y cuyo adelantamiento podemos facilitar por
medio de consejos útiles. Podemos, pues, hacernos útiles
instruyéndonos nosotros mismos; cuando sólo se busca nuestra
propia satisfacción, hay egoísmo en la conversación con los
Espíritus, y el que se desdeña de tender una mano caritativa a
los que son desgraciados, da pruebas de orgullo. ¿Para qué le
sirve tener buenas recomendaciones de los Espíritus de
importancia, si esto no le hace mejor, más caritativo y más
benévolo para sus hermanos de este mundo y del otro?
¿Qué sería de los pobres enfermos si los médicos rehusaban tocar sus llagas?
282.
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Conclusión:
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